La
advertencia de Dios al Mundo
el
mensaje desde prisión del reverendo Moon
PARTE
1
INTRODUCCIÓN
"Pues
tampoco Cristo buscó su propio agrado; antes bien, como dice la
Escritura: Los
ultrajes de los que te ultrajaron, cayeron sobre mí.
En efecto, todo cuanto fue escrito en el pasado, se escribió para
enseñanza nuestra, para que con la paciencia y el consuelo que dan
las Escrituras mantengamos la esperanza". Romanos 15:3-4
El
juicio y prisión del Reverendo Sun Myung Moon ha constituido un
impacto para muchas personas, en muy distintas formas. Los fiscales
federales de Estados Unidos se sorprendieron cuando regresó de
Corea, donde gozaba de inmunidad, para enfrentar los cargos que se le
hacían. Los miembros de la Iglesia de la Unificación se
escandalizaron con el tratamiento dado al Reverendo Moon durante el
juicio, y con el veredicto emitido por el jurado. Los enemigos de la
libertad religiosa quedaron sorprendidos ante la variedad sin
precedentes de iglesias y organizaciones laicas que apoyaron la causa
del Reverendo Moon cuando su caso pasó a la Suprema Corte. Estos
"amici" que brindaron su apoyo se sintieron a su vez
sorprendidos por la negativa del Tribunal a considerar siquiera las
amenazas que el caso planteaba para la libertad religiosa en los
Estados Unidos.
Pero
el mayor de todos los impactos fue el impulso de cooperación surgido
entre la Iglesia de la Unificación y otras iglesias cristianas en
todo el territorio de los Estados Unidos a partir del momento de la
excarcelación del Reverendo Moon. Dentro de la comunidad religiosa,
la interacciones con el Movimiento de la Unificación en los campos
de la acción social, el ecumenismo, la reflexión pastoral y la
libertad religiosa cobraron un nuevo y sorprendente impulso. Las
actividades ecuménicas incluyen al Consejo Nacional para la Acción
Social y Eclesiástica, las Conferencias Ecuménicas para el Clero,
la Asociación del Sufrimiento Común, e innumerables sociedades
locales y empresas cooperativas. Los miembros de todas las
confesiones cristianas están alabando a Dios por este resurgimiento
del espíritu y de la camaradería. La naturaleza interracial y
ecuménica de estas actividades ha generado refrescante espíritu de
amor y buena voluntad centrado en Dios, así como un nuevo sentido y
una nueva dirección para las iglesias de América.
Dentro
de este contexto, muchos ministros desean tener algún tipo de
"mensaje desde prisión" del Reverendo Moon.
Históricamente, muchos gigantes cristianos, desde San Pablo a John
Bunyan, y desde Dietrich Bonhoffer a Martin Luther King, han escrito
obras conmovedoras e importantes mientras cumplían sentencias de
prisión impuestas por autoridades hostiles. Como siempre, el
Reverendo Moon ha sido muy prolífico en su caudal de ideas e
inspiración mientras se hallaba en la prisión de Danbury.
Diariamente, él continúa enseñando y compartiendo, con otros su
sabiduría. Nos habla especialmente del corazón de Dios, y de la
preocupación de Dios por la era actual. Está pensando también
mucho sobre el futuro de la humanidad; en este aspecto, se refiere a
la necesidad del diálogo religioso y la armonía para la obtención
de la paz global; al amor ideal, y a la educación de los jóvenes
para llegar a crear verdaderas familias, centradas en Dios; al mundo
espiritual, y a la relación de lo espiritual con el reino físico de
la vida. Cuando está con otros religiosos, el Reverendo Moon pone el
énfasis en la revelación qué ha recibido respecto al pecado y a la
salvación, la vida de Cristo, y la segunda llegada. Como este libro
ha sido preparado para sacerdotes y pastores cristianos, hemos puesto
también el énfasis en este aspecto de las enseñanzas del Reverendo
Moon.
La
forma de producción del Reverendo Moon no es la palabra escrita, es
un comunicador oral. La mayoría de los documentos relativos a sus
enseñanzas fueron escritos por sus discípulos, extraídos ya sea de
sus sermones o del dictado directo. Sus pensamientos contemporáneos,
por lo tanto, se registran en notas reunidas por aquéllos que pueden
visitarlo. Para poner este contenido a la disposición de un
auditorio más vasto, y en especial del clero, el Reverendo Moon
consintió en la publicación de una selección de sus discursos y
sermones. El contenido que él comunica actualmente desde detrás de
los muros de la prisión tiene una profunda continuidad con estos
discursos y sermones. El presente volumen es entonces una útil
recopilación de lo que él manifiesta actualmente ante los ministros
y los discípulos que lo visitan, y constituye su "mensaje desde
la prisión".
El
mensaje del Reverendo Moon se basa en la verdad inmutable. Es un
fuerte mensaje profético dirigido a América y al cristianismo. De
modo que es una advertencia de Dios. Puesto que Dios es un Dios de
amor, la advertencia proviene del corazón, y está dada con amor.
La
infraestructura de este volumen consiste en tres discursos básicos
en el mensaje del Reverendo Moon a los cristianos americanos,
complementados con extractos de otros de sus sermones. A través de
este proceso, los tres discursos de "La Esperanza de Dios para
el Hombre", "La Esperanza de Dios para América", y
"El Futuro del Cristianismo", se vieron ampliados a seis
mensajes. El séptimo mensaje incluido en el presente es su alocución
ante varios cientos de miembros de la Iglesia de la Unificación en
el momento de su partida hacia Danbury.
Una
palabra sobre la forma de abordar este material. El Reverendo Moon
está hablando como profeta de Dios. La misión del profeta es
advertir, castigar, guiar, interpretar la palabra de Dios para la
sociedad que le es contemporánea. La autoridad primera del profeta
emana de Dios, que habla a través de él, y muchas veces el mensaje
se opone a las normas religiosas o sociales salvaguardadas por las
instituciones religiosas y las escuelas teológicas. El Reverendo
Moon no es un teólogo consumado, motivado por el deseo de
desarrollar aspectos teológicos contemporáneos. Tampoco se halla
motivado por el deseo de agradar a la sociedad. Lo motiva solamente
el deseo de proclamar la verdad de Dios.
El
Reverendo Moon es un orador exuberante. Habla con los miembros de su
iglesia durante horas, cada día y en todos los lugares imaginables:
desde servicios religiosos formales, a reuniones administrativas de
la Iglesia, desde celebraciones de cumpleaños a barcos de pesca, o
alrededor de una fogata de campamento. No importa cuál sea el
escenario, su oratoria tiene un gran poder discursivo, que abarca el
más amplio espectro de la realidad humana y divina. A veces habla
durante horas encarando sólo superficialmente su tema, para luego
retomarlo otro día. Sus discursos se caracterizan por una gran cuota
de reciprocidad con su audiencia, y poseen algunas veces un delicioso
humor y otras una seriedad y arrepentimiento profundos, trasuntando
siempre una gran visión e ideal.
Por
lo tanto, la adecuada comprensión de sus palabras, alejadas como
están de su fuente por el intérprete, el traductor, uno o dos
editores, y probablemente toda una atmósfera, requiere algo
especial. El Reverendo Moon se refiere a ese algo a menudo a través
de las charlas que figuran en el presente. Ese algo es un corazón
puro y abierto y una mente lúcida, ambos guiados y protegidos por la
oración sincera.
He
sido discípulo del Reverendo Moon durante veintisiete años. Puedo
visitar al Reverendo Moon en la prisión de Danbury dos o tres veces
por semana, escuchando sus palabras durante varias horas en cada una
de esas oportunidades. Me alegra que su contenido pueda estar ahora a
disposición de un público más vasto, y sin embargo, me siento
apenado porque lo que se lee aquí no es sino una ínfima parte del
pensamiento del Reverendo Moon. Esperamos con ansia el día en que se
pueda publicar una mayor cantidad de sus enseñanzas.
Me
gustaría expresar mi agradecimiento al Dr. Tyler Hendricks, quien
supervisó la edición de este libro. Mi deseo es que Dios os otorgue
la misma inspiración al leer este libro y reflexionar sobre su
contenido, que la que nos concedió a nosotros en su preparación.
Reverendo
Chung Hwan Kwak
Nueva
York, Noviembre de 1984
EL
IDEAL DE DIOS PARA EL MUNDO
Mi
tema es El Ideal de Dios para el Mundo. Es un tema bastante amplio y
complicado en su contenido. Trataré de atenerme lo más posible a la
cuestión central.
A
lo largo de la historia han habido grandes filósofos y filosofías
que buscaron el verdadero significado del comportamiento humano y de
la felicidad. Cada uno de ellos debía contestar siempre una pregunta
fundamental: ¿Existe Dios? Todas las batallas filosóficas se
reducen en definitiva a esta cuestión fundamental y sin embargo, aún
no se ha hallado la respuesta. ¿Se podría llegar a una conclusión
definitiva si los filósofos se reunieran en una convención y
sometieran el asunto a votación? Si el resultado fuera positivo,
¿existiría Dios a partir de ese momento? ¿O estaría Dios allí
aunque votaran que no? ¿Empezará Dios a existir cuando los seres
humanos lo descubran, o ha existido siempre? Los filósofos tratan de
probar o negar a Dios a través de la lógica, pero Dios es tan
grande que no se ajusta demasiado bien a la lógica humana. ¿Puede
alguno de ustedes mostrarme su mente y explicármela? Si alguien
pudiera comprender su mente en un cien por cien, entonces podría
crearla, pero no lo puede hacer, porque no la conoce totalmente. Esto
muestra la grandeza de la mente. Los seres humanos tienen un aspecto
misterioso, y la lógica humana no puede percibir la grandeza de Dios
o de la existencia humana.
Esta
es una afirmación muy importante: si usted puede probar la
existencia de Dios por medio de la lógica, Dios sería lo
suficientemente pequeño como para caber dentro de ella, y los seres
humanos podrían crear a Dios y saber todo sobre El. Las personas
religiosas son mucho más sabias. Ya han decidido que hay un Dios, y
que, no solamente El existió desde un principio, sino que va a
existir por toda la eternidad.
Dios
creó todas las cosas, pero en Su creación la humanidad ocupa la
posición central y suprema. Es muy importante por lo tanto que
comprendamos claramente la relación entre Dios y nosotros. En la
historia han existido muchas teorías con respecto a esta relación.
Hay gran cantidad de opiniones diversas, conceptos teológicos y
escuelas académicas, pero la verdadera relación entre Dios y los
seres humanos sigue siendo una cuestión no resuelta.
Como
la relación entre Dios y nosotros es fundamental para la vida,
nuestro entendimiento no puede seguir adelante hasta que hayamos
aclarado totalmente esta cuestión. A pesar de que diversas
religiones se han desarrollado a lo largo de la historia humana, debe
haber un principio común a todas ellas que pueda explicar la
relación existente entre Dios y nosotros. Dios desea que
comprendamos este principio en su sentido esencial, y a través de Su
revelación a nuestros corazones hoy, esa comprensión es posible. Si
hay un Dios, El necesita absolutamente a los seres humanos, y hará
todo lo posible para desarrollar esa relación.
Para
comenzar nuestra discusión, permítanme preguntarles: ¿Qué es lo
más precioso en vuestras vidas? ¿Cuál será la respuesta? Algunos
dirán: "El poder". Otros responderán sin duda que: "El
dinero lo es todo". Y otros sugerirán: "La sabiduría o el
conocimiento". Entonces, ¿son esos elementos, el poder, el
dinero, el conocimiento, las cosas más importantes en la vida?
Cuando nos enfrentamos seriamente a esta cuestión, surgen otras
preguntas. Y pronto llegamos a la conclusión de que lo más precioso
es el amor. El amor es lo más precioso en la vida. Y después del
amor, la propia vida es lo más precioso. Si tenemos amor y vida,
necesitamos sólo una cosa más: un ideal. Estos tres elementos,
amor, vida y un ideal, no son solamente preciosos y profundos en
valor, sino que hacen que nuestra vida merezca la pena ser vivida.
Todas
las personas desean la vida eterna. Del mismo modo, sentimos un deseo
innato de que nuestro amor e ideales sean eternos, inmutables, únicos
y absolutos. Muchos escritores a lo largo de la historia han descrito
la belleza del amor eterno. ¿Qué escritor se ha sentido inclinado a
glorificar el amor que cambia de un día para otro? Las numerosas
religiones del mundo que dan testimonio de una vida más allá de
esta vida terrena, afirman la realidad de nuestro deseo de eternidad.
Además,
el amor y los ideales están vacíos y no tienen significado en sí
mismos, si se encuentran de forma aislada. El amor existe sólo
cuando hay alguien a quien amar y alguien que nos ame. Un ideal
necesita ser compartido con alguien. El amor y los ideales cobran
vida tan pronto como se manifiestan en una relación recíproca y
complementaria de dar y recibir establecida entre un sujeto y un
objeto. Estamos en la posición de objeto. Estamos en la posición de
objetos y siempre necesitamos de alguien que esté en la posición de
sujeto. El amor y los ideales brotarán y florecerán en plenitud
sólo cuando haya dos elementos en una relación de sujeto - objeto.
Podemos decir que todas las cosas importantes en la vida se producen
por medio de relaciones.
¿Son
los seres humanos la causa o fuente del universo, o alguien nos creó?
¿Cómo podemos ser la causa del universo, cuando ni siquiera nos
hemos creado a nosotros mismos? Es obvio que somos seres resultantes.
Somos producto de alguna causa. Por lo tanto, debe existir un sujeto
o causa. Debe haber una causa para la existencia de los seres
humanos. Este sujeto o causa es entonces la realidad esencial.
Deberíamos estar tan seguros de esto como lo estamos de nuestra
propia existencia. El nombre que elijamos para esa causa no importa.
Lo más importante es que El está allí. Y lo llamamos "Dios".
Hagámosle
nuestra pregunta a Dios. "¿Qué es lo más valioso para ti,
Dios?" Dios responderá: "El amor, la vida y mi ideal son
las cosas más preciosas para mí". ¿Necesita dinero Dios? El
creó todas las cosas. Todo Le pertenece de alguna forma. No necesita
dinero. ¿Necesita poder Dios? El ya es la fuente de todo poder. ¿Y
qué decir del conocimiento? Dios es omnisciente y la fuente de todo
conocimiento. Sí, Dios es todo esto. Pero ¿puede El solo conseguir
amor, vida y Su ideal? El desea compartir, dar y recibir en una
relación recíproca con alguien. Aún Dios todopoderoso no puede
experimentar los valores del amor, la vida y Su ideal cuando está
solo. Por esto Dios creó a Su objeto, el hombre y la mujer a Su
imagen
Ahora
preguntaré: ¿Porqué los seres humanos actuamos como lo hacemos? La
respuesta es simple: porque Dios actúa de esa forma. Todos los
rasgos humanos se originan en Dios. ¿Por qué somos como somos?
Porque Dios es como es. Este es el significado de haber sido creados
a imagen de Dios.
Somos
espejos que reflejan las características de Dios. Dios es como usted
y yo. Dios es el origen. Por lo tanto, nuestro amor proviene del amor
de Dios. Nuestra vida proviene de la vida de Dios, y nuestros ideales
provienen del ideal de Dios. Sentimos que éstas son las cosas más
preciosas porque Dios sintió primero que estas cosas eran las más
preciosas. Dios es el Sujeto del amor, de la vida y de los ideales.
Nosotros somos los objetos del amor, de la vida y de los ideales. Si
Dios es absoluto, nosotros debemos ser absolutos. Si Dios es
inmutable, nosotros debemos ser inmutables. Si Dios es único,
nosotros debemos ser únicos. Si Dios es eterno, nosotros debemos ser
eternos. Nuestra vida eterna no es una simple fantasía, es una
realidad. Puesto que Dios es eterno, Sus objetos, los hombres y las
mujeres, deben haber sido creados para la eternidad. De otro modo, no
podríamos reflejar la naturaleza de nuestro Dios eterno.
Si
existe un Dios de amor, vida e ideales, y ese Dios no manifiesta
todas estas cualidades en los seres humanos, Su objeto, entonces Dios
ha destruido su propio propósito de creación. Dios proyectó Su
propio valor pleno en Su objeto. Dios es el Sujeto del hombre y de la
mujer, y nosotros somos los objetos de Dios. Los objetos son el total
reflejo del sujeto. De modo que el hombre y la mujer juntos son la
forma visible de Dios, y Dios es la forma invisible del hombre y la
mujer. El sujeto y el objeto son uno. Dios y el ser humano son uno.
El ser humano es Dios encarnado. De otro modo, no sería capaz de
reflejar plenamente la imagen de Dios. Dios no podría convertir en
realidad la alegría, que es el propósito de Su creación. Cuando
nosotros como objetos no somos tan perfectos como Dios, no podemos
reflejar plenamente el amor, la vida y el ideal de Dios. De modo que
el hombre y la mujer son tan importantes en valor como el propio
Dios.
De
la misma forma que nuestras mentes son reales para nosotros, Dios
hubiera sido una realidad viviente para nosotros. La mente nos dicta
nuestras acciones, y la relación entre Dios y los seres humanos
debería haber sido la misma. En nuestro estado actual debemos cuidar
nuestras palabras antes de hablar, pero ¿tendría que hacer lo mismo
una persona perfecta? Una persona perfecta es automáticamente un
reflejo de la mente universal, es decir, de Dios. Nadie que fuera
perfecto podría negar a Dios. Además, la dignidad y la integridad
de los verdaderos padres originales, los verdaderos Adán y Eva, se
mantendrían durante miles de años, y todos sus descendientes
conservarían, como personas, la misma dignidad e integridad que
poseían Adán y Eva.
La
relación entre Dios y la humanidad hubiera sido de perfecta unidad.
Dios y los seres humanos hubieran estado juntos por toda la
eternidad. No podemos separarnos de nuestra mente y, de la misma
forma, los hombres y las mujeres no se hubieran podido separar de
Dios. Eso hubiera sido la perfección humana. Si no hubiera existido
la caída y esa perfección se hubiera mantenido, los seres humanos
se hubieran convertido en el núcleo del universo.
El
hogar perfecto se hubiera convertido en un modelo para la sociedad,
la nación y el mundo, de modo que por más que se expandiese el
mundo, siempre se parecería a un ser humano. Entonces, ¿quién
sería el centro del universo? En realidad el eje central del
universo está formado por Dios y Adán y Eva. ¿Por qué habría de
necesitar Dios a Adán y Eva? ¿Por qué lo necesitaban ellos a El?
Por dos motivos.
En
primer lugar, el ideal de amor de Dios se cumpliría a través de
Adán y Eva. En segundo lugar, y esto es muy importante, el Dios
invisible se habría vuelto visible a través de los hombres y las
mujeres. En otras palabras, Adán y Eva eran la forma visible de
Dios, y a través de ellos el Dios invisible podría establecer una
relación con el mundo físico y visible. El propósito fundamental
de Dios al crear a Adán y Eva era que, una vez alcanzada la
perfección en la tierra unidos con Dios, Adán y Eva pasarían al
mundo espiritual. Allí, los cuerpos espirituales de Adán y Eva
serían como el cuerpo de Dios, y moraría dentro de ellos como sus
mentes. El propio Dios sería la mente de Adán y Eva.
Hoy
tenemos nuestra mente y nuestro cuerpo en una relación inseparable
entre ambos. Del mismo modo cuando Adán y Eva se perfeccionaran aquí
en la tierra y luego fueran al mundo espiritual, Dios hubiera sido la
mente de Adán y Eva y ellos hubieran sido el cuerpo espiritual de
Dios, de modo que Dios y las personas en el mundo espiritual hubieran
sido inseparables, como un solo cuerpo. En este mundo la gente habla
de la muerte, pero en realidad no existe. La muerte es pasar a un
nuevo reino después de entregar el cuerpo físico. El yo espiritual
se convierte en el cuerpo en el mundo espiritual, y Dios se
convertirá en el centro de ese cuerpo como mente del yo espiritual.
Deseo
dar un ejemplo del valor que tiene la religión, incluso para Dios.
Si yo hiciera gestos enérgicos y gritara, pero sin dirigirme a
nadie, estoy seguro de que cualquiera que me viera se preguntaría:
"¿Está loco ese hombre?" Pero si tengo alguien con quien
hablar, alguien que me pueda responder, aunque sea un niño pequeño,
y me expreso de esa forma, entonces se me considera normal. La única
diferencia es la presencia de alguien como objeto.
De
este modo podemos comprender el valor de un objeto con el que
relacionarnos. De hecho el objeto tiene el mismo valor que el sujeto
en una relación plena. Como objetos de Dios, El nos ha colocado en
una posición igual a la Suya. Los seres humanos tienen el mismo
valor que Dios y son tan importantes como El. Aunque Dios es más
elevado, noble y poderoso, también Él debe tener Su objeto. ¿De
qué otro modo podría ser feliz? La felicidad se siente al recibir
un estímulo del objeto. Ni siquiera Dios puede ser feliz solo.
Espero que comprendan mi explicación anterior, cuando digo que, si
hay un Dios, Él necesita a los seres humanos. Deben comprender que
Dios creó a los seres humanos y al universo para sentir alegría.
Pero la felicidad de Dios permanece en espera hasta que El tiene una
relación plena con nosotros.
Hasta
el momento actual, muchas iglesias cristianas han colocado a Dios tan
alto en el cielo, y han hundido tanto a los hombres en el infierno,
que ha existido un abismo infranqueable entre ambos. Un río ancho y
embravecido ha separado a los hombres de Dios. Los hombres no han
sabido comprender a Dios como realidad viva. Hemos sido incapaces de
ver que Dios está tan cerca, es tan real, tan accesible, que hasta
podemos vivir con El. San Pablo nos enseñó que debemos ser los
templos vivos de Dios. Sin embargo, el cristianismo convencional ha
sido incapaz de hacerlo realidad.
No
importa lo rico y famoso que sea alguien, a menos que tenga a alguien
con quien relacionarse y compartir su alegría, su pena, sus
opiniones y sus ideales, no dejará de ser un hombre o una mujer
digna de lástima. Sentimos alegría y tristeza porque el corazón de
Dios puede sentir alegría y tristeza. Nunca antes en la historia
habíamos creído que Dios pudiera sentir pena. Dios puede sentir
excitación o indignación, igual que nosotros. Nosotros, como
objetos de Dios, tenemos la habilidad de experimentar emociones,
porque nuestro Sujeto, Dios, tiene la misma capacidad. Dios es la
primera Personalidad y la personalidad humana proviene de Dios. ¿Qué
podemos hacer entonces para convertimos en verdaderos objetos de
Dios? ¿Por medio de nuestros esfuerzos y nuestro trabajo arduo
únicamente? No. Existe un solo camino para unimos con Dios. Ese
camino es el amor, a través de la unidad en amor con Dios.
Voy
a explicar esto un poco más. Supongamos que existe un hombre famoso.
Frente a él hay una mujer modesta y humilde, sin belleza ni
educación. Sin embargo, una vez que este gran hombre y esta humilde
mujer establezcan una relación de dar y recibir amor, ella alcanzará
instantáneamente su nivel de prestigio. Digamos que este hombre se
apellida Jones y que se enamora de esta mujer y se casa con ella.
Ella se convierte entonces en la Sra. Jones y corresponde a su amor
con todo su corazón. Todo el poder, la autoridad y el prestigio de
que goza el Sr. Jones, son compartidos por la Sra. Jones en todos los
aspectos. ¿Qué es lo que nos enseña esto? Que una vez que tenemos
una relación de amor con Dios y nos unimos a El, nuestro valor
aumenta instantáneamente a Su mismo nivel. Este es el valor que
Jesús tenía, un valor divino. Un amor como éste es eterno,
incambiable y único.
Ahora
es el momento de hacer realidad esta relación fundamental entre Dios
y nosotros. El sujeto y el objeto deben ser uno como la causa y el
efecto son uno. La Biblia dice: "Yo soy el Alfa y el Omega,
principio y fin, el primero y el último" (Rev. 22:13). Dentro
de Dios, dos son uno. El es el principio y nosotros somos el fin. El
es el primero y nosotros somos los últimos. Y la relación entre
Dios y los seres humanos es como un círculo donde principio y fin se
unen en la unidad.
La
paz, la felicidad y la alegría son los frutos de la armonía en el
amor. Por lo tanto, el ideal de la creación de Dios, es que la
relación entre El y el hombre fuera una realidad de armonía en el
amor, en la vida y en el ideal.
He
dicho que Dios es Sujeto y que nosotros somos los objetos y que el
objeto es tan importante como el sujeto. Ahora nos gustaría saber
exactamente qué significa ser objeto de Dios.
Cuando
Dios creó al hombre y a la mujer, les dio sabiduría y ambición. La
sabiduría nos da el poder de comparar, y la ambición nos da el
deseo de luchar para conseguir lo mejor. Si tenemos dos opciones para
elegir, A y B, automáticamente las comparamos para determinar cuál
es la mejor. Nuestro deseo nos lleva a elegir y nuestra ambición no
nos deja en paz hasta que lo hemos conseguido por completo.
Me
gustaría poner otro ejemplo. Digamos que existe un hombre muy guapo.
No solamente es guapo, sino también inteligente y poderoso.
Cualquiera ambicionaría tener algún tipo de relación personal con
este gran hombre. ¿Cómo desearía que fuera esa relación?
¿Desearía ser nada más que su sirviente? No, en lo profundo de su
corazón, sabe que existe una relación mejor que la de sirviente.
¿Desearía ser únicamente su amigo? No, eso tampoco lo dejaría
satisfecho. ¿Le gustaría ser sólo su hija o hijo adoptivo? ¿Le
traería esto una completa felicidad? No, no lo creo. Anhelaría una
vinculación aún más estrecha. Existe una relación a la que nada
puede superar en intimidad. Y es convertirse en un verdadero hijo o
en una verdadera hija de este hombre. Con esta relación habrá
alcanzado la realización más completa y no ambicionará nada más.
¿Por
qué pues tenemos la ambición de convertirnos en verdaderos hijos e
hijas? Porque esa es la posición en la que recibiremos amor más
plenamente. No existe una relación más estrecha o profunda en la
sociedad humana que la que une a los padres con sus hijos. Una vez
que se tiene el amor de los padres, se posee todo lo que ellos
tienen. Cada alegría, todo el poder del padre, toda la habilidad,
sabiduría, ambición y deseo del padre, todo ha de ser entonces
suyo. Al recibir el amor de un padre no existe ningún procedimiento,
ningún documento o ceremonia necesarios para otorgarle estas cosas a
un hijo. El padre y el hijo son uno automáticamente. Este principio
está presente en las familias humanas y se aplica también a nuestra
relación con Dios.
Entonces,
¿qué tipo de relación desearíamos tener con Dios? ¿Nos
conformaríamos simplemente siendo Sus sirvientes? ¿O preferiríamos
ser Sus amigos? ¿Nos gustaría ser Sus hijos adoptivos o desearíamos
encontrar una forma de convertirnos en verdaderos hijos de Dios? Sé
que no nos conformaríamos con otra cosa que no fuera ser hijos e
hijas de Dios.
El
propósito fundamental de Dios al crear a los seres humanos fue
darnos todo Su amor, toda Su vida y todo Su ideal. Sobre nosotros
recaerá todo el amor de Dios, hasta el fondo mismo de Su corazón.
Al convertirnos en Sus verdaderos hijos e hijas, Su deseo se verá
realizado. Ese es nuestro destino último. Entonces nos saturará el
amor de Dios. Conoceremos la alegría total y nos sentiremos llenos
de una atracción total en vuestras vidas.
No
existe límite para la alegría. La alegría no tiene fin. Cuando
poseemos el amor de Dios, cada célula del cuerpo se alegra.
Respiramos con todo el universo. En ese estado nuestra vida alcanzará
su realización plena. Así es como Dios desea que vivamos,
intoxicados de amor y de alegría. Y a través de nuestra alegría,
Dios, recibe alegría. La alegría de los seres humanos es la alegría
de Dios, la alegría de Dios es la alegría de los seres humanos.
Si
la humanidad se hubiera unido a Dios, nuestro Padre, hubiera sido
guiada por El y hubiera vivido con El en el mayor amor, ¡qué
felices hubiéramos sido! Y en cuanto a Dios, qué feliz hubiera sido
viviendo con Sus verdaderos hijos. Siendo superior en todo sentido,
El se hubiera sentido lleno de alegría. Hubiera vivido con nosotros
en el mayor amor. ¿Se han parado a pensar alguna vez lo alegremente
que hubiera reído y danzado y cuánto se hubiera alegrado al vernos
y al vivir con nosotros? Nuestra gran aflicción consiste en no haber
sido capaces de vivir con un Padre así, del cual provienen toda la
alegría, toda la felicidad, todas las danzas, todo lo bueno y
alegre. Todo lo bueno se hubiera iniciado con Dios. Pero nunca hemos
visto ni experimentado la bondad en una medida tan grande y completa.
En
mi juventud, Dios me llamó para una misión en la que debía ser Su
instrumento. Fui llamado para revelar Su verdad como Su profeta. Me
comprometí inquebrantablemente en pos de la verdad, buscando las
colinas y los valles del mundo espiritual. Pronto llegó el momento
en que el cielo se abrió para mi y tuve el privilegio de comunicarme
con Jesús y con el Dios vivo directamente. Desde entonces he
recibido muchas revelaciones sorprendentes. El propio Dios me dijo
que la verdad básica y central de este universo es que Dios es
nuestro Padre y nosotros somos Sus hijos. Todos hemos sido creados
como hijos de Dios. Y dijo que no existe nada más profundo ni más
íntimo que cuando se produce la unión del Padre y del hijo, que
pasan a ser uno en el amor, uno en la vida y uno en el ideal.
El
amor, la vida y el ideal están en el punto central donde padre e
hijo se reúnen. Una vez que nos unimos allí, el amor de Dios es
nuestro amor, el ideal de Dios es nuestro ideal y la vida de Dios es
nuestra vida. Y no existe ninguna otra relación en la que pueda
haber mayor unidad de vida, de amor y de ideal, que la relación de
padre e hijo. Esta es la realidad esencial del universo.
¿Cómo
venimos al mundo? El padre y la madre se unen gracias a su amor y
unen sus vidas y sus ideales. Su amor precede a nuestro nacimiento.
El amor es la fuerza que une. El hombre y la mujer se convierten en
uno en el amor. Esto significa que el amor, la vida y el ideal del
marido se convierten en los de la mujer, y que el amor, la vida y el
ideal de la mujer se convierten en los del hombre. Esta es la forma
en que dos personas viven en unidad y se convierten en una sola
carne. Sobre esta base de unidad en el amor puede generarse una nueva
vida.
Cuando
una criatura nace, es la manifestación del amor, la vida y el ideal
de sus padres. Cuando alguien mira a su propio hijo, en realidad está
mirando a su otro yo. Está viendo el fruto de su amor, de su vida y
de su ideal. Está mirando a su segundo yo, otra forma visible de sí
mismo.
Llevemos
ahora esta verdad a una escala universal. Dios creó a los hombres y
a las mujeres como Sus hijos e hijas. El desea verse a Sí mismo en
los seres humanos. La Biblia dice: " . . . creó Dios al hombre
a Su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó".
(Génesis 1:27)
Los
seres humanos fueron creados a imagen de Dios. En otras palabras,
Dios se encarnó en los seres humanos. Somos el espejo del Dios vivo
y cada una de Sus virtudes, características y cualidades se hallan
reflejadas en este espejo. Ciertamente, Dios desea que los hombres y
las mujeres reflejen Su amor, vida e ideal. La vida humana es el
fruto del amor, la vida y el ideal de Dios.
Dios
deseó hacerse sustancial en el mundo y se acercó a ese punto con el
nacimiento de los padres originales, Adán y Eva. Dios es el padre de
Adán y Eva y, naturalmente, debe tener algún parecido con ellos.
Fue un momento revolucionario para el propio Dios aquél en el que
finalmente fue al encuentro de Sí mismo substancializado en la carne
de Sus hijos. Naturalmente, fue un momento romántico y excitante
aquél en que vio a Adán y Eva por primera vez. La mañana de gloria
para Dios en la creación de todo el universo fue el momento del
nacimiento de Adán y Eva.
Si
nos preguntamos cómo es Dios, la respuesta es que es como Adán y
Eva. Antes de que Adán y Eva cayeran, ellos eran el Dios viviente,
físico, aquí en la tierra. Como forma visible de Dios, ellos
habrían de ser los señores del mundo físico, mientras que Dios
seguiría siendo el Señor invisible de todo el mundo espiritual.
Quizá
nos hagamos una importante pregunta. ¿Por qué creó Dios a los
seres humanos? Dios deseaba asumir una forma visible y el día en que
Adán y Eva nacieron fue casi como el día del nacimiento del propio
Dios. A medida que Adán y Eva crecían y maduraban, Dios crecía
espiritualmente hacia una mayor realización junto con ellos. Dios y
Sus hijos eran la misma persona en realidad y por lo tanto, cuando
Adán y Eva reían, Dios reía, cuando se sentían melancólicos,
Dios también se ponía melancólico y cuando ellos trabajaban, Dios
trabajaba.
¿Por
qué debería ser así? Todo se dirige hacia la realización, tanto
en la tierra como en el cielo, con Dios y los seres humanos creciendo
juntos. El crecimiento de los seres humanos es también el
crecimiento de Dios. Hablamos de perfección, pero ¿qué significa
eso? Perfección significa perfección del amor, sin carencias de
ninguna clase, el amor perfecto.
¿Sabemos
que existe el amor por el hecho de haberlo visto? No vemos el amor,
pero sabemos que existe. ¿Manejamos al amor o es el amor el que nos
maneja y nos abraza? Lo segundo es exacto. El amor puede decir: "eres
mío", pero nadie puede decir: "el amor es mío". El
amor no le pertenece a nadie, el amor pertenece a todos. Supongamos
que existiese un terrible dictador que deseara poseer el amor para
sí. No importa lo que pudiera decir ese dictador, el amor se reiría
de él porque nunca estará bajo el control de una persona. ¿Se
puede unir a Oriente y Occidente por medio del poder militar, o
gracias al poder de la cultura y la religión? El poder del amor es
lo único que puede unirlos.
¡Qué
hermoso, sencillamente qué hermoso es experimentar esta vida
perfecta de Dios! Es la verdadera vida de alegría, que no se puede
comparar con ninguna alegría mundana. Una vez que llegamos a este
estado de perfección, ya no necesitamos la oración. ¿Para qué la
necesitaríamos? Estaríamos frente a Dios y viviríamos con El en
total sinceridad. Podríamos conversar con Dios. No necesitaríamos
la religión ni un salvador. Todas estas cuestiones de la religión
forman parte del proceso de reparación, del proceso de restauración.
Una persona que está en perfecta salud no necesita un médico. Una
persona que está en perfecta unión con Dios no necesita un
salvador.
La
vida en unión con Dios es la única gran manera de vivir, vida con
Dios, vida en Dios y Dios viviendo en usted. Este era el estado
espiritual de Jesús cuando dijo: "¿No creéis que yo estoy en
el Padre, y el Padre en mí?" (Juan, 14: 10). Dios y los seres
humanos se abrazarán en un solo amor que todo lo consumará. Este es
el estado en el que Dios se convierte en Realidad viva. Ya no
creeremos, sino que sabremos. Y viviremos la verdad. Si realmente
experimentamos esta clase de amor y unidad con Dios, ya hemos probado
la suprema experiencia de la vida. De los muchos líderes cristianos
que existen hoy en América, ¿cuántos han tenido la maravillosa
experiencia de recibir el profundo amor de Dios?
Dios
nos creó para que viviéramos una vida intoxicada por Su amor. Desde
que perdimos esta capacidad original, buscamos intoxicaciones
antinaturales o artificiales, embriagándonos con alcohol, marihuana
o drogas. El hombre y la mujer, sin embargo, están creados para
intoxicarse con el amor de Dios. No hay nada que supere este
sentimiento de felicidad. Cada célula del cuerpo explota de alegría.
Los ojos y oídos, los tejidos de la cara, los brazos y piernas,
todo, renacerá a la vida en una explosión de alegría. Ninguna otra
cosa puede compararse a esta clase de alegría. Una vez que una
persona descubre la forma de intoxicarse con el amor de Dios,
rehusará probar las drogas, el alcohol o cualquier otra cosa. Estas
cosas son insípidas comparadas con el amor de Dios. El amor de Dios
es como la electricidad, que puede ser conducida por cualquier parte
del cuerpo. Si el amor de Dios toca la mente, ésta saltará, si toca
las emociones, éstas saltarán, y si toca los oídos o los ojos,
éstos saltarán.
¿Hemos
experimentado alguna vez el amor de Dios en forma tan vívida? Sentir
el amor de Dios es como recibir una descarga eléctrica; cuando
alcanza a una persona, él o ella pueden parecer inconscientes, pero
por dentro están en realidad temblando de alegría extática. Una
vez que sentimos el amor vivo y activo de Dios, deseamos cerrar los
ojos, pero los ojos no se pueden cerrar. El cuerpo entero está
activado de tal forma que no se puede dejar de reaccionar ante ese
amor. Dios es todopoderoso y puede hacer cualquier cosa, de modo que
seguramente El desea que todos formen parte de un amor tan explosivo,
gigantesco y dramático, un amor que no es insulso e insípido.
Si
nos ponemos en la posición de Dios y podemos ser capaces de hacer
cualquier cosa, nos gustaría crear un amor de tal magnitud que
cuando el amor se moviera, todo el universo se excitaría y no podría
permanecer indiferente. Cuando Dios se ríe, desea que todo el
universo se ría con la alegría de Su amor. Un amor tan alegre no
puede ser creado por alguien egoísta. Cuando nos liberemos
totalmente, dando, podremos probar ese amor, el amor de Dios. Este es
el plan de la creación original de Dios. Cuando decimos: "Padre
nuestro que estás en los Cielos" ¿experimentamos realmente el
sentimiento vivo y vibrante de la presencia de Dios? ¿No deseamos
escuchar a Dios contestando: "¿Sí, hijo mío?"
El
regalo que tengo para vosotros en esta noche es mi deseo de que
comprendáis que la verdadera relación entre Dios y los seres
humanos es una relación de sujeto y objeto. Vosotros sois Sus hijos
e hijas. Una vez que hayáis alcanzado la unidad con Dios, nada podrá
perturbaros. Ni la tristeza, ni la soledad, ni la enfermedad, ni
ninguna otra cosa bajo el sol podrá desalentaros. Dios es la
seguridad definitiva. Podríais pagar muchos millones de dólares sin
poder comprar esa clase de seguridad. No tiene precio. No hay dinero
que pueda comprarla. Es la experiencia total de la vida. Fuimos
creados para vivir con Dios.
Una
vez que os convirtáis en esos hombres y mujeres, seréis el centro
del universo dondequiera que vayáis, ya sea a Marte o a la Luna, al
mundo espiritual o al mundo físico. No importa cuán pequeña sea la
porción que ocupéis en el centro, estaréis hechos a imagen de
Dios. Tendréis un lugar en cualquier parte del universo y seréis
aceptado.
Vuestra
vida es por lo tanto lo más valioso del universo. Por eso Jesús
dijo: "Porque ¿de qué le servirá al hombre ganar el mundo si
pierde su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?"
(Mat. 16:26) Jesús está hablando de la vida con Dios. La vida sin
Dios es como una lamparilla eléctrica quemada que no puede dar luz.
Una vida sin Dios es la muerte.
Jesucristo
es el único hombre que vivió el ideal de Dios en su máxima
realización. Fue el primer hombre de perfección que jamás haya
pisado la tierra y vino para restaurar la verdadera relación entre
Dios y los seres humanos. Pero después de la crucifixión de Jesús,
el cristianismo lo convirtió únicamente en Dios. Por eso la brecha
entre Dios y nosotros nunca ha podido ser superada. Jesús es un
hombre en el cual Dios se encarnó. Pero él no es Dios, el propio
Dios, el Padre. Está escrito en I Timoteo 2:5 "Porque hay un
solo Dios y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo
hombre...", la morada de Dios dentro de Jesús fue una realidad
total. El dijo: "¿No creéis que yo estoy en el Padre y el
Padre en mi?..." (Juan 14:10) Jesús es, ciertamente, el hijo
unigénito de Dios, pero Dios no quiere solamente a Jesús como hijo.
Toda la humanidad ha sido creada para poder decir. "Yo estoy en
el Padre y el Padre en mí". El propósito de la llegada de
Jesús se puede resumir en una frase: Jesús vino a traer la
resurrección necesaria para que el amor humano pudiera
perfeccionarse hasta el punto de poder llegar al dominio directo del
amor de Dios. Esta es la meta perfectamente alcanzable para cada uno
de nosotros.
EL
MODELO DE BONDAD DE JESÚS
Nuestro
primer paso para convertirnos en verdaderos hijos e hijas de Dios es
comprender claramente la idea que Dios tiene de lo bueno y lo malo.
¿Qué es bondad y qué es maldad?
La
eterna medida de lo bueno y lo malo está definida por Dios. La
definición nítida de lo bueno existía en la época de Su creación,
mucho antes de que la maldad apareciera en el Jardín del Edén. La
idea de Dios de lo bueno y lo malo nunca cambiará. Dios es eterno,
Su ley es eterna y Su definición es eterna e inmutable a pesar del
paso del tiempo.
Es
común que se considere al egocentrismo humano como la base de la
maldad. Examinemos esta idea. Todos nuestros rasgos humanos se
originan en Dios. Reconocemos que existe cierta tendencia humana
hacia el egoísmo. Esto es natural porque en un tiempo Dios estaba
centrado en Sí mismo. Este hecho puede sorprendernos, pero debéis
comprender que antes de que Dios creara a los seres humanos y al
universo, estaba solo y no tenía a nadie de quien preocuparse a
excepción de Sí mismo. Sin embargo, en el mismo instante en que
Dios inició la creación, Su concepto total de la vida surgió. Dios
vive ahora para Su objeto complementario, no para Sí mismo.
¿Qué
es la creación? La creación significa que el Creador, Dios, se
proyecta a Sí mismo de forma material. Se encarnó a Sí mismo
simbólicamente en el universo y se encarnó a Sí mismo directamente
en el hombre y la mujer. La creación ocurre cuando Dios toma forma.
Dios se invirtió a Sí mismo en la creación. La proyección de la
energía, el ideal y el amor de Dios, es la creación.
En
la Biblia, en el libro del Génesis, el proceso de la creación suena
como algo simple y fácil. El Génesis nos da la impresión de que la
creación de Dios se cumplió a través de alguna magia de Sus
palabras. Dios simplemente dice "Que exista el mundo" y
¡zas!, aparece el mundo. Luego dice "Que exista el hombre"
y ¡zas!, nacen Adán y Eva.
Pero
ahora sabemos que no fue así de fácil. Dios empleó todo de Sí
mismo en Su creación. No se reservó ni una onza de poder. La
creación fue Su obra total, Su esfuerzo total al darlo todo de Sí
mismo. Cuando Dios puso todo Su corazón y Su alma en la creación de
Su objeto, se estaba empleando a Sí mismo en un cien por cien.
Solamente así pudo crear Su segundo yo, el Dios visible.
Por
lo tanto, después de Su creación, Dios ya no existía sólo para Sí
mismo. Dios empezó a existir para Su hijo y Su hija, Adán y Eva.
Existe para amar, para dar. Dios es la existencia totalmente
generosa. Dios ya no puede existir solo. El amor y el ideal sólo
adquieren significado cuando hay una relación complementaria entre
dos partes. Dios inició la creación e hizo una inversión. No puede
perder. Cuando Dios impulsó todo Su amor, vida e ideal en Su segundo
yo, debería, en cierto sentido, obtener una ganancia. Dios sabía
que al invertir todo lo que tenía al cien por cien, Su objeto
maduraría y le devolvería multiplicados los frutos de Su amor, vida
e ideal. Su objeto, el hombre y la mujer, lo son todo para Dios. La
vida del objeto atrae a Dios. Dios desea ir a vivir con Su objeto
sobre la tierra.
Consideremos
ahora un ejemplo. Supongamos que existe un gran artista. Si trabaja
al azar sin sentir su trabajo, no puede crear nada que valga la pena.
Para crear la obra maestra de su vida, el artista debe poner todo su
corazón y su alma en su creación. Esta es la única forma de poder
producir una gran obra de arte. Si un artista trabaja de esta forma,
su arte se convierte en su vida.
Dios
es el más grande de todos los artistas. Cuando creó Su obra
maestra, el hombre y la mujer, infundió (invirtió)Su corazón en el
proceso. Invirtió Su alma, toda Su sabiduría y todo Su esfuerzo en
él. Dios sólo deseaba existir para Adán y Eva y toda la humanidad.
No escatimó ni una sola pizca de esfuerzo para crearlos. Así, la
humanidad se convirtió en la vida de Dios.
Dios
estableció el patrón para el universo. En un mundo ideal vivimos
para los demás. El sujeto existe para el objeto y el objeto para el
sujeto. La definición de Dios de la bondad es dar totalmente, es el
servicio total y la generosidad absoluta. Debemos vivir nuestras
vidas para los demás. Vivmos para otros y otros viven para nosotros.
Dios vive para los seres humanos y nosotros vivimos para Dios. El
esposo vive para su esposa y la esposa vive para su esposo. Esta es
la bondad. Y aquí abundan la unidad, la armonía y la prosperidad.
Deseo
que sepáis que el amor es el impulso más sagrado y supremo. Si
alguien puede dar su vida por su esposa, es el más grande de los
amantes. Del mismo modo, aquellos padres que dan su vida por sus
hijos poseen el más alto grado de amor.
Debemos
aprender las lecciones de amor que nos ofrece la naturaleza. Las
personas más santas siempre han estado en estrecha vinculación con
la naturaleza. Uno debería naturalmente desear salir cada día a
mirar el cielo, los pájaros y los animales para recibir nuevas
lecciones de amor. Nuestro hogar debe ser un hogar de amor, no sólo
para nuestra familia sino también para las cosas de la naturaleza.
Todas las criaturas, incluso los insectos, desearán convertirse en
parte de nuestra "orquesta de amor". Tendremos plantas,
animales, flores e insectos viviendo juntos con amor.
El
universo da la bienvenida a los hombres y mujeres que consideran al
amor como el valor supremo. ¿Hay alguien aquí que crea que me
equivoco al decir esto? El amor es todopoderoso, es mayor que la
propia vida. No existen adjetivos lo suficientemente amplios para
describir el amor. Es absoluto, es inmutable, es hermoso, es dulce,
sin embargo ninguna de estas palabras puede abarcar al amor. A través
de toda la historia de la literatura y de la poesía, ¿qué es lo
que más se ha ensalzado, la vida o el amor? ¿0 quizás el poder y
el dinero constituyen el centro de la poesía? No, el amor es lo más
valioso. La razón es muy simple y sin embargo quizás la mayoría de
los poetas no la comprenden totalmente.
No
hemos nacido para nuestro propio bien, sino para el bien de otros.
Mientras que nuestra terminología sea "nosotros", el
universo nos apoyará, pero tan pronto como comencemos a pensar en
términos de "yo" y "mi", el universo se volverá
en nuestra contra. En ultimo término, usted será expulsado del
universo. ¿Puede usted quejarse de esta regla?
La
belleza del matrimonio es que impulsa a las personas a pensar siempre
respecto a si mismos en términos de otro. Del mismo modo, vivir en
una familia nos exige que pensemos en términos de "nosotros".
Los hijos piensan en sus padres, los padres piensan en sus hijos,
cada hijo piensa en sus otros hermanos y hermanas.
¿Se
molestarían los hombres si yo les dijera que han sido creados para
las mujeres? Quizás alguno pueda sentirse orgulloso de su
masculinidad y no desea oír hablar de esto. Pero este es el
principio de la creación de Dios, y no debe apenarnos oír estas
palabras. El hombre vive para su pareja, no para sí mismo.
Supongamos
una mujer posee una gran belleza. No importa lo hermosa que sea, su
belleza no es para su propia gratificación, sino para el deleite de
los hombres. Hemos sido creados para vivir para el prójimo. Esta es
la razón misma de nuestra existencia. Existimos para otros, para un
objeto, para una pareja. Este es el principio de todas las relaciones
humanas en nuestra sociedad. Los padres existen para sus hijos y los
hijos existen para sus padres. Luego tanto los padres como los hijos,
cuando dan generosamente, se unen en un movimiento circular.
Este
movimiento circular es el movimiento de la unidad. Cuando alguien da
y recibe, la acción de dar y recibir crea un movimiento circular. El
movimiento circular puede ser eterno, porque allí no hay ni
principio ni fin. Toda la creación de Dios se basa en un patrón de
movimiento circular, puesto que El creó para la eternidad. Nuestras
caras son redondas, aunque existe una línea vertical central.
Nuestros globos oculares son redondos y tenemos labios superiores e
inferiores que forman una boca redonda. El sol, la luna, la tierra y
todos los cuerpos celestes son redondos. Todos rotan sobre sus
propios ejes y giran unos alrededor de otros. Todo en este universo
obedece a una acción complementaria de dar y recibir entre sujeto y
objeto. La acción de dar y recibir se produce entre las arterias y
las venas y es así como la sangre circula a través del cuerpo. La
enfermedad humana es el estado en el cual el equilibrio de la acción
de dar y recibir se rompe y el movimiento circulatorio normal se
detiene. Sin la existencia de esta acción de dar y recibir entre el
sujeto y el objeto, y sin respetar este principio, nada dura
eternamente. El universo existe en una continua acción de dar y
recibir, yendo del núcleo interior al núcleo exterior de la
existencia, e iniciando nuevamente todo el proceso. El poder de todo
el universo está dentro del embrión más pequeño, luego el embrión
germina y se da a todo el universo. Esta es la forma última de dar y
recibir.
Cada
persona resulta pequeña comparada con el tamaño del universo. Sin
embargo, siente la necesidad de vincularse con todo el universo. ¿Por
qué sentimos esa necesidad? Debe existir una razón para ello. Es
porque el vasto universo está realmente ligado a cada pequeña vida.
El universo se relaciona con cada embrión, con el origen de cada
persona y luego cada embrión se expande hacia el universo. El
universo penetra en cada uno y cada uno se relaciona con el universo,
como una espiral de movimiento continuo desde dentro hacia fuera.
Toda existencia que se base en el principio de Dios de la acción
armoniosa de dar y recibir es una buena existencia.
Entonces,
¿qué es la maldad? La maldad es el surgimiento del egoísmo en este
mundo. Si un individuo parte en su propia dirección, esa persona
puede decir "Quiero existir para mi. Este es mi universo y
existe para que yo me gratifique al máximo". Cuanto más se
mueva esa persona, más destrucción le acarreará al universo. Si
hubiera un número suficiente de hombres y mujeres que siguieran este
ejemplo, todo sería destruido. El orden y la armonía de todo el
mundo se verían arruinados por una actitud de "amor a la
libertad" de este tipo. El principio de Dios de dar con
generosidad se transformó en un principio contrario a Dios, de tomar
egoístamente. La posición contraria a Dios de desear ser servido en
lugar de servir quedó así establecida.
La
fuente de todo el mal es Satán. El estaba en la posición de servir
a Dios, pero en lugar de ello, se presentó como otro dios y subyugó
al hombre y a la mujer para su propio beneficio. Dios es la fuerza
positiva absoluta en el universo. Entonces Satán se presentó como
otra fuerza positiva. Dos fuerzas positivas se repelen naturalmente.
Satanás es un arcángel caído. Abandonó su posición de fiel
servidor de Dios y de Sus hijos, desafió a Dios y compitió con él.
Su motivación fue el egoísmo. De su egoísmo provino el mal y el
pecado.
Lo
que sucedió fue que Eva cayó de su posición de primera hija de
Dios, convirtiéndose en la primera víctima de Satanás y
transformándose en una criatura de egoísmo. Juntos Eva y Satán
lograron atraer a Adán a su mundo egoísta. Cometieron pecado a
través de una relación amorosa ilícita e inmoral. ¿Y cómo era la
relación amorosa entre ellos? Todo debía empezar con Dios. Luego
pasaría a Adán y Eva y luego al arcángel. Pero las cosas
sucedieron al contrario, primero el arcángel, luego Eva y Adán.
Desde
el punto de vista del arcángel, tanto Eva como Adán estaban en la
posición de su Señor. Esto significa que el arcángel sedujo a Eva,
la esposa prometida a su Señor. Después de esa vergüenza Eva quiso
justificar su pecado y tentó a Adán haciéndolo cometer el mismo
pecado. Todos ellos desafiaron a Dios. ¿Si usted estuviera en el
lugar de Dios, qué haría? ¿Podría perdonarlos simplemente?
¿Podemos decir que Dios hace las cosas al azar sin seguir ninguna
ley o principio? Decimos que Dios es absoluto, ¿pero debe esto
entenderse en el sentido de que puede perdonarlos en una forma que
pueda ser mala? Sabemos que Dios es un ser absoluto solo en aquellos
aspectos que son buenos.
La
intención original de Dios al crear a Adán y Eva, al Arcángel y a
toda la creación ha sido invalidada. Pero Dios no los puede
abandonar y pisotear. Dios era el Señor y el Creador de todas esas
personas y cosas; así, el pecado se cometió dentro de Su familia.
De modo que era natural que Dios se apenara por lo que ocurrió. El
estaba avergonzado también. En su propia familia, si usted comete un
pecado, o si su madre comete un pecado, ¿su padre se sentiría
honrado o avergonzado? Entonces, ¡cómo no estaría de apenado Dios
al tener esa clase de hijo e hija y esa clase de servidor! Sentía
remordimientos, pena y rabia. A la luz de todo esto podemos decir que
Dios es un Dios apenado y un Dios avergonzado. Es un Dios que ha
probado la amargura del pecado. Si su hijo o hija han pecado, usted
siente que es usted el pecador.
A
raíz de este trágico acontecimiento, Dios fue aislado por el hombre
y la mujer en el Jardín del Edén. Este es el significado de la
versión del Génesis acerca de la caída. La historia humana empezó
mal, sin Dios. Las bases para la historia de maldad de la raza humana
estaban sentadas, y Satanás quedo establecido como el gobernador de
este mundo. Debemos comprender claramente lo que hizo Satanás.
Satanás robó y destruyó el único elemento que Dios estaba
tratando de perfeccionar con el hombre y la mujer: Su amor. La
relación de amor entre Dios y Sus hijos quedó destrozada. El
egoísmo nació al comienzo de la historia humana, y ahora nuestro
mundo está repleto de asesinatos, mentiras y robos. Todas estas
acciones en el mundo del mal están motivadas por el egoísmo.
El
mal subyuga a otros en su propio beneficio, mientras que el bien se
sacrifica por el beneficio de otros. Desde la caída del hombre, el
trabajo de Dios ha consistido en la restauración de la bondad
original. Dios desea abolir el mundo del mal y recrear el mundo del
bien. Hemos perdido nuestra salud. Nos hemos convertido en personas
enfermas. La salvación de Dios es, por lo tanto, la restauración de
los seres humanos a un estado saludable una vez más. Este mundo, que
es el reino del infierno en la tierra, es un lugar que necesita un
salvador.
Cuando
los seres humanos consuman su vida en el infierno sobre la tierra, al
ser elevados al mundo espiritual no pueden tener otro destino que el
infierno. Permítaseme una analogía. En el otoño se cosechan
manzanas hermosas, pero si una de esas manzanas está podrida el
granjero se deshará de ella. No hay lugar para ella. Estas personas
que terminan en el infierno son basura humana a los ojos de Dios. Una
manzana puede tener la piel dañada, y sin embargo su interior puede
estar bueno, mientras que otra puede tener buen aspecto, pero estar
podrida adentro y no valer nada. Los seres humanos pertenecen a la
segunda categoría. No hay posibilidad de que una persona que ha
caído y está corrompida por dentro sea salvada fácilmente.
Aunque
la superficie de una manzana esté algo dañada, si sus semillas
están intactas, todavía tiene valor. Sin embargo, con los seres
humanos sucede lo contrario, ya que están intactos en su exterior,
pero podridos en su interior. Después de la caída los seres humanos
vieron pudrirse su interior.
Dios
sembró la semilla del bien, pero antes de que El pudiera recoger su
fruto, Satanás invadió con su semilla del mal y cosechó su fruto
maligno. Por esta razón, Dios debe volver a sembrar la semilla del
bien. Para este trabajo Dios necesita ciertas herramientas. Las
religiones del mundo han sido las herramientas de Dios. A través de
la historia, las religiones buenas han enseñado la forma de vivir de
Dios, centrada en el amor sacrificado y el deber. Es así que el
cristianismo puede ser considerado como la religión más avanzada y
progresista porque enseña este amor sacrificado y este deber en una
forma suprema.
En
la historia hay muchas enseñanzas. Una es que si alguien nos trata
mal, debemos pagarle con la misma moneda: ojo por ojo, diente por
diente, muerte por muerte. Sin embargo, la enseñanza más
revolucionaria fue la de uno que dijo "Ama a tu enemigo y reza
por aquellos que te persiguen". No es necesario decir que se
trata de Jesucristo
¿Jesús
hablaba por sí mismo, o estaba enseñando de acuerdo a la voluntad
de otro, negando su propio ego? ¿Qué pensáis vosotros? Jesús no
estaba proclamando su propio mensaje. Por encima de él estaba Dios.
La enseñanza de Jesús era la enseñanza de Dios; su reacción
emocional ante las cosas no era la suya propia. Esto significa que
las declaraciones que hizo Jesús eran de Dios, y en Dios se puede
confiar en un cien por ciento.
En
última instancia, podemos concluir que en este universo existe un
solo ser en el que se puede confiar totalmente: Dios; y Sus
características se manifestaron a través de Jesucristo.
Jesús
vino como un salvador, pero su enseñanza fue "...el Hijo del
hombre no vino para ser servido, sino para servir ... " (S.
Mateo 20:28) Jesús enseñó que el amor más grande del universo es
dar la propia vida por nuestros enemigos. La enseñanza de la Biblia
es contraria a la regla común en nuestra sociedad. Es exactamente lo
opuesto de aquello que es habitual en este mundo egocéntrico. La
Biblia nos enseña la generosidad completa y el sacrificio total. "El
que halla su vida, la perderá; y el que pierde su vida por causa de
mí, la hallará". (S. Mateo, 10:39). Parece casi insensato
pensar seriamente en vivir de esta forma en nuestra sociedad maligna.
Pero una vez que se aprende el principio de Dios, se descubre que no
existe en realidad sabiduría mayor que ésta.
Las
enseñanzas de Jesucristo llegan hasta el núcleo mismo de esta
verdad fundamental. Cuanto más demos, más recibimos. Dios
recompensa la generosidad total con el amor total, y el sacrificio
total con la vida total. El dar crea el espacio para que penetre el
amor de Dios. Cuanto mayor sea el espacio y cuanto mayor sea el vacío
creado por su acción de dar, tanto más rápido se sentirá usted
repleto con el flujo del amor de Dios.
Para
que lo traten bien a usted, primero debe tratar bien a otros. Se
recoge lo que se siembra. Siembre el mal para recoger el mal; siembre
el bien para recoger el bien. Su preocupación debe ser como dar, y
como dar bien. En cuanto a lo que reciba en cambio, debe confiar en
Dios. El se ocupará de eso. Todos tenemos solo una vida; al final de
su vida, la pregunta sería que usted deberá contestar es cuan bien
amó usted en realidad a Dios. La pregunta ya fue planteada por
Jesús, tal como se registra en la Biblia. El les pedía a las
personas que lo amarán más que a sus propios cónyuges o hijos o
cualquier otra persona.
El
amor es de diferentes calidades. ¿Cuál es la medida de amor que
debemos satisfacer antes de estar realmente calificados para decirle
a alguien "Te quiero"? Usted debe saber cual es su
situación respecto a esa norma. La medida de amor de Jesús fue más
allá de todo en la vida de una persona: los seres queridos y las
cosas que amamos - todo. Cada persona tiene un lazo en su propio
ambiente, familia, país y mundo. Todo eso debía ser abandonado, de
ser necesario, para amar a Jesús; esta es la medida definida que se
da en la Biblia.
Quizás
usted piense en estas cosas y rece con esta actitud, pero la
verdadera prueba está en la forma en que usted vive su vida.
Consideremos el caso de un hombre bueno y un hombre malo. Supongamos
que hay un hombre que tiene diez amigos. Día tras día este hombre
sirve generosamente a sus diez amigos. La gente no puede dejar de
amarlo. Puede convertirse en el mejor amigo de diez personas.
Entonces su influencia se extenderá a los parientes y amigos de esas
diez primeras personas. Al dar y servir generosamente este hombre se
vuelve próspero. Es un centro de armonía y unidad porque vive el
principio de Dios. La generosidad trae la prosperidad. He aquí un
hombre bueno.
Pero
supongamos que, por el contrario, este hombre les dice a sus amigos
"Ustedes diez, tráiganme todo a mi; ustedes están aquí para
servirme". Antes de que les diga esto tres veces a sus amigos,
todos terminarían cualquier vinculación con él. Pronto se
encontraría solo. ¿No es esto cierto, aún en nuestra sociedad? Es
universalmente cierto: una doctrina egocéntrica, una filosofía
egocéntrica, una forma de vida egocéntrica lo lanzará a usted de
lleno por el trágico camino de la autodestrucción. Pero si usted
vive su vida sirviendo a otros, hallará la prosperidad. Podrá
parecerle que ese camino lo conducirá a la ruina, pero no será así.
La única razón por la que no siempre le traerá prosperidad es que
usted no diera hasta el fin. Por la mitad usted súbitamente se
vuelve escéptico. Cambia de opinión o se apiada de sí mismo y se
aparta así de la ley de Dios de generosidad total. El buen resultado
nunca se materializa. La generosidad total es el camino de la
prosperidad porque es el camino de Dios.
Si
un individuo se sacrifica a sí mismo por otro individuo, ese
individuo se convierte en un héroe para otros. Si una familia se
sacrifica por el bienestar de otra familia, entonces esa familia se
transforma en una familia heroica entre todas las familias. Los
pueblos y las naciones que se sacrifican a sí mismos para beneficio
de otros se convierten en campeones de naciones. Un hombre que da su
vida por sus padres es un hijo piadoso. Un hombre que da su vida por
su nación es un patriota. Y un hombre que da su vida por toda la
humanidad es un santo.
El
designio de Dios no es que el individuo vaya en una dirección, la
familia en otra, y la nación y el mundo por otra distinta. El
verdadero camino de la vida comienza con el individuo pero luego
continua hasta el nivel universal. Debemos pasar por varias etapas,
incluyendo el mundo espiritual. Siempre hay una prueba que pasar en
cada nivel antes de avanzar más allá. ¿Quién pone la prueba? No
es Dios, sino Satanás y el mundo satánico los que lo ponen a
prueba. Satanás está en la posición de fiscal mientras que Dios
está en la de juez y usted es el demandado. Jesucristo es su abogado
defensor. Hay un tribunal en cada nivel de su camino y finalmente
Dios, el soberano universal, tiene Su propio tribunal. Nadie puede
escaparse de comparecer allí.
Los
cristianos predican el amor a nuestros enemigos, pero Jesús también
dijo que debíamos amar a nuestro, vecino. ¿Quién es el vecino más
cercano de un cristiano? Ciertamente, otro cristiano. ¿Pero lo están
haciendo? ¿Aman los católicos a los mormones? ¿Aman los Testigos
de Jehová a los Metodistas? No importa que nos llamen herejes;
quienquiera que practique este principio de amar a sus enemigos está
más cerca de Dios y es cristiano ortodoxo. Eso es lo que creo. El
amor puede unir. Si los cristianos practican el amor entonces nos
podemos unir con los cristianos y los cristianos pueden unir a todas
las religiones del mundo.
¿Son
herejes los moonies o no? ¿Cómo puede usted saberlo? Si usted les
dice a los cristianos del mundo lo que es la Iglesia de la
Unificación, pueden decir que usted es un hereje. Lo importante es
heredar la verdadera tradición y espíritu del cristianismo, sin
embargo, y siempre que heredemos esa doctrina y la practiquemos,
seremos los más ortodoxos.
Aunque
los propios cristianos hayan violado muchas de las leyes de Dios,
siguen juzgando a otros, llamándolos herejes o anticristos. Algunos
cristianos insisten en que la Iglesia de la Unificación es falsa y
herética, pero ¿están calificados para juzgar? ¿Les dio Dios
autoridad para ello? Si los cristianos sólo se preocupan por su
propia iglesia, serán juzgados por las personas que viven más allá
del circulo de su propia religión, las personas que se dedican
totalmente a servir a Dios.
Jesucristo
proclamó esta misma verdad. El luchó por el cumplimiento de la
verdad de Dios sobre la tierra. No vino para satisfacer el propósito
egoísta de su nación, sino para lograr la salvación del mundo
entero.
Dios
deseaba que la nación elegida de Israel sirviera como el instrumento
preparado para el Mesías para su misión de salvación del mundo. La
nación de Israel no sabia esto. Algunos pensaban que la llegada del
Mesías suponía el advenimiento de un líder militar que restauraría
el imperio político del Rey David para gloria de los judíos. ¡Cuán
equivocados estaban!
Podría
pensarse que Dios está interesado en sólo una familia o una nación
en particular. Hasta el presente, cuando la mayoría de los
cristianos rezan fervientemente, llevando una vida piadosa, ellos o
ellas están luchando por la salvación individual, o a lo más, por
la salvación de sus familias. Estamos acostumbrados a llegar hasta
ahí, pero no a ir más allá. No nos hemos dado cuenta de que si
realmente luchamos por establecer una nación regida por la verdad de
Dios, nuestras familias y nosotros mismos quedaremos incluidos en
ella. Al tomar en consideración cosas superiores, estas pequeñas
áreas ya estarán salvadas o incluidas. Hoy el cristianismo está
declinando, y ésa es la causa. Y si el cristianismo en su conjunto
decae, aún la familia y el individuo estarán perdidos. Muchos
cristianos creen que cuando el Señor venga por segunda vez, lo hará
sólo para ellos o para su propia familia. ¿Se darán cuenta los
cristianos de que cuando Dios venga de nuevo, establecerá toda una
nación elegida por Dios, a modo de base desde la cual redimirá al
mundo? ¿Existe un solo cristiano en el mundo que crea firmemente que
cuando Cristo vuelva debe haber una base nacional establecida para
que trabaje sobre ella? Si a usted le preguntaran qué es lo que
quiere salvar, usted respondería inmediatamente no que desea
salvarse a sí mismo, sino que desea salvar por lo menos a una
nación. Porque usted sabe que si usted pudiera salvar a toda una
nación, su familia estaría incluida en ella, y también usted. De
modo que usted y su familia también se salvarían.
Si
usted lo piensa, en los tiempos de Jesucristo esto también era
cierto. Algunas personas en aquella época pensaban que Dios había
preparado cuatro mil años de historia para enviar a Jesús a los
judíos para salvar a esa nación. Ellos pensaban que cuando Jesús
llegara, se vengaría de sus enemigos, y lo deseaban. Su nación
dirigiría al mundo y todas las demás se pondrían de rodillas
frente a ellos. Pero si usted estuviera en la posición de Dios,
¿desearía usted salvar al mundo entero, salvar a una nación o
solamente a un individuo? La respuesta es clara.
¿Por
qué se extendió el cristianismo en todo el mundo? Porque el
espíritu de sacrificio de Jesús es el ideal de la providencia, y
ése es el espíritu fundamental de la providencia de Dios
sacrificarse por otros. El cristianismo ha sido muy perseguido, pero
cuanto más se le perseguía, más prosperaba. Jesús no dejó
ninguna ideología como el marxismo, sino que por el espíritu
únicamente hizo tan gran efecto en el mundo. Esto lo hizo no solo
Jesús, sino también la providencia de Dios y la cooperación y la
voluntad del Propio Dios. Por lo tanto, lo mas importante es una
nación que sacrifique todas las cosas por el mundo entero y por toda
la humanidad. Desde esa nación provendrá un sistema desarrollado a
partir del propio Jesús. Se desarrollará el futuro mundo ideal. La
nación se sacrificara a sí misma y a su soberanía para beneficio
del mundo entero. No existe una nación así sobre la tierra.
Los
Estados Unidos están lejos de esta posición. El individuo y el
individualismo son buenos, pero América y los occidentales ponen
demasiado énfasis en estas dos cosas. Como resultado de ello, han
perdido a su nación, su pueblo, su familia, sus padres, y hasta a sí
mismos. Son como halcones que el viento arrastra.
El
propósito ultimo de Dios no es la salvación de ningún individuo,
iglesia o nación en particular. El propósito de Dios es salvar al
mundo entero. Por lo tanto la verdadera iglesia debería sacrificarse
a sí misma en beneficio del mundo. Dios sacrificó a Su hijo
Jesucristo para salvar a la humanidad; el hijo unigénito de Dios fue
sacrificado para salvar a la humanidad. ¿Estaría bien o estaría
mal sacrificar si fuera necesario a la Iglesia de la Unificación
para salvar a América y al resto del mundo? En el mundo hay gente
que está muriendo y que sufre desesperadamente. Si ellos son sus
hermanos y hermanas, entonces usted debe llegar hasta ellos y pedir
por ellos. Los verdaderos cristianos deben estar dispuestos a
sacrificar sus propias vidas para la salvación del mundo y de la
humanidad. Sin embargo, muchas de las enseñanzas cristianas de hoy
en día están centradas en sí mismas. Muchos cristianos están
buscando su propia salvación personal; están clamando por "mi
salvación" y "mi cielo". Esto es contrario a la
verdad de Dios y contrario al ideal de Dios. Debemos dar, amar,
sacrificarnos, y vivir por el bien de otros en forma constante.
¿Podremos
encontrar una nación así en la tierra? No existe una nación como
ésta que se sacrifique a sí misma. Por lo tanto , la religión debe
sacrificarse a sí misma. La religión debe sacrificarse a sí misma
por una nación, y esa nación debe sacrificarse a sí misma por el
bien del mundo.
Y
el mundo debe sacrificarse por el bien de Dios. De esa forma se podrá
alcanzar el ideal de Dios de un mundo unido. Si esa religión está
en América, entonces debe sacrificar todo cuanto posee para salvar a
América. Esa religión no deberá luchar para multiplicar sus
iglesias, sino que deberá trabajar para salvar a la nación,
sacrificando a sus propias iglesias. Si trabaja con ese espíritu,
entonces esa nación se convertirá a esa religión y finalmente se
unirá con ella. Y cuando esa religión se una con su nación, deben
avanzar para salvar al mundo, sacrificándose a sí misma. Por lo
tanto, sin sacrificio, la voluntad de Dios no puede ser realizada.
Estamos
en posición de tener que liberar el corazón de Dios, que ha estado
muy dolorido debido a la caída del hombre. Debido a la caída, Su
felicidad ha estado comprometida, de modo que debemos liberarlo y
aliviar Su pena, consolarlo. Sin estar conscientes de este hecho ,
los cristianos o los miembros de cualquier otra religión le han
estado pidiendo a Dios que los libere y que haga esto y aquello por
ellos, sin tener noción de que somos nosotros en cambio quienes
tenemos que liberar a Dios.
La
Iglesia de la Unificación se creó en esta tierra con esa misión,
de liberar el corazón de Dios. La cuestión o problema más
importante es cómo aliviar su corazón restaurándonos a nosotros
mismos a nivel individual, familiar, nacional y mundial. Lo que Dios
desea no es el mundo tal cual es, no es el cristianismo tal cual es.
Desea que el mundo y el cristianismo y Su pueblo liberen Su corazón,
conscientes del hecho de que Su corazón es presa de la pena, o de la
tristeza. ¿Cuántos cristianos hay que pensaron en eso?. ¿Existió
alguna vez una nación elegida de Dios en la que la gente haya estado
pensando en liberar el corazón de Dios de la pena?
Todos
debemos trabajar por el modo de vida ideal. Yo existo para mi
familia, mi familia existe para nuestra sociedad, nuestra sociedad
existe para nuestra nación, nuestra nación existe para el mundo,
todo el mundo existe para Dios, y Dios existe para usted y para mí,
para toda la humanidad. En este gran circulo de dar y recibir hay
armonía, unidad, y existe un proceso natural de prosperidad
creciente. Más aún, puesto que en este circuito toda existencia
cumplirá con su propósito de creación, existe una abundante y
profunda alegría. Este es el reino de los cielos, desbordante de
sentimientos de felicidad.
En
nuestro mundo, el egoísmo lo arruina todo. El egoísmo en la familia
acarrea la falta de armonía, que luego se traduce en amargura y
peleas. Cada uno desea ser servido en lugar de servir a otros. Las
esposas les dicen a sus maridos lo que deben hacer y luego tratan de
ser servidas. Los maridos quieren que los sirvan sus esposas. Los
padres esperan servicios de sus hijos y los hijos dan por sentado que
sus padres deben servirlos. Esto está demostrado en nuestras
familias, en nuestras sociedades y en nuestras naciones.
Si
los seres humanos se amaran, no habrían deseado separarse, habrían
deseado acercarse y abrazarse y hablar entre sí; dondequiera que
fueran desearían asociarse e ir de un lado a otro, y no habrían
olvidado su propia lengua Pero si existe falta de armonía, si hay
peleas, usted no desea estar con su oponente; usted quiere ir para
este lado si el desea ir para aquel, y usted jamás comería lo que
preparó su adversario. La causa de la falta de armonía reside en la
caída.
En
este mundo actual las naciones existen solamente para sus propios
intereses nacionales. Maquinan, se confabulan, estafan y mienten.
Destruyen a otras naciones para su propio beneficio. ¿Existe
siquiera una sola nación en la tierra que le prometa a Dios: "Dios,
tu puedes usar esta nación como tu sacrificio y como tu altar, si
esa es la forma en que puedes salvar al mundo"? Díganme,
¿existe esa nación? ¿En donde?
Es
un hecho reconocido que cuando América demostró su espíritu de
servicio y de sacrificio para cumplir con su deber en el mundo, y se
esforzó por ayudar a otros que lo necesitaban - cuando América dio
vidas, dinero, y tendió su mano, disfrutó de una edad de oro. Pero
ahora América tiene una actitud egoísta. Los problemas internos son
hoy muy severos. América está pasando por un momento crucial. Hoy
hay cada vez más divisiones, mayor corrupción, y más y más
cantidad de flagrante inmoralidad, que ahogan a esta tierra.
No
estoy diciendo estas cosas simplemente para criticar a América.
Estoy proclamando la verdad divina que Jesús reveló hace dos mil
años.
Yo
fundé la Iglesia de la Unificación. Si la Iglesia de la Unificación
existe solamente para el beneficio o el bienestar de la propia
Iglesia de la Unificación, entonces está condenada a perecer. Yo
fundé la Iglesia para poder dar mi vida, mi corazón, y mi alma para
el progreso de la salvación del mundo. Les enseño a los miembros de
esta Iglesia a tener como única motivación el deseo de servir a
otros, de salvar a esta nación y al mundo.
No
todas las religiones son buenas. Hay religiones centradas en Dios y
religiones centradas en Satanás. ¿Cómo podemos distinguir entre
ambas? Podemos distinguirlas observando sus acciones. Aquellas
religiones que tratan de lograr las posiciones más fuertes y
conquistar a los débiles son las religiones malas. Las buenas
religiones siempre tratan de ocupar la posición inferior y tratan de
sacrificarse y servir. La religión de una nación debería
inspirarla a trabajar por el bien del mundo, y no solamente para sí
misma. Una religión buena trata de promover el espíritu de servicio
en todo el mundo.
Jesús
no les enseñó a sus discípulos a tomar represalias. Les dijo: ".
. . a cualquiera que te hiriere en tu mejilla diestra, vuélvele
también la otra; . . . y a cualquiera que te cargare por una milla,
ve con él dos." (S. Mateo, 5: 39,41) Nunca se deben tomar
represalias; todo lo que se debe hacer es dar completa y totalmente,
y luego Dios nos lo devolverá aún con mayor abundancia.
El
mayor enigma de la historia es cómo el nombre de Jesús, ese hijo de
carpintero, desconocido y sin educación llegó a ser conocido en
todos los hogares en los últimos dos mil años. Jesús no fue bien
aceptado durante su vida. No tenia una educación formal y su aspecto
era humilde y pobre. Se hacia amigo de los pescadores del mar de
Galilea, de los recaudadores de impuestos y de las rameras. Cuando
Jesús fue de pueblo en pueblo con ellos, diciendo cosas asombrosas e
inauditas, la gente penso que estaba loco y que era peligroso.
Finalmente lo crucificaron.
¿Cómo
pudo el nombre de un hombre así llegar a ser universalmente conocido
durante dos mil años? Jesús vivió de acuerdo con la formula de
Dios. Es un hombre universal en este aspecto y esto es lo que lo
distingue. Fue totalmente y absolutamente una persona publica que
abarcó al universo. Así es precisamente como Dios ha estado
viviendo a través de la historia. Las filosofías de Dios y de Jesús
fueron absolutamente paralelas, y después de la muerte de Jesús,
Dios llevó su nombre a todos los rincones del universo.
Cuando
Jesús fue crucificado, los soldados romanos lo atravesaron con sus
lanzas. Y Jesús rezo por sus enemigos: "Padre, perdónalos,
porque no saben lo que hacen." (S. Lucas 23:24). Aún en el
momento de morir en la cruz Jesús fue tan sincero en su perdón. Su
ultimo acto fue motivado por su amor hacia sus enemigos. Su mente
compasiva se apiadaba no sólo de su propio pueblo, sino también de
los enemigos de su pueblo. Encarnó la suprema forma de dar - un
modelo de amor. No estaba rezando solamente por ese soldado romano
que le clavaba su lanza; rezaba por el perdón de todo el Imperio
Romano. Llego con una misión universal, internacional, que no iba
dirigida a una sola alma o a un solo grupo. Hoy muchos cristianos
están buscando su propio Cielo, su "pequeño espacio allá
arriba", pero ésa no es la forma en que lo ve Dios. O se gana
todo el mundo, o nada puede ganarse.
Aquellos
que se sacrifican a sí mismos por el bien de la humanidad merecen
ser llamados hombres y mujeres de verdad. Jesús fue el hombre que se
sacrificó a si mismo por la humanidad. Jesús fue el primero en
comprender el hecho de que debía morir por Dios, la nación de Dios
y todos los pueblos de Dios. Por lo tanto, la gente admira a Jesús,
y Dios lo ama. Pero el amor de Dios y el amor humano verdadero fueron
revelados a través de Jesús. Un nuevo mundo comenzó a partir de
Jesús. El ejemplo de Jesucristo es el patrón absoluto para toda la
humanidad. Imaginen toda una nación compuesta de hombres y mujeres
semejantes a Jesucristo. ¿Cómo la llamarían? El Reino de los
Cielos sobre la tierra no podría ser nada menos que eso.
Jesucristo
reinó sobre todo lo viviente debido a su forma de amar, de dar y de
sacrificarse sin precedentes. Seguirá siendo el Señor para siempre.
De la misma forma, nadie en este universo supera el amor y la entrega
totales de Dios. De modo que Dios es Dios para siempre. Reina sobre
toda la creación.
Consideremos
la caída de Roma. Todo el Imperio Romano resulto derrotado frente al
ejercito sin armas, el ejercito de Jesucristo. ¿Con qué medios
conquistaron Roma los cristianos? La conquistaron con amor, con
sacrificio, y con la entrega total, aún a costa de sus propias
vidas. La historia es testigo de que ningún imperio puede resistir
ante el ejercito del amor que se sacrifica. Y esta historia se
repetirá.
La
humanidad no distingue con claridad la definición de lo bueno y lo
malo. No estamos seguros de donde debe estar nuestro compromiso, de
cuando debemos actuar, de donde debemos servir. Esta ha sido la
fuente de la mayor confusión en las vidas humanas. No debemos
convertirnos en los cristianos que simplemente anhelan fervientemente
su propio bienestar. Como cristianos, debemos vivir la vida de Jesús
y darnos totalmente para beneficio de otros, de modo que otros puedan
vivir. Este es el designio de Dios.
El
mundo actual evoca la ira de Dios. Merece en verdad su juicio
inflexible. Pero Dios es amor, y El es paciente. Dios está
reprimiendo Su ira porque El desea salvarnos. Nos está dando la
oportunidad de cambiar. Está esperando.
Sé
que la cultura occidental se caracteriza por su individualismo. Les
advierto, el individualismo egoísta está condenado. El
individualismo de sacrificio florecerá. La individualidad en sí
misma es buena. Dios le dio a cada uno de nosotros una forma única
de servir. Pero el individualismo sin Dios sólo puede construir
castillos sobre la arena de la decadencia.
Veo
un gran cambio, una nueva gran oleada revolucionaria llegando a
América - no con fuego ni con balas, sino con la verdad de Dios
avivando la revolución del corazón humano. He llegado hasta aquí
para encender esta revolución espiritual. La respuesta última no
son las manifestaciones o las batallas legales. La respuesta está en
los corazones de los hombres y de las mujeres, en la revolución
pacifica que nos llevara del egoísmo a la generosidad.
¿Pueden
imaginar cuán hermosa será la sociedad ideal? Los individuos
pertenecerán a sus familias, la familia pertenecerá a la sociedad,
la sociedad pertenecerá a la nación, la nación pertenecerá al
mundo, el mundo le pertenecerá a Dios, y Dios le pertenecerá a
usted. La persona que más dé será la que conozca más
profundamente a Dios.
Algunas
personas podrán decirme: "Reverendo Moon, usted tiene unas
teorías interesantes, pero su contenido teológico debe ser
examinado con mayor atención". Pero esto se basa en un
malentendido con respecto a mi. Hablo a partir de la vida, no de la
teoría. Les digo que estamos todos aquí para vivir la verdad, como
Jesús vivió la verdad.
Esto
no es una teoría, una filosofía o una doctrina teológica. Es la
verdad final de Dios - no está para que se hable de ella, sino para
vivirla.
Cuando
un pueblo le infunde vida a esta verdad, ha de producir un cambio
total sobre la faz de la tierra. Aunque en cierto sentido ustedes
comprenden la verdad de las cosas que he estado diciendo, ninguno
cree verdaderamente en ellas. Puesto que nadie cree en la verdad,
nadie la vive nunca. Esta verdad es tan antigua como Dios, y tan
nueva como el siglo veintiuno. Debéis vivir la verdad. Si la
revelación del Principio de la Unificación ha convertido en
realidad en vuestros corazones esta verdad inmemorial, entonces
habéis descubierto en efecto una nueva verdad. La enseñanza de la
Unificación está conmoviendo los corazones de millones de personas,
mostrándoles el camino hacia nuestros muy reales Dios y Jesucristo.
La gente en todo el mundo está aprendiendo que Dios es absoluto y
perfecto, y que el Dios perfecto reclama seres humanos perfectos como
Sus objetos. Jesús dijo: "Sea, pues, vosotros perfectos, como
vuestro Padre que está en los cielos es perfecto." (S. Mateo
5:48) Está indicando claramente que nuestro patrón de valor es la
perfección de nuestro Padre que está en los cielos. De otro modo no
podemos ser los objetos de Dios y Dios no puede aceptarnos.
Todos
nosotros deseamos ser perfectos. Todos deseamos el cielo en la
tierra, pero preguntamos "¿Cómo se puede lograr?"
Nos
preguntamos si es en realidad posible que los seres humanos seamos
perfectos. Algunos afirman, con aparente justificación, que todo lo
que hay que hacer es observar simplemente a la raza humana para ver
el grave error de esta aspiración. Señalamos el pecado y el
sufrimiento inherente a todas las cosas, aún las cosas que son mas
sagradas. Decimos: "Sólo Dios es perfecto". Sin embargo,
cuando comprendamos plenamente el designio de Dios para el hombre y
la mujer en Su concepto de la creación, comprenderemos que la
perfección está a nuestro alcance.
En
el ideal de la creación de Dios fuimos creados para ser los templos
de Dios, los templos del espíritu de Dios, en donde Dios es el amo.
"¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de
Dios mora en vosotros?" (I Cor. 3: 16)
Fuimos
creados para ser los templos de Dios. Cuando alcancemos ese estado,
dejaremos de tener una voluntad corruptible. Las fronteras y las
leyes ya no serán necesarias, porque Su voluntad será nuestra
voluntad. Con Su espíritu viviendo dentro nuestro completamente, nos
moveremos solamente adonde El nos guíe. Entonces seremos perfectos,
porque la fuerza que nos guiará y que nos dirigirá será la fuerza
perfecta.
Cuando
alcancemos esta meta final estaremos en perfecta unión con Dios. Ya
no estaremos viviendo únicamente en el nivel humano, sino en el
nivel divino. Tomaremos las cualidades de Dios porque el Espíritu
morara en nosotros y nos poseerá como un templo perfecto;
reflejaremos la virtud y el poder de Dios. Así podremos ser tan
perfectos como el Padre que está en los cielos. Este fue el modelo
original que Dios tenia destinado a la humanidad a través de Adán y
Eva.
El
matrimonio es el medio más importante de establecer el reino de Dios
sobre la tierra. Adán y Eva fueron los primeros hijos de Dios.
Nacieron de Dios, crecieron en Dios, y debieron madurar a la
perfección en Dios. El designio de Dios era unir a Adán y Eva en
matrimonio divino. Entonces hubieran procreado hijos sin pecado y se
hubieran convertido en el padre verdadero y la madre verdadera de
toda la humanidad. Hubieran sido los "Padres verdaderos",
estableciendo el Reino de los Cielos en la tierra.
¿Existió
este reino alguna vez? No. En lugar de ello, la historia se inició
en la dirección equivocada. Desde la primera mala acción, Satanás
ha sido el dios de este mundo. Por lo tanto, el propósito de la
restauración de Dios, Su propósito de salvación, ha sido restaurar
la familia perfecta de modo que El pueda tener verdaderamente su
reino sobre la tierra. Para esto Dios necesitaba un modelo. ¿Quien
podía establecer los criterios de perfección en la tierra?
Para
satisfacer esta necesidad, vino el Mesías. La historia de la
providencia de Dios es una historia muy triste. Para consolar el
corazón de Dios y cumplir con Su obra, debemos comprender claramente
Su proceso de restauración, y la insuficiencia de la respuesta
humana a Dios, especialmente en la época de Cristo.
Jesús
vino a la tierra para ser el Padre verdadero eterno de la humanidad.
Es por eso que dijo que los verdaderos creyentes negarían a sus
padres falsos, a la falsa sociedad y a las relaciones falsas - para
volver a su padre verdadero. La esencia del cristianismo es la
tradición del amor verdadero. Pero mientras se encontraba cumpliendo
con esta importante misión, Jesús fue crucificado. No hubo
posibilidad de que la tradición del verdadero amor alcanzara toda su
plenitud en la época de Jesús, y Jesús no quedó establecido como
el padre eterno antes de su crucifixión.
Cuando
Dios creó a la humanidad, El colocó a Adán y Eva, el hombre y la
mujer, en el Jardín del Edén. Ambos se unieron con Satanás y
cometieron pecado, dejando así aislado a Dios. En el proceso de
restauración, Dios debe restaurar tanto a Adán como a Eva. Jesús
llegó como el Adán sin pecado o el Adán perfecto. Llegó como el
Mesías, como el modelo de perfección en todos los niveles: el
individual, el familiar, el tribal, el nacional, y el mundial. Vino a
establecer el mundo perfecto en la época durante la cual vivió, y
no sobre cierto numero de siglos. Es por eso que en I Corintios 15:45
se dice que Jesús es el "postrer Adán", el segundo Adán.
Su primera misión era, por lo tanto, restaurar a su esposa y formar
la primera familia de Dios. Todas las generaciones caídas se
hubieran injertado en él como el olivo verdadero. Las familias, las
tribus y las naciones centradas en Dios habrían sido restauradas de
esa forma. La perfección hubiera reinado. El estado sin pecado del
reino de Dios hubiera sido una realidad durante los pasados dos mil
años.
¿Qué
es lo que distingue a Jesús de todos los otros líderes religiosos?
Primero, dijo que era el hijo unigénito de Dios, que poseía por lo
tanto todo el amor de Dios. Cuando se tiene el primer hijo, él o
ella son el centro de un tremendo desborde de nuestro amor. Si los
seres humanos sentimos esta alegría extática con nuestro primer
hijo, ¿qué no sucederá con Dios? Porque Dios ve Su propia imagen
en su primer hijo y a través de él puede manifestar Su imagen a
todo el mundo, puede comprenderse cuan crítica es esa persona. ¿Qué
puede hacer ese hijo? ¿Necesita Dios únicamente un hijo? Dios sabía
con antelación que El necesitaba un par, lo que incluía a una hija.
Debemos hablar de la hija de Dios, especialmente aquí en América.
Dios será más aceptado en este país cuando hablemos de Su hija
unigénita también.
Un
hijo que vive sólo seria como una persona con un solo pie. Jesús
sabía que Dios esperaba a Su hija unigénita, de modo que Jesús
procuró restaurar a una mujer en esa posición. Es por esto que uno
de los temas centrales en el Nuevo Testamento es el de la esposa y el
esposo. Los cristianos tienen que conformarse actualmente con una
visión bastante abstracta de esta relación matrimonial, diciendo
que tanto el hombre como la mujer están en la posición de esposos
de Jesús, y no solo ellos, sino que también la Iglesia. ¿Qué
tiene que ver la iglesia como institución con la esposa de Jesús?
Sin duda que existe aquí cierto significado simbólico, pero el
deseo ultimo de Dios es darle una esposa física a Su hijo.
¿Cómo
podría Jesús besar a una institución? ¿Es cierto que vuestro
presidente es una institución de tanta importancia que no sabe como
dar un beso? ¿Son los grandes líderes tan grandes que no necesitan
besar a nadie? Jesús fue el Rey de Reyes; en ese sentido fue la
institución más grandiosa, en consecuencia debió permanecer célibe
el resto de sus días, ¿verdad? No, era humano y necesitaba una
esposa como el resto de los hombres. ¿Debería sentarse en su trono
y proclamar el celibato como el modo de vida más sagrado,
imponiéndoselo a sus súbditos? Una enseñanza así no tendría
sentido.
Supongamos
que Jesús hubiera recibido la bendición de una esposa perfecta,
¿creéis que porque era un hombre santo, Jesús siempre habría
permanecido lejos de ella? ¿Hubiera besado a su esposa solo a modo
de sacrificio o porque realmente quería demostrarle su amor? Como
hombre sagrado ¿hubiera contemplado a su esposa de vez en cuando y
se habría alejado luego, o habría sentido un profundo amor en su
corazón para brindar a su esposa? ¿Habría sido un pecador si lo
hubiera hecho?
Jesús
vino a cumplir la voluntad de Dios y para hacerlo tuvo que
rehabilitar a su propia esposa. La totalidad del mundo cristiano se
conmueve al oír esta revelación, y por ello, los cristianos me han
llamado hereje. Jesús puede escuchar esta conversación que se lleva
a cabo aquí en la tierra. ¿Creéis que sonreiría al escucharme
decir que El debería haber tenido una esposa o creéis que
permaneció célibe porque creyó que esa era la forma de vida más
sagrada? ¿Quién creó al hombre y a la mujer y quién fue la madre
de Jesús? Dios creó al hombre y a la mujer para que fueran uno,
para que se casaran y vivieran como marido y mujer. Esa es la
relación más sagrada de la creación Divina. El Génesis dice que
Dios creo a Adán y Eva. Dios nunca dijo "es bueno" hasta
que hubo creado a Adán y Eva. Muchas religiones predican el
celibato. La Iglesia de la Unificación sostiene que la familia, y no
el individuo, es la piedra fundamental del Reino de los Cielos.
Jesús
no solamente dijo que El era el único Hijo de Dios, sino que también
negó al mundo. No importa cuan hermoso o maravilloso pareciera el
mundo, no significaba nada a los ojos de Dios, en consecuencia, el
ministerio de Jesús tenia que comenzar con una negación del mundo.
Jesús vino como el único hijo de Dios para restaurar a la Hija
unigénita de Dios y crear la familia única, la nación y el mundo
de Dios.
¿Cuál
es el tema central de Dios, el que llegaría a conmover Su Corazón?
Dios no necesita ni dinero ni poder. Cuando Jesús vino y se declaro
el Hijo Unigénito de Dios, conmovió a Dios como nada antes lo había
conmovido. Muchos hombres justos llegaron a la tierra 4.000 años
antes que Jesús, pero si Dios hubiera preguntado a Jesús: "¿Crees
que eres más grande que Moisés o que Abraham y que todos los
demás?" Jesús le hubiera respondido que sí. Nunca existió
antes otra persona que fuera la excepción a la afirmación de Jesús
o que pudiera ser elegido para ocupar su lugar. Jesús estaba tan
absolutamente seguro de ser el Hijo unigénito de Dios que nada lo
hubiera hecho dudar. Un hombre así o una mujer así, nunca había
existido antes.
Jesús
conmovió el corazón de Dios y siempre estuvo dispuesto a aceptar
cualquier instrucción de parte de Dios. Ningún otro santo ha
logrado ese objetivo en forma tan perfecta. Todos los demás santos
predicaron una forma de vida buena y la verdad, pero nadie lo hizo en
forma tan absoluta tanto en lo que se refiere a la convicción de que
Dios era su Padre como a la negación total del mundo como lo hizo
Jesús.
Llamándose
el Hijo Unigénito de Dios, Jesús quiso decir que El y Dios eran la
única existencia verdadera y que su voluntad era cambiar al resto
del mundo para que éste también tuviese una existencia verdadera.
Lo primero que trató de recrear fue la Hija de Dios. Después
intentó crear la familia, la sociedad, la nación y el mundo de
Dios.
La
campana nunca había tenido un sonido tan renovadoramente refrescante
antes de la llegada de Jesús. El sonido de la campana de Jesús no
sólo se escucho en el mundo, sino también en el mundo espiritual.
Ese sonido atravesó la mente y el corazón de Dios, y ambos mundos
resonaron juntos. Ese sonido conmovió a Dios y lo hizo sentir bien
porque era el sonido del amor.
¿Por
qué necesita El amor? Porque Dios quiere embriagarse con el regocijo
del amor. Solamente el amor puede embriagarlo totalmente y provocarle
un regocijo que conmueva al mundo. Ese regocijo no inspiraría
solamente cantos y danzas, sino mucho más. Dios desea sentir el amor
hasta el grado de poder olvidarse de Sí mismo y de Su dignidad
Divina y poder transformarse totalmente en un niño.
Antes
de que Dios enviara a Su paladín Jesucristo, preparó el campo con
la nación elegida, Israel. Esas fueron las razones para la venida
del Mesías. El pueblo y la nación de Israel podrían haberse
perfeccionado si se hubieran unido a la llegada del Señor. El Reino
de Dios podría haber sido una realidad física en aquel momento.
La
intención de Jesús estaba solamente dirigida a la creación del
Reino de Dios aquí en la tierra pero hablando prácticamente, ¿qué
es el Reino de Dios? La Biblia no lo dice claramente, pero el Reino
de Dios que Jesús trataba de construir aquí en la tierra, se basaba
en una enseñanza muy simple. Tanto como amas a Dios, tu Padre, debes
amar a tu país, a tu sociedad y a tu propio hogar. Cuando esa
tradición de amor una a todos y cada uno de los aspectos de la vida,
el Reino de Dios será realidad. Cuando todos rindamos culto a Dios
como nuestro Padre, no quedara barrera alguna, ni fronteras
nacionales ni de idioma ni de sectarismo. Todas las barreras deben
desaparecer.
Si
Jesús solamente hubiera venido a establecer una nueva religión
entonces no hubiera sido el Mesías. En realidad a Jesús no le
interesaba la religión, lo que si le interesaba era un Reino
centrado en Dios y ese Reino no puede construirse a través de la
religión. Ese Reino será construido por la familia. Jesús vino a
crear la primera familia verdadera para traer a Dios a un hogar
verdadero donde El habitaría como soberano, como el Padre verdadero.
No hay otra forma de cumplir la voluntad de Dios. No existe otra
forma de construir el Reino de Dios aquí en la tierra.
Pero
esta nación no aceptó a Jesús. En lugar de una bienvenida encontró
el rechazo a todos los niveles, se le negó a Jesús la oportunidad
de tomar una esposa que ocupara la posición de Eva restaurada y de
establecer la primera familia celestial centrada en Dios. En cambio
fue clavado a la cruz. Así Jesucristo no pudo terminar su misión en
la tierra. Y esa es la razón por la que Jesús prometio su segunda
venida. Jesucristo debe volver a completar su misión como el Mesías.
Permítaseme repetir: Jesús fue el Adán perfeccionado y su misión
fue la salvación de la humanidad.
El
paso más importante era restaurar a su esposa, Eva. Jesús era el
hombre, Dios y Jesús formaban una unidad, pero el no era Dios, el
Padre. Cuando vuelva a la tierra, va a hacerlo como hombre en la
posición del tercer Adán.
Estas
son revelaciones que Dios me hizo y quiero que vosotros entendáis
bien los puntos más importantes. Dios quería que Adán y Eva se
unieran en un matrimonio celestial en el Jardín del Edén. Como ello
no sucedió en aquellos tiempos, Dios quiso que Jesús cumpliera con
Su voluntad de llevar a cabo ese matrimonio. Pero tampoco Jesús lo
hizo porque nadie creyó en él como el Mesías en la tierra.
Jesús
fue el segundo Adán. Era la voluntad de Dios bendecirlo con el
matrimonio celestial con la segunda Eva, su esposa restaurada.
Dios
quiso traer a sus hijos a la tierra libres de todo pecado. Entonces,
Jesús y su esposa se hubieran transformado en los Padres Verdaderos
de toda la humanidad y toda la humanidad hubiera encontrado la vida
uniéndose a ellos.
En
el Apocalipsis, al final de la Biblia, se nos muestra claramente que
el ideal de Dios es este hombre y esta mujer perfectos; cuando se
regocijen uniéndose en el matrimonio sagrado, esta es una verdad
universal. Una vez que Dios haya logrado que este ideal elevado se
transforme en norma, entonces se multiplicarán los individuos y las
familias de ese tipo, Dios se ha esforzado para lograr esto. En
consecuencia éste es el más elevado ideal de Dios y de la
humanidad. Este es el deseo más profundo de Dios y también el deseo
más profundo de la humanidad. Sólo alrededor de este centro, todas
las personas y Dios podrán vivir eternamente felices y como si
fueran uno.
Jesús
advirtió a las personas "Vosotros sois de vuestro padre el
diablo" (San Juan 8:44) porque en el comienzo de la Historia
humana nacimos como hijos de Satanás. Por medio de la restauración
de los Padres verdaderos, renaceremos como hijos de nuestro Padre
Celestial, Dios. Ello significara la salvación total como Sus hijos
verdaderos, no la mera salvación como sus hijos adoptivos a la que
se refiere San Pablo {Romanos 8:23)
No
se cumplió la voluntad de Dios en los tiempos de Jesús. Esa es la
razón por la que viene otra vez. En el libro del Apocalipsis está
la profecía del matrimonio del Cordero. Esta boda se llevaría a
cabo realmente. Los Padres Verdaderos de toda la humanidad vendrán
en nuestros tiempos. Dios impondrá su verdadera Familia sobre la faz
de la tierra. Todos estaremos facultados para traer hijos libres de
pecado al mundo. Ello sucederá cuando Jesucristo reaparezca.
Entonces comenzara el Reino de los Cielos en la tierra. Ese será el
día de la esperanza, el día de la llegada del Señor en el Segundo
Advenimiento.
Ese
será el día en que el ideal original de Dios se realizara por
primera vez. Será el día en que Dios habitara con hombres y
mujeres. Dios estará lleno de regocijo. Su propio hijo perfeccionado
como el tercer Adán comenzará una historia totalmente nueva sobre
la tierra. En ese día nos transformaremos en imágenes vivientes de
Dios. Dios traerá Su Reino a la tierra.
Esta
realización última de la idea ha sido la esperanza tanto de Dios
como de toda la humanidad. Os ruego de todo corazón que facilitéis
la realización de esta esperanza en la eternidad de Dios.
LA
PROVIDENCIA DE DIOS EN LAS ESCRITURAS
Sabemos
que el mundo en que vivimos hoy no es literalmente el Reino de Dios.
Sabemos que la historia humana comenzó con el mal paso, del lado del
mal. Esa es la razón por la cual la Biblia dice que el dios de este
mundo es Satanás. Debido a la caída humana, Satanás nos domina en
lugar de Dios. En consecuencia, somos la encarnación de Satanás. Y
pertenecéis al linaje de Satanás en lugar del de Dios. Ello
contradice la ley de la creación establecida por Dios. Esa es la
razón por la que ha habido mártires en el mundo religioso. En las
religiones primitivas, a veces se han matado personas como ofrendas o
sacrificios. Ello representó una forma equivocada de derramar la
sangre satánica. A los ojos de Dios no somos criaturas de Su
creación. No somos verdaderos seres humanos, somos simplemente seres
satánicos, Sus enemigos. Somos los hijos de Satanás que es el hijo
de Dios. Ello es el resultado de la caída humana. Esta es la razón
por la que Jesús dijo: "Vosotros sois de vuestro padre el
diablo" (S. Juan 8:44). Contra los deseos de Dios, nuestros
primeros ascendientes humanos cayeron en una relación amorosa
pecaminosa y prematura. Para que logremos la salvación perfecta,
debemos tener padres verdaderos, y tenemos que ser parte de su linaje
a través de un proceso de renacimiento. Leemos en la Biblia que
cuando Nicodemo visitó a Jesús y lo escuchó hablar del
renacimiento, le preguntó "¿Cómo podemos volver al vientre de
nuestra madre?" Se dice que Jesús le contestó "¿eres uno
de los líderes de Israel y todavía no sabes lo que significa el
renacimiento?" En conclusión dijo: "Si no vuelves a nacer,
no entraras en el Reino de Dios".
Volver
a nacer y ser parte de un nuevo linaje significa la resurrección.
Siendo hombres y mujeres de la caída y perteneciendo al linaje
satánico, estamos destinados a renacer, sólo entonces podremos
entrar en el Reino de Dios. El camino de la redención es la forma de
revertir el camino de la caída. Ello significa que debéis restituir
el linaje original. Para transformar nuestro linaje satánico en
linaje divino, debemos llevar una vida ascética, una vida llena de
dificultades y sacrificios. Para que se nos redima debemos recorrer
ese camino.
Durante
la caída, Adán y Eva confiaron más en Satanás que en Dios. Esa
fue la primera etapa. Durante la redención, debemos creer
férreamente, absolutamente en Dios. El resultado final de la caída
fue el linaje satánico, sometidos a Satanás. Se manchó nuestra
sangre. Para que Jesús creara las condiciones para que nosotros
negáramos nuestro linaje satánico, finalmente él tuvo que derramar
su propia sangre. Hemos tenido que recibir su sangre para pertenecer
a su linaje. En la Comunión sagrada, el vino simboliza el linaje
divino. Compartiendo el pan y el vino nos transformamos en parte de
su linaje. De esa manera pasamos de pertenecer al linaje satánico a
pertenecer al linaje divino.
La
humanidad caída ha tenido que sufrir una carga de sangre, sudor y
lagrimas. Si se le pide a Dios que nos cuente algunas de sus
experiencias desde la caída, El no puede contar más que una
historia de sudor, lagrimas y sangre. No tiene otra historia. La
mayoría de los cristianos no saben lo que significa Dios. Se Lo
imaginan sentado en Su trono disfrutando de la vida, pero eso no es
para nada verdad.
Alguien
tiene que liberar a Dios y El no puede hacerlo sólo. Los padres, los
cónyuges, no pueden sobreponerse a sus angustias solos. Sólo los
hijos pueden librar de angustia a los padres, sólo la esposa puede
librar de angustia al marido, y sólo puede hacerlo el marido con
respecto a su esposa. La única forma de liberar a Dios de su dolor
es transformándose en hijo de la piedad filial y así terminar con
Su angustia.
Dios
quiso perdonar a Adán y a Eva pero no estaba en posición de hacerlo
porque ellos no merecían ser perdonados. Debemos imaginar lo
siguiente: supongamos que hubo otra persona que no cayó - un hermano
de Adán, que totalmente ajeno a la caída se presentara ante el
Padre y le pidiera que perdonara a sus hermanos, ¿qué hubiera
sucedido? Si aquel hombre virtuoso se presentara ante Dios y le
pidiera que perdonara a su hermano por la caída, y si le dijera al
Padre que él ayudaría, haciéndose responsable él mismo, que
estaría dispuesto a ser azotado o a cualquier otra cosa por la caída
de sus hermanos, Dios los podría haber perdonado. Se supone que ése
era el camino del perdón, o de la salvación de los pecadores.
Se
puede decir que la persona que no ha caído no tiene nada que ver con
Satanás. Dios puede usar Su providencia de salvación a través de
ese individuo. Ese tipo de persona es "Abel", o sea uno que
se encuentre en una situación similar a la de Abel. Se supone que
Abel es la persona que puede recibir el amor perfecto de Dios. El o
ella deben poder triunfar sobre Satanás, Abel debe sacrificarse por
la humanidad. En otras palabras debe haber una persona que desee
sacrificarse por sus hermanos pecadores para liberarlos.
El
hermano del sacrificio se transformará en el Cristo. ¿Cuál es la
misión de Cristo, el Mesías? Es el portador de nuestra carga y de
nuestra recompensa, por eso es el Salvador. Si uno sobrelleva las
cargas de la vida de otra persona, uno es su salvador. Su hermano o
hermana pecadores serán liberados si se cumple esa condición
solamente. Puede existir la esperanza de la salvación con la llegada
de esa persona. Esas lagrimas que aliviarán el dolor de Dios y de la
humanidad abrirán los portones de la salvación.
Entonces
¿por qué necesitamos al Mesías? ¿Cuál es su propósito? Es
devolvernos al punto que nos une al amor de Dios. Queremos volver a
ese punto, pero hemos heredado el linaje satánico. El linaje de
sangre de los pecadores no está unido al amor de Dios. Ello debe ser
reparado. La reparación tiene como significado último, la
purificación del pecado original.
El
problema fundamental es como librarnos del pecado original. Los
pecadores no pueden hacerlo solos. En consecuencia necesitamos un
Mesías. Sin embargo para que Dios envíe al Mesías, la humanidad
debe comprometerse a cumplir ciertas condiciones que sean aceptables
para Dios.
En
la consecución de este objetivo, la estrategia de Dios ha sido
convocar paladines extraídos de este mundo satánico. Examinemos los
caminos de la Providencia Divina para así entender la estrategia
divina.
La
familia de Adán fue la primera familia dentro de la creación
divina. Existía en esta familia un hombre llamado Abel a quien Dios
eligió para ser su primer paladín. Abel sirvió a Dios de todo
corazón y fue el primer hombre que entregó su vida para cumplir con
los designios de Dios. Abel tuvo que rechazar a Satanás y volver a
Dios luchando contra Satanás y venciéndolo. Tuvo que separarse de
Satanás y ser diferente de su hermano pecador. Por estar en esa
posición, podía recibir el amor de Dios. Estas tres etapas
constituyen la formula más importante, el que quiera salvar al mundo
debe combatir a Satanás y salir victorioso, entonces él o ella debe
venir al amor de Dios; y entonces sintiendo el corazón de Dios y de
los pecadores, él o ella deben querer sacrificarse por los
pecadores. Sólo cumpliendo esa condición se podrá redimir a los
pecadores.
Así,
Abel debería haberse separado de Satanás, o de Caín, entregarse al
amor de Dios, sintiendo y experimentando el amor de Dios y el dolor
de su hermano, y debería haberse sacrificado por ellos. Abel debería
haber querido morir por Caín en vez de ser tan arrogante. Debería
haber salvado a su hermano arriesgando su vida, al precio de su
propia vida.
Abel
no debía haberse sacrificado muriendo, debería haber permanecido
vivo, sacrificándose para que Dios pudiera realizar su obra a través
de él. Debería haberse sacrificado sin ser sacrificado por Satanás;
su sacrificio en el altar fue una ofrenda a Dios. Pero en el proceso
de hacerlo, Caín lo mató.
Luego
Dios eligió a Noé como su paladín. Y Noé llevó a cabo una misión
muy extraña. Dios dio instrucciones a Noé para que construyera un
arca en la cima de una montaña. Pero, es una cuestión de sentido
común que para construir un arca se necesita un astillero junto a
alguna corriente fluvial o marina. Pero las instrucciones que recibió
Noé fueron construirla en la cima de la montaña y no en las costas
del mar o en la ribera de un río. ¿Cuántos de nosotros aquí
presentes aceptaríamos una misión como ésa? Cuántos de nosotros
obedeceríamos una orden así y nos pondríamos a trabajar sin rastro
de duda?
En
los tiempos de Noé, nadie podía creer que Noé hubiera recibido un
mandato de Dios, tampoco nadie lo aceptó en su misión reveladora
del diluvio que vendría. ¿Pueden imaginar lo que la gente de la
época pensaba de Noé? Durante 120 años subió y bajó aquella
montaña trabajando en la construcción del arca. ¿Le gustaría a
alguna de las señoras aquí presentes imaginarse en el lugar de la
esposa de Noé? No creo que se sentirían muy felices.
La
esposa de Noé debe haberle preparado el almuerzo para llevar todos
los días, consumiendo sólo un poco de comida. Noé estaba tan
ocupado con el arca que no tenia tiempo para encontrar el sustento
para su familia. A los pocos meses los problemas familiares deben de
haber surgido pero la esposa de Noé no tuvo que aguantar la
situación por 12 meses ni por 12 años, sino por 120 años. ¿Por
qué entonces Dios asignó a Noé una misión tan absurda? ¿Por qué
Dios tiene que actuar de esa forma? Hay una razón. Es por la
existencia del mal. Dios no puede habitar donde existe el mal. La
dirección de los designios de Dios es 180 grados opuesta a la
dirección del mal. Dios aborrece el mal. Dios no puede aceptar las
cosas que acepta el mundo del mal. En consecuencia, Dios no quiere
tener nada que ver con el mundo del mal, o con cualquier cosa
manchada por éste.
Fuimos
todos creados a imagen de Dios y podemos encontrar rasgos similares a
los Suyos en nuestra naturaleza humana. Pensad que si tenéis un
enemigo contra el que sentís un sentimiento muy profundo, no queréis
ni siquiera mirarlo. Igualmente, Dios no quiere tener relación
alguna con el mundo satánico del mal. En consecuencia, tratándose
de ese mundo, Dios elige formas que son incomprensibles para los
seres humanos.
Dios
quiere también poner a prueba la fe de hombres y mujeres. No puede
hacerlo si solo pide a los humanos que realicen cosas corrientes.
Debemos tener la voluntad de actuar según las instrucciones
extraordinarias de Dios. Debemos demostrar a Dios nuestra fe
incondicional. Ello no es tarea fácil. La gente pensó que Noé
estaba loco cuando construyó el arca. Nadie supo que él ocupaba una
posición clave para Dios.
No
sólo Noé sino que también otros hombres de Dios parecían actuar
en forma muy extraña cuando se les considera desde una óptica
mundana . Consideremos el caso de Abraham.
Dios
llamó a Abraham que no provenía de una familia a cuya cabeza
hubiera un hombre de Dios, sino que provenía de una casa que
construía ídolos, y le ordenó que se separara del ambiente en que
reinaba el mal y abandonara su tierra. Dios quiso que Abraham fuese
su paladín. Fue el mandato personal de Dios. Si Abraham hubiera
discutido el asunto con su padre, el constructor de ídolos, éste le
hubiera preguntado ¿estás loco? Abraham sabia bien que no debía
contar a su padre, las instrucciones de Dios. ¿Quién le hubiera
creído? Su misión no era simplemente saludar a su vecino. Dios le
dio instrucciones para que viajara a tierras lejanas, hasta Egipto.
Abraham
tomó su decisión solo, basado en su fe y en su confianza en Dios.
Sólo en razón de su fe tomo la decisión de partir y nada más que
seguir el mandato de Dios ocupaba su mente. Sé que escapó de noche.
De pronto se encontró vagando como un gitano. Vivió en la
abnegación, renunció a todo.
Los
paladines de Dios tienen una característica en común. Comienzan sus
misiones negándose a sí mismos y a su medio. El hijo de Isaac,
Jacob, no fue una excepción. Jacob fue un hombre de voluntad férrea
puesta al servicio de Dios. Quería servir a Dios como antes nadie lo
había hecho. Quería establecer una forma ejemplar logrando algo que
ninguna otra persona pudiera superar.
En
la Biblia hay muchos relatos sobre Jacob. Uno de ellos describe un
ardid muy ingenioso cuando compró a su hermano mayor el derecho de
primogenitura a cambio de pan y un guisado de lentejas. Y después,
obtuvo la bendición de su padre que estaba dirigida a su hermano
mayor, Esaú. En este incidente, Jacob sabia sin duda, que su hermano
mayor se transformaría en su enemigo. Se comprometió de todas
formas. Esa voluntad, ese ardiente deseo de Jacob de obtener la
bendición de Dios era tan fuerte en su corazón que Dios se sintió
realmente reconfortado. Luego de obtener la bendición de Isaac,
Jacob escapó al peligro de que su hermano mayor lo matara,
abandonando su tierra y dirigiéndose a Harán.
Durante
21 años, Jacob sufrió una vida llena de tribulaciones en Harán.
Durante ese periodo, Jacob fue engañado muchas veces por su tío
Labán. Labán engañó a Jacob diez veces y éste nunca se quejó.
El solo perseveró y esperó el día en que pudiera volver a su
patria bendecida.
Entonces,
¿de qué forma Jacob estableció la tradición de la creencia que le
permitió recibir la bendición y la protección de Dios? Puede
parecer simple, pero Jacob y su ofrenda no fueron suficientes: se
necesitaba algo más, la ofrenda no tenia que ser por Jacob
solamente, él tuvo que hacerla por los israelitas y su nación que
era la nación elegida por Dios. En otras palabras, el sacrificio es
algo que debe ofrecerse para llevar las cosas a una dimensión más
elevada y amplia y de naturaleza más pública, tal como la dimensión
familiar y nacional, para así llegar a Dios y relacionarse con El.
El hecho de recibir la bendición y la cooperación de Dios depende
de cuan arraigada se encuentre esta idea.
Cuanto
más Labán se opuso y persiguió a Jacob, más intensamente el pensó
en su sierra natal, a donde el debería llevar lo que obtuviera de
Labán. No quiso simplemente disfrutar de su vida en Harán con las
bendiciones que Dios le concedió, sino que deseaba compartir esas
bendiciones con su hermano y sus padres en su hogar original. Este
deseo de compartir con su propia familia fue la base de su idea de
amar a su propio pueblo y eventualmente a su nación.
El
deseo principal de Jacob fue compartir todas las bendiciones que
poseía con su hermano y sus padres y así transformarse en una
unidad en armonía con ellos. Jacob llevó la vida solitaria de un
pastor pero durante todo este tiempo su propósito último fue ganar
dinero o la bendición material. Extrañaba su hogar. Lamentaba lo
que había hecho a su hermano mayor. Comprendía que Esaú quisiera
matarlo cuando le arrebató el derecho de primogenitura por medio del
engaño y sentía compasión por su hermano.
Lo
que poseía Jacob y que era aceptable como ofrenda a Dios era que
cuanto más difícil se ponía la situación y más solo se sentía
para enfrentarla debido a la persecución a la que lo sometía Labán,
más profundo se volvía el arraigo que sentía con respecto a sus
padres y hermanos. Ello siempre lo impulsaba a preguntarse que podía
hacer por ellos, ésta era su pregunta más importante. Pensaba que
podría compartir en su hogar lo que había adquirido pasando
veintiún largos años sometido al trabajo duro. Si se hubiese
sentido centro en lo más mínimo, creyendo que todo lo que había
adquirido le pertenecía, Jacob hubiera resultado un fracaso. Ello
era así porque Dios bendijo a Jacob no por su propio bienestar y
prosperidad sino para que estableciera la piedra fundamental en base
a la cual los israelitas pudieran disfrutar la bendición. En otras
palabras, debía pensar en términos del beneficio publico para así
poder triunfar. Cuando Jacob completó el periodo de veintiún años
con éxito, Dios le concedió, la bendición del poderío económico
y todo lo demás necesario pare llevar a cabo su misión.
Aquel
día finalmente llegó, y en el arroyo de Jabbok, en el camino de
vuelta a casa, Dios envió a un ángel a luchar con Jacob. Ahora,
considerad esto: un ángel enviado de Dios apareció repentinamente y
se transformó en enemigo mortal de Jacob. Dios estaba realmente
sometiendo a prueba a Jacob y a la fuerza de su fe. Jacob tuvo que
luchar con el ángel y así lo hizo.
Jacob
tuvo que luchar toda la noche. Nunca se dio por vencido. Y entonces,
Dios supo de la determinación de Jacob de pelear hasta el fin,
incluso hasta la muerte. ¿Cuál fue la motivación y la
significación de la lucha? Si Jacob hubiera sido derrotado por el
arcángel, todas sus posesiones, sus hijos, sus esposas, él mismo,
todos los que deberían estar unificados en una unidad total podrían
haber sido destruidos por manos satánicas. Sin embargo, si él
ganaba, todo eso le pertenecería a Dios y a sí mismo.
Lucharon
toda la noche hasta que ambos se sintieron exhaustos, pero la lucha
todavía no había terminado. ¿Cómo les parece que fue la pelea? No
fue pareja. Hubo momentos en que Jacob estuvo casi derrotado. ¿Qué
creen? ¿Quién cayó más veces, Jacob o el arcángel? Es
comprensible que Jacob cayera más veces pero no se dio por vencido
aunque enfrentaba a la muerte; peleó desesperadamente para derrotar
al arcángel. Se aferraba al arcángel una y otra vez arriesgando su
vida. Eso es lo que lo hizo feroz. Eso es exactamente lo que sucede
con nuestra vida dentro de la fe. Estáis desesperados por derrotar a
Satanás, pero Satanás es tan feroz que caéis una y otra vez. No
importa cuantas veces os encontréis al borde de la derrota, lo
atacareis una y otra vez.
El
arcángel sabía que tenía que dejar a Jacob al amanecer. Por lo
tanto, poco antes del alba, se desesperó y rompió el muslo de
Jacob. ¿Cómo creéis que el arcángel rompió el muslo de Jacob? Lo
debe de haber hecho en un momento de debilidad de Jacob, si en ese
momento Jacob hubiera estado siendo derrotado, no lo hubiera hecho.
Sin embargo, Jacob no podía darse por vencido. Considerando que
perdía se enfureció aun más y atacó al ángel una y otra vez.
Prefería perder su vida atacando que perder la batalla. Jacob
finalmente pasó la prueba. El ángel de Dios se rindió y le dijo
"No se dirá más tu nombre Jacob sino Israel porque has luchado
con Dios y con los hombres, y has vencido" (Gen. 32:38).
Ahora
Jacob iba camino a casa a encontrarse con su hermano Esaú. Podría
haberse dirigido a otro lugar a disfrutar de su poderío económico
si no hubiera considerado la voluntad divina. Podría haber dicho:
Esaú es Esaú y yo soy yo; ¿qué tengo yo que ver con su vida? Pero
su mente estaba tan ocupada con los designios de Dios que quería
encontrarse con su hermano y reconciliarse con su pasado y calmar su
corazón hasta que desapareciera el resentimiento. ¿Qué debería
hacer cuando encontrara a su hermano mayor, Esaú? En primer lugar
estaba dispuesto a renunciar a todas sus pertenencias, sus sirvientes
y a sus hijos, diciendo a su hermano que todo eso le pertenecía. Su
actitud era: "Todo lo que me pertenece es tuyo excepto la
voluntad de Dios y su bendición que me pertenecen eternamente".
Adán, que ignoró la voluntad de Dios, fue egoísta, importándole
solo su persona, y perdió a sus hijos y todas las demás bendiciones
Divinas. Por el contrario, Jacob amaba tanto a Dios que estaba
dispuesto a renunciar a todo por la voluntad de Dios.
Ello
es lo que diferencio a Jacob de Esaú. Así a nivel familiar, Jacob
podía luchar con Esaú arriesgando todo lo que poseía. Jacob
pensaría: "Esaú, no puedes tener toda esta riqueza a menos que
me superes en la exaltación de la voluntad de Dios". Con esta
actitud, desafiaría a su hermano y negociaría con él. Pensaba
"Mientras tomes mis pertenencias, ello significa que los dos
somos uno exaltando la voluntad Divina".
Cuando
Esaú recibió los obsequios de Jacob, su corazón se ablandó. Asó,
los dos hermanos que hasta ese momento habían sentido resentimiento
y hostilidad uno por el otro, se abrazaron, derramando lagrimas y
bendiciéndose recíprocamente. Una nueva era de la historia
comenzaba en ese momento en una dimensión mucho mayor. Allí, Esaú
también compartió la bendición de ser Israel, el victorioso. El
relato de Jacob puede parecer muy simple, pero tiene un significado
histórico, ya que todo lo que debía llevarse a cabo de acuerdo con
la Providencia Divina se encuentra condensado en ese proceder.
Posteriormente,
Dios eligió a Moisés como Su paladín. Imaginaos cuan afortunado
fue Moisés al crecer en el palacio del Faraón, donde disfrutaba de
una vida lujosa. Pero entonces, un día, cuando era ya un joven,
repentinamente se transformó en el paladín de su pueblo; se le hizo
insoportable la opresión que ejercían los egipcios sobre su pueblo.
En ese momento supo que Dios estaba con el. Rechazó su medio, se
negó a sí mismo, y se dirigió a Madián. Esperó su misión última
durante cuarenta años, perseverando y esperando ser merecedor de la
bendición Divina. La vida de Moisés fue muy humilde y modesta. Cada
día se sometía a los designios de Dios y rogaba por su guía
Divina, ansiosamente esperando su misión final: guiar a su pueblo
fuera de Egipto.
Hombres
como Abel, Noé, Abraham, Jacob y Moisés fueron paladines de Dios.
Ahora también consideremos a Juan el Bautista. Descrito en la Biblia
como un gran santo y profeta, Juan el Bautista recorrió el país
como un vagabundo común. Andaba descalzo, vestía piel de camello y
un cinturón de cuero y se alimentaba de langostas y miel salvaje.
Esta no era una forma muy común de vivir aun en los tiempos de Juan;
y no creo que los padres de Juan el Bautista se sintieran muy
orgullosos de su hijo. Deben de haberse sentido avergonzados.
Suponed
que os encontráis en la posición de los padres de Juan el Bautista
y que vuestro hijo año tras año se interna en la soledad del
desierto y vive como un vagabundo. ¿Cómo os sentiríais? He viajado
por Israel y no creo que se encuentren demasiadas langostas o miel
silvestre en el desierto. Juan el Bautista muchas veces tuvo que
mendigar su comida. Imagínenlo, vistiendo una piel de camello, su
cuerpo medio desnudo, descalzo y con barba, yendo de un lado al otro
mendigando su comida. Si esta noche, me presentara aquí, descalzo,
con barba y vestido con una piel de animal, y luego afirmara que
estoy proclamando la palabra de Dios, estoy seguro que pensaríais
que estoy loco. Debemos sentir curiosidad por los objetivos y motivos
de estas figuras providenciales. Todos estos grandes hombres
comenzaron su vida de fe, centrados, no en sí mismos, sino en Dios.
¿Por
qué los respetamos y los honramos y creemos en la contribución que
ellos han realizado? Simplemente porque fueron instruidos por Dios.
También deberíamos saber qué clase de vida llevaron en aquellos
tiempos para satisfacer los designios de Dios. Encontramos que se
hallaban enfrentados a un conflicto - sus vidas de fe y sus vidas de
realidad. Sabemos que no poseían una sola voluntad cuando
enfrentaban un conflicto. También sabemos que solucionaron el
conflicto cuando se centraron en Dios y no en sí mismos. También
sabemos que debido a este conflicto entre Dios y el mundo aumentó su
persecución y su sufrimiento. Esa es la razón por la que son
grandes hombres.
Siempre
encontramos que su vida en este mundo fue una vida de soledad porque
sufrieron mucho, pero mucho, y fueron perseguidos por el mundo.
Cuando no tenían a nadie en quien confiar lo que pensaban y sentían,
solo podían recurrir a Dios y hablarle. También cuando consideramos
sus vidas en este mundo, sus vidas materiales - vivían tan
pobremente, recibían tan pocas cosas materiales; naturalmente ellos
tenían que dedicar sus corazones y sus vidas a Dios. Cuando pensamos
como vivían en este mundo, el alcance de sus conciencias estaba tan
limitado que tenían que conocer todo a través de Dios. Así eran
sus vidas.
Naturalmente
tenían que vivir su vidas centrados en su unidad con Dios. En todas
las áreas -recreación, conocimiento - se lanzaban a una relación
con Dios, porque no había nadie más en quien confiar excepto Dios.
No existía lugar donde encontrar reciprocidad, buscar el objetivo,
en consecuencia, se concentraron en encontrar su objeto en Dios, de
manera más seria de la que buscaban un objeto en este mundo. Ya que
la realidad de este mundo les resultaba tan estrecha, tuvieron que
confiar en los cielos para lograr llegar a Dios y de esa forma
establecieron un nuevo dominio uniéndose a Dios.
Aun
si debemos desviarnos un poco para llegar a Dios, ni ellos ni
nosotros debemos sentirnos deprimidos. Existe una salida. No podemos
estar descontentos. Dios todo lo creó con el fin de lograr la
felicidad, la satisfacción y el contento. Cuando lleguemos a este
estrecho desvío, encontraremos una salida con la ayuda de Dios. Ese
es el lugar donde encontraremos la verdadera felicidad y contento. A
partir de ese punto, surgirá la relación entre Dios y nosotros. Por
ejemplo, San Francisco ponía énfasis en la pobreza total, la nada
en la que él podía encontrar la felicidad, el agradecimiento y la
satisfacción. A partir de ese punto, Dios podía actuar y permitirle
sentir la felicidad y el regocijo. La unidad con Dios se puede crear
a partir de ese punto. Debemos comprender que nosotros como pecadores
nos encontramos en medio de dos líneas, entre el mundo y Dios.
Debemos saber cuando limitarnos, así sabremos cuando la nueva era de
felicidad y regocijo comenzará.
Sigamos
esta línea y examinemos la situación del propio Jesucristo . Estoy
seguro de que hay muchos Cristianos devotos entre ustedes que tienen
opiniones diversas sobre la vida de Jesús. ¿Cómo creen que era
Jesús físicamente? ¿Qué hizo Jesús en los treinta años que
precedieron a su ministerio publico? ¿Estaba estudiando en la
universidad? La Biblia ni siquiera dice que asistió a la escuela
primaria. Era un trabajador, un ayudante de carpintería. Hay tanto
para aprender, tantas verdades ocultas dentro de la Biblia, verdades
no escritas explícitamente. Si revelara alguno de esos secretos,
estoy seguro de que se sorprenderían muchísimo. Aunque yo conozco
esos relatos, no podría contároslos, porque vosotros me
preguntareis ¿cómo sabe eso?
Lo
aprendí de Jesús. Sí, y aprendí de Dios. Recordad en los tiempos
de Noé, nadie podía creer a Noé. En los tiempos de Abraham nadie
podía creer en Abraham. Por la misma razón aunque yo os diga
honestamente lo que sucedió en los tiempos de Jesús, nadie me lo
creería.
¿Quién
es el Mesías? El Mesías está totalmente unido al corazón de Dios,
como una importación directa del cielo a la tierra. Cuando Dios
envió a Jesús como el Mesías, ¿simplemente lo trajo como un niño
y lo puso sobre la faz de la tierra, o por lo menos usó el cuerpo de
una mujer para que naciera?.
Jesús
nació de María, ¿por lo tanto ello significa que María era Dios?
¿María tenía padres aquí en la tierra o proviene del cielo? Como
María tenía padres ella debe descender del linaje de los pecadores.
María también provenía de padres pecadores, debe existir entonces
prueba de que ella no tenia nada que ver con el linaje de los
pecadores. Aun más nos debemos preguntar ¿cómo sabemos que Jesús
es realmente el hijo de Dios? ¿Cuál es la prueba ? En lo que se
refiere a la tarea religiosa, Buda realizó un trabajo mucho más
importante, porque tuvo muchos más discípulos durante su vida. Lo
mismo se aplica a Confucio, Mahoma tuvo mucho más éxito como líder
que Jesús. ¿Cuál es el criterio que usamos para decir que Jesús
fue el Hijo de Dios?
La
explicación comienza por el mismo principio Jesús es el Hijo de
Dios porque proviene del linaje Divino, mientras que los otros
fundadores religiosos como Buda, Confucio y Mahoma no provienen de
ese linaje celestial. No importa lo que ellos hayan logrado, no
poseen la misma calificación que Jesucristo.
Para
comprender como María se separó del linaje de los pecadores,
debemos remontarnos a Jacob y a sus descendientes inmediatos. Jacob y
Esaú tenían aproximadamente cuarenta años cuando cumplieron la
voluntad de Dios, sin embargo, su éxito sólo afectaría a las
personas de su edad o mayores. Nadie por debajo de esa edad, podía
beneficiarse por esa etapa de la restauración. En consecuencia, Dios
preparó otro paso en Su designio Divino que protegería a Sus hijos
desde su periodo de vida en el vientre de la madre hasta la edad de
cuarenta años. Este designio fue estampado en las tres generaciones
siguientes de los descendientes de Jacob. Está establecido en el
Libro del Génesis, cap. 38.
Judá
era el cuarto hijo de Jacob y el hijo mayor de Judá se casó con una
mujer cuyo nombre era Tamar. Según la Ley, si un hijo moría sin
dejar descendencia, su hermano debería actuar como esposo de la
viuda de su hermano. Tamar no tenía hijos cuando su esposo murió y
cuando el hermano se negó a cumplir con su obligación, también
murió. Tamar había perdido toda esperanza de tener hijos.
Sabía
que su misión era continuar la familia de su esposo y de Judá, su
padre, y decidió finalmente sacrificar hasta su honor para cumplir
dicha misión. Disfrazándose de prostituta, Tamar sedujo a su
suegro. Sin saber que se trataba de su nuera, Judá consintió. En
aquella época el adulterio se castigaba con la muerte. Para salvar
su vida y la de su hijo Tamar pidió a Judá su anillo y su bastón
como pago y los tomó para sí.
Tres
meses más tarde cuando fue evidente que la viuda Tamar estaba
embarazada, fue conducida ante Judá para ser juzgada. Podéis
imaginaros el horror de Judá, "Sacadla, y sea quemada", y
ella contestó: "Del varón cuyas son estas cosas, estoy
preñada" y mostró las cosas que Judá le había entregado.
La
caída de Adán y Eva se produjo a través de la fornicación y Tamar
fue un ejemplo de cómo Dios usaba a mujeres de carácter no común
para la restauración. ¿Por qué Dios usaría mujeres adúlteras en
el logro de sus designios? Actúan en una posición satánica pero
haciéndolo niegan la naturaleza satánica a través de la total
obediencia a Dios, entonces pueden restaurarse pasando de un extremo
al otro Dios eligió a sus paladines entre los que se encontraban en
situaciones más miserables. Tamar era una mujer justa y aunque
estaba colocada en una situación de pecado, se dedicó totalmente a
la misión de Dios, arriesgando su vida, su honor y su prestigio. Así
como Eva mintió a Dios y a su futuro esposo en la caída, Tamar
engañó a su suegro y a su futuro esposo, el tercer hijo de Judá.
Revirtió la posición de Eva, revirtiendo la acción de Eva, y lo
más importante es que haciéndolo, arriesgó su vida en la misma
forma que lo hizo Eva cayendo a costa de su vida. Así Dios podría
haber tenido derecho sobre el vientre de Tamar, sobre la propia vida
proveniente de ese vientre.
Tamar
concibió mellizos, y la lucha entre Caín y Abel comenzó dentro de
su propio vientre. La Biblia relata como los mellizos de Rebeca
también lucharon dentro del vientre de su madre. Rebeca rogó a Dios
para que la ayudara a comprender lo que estaba sucediendo y el Señor
le respondió diciendo: "Dos gentes hay en tu seno, y dos
pueblos saldrán de tus entrañas: y un pueblo será más fuerte que
el otro pueblo, y el mayor servirá al menor. Jacob obtuvo el derecho
de Primogenitura de su hermano mayor Esaú.
Cuando
llegó el momento del nacimiento de los dos hijos de Tamar, la lucha
se produjo directamente dentro de su vientre. El Primer niño comenzó
a nacer y la partera ató una cinta roja en su muñeca. Este signo
anunció la aparición del comunismo en los últimos días. Se llamó
también "Edón", que significa "rojo", a Esaú
(Gen. 25:30). Sin embargo, antes de que naciera el primer niño hubo
una lucha, y el hermano más joven hizo meter al otro nuevamente
dentro del vientre y él nació primero. A aquel hijo se lo llamó
Fares y al otro Zara.
El
resultado de esta lucha es que por primera vez la restauración de
Caín y Abel tuvo lugar dentro del vientre de la madre, el hermano
menor sometió al hermano mayor aún antes del nacimiento. La
extraordinaria conducta de Tamar purificó el linaje de Judá y lo
liberó completamente de la influencia satánica desde el momento de
la concepción.
A
través de esta victoria de los tiempos de Tamar y también a través
de la victoria prematura de Jacob, Dios pudo establecer los
fundamentos que abarcaran toda la vida humana. Jesús proviene del
linaje de Judá, y Satanás no tenía forma de influenciar su vida en
el vientre de su madre porque el proceso de purificación ya había
terminado. Jesús vino años después del designio divino de Jacob y
Tamar, porque Dios tenía que esperar para establecer el fundamento
nacional de Israel. Los fundamentos se cumplieron a nivel familiar en
los tiempos de Jacob, Tamar y Judá, pero Dios necesitaba crear las
bases para recibir al Mesías dentro de una nación donde fuera
recibido en la forma más fácil posible a nivel nacional e
internacional.
Por
fin, Dios eligió una mujer cuyo nombre era María. María era una
revolucionaria de la fe que podía seguir las tácticas
revolucionarias de Dios. Ya que la caída vino a través del
arcángel, se necesitó a un ángel para ayudar a comunicar a María
la revelación Divina. María creyó todo lo que el ángel le dijo
referente a su misión, el ángel le dijo que concebiría un niño
que seria grande y sagrado y que debería llamarse Jesús.
La
situación de María era similar a la de Eva en el Jardín del Edén.
María y José estaban comprometidos pero no casados . Adán y Eva
también se encontraban en el periodo de compromiso porque estaban
madurando. Un ángel hizo que Eva pecara, pero un ángel hizo que
María cumpliera los designios celestiales. María también se
encontraba en la posición de engañar a su marido y a su padre.
¿Creen que María discutiría con su padre o con José sobre la
concepción milagrosa de su bebe? Estaba arriesgando su vida porque
en aquellos tiempos una mujer adúltera podía ser muerta a pedradas.
María
fue la tercera mujer elegida por la providencia Divina. El linaje de
Jesús había sido purificado de toda influencia satánica a través
de las victorias anteriores de Rebeca y Tamar y aunque María
concibió fuera del matrimonio, Satanás no la pudo acusar. Aun
dentro del vientre de su madre, Jesús ya era el Unico Hijo de Dios,
y después de su nacimiento, todo lo que el hizo lo hizo con la
autoridad de Hijo de Dios.
Si
no hubiera tenido un comienzo totalmente diferente, no había forma
de que Jesús fuera el Hijo elegido de Dios. ¿Cuál es la diferencia
entre Jesús y cualquier otro niño que tuviera padres desde el punto
de vista físico? La diferencia es el tiempo histórico ,
superficialmente los padres pueden parecer iguales pero sus
antecedentes son totalmente diferentes. María fue una figura
histórica. Durante miles de años de historia, Dios y Satanás
negociaron y lucharon y por fin llegaron a un acuerdo aun antes de
que María hubiera nacido. Dios sabia que tenia que usar el cuerpo de
una mujer para que Su Hijo naciera en la sierra, y para lograrlo,
Dios preparó esto durante miles de años.
Sin
embargo, desde el punto de vista de la sociedad de aquellos tiempos,
Jesús fue un hijo sin padre, un hijo ilegitimo. ¡A los ojos de Dios
fue concebido por el Espíritu Santo pero no había forma de
probarlo! En consecuencia, pensad en forma realista y considerad lo
que voy a decir.
María
concibió a Jesús fuera del matrimonio. De acuerdo con la Ley judía,
una mujer así debía ser condenada a muerte a pedradas. José se
sintió indignado por la situación de María y esperó
silenciosamente a que llegara el momento adecuado para romper su
compromiso. Luego un ángel se le apareció a José y le dijo: "Debes
tomar a María como mujer. No la condenes porque ella tiene que
cumplir una misión especial que le fue encomendada por Dios. Si José
no hubiera sido un hombre justo, María hubiera sido automáticamente
condenada a morir a pedradas.
Ahora
bien, creéis que José podría haber discutido este asunto con sus
padres diciendo, "Madre, Padre, mi futura esposa, mi prometida,
ha concebido un hijo, pero un ángel me ha dicho que ésta es la
voluntad de Dios, en consecuencia debo tomarla como esposa y cuidarla
como tal". ¿Qué hubieran dicho los padres de José? Hay muchas
parejas mayores entre la audiencia esta noche. Poneos en la posición
de los padres de José. No habríais creído a José si él hubiera
dicho eso. Nuevamente, José tuvo que tomar su decisión solo, sin
discutir el asunto con nadie, llevó a su prometida a un lugar
secreto para ocultarla.
Ahora
bien, imagináoslos dirigiéndose a Belén. Era casi el momento de
que María diera a luz. Si el medio ambiente se lo hubiera permitido,
ella hubiera preparado todo para la llegada del niño, lo hubiera
hecho, pero no pudo preparar nada para la llegada del niño. Cuando
el niño nació, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre.
Si Jesús hubiera tenido parentela relacionada con María y José,
¿no le habrían ayudado a María a prepararlo todo? Considerando
todo eso, llegamos a la conclusión de que María dio a luz a su hijo
y estaba muy sola.
En
el momento del nacimiento de Jesús, Dios envió a tres hombres muy
sabios. Dios los guió hacia aquel lugar y ellos deberían proveer
por Jesús, criándolo hasta el momento de su matrimonio.
¿Qué
hubiera sucedido si cuando se les dijo a los sabios que volvieran a
su país, a través de diferentes caminos de los que ellos esperaban,
ellos hubieran llevado a María y al santo niño? Si Jesús hubiera
crecido oculto allí, los sabios se hubieran transformado en figuras
históricas de relevancia mundial. No se si eran los tres de la misma
nacionalidad o si eran de diferentes nacionalidades, hubiera sido aun
mejor si hubieran sido de tres nacionalidades diferentes. Si después
de llevar a Jesús a una de las naciones, todavía fuera perseguido,
se lo podía ocultar en las otras. Si hubieran ayudado a Jesús a
crecer saludablemente, totalmente a salvo de la invasión satánica,
¡cuán famosos serian! Entonces, los tres sabios podrían haber sido
los discípulos de Jesús. Las cosas hubieran sido mucho mejor. Como
nada de eso sucedió, como sabéis Jesús tuvo que buscar a sus
propios discípulos.
Estoy
seguro de que José debe haber pasado un periodo muy duro en el cual
estaba lleno de sospechas con respecto a María. José debe haber
preguntado a su futura esposa, "María nos encontramos muy
unidos y no debe haber secretos entre nosotros. Ahora dime lo que
realmente te sucedió. ¿Quién es el verdadero padre del niño que
llevas en tu vientre?". Estoy seguro que cualquier marido
sentiría curiosidad en ese aspecto. Si yo hubiera estado en el lugar
de José hubiera hecho la misma pregunta a María. Pero María decía
la verdad cuando afirmaba: "Realmente no sé quien es el padre
de este niño. Fue concebido por Dios". ¿Cuántos de nosotros
creeríamos en esa afirmación? Es más fácil creer ahora porque
nosotros sabemos quien es Jesús, pero eso no sucedía durante el
periodo de la vida de Jesús.
En
consecuencia, José sentía sospechas y su corazón se encontraba
dolorido. Penso: "Mi esposa no es realmente honesta conmigo".
Debido a esas circunstancias hubo confusión y trastornos en el seno
de la familia de Jesús después que el nació.
Hay
un incidente en particular que ilustra este hecho. Un día, Jesús se
encontró con su madre en una boda en Galilea y María dijo a Jesús
que se les había terminado el vino. Contestó a su madre diciéndole
"¿Qué tienes conmigo, Mujer?" (S. Juan 2:4) El punto es
que no la llamó "Madre", sino "Mujer".
Posteriormente, un discípulo de Jesús vino a él diciendo: "He
aquí tu madre y tus hermanos te buscan afuera." Y Jesús
respondió: "¿Quién es mi madre y mis hermanos?... He aquí mi
madre y mis hermanos. Porque todo aquel que hace la voluntad de Dios,
éste es mi hermano, y mi hermana, y mi madre" (S. Marcos 3:
33-35) Ello indicaba que a los ojos de Jesús, los miembros de su
familia no estaban cumpliendo con la voluntad de Dios.
Jesús
experimentó una gran angustia en el seno de su propia familia. Hay
muchas historias que aun no han sido reveladas. Se desconocen muchos
hechos referentes a su sufrimiento. La Biblia se refiere muy
someramente a lo que sucedió a Jesús en los primeros treinta años
que precedieron a su ministerio publico. Si se tratara de un relato
glorioso, estamos seguros de que Dios y los discípulos de Jesús lo
hubieran revelado. Pero Jesús vivió en el dolor y el sufrimiento,
fue una figura oscura durante treinta años.
Cuando
niño, Jesús sabía perfectamente que era especial. Oía lo que la
gente común pensaba sobre él, pero la imagen que tenia de sí mismo
era completamente diferente. Desde que era pequeño, nunca pudo
hablar abiertamente a su manera. El único consuelo que encontraba
era en sus conversaciones con Dios, y pasaba la mayor parte del
tiempo orando a Dios y pidiendo Su guía. Como resultado, Jesús se
fortaleció durante ese periodo y las circunstancias lo empujaron en
una sola dirección hacia Dios y hacia la realización de Su ideal.
Sabia que la forma de pensar de la humanidad era muy diferente de la
de Dios y que debía ser corregida, también sabia que la sociedad no
comprendía en absoluto los designios de Dios y que El mismo debería
cambiarla.
Debido
a estas circunstancias adversas, Jesús realmente tenia que orar a
Dios hasta que Dios le hablara y lo instruyera sobre lo que
necesitaría en su tarea en el futuro. A medida que Jesús maduraba y
conocía más a Dios y en que consistiría su propia misión, la
angustia crecía en su corazón y le era más difícil tolerar su
medio.
El
cumpleaños de Jesús - Navidad - no significaba nada en aquellos
tiempos. La persona más apreciada por Jesús hubiera sido quien se
le hubiera acercado, no con regalos y felicitaciones, sino con un
corazón lleno de compasión, lo consolara en su situación y
discutiera con él lo que él debería hacer en el futuro. Si alguien
así hubiera existido, entonces Jesús hubiera sido mucho más feliz
que si alguien hubiera venido a ofrecerle regalos. Esa persona podría
haber sido uno de sus propios hermanos o hermanas. Conociendo su
sufrimiento, él o ella podría haberle traído en su cumpleaños un
simple trozo de torta envuelta en un pañuelo diciéndole: "La
gente no te entiende pero yo trataré de ayudarte. No debes sentirte
desilusionado." Por cierto Jesús hubiera dado una mejor
bienvenida a una persona así que a una que le hubiera traído un
obsequio costoso y luego lo hubiera abandonado. Si hubiera existido
un hermano o una hermana así en la familia de Jesús, entonces Jesús
lo hubiera recordado por mucho tiempo y lo hubiera mencionado.
Jesús
siempre deseó que sus propios padres, hermanos y parientes lo
ayudaran en su misión. Si sus padres no lo hicieron ¿quién podría
ayudarlo? Jesús fue la figura central, el personaje de la misión
Divina que envió Dios después de una preparación de cuatro mil
años. Existía gente preparada para poder hacerlo, para poder
establecer el Reino de Dios sobre la tierra, él debería haber
podido establecerlo entre su familia primero. El conocía la ley
celestial de la familia divina, en consecuencia, su propia familia
debería someterse a esa ley. De acuerdo con esa Ley Divina, José
debería haber amado y educado a Jesús y ni que hablar de su madre
María. Jesús tuvo que educar a su propia madre y a sus hermanos y
hermanas. Ellos tendrían que haberlo amado más que nadie,
protegiéndolo, ayudándolo en su misión. Jesús fue un príncipe
del Reino Celestial. No fue un príncipe común del Reino de la
tierra. Fue el Unico Hijo de Dios y fue enviado a realizar su misión
como única figura central enviada por Dios. Aquella familia tenia
que dar el ejemplo y establecer la tradición asistiendo al niño.
Debían ser muy sinceros y poner toda su dedicación al preparar su
comida, sus ropas, al hacerlo todo por él. Sus otros hijos deberían
haber ayudado a Jesús a llevar a cabo su misión. Pero la situación
era conflictiva. Con todo esto sucediendo en su medio, su vida tiene
que haber sido muy desgraciada cuando se preparaba para su misión
sólo hasta que cumplió los treinta años.
Jesús
conocía los planes que Dios tenía reservados para él, para Israel
y para todo el resto de la humanidad. Dios no posee existencia
física, pero teniendo un cuerpo, Jesús pudo experimentar la
condición humana, y supo que tenía que ser el centro para hacer
volver a este mundo hacia Dios. ¿Creéis que él deseaba
profundamente que alguien le demostrara que lo comprendía o que
quería oír aunque fuera una sola palabra de amor dedicada a él,
sabiendo que sin él nadie tenia la posibilidad de tornar a Dios?
Jesús deseó escuchar al sacerdote mayor decir: "Debemos
prepararnos para recibirte porque ese es el único camino de nuestro
retorno a Dios."
¿Conocemos
a alguien que lo haya entendido y haya expresado eso? Los líderes no
sólo no lo recibieron, sino que se le opusieron directamente. La
gente se asombró un día cuando lo oyeron decir: "Yo soy la
Ley" y "Moisés escribió de mí". Proclamó "Soy
el Hijo de Dios y El Padre Celestial me ha enviado". "Soy
el camino, la verdad y la vida, nadie alcanza al Padre si no es a
través de mí". ¿Cuántos de nosotros hubiéramos aceptado
esas afirmaciones extraordinarias si hubiéramos vivido en esos días?
Jesús asombró a la gente. Parecía tan extravagante. Hasta Juan el
Bautista tenia dificultades para aceptar a Jesús como Hijo de Dios y
Juan debía preparar a la gente y facilitar los caminos del Señor.
El
único objetivo de Jesús era traer el Reino de Dios a la tierra a
escala nacional en primera instancia y luego a escala mundial. Con
eso en el corazón ¿qué puede haber predicado Jesús? ¿Habría
dicho: "Hermanos, soy el Hijo de Dios y poseo muchas bendiciones
y obsequios para ofreceros. Si os unís a mí, os daré buenas casas,
vidas cómodas y muchas bendiciones. Os haré reyes y reinas
poderosos en el mundo". ¿No habrá dicho en cambio: "Hermanos,
aun si vosotros y yo debemos sacrificarnos, Dios desea que salvemos
al mundo. Seamos los paladines de la salvación del mundo"?
Hoy
en día, es muy fácil aceptar a Jesús como el Hijo de Dios porque
durante dos mil años, la Cristiandad lo ha glorificado como Dios.
Pero en aquellos tiempos, los mayores no lo aceptaron. Y los
sacerdotes tampoco lo aceptaron. No eran menos inteligentes de lo que
somos nosotros hoy en día, en realidad nosotros hubiéramos cometido
los mismos errores si hubiéramos vivido en los tiempos de Jesús de
Nazaret. Sólo lo consideraron un paria, un blasfemo y un hereje
extravagante. Simplemente no comprendieron que era el Hijo de Dios.
Jesús
había sido esperado durante mucho tiempo. Se esperó al Mesías
durante dos mil años. Pero cuando finalmente apareció no hubo
bienvenida para él. La fe del pueblo de Israel en aquellos tiempos
no era más intensa que la fe de los Cristianos en la actualidad. Sin
embargo, sabemos que la gente con que se relacionó Jesús no era
igual al resto de la sociedad. Sabemos que se mezcló con
prostitutas, con cobradores de impuestos y con pescadores. Conocemos
el relato sobre una joven que untó el cuerpo de Jesús con ungüento,
luego le lavó los pies con sus cabellos. Si hubiéramos presenciado
todo eso, ¿Cuántos de nosotros podemos afirmar que aceptaríamos de
buen grado a Jesús como el hijo de Dios?
Jesús
hizo afirmaciones que aseguraron su crucifixión. Afirmó que
cualquiera que amara a su familia más que a Jesús no merecía a
Jesús, lo que significaba la negación de todos, por lo tanto todos
se le opusieron porque promovía la desunión entre la familia. La
gente afirmaba que Jesús estaba destruyendo los lazos familiares y
sociales.
Los
tres años del ministerio publico de Jesús no se acercaron para nada
al Mesiazgo. Nadie comprendió la verdadera misión de Jesús. La
gente juzgó al Hijo de Dios con la óptica de los pecadores, según
sus normas mundanas, y lo trataron como les pareció mejor. Muchas
veces, en la ciudad de Jerusalén, Jesús se enojó por la conducta
inmoral de la gente. Incluso llegó a voltear las mesas de los
cambistas en un momento de ira. De acuerdo a las normas comunes
debería haber sido arrestado y ningún tribunal civil lo hubiera
puesto en libertad. Pero de acuerdo a la Ley Divina, Jesús no había
cometido pecado alguno. La ley civil no es la Ley Celestial. Pero
este mundo pecador nunca podría brindar hospitalidad a la pureza de
Cristo.
Como
lo he mencionado anteriormente, todos los santos, los profetas y los
hombres justos que aparecen a través de la historia, primero
tuvieron que negarse totalmente a sí mismos y entregarse a Dios.
Cuando El los llamó, abandonaron sus hogares, sus fortunas, sus
familias y sus naciones. Dios desea paladines a nivel individual, a
nivel familiar, a nivel tribal, a nivel nacional y a nivel mundial.
Ha convocado a sus paladines a todos los niveles. Y los requisitos de
los paladines de Dios siempre son los mismos. El o ella necesitan
tener una fe absoluta y seguir Su mandamiento cualquiera sea . Dios
exige total obediencia a Su voluntad.
Debemos
examinar entonces cual es la voluntad de Dios. ¿Por qué somete a Su
pueblo a pruebas tan duras? La salvación del individuo es sin duda
importante a los ojos de Dios. Dios no descuida ese aspecto. Sin
embargo, ése no es el propósito último de la tarea de Dios. ¡La
voluntad de Dios es la salvación del mundo! Dios convocó a una
familia para que se convirtiera en el instrumento de la salvación
del mundo. Dios convoco a Su pueblo para lograr la salvación del
mundo. Dios quiere tener una nación como su paladín para el logro
ultimo de la salvación del mundo.
La
gente en los tiempos de Cristo esperaba al Mesías ansiosamente. Pero
muchos consideraban solamente la gloria de su nación. No entendieron
la misión universal de Jesucristo. El propósito de Dios era enviar
al Mesías al pueblo elegido de Israel para que el Mesías se uniera
al pueblo elegido. Entonces se transformarían en soldados de la fe
para luchar y lograr la salvación del mundo.
El
fundamento del Mesías fue establecido a través de Jacob como
paladín de la familia y a través de Moisés, el paladín de su
pueblo.
Finalmente
el Mesías vino a la nación de Israel. El iba a ser el paladín de
la nación y de todo el mundo. El propósito de Dios no es la
salvación de una iglesia o de una nación solamente. Es la voluntad
de Dios que se sacrifique lo menos por lo más. En consecuencia
sacrificará a la iglesia o a la nación por el mundo. Si los
Cristianos en la actualidad piensan sólo en su salvación, su propio
paraíso y bienestar, entonces no viven de acuerdo con el propósito
de Dios. Si sólo nos preocupamos de la salvación de nuestras
propias familias, no somos merecedores de la bendición de Dios. Si
las personas se preocupan por beneficiar solamente a su propio
pueblo, o solamente a su propia nación, entonces contradicen
totalmente la voluntad de Dios.
Dios
os dará vuestra propia salvación. Cuando os transforméis en los
paladines de Dios para lograr la salvación del mundo, vuestra propia
salvación estará asegurada. Probablemente, la población cristiana
constituye un séptimo de la población mundial total. Pero entre
ellos, muy pocos son cristianos devotos. Y entre los cristianos
devotos ¿cuántos de nosotros nos esforzamos por la salvación de la
humanidad? ¡Todos debemos abocarnos a la salvación del mundo!
Dios
no puede estar satisfecho con nosotros si vivimos egoístamente.
Conocí a Jesús personalmente y recibí una revelación a través de
la cual supe que el dolor de Dios es grande. Su corazón está
destrozado. Hoy en día, Dios trabaja incesantemente por la salvación
última de la humanidad entera. Es necesario que su paladín tenga
éxito en la empresa. El objetivo de la Iglesia de Dios es salvar al
mundo entero. La Iglesia - la Israel de Dios - es el instrumento de
Dios, y fue éste el hecho que se olvidó en los tiempos de Jesús.
Durante
la era del Antiguo Testamento se usaban las cosas de la creación
para hacer ofrendas. La ofrenda física suponía una ofrenda nacional
con el Mesías como símbolo del sacrificio universal por la
humanidad. ¿Por qué se necesita al Mesías como la consumación
física del sacrificio? Jesucristo vino para ser sacrificado en el
altar de la nación de Israel, pero el Mesías necesitaba seres
humanos para completar el sacrificio porque ellos serian los
beneficiados, no el Mesías. El Mesías no viene por sí mismo, sino
por toda la humanidad. El Mesías universal llegó a la nación de
Israel, el altar universal, y el pueblo debía unírsele y así
ofrecerse como una unidad en el altar. Sin embargo, esa unidad no
existió. Jesús fue ofrecido como sacrificio en el altar, pero no
había nadie que ofreciera ese sacrificio a Dios. No hubo nadie unido
con Jesús.
¿Cuál
era la diferencia que existía entre Jesús y los corderos ofrendados
en la época del Antiguo Testamento? Los corderos lo ignoraban pero
Jesús sabía muy bien el mal que la humanidad había realizado y
conocía bien lo que se requería para terminar con ese pecado, y al
mismo tiempo se sentía muy dolorido por tener que ser ofrendado. Con
anterioridad a Jesús ni los seres ofrendados ni los seres humanos
entendieron completamente por qué se necesitaba de las ofrendas ni
cual era el defecto de la ascendencia humana, pero en los tiempos de
Jesús la ofrenda misma conocía la totalidad del pecado humano.
¿Cómo
fue que Jesús se transformó a sí mismo en una ofrenda? Haciendo de
su propia vida un ejemplo del camino que debe seguir la humanidad. En
realidad, lo que Jesús quería decir era: "Lo que yo estoy
haciendo ahora es lo que deberíais estar haciendo, pero como no lo
entendéis, os lo debo mostrar". ¿Qué camino siguió Jesús?
¿Fue su estilo de vida luchar y exhibir su poder? Jesús no enseñó
a la gente a través del conocimiento; sus enseñanzas fueron mucho
más profundas. Por cierto que no exhibía su poder ante la gente.
Dicho simplemente, él mostraba el camino hacia el paraíso
celestial. ¿Qué caminos siguió Jesús? Lo único importante es
sacrificarse y establecer el amor verdadero.
Entonces,
¿por qué fueron necesarios el sufrimiento y el sacrificio? Es por
la misma razón por la que cualquiera en este mundo sufre luego de
actuar mal. Hemos violado la Ley Divina de tal manera que lograr el
ideal se hizo totalmente imposible y para desvanecer el mal se
requiere el sufrimiento. El Reino de los Cielos y el amor dentro del
hombre y de la mujer se han perdido, y Jesús enseñó que no pueden
recuperarse sin pagar un precio; lo que nos mostró fue como debemos
sacrificarnos. ¿Por qué fue necesario que él y todos nos
sacrificáramos? A costa de su propio sufrimiento, Jesús quiso
enseñarnos como vencer al pecado.
¿Creéis
que los pecadores se regocijaron por haber encontrado al hombre que
los podría librar del pecado? Jesús trajo con él el amor perdido,
pero ¿cuál es la respuesta más probable cuando viene el Mesías -
que la gente se regocijara y olvidara lo que ha hecho, o que ellos
deban superar un sentimiento de confusión antes de sentirse
merecedores del salvador? ¿Puede una persona ignorar el mal que ha
hecho y aproximarse al salvador, o debería tal persona sentir tal
arrepentimiento sobre la seriedad de su pecado en el pasado que ni
siquiera sabe como conducirse? Es muy posible que cuando uno
comprenda la magnitud del propio pecado, uno tiemble ante el simple
pensamiento sobre la inmensa diferencia entre el Mesías y uno mismo.
Cuando
el Mesías venga a terminar con el pecado, ¿el pecador va a indicar
al Mesías lo que debe hacer? En vez de decir a Jesús lo que él
debería hacer, sentiremos que no deberemos pronunciar palabra
alguna. Luego de verlo, lo primero que debe sentirse es el
derramamiento de tantas lagrimas que ni siguiera podremos ver a
nuestro derredor. Después de la caída, la humanidad se encontró
inmersa en tal oscuridad que no supimos qué hacer y estas lagrimas
nublarían a tal punto vuestros ojos que no podríais ver nada. Sin
embargo, a la vez deberíamos sentir la esperanza en nuestro
interior.
En
los tiempos del Antiguo Testamento, la gente hacia ofrendas sin saber
su significado, pero Jesús hizo su sacrificio por la humanidad
sabiendo que moría por ella. Si un hombre o una mujer están
dispuestos a morir por el Mesías entonces puede que la muerte real
no sea necesaria. Este ha sido un valor tradicional dentro del
Cristianismo, pero observamos que comparado con esta norma, el
Cristianismo se ha desviado de las enseñanzas de Jesús. Podemos
volver a vivir si nos sometemos completamente y morimos sin
establecer ninguna exigencia. Si una persona está dispuesta a morir,
entonces esa persona vivirá, podrá morar en el paraíso. Esas
fueron las enseñanzas de Jesús. Sin embargo cuando conquistemos
nuestras vidas a nivel personal, ese será solamente el comienzo;
luego tendremos que morir por el resto de la humanidad. Y deberemos
establecer esa relación con ellos para que ellos estén dispuestos a
morir por nosotros, y sobre esas bases podremos ir al paraíso.
¿Qué
hubiera sucedido si los doce discípulos hubieran estado dispuestos a
ser crucificados antes que Cristo? ¿Cómo hubiera sido la historia
del mundo? ¿Creéis que Dios hubiera resucitado sólo a Cristo y no
a sus discípulos? No, Dios es imparcial y ama a todos por igual y
por cierto los hubiera resucitado a todos. ¿Los discípulos hubieran
ascendido al cielo con Jesús? No hubieran abandonado al mundo sino
que hubieran vuelto junto con Jesús y hubieran ayudado a revivir a
la gente en el mundo. Antes de la caída, los ángeles participaban
continuamente en el mundo humano sobre la tierra , y lo mismo podrían
haber hecho los discípulos.
¿Por
qué fue que Jesús ascendió a los cielos solo? Fue así porque no
hubo nadie dispuesto a morir con él. Si todos hubieran estado
dispuestos a morir con Jesús, Dios hubiera elevado a toda la nación
al paraíso junto con Jesús? Puede ser que sí. Pero como su
propósito es salvar al mundo, Dios probablemente hubiera creado el
paraíso en la tierra en ese momento. La influencia de Israel se
hubiera extendido sobre la faz de la tierra en un periodo muy breve.
Si ello hubiera sucedido entonces la historia humana hubiera
alcanzado su punto culminante y el Cristianismo no, hubiera sufrido
derramamiento de sangre. Dios hubiera establecido el Reino de los
Cielos en ese momento y no seria necesario que Jesús volviera.
También
fue necesario que los discípulos derramaran su sangre y murieran
antes de ir al paraíso porque Jesús fue allí solo. Solamente
después podrían tener una relación profunda con Jesús. Durante
cuatrocientos años los Cristianos tuvieron que literalmente derramar
su sangre. Muchos se preguntan por qué Dios exige el derramamiento
de sangre y el martirio de las personas religiosas y ahora está muy
claro que todos debíamos haber seguido el camino de Jesús.
Cuando
Jesucristo fue crucificado, ninguno de los que lo aceptaron estaban
presentes. Los sacerdotes y todos los discípulos desaparecieron .
Nadie se encontraba allí para ofrendar el sacrificio de Jesús en el
altar. Se hace una ofrenda a Dios por toda la humanidad, pero si no
hay nadie que se beneficie, entonces ¿qué valor puede tener el
sacrificio? La única forma posible en que el sacrificio fuera
todavía efectivo seria considerar que el espíritu y el cuerpo de
Jesús se separaron. De esa forma, el cuerpo de Jesús representaba a
la nación, mientras que el espíritu de Jesús, fue lo realmente
sacrificado. Al unir su espíritu con Dios, Jesús hizo que su
sacrificio fuera aceptable a los ojos de Dios. La ofrenda de Jesús
se aceptó como ofrenda espiritual; el sacrificio que ofreció fue de
carácter espiritual. Desde ese tiempo, Jesús ha obrado sobre esa
base para establecer la base espiritual, de la familia a la sociedad,
la nación, y al mundo, hasta que llegue el momento de hacer la
ofrenda material.
Como
la nación como un todo no pudo unirse a Jesús, no fue restaurada y
establecida como la nación de Dios. La responsabilidad de Jesús
consistió en reparar esa situación, en consecuencia, Jesús hizo un
gran sacrificio para preservar y expandir la soberanía de Dios. Los
tiempos del Antiguo Testamento en que uno se acercaba a Dios por
medio de la ofrenda de sacrificios terminaron con la llegada de
Jesús, y una nueva era en la que Jesús se transformó a sí mismo
en el sacrificio comenzó. Los cristianos desean llegar a formar una
unidad con Dios y con Jesús, lo que significa que Dios, Jesús y los
seres humanos están unidos. Ese es el propósito del Cristianismo.
A
partir de este principio, el Cristianismo pone énfasis en la unidad
con Jesucristo, afirmando: "Amad a Jesucristo más que a nadie.
Haciéndolo, podréis conquistar la salvación más fácilmente,
porque Jesús ya ha establecido las bases de la salvación
espiritual. En consecuencia uniéndoos a él, podréis lograr vuestro
objetivo sin demora". El cristianismo pone énfasis en el logro
de unir nuestros corazones al de Jesucristo. Ese es el punto más
importante de la fe y de la creencia. Vuestras vidas deberían ser
paralelas a la de Jesucristo, el secreto es inclusive compartir el
dolor de Jesucristo. Cuando él se regocija, podéis regocijaros,
cuando se esfuerza y sufre tribulaciones, compartidlas con él. Este
tipo de unidad es el ideal Cristiano.
Si
los creyentes constituyen el cuerpo de Cristo, entonces ¿podría
existir más de una iglesia? Existen muchas denominaciones y tipos de
Cristianismo, lo que significa que el cuerpo de Jesús se encuentra
dividido. Esto no es aceptable a los ojos de Dios. Es como si el
cuerpo de Jesucristo hubiera sido despedazado.
De
acuerdo con los designios de Dios, debería haber otra ofrenda
universal muy importante en la que no existiera la separación entre
el espíritu y el cuerpo. Ello puede ser logrado a través de la
gente unida que ofrende un sacrificio vivo que sea aceptable para
Dios. Para establecer una base, el Cristianismo debe estar unido en
un solo cuerpo. Esa es la condición primera y más importante que
debemos lograr. El corazón de Jesucristo sufre cuando contempla su
cuerpo tan desvergonzadamente separado. El Cristianismo en la
actualidad es el cuerpo de Jesús, pero cuando hay una sola mente
¿cómo pueden existir 1.000 cuerpos? Debería existir sólo un
cuerpo y una mente.
¿Son
todas las jerarquías del Cristianismo realmente el cuerpo de Cristo?
¿Puede el Papa en Roma afirmar que el está unido completamente a
Cristo, y que la mente de Cristo y el cuerpo del Papa son uno?
Originariamente la intención de Dios era que el Papa fuera el
símbolo del cuerpo de Jesús, que representara a la totalidad del
Cristianismo.
En
la realidad existe una separación insalvable entre Jesús y los
hombres, a pesar de lo mucho que se ha hecho para tratar de
superarla. Es imposible que los Cristianos en la actualidad se unan
completamente con Jesús porque hace dos mil años, la propia mente y
el cuerpo de Jesús no fueron sacrificados juntos. Se requiere aun
otro paso gigantesco para completar la ofrenda universal profetizada
en la que el cuerpo de Jesús y la mente de Jesús estén totalmente
unidos para transformarse en el sacrificio viviente en el altar.
Jesús
vino a lograr la unidad con su sacrificio. Debéis entender una cosa
muy claramente: cuando Jesús vino, ¿debería haber descendido a
unirse a los hombres, o los hombres deberían haber ascendido para
unirse con él como sacrificio?
¿Pediríais
a Jesús que viniera a vosotros, prometiéndole que lealmente lo
esperaríais? ¿O le diríais: Señor, permanece sentado allí.
Correré adonde te encuentres? Somos nosotros los que debemos actuar
y hacer algo. Esto es lo que Dios y Jesús esperan de nosotros. Jesús
no dijo que se arrepentiría por nosotros y después traería el
Reino de los Cielos mientras nosotros permanecemos sentados. El dijo:
"¡Arrepentíos porque se acerca el Reino de los Cielos!"
Somos nosotros los que debemos adaptarnos. Jesús no vino para
cambiar. Somos nosotros los que debemos cambiar. Este punto debe
estar totalmente claro.
Pensad
en vuestra situación de la misma manera que Jesús pensó en la
suya. Caminando por los valles de Israel, Jesús no los considero
como pertenecientes a nadie más. Pensó: "Dios es mi Dios.
Israel es mi nación. Este es mi pueblo". Hubo siempre una
profunda sinceridad en su corazón. ¿Pensáis vosotros lo mismo?
¿Pensáis: Dios es mi Dios. La humanidad es mi pueblo y aquí estoy
para salvarlos?"
¿Cuáles
eran las convicciones y la filosofía de Jesús? ¿Simplemente se
alimentaba bien y pasaba sus días plácidamente planeando una larga
vida? Jesús pensaba: "Dios es mi Dios, la humanidad mis
hermanos, y la totalidad de este mundo espera ser creado nuevamente
por el Hijo de Dios. Me encuentro aquí para llevar a cabo esa
misión. El pensamiento de Dios coincidía con el de Jesús.
Jesús
quiso dejar su herencia al mundo cristiano, a sus hermanos; ha
querido legar a cada cristiano su convicción: "Dios es mi Dios,
la humanidad son mis hermanos. Esta tierra me pertenece y soy
responsable ante Dios de crear un nuevo mundo según los designios de
Dios". Esos líderes sectarios que están solamente interesados
en llevar a cabo solamente sus propios intereses sectarios están tan
equivocados. En cambio debemos heredar la ideología y la filosofía
de Jesús. El sectarismo es un obstáculo en los caminos de Dios.
Debemos terminar con todas las barreras del sectarismo para realmente
llegar a la gente.
Si
los ministros y los sacerdotes que hacen sus sermones los domingos de
mañana no pueden hablar de Dios como "mi Dios" o de la
humanidad como "mi pueblo" o del mundo como "el hogar
de la familia humana", entonces son herejes. Son fraudes si no
pueden hablar de estas cosas con convicción.
¿Quiénes
sois vosotros entonces? ¿Sentís que "Dios es mi Dios"?
¿Habéis pensado en las tierras que os pertenecen más allá de los
limites de los Estados Unidos? ¿Alguna vez, habéis pensado: "
Soy responsable de esta tierra? Debo esforzarme para restaurar esta
tierra ante los ojos de Dios"? Esta es la clase de religión que
Dios ha estado esperando. Debemos sentirnos totalmente responsables,
como si este mundo nos perteneciera, porque nadie más cuidará de
él. "Yo debo responsabilizarme porque las iglesias se están
desmembrando en la actualidad. Los jóvenes están moralmente
corruptos, en consecuencia debo responsabilizarme. Veo al mundo
desmembrarse por la infiltración comunista y en consecuencia debo
responsabilizarme del comunismo". Cada uno de nosotros debe
pensar así.
Cuando
estáis en el lecho, debéis pensar que sois Jesús recostado en el
lecho. "Mi cuerpo es el cuerpo resucitado de Jesús. Revivo el
aliento de Jesús que fue extinguido hace dos mil años". ¿Es
esto ilícito de acuerdo con la Biblia? En absoluto. La Biblia nos
enseña que debemos formar una unidad con Jesús; Jesús enseñó "Yo
soy en el Padre y el Padre en mí". Jesús quiso decir que
cualquiera puede ser representante del Mesías. Que os transforméis
en la manifestación física del Mesías es la esencia de la
ideología de Dios y de Jesús. Dios nos creó a todos para ser el
Mesías. Mientras existan personas que necesiten la salvación, se
necesita al Mesías.
EL
CRISTIANISMO EN CRISIS
A
partir de Jesucristo se podía establecer un mundo nuevo de
salvación. Esa es la historia del Cristianismo. Siguió el mismo
curso que Jesús. Toda vez que el Cristianismo se estableció en un
país, los hombres y las mujeres que se convirtieron a él, sufrieron
dificultades y derramaron su sangre. Aquellos que murieron soportaron
ese sufrimiento para separarse del mundo y de Satanás. Se pusieron
en la posición en que pudieran recibir el amor divino y sacrificarse
por los demás. Si hubieran querido maldecir a los que los mataron,
no hubiera habido providencia para la restauración. Ellos tuvieron
que orar por quienes los mataron. Sin esa mentalidad el cristianismo
no hubiera proseguido en la forma en que lo hizo. Todo eso sucedió
porque Dios tenia la intención de perdonar a Adán y a Eva después
de la caída si sólo un hermano o una hermana que no hubieran pecado
hubiera consolado a Dios en su dolor, hubiera pensado en su hermano o
hermana pecadores, y se hubiera sacrificado por el otro.
A
través de toda la historia de la humanidad, la providencia de Dios
ha estado fundada en las ofrendas. En los tiempos del Antiguo
Testamento se ofrendaban animales, pero en los tiempos del Nuevo
Testamento, el mismo Jesucristo se transformó en la ofrenda. Jesús
fue "la ofrenda importante" que se esforzó en total
obediencia a Dios y se sacrificó. En consecuencia, en esa situación,
toda la humanidad debe formar una unidad con Jesús, y hacer la
ofrenda poniéndose en la posición de Jesús. Si en su misión y en
la providencia divina, Jesús hubiera logrado salvar a toda la
humanidad, tanto material, como espiritualmente, entonces nosotros
nos hubiéramos salvado también en ambos planos, pero él no logró
la salvación en el plano físico y sólo la logró en el plano
espiritual. Ya que formamos una unidad con él, significa que hemos
realizado la salvación sólo en el plano espiritual.
Con
la crucifixión, Jesús perdió su base en el mundo físico - su
cuerpo físico. En consecuencia, el propósito del Cristianismo es
también restaurar ese cuerpo físico perdido de Jesús. Pero el
Cristianismo no puede llevar a cabo su fin sin restaurar la tierra,
el pueblo, y la soberanía. Los Cristianos deben colocarse en una
posición en que puedan cumplir con la providencia del sacrificio a
nivel de la sociedad, la nación y el pueblo. En otras palabras deben
tomar la decisión de sacrificarse.
Después
de la crucifixión de Jesús y de su resurrección, la iglesia
cristiana se extendió a través de toda Asia Menor. El empuje
principal fue hacia Roma. Roma fue el lugar elegido porque en
aquellos tiempos Roma era "el mundo". Para salvar al mundo,
el ejercito de Jesús tenia que conquistar a Roma. Pero ésta fue una
batalla imposible, un fin inconcebible. El imperio romano parecía
una fortaleza inexpugnable, imposible de conquistar. El ejercito de
Jesús tenía las manos vacías. No usaban armas, ni la espada ni la
lanza. Su única arma era su amor por Dios y por Jesucristo.
Marcharon intrépidos, impulsados por la convicción y la fuerza. El
precio que pagaron fue su sangre y su sacrificio.
No
existe ejército más fuerte que aquel que no teme la muerte. Ningún
ejército resulta invencible para un ejercito de fe. La historia es
testigo de las hazañas de ese ejército de Jesús. El imperio romano
por fin cayó y Jesús conquistó Roma. El Catolicismo Romano se
transformó en el centro del designio de Dios de salvación del
mundo. El Papa estaba en la posición de transformarse en el paladín
de Dios.
Sin
embargo, en la Edad Media surgió la corrupción dentro de la iglesia
y disminuyó el espíritu del Cristianismo. Los funcionarios de la
iglesia medieval se interesaban demasiado en su propio poder, su
propia autoridad y su propio bienestar. La iglesia detentó un
inmenso poder tanto en lo político como en lo económico. La
jerarquía conservó su poder, abusó de ese poder y olvidó el
designio Divino. Los líderes de la iglesia se aferraron tenazmente a
su poder y persiguieron a sus oponentes. La jerarquía afirmaba
descender del linaje de los discípulos de Jesús, sin embargo no
podía elevarse por sobre sus propios pecados. El espíritu Cristiano
en muchos de estos hombres había desaparecido totalmente. Pero Dios
tenia que continuar su tarea. Solo una respuesta total puede
satisfacerlo. En la época medieval, cuando existía mucha corrupción
en la sociedad, personas como San Francisco negaron todo y se
separaron del mundo. En lugar de perseguir objetivos mundanos, fue
leal a su visión de que se debía revitalizar el espíritu de la
iglesia. Fundó un movimiento que permitiría a los cristianos
abandonar aquello que los esclavizaba, y dio todo en nombre de ese
objetivo. Superando lo mundano pudo realizar grandes avances y
también guió a aquellos que compartían su objetivo. Sin embargo,
la Orden Franciscana se transformó en una organización sujeta al
disenso. La iglesia necesitaba una reforma más profunda, por lo
tanto se produjo la revolución religiosa, Martín Lutero comenzó la
Reforma Protestante, y también surgieron reformadores importantes en
el seno del Catolicismo. En toda Europa, hombres justos estaban
decididos a liberarse de las doctrinas y las practicas caducas y
abusivas. Querían rendir culto a Dios y a Jesús, no a la iglesia
como institución mundana. La Proclama Protestante consistió en
afirmar el sacerdocio de todos los creyentes. Su deseo verdadero era
la directa comunicación con Dios. Colaboraron con Dios para guiar al
mundo paso a paso hacia el objetivo último.
Posteriormente
en Inglaterra, el pueblo comenzó a cuestionar y a resistir las
prácticas autocráticas de la iglesia del estado. Se exigió una
reforma profunda de la Iglesia de Inglaterra. Comenzó el movimiento
Puritano que se extendió rápidamente a pesar de la persecución.
Estos creyentes de la nueva fe significaban una amenaza para los
líderes de la iglesia establecida, quienes usaron casi todos los
medios para suprimir a este movimiento nuevo.
Quienes
realmente querían la libertad de cultos tuvieron que escapar o
terminaron encarcelados. Poseían un espíritu fuerte pero no poseían
el poder para resistir al gobierno en aquella época. Se escaparon
para Holanda. Pero todavía deseaban un nuevo mundo, un paraíso
nuevo y una nueva tierra donde pudieran encontrar la libertad para
rendir culto a Dios.
Los
Estados Unidos deben haber sido muy atractivos a los ojos de aquellos
que sonaban con un nuevo mundo. Aunque los Estados Unidos eran un
territorio desconocido, les prometían la libertad de cultos que
ellos tanto deseaban. Los Peregrinos deseaban formar una comunidad
propia. Los Estados Unidos parecían el lugar ideal, en consecuencia,
tomaron la decisión valiente de establecerse allí. Se sometieron al
arriesgado viaje a través del Atlántico. Arriesgaron sus vidas,
encontrando fuerza en su fe que era más fuerte que el propio deseo
de vivir.
Considerad
lo siguiente: Tuvieron que abandonar a sus familias, a su país, y se
dirigieron a tierras desconocidas. Su única esperanza era Dios.
Dependían de Dios en cada paso que daban. El viaje era muy largo y
había muchas tormentas. Incesantemente oraron a Dios. No tenían a
nadie a quien recurrir. Solamente tenían a Dios. Cuando se
encontraban enfermos y a punto de morir en el viaje, no poseían
medicinas ni doctores que los curaran; recurrían a Dios. Aquellos
hombres y mujeres. Peregrinos formaban una unidad con Dios. Y así
sobrevivieron.
Poneos
en su posición de total dependencia de Dios. ¡Que fe tan
maravillosa! Estoy seguro de que la fe de los peregrinos conmovió el
corazón de Dios. Y cuando Dios se conmueve hace promesas y cuando
promete algo, lo cumple. Dios decidió brindar a estas personas lo
que más deseaban: la libertad de cultos. Después decidió darles
aún más.
Estoy
seguro que sabéis que el Mayflower llegó a Plymouth Rock en Nueva
Inglaterra casi en pleno invierno. Noviembre en Nueva Inglaterra es
muy frío. El destino de los recién llegados era seguramente morir
de hambre porque había muy poco que comer. Considerando este hecho,
realmente me inspira saber sobre el depósito de grano en la bodega
del Mayflower que no tocarían aunque murieran de hambre. Guardaron
ese grano para plantarlo en la primavera. Este fue realmente un
ejemplo de sacrificio supremo. Preferían morir con la esperanza de
un mañana antes que actuar llevados por la desesperación para vivir
solo unos días más.
Los
Peregrinos llegaron a estas tierras llenos de esperanza y propósitos.
Sabían que ese su propósito era más importante que sus propias
vidas. Nada pudo haberles dado este coraje, esta dedicación, este
espíritu de sacrificio, excepto su fe en Dios. Cuando llegaron a
Plymouth Rock, los cuarenta y un sobrevivientes del viaje se
reunieron y organizaron sus ideas en cuanto a la forma de gobierno.
El Pacto del Mayflower resultante se firmó. "En el nombre de
Dios, Amen". Esta es en realidad una historia maravillosa. Este
pequeño grupo de personas abandonó Europa con la esperanza puesta
en Dios. Se enfermaron y, murieron en Dios; sobrevivieron en Dios.
Formaron su primer gobierno y firmaron sus papeles oficiales "En
el nombre de Dios".
La
historia de los peregrinos es un clásico de la historia de Dios. Se
ajusta al modelo de los hombres justos de la historia como Abraham,
Isaac y Moisés. Estos Peregrinos fueron los Abrahames de la historia
moderna. En consecuencia, tuvieron que someterse a muchas durezas aún
después de que se firmó el Pacto del Mayflower.
La
población de valientes sobrevivientes del Mayflower se vio diezmada
a la mitad durante el primer invierno en los Estados Unidos. Cada día
ese invierno provocó una separación dolorosa de los seres queridos.
Uno por uno, estos pioneros valientes murieron.
Sin
embargo su vida, de la mañana a la noche, del atardecer hasta el
amanecer, se centraba en la voluntad de Dios. Dios era su único
consuelo, su única esperanza y su única seguridad. Dios era su
principal compañero. Este es un ejemplo de un grupo esencialmente
puro y poco común del pueblo de Dios. Ellos demostraban una fe
inagotable y Dios les daba fuerza y coraje. Nunca perdieron su fe en
Dios y su visión del futuro. Su propósito al venir a América era
el de construir una mancomunidad centrada en Dios; para establecer un
mundo donde Dios pudiera morar, donde pudieran compartir la hermandad
entre ellos y regocijarse en la hermandad con Dios. Esto estaba sólo
en la providencia de Dios, porque El necesitaba una nación cristiana
para servir como Su paladín para la postrera y permanente salvación
del mundo.
Y
los Peregrinos recibieron otro milagro. Cuando apenas estaban
sobreviviendo y su población se había reducido a la mitad, los
Americanos nativos podrían haberlos echado fácilmente de un sólo
plumazo. El primer grupo que encontraron los sobrevivientes del
Mayflower no fue hostil. Les dieron la bienvenida a los colonos.
¿Cómo debemos interpretar esto? Dios intervino aquí, en América,
para salvar a su pueblo. Dios quería que ellos se establecieran y
les dio una oportunidad a los peregrinos.
Como
la población de los colonos fue creciendo, finalmente los propios
nativos se tuvieron que correr para que los peregrinos agrandaran su
propia colonia. Por supuesto que esta tierra no pertenecía
originariamente al nuevo pueblo americano. La tierra ya estaba
habitada, y desde ese punto de vista, los colonos eran invasores.
¿Por qué entonces es que Dios les dio esa oportunidad a los
colonos? He aquí mi interpretación: Dios amparó a los colonos
porque esto estaba en Sus planes. Además, estos peregrinos cumplían
con los requisitos de Dios y le demostraban una fe inquebrantable.
Dios no podía menos que ayudarles y darles Su promesa para después
cumplirla.
La
existencia de América coincide con las providencias de Dios. Dios
necesitaba crear una nación cristiana poderosa sobre la tierra para
luego poder hacer Su trabajo futuro. Después de todo, América
primero le perteneció a Dios y sólo después al pueblo que vivió
allí. Esta es la única interpretación que puede justificar la
posición de los colonos peregrinos. Y esto implica que si la nación
americana, que tiene su origen en los peregrinos, no cumple con la
voluntad de Dios, un severo juicio recaerá sobre los nativos
americanos.
Este
continente estuvo escondido por un motivo especial y no fue
descubierto por los Cristianos Europeos hasta que llegó la hora
indicada. El pueblo de Dios llegó en el momento apropiado. Llegaron
a moldear el nuevo estilo de vida. Su principal compañero era Dios.
En la casa, en el cuidado de sus hijos, en el campo, en la cocina o
en la construcción, ellos dejaban que Dios compartiera su trabajo.
Era la única seguridad que tenían. Un granjero podría dedicarle su
familia y su granja a Dios, sellado con oraciones alrededor del hogar
y en los campos. Su vida cotidiana era vivida en nombre de Dios.
Luego
que los visitó la primera primavera, ellos limpiaron los campos,
plantaron, cultivaron y recogieron la cosecha. Y atribuyeron toda su
cosecha a la gracia de Dios. Así fue que comenzó la preciosa
tradición de la Acción de Gracias. Luego del próximo invierno
severo, lo primero que hicieron fue construir una iglesia. La primera
calle que construyeron fue la que conducía a la iglesia. De noche,
al amanecer, en la mañana y en la tardecita le rezaban a Dios. Estoy
seguro que en sus plegarias decían: "Dios, queremos construir
un mundo para Ti que debe ser mejor que el Viejo Mundo. Queremos
construir un lugar donde Tú puedas morar y ser el amo".
Y
también tenían una visión que en el futuro esta nación cristiana
haría más por el resto del mundo que ningún otro país sobre la
faz de la sierra. Estoy seguro que después de construir la Iglesia
construyeron un colegio. Querían colegios sobresalientes para sus
niños, que fueran mejores que cualquier otro colegio que existiera
en el Viejo Mundo. Y lo último fueron sus casas. Luego de construir
sus casas, se las dedicaron a Dios. Este es el legado de sus
ancestros, lo sé. Puedo visualizar la América temprana y veo una
América hermosa porque Dios estaba en todas partes. En el colegio,
en la Iglesia, en la cocina, en la calle, en una asamblea, en la
feria, en todos lados estaba Dios.
Entiendo
que en América están por cumplir su bicentenario. Examinemos al
pueblo que condujo el movimiento de independencia en este país,
allá, en el año 1776. Esos luchadores por la libertad eran
traidores a los ojos de la Corona Británica; pero Dios podía usar a
estos traidores como Sus instrumentos, como Su pueblo, y a través de
ellos El concibió y construyó la mejor nación sobre la faz de la
tierra.
Jorge
Washington, Comandante en Jefe de la Armada Continental, conoció el
sabor de la derrota en muchas, muchas batallas. Cuando, finalmente,
debió enfrentar el último invierno desgarrador en Valley Forge, su
posición era firme. Estoy seguro que Jorge Washington, en sus
oraciones rezaba lo siguiente: "Dios, Tu trajiste a nuestro
pueblo desde Europa a este Nuevo Mundo. Tu no quieres que se repita
la historia de Europa. Tu nos liberaste y nos diste libertad. Tu no
quieres ver que los errores de Europa se repitan en esta tierra.
Déjame que te ofrezca mi compromiso. Yo construiré una nación bajo
Dios". De ese modo, Jorge Washington hizo de su batalla la
batalla de Dios y por lo tanto la victoria ganada fue una victoria
para Dios.
Yo
sé que esta victoria y la independencia de América llegaron porque
Dios aceptó las plegarias de Jorge Washington así como las
plegarias de muchos otros americanos. Dios sabía que sus paladines
trabajarían para Su nueva nación. Pero Jorge Washington no tenía
nada con que luchar y la armada Británica tenia todo - poder,
autoridad, tradición y equipo. Estaban orgullosos de su fortaleza
militar. La Armada Continental Americana no tenía municiones y sólo
tenía unos pocos soldados. Jorge Washington tenía sólo un arma: su
fe en Dios. Creo que la posición de Jorge Washington puede
compararse con David en su lucha contra el gigante Goliat. David ganó
su batalla en nombre del Señor. Jorge Washington ganó su batalla en
el nombre de Dios. Ambos dejaron que Dios venciera a su enemigo. Cada
uno de ellos puso todo su corazón, todo su ser, todo su espíritu de
sacrificio, en la batalla, y ganaron.
Es
un hecho significativo que a lo largo de la historia el pueblo de
Dios no haya podido ser nunca bendecido en su tierra natal. Dios los
hace dejar su tierra natal y los hace establecerse en suelo
extranjero y sólo allí pueden convertirse en pueblo y nación de
Dios. Fieles a este patrón, el pueblo americano está formado por
personas que viajaron, abandonando su tierra natal, cruzaron el
océano hacia el Nuevo Mundo y en ese Nuevo Mundo recibieron la
bendición de Dios. Dios ya tenía un plan definido para América. El
necesitaba que esta nación prosperara como una nación protegida por
Dios. Con Dios, nada resulta imposible. Así fue que aunque pareciera
imposible, la independencia de América fue un hecho, y luego de que
fue fundada, gozó de una gran prosperidad.
La
armada británica luchó en nombre de su rey. Para ellos, la Corona
Británica es suprema. La armada americana luchó por su Rey. Dios
era su único Rey y sólo El era Supremo. El Nuevo Mundo fue fundado
en el nombre de Dios. América es llamada "la tierra de las
oportunidades". Ese es el lugar y el suelo en que los pueblos
encuentran la oportunidad en Dios.
La
tradición cristiana en Estados Unidos es algo hermoso que los
extranjeros perciben cuando van a ese país. Me enteré que sus
fieles se reúnen todos los días a orar. El Presidente de los
Estados Unidos jura sobre la Biblia cuando es investido en el cargo.
Un día visité un pequeño cuarto de oraciones en el edificio del
Capitolio. Cuando vuestros líderes tienen que tomar decisiones
importantes van a ese lugar, se arrodillan humildemente ante Dios y
le piden Su ayuda. Hay un vitral con la figura de Jorge Washington
arrodillado orando. Aquí percibí la verdadera grandeza de los
Estados Unidos. Desde los más altos niveles del Congreso hasta el
nivel de la gente del campo se puede ver la dependencia que todo el
pueblo estadounidense tiene con Dios.
A
este respecto, Estados Unidos es una nación única en el mundo.
Hasta vuestra moneda, los billetes y las monedas tienen una
inscripción tan hermosa como "Creemos en Dios". Ninguna
otra nación ha hecho algo semejante. Entonces, ¿de quién es ese
dinero? ¿Es dinero estadounidense? No, es dinero de Dios. Todos los
billetes y las monedas lo dicen. Vosotros sois los administradores y
Dios ha depositado su riqueza en vuestras manos. Sí, así es, esta
nación no es la nación americana, es la nación de Dios. Y esta
nación existe para todo el mundo, no sólo para América. Sí,
América (Estados Unidos) se formó como una nueva nación, una nueva
nación cristiana, a la luz de una nueva tradición. La cadena de las
viejas tradiciones ya no existe en Estados Unidos. Deben desear
construir sobre esta fundación, una nueva nación protegida por
Dios.
El
propósito de Dios es la salvación del mundo y de toda la Humanidad.
Por lo tanto los americanos hoy no deben pensar que tienen esa
riqueza porque vosotros mismos sois grandes. Debemos darnos cuenta
humildemente que la bendición de Dios ha caído sobre Estados Unidos
con el fin de que Dios pudiera usar esta nación como Su instrumento
para la salvación del mundo. Si los estadounidenses traicionan a
Dios, ¿dónde podrá ir Dios? Si los estadounidenses reniegan de
Dios, ¿dónde irá Dios para cumplir con su objetivo? ¿Desean que
se vaya al mundo Comunista? ¿A los países subdesarrollados? Dios
quiere tener a los Estados Unidos como Su base, como Su paladín. Y
los Estados Unidos comenzaron en el espíritu del sacrificio
persiguiendo el fin de Dios. Estados Unidos debe consumar su historia
en el mismo espíritu de sacrificio para el fin de Dios. ¡Sólo así
Estados Unidos vivirá para siempre!
Dejadme
comparar dos ejemplos sorprendentes. Los que vinieron a América - a
Norteamérica - venían buscando a Dios y a la libertad de culto. El
motivo dominante de los primeros colonos fue Dios. Cuando vinieron
buscando a Dios no sólo encontraron a Dios, sino que también
encontraron libertad y riqueza. Al mismo tiempo muchas personas
fueron a América del Sur. Su motivo dominante era el de buscar oro.
América del Sur es una tierra fértil, tan fértil como la de
América del Norte. Pero cuando el motivo de los colonizadores era el
oro, no encontraron ni oro, ni a Dios, ni la libertad. Y los países
sudamericanos siguen siendo países relativamente subdesarrollados.
Los
Estados Unidos de América son el milagro de la historia moderna. Han
construido la más poderosa nación en la historia en muy poco
tiempo. ¿Fue este milagro posible sólo porque los americanos
trabajaron duro? Porque ciertamente trabajaron duro. Sin embargo, el
hecho de que hayan trabajado duro no es explicación suficiente. Si
Dios no hubiera sido su principal compañero y socio, hubiera sido
imposible crear los Estados Unidos de hoy. Dios jugó un rol
principal en la historia de los Estados Unidos y desea que América
lo sepa.
¿Qué
fue, entonces, lo que hizo que América del Norte fuera tan próspera?
¿Qué lo hizo posible? Fue la ideología cristiana. Sin la ideología
cristiana no se podrían haber unido orígenes nacionales europeos
trascendentes, ni los cincuenta Estados que ustedes conocen podrían
haber aceptado un gobierno federal.
Entonces,
sin la ideología cristiana hubiera habido ruptura, y se hubiera
creado la segunda Europa. Como en el Viejo Mundo, habría faltado la
armonía. Antes de que vuestros ancestros vinieran a este continente
había habido en Europa una falta de armonía internacional, ruptura
religiosa y persecución a los cristianos. Ese fue el motivo por el
cual vuestros antepasados dejaron sus propios países para
establecerse en este continente. Y su estilo de vida era el de
venerar a Dios en libertad.
Ha
llegado el momento de que el pueblo norteamericano despierte. Dios le
envió a este pueblo Su bendición y Su promesa por causa de su noble
comienzo. La devoción y el sacrificio de vuestros antepasados fue el
pilar para la bendición de Dios. Si ustedes reniegan de sus
antepasados, si ustedes reniegan de Dios, a Estados Unidos sólo le
queda un camino: la destrucción. Ya que América se construyó sobre
los pilares de la fe en Dios, si Dios desaparece de la vida de los
norteamericanos esa nación ya no tendrá apoyo. La declinación será
rápida.
En
la Biblia dice que es más difícil que un camello pase por el ojo de
una aguja que una persona rica vaya al Paraíso Celestial. Del mismo
modo, es tan difícil que una nación rica vaya al Paraíso
Celestial. Realizar el Reino de los Cielos sobre la tierra a través
del pueblo norteamericano es tan difícil como encontrar una aguja en
un pajar. Sería mucho más fácil para una nación pobre como una de
Sudamérica o de Africa. La única manera de superar esto sería que
ustedes los norteamericanos se despojaran de todos los resultados de
vuestra educación y sofisticación y se dieran a los otros con
sacrificio y para el bien de esos otros. De ese modo, los
norteamericanos podrían tener esperanzas; pero si desean mantener
todo lo que tienen y tratar de seguir a Dios, no funcionará. Si
voluntariamente se hacen cargo de una situación desgraciada, quizás
haya esperanza para vosotros. De hecho, si lo hicieran, el Reino de
los Cielos en la tierra surgiría rápidamente.
Cuando
miramos hacia atrás en la historia vemos que Dios se valió de la
religión para enseñarle a las personas a ser humildes y a perdonar.
La Cristiandad se distingue de otras religiones en que la práctica
del amor cristiano es más avanzada que ninguna otra en la historia,
ya que se centra en el perdón y en el sacrificio. Sin este ideal del
perdón y del amor Dios no podría nunca salvar a la humanidad.
Si
miramos alrededor del mundo ¿cuál es la religión que practica el
sacrificio y el amor? ¿La cristiandad que hoy está perseverando es
de aceptación, de amor hacia todo y hacia todos? No, la mayoría de
los cristianos han construido muros a su alrededor y sólo se
preocupan por su propia salvación.
Muchos
de los cristianos de hoy están abandonando el mundo y desean vivir
aislados. ¿Y qué hay con Dios? ¿Está aislado de la miseria del
mundo? ¿Es que sólo le importa un determinado tipo de gente? No, El
está en todas partes. Es posible que el Islam sea la segunda
religión más importante en el mundo hoy en día, pero los
Musulmanes están actuando igual que los Cristianos a este respecto.
Muchos veneran a sus propios creyentes y su país, pero no se
preocupan tanto de los otros pueblos y las otras naciones. Con muchos
Budistas sucede lo mismo; no piensan en abrazar a los Cristianos, no
saben cómo hacerlo y no les importa. No salen a ver cómo pueden
resolver los problemas del mundo.
Se
recoge lo que se siembra. Hoy el mundo está dividido en dos campos
principales y una lucha nos amenaza.
¿Por
qué ha ocurrido esto? La historia ha sembrado en la era de Jesús.
Jesús fue la semilla de la historia. Su crucifixión fue la siembra.
Junto con Jesús había dos ladrones crucificados, uno a su derecha y
otro a su izquierda.
Como
Jesús ingresó al reino de los cielos a través de la crucifixión,
en el momento de la cosecha volverá también a través de la
crucifixión. Las circunstancias que rodearon la crucifixión de
Jesús forman el modelo que se repetirá en la escala global en el
momento de su retorno. Y ese momento ha llegado.
Hoy
somos conscientes que el Comunismo es una fuerza poderosa en este
mundo. Los comunistas niegan la existencia de Dios. Y el mundo
democrático, o el mundo libre, dice que hay Dios. ¿Por qué se
llaman a las facciones políticas democráticas de "derecha"
y a la facción comunista de "izquierda"? ¿De dónde surge
esta terminología? Existe una razón vista desde la perspectiva que
hemos estado siguiendo. Esta terminología se determinó en el
momento de la crucifixión de Jesús. El ladrón crucificado a la
derecha de Jesús representaba al mundo democrático y el crucificado
a su izquierda representaba al mundo Comunista.
El
ladrón ubicado a la izquierda de Cristo lo condenaba a Jesús en la
cruz y le decía: "Si tu eres el Cristo sálvate a ti mismo y a
nosotros" (Lucas 23:39). Lo que él quería decir era lo
siguiente: Si tu realmente fueras el hijo de Dios, tu bajarais y te
salvarais y me salvarais . Jesús permaneció en silencio. No le
contesto. También había un defensor de Jesús, el ladrón a la
derecha. El ladrón de la derecha le dijo al ladrón de la izquierda:
"¿Ni aun temes tu a Dios, estando en la misma condenación?
Nosotros, a la verdad, justamente padecemos, porque recibimos lo que
merecieron nuestros hechos; mas éste ningún mal hizo" (Lucas
23:40-41).
¡Qué
fe demostró ese hombre a la derecha de Jesús! Olvidó su propia
muerte y lo defendió. Y Jesús le respondió: "De cierto te
digo que hoy estarás conmigo en el Paraíso" (Lucas 23:43).
En
ese momento la semilla fue sembrada por el ladrón de la izquierda
para que el mundo que negara a Dios se convirtiera en el mundo
comunista que hoy existe. Y la semilla para la existencia de un mundo
que tema a Dios fue sembrada por el ladrón de la derecha. El mundo
libre está en la posición del ladrón de la derecha. Y Norteamérica
está en el centro de esas naciones del mundo libre que le temen a
Dios. América ha sido elegida como la defensora de Dios, mientras
que el Comunismo le dice al mundo "No hay Dios".
Con
el Renacimiento empezó la tendencia del pensamiento humano que
eliminó a Dios y lo puso fuera del universo; los seres humanos
deseaban sentir que no necesitaban a Dios. Ahora, 500 años después,
vemos que desde el punto de vista de Satanás esa tendencia resultó
formidable para eliminar a Dios de la faz del mundo. Hoy la gente
está tratando de terminar para siempre con la religión. Aquellas
personas que creían en Dios tenían una gran dignidad, pero hoy en
día son objeto de burla. Las cosas están totalmente al revés. El
cristianismo ha sido dejado de lado por la ideología comunista de
anti-Dios, que mofándose dice "muéstrame a Dios y entonces te
creeré". Pero los cristianos no tienen forma de mostrarles a
Dios porque ellos tampoco están seguros.
Los
comunistas están completamente seguros de que pueden controlar las
iglesias y usarlas como sus herramientas. Están repartiendo dinero a
sus miembros que deberán convertirse en fieles asistentes a la
iglesia. Aparecen como devotos cristianos y dan grandes cantidades de
dinero para la iglesia y de este modo controlan al pastor, la
administración de la iglesia y a veces hasta ellos mismos se
infiltran como pastores. Estos jóvenes revelaron que muchos curas
comunistas, pastores y ministros ya se han infiltrado en varias
jerarquías eclesiásticas.
Los
comunistas están promoviendo el Cristianismo porque quieren
utilizarlo un día para hacer la revolución. Las iglesias tienen el
tipo de atmósfera que les permite convertirse en instrumentos para
que los comunistas en última instancia tomen el poder. Esto es lo
que está sucediendo hoy. En Corea hay muchos cristianos que siguen
una política que ayuda a los comunistas. En nombre del Cristianismo
y de los derechos humanos están tratando de quebrantar la postura
anticomunista y desacreditar ese liderazgo. Estos curas están
proclamando que Jesucristo fue el primer comunista porque bendecía a
los pobres y castigaba a los ricos. Los comunistas son lobos con
pieles de ovejas. Un día los comunistas utilizarán las iglesias
cristianas como base de sus operaciones. Esta es una realidad que
está ocurriendo hoy en día en América. Una de las principales
tácticas comunistas es dividir. Crean la división en todas partes:
cuando se infiltren en el Cristianismo dividirán entre el Judaísmo
y el Cristianismo. Los comunistas ahora están uniendo al Judaísmo y
al Cristianismo, a Protestantes y a Católicos para que se opongan a
la Iglesia de la Unificación. Cuando este plan haya tenido éxito
seguirán con la próxima etapa, y luego que hayan dividido al
Judaísmo y al Cristianismo, opondrán al uno con el otro.
Las
iglesias cristianas se han convertido en una etapa para algunos que
ni siquiera creen en Dios. La confusión generada por la teología de
"Dios ha muerto" ha entrado en la corriente principal de la
Cristiandad. Los cristianos que siguen a esos líderes están muy
confundidos y se vuelven a Dios a preguntarle "¿Dónde estás
Dios?" "Contéstame. Estoy indefenso". Pero parecen no
recibir respuesta. Al mismo tiempo, las personas que niegan a Dios
parecen demostrar una gran confianza en ellos mismos y un gran
entusiasmo, hablando de utopía y del cielo en la tierra.
La
lucha que comenzó con Caín y Abel hoy se ha expandido a nivel
mundial. Dios tira hacia su mundo y Satanás tira hacia el suyo. Dios
está tirando de Abel y Satanás está tirando de Caín. El designio
divino de Caín y Abel es que el más joven debe lograr la posición
del mayor y que el mayor debe tomar el lugar del menor. Este proceso
de restauración del derecho de nacer debe cumplirse desde la escala
individual hacia arriba, por etapas, hasta llegar a la escala
mundial. Dios ha estado ganando etapas a través de la lucha
celestial, lentamente colocando las cosas en su orden original. Por
el proceso del reverso, Dios comenzó su trabajo en el extremo,
trayendo todo nuevamente hasta su consumación en el centro.
El
mundo religioso de hoy está en la posición de Abel, el hermano
menor, mientras que el mundo no religioso está en la posición de
Caín. Caín siempre tratará de perseguir a Abel, y la historia nos
dice que el mundo religioso siempre ha sido perseguido. Caín siempre
ha sostenido que Abel debe sometérsele. Siempre ha sido el mundo
satánico que toma la iniciativa para suprimir al mundo religioso, y
siempre ha habido lucha.
La
posición de Estados Unidos debe ser la de decir a los comunistas:
"¿De qué están hablando? Dios existe. Dios vive aquí, con
nosotros". ¿Estados Unidos está tomando esa posición? ¡No!
Hoy por hoy los Estados Unidos están rápidamente volviéndose
autosuficientes y alejándose de Dios. Parecería que a los Estados
Unidos no les importase el resto del mundo. Pero América debe
entregarse al resto del mundo como paladín de Dios. Cuando los
Estados Unidos ayudaban a otros, enviaban misioneros y más ayuda a
los que se morían de hambre, vivieron su época de oro. La
confrontación con el comunismo podía hacerse con fuerza en aquel
momento.
Pero
hoy, América está retrocediendo. No es sólo accidente que la
tragedia esté constantemente azotando al mundo americano, como por
ejemplo con los asesinatos del Presidente Kennedy y del Dr. Martin
Luther King, como también con la muerte repentina del Secretario
General de las Naciones Unidas, el Sr. Hammarskjold y la del Papa
Juan XXIII en la misma década. Desde entonces, el espíritu de
América ha declinado. Si esta nación, si los líderes de esta
nación no viven para cumplir con la misión que Dios les ha
encomendado, esta nación será azotada por graves problemas. Dios
está empezando a alejarse de América. Esta es la advertencia de
Dios.
En
nuestro tiempo todos los cristianos deberían convertirse en
paladines mundiales destinados a cumplir con Dios y con el rol del
ladrón de la derecha. Los cristianos deben levantarse y luchar
voluntariamente por la salvación del mundo. Pero los cristianos de
hoy están demasiado ocupados perfeccionando sus denominaciones
separadas y los intereses de sus iglesias. Debemos unirnos con la
venida del Señor. El fin del mundo significa que está próximo el
segundo advenimiento del Señor. El Señor debe tener una base en
alguna parte, un pilar preparado sobre el cual pueda empezar a
cumplir su misión. Dios sabía que el Segundo Mesías necesitaría
un nuevo entorno. Con ese fin Dios trabajó 2000 años para
establecer un puntal importante: la creación de la democracia. Aquí
en los EE.UU, existe una democracia que apoya y sostiene los derechos
garantizados por la Constitución, incluyendo el derecho de libertad
de expresión, de reunión y libertad de cultos religiosos. Eso es lo
más importante de lo que Dios ha estado preparando para la llegada
del Mesías. Si esta nación no garantizara los derechos de la
libertad religiosa, ¿podría yo predicar libremente como lo estoy
haciendo? ¿Estaría yo seguro en este país? Pero aún dentro de
esta democracia ha habido algunos mártires religiosos en América.
América ha sido creada para ser la base de la voluntad de Dios hacia
el progreso, pero hoy América está en un grave conflicto.
Hoy
en día los cristianos siguen siendo minoría en el mundo. ¿Son
respetados por el resto de la población? Los cristianos se han
vuelto arrogantes pensando que son un pueblo de Dios especialmente
privilegiado y que el resto del mundo está condenado a morir. Muchos
cristianos piensan que cuando vuelva Jesús ellos serán elevados por
los aires para encontrarse con el Señor mientras que el resto del
mundo se consumirá en el fuego del juicio final. ¿Cómo es posible
que el resto del mundo sienta admiración por gente así?.
Cuando
llegué a los EE.UU., fui a Nueva York y me paré en la Quinta
Avenida durante la hora de más transito. Repentinamente comencé a
llorar. Observé la maravilla del Empire State Building y la
magnificencia del nuevo Trade Center (Centro de Comercio). Los dos
edificios más altos del mundo. Pero me pregunté: "¿Dios
habita esos edificios?", Nueva York se está alejando cada vez
más de Dios. Es una ciudad para el crimen.. Una ciudad tan bella se
está derrumbando. Esta ciudad está llena de inmoralidad y signos de
ausencia de Dios. Durante ese tiempo que estuve contemplando la
ciudad sólo pude sentirme espantado. Vi tantas cosas juntas, y todas
ellas resultaban intolerables a los ojos de Dios.
Y
le pregunté a Dios "¿Es con este fin que Tu le diste la
bendición a América? Yo sé que Dios desea ver que Su espíritu es
el que prevalece en esos grandes edificios. En esos bellos
automóviles. Desea que los jóvenes tengan un amor fuerte hacia Dios
y hacia los otros. No es necesario construir el "Empire State"
para glorificar a Dios. No es necesario tener un auto nuevo para
glorificar a Dios. Aun una simple roca sirve como altar cuando sobre
ella se vierten lagrimas y esperanzas al servicio de Dios; allí Dios
estará con nosotros. Realmente puedo ver que Dios está abandonando
la gran ciudad de Nueva York. Nueva York se está convirtiendo en la
ciudad del mal.
América
ha sido conocida como "el crisol donde se funde toda clase de
gente"; donde personas de todos los colores, credos y
nacionalidades se funden en una sola raza. Para que algo se funda, es
necesario calor. ¿Saben Uds. quién le suministró ese calor a
América? Dios fue quien le suministró ese calor. Sin Dios nunca
hubieran podido unir a toda esa gente que hoy conforma el pueblo
norteamericano.
América
sólo pudo lograr la verdadera hermandad a través del espíritu del
Cristianismo, pero al empezar a perder este pilar, la fibra moral de
América se deteriorará. Hoy hay muchos signos de declinación en
América. ¿Qué hay de los jóvenes americanos? ¿Qué hay del
problema de las drogas y de la delincuencia juvenil? En el tiempo de
Jesús el gran problema era la lepra. Las drogas son para los EE.UU.
de hoy lo que la lepra era en aquel entonces. Los jóvenes se están
corrompiendo con el uso del LSD , la heroína y otras drogas. China
Comunista fabrica opio para exportar a otros países. Contrabandeaban
drogas hacia Vietnam donde soldados americanos peleaban contra el
Viet Cong. Cuando los soldados volvieron llevaron con ellos las
drogas a los EE.UU. Vendiendo la heroína en los EE.UU. ganaban 10
veces más de lo que habían pagado por ella. En el pasado era
Inglaterra la que exportaba opio hacia China e India para corromper a
los jóvenes. Hoy China Comunista utiliza la estrategia para
corromper a la juventud occidental y nuestros jóvenes no se resisten
a ello. Una vez que los jóvenes se convierten en drogadictos, por
más que traten de abandonar esta adición ya no lo pueden hacer.
Pero esta práctica es muy costosa. Los drogadictos harán cualquier
cosa por conseguir dinero. América pierde miles de millones de
dólares por año por el fenómeno de la droga. El otro día me
enteré que el 92% de los miembros de la Iglesia de la Unificación
de los EE.UU. habían usado drogas antes de unirse a nuestro
movimiento. Podemos calcular que la mayoría de los jóvenes se
drogan. En Alemania los nazis asesinaron a seis millones de judíos.
Pero muchas más personas están muriendo a causa de la droga. Si
dejamos que esto continúe así, se extenderá por toda la nación,
llegará a todas las personas. Pero, los comunistas que están
trabajando clandestinamente en este país, ¿consumen drogas? No.
Ellos prohiben a los jóvenes de su país que usen drogas. Ellos
utilizan las drogas como arma para corromper a los jóvenes del mundo
libre.
¿Qué
hay de la ruptura de la familia americana? Me enteré que de cada dos
matrimonios americanos uno termina en divorcio. El gobierno del
Estado de California otorga más partidas de divorcio que de
casamiento. ¿Qué hay de la pornografía que invade nuestra
sociedad? Alrededor de 25 mil niños desaparecen o son abandonados
todos los años en América. Muchos terminan en situaciones brutales
para satisfacer los apetitos de los que trabajan en pornografía
infantil y que sólo buscan lujuria y dinero. El carácter de
vuestros medios de entretenimiento nacionales refleja la rápida
desaparición del sentido de la moral del continente americano.
La
sociedad de los EE.UU. se ha degenerado a un punto que Sodoma y
Gomorra parecen juego de niños.
El
movimiento de "liberación de los homosexuales" está
ganando un gran apoyo y esto es ni más ni menos que una herramienta
de Satanás mediante la cual pretende destruir los valores más
preciados y fundamentales de la enseñanza de Dios. El movimiento de
los homosexuales busca justificarse obteniendo respaldo legal,
político y hasta moral, pero esto es deplorable a los ojos de Dios.
La
palabra "pecado" se refiere a la violación de la ley de
amor de Dios. Dios aborrece el pecado y el mal uso del amor es el
crimen que Dios más aborrece. En ultima instancia, lo que
prevalecerá será la ley y el amor de Dios. Por lo tanto, aquel que
cometa el pecado de incurrir en un amor sin principios, perecerá.
Los EE.UU. de hoy no son la excepción a esta regla; no deben violar
la ley del amor de Dios, o también el país perecerá. La caída se
produjo a causa de una relación de amor impura. Podemos decir que
los últimos días, que predice la Biblia, llegaran cuando el amor
egoísta e individualista llegue a la perfección. En un mundo tal se
desprecia todo lo que no sea el amor individualista. No hay lugar
para el amor hacia el país, para el amor hacia el amor, para el amor
hacia la humanidad, y por cierto que no hay lugar para el amor hacia
Dios.
Esta
tendencia se inició en el mundo de los adultos, pero ahora ha
llegado al mundo de los jóvenes. Es por ello que tenemos la
"generación yo". Podemos ver que esto está pasando en la
sociedad de hoy; entonces, sabemos que hemos llegado al fin de este
mundo. No hay ningún modo de controlar la promiscuidad y la
inmoralidad de la mayoría de los jóvenes de hoy. Sus padres no los
pueden controlar, los maestros no tienen poder sobre ellos y tampoco
la sociedad puede hacer nada. Por cierto que ni la nación ni el
mundo pueden hacer nada para controlarlos.
El
objetivo final de Satanás es el de destruir cualquier forma ideal de
amor; mientras que Dios está trabajando para conducir a la humanidad
hacia la forma ideal y total del amor. Las personas más susceptibles
a las tentaciones de Satanás son los norteamericanos. Los EE.UU. son
la nación central para la cultura cristiana, sin embargo, al mismo
tiempo, esta nación se ha degradado moralmente, en especial en lo
que se refiere al amor.
¿Y
qué hay de los problemas raciales? Si realmente amamos al mundo
¿cómo es posible que estén segregados los blancos, de los
amarillos y de los negros? Esto debería resultar imposible. Es por
todo esto que América debe sentirse avergonzada frente a Dios. El
hecho de que en este país existan problemas entre blancos y negros,
demuestra que el Cristianismo ha sido un fracaso en este país, en el
cual encontramos iglesias orientadas hacia los blancos e iglesias
orientadas hacia los negros. Cuando llegue el momento de una nueva
era universal, una nación que persiga el curso racista irá al
fracaso. ¿Y qué hay con los problemas de la pobreza que persisten
en la nación más rica del mundo? ¿Por qué ocurren estos
problemas? Estos son los signos de que Dios está abandonando a los
EEUU. Puedo leer el cartel que dice "Dios está abandonando a
América ahora". Si esto continua así, en muy poco tiempo Dios
los habrá abandonado. Dios abandonará los hogares americanos, Dios
abandonará la cultura norteamericana. Dios abandonará las escuelas
de este país, Dios abandonará vuestras iglesias. Dios está
abandonando a los Estados Unidos de América. Hoy hay muchos signos
de ateísmo en esta nación que una vez estuvo centrada en Dios. Se
han promulgado muchas leyes que sólo una sociedad desamparada por
Dios puede aceptar. Hace años, en los Estados Unidos se rezaba todos
los días. Hoy ya no se reza más en los colegios americanos.
La
razón por la cual el americanismo de los EE.UU. no sobrevivirá es
que la razón básica de ese país es el humanismo y el pragmatismo.
El pragmatismo está siendo muy destructivo porque lo único que le
interesa es sacar alguna ventaja de todas las situaciones, y esa
ventaja la mayoría de las veces se centra en valores materiales y no
espirituales. Este es el problema central de los Estados Unidos de
hoy. Ni el humanismo ni el pragmatismo ayudarán a los Estados Unidos
a encontrarse con la voluntad de Dios.
Sé
que seria ridículo si pretendiera que la América laica comprendiera
estas cosas. Esta cultura está saturada de humanismo y pragmatismo y
prácticamente no ha conocido otra forma de pensamiento. Obviamente,
esta cultura me denunciará. Los americanos desean escuchar que digan
cosas hermosas de su país. Pero no puedo hacerlo. No me importa si
me odian por ello, yo debo decir la verdad. Si los americanos desean
escuchar cosas lindas sobre su país, deben vivir de tal modo que eso
pueda decirse.
Quizás
ustedes quieran preguntarme: "¿Quién es Ud. para decirle estas
cosas al pueblo norteamericano?" Y quizás ustedes quieran
responderme qué persona se está haciendo responsable por este país.
El futuro de América depende de los jóvenes, y las iglesias e
instituciones norteamericanas no están inspirando a sus jóvenes
correctamente. En América necesitamos una revolución espiritual.
Los americanos deben sentir que ha llegado el momento de una
revolución en su corazón. El individualismo debe arraigarse en una
ideología centrada en Dios. ¿Quién hará esto? ¿Quién encenderá
los corazones de la juventud americana? ¿El Presidente lo hará? ¿Lo
harán los prósperos hombres de negocios? ¿Lo harán las iglesias
norteamericanas?
Dios
ni siquiera desea posar los ojos sobre el mundo de Satanás. Sin
embargo el Cristianismo, sin conocer los estrictos estándares de
amor de Dios, se está degenerando en una institución con fines
sociales, para bailar y tomar y que acepta fácilmente los valores
del amor que declinan rápidamente. América necesita arrepentirse.
Teólogos, ministros, universitarios, y todos los americanos deben
arrepentirse juntos. Hace poco mi señora y yo recibimos a algunos
filósofos y teólogos en East Garden. Un Ph.D. de la Universidad de
Harvard me dijo: "Yo soy un Moonie. ¿Qué puedo hacer por Ud.?"
Quizás él haya esperado que le dijera que viajara predicando
nuestras enseñanzas y que recibiera fama; pero le dije que fuera un
pararrayos y que fuera más perseguido de lo que había sido Jesús
por el bien de los jóvenes de esta nación, aun si por ello debía
morir. Le dije que si hacia eso la gente le brindaría siempre
honores a su tumba. ¿Creen ustedes que fui muy cruel o que fue una
bendición lo que le dije?
Debemos
recuperar la moralidad centrada en Dios o de otro modo América se
destruirá. El Imperio Romano se destruyó desde adentro, por su
propia corrupción moral; no fue porque lo atacaran desde afuera o
porque hubiera habido algún tipo de infiltración. América está
mucho peor de lo que estaba el Imperio Romano porque ya no hay más
tradición en esta nación. Cuando el centro moral abandone a
América, esta se destruirá y no quedarán rastros de ella. América
es una nación predominantemente cristiana y aun así muchos
americanos no saben donde están. No están seguros de qué es la
democracia o de cual es su religión y no están seguros de cual será
su futuro. Por lo general cuando los jóvenes de una sociedad están
confundidos, son los adultos que los guían desde su punto de partida
de los valores de la tradición. Pero esto ya no es así. Los adultos
están tan confundidos como los jóvenes.
Yo
sé que Dios me envió a América. No vine aquí para vivir
cómodamente en la vida lujosa que ofrecen los Estados Unidos. ¡No
lo piensen! Vine a los Estados Unidos de América porque Dios me
envió. Durante más de 6.000 años Dios ha estado trabajando para
construir esta nación. El futuro de todo el mundo depende de los
Estados Unidos de América. Alguien debe venir a América y evitar
que Dios la abandone.
Mis
fieles en Corea lloraban cuando me fui. Sé que todavía hay muchas
cosas por hacer en Corea. Pero si sólo trabajara en Corea se
demoraría la salvación del mundo. América debe ser el paladín de
Dios. Sé claramente que la voluntad de Dios se centra en América.
Yo vengo de Corea, abandoné mi propia tierra, igual que han hecho
muchos en la historia de la providencia de Dios. No vine a este país
en busca de dinero. Cuando vine a este país dediqué mi fortuna, mi
familia y toda mi vida a los Estados Unidos de América. Vine a un
nuevo país donde podré servir la voluntad de Dios.
Si
en medio de la declinación del mundo cristiano surge un grupo que
piensa con amor en la relación de amor que debe existir entre la
humanidad y Dios y que estaría dispuesto a sacrificarse para la
salvación de la humanidad, creo que esa es la religión que Dios
usaría como su instrumento. Si lo miramos desde el punto de vista de
Dios, a Dios le gustaría que un grupo de cristianos establecerá la
dimensión superior desde donde enseñarían el amor divino en la
vida. Si se encuentra ese grupo, el mundo cristiano nunca morirá; en
cambio, habrá reanimación y revitalización y el mundo volverá a
la vida.
Muchos
cristianos hablan de su salvación y de poder tener su pequeño sitio
en el cielo. La mayor parte de ellos no tienen ningún interés por
los demás ni por el mundo. No quieren gastar sus energías en el
mundo. Pero el cielo no es un lugar. El cielo es amor. A menos que
perfeccionen su amor, a menos que posean el ideal de Dios y lo
practiquen sobre la tierra, no hablen del cielo. ¿Existe la
corrupción en el mundo cristiano en América? ¿La gente está
contenta de ello, o está triste? La mayoría de las personas se
sienten libres y dejan la iglesia y luego se sienten como si
estuvieran liberados. Es un signo de peligro que se acerca a los
Estados Unidos. A menos que las personas se junten y hagan algo para
cambiar a América y al mundo no hay esperanza para el mundo, no
podrá cambiar ni salvarse. En otras palabras, necesitamos un grupo
cristiano más fuerte, con una ideología más fuerte, ya que se ha
demostrado que todas las otras formas han fallado. Sí, quizás, los
negros surgen con una ideología y liderazgo más fuerte que los
otros, debemos ser capaces de seguirlos. Debemos seguir a los líderes
y debemos darnos cuenta que el deseo del mundo comunista o del mundo
satánico en general es el de destruir este mundo de religión, este
mundo en el que la gente cree en Dios. El primer objetivo de
destrucción para el poder satánico es el Cristianismo y el objetivo
final dentro del Cristianismo es la familia, que es el núcleo del
amor divino.
¿Dónde
creen ustedes que el Cristianismo ha sido arruinado? Aquí,
justamente aquí, en América. Se ha convertido en algo apático y se
ha comprometido, y no se puede evitar el juicio por algo semejante.
América es la nación que redujo el cristianismo a una religión
trivial. En el mundo existen cientos de millones de cristianos, y
aquí en América solamente, hay millones de ellos. Todas esas
personas podrían haber ayudado en la salvación de América, sin
embargo dejaron que esta nación sufriera la influencia comunista y
se degradara moralmente, hasta convertirse en una nación totalmente
egoísta. Deberían sentirse totalmente avergonzados. Jesús les
enseñó a los cristianos que ellos deberían levantar la cruz.
Los
Estados Unidos de América fueron preparados por Dios para que fueran
el pilar de su voluntad. Las grandes riquezas naturales de este país
no les pertenecen a los americanos, le pertenecen a Dios, y ellas han
sido puestas aquí por Dios para que cumplan su voluntad. Así es
como yo lo veo. Porque la ideología de la fundación de esta nación
es el Cristianismo, y el Cristianismo es la base para poder recibir
el corazón de Dios. Dios bendijo esta nación que se centraba
alrededor de personas cristianas. No la bendijo sólo para que los
ciudadanos de los Estados Unidos gozaran de prosperidad. Los bendijo
para unir a todas las personas del mundo en una sola en el amor de
Dios, intercambiando bienes materiales como expresión de su amor. Si
esta poderosa nación pierde el amor de Dios, la abundante bendición
material que Dios les concedió les será retirada y será nuevamente
vertida en otra nación donde las personas reciban el amor de Dios.
Cuando
camino por las calles, veo muchas iglesias que se erigen hacia lo
alto como los símbolos del amor hacia Dios y del cristianismo.
Debemos amar a esta nación, ahora, con más intensidad que los
cristianos en el pasado y debemos desarrollar la cultura cristiana y
convertirla en una cultura mundial de dimensión superior. Esta gran
ideología de democracia debería usarse en todo el mundo; sin
embargo los Estados Unidos sólo la usan para los ciudadanos de los
Estados Unidos. Debemos ayudar a convertir al mundo en un lugar mejor
donde vivir y no debemos dejar de lado esta responsabilidad, como los
norteamericanos están haciéndolo ahora.
El
espíritu fundamental del Cristianismo es el de vivir para los otros.
El Cristianismo para el bien de la nación es algo más grande que el
Cristianismo en sí mismo. Si el Cristianismo se centra en sí mismo
y trabaja sólo para que prospere en cuanto tal, entonces, está
condenado a perecer. Dios ve al Cristianismo existiendo en futuras
generaciones y para todos. Dios no ve en el Cristianismo en sí mismo
lo más importante, sino que, mediante él, usando el Cristianismo
como sacrificio, Dios desea salvar a todo el mundo. Dios creó el
Cristianismo para salvar a toda la humanidad. Pero los cristianos han
llevado vidas autosuficientes, centradas sobre sí mismos, y esto nos
está diciendo que el Cristianismo ha caído.
Debemos
ser humildes. Debemos empezar ahora, en este mismo momento, el
movimiento más crucial posible, el movimiento que haga que Dios
vuelva a casa. Todo vuestro orgullo, vuestra riqueza, vuestros autos
y vuestras grandes ciudades son sólo polvo si Dios no está con
vosotros. Debemos hacer que Dios regrese. Debemos comenzar a trabajar
para ello desde nuestras casas, desde las iglesias, desde las
escuelas y también desde la vida publica. Trabajemos para que Dios
vuelva y que Su presencia en América sea una realidad viviente.
He
iniciado un nuevo movimiento de jóvenes para la salvación de
América. Este es un nuevo movimiento de peregrinos. ¿Les parece
extraño que un hombre de Corea esté iniciando un movimiento de
jóvenes americanos para Dios? Cuando en vuestras casas hay un
enfermo, ustedes llaman a un doctor para que venga a verlo y a
curarlo, y ese doctor viene de otro lado; no vive en la casa de
ustedes. Cuando vuestra casa se incendia, llegan los bomberos, desde
afuera, a apagar el incendio. Dios tiene una manera extraña de
cumplir con su propósito y sus fines. Si en América no hay nadie
que cumpla con los requisitos, no hay razón por la que no pueda
venir alguien desde afuera para cumplir con ese objetivo. América
pertenece a aquellos que la amen más y mejor.
El
gran numero de cristianos en los Estados Unidos no impresiona a Dios.
Dios no se impresiona con los números; si le importa la verdadera
fe. ¿Cuántos cristianos en América claman por Dios? ¿Cuántos
cristianos en América sienten realmente que el trabajo de Dios es su
propio trabajo? ¿Cuántas personas anteponen a Dios frente a toda
otra cosa? ¿Cuántas personas están dispuestas a morir por Dios?
Alguien
debe ser el primero, y debe hacerlo ya. Aun cuando haya persecución.
Alguien debe entregar su vida para servir a Dios y hacer que Este
vuelva a los Estados Unidos. América es una nación cristiana, pero
el Cristianismo actual no puede erradicar el mal y por lo tanto ese
Cristianismo no puede solucionar los problemas; no tiene ninguna
fuerza. Más aún, ha sido durante y en la cultura cristiana que se
han sucedido todos estos problemas; es por ello que debe surgir una
nueva fuerza que crezca con el Cristianismo para poder cumplir esta
tarea. Debemos lograr que nuestras iglesias se colmen nuevamente de
autentica fe, debemos crear nuevos hogares donde nuestras familias
sean realmente felices, y, finalmente, debemos crear una nueva
sociedad, una nueva nación basada en los valores espirituales, donde
Dios pueda habitar. América debe ir más allá, debe superar a la
propia América. Es la única forma de que este país sobreviva. No
os preocupéis más de vuestro propio cielo, preocupaos de que el
Reino de Dios baje a este mundo, que venga a esta sociedad y que esté
entre nosotros. Si podéis lograrlo, cuando le digáis a Dios, "No
quiero ir al Reino de los Cielos", Dios irá tras vosotros y os
instalará personalmente en la más alta posición de Su Reino.
Los
verdaderos cristianos son aquellos que están deseosos de
sacrificarse, de sacrificar su propia iglesia y su propia
denominación para cumplir con la voluntad de Dios para la salvación
del mundo.
Un
verdadero cristiano no rezará buscando la ayuda de Dios y su
bendición sólo para que proteja a su familia o a su persona. Lue20
de saber la verdad, de conocer la encrucijada en que Dios se
encuentra hoy, sólo podemos orar así: "Dios, estoy listo (a)
para ser instrumento de tu sacrificio. Haz de mí tu instrumento.
Cumple con tu voluntad para la salvación del mundo a través de mi
persona. Si crees que es necesario puedes contar con mi familia mi
iglesia y mi nación". Esa es la gente que creará el Reino de
Dios.
Aquellos
que sólo oran por su parte de la bendición de Dios terminarán en
el infierno. Si el objetivo final de Dios y su preocupación, es la
salvación del mundo, ¿creen ustedes que El dará apoyo a las
personas que sólo se interesan en sí mismas, sus familias, o sus
propias iglesias, o por el contrario, protegerá a aquellas personas
que se preocupan por la salvación del mundo?
Por
un minuto traten de ponerse en el lugar de Dios y miren las iglesias
norteamericanas. No sólo existe un gran numero de ellas, sino que
además persiguen fines y objetivos muy diferentes. Los blancos
tienen sus iglesias, los negros organizan las de ellos y los
amarillos tienen otras iglesias para su gente. ¿Creen ustedes que
esto es bueno a los ojos de Dios? ¡Por supuesto que no! Si hubiera
un líder cristiano, quienquiera que fuera, que bregara por la unión
de la gente sin importar la raza, entonces, esa persona sería
considerada un verdadero líder cristiano.
Conozco
bien esto. Esta es la voluntad de Dios. Es por eso que yo he venido a
América, donde me he convertido en una voz que clama en medio de la
vorágine del Siglo XX. Después de la Segunda Guerra Mundial, los
Estados Unidos supuestamente estaban centrados en Dios y tenían
conciencia que el mundo se estaba moviendo hacia "el gran y
terrible día del Señor". Debería haber existido en este país
una posición y una actitud que sostuviera que lo más grande en este
mundo es el amor, es servir a Dios, que lo más importante es ir más
allá del amor hacia uno mismo y amar a la nación. Las personas
deberían haber sentido la inspiración para ser pioneros para la
nueva era que estaba por llegar. Esa era la visión que los Estados
Unidos supuestamente deberían haber transmitido al mundo. Si ese
despertar se hubiera producido después de la Segunda Guerra Mundial,
hoy la situación de América no sería trágica.
¿Qué
ha sucedido? Los Estados Unidos no tuvieron esa visión. Durante 40
años este país ha estado transitando el camino del deterioro, de la
auto-indulgencia y del placer. Las drogas se han infiltrado en todo
el país; los jóvenes han sido corrompidos y han entrado cada vez
más en el terreno de la delincuencia; el amor libre se ha convertido
en un estilo de vida. Pero no ha sido solamente en los Estados Unidos
que ha sucedido esto. Este país es pionero del mundo libre, de modo
que ha afectado a todo el mundo. Y lo ha afectado para mal. La
actitud de los norteamericanos se ha desparramado por todo el mundo.
Las
personas dicen que en América hay mucha libertad. Pero ¿existe en
América la verdadera libertad? Aquí en América la gente habla de
la paz, la libertad y la unidad; pero no existe la paz ni la libertad
real en América. Libertad es una palabra de moda, pero cuando uno va
a la verdadera raíz de esa palabra, a su verdadero significado, no
es lo que los americanos entienden por libertad; para ellos es
egoísmo. Hoy en día el mundo occidental está degradado por el
abuso de la libertad. La verdadera libertad está regida por las
leyes del amor y junto con la libertad está la responsabilidad. A
menos que vosotros viváis de acuerdo con la ley de amor de Dios, el
destino de vosotros será la destrucción. Nadie puede violar una ley
y prosperar. La Biblia dice que si tu brazo o tu pierna te estorban
te los debes cortar. La Biblia utiliza un lenguaje muy severo para el
pecado; no hay otra realidad. Esto es exactamente lo que Jesús
quería decir cuando dijo: "Si vosotros queréis perder vuestra
vida, cuidad bien de ella; si vosotros queréis ganar vuestra vida,
deberéis perderla". Deseaba revolucionar el mundo en el que las
personas estaban demasiado centradas sobre sí mismas y no pensaban
en los otros. A nadie le gustan las personas arrogantes y que sólo
piensan en sí mismas. Si, por el contrario, las personas son
humildes y exaltan a los otros, son queridas por todos. Debemos ser
capaces de revolucionar la idea de individualismo y convertirlo en
altruismo. Esto es lo más importante.
Todos
ustedes se deben haber encontrado en algún momento con gente de la
Iglesia de la Unificación, ya haya sido en las calles, en la iglesia
o en el vecindario. Probablemente parezcan agresivos y ambiciosos;
quizás ustedes hasta estén cansados de ellos. Pero pónganse en el
lugar de ellos. ¿Por qué están haciendo esto? ¿Obtienen con ello
alguna ventaja material? El ochenta y cinco por ciento de los jóvenes
de nuestro movimiento son graduados de la universidad.
Están
capacitados para ganar decenas de miles de dólares por año; sin
embargo están trabajando en misiones eclesiásticas y llevando vidas
de sacrificio. Sus corazones son piadosos. Tienen un propósito:
salvar a América. Desean que Dios vuelva a América y saben que si
sirven al mundo indirectamente están salvando a América.
Estos
jóvenes están trabajando para volver a encender el espíritu de
América. América tiene una gran tradición. Todo lo que hay que
hacer es revivirla. Necesitamos un nuevo movimiento de peregrinos con
una nueva visión. Esto es inevitable, porque Dios no le dejó a
América otra alternativa. No tienen otro lado a donde dirigirse. Ha
llegado el nuevo movimiento de los peregrinos y no ha llegado sólo
para América, sino para todo el mundo. En otras palabras, el
movimiento para la salvación del mundo debe comenzar en este país.
América es la base, el pilar, y cuando América cumpla con su
misión, recibirán la bendición eterna.
Esta
es la voluntad y el deseo de Dios para América. Este es el ardiente
deseo de Dios para todos vosotros. No hay otro lugar a donde ir.
Cuando vosotros hagáis que Dios regrese a vuestras casas, vuestras
casas estarán seguras. Cuando vosotros hagáis que Dios regrese a
vuestro país, vuestro país estará seguro. Ya no habrá más
problema de delincuencia juvenil. No hay ninguna buena respuesta para
el problema racial; sólo Dios puede darla. El comunismo ya no será
una amenaza cuando Dios sea real. Dios incrementará vuestras
riquezas y vuestro bienestar. Esta es la única forma de la que puede
salvarse América.
Deseo
desde lo más profundo de mi corazón que América vea el glorioso
día de la renovación.
EL
JUICIO POR LA PALABRA DE DIOS
De
Corea a América hay un largo camino, sin embargo Dios me ha estado
indicando este camino desde hace mucho tiempo. Si yo no tuviera algo
nuevo para revelar no hubiera venido hasta aquí a hablarles a todos
vosotros. ¿Con qué fin vendría yo a repetir cosas que vosotros ya
sabéis? Me gustaría que vosotros y yo, juntos ahora, abriéramos
nuestros corazones a Dios, sin ningún tipo de prejuicios, para que
Dios pudiera hablarnos y nosotros recibir sus enseñanzas. Jesús
enseñó lo siguiente en el Sermón de la Montaña: Bienaventurados
los pobres en espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos.
Bienaventurados
los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad.
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos
serán saciados. (Mateo 5:3, 5, 6)
Esta
noche os pido a vosotros que seáis los pobres en espíritu, que
seáis los mansos y que seáis los que tienen hambre y sed de
justicia. Entonces, todos juntos veremos el Reino de los Cielos, y
estaremos satisfechos. Comencemos ahora.
Los
cristianos y el propio Cristianismo tienen un cerro final que cruzar.
La profecía bíblica dice que los cristianos deben pasar por el fin
del mundo y enfrentarse con el juicio del incendio en el gran y
terrible día del Señor. La Biblia dice que seremos testigos de
muchos fenómenos extraños, en el cielo y en la tierra, cuando este
fin se aproxime.
Cuando
Jesús prometió que vendría por segunda vez, transmitió un
sentimiento de gran inminencia. Desde el día que Jesucristo ascendió
a los cielos, los cristianos han estado esperando su regreso a la
tierra. Todos los cristianos han esperado, durante los últimos 2.000
años de historia, que Dios regresara a la tierra. Pero este
extraordinario hecho nunca ha sucedido. Muchos se cansaron de
esperar. Algunos finalmente decidieron que este segundo advenimiento
de Jesús no se produciría. Y llegaron a pensar: "Este no es
más que otro de los métodos de Dios para mantenernos alerta".
No
sólo el Cristianismo predice el fin del mundo; muchas otras
religiones también lo hacen. Sin embargo, si bien predicen el fin
del mundo, no tienen una definición clara de cómo será. Cada uno
tiene su propia definición del fin del mundo de acuerdo con la del
fundador de su propia religión o denominación. ¿Quién representa
realmente la comprensión universal?
Debemos
clarificar el significado del fin del mundo de acuerdo con las
profecías de la Biblia. También debemos saber en qué forma, cómo,
aparecerá Dios.
Primero
que nada debemos comprender que Dios no creó al mundo para que
finalizara. Siempre pretendió que el mundo del bien durara para
siempre. Un Dios que no cree para la eternidad no puede ser un Dios
todopoderoso. El mundo actual debe terminar, sin embargo, porque la
caída inició una historia del mal. Es necesario que se produzca el
fin del mundo porque no hemos logrado el mundo del bien que Dios
quería. En lugar de convertirnos en personas del bien nos hemos
convertido en criaturas del mal.
Adán
y Eva cayeron en tentación en el jardín del Edén. En ese momento
ellos no podían comprender totalmente cual era la voluntad de Dios.
Entraron en un estado de confusión e hicieron la elección
equivocada. Debieron enfrentarse con la obediencia a Dios - que
hubiera traído como resultado el mundo bueno - o con la obediencia a
Satanás - que trajo como consecuencia su caída. Entre dos opciones
claras, Adán y Eva tomaron la equivocada. Trajeron el mal al mundo.
La intención original de Dios era la de crear su mundo ideal, un
mundo próspero y donde reinara la bondad que duraría para toda la
eternidad. Pero los seres humanos cayeron en tentación y la historia
humana comenzó en la dirección equivocada.
Es
por eso que la historia del mundo es la historia del mal. Dios sembró
una semilla buena y sus intenciones eran las de recoger una buena
cosecha. Pero Satanás le robó su cosecha antes de que estuviera
madura y cosechó el mal. La historia humana es una cosecha de
malezas.
Examinemos
entonces cuando llegará el fin del mundo. Esto es muy importante
para nosotros. El evangelio dice que en los últimos días Dios
separará las ovejas de las cabras. ¿En qué se diferencian estos
dos animales? Las ovejas reconocen a su amo, el pastor, mientras que
las cabras no siguen a un pastor. Hoy en día vosotros sabéis que el
mundo está dividido en dos campos opuestos. Uno es el mundo
democrático, el otro es el mundo comunista. Nuestro mundo libre dice
"Dios existe". Aceptamos nuestro pastor. El mundo comunista
dice "Dios no existe". Niegan a su pastor. De ese modo las
ovejas pueden estar simbolizadas por el mundo libre, y las cabras por
los comunistas. En el momento en que se formen estos dos mundos
conflictivos en combate, sabremos que hemos llegado al fin del mundo.
Otra
señal de los últimos días es la flagrante inmoralidad. Satanás se
convirtió en tal por un amor impúdico. El amor es un arma
formidable de Satanás. Uno debe tener un amor mayor y más justo que
Satanás para poder conquistarlo. Satanás está siempre intentando
engañar a la gente con el amor barato. Pero el amor celestial es
hermoso y constructivo en su darse al sacrificio. El amor que Satanás
ofrece es un amor en el que no se puede confiar y que durará poco
tiempo. El amor divino es eterno.
Finalmente,
estos dos amores chocarán y se enfrentarán en los últimos días.
América está enfrentada a la realidad de los últimos días. Ya. En
este momento. Y podemos ver que hay dos extremos de amor en este
país. El amor carnal, el amor sucio, el amor libre; y el amor divino
de raíces profundas que está siendo proclamado ahora por los
hombres justos. El amor profano y el amor divino se están
enfrentando ahora en América. Si el amor difundido por Satanás
sigue creciendo habrá más destrucción, las familias se destruirán,
la gente se corromperá, la vida será lamentable y la mayoría de
las personas se suicidarán. Pero, en la medida en que el amor divino
crezca, nuestras vidas serán más ricas. Hay una línea de juicio
que separa estos dos mundos de amor y debemos optar: ¿de qué lado
de la línea estamos? No podemos estar de los dos lados.
Los
últimos días serán aquéllos en que deberán dividirse, separarse,
el mal del bien, ya que hoy en día están tan mezclados. Ni aún el
más fiel creyente en Jesús o la iglesia más justa sobre la tierra
puede proclamar con orgullo que están totalmente libres de la
influencia satánica y del pecado y que siguen al pie de la letra las
enseñanzas de Jesús. Nadie puede decir que está viviendo en un
amor total, en un mundo ideal, donde no hay sufrimiento ni llanto. No
hay en el mundo ninguna iglesia ni ningún cristiano que pueda
afirmar esto.
Esto
significa que Satanás está también en las iglesias, Y que dentro
de las iglesias hay pecado como en cualquier otra parte. Si esto es
cierto, si lo que los fieles que asisten a las iglesias aman y odian
es lo mismo que lo que ama y odia el resto del mundo, entonces, hay
muy poca diferencia entre el mundo y las iglesias. ¿Cuáles son los
pecados que más disfruta Satanás, los que se cometen en el mundo o
los que se cometen en las iglesias? Satanás prefiere los pecados que
se cometen en las iglesias, porque de ese modo le puede protestar a
Dios: "¡Mira a esas personas en la iglesia, no se aman, se
odian!" "Tampoco son fieles, ésta debe ser mi iglesia".
Si las iglesias siguen en estas condiciones, cuando llegue el momento
de los últimos días habrán caído en la perdición junto con el
mal y el mundo profano. Esta es la forma en que Dios actúa: juzgará
primero a las iglesias y luego al resto de la sociedad.
Lo
que me sorprendió realmente cuando recién llegué a América fue la
forma en que los americanos usaban los nombres de Dios y de
Jesucristo no para alabarlos sino por el contrario. Me preguntaba que
querrían decir los americanos cuando decían "¡Jesus Christ!"
("¡Qué barbaridad!") y me di cuenta que estaban
describiendo algo malo. ¿Cómo surgió esta costumbre? ¿Qué tienen
que ver las dos palabras más hermosas del mundo con aquello de malo
que les pueda pasar a las personas? ¿Han observado alguna vez que
algunos cristianos son peores que las personas del mundo profano?
Aquellos que dicen que creen en Dios muchas veces son peores personas
que los que no creen, más egoístas, menos amorosos y generosos,
etc.
La
nación americana fue fundada sobre principios Judeo - Cristianos,
sin embargo los americanos se han vuelto muy individualistas. ¿Fue
Jesús una persona individualista? ¿Cómo es que los americanos
llegaron a ser tan egoístas e individualistas cuando Jesús no era
nada de eso? Podemos llegar a la simple conclusión de que si las
personas realmente creyeran en Dios, nada de esto hubiera pasado. En
lugar de creer en Dios por el bien de Dios, algunas personas creen en
Dios para su propio beneficio. En otras palabras, utilizan a Jesús y
a Dios para su beneficio propio. ¿Qué piensan ustedes de esto?
¿Qué
significa entonces el fin del mundo? ¿Qué es lo que se va a
terminar? Se va a terminar el mal. Dios le pondrá punto final al
mal. Del nuevo comienzo de Dios surgirá también una nueva
esperanza, una nueva oportunidad para la raza humana. Y quizás la
bondad que Dios pretendía originalmente pueda ser una realidad. ¿Qué
hará Jesús cuando venga? ¿Vendrá a limpiar este mundo? La palabra
"juicio" a menudo es mal interpretada, dándole el
significado de que Dios arrasará con furia con todo lo que hay sobre
este mundo. Ese no es el fin de la venida del Mesías. El único
propósito es el de cumplir con el ideal que quedó incompleto en el
jardín del Edén, o sea, el de trabajar para los individuos, para la
familia, y para la perfección de la sociedad, de las naciones y del
mundo. El juicio es el trabajo constructivo de Dios para ver que se
cumpla el Reino de Dios sobre la tierra.
En
el jardín del Edén, Adán y Eva cayeron en pecado en lugar de
desarrollar la bondad que había en ellos. Ellos fueron tentados por
Satanás y se convirtieron en los hijos del pecado. Por lo tanto la
Biblia dice: "Vosotros sois de vuestro padre el diablo ... "
(Juan 8:44). Si la caída no hubiera ocurrido, entonces el que
verdaderamente reinaría en este mundo sería Dios. Pero hoy, no es
de Dios el reino de este universo, porque Satanás está sentado en
su trono. Dios tiene que hacer desaparecer todos los resultados de la
caída humana antes de que realmente pueda reinar sobre este mundo.
Ahora,
el fin del mundo es el momento en la historia cuando Dios va a
ponerle fin a esta historia del mal y va a dar comienzo a su nueva
era. Es el cruce de la vieja historia del mal y la nueva historia del
bien.
A
la luz de esta definición, ¿por qué es que la Biblia predice
fenómenos celestiales extraordinarios para indicar que ha llegado el
fin del mundo? ¿Realmente sucederán las cosas que se han predicho?
La Biblia dice: "E inmediatamente después de la tribulación de
aquellos días, el sol se oscurecerá y la luna no dará su
resplandor, y las estrellas caerán del cielo, y las potencias del
cielo serán conmovidas". (Mateo 24:29)
¿Qué
significa esto? ¿Qué debemos esperar? En primer lugar, por favor
quedaos tranquilos porque estas cosas no sucederán así,
literalmente. Dios no destruirá nada que esté sobre el universo.
Dios a menudo expresa Su verdad a través de símbolos y parábolas y
estas cosas que se dicen en la Biblia sucederán simbólicamente.
Segundo, no hay ninguna razón por la que Dios debe destruir el
universo. No es el universo el que ha cometido pecado, sino las
mujeres y los hombres que en él habitan. Nos hemos desviado del plan
original que Dios tenía cuando nos creó. ¿Por qué debería Dios
destruir a los animales, o a las plantas, o a nada en la creación
que hubiera cumplido con Su propósito, de la forma que El lo hubiera
querido? Dios no destruirá esas criaturas inocentes.
Quiero
que comprendan que cuando decimos "el fin del mundo" no nos
referimos a la destrucción del mundo físico, sino que lo que
queremos significar es que se terminará con el viejo estilo de vida
y comenzará una nueva era de la humanidad. La Biblia dice:
"Generación va y generación viene; mas la tierra siempre
permanece" (Ec., 1:4). En el Apocalipsis, leemos: "Y vi un
cielo nuevo, y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera
tierra pasaron, y el mar ya no existía más" (Apocalipsis
21:1). Esa nueva tierra y ese nuevo cielo se refieren a la venida de
una nueva historia de Jesús, una época de un dominio nuevo. Después
que uno compra una casa nueva se muda con todas sus pertenencias y su
familia a ella ¿no es así? Entonces dirán que tienen hogar nuevo y
que son dueños de una nueva casa. Del mismo modo, cuando este
universo esté ocupado por hombres de Dios, se convertirá en un
nuevo paraíso, en una nueva tierra.
Todos
sabemos que cuando termina el invierno empieza la primavera. Pero no
podemos decir exactamente en que momento se produce la transición de
una estación a la otra. ¿Quién puede establecer exactamente el
punto de transición, el instante exacto en que ésta se produce? No
puede saberse, porque el pasaje de una estación a la otra se produce
silenciosamente, imperceptiblemente. El final del invierno es similar
al comienzo de la primavera, no existe un momento discernible de
transición.
¿En
qué momento termina el día que estamos viviendo y empieza el día
de mañana? Si bien el cambio se produce en la oscuridad, no hay duda
que pasamos de un día al otro. El cambio es imperceptible al
principio pero también es inevitable e irrevocable. A pesar que hay
cuatro mil millones de personas sobre la tierra, no creo que ni
siquiera una sola de ellas pueda señalar el momento exacto en que
termina un día y comienza el otro. De modo que podemos comprender
que desde el punto de vista humano no siempre se puede saber el
momento exacto en que suceden las cosas. Pero Dios sabe cuándo la
noche se convierte en día y cuándo termina el invierno y comienza
la primavera. Y Dios puede señalar la transición hacia una nueva
historia.
Nuestro
paso hacia una historia nueva es como un glorioso amanecer que emerge
de la noche más oscura. El punto en que se entrecruzan el mal y el
bien no es obvio. No se darán cuenta cuando esto ocurra, pero
ocurrirá, ocurrirá como que el sol saldrá mañana.
¿Cómo
podemos saber entonces que se está aproximando el final? Dios no nos
ocultará el momento. No traerá repentinamente el juicio sobre la
tierra: nos avisará. Dios anunciará la venida del gran y terrible
día por medio de sus profetas. Amos 3:7 dijo: "Porque no hará
nada Jehová el Señor sin que revele su secreto a sus siervos los
profetas". Dios elige Sus instrumentos y a través de ellos es
que anuncia Sus planes. Esto ha sido lo que ha sucedido en toda la
historia de la Biblia.
La
persona que Dios elija como su profeta debe vivir entre las personas
que habitan en este mundo del mal. Pero él o ella debe ser una
persona de fe que pueda demostrar virtudes para que Dios la elija
como su instrumento. Para ello, esta persona debe renunciar al éxito
y a la fama en este mundo y apartarse completamente de este mundo del
mal. Debe purificarse cortando todo vínculo con el mal. No será una
persona popular en el mundo del mal. Dios es absoluta bondad y por lo
tanto el opuesto exacto es el mal. Esa es la razón por la que el mal
siempre persigue a las personas de Dios.
Noé
fue un hombre elegido por Dios y el mundo del mal se burló de él.
Dios le dijo a Noé que construyera una barca. Le dijo que fuera a lo
alto de una montaña en lugar de ir a la vera del río o a la orilla
del mar. El mandato de Dios era tan ridículo a los ojos del mundo
del mal que muchos se reían de Noé. Lo ridiculizaban no porque
pensaran que era un hombre en especial gracioso sino porque seguía
al pie de la letra las instrucciones de Dios. Los ojos del mundo no
podían entender la forma en que Dios obraba. De esta forma, mediante
estas instrucciones tan ridículas, Dios pudo comprobar la fe del
hombre que había elegido como Su paladín. Esto es lo que sucedió
en el tiempo de Noé.
Y
lo que le sucedió a Abraham fue similar. Dios llamó a Abraham, hijo
de un hacedor de ídolos, y le ordenó: "¡Abandona tu hogar
ahora mismo!" Dios no permite que haya ningún otro compromiso.
Dios toma su lugar en aquel sitio donde el mal se niega totalmente.
El bien no puede comenzar de ninguna otra manera.
Dios
ha dicho que comenzará una nueva historia en la que no habrá ningún
signo del mal. Dios exige una respuesta total de los seres humanos.
Aquellos que quieran seguir el camino de Dios deben empezar por
abandonar y negar totalmente el mundo del mal. Por eso es que las
enseñanzas de Jesucristo fueron: "El que halla su vida, la
perderá, y el que pierde su vida por causa de mí, la hallará"
(Mateo 10:39). También dijo: "... y los enemigos del hombre
serán los de su casa" (Mateo 10: 36).
Quizás
ustedes se pregunten, ¿qué tipo de mensaje es ese? Este es el
camino de Dios, el que El elige para elegir a Su propia gente y
ponerlos en una posición en la que serán rechazados por el mal. De
otro modo Su paladín no podrá hacer nada por Dios. Por lo tanto,
desde el punto de vista de Dios, los cristianos modernos han estado
llevando una vida demasiado fácil. Esto es muy extraño porque las
enseñanzas cristianas jamás indicaron una vida fácil. Me gustaría
saber cuántos cristianos están realmente convencidos de seguir el
camino de Dios. El mandato de Dios es absoluto. No admite medias
tintas.
Dejadme
que os cuente sobre mi pasado. Me educaron en el cristianismo. Soy
nativo de Corea. El Cristianismo es el centro de todas las
religiones. La razón es que en el Cristianismo se enseña el amor y
la relación con Dios y el camino y la forma en que debemos
sacrificarnos por los otros. Ese es el motivo por el que elegí el
Cristianismo. Pensé que era evidente concluir que sólo en el
Cristianismo podemos lograr la salvación de todo el mundo, porque es
el Cristianismo el que nos enseña a tener una relación con Dios
basados en el amor y la vida divina de Jesús.
En
la primavera de mi juventud pasé cada uno de los días
experimentando las situaciones más desesperadas de sufrimiento en la
vida humana: campos de trabajos forzados, minas de cobre, mendigando,
trabajando en el puerto, trabajando en una granja, pescando. Observé
todos los aspectos de la vida humana, inclusive el mundo de las
prostitutas. Comprendí por qué las mujeres se daban a la
prostitución y también por qué los hombres buscaban a las
prostitutas. Estudié todas las miserias de la vida humana.
Cuando
fui estudiante en Tokio, andaba en tren buscando los lugares donde
vivía la gente que más sufría. Aun en los días lluviosos, me
bajaba del tren y me iba a sentar en los bancos junto a las personas
con aspecto de sufrimiento y me hacía amigo de ellas. Siempre
pensaba "¿Y si este hombre fuese mi hermano mayor o mi padre y
estuviera sufriendo por mi causa, qué podría hacer por él?"
Me
gustaba observar a los estudiantes en mi universidad. Siempre se
estaban riendo, siempre estaban conversando y comportándose
alborotadamente. Me comparaba con ellos y pensaba: "Vuestra risa
no tiene ningún sentido, no tiene ningún peso. Pero a través de mi
silencio y mis oraciones, en la medida que busque soluciones a los
problemas de la vida, las personas podrán tener esperanza en el
futuro". Sabía que la alegría estúpida de mis compañeros de
facultad pasaría como una nube de humo, pero que el pesar y la
tristeza que yo estaba compartiendo con los oprimidos de la sociedad
traerían un nuevo futuro para el mundo.
Así
es como pasé mi juventud. Yendo a lugares donde reinaba la pobreza y
la miseria, visitando los hogares de mineros y de trabajadores .
También me relacioné con gente de clase media y con gente de clase
alta, ahorrando dinero y pasando una semana en el mejor hotel. En la
ciudad donde yo vivía, aun cuando nunca cometí un crimen, las
personas empezaron a pensar mal sobre mí y no podía moverme con
libertad ni vivir mi vida en libertad. Yo estaba pensando en la
nación y en el mundo. Nadie me comprendía por ello. Se reían de mi
y me señalaban con el dedo. Una vez que me había decidido y había
encontrado la misión de mi vida, lo único que encontré fue
oposición, a todos los niveles. Mi ciudad me hacía la oposición,
la sociedad se me oponía y la nación también se me oponía. La
oposición más severa me la hizo el Cristianismo establecido. Los
ministros y los jerarcas de la iglesia me apuntaban con el dedo y me
acusaban de herejía, diciéndoles a sus parroquianos: "¡Nunca
se acerquen al Reverendo Moon - es el demonio!" Mi familia fue
maltratada solo por estar emparentados conmigo. Si iba a una pensión
o a un restaurante, no era bienvenido. No hice nada malo, ni cometí
ningún crimen. Todo lo que estaba haciendo era perseguir el objetivo
más puro posible, y ellos no podían entenderlo. En esas
circunstancias, no fue fácil encontrar un verdadero amigo, ni poder
crear una pequeña organización. Pero Jesús y el mundo espiritual
siempre estuvieron de mi lado. Cuando recién comenzaba la Iglesia de
la Unificación nadie declaraba a favor de la Iglesia. Sus fieles
vinieron guiados por el Espíritu y por contactos.
Durante
la guerra de Corea, me llevó cuatro meses viajando a pie llegar
desde Corea del Norte hasta Pusan. En Corea los hombres usan un tipo
de pijama blanco. En cuatro meses, no podéis imaginaros la mugre que
tenía. Tuve que darlo vuelta. No había lugar donde dormir; sólo al
aire libre. Era diciembre, así que cuando llegué a Pusan hacía
mucho frío. Para pasar un poco mejor el frío de la noche fui a
pedir trabajo al puerto militar; era mejor trabajar que dormir.
Durante
el día iba a las montañas; había entre los árboles un sitio donde
podía dormir y tenía tiempo para mí mismo. Lo disfrutaba. Cuando
iba a trabajar, contaba historias interesantes y los trabajadores se
agrupaban a mi alrededor y me traían comida. Pero no podía vivir
así durante toda mi vida, de modo que tuve una pequeña choza,
apenas un poco mejor que una casilla de perro; un lugar donde dormir
cuyas paredes y techos eran hechos de roca y de barro. No había un
lugar llano donde construirla, de modo que la construí sobre una
pendiente. El lugar donde la construí era inclinado y por el medio
del terreno pasaba un manantial. En el techo puse unas cajas. El
cuarto tenía dos metros. Todavía usaba el pijama sucio de cuatro
meses; no había una lavandería para mandarlo limpiar. En esa
situación de pobreza y humildad me encontraron personas buenas de
espíritu. No les importaron mis ropas, igual vinieron.
Entonces,
¿cómo podemos saber exactamente cual es el camino de Dios?
Examinemos la historia de la providencia de Dios. Hoy estamos
anticipando el fin del mundo. Dios ya ha hecho otros intentos de
terminar con el mundo del mal. Por ejemplo, en la época de Noé. Ese
fue un punto crucial en la historia, cuando Dios quiso terminar con
el mal e iniciar el mundo del bien. Noé fue la persona central,
elegida por Dios para hacerlo. Para comprender mejor la misión de
Noé y el significado del fin del mundo, debemos saber cómo comenzó
la historia del mal.
En
el jardín del Edén. Dios lo creó, y también creó a Adán y a
Eva, y les dio un mandato. El mandato fue la palabra de Dios. Luego
apareció Satanás y los engañó con una mentira. Y esa mentira era
el mundo del mal. Adán y Eva debieron elegir entre dos mundos: de un
lado estaba la verdad; del otro, la mentira. Ellos eligieron la
mentira.
Así
como este fue el proceso para la caída, Dios traerá la verdad para
la humanidad con el fin del mundo. La palabra de Dios se escuchará a
través de Su profeta. Cuando la gente acepte la palabra de Dios,
pasaran de la muerte a la vida, porque la verdad conduce a la vida.
El ser humano murió con una mentira y renacerá con la verdad.
Por
eso, el juicio viene por la palabra. La palabra del juicio de Dios
será revelada por Sus profetas, los que El haya elegido. Este es el
proceso del fin del mundo. Aquellos que obedezcan y que escuchen la
nueva palabra vivirán. Aquellos que se nieguen a escuchar la palabra
de Dios, continuarán viviendo en la muerte.
Dios
eligió a Noé para que transmitiera su palabra. Noé dijo: "Viene
la inundación. El arca es la salvación". Si hubieran escuchado
a Noé, todos se hubieran salvado. Sin embargo, lo trataron como a un
loco, y así, murieron porque se opusieron a la palabra de Dios. De
acuerdo a la Biblia, sólo las ocho personas que formaban la familia
cercana de Noé fueron con Noé en el arca. Sólo estas ocho personas
creyeron, y sólo estas ocho personas se salvaron.
Y
dijo Dios a Noé: "He decidido el fin de todo ser, porque la
tierra está llena de violencia a causa de ellos; y he aquí que yo
los destruiré con la tierra". (Génesis 6:13). ¿Sucedió esto
o no? Sabemos que las personas del mal murieron, pero, ¿se demolió
el mundo físico en el proceso? No. No se cumplió exactamente con
estas palabras; Dios no destruyó la tierra. Dios erradicó a las
personas y abolió la soberanía del mal dejando sólo a las personas
bondadosas de la familia de Noé. Esta fue la manera que tuvo Dios
para restaurar el mundo original de bondad: a través de Noé.
Si
Dios hubiera consumado en ese momento Su restauración, entonces
nunca más hubiéramos escuchado hablar del fin del mundo. Una vez
que se hubiera realizado el mundo perfecto de bondad, no sería
necesario otro fin del mundo. Nada podría interferir con el reinado
eterno del Reino perfecto de Dios.
Pero
el hecho de que estamos hoy anticipando el fin del mundo es prueba de
que la providencia no tuvo éxito en el tiempo de Noé. Debería
explicar lo que le sucedió a Noé después del diluvio; pero no
puedo dedicarle mucho tiempo a ese tema esta noche. Para abreviar,
una vez más: el pecado entró en la casa de Noé a través de su
hijo Cam. Por lo tanto, el juicio de Dios a través de la inundación
no surtió efecto, fue nulo. Así, la historia del mal continuó,
llevándonos al tiempo de Jesucristo.
Con
la venida de Cristo, Dios hizo un nuevo intento de terminar con el
mundo. Jesús vino a comenzar con el Reino de los Cielos en la
tierra. Por eso, las primeras palabras de Jesús fueron:
"Arrepentíos, pues el reino de los cielos está a vuestro
alcance". El tiempo del ministerio de Jesús fue la época para
el fin del mundo. Ese gran y terrible día había sido anunciado en
las profecías de Malaquías 400 años antes del nacimiento de Jesús.
"Porque
he aquí viene el día ardiente como un horno; y todos los soberbios,
y todos los que hacen maldad, serán estopa; aquel día que vendrá
los abrasará, ha dicho Jehová de los ejércitos, y no les dejará
ni raíz, ni rama (Mal. 4:1).
El
juicio de Jesús ¿se llevó a cabo por medio de un incendio, en el
sentido literal de este termino? ¿Es que el día que vino Jesús
todo quedó literalmente convertido en cenizas? No. Sabemos que no
fue así. Ya que esas profecías no se cumplieron literalmente en
aquella época, algunos dicen que ocurrirán cuando se produzca el
Segundo Advenimiento de Jesús. Pero esto no puede ser.
Juan
el Bautista llegó al mundo como el ultimo profeta. Jesús dijo:
"Porque todos los profetas y la ley profetizaron hasta Juan"
(Mateo 11:13). La venida de Juan el Bautista debería haber aportado
una profecía cercana en el tiempo y la Ley de Moisés. Eso es lo que
Jesús dijo que iba a pasar. El propósito de todas las profecías
que precedieron a Jesús era el de preparar al mundo para su llegada,
y el de indicar qué era lo que debería hacerse cuando el viniera.
Estas profecías no son para el momento del segundo advenimiento del
Señor. Dios envió a su hijo Jesús al mundo para la salvación
total del espíritu y de la carne. La segunda venida se hizo
necesaria sólo porque la primera vez el resultado no se produjo.
¿Por
qué entonces la época de la venida de Jesús fue el tiempo del fin
del mundo? Ya conocemos la respuesta. Porque Jesús vino a terminar
con el mundo del mal y a traer la soberanía de Dios a la tierra.
Este fue el fin del Viejo Testamento y el comienzo de la era del
Nuevo Testamento. Jesús trajo la verdad.
¿Cómo
recibió la gente su evangelio? No lo recibieron, ni honraron sus
enseñanzas. Eran prisioneros del Viejo Testamento y no podían ver
la presencia del espíritu de Dios en la nueva revelación. Resulta
irónico que Jesús haya sido víctima de las propias profecías que
lo identificarían como al hijo de Dios. Según lo que nos dice la
Ley de Moisés, fue rechazado y considerado un ofensor. Fueron ciegos
a sus enseñanzas y a su amor, y lo rechazaron.
En
la época de Jesús, mucha gente educada, líderes religiosos y
personas prominentes de la sociedad enteradas de la Ley y de los
Profetas, estaban esperando la venida del Mesías. ¡Qué felices que
se hubieran quedado si su Mesías les hubiera recitado exactamente el
Viejo Testamento, sílaba por sílaba, palabra por palabra! Pero
Jesús no vino a repetir la Ley de Moisés. Vino a traer un nuevo
mandato de Dios. Y la gente no entendió nada. Y Jesús fue acusado.
Sus oponentes le decían: "por buena obra no te apedreamos, sino
por la blasfemia; y porque tu, siendo hombre, te haces Dios."
(Juan 10:33)
Y
la Biblia dice: "Y le injuriaron y dijeron: Tu eres su
discípulo; pero nosotros, discípulos de Moisés somos. Nosotros
sabemos que Dios ha hablado a Moisés; pero respecto a ése, no
sabemos de donde sea". (Juan 9:28-29) Esta era la forma en que
la gente veía a Jesús. Muchos que obedecían con diligencia la Ley
de Moisés, le desobedecieron a Jesús. Los más devotos líderes
religiosos fueron los primeros en ser juzgados por las palabras de
Jesús y su resurrección.
Creo
que es el momento de aclarar el significado de "juicio por medio
del incendio". En el Nuevo Testamento leemos: "... los
cielos, encendiéndose, serán deshechos y los elementos siendo
quemados, se fundirán". (2 Pedro 3:12). ¿Cómo es posible que
se cumpla esta fantástica profecía? ¿Sucederá de ese modo? No. Lo
dicho tiene un significado simbólico. Dios no destruiría Su tierra,
Sus estrellas y toda la creación sin realizar Su ideal sobre la
tierra. Si lo hiciera, entonces se convertiría en el Dios de la
derrota. ¿Y quién lo habría conquistado? Satanás. Esto no puede
sucederle nunca a Dios.
Aun
desde nuestro nivel humano, cuando nos proponemos lograr algo,
luchamos hasta conseguirlo. ¡Cuánto más Dios, que es Todopoderoso!
Cuando Dios en la Biblia habla del juicio por el incendio no quiere
decir que el juicio se hará en medio de llamas. Utiliza esta imagen
simbólicamente.
Consideremos
otro pasaje de la Biblia que habla de un incendio. Jesús proclamó:
"Fuego vine a echar en la tierra: ¿y qué quiero, si ya está
encendido?" (Lucas 12:49) ¿Jesús hizo que se encendiera el
fuego por todas partes? No, por supuesto que no.
El
incendio es simbólico en la Biblia. Reemplaza la palabra de Dios.
Por ello es que Santiago (3:6) dice: "... la lengua es un
fuego". La lengua habla la palabra, y la palabra viene de Dios.
El propio Jesús dijo: "El que me rechaza, y no recibe mis
palabras, tiene quien le juzgue; la palabra que he hablado, ella le
juzgará en día postrero". (Juan 12:48).
En
la sociedad contemporánea es la palabra de los tribunales la que
hace justicia. La palabra es la ley. En este universo, Dios está en
el lugar de los jueces. Jesús vino como el abogado con autoridad
para oponerse a Satanás, el fiscal publico de los seres humanos.
Satanás nos acusa con sus palabras, pero estos son cargos falsos.
Jesús apoya la causa de los creyentes y su estándar es la palabra
de la verdad. Dios pronuncia la sentencia: Su amor es el patrón, y
el amor es Su palabra. No hay diferencia entre los tribunales de la
tierra y el tribunal del cielo en cuanto a que en ambos los juicios
se hacen por la palabra, y no a través de incendios.
De
modo que no habrá un incendio propiamente dicho cuando se juzgue al
mundo. La Biblia dice: "... el Señor matará (al malo) con el
espíritu de Su boca ..." (2 Tes. 2:8). La palabra de Dios es el
espíritu de su boca. Jesús vino a matar a los malvados con la
palabra de Dios, y "... herirá la tierra con la vara de su
boca, y con el espíritu de sus labios matará al impío." (Is.
11:4) ¿Qué significa entonces, "con la vara de su boca"?
Tomamos este símbolo para significar su lengua a través de la cual
habla la palabra de Dios.
Resolvamos
este punto completamente. Veamos lo que Jesús le instruía a su
gente: "De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra y
cree al que me ha enviado, tiene vida eterna; y no vendrá a
condenación, mas ha pasado de muerte a vida." (Juan 5:24).
Pasamos de la muerte a la vida a través de las palabras de la
verdad. Dios no os enviará al Mesías para quemaros. No enviará al
Mesías para incendiar vuestros hogares ni para destruir vuestra
sociedad. Pero si rechazamos la Palabra de Dios que habla el Señor,
no tenemos otra opción que la de ser condenados en el juicio. Ahora
os diré por qué.
Al
principio, Dios creó a los seres humanos y al universo por medio de
Su Palabra - el logos. El hombre y la mujer rechazaron la palabra de
Dios y cayeron. Desde entonces ha reinado la muerte espiritual. A
través de su trabajo de salvación Dios ha estado volviéndonos a
crear una y otra vez. Caímos por desobediencia a la Palabra de Dios
y seremos nuevamente creados por obediencia a la misma palabra de
Dios. La palabra de Dios la escuchamos a través del Señor. La
aceptación de la Palabra hace que de la muerte surja la vida. Esa
muerte es el infierno en el que vivimos. Por lo tanto, la Palabra de
Dios es el juez y traerá sobre vosotros consecuencias mucho más
profundas que las más hirvientes llamas.
JESÚS
Y LA SEGUNDA VENIDA
Hablaré
de algunas nuevas revelaciones de Dios que son vitales para la
comprensión de todos los cristianos. A menudo haré referencia a los
elegidos de Israel. Estoy seguro que entre los que hoy están aquí
hay muchos Judíos y Cristianos. Amo profundamente a todos los
hermanos y hermanas Cristianos y tengo una alta estima por los
Judíos. Les ruego que comprendan, antes de que comience mi
exposición, que no reflejaré en ningún momento mis convicciones
personales. Solo estoy aportando la verdad.
Hay
veces que decir la verdad se convierte en una tarea difícil. Sin
embargo, es mi misión y debo cumplirla. El contenido de mi mensaje
de esta noche quizás se oponga a lo que vosotros creíais
anteriormente. Quizás algunas cosas os resulten nuevas. Algunas
veces parece que en la providencia, Dios busca que os enojéis. Jesús
fue un mensajero de Dios que criticó a las personas por ser
blasfemos y ser como serpientes y por cierto que muchas personas se
enojaron. Si Jesús les hubiera dicho a las personas de su tiempo que
eran criaturas de Dios, ¿le habrían matado? Otros santos, como
Confucio y Mahoma, también le dijeron al mundo cosas que no quería
escuchar. Por eso os pido que penséis seriamente sobre lo que
escucháis.
¿Qué
hubiera sucedido si en Israel hubieran aceptado a Jesús y le
hubieran abierto su corazón? Imaginaos la nación de Israel unida
con Jesús. ¿Qué hubiera significado? En primer lugar, Jesús no
hubiera sido asesinado. La gente lo hubiera glorificado como el Dios
viviente. Luego, hubieran ido a Roma con el Cristo viviente y Roma lo
hubiera recibido como el Hijo de Dios durante su propia vida. Pero en
la triste realidad de la historia, tuvieron que pasar cuatrocientos
años para que los discípulos de Jesús conquistaran Roma. Jesús
nunca conquistó a los elegidos de Israel ni tampoco el apoyo que
necesitaba de ellos. Vino a levantar el Reino de Dios en la tierra,
pero en vez de ello tuvo que decir a sus discípulos que guardaran su
identidad en secreto porque la gente no lo aceptaba como el legitimo
Mesías, y por lo tanto no tenía el poder de ser el Rey de Reyes.
Hoy
tenemos mucho que aprender; y no debemos confiar ciegamente. Debemos
conocer la verdad oculta detrás de la Biblia. Jesús fue crucificado
no por su propia voluntad, sino por la voluntad de otros. Jesucristo
fue asesinado porque la humanidad no creía que el fuera el Mesías.
Estoy
haciendo una declaración muy importante, y que requiere valentía.
Jesús no vino a morir. Jesucristo fue asesinado. Líderes de las
religiones más preparadas lo entregaron para su crucifixión.
Pilatos, el gobernador romano, lo quería liberar, pero fue obligado
a liberar a Barrabás en su lugar. ¡Qué lástima! ¡Qué tragedia!
Quizás
esto les resulte sorprendente y les llame la atención, pero si eso
es todo lo que les provoca, sorpresa, entonces no logré
transmitirles lo que deseaba. La gente que vivió en la era de Jesús
cometió una gran equivocación. ¿Pero ustedes creen que ellos eran
mucho más ignorantes y que estaban menos alertas de lo que hoy
podemos estar nosotros? No, en absoluto. Ellos habían aprendido el
Viejo Testamento palabra por palabra y se habían aprendido de
memoria la Ley de Moisés. Y de acuerdo a lo que ellos sabían, Jesús
no reunía las condiciones que debería tener el Mesías.
La
nación de Israel en ese punto estaba en una posición muy difícil.
Si querían cumplir con la ley y los profetas tenían que abandonar
la ley de Moisés como ellos la entendían. Dos mil años de
tradición se habían basado en el Antiguo Testamento. Era muy
difícil que la gente se despertara una mañana, revisara totalmente
su interpretación de la Ley y aceptara totalmente a Jesucristo como
el Hijo de Dios. Los líderes que tenían sus ojos pegados a la letra
de la ley simplemente no entendían el espíritu de la ley.
Examinemos
la profecía de Malaquías en el Antiguo Testamento, "... yo os
envío el profeta a Elías, antes que venga el día de Jehová,
grande y terrible. El hará volver el corazón de los padres hacia
los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres ..."
(Mal. 4:5-6) El pueblo de Israel conocía claramente la promesa de
Dios. Lo sabían de memoria. Y esperaban la llegada de Elías antes
de que apareciera el Mesías. Cuando llegó el Mesías naturalmente
preguntaban, "¿Dónde está Elías?"
Elías
había sido un profeta que había hecho obras milagrosas alrededor de
900 años antes de Cristo. Y estaba escrito que subiría al cielo en
un carro de fuego. Como ascendió al cielo se esperaba que volviera.
¿Ocurrió ese milagro antes de la llegada de Cristo? ¿Tuvo el
pueblo alguna noticia de la llegada de Elías? No. Pero lo que sí
oyeron un día fue la voz de Jesucristo declarando que El era el
único Hijo de Dios. Y Jesús no hablaba tímidamente sino con
autoridad y poder. Un hombre así no podía ser ignorado.
Esto
representó un gran dilema para la gente. Inmediatamente preguntaron
"Si este Jesús es el Mesías, entonces ¿dónde está Elías?".
Esperaban al Mesías en esa época, así que también esperaban a
Elías. Creían que vendría directamente del Cielo, y que el Mesías
vendría poco tiempo después en forma similar.
Así
que cuando Jesús se proclamaba Hijo de Dios la gente que lo
escuchaba quedaba confundida. Si no había venido Elías, entonces no
podía haber Mesías. Y nadie les había dicho que había venido
Elías. Los discípulos de Jesús también estaban confundidos.
Cuando salían a predicar el Evangelio, la gente negaba que Jesús
fuera el Hijo de Dios, porque los discípulos no podían probar que
Elías había llegado. En cada lugar que iban enfrentaban el mismo
problema.
Los
discípulos de Jesús no sabían el Antiguo Testamento. Mucha gente
culta les preguntaba cuando salían a predicar, "¿No conocen el
Antiguo Testamento? ¿No conocen la Ley de Moisés?". Los
discípulos se sentían avergonzados cuando eran atacados con los
versículos de la ley y los profetas. Un día fueron a Jesús y le
preguntaron a él:
"...
¿por qué, pues, dicen los escribas que es necesario que Elías
venga primero? Respondiendo Jesús, les dijo: A la verdad, Elías
viene primero, y restaurará todas las cosas. Mas os digo que Elías
ya vino, y no le conocieron; sino hicieron en él todo lo que
quisieron; así también el Hijo del Hombre padecerá de ellos.
Entonces los discípulos entendieron que les había hablado de Juan
el Bautista". (Mat. 17:10-13)
Según
Jesús, Juan el Bautista era Elías. Esto era la verdad. Hemos
determinado la verdad según las palabras de Jesucristo. Pero los
discípulos no podían convencer a sus mayores y a los sacerdotes
principales y a los escribas de este hecho. La única autoridad que
apoyaba esa noción era la palabra de Jesús de Nazaret. Por eso el
testimonio de Juan el Bautista era tan crucial. ¡Pero el propio Juan
negó que él fuera Elías cuando se lo preguntaron! Su negativa hizo
que Jesús pareciera un mentiroso. Dice la Biblia:
"Este
es el testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron de Jerusalén
sacerdotes y levitas para que le preguntasen: ¿Tu, quién eres?... Y
le preguntaron: ¿Qué pues? ¿Eres tu Elías? Dijo: No soy. ¿Eres
el profeta? Y respondió: No". (Juan 1:19-21) El propio Juan
dijo: "Yo no soy Elías", pero Jesús había dicho: "El
es Elías".
Juan
hizo casi imposible que la gente supiera que había llegado Elías.
Pero Jesús declaró la verdad de todos modos. Dijo "... si
queréis recibirlo, el es aquel Elías que había de venir".
(Mat. 11:14) Jesús sabía que la mayoría de la gente no podía
aceptar la verdad. En vez de eso, cuestionaban las motivaciones de
Jesús. Para que Jesús pareciera el Mesías, Elías tenia que llegar
primero, de manera que la gente pensaba que él mentía con el fin de
su propio engrandecimiento. El Hijo de Dios era cada vez más
incomprendido por la gente.
Esta
situación era muy grave. En esos días, la influencia de Juan el
Bautista se sentía en cada rincón de Israel. Pero Jesucristo era
una figura oscura y ambigua en su sociedad. ¿Quién estaba en
posición de tomar las palabras de Jesús como verdaderas? La falla
de Juan fue la causa principal de la crucifixión de Jesús.
Juan
el Bautista ya había visto el espíritu de Dios descendiendo sobre
la cabeza de Jesucristo en el Río Jordán. En ese momento atestiguó:
"Vi al espíritu que descendía del cielo como paloma, y
permaneció sobre él. Y yo no le conocía; pero el que me envió a
bautizar con agua, aquel me dijo: "Sobre quien veas descender el
Espíritu, y que permanece sobre él, ése es el que bautiza con
Espíritu Santo. Y yo le vi y he dado testimonio que éste es el Hijo
de Dios." (Juan 1: 32-34)
Sí,
Juan el Bautista fue testigo y realizó la tarea que Dios le había
asignado en ese momento. Pero más tarde, le vinieron dudas y
finalmente sucumbió ante los rumores circulantes sobre Jesús. Uno
de esos rumores declaraba a Jesús sin padre, hijo ilegitimo. Juan el
Bautista por cierto oyó ese rumor y se preguntaba como una persona
así podía ser Hijo de Dios. Aunque había sido testigo de Jesús,
luego Juan sospechó y se alejó de él. Si Juan el Bautista se
hubiera unido verdaderamente con Jesucristo, podía haber convencido
a la gente para que aceptara a Jesús como el Mesías, ya que el
poder y la influencia de Juan eran muy grandes en esos días.
Os
estoy diciendo muchas cosas inusuales, y os podréis preguntar con
qué autoridad estoy hablando. Es la autoridad de la Biblia, la
autoridad de la revelación. Leamos la Biblia juntos y veamos palabra
por palabra como actuó Juan el Bautista: "Y al oír Juan, en la
cárcel, los hechos de Cristo, le envió dos de sus discípulos, para
preguntarle: ¿Eres tu aquel que había de venir, o esperaremos a
otro?" (Mat. 11:2-3)
Esto
fue mucho después de que hubiera atestiguado que Jesús era el Hijo
de Dios. ¿Cómo podía preguntar "¿eres el que viene como el
Hijo de Dios?" luego del testimonio que le había dado el
Espíritu? Jesús estaba realmente triste. Estaba enojado. Jesús se
negaba a responder directamente a la pregunta de Juan el Bautista. En
vez de eso respondía, "... bienaventurado es el que no halle
tropiezo en mí".
Déjenme
explicar lo que quería decir Jesús. "Juan, lamento que me
ofendas. En un momento me reconocías, pero ahora dudas de mi.
Lamento que tu fe haya resultado ser tan débil." Después de
este incidente, Jesús habló a las multitudes con respecto a Juan.
Les hizo una pregunta retórica: "¿Qué salisteis a ver al
desierto? ¿Una caña sacudida por el viento? O ¿qué salisteis a
ver? ¿a un hombre cubierto de vestiduras delicadas? He aquí, los
que lleven vestiduras delicadas, en las casas de los reyes están.
Pero ¿qué salisteis a ver? ¿a un profeta? Sí, os digo, y más que
profeta. Porque éste es de quien está escrito: He aquí, yo envío
mi mensajero delante de tu faz, el cual preparará tu camino delante
de ti " (Mat. 11:7-10)
Aquí
Jesús afirmó que Juan era Elías, el llamado por Dios para volcar
el pueblo hacia el Mesías. El alabó a Juan desde su perspectiva,
concluyendo con las palabras: "De cierto os digo: Entre los que
nacen de mujeres no se ha levantado otro mayor que Juan el Bautista;
pero el más pequeño en el reino de los cielos, mayor es que él".
(Mat. 11: 11)
Las
interpretaciones cristianas convencionales nunca han explicado
completamente el significado de este versículo. Las misiones de los
profetas a través de los años eran de prepara la llegada del Mesías
o de atestiguar por é. Los profetas siempre habían atestiguado
desde un tiempo muy distante. Juan el Bautista era el más grande de
los profetas porque era el único profeta contemporáneo del Mesías,
el profeta que podía ser testigo, en persona, del Cristo viviente.
Pero Juan no reconoció al Mesías. Aun el menor de los profetas que
vivían en ese momento en el cielo sabía que Jesús era el Hijo de
Dios. Por eso es que Juan, a quien se le había dado la principal
misión, y había fallado, era menos importante que el menor.
Por
lo tanto Jesús, estaba diciendo, "Juan, viniste a servir como
el más grande de los profetas - fuiste a encontrar al Mesías, al
Hijo de Dios. Has visto todo pero has pasado por alto el punto
principal, el núcleo de tu misión. No me has reconocido y no has
cumplido con las expectativas de Dios. Dios espera que aparejes al
Señor un pueblo apercibido. Has fallado".
Jesús
dijo: "Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino
de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan".
(Mat. 11:12)
Juan
el Bautista fue elegido como el instrumento de Dios, destinado a ser
el principal discípulo de Dios, no por la "fuerza" sino
por la providencia. Falló en su responsabilidad, y Simón Pedro, por
la fuerza de su fe, se ganó esta posición central. Otros hombres
más fuertes y más violentos en su fe que Juan el Bautista pelearon
sin descanso al lado de Jesús por la realización del Reino de Dios
en la tierra. Los hombres devotos que siguieron a Juan el Bautista no
se convirtieron en los 12 apóstoles y setenta discípulos de Cristo,
como deberían haber sido. Si Juan el Bautista se hubiera convertido
en el principal discípulo de Jesús, los dos juntos hubieran unido a
toda Israel. Pero la verdad es que Juan el Bautista no siguió al
Hijo de Dios.
Un
día los seguidores de Juan le preguntaron, "Rabí, mira que el
que estaba contigo de la otra parte del Jordán, de quien tu diste
testimonio, bautiza, y todos vienen a él". (Juan 3:26) Estaban
preocupados. Mira toda la gente que va hacia él, ¿y qué pasa
contigo? Juan el Bautista respondió: "Es necesario que él
crezca, pero que yo mengüe". (Juan 3:30)
Generalmente
los cristianos interpretan este mensaje como una prueba de la
personalidad humilde de Juan. Esta interpretación de sus palabras es
incorrecta. Si Jesús y Juan hubieran estado unidos, su destino
hubiera sido crecer o caer los dos juntos. Entonces, Jesús no podía
aumentar su reputación mientras que disminuía el prestigio de Juan.
La disminución de su propio rol era lo que Juan temía. Juan declaró
una vez que el Mesías era aquel "... cuyo calzado yo no soy
digno de llevar..." (Mat. 3:11) Sin embargo, no siguió a Cristo
aun sabiendo que Jesús era el Hijo de Dios. Juan el Bautista fue un
hombre sin perdón. Debería haber seguido a Jesús.
Dios
envió a Juan como un precursor del Mesías. Su misión estaba
claramente definida "... preparar al Señor un pueblo bien
dispuesto". (Lucas 1:17). Pero por la falla de Juan, Jesucristo
no tuvo una base sobre la que comenzar su ministerio. El pueblo no
había sido preparado para recibir a Jesús. Por lo tanto Jesús tuvo
que salir de su casa a trabajar por sus propios medios, tratando de
crear una base sobre la cual la gente pudiera creer en él. No puede
haber duda de que Juan el Bautista falló. Fue directamente
responsable de la crucifixión de Jesucristo.
Nuevamente
podéis querer preguntarme con qué autoridad digo estas cosas. Yo
hablé con Jesucristo en el mundo de los espíritus. Y también hable
con Juan el Bautista. Esta es mi autoridad. Si en este momento no
podéis determinar que mis palabras son la verdad, seguramente
descubriréis que lo son con el transcurso del tiempo. Estas son
verdades ocultas presentadas a vosotros como nuevas revelaciones.
Vosotros habéis oído hablar de la Biblia. Si creéis en la Biblia
debéis creer lo que estoy diciendo.
Por
lo tanto debemos llegar a esta solemne conclusión: La crucifixión
de Jesús fue un resultado de la falta de fe humana. La más insigne
y destructiva falta de fe se encontraba en Juan. Esto significa que
Jesús no vino para morir en la cruz. Si Jesús hubiera venido para
morir, no hubiera ofrecido esa trágica y angustiosa oración en el
jardín de Getsemaní. Jesús dijo a sus discípulos:
"Mi
alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí, y velad
conmigo. Yéndose un poco adelante, se postró sobre su rostro,
orando y diciendo: Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa;
pero no como yo quiero, sino como Tú." (Mat. 26:38-39)
Jesús
oró así no una vez sino tres veces. Si la muerte en la cruz hubiera
sido el cumplimiento de la voluntad de Dios, Jesús hubiera rezado en
vez de eso, "Padre, es un honor para mí morir en la cruz por tu
voluntad".
Pero
Jesús rezó pidiendo que esa copa no pasara por él. Si su oración
proviniera de su miedo a la muerte, esa debilidad lo descalificaría
como Hijo de Dios. Sabemos de muchas muertes valientes de mártires a
través de la historia cristiana y aun en otras partes, gente que no
sólo se sobrepuso a su miedo a la muerte sino que también hizo de
su sacrificio final una gran victoria. De tantos mártires, ¿cómo
pudo ser Jesús el único que mostrara su miedo y su debilidad,
particularmente si su crucifixión era el momento glorioso de su
cumplimiento de la voluntad de Dios? Jesús no rezó de esa forma por
debilidad. Creer algo así es un ultraje a Jesús.
La
oración de Jesús en el jardín de Getsemaní no vino de su miedo a
la muerte o al sufrimiento. Jesús hubiera estado dispuesto y pronto
para morir mil veces si eso hubiera sido la voluntad de Dios. El
agonizó junto a Dios en el jardín y le hizo una petición final,
porque sabía que su muerte causaría sólo la prolongación del
designio divino.
Jesús
quería vivir y cumplir con su misión primaria. Es un trágico error
el creer que Jesús rezaba por un poco más de vida terrenal debido a
la fragilidad de su alma humana. Nathan Hale, en la lucha por la
independencia americana, pudo decir en el momento de su ejecución,
"Lamento tener una sola vida para dar por mi país".
¿Creéis que Jesucristo era menos que Nathan Hale? No. Nathan Hale
era un gran patriota, pero Jesucristo es el Hijo de Dios.
Pensad
en esto. Si Jesús vino a morir en la cruz, ¿no necesitaría él un
hombre que lo entregara? Sabéis que Judas es el discípulo que
traicionó a Jesús. Si Jesús cumplía la voluntad de Dios con su
muerte en la cruz, entonces Judas debería ser glorificado por ser
quien hizo posible la crucifixión. Judas hubiera ayudado a la
voluntad de Dios. Pero Jesús dijo de Judas: "A la verdad el
Hijo del Hombre va, según está escrito de él; mas, ¡ay de aquel
hombre por quien el Hijo del Hombre es entregado! Bueno le fuera a
ese hombre no haber nacido". (Mat. 26:24) Judas se mató.
Además
si Dios hubiera querido que su Hijo fuera crucificado, no necesitaba
4000 años para preparar al pueblo elegido. Hubiera sido mejor enviar
a Jesús a una tribu salvaje, donde lo hubieran matado más
rápidamente, y la voluntad de Dios se hubiera cumplido más
rápidamente.
Debo
deciros nuevamente. Era la voluntad de Dios que el pueblo aceptara a
Jesús. Por eso Dios luchó en esperanza y angustia para preparar la
tierra fértil para la semilla celestial del Mesías. Por eso Dios
estableció su pueblo elegido en Israel. Por eso Dios envío profeta
tras profeta para despertar al pueblo de Israel para que se preparara
para el Señor.
Dios
les advirtió y los castigó, los convenció y los rezongó, los
presionó y los atormentó porque quería que su pueblo aceptara a su
Hijo. Un día le preguntaron a Jesús, "¿Qué debemos hacer
para poner en practica las obras de Dios? Respondió Jesús y les
dijo, ésta es la obra de Dios, que creáis en el que El ha enviado".
(Juan 6:28-29) Israel hizo justo lo que Dios había luchado por
evitar. Rechazó al que El había enviado.
Jesús
tuvo un propósito durante los tres años de su ministerio publico:
la aceptación. No podía cumplir con su misión de otra forma. Desde
el primer día predicó el Evangelio para que la gente pudiera
escuchar la verdad y aceptarlo como Hijo de Dios. La palabra de Dios
debería haber hecho que lo aceptaran. Sin embargo, cuando Jesús vio
que la gente no lo recibiría sólo por la palabra de Dios, comenzó
a realizar obras poderosas. Esperó que la gente lo reconociera por
sus milagros.
"Hizo
además Jesús muchas otras señales en presencia de sus discípulos,
que no están escritas en este libro. Pero éstas se han escrito para
que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios; y para que
creyendo, tengáis vida en su nombre". (Juan 20:30-31)
Jesús
dio la visión a los ciegos y curó a los leprosos. Curó a los
heridos y bendijo a los sordos con la audición. Resucitó a los
muertos. Hizo estas cosas sólo porque quería ser aceptado. Sin
embargo la gente decía de él, "Este no echa fuera los demonios
sino por Beelzebú, príncipe de los demonios". (Mat. 12:24)
¡Qué
situación tan descorazonadora! Jesús pronto vio que era inútil
tratar de ganarse la aceptación de la gente. En su desesperación
los castigó. "¡Generación de víboras! ..." (San Mateo
12:34) No escondió su enojo sino que explotó de ira. "¡Ay de
ti Corazón! Ay de ti Betsaida!. Porque si en Tiro y en Sidón se
hubieran hecho los milagros que han sido hechos en vosotras, tiempo
ha que se hubieran arrepentido en cilicio y en ceniza". (San
Mateo 11:21). Y lloró cuando se acercaba a la ciudad de Jerusalén.
" ¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas, y apedreas
a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise juntar tus hijos,
como la gallina junta sus polluelos debajo de las alas, y no
quisiste!" (San Mateo 23: 37)
¿Quién
entendió el corazón destrozado de Jesús? Dijo: "¡Oh, si
también tu conocieses, a lo menos en este tu día, lo que es para tu
paz! Mas ahora está encubierto de tus ojos". (San Lucas 19:42)
Para ese entonces Jesús sabía que no había ninguna esperanza de
evitar la muerte. Sin embargo oró a Dios en Getsemaní y oró a Dios
en la cruz: "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has
desamparado?" (San Mateo 27:46)
Así,
Jesús murió en la cruz, no para cumplir su última esperanza, no
por los planes originales de Dios, sino por la voluntad de la gente
pecadora. Cristo está destinado a regresar desde entonces. Regresará
para consumar su misión en la tierra. La humanidad debe esperar su
segunda llegada para lograr la salvación completa del mundo.
Mucha
gente puede preguntar, ¿qué hay de las profecías en el Antiguo
Testamento sobre la muerte de Jesús en la cruz?" Soy consciente
de esas profecías, como la de Isaías, cap. 53. Debemos saber que
hay dobles profecías en la Biblia. Un grupo profetiza el rechazo y
la muerte de Jesús; los otros, como Isaías, Cap. 9, 11 y 60,
profetizan el ministerio glorioso de Jesús cuando la gente lo acepta
como el Hijo de Dios, el Rey de Reyes. Por ejemplo: "Porque un
niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su
hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios fuerte,
Padre eterno, Príncipe de paz. Lo dilatado de su imperio y la paz no
tendrán límite, sobre el trono de David y sobre su reino,
disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora
para siempre ..."(Is. 9:6-7).
Esta
es la profecía del Señor de la gloria, de Jesús como el Rey de
Reyes y el Príncipe de la Paz. Por otro lado podemos leer:
"Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió
nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de
Dios y abatido. Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido
por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz sobre él, y por su
llaga fuimos nosotros curados". (Is. 53:4-5) Esta es la profecía
del Cristo sufriente. Es realmente la profecía de la crucifixión.
Entonces,
¿por qué Dios profetizó en dos formas contradictorias en la
Biblia? Es porque tiene que tratar con nosotros, seres humanos
caídos, en sus designios. Y la gente es mala e indigna de confianza
y tiene capacidad de traición.
De
una forma Dios nos teme y Satanás también nos teme: por nuestra
capacidad de traicionar. Dios es la bondad absoluta y nunca cambia su
posición; Satanás es la maldad absoluta y tampoco cambia de
posición. En este aspecto Dios y Satanás son similares. Sin
embargo, nosotros somos una mezcla del bien y del mal. Estamos entre
Dios y Satanás y tenemos la capacidad de cambiar. Por lo tanto somos
impredecibles. Un día una persona puede profesar su fe en Dios y
desear servirlo; al día siguiente, la persona puede blasfemar contra
Dios, unirse con Satanás y convertirse en su esclavo.
Ya
que Dios no sabía como respondería la gente a su providencia para
el Mesías, no tenía otra elección que predecir dos resultados
contradictorios, profecías dobles, cada posibilidad dependiendo de
las acciones humanas. La fe de las personas era el factor
determinante de cual de las dos profecías se cumpliría.
En
el caso de Jesús, si la gente demostraba fe, uniéndose a él,
entonces sería aceptado. La realización completa de la profecía
del Señor de la gloria resultaría entonces. Por otro lado, si la
gente no tenía fe en él y rechazaba al Mesías cuando viniese,
inevitablemente la segunda profecía, la del Cristo sufriente, se
cumpliría.
Y
la historia demuestra que no había suficiente fe en Jesús cuando
vino. Por lo tanto la profecía del Señor sufriente se hizo realidad
en vez de la profecía del Señor de la gloria. La crucifixión y la
historia del Cristo sufriente se convirtieron así en historia. En la
religión del Antiguo Testamento, el sacerdote tenía la autorización
de matar a la ofrenda, ponerla sobre el altar y pedirle a Dios que la
aceptara. Debe haber alguien que corte la ofrenda en dos partes y la
ponga en el altar para que Dios la pueda aceptar. El Sacerdote de
todos los Sacerdotes fue Jesús. Se supone que él debía poner a
toda la nación de Israel, la nación elegida, en posición de
sacrificio. Debía sacrificar a toda la nación; y la nación no
debería haber protestado, estando en la posición de ofrenda. Pero
lo hicieron y su falta de fe en él hizo que Jesús muriera en su
lugar como ofrenda.
Dios
no es una persona que quiera el derramamiento de sangre. Pero para
salvar a la humanidad caída, Dios tuvo que hacerlo. Porque si Jesús
como ser humano derramaba su sangre, Dios tenía una condición
razonable para restaurar a la humanidad. Por eso se vio forzado a
enviar a Jesús a la cruz.
La
Biblia no proporciona muchos datos de la vida de Jesús antes de su
ministerio publico, con excepción de la historia de su nacimiento y
unos relatos de su niñez. ¿Nunca os habéis preguntado por qué?
Durante treinta años, Jesús vivió en el rechazo y la humillación.
Hubo muchas circunstancias que apenaron y angustiaron a Jesús. Era
una persona incomprendida en su sociedad y aun entre su propia
familia. Nadie, absolutamente nadie, lo trataba como el Hijo de Dios.
Ni siquiera se le tenía el respeto normal otorgado a cualquier
hombre. Su sociedad lo ridiculizaba. El corazón de Dios estaba muy
acongojado por la vida de Jesús. Si yo revelara sólo algunas de las
situaciones de congoja y de tristeza en la vida de Jesús, esa oscura
figura, el hombre de Nazaret, no sólo estaríais impresionados sino
que os pondríais a llorar de tristeza.
Dios
no quiso que la humanidad conociera la tragedia, la realidad de la
humillación de Jesús. La muerte de Jesús no fue su voluntad ni su
culpa. La muerte de Jesús fue un asesinato. Nuestra salvación en el
Cristianismo no proviene de la cruz, sino de la resurrección.
Sin
la resurrección, el Cristianismo no tiene poder. El Jesús
resucitado trajo nueva esperanza, nuevo perdón y un nuevo poder de
salvación. Por lo tanto cuando ponemos nuestra fe en el Cristo de la
resurrección y nos unimos a él, llega nuestra salvación. La gran
declaración de Jesús fue que él era el Hijo unigénito de Dios.
¿Qué es un Hijo engendrado? El es el descendiente, el único que es
objeto o recipiente del amor de Dios. Jesús proclamó que vino en la
posición de esposo de toda la humanidad, pero también se colocó en
un nivel horizontal, relacionándose con todos como vecino, maestro,
hermano y amigo. Cuando leemos la Biblia es obvio que Jesús es el
tronco de la verdad y del amor de Dios.
Jesús
conocía el corazón de Dios y cuando fue crucificado dijo: "Oh
Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?" La
crucifixión causó un gran dolor al corazón de Dios; Dios lo había
enviado como Su Hijo unigénito y Dios deseaba que fuera el centro de
Su única familia, única sociedad, única nación y mundo. Esa era
la esperanza de Dios. Cuando perdió esa esperanza debido a la
rebelión y a la falta de fe de la gente, Dios deseó enviar a otro
Mesías, un segundo hijo a la tierra. ¿Una vez que Dios ha concebido
Su voluntad, puede abandonarla sólo por la situación en la tierra?
Jesús
no podía abandonar la voluntad de Dios ofendiéndose por la
oposición que se le hacía. Jesús por cierto no podía abandonar su
misión en ese momento odiando a la gente. Era un verdadero hombre
porque vivía perfectamente la vida de Dios. Era un Dios andante, el
fruto de la verdad de Dios. No existía separación alguna entre Dios
y Jesús, y como nadie puede destruir a Dios, nadie puede destruir a
Jesús. La crucifixión no fue su destrucción. Dios manifestó el
poder de la resurrección para que el mundo viera que Jesús nunca
fue destruido.
El
Cristianismo tiene padres espirituales. Jesús está en la posición
de padre espiritual y el Espíritu Santo en la posición de madre
espiritual. Por lo tanto, la tradición cristiana ha consistido en
negar el mundo físico. Con Jesucristo y el Espíritu Santo
trabajando juntos podemos limpiar nuestros pecados y se nos da la
resurrección a nivel espiritual. Después de la crucifixión de
Jesús, el fundamento cristiano sólo podía ser espiritual, aunque
Dios inicialmente pretendía un fundamento físico también.
Hoy
muchos cristianos ponen énfasis exclusivamente en la salvación por
la sangre de Cristo. ¡Cuán equivocado es eso ante los ojos de Dios!
En la Biblia está registrada la historia de una prostituta que fue
condenada a muerte e iba a ser apedreada. Jesús dijo a las personas
que estaban allí reunidas. "El que esté libre de pecado que
tire la primera piedra". Todos dejaron sus piedras. Luego de que
todos se habían alejado avergonzados, Jesús habló a la mujer
acusada diciéndole, "Nadie te ha condenado. Yo tampoco te
condeno. Ve y no peques más".
¿Qué
significa esto? Por sus propias palabras Jesús ofreció el perdón.
Aun antes de que Jesús hubiera derramado una gota de sangre, había
perdón de los pecados. Nadie tenía que esperar que Jesús muriera.
Existía este camino de salvación al aceptar el mundo de Jesús
incluso en ese momento. Eso está en la Biblia. El no dijo, "te
perdonaré y te salvaré, pero espera hasta que me muera en la cruz".
Jesús
abría el camino de la salvación para todos a través de la Palabra
de Dios. El plan de salvación de Dios no requería el derramamiento
de sangre. La salvación significa que el Jardín del Edén estará
aquí en la tierra, con hombres, mujeres y familias. Lo que
necesitamos es la consumación viviente, realizando el amor de Jesús
y no la alienación, la sangre y la muerte.
Muchos
cristianos de hoy no lo comprenden. Predican la resurrección, pero
la resurrección no significa que los cuerpos van a levantarse
nuevamente. Ese es un concepto equivocado. La muerte vino cuando los
seres humanos se apartaron de Dios, por el mal uso del amor de Dios.
Los cuerpos humanos permanecieron vivos después de la caída. La
resurrección significa aceptar la palabra de Dios para convertirse
en poseedor del amor de Dios. Suponed que Jesús aparece aquí.
¿Querríais tener solo la salvación espiritual que provino del
derramamiento de sangre o querríais tener la salvación viviente de
cuerpo y alma? ¿Querríais el espíritu y el cuerpo restaurados
conjuntamente por el Jesús viviente?
Entonces,
¿hasta qué punto deberíamos ser como Jesús? Tenéis que alcanzar
el punto donde seáis uno en cuerpo y alma con Jesús. Por eso
estableció la condición del sacramento: los cristianos deben sentir
que están comiendo el cuerpo y bebiendo la sangre de Jesús. Deben
sentir la vida y el amor de Jesús más que ninguna otra cosa cuando
comen el pan y cuando beben el vino, deben sentir realmente que están
bebiendo su sangre. Sin ese sentimiento, la salvación no puede
comenzar. Ese fue el método de Jesús para hacer que la humanidad
pasara del mundo de Satanás al de Dios, uniéndose así con el
creyente a través de la experiencia verdadera. Significa que Satanás
es eliminado y que la humanidad está adherida a Jesús, una
consumación con el resultando en un cuerpo y en una sangre, es decir
una humanidad. Entonces podemos sentir esa unidad. A partir de ese
punto, la persona recibe el amor y la vida de Dios. Pero el
Cristianismo tiene además la visión de la gente obteniendo la
salvación total, tanto a nivel espiritual como a nivel físico. Con
el Cristianismo tal como está ahora, no podemos ser salvados en
ambos niveles Por eso Jesús debe venir nuevamente: y sólo por la
misión del Segundo Advenimiento podemos obtener la salvación
física, cumpliendo la profecía del Señor de la gloria.
Ya
que la profecía del Cristo sufriente se hizo realidad en el tiempo
de Jesús, la profecía del Señor de la gloria ha quedado
incumplida. Y ésta es la profecía que se cumplirá en el momento
del Señor del Segundo Advenimiento.
Por
favor, pedid en vuestras oraciones que os guíen en estos temas.
Pedid a Jesucristo o a Dios. Si Jesús hubiera vivido y cumplido su
misión primaria de traer el Reino de Dios a la sierra, el
Cristianismo nunca hubiera sido lo que es hoy. El propósito de la
venida de Jesús fue la salvación del mundo. El pueblo elegido iba a
ser el instrumento de Dios. Sin embargo, la salvación no era sólo
para el pueblo elegido de Dios. Para todos los hombres sobre la
tierra, Jesús es el salvador. Es el salvador de toda la humanidad.
Como Jesús dejó este mundo prematuramente, también nos dejó la
promesa de su segunda venida.
Los
cristianos son los segundos israelitas, pero el Mesías aun no ha
llegado. En el mundo cristiano no hay una base nacional porque no hay
ninguna nación elegida por Dios a nivel físico. Si comparáis a los
primeros israelitas con los segundos israelitas, el mundo cristiano,
¿cuáles tienen mayor valor? La nación de los primeros israelitas,
aunque pequeña en territorio, tenía soberanía tanto a nivel físico
como espiritual y en ese sentido era más grande que la segunda
nación israelita, que en el nivel espiritual ha cubierto a casi todo
el mundo pero no ha podido establecer algo como una nación a nivel
físico.
¿EI
Mesías debería venir solo al mundo cristiano o a todo el mundo? Lo
que debe hacer Dios, junto con los cristianos, es cubrir todo el
mundo tanto a nivel espiritual como físico. A la luz de eso ¿pensáis
que el Mesías vendrá en cuerpo o sólo en espíritu? En el mundo
ideal que vamos a construir seremos liberados del pecado tanto a
nivel espiritual como físico, bajo la guía de Dios como nuestro
Padre. El Señor debe venir nuevamente en cuerpo para cumplir su
misión de salvar al mundo físico. Si viene en las nubes del cielo,
espiritualmente, no puede cumplir su misión de restaurar todo el
mundo tanto a nivel físico como espiritual. El problema es el pecado
y la corrupción de este mundo y no del Cielo.
¿Cómo
vendrá el Señor en el Segundo Advenimiento? Nuestra posición como
cristianos es exactamente paralela a la posición de los ancianos,
escribas y sacerdotes en el tiempo de Jesús. En aquellos días, la
gente estaba esperando que llegara Elías y el Mesías en las nubes
del Cielo. ¿Por qué pensaban así? ¿Por qué tenían esa creencia?
Simplemente
estaban siguiendo la profecía de la Biblia escrita en Daniel 7:13,
"Miraba yo en la visión de la noche, y he aquí en las nubes
del cielo vería uno como un hijo de hombre, que vino hasta el
Anciano de días, y le hicieron acercarse delante de él".
Por
el gran profeta Daniel, la gente tenía toda la razón de esperar al
Mesías sobre las nubes del cielo. Los cristianos están esperando la
llegada del Señor en la misma forma hoy, en las nubes del cielo.
Juan dijo: "... muchos engañadores han salido por el mundo, que
no confiesan que Jesucristo ha venido en carne. Quien esto hace es el
engañador y el anticristo". (II Juan 7). La Biblia dice que
mucha gente negaba la aparición de Jesucristo en cuerpo. Y Juan
condenó a esa gente como el anticristo. Pero no olvidemos la
profecía del Antiguo Testamento de la venida del Hijo de Dios en las
nubes del Cielo.
A
menos que sepamos toda la verdad, nosotros, como la gente de la época
de Jesús, somos víctimas de las palabras de la Biblia.
La
gente hace dos mil años esperaba la llegada del Señor en las nubes
del cielo, asó cuando llegó Jesús en cuerpo, fue muy difícil
aceptarlo. En ese momento había discusiones entre los discípulos de
Jesús y los piadosos de Israel. "Bueno, si Jesús es el Hijo de
Dios, ¿cómo aparece como un hombre? ¡Imposible! ¿Cómo puede ser
Hijo de Dios?, lo conocemos. Es el hijo de José, el hijo de María?
¿Cómo puede ser el Hijo de Dios? El Hijo de Dios debe venir en las
nubes del Cielo". ¿Cómo podían aceptar a Jesús? ¿Sobre qué
bases? Los que creían en la palabra del Antiguo Testamento y no en
el espíritu, podían confundirse.
Entonces,
¿cómo aparecerá el Señor en los últimos días? Estamos en una
situación exactamente paralela a la del tiempo de Jesucristo. Si nos
convertimos en esclavos de la letra del Viejo Testamento, en vez de
ser libres en el espíritu del Nuevo Testamento, cometeremos el mismo
delito que cometieron los ancianos, los escribas y los fariseos hace
dos mil años.
Entonces,
puedo preguntar ¿qué haríais vosotros si el Señor volviera a la
tierra no en las nubes del cielo sino como hombre en cuerpo? ¿Qué
haríais? Os digo, el Señor en el Segundo Advenimiento aparecerá
como Hijo del Hombre de carne y hueso. Lo primero que podéis querer
decir es "Reverendo Moon, usted es un hereje". Pero
escuchad. Es importante saber de que lado estará Dios y como Dios
cumple su plan. No es importante si un hombre o sus opiniones se
consideran heréticos o no. No importa como yo veo al mundo y como
vosotros veis al mundo. Sólo importa como Dios ve al mundo.
Y
en la visión de Dios nuevamente encontramos una profecía doble con
respecto a la venida del Señor del Segundo Advenimiento. En el
Apocalipsis 1:7 se profetiza la llegada del Señor en las nubes, sin
embargo, I Ts. 5:2 dice: "Porque vosotros sabéis perfectamente
que el día del Señor vendrá así como ladrón en la noche".
Hay entonces dos profecías opuestas. ¿Qué haremos? ¿Simplemente
eligierais la profecía que os resultara más conveniente?
Quizás
el Señor aparecerá con mucho ruido en las nubes del Cielo porque la
profecía lo dice. Pero por otro lado, el Señor puede aparecer como
un ladrón en la noche. Si viene en las nubes, seguramente no puede
pasar inadvertido como un ladrón. El espectáculo de su llegada en
las nubes despertaría una tremenda atención. No puedo imaginarme
como una cosa así puede ser ocultada.
Entonces,
¿cuál es la verdad? Tenemos ante nosotros una cuestión crucial.
¿Cuál es la verdad? Cuando veamos los signos de los Ultimos Días,
la Biblia nos exhorta a meternos en un cuarto obscuro y rezar. ¿Cómo
sabremos cuando es? Los ángeles no lo saben. Jesús dijo que ni
siquiera el Hijo del Hombre podría saber cuando iba a llegar ese
día. Solo Dios sabe cuando será. Por eso tenemos nuestra respuesta
de Dios. No estoy diciendo que debáis creerme. No, sólo estoy
revelando lo que sé que es verdad, pero debéis verificar esa verdad
con Dios.
La
mayoría de los cristianos de hoy no saben qué posición tienen.
Simplemente creen en Jesús y aceptan las palabras de la Biblia.
Piensan que alguna vez Jesús vendrá en las nubes del Cielo y que
todos los verdaderos cristianos serán elevados al Cielo. De alguna
forma se reunirán con Jesús. Eso es horrible, vacío. La religión
no está allá arriba en la estratosfera.
Estoy
atestiguando que el Señor no puede aparecer en esa forma
sobrenatural. Jesucristo no puede volver de esa forma porque la obra
de Dios debe ser aquí en la tierra. La misión del Mesías es una
misión física, realista. Como hombre debe surgir desde el fondo de
la miseria humana. Debe llegar a la nación más miserable y elevar
el estatus humano desde la esclavitud a la posición de sirvientes, a
la posición de hijos adoptivos, a la posición de hijos directos,
construyendo físicamente el Reino de Dios aquí en la tierra. Esa es
la misión del Mesías.
En
los Ultimos Días dice la Biblia, no creáis a cualquiera, no me
creáis a mí, y no creáis a nadie sólo por su estatus oficial en
una iglesia o sociedad. Los líderes famosos no os darán
necesariamente la guía que Dios quisiera para vosotros. El Cielo
está tan cerca y podéis ser elevados tan alto por el espíritu que
podríais hablar con Dios y recibir la respuesta directamente de El
si sois lo suficientemente sinceros.
Hay
muchos ministros en América, muchos sacerdotes. ¿Cuántos de ellos
realmente están escuchando la vez de Dios? Estos oídos nuestros no
significan mucho, ni estos ojos sirven a ningún objetivo útil, a
menos que tengamos oídos espirituales y ojos espirituales. Jesús
dijo: "El que tiene oídos para oír, oiga" (San Mateo
11:15) y dijo a sus discípulos, "Mas bienaventurados vuestros
ojos, porque ven; y vuestros oídos porque oyen". (San Mateo
13:16) No se refería a los órganos en el sentido físico.
Cuando
uséis vuestros sentidos espirituales y escuchéis la Palabra de
Dios, encontrareis Su dirección y Su guía. Pero no es fácil
convertirse en ciudadano del Reino de los Cielos. Es muy difícil
para un extranjero convertirse en ciudadano de los Estados Unidos.
Cuanto más difícil es retirarnos de nuestra vida corrupta y
transferirnos al Reino de los Cielos. Pero podemos lograrlo.
Sabemos
que aun después de que Adán y Eva cayeran en el Jardín del Edén,
se podían comunicar directamente con Dios. ¿Creéis que desde los
días del Antiguo Testamento y del Nuevo Testamento, Dios por alguna
razón se ha vuelto sordo y mudo? No, Dios está vivo y hoy podemos
hablar directamente con El. Los Hechos de los Apóstoles dice que en
los últimos días, "... vuestros hijos y vuestras hijas
profetizarán; vuestros jóvenes verán visiones, y vuestros ancianos
soñarán sueños ..." (Hechos 2:17) Debemos saber la verdad.
Debemos saber cómo lograr ser ciudadanos del Reino de Dios. Debemos
saber cuándo vendrá el Señor y cómo llegará.
Miremos
la Biblia y aclaremos como aparecerá el Señor del Segundo
Advenimiento. En Lucas 17:20-21, los Fariseos preguntaron a Jesús
cómo vendría el Reino de Dios. Contestó: "El Reino de Dios no
vendrá con advertencia; ... el Reino de Dios, está entre vosotros".
Jesús luego dijo a sus discípulos: "Tiempo vendrá cuando
deseareis ver uno de los días del Hijo del hombre y no lo veréis".
Pero si el Señor viene en las nubes, ¿cómo podemos no verlo? Sin
embargo el Apocalipsis 1:7 dice "...todo ojo le verá, y los que
le traspasaron ..." ¿Qué puede significar esto? ¿Por qué
podemos no verlo? La única forma en que podemos perdernos ese día
es si miramos en una dirección y el Señor aparece por otra
dirección en forma completamente inesperada, como lo hizo Elías en
la época de Jesús. Esta es la razón por la cual podríais no ver
al Señor en su segunda venida.
Otra
predicción misteriosa fue hecha por el propio Jesucristo. Declaró
sobre el Señor en su segunda venida: "Mas primero es necesario
que padezca mucho, y sea desechado por esta generación". (San
Lucas 17:25) Si Cristo en su segunda venida apareciera sobre las
nubes del Cielo, ¿quién lo negaría? Nadie le causaría sufrimiento
ni dolor. La única manera en que esta profecía se puede cumplir es
si la gente espera su llegada de las nubes y él aparece de repente
como un humilde hombre. ¿Creéis que los líderes cristianos de hoy
cometerían el mismo error que los sacerdotes, los escribas y los
ancianos cometieron en la época de Jesús? ¡Sí! Bien pueden
negarlo y rechazarlo, porque la forma de su venida seria muy difícil
de aceptar para los líderes cristianos. Sin embargo, en esta forma
se cumpliría la Biblia. Primero padecerá y será reprobado por esta
generación.
Jesús
hizo una vez una pregunta muy importante "... cuando venga el
Hijo del hombre, ¿hallará fe en la tierra?" (San Lucas 18:8).
¿Cómo nos afecta esa pregunta hoy, cuando la fe cristiana cubre la
faz de la tierra? Es porque aun hoy tenemos fe, puede ser una fe
equivocada, una creencia que espera que el Señor debe venir en las
nubes del Cielo. Hay pocos hombres y mujeres en la tierra con la fe
necesaria para aceptar al Hijo del Hombre que aparezca en cuerpo. Si
ésta no fuera la situación, no se cumpliría la profecía de la
Biblia que estamos discutiendo. Por favor notad que Jesús no dijo
que no habría creyentes, sino que dijo que no habría fe. Jesús
también dijo:
"No
todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el Reino de los
Cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los
Cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no
profetizamos en tu nombre y en tu nombre echamos fuera demonios, y en
tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca
os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad". (San Mateo
7:21-23). Esta profecía no puede realizarse si su segunda venida es
en las nubes del Cielo.
En
el momento del Segundo Advenimiento, la gente gritará nuevamente:
"Señor, Señor". Al mismo tiempo pueden estar tratando de
crucificar al Mesías si aparece en forma diferente de lo que se
espera. Entonces serán los peores obradores de maldad.
Esta
es la Biblia. Los que verdaderamente tienen ojos verán. Los que
verdaderamente tienen oídos oirán. A través de la historia, Dios
ha enviado a sus profetas antes del tiempo de cumplimiento. El
advierte a la gente de Su plan. No importa cuan devota es la fe
cristiana hoy, no importa cuantos millones de personas pertenecen a
las iglesias cristianas, ellos, sus líderes y su mundo declinarán
si no aceptan al Señor, aparezca como aparezca. Este fue el trágico
destino de Israel y del Imperio Romano cuando negaron a Jesucristo,
sin tener en cuenta su probidad.
Por
lo tanto debemos estar preparados para un nuevo mensaje. Jesucristo
no vino a repetir la Ley de Moisés. Así como Jesús se reveló a
través de la nueva expresión de la verdad, el Señor en el Segundo
Advenimiento se revelará a través de la verdad de Dios para nuestra
época. Esa verdad no será simplemente una repetición del Nuevo
Testamento. Los primeros ascendientes perdieron el Reino de Dios en
la tierra. Satanás invadió el mundo y sedujo a Eva y Eva arrastró
a Adán dejando a Dios solo y separado de Sus hijos. Toda la
humanidad ha sufrido por lo tanto, el cautiverio del mal. Dios debe
establecer por lo tanto un nuevo linaje para la humanidad, para
comenzar una nueva historia. La obra de Dios es la restauración
siempre en la dirección opuesta a la pérdida original. Esto
significa que Dios debe primero encontrar a Su Adán perfeccionado,
un Adán que en lugar de traicionar a Dios, sea uno con Dios. Y luego
Adán debe restaurar a su esposa a la posición de Eva. El Adán
perfeccionado y la Eva perfeccionada unidos podrán vencer a Satanás
y expulsarlo del mundo. De esta forma los primeros ascendientes
justos de la humanidad comenzaran una nueva historia.
El
primer comienzo de Dios fue alfa. Este fue invadido por el mal, así
que El restaurará al mundo en omega. Jesús es llamado el ultimo
Adán en I Cor. 15:45. Dios quería bendecir a Adán y a Eva con el
matrimonio cuando estuvieran perfeccionados. Como pareja celestial,
podrían tener hijos de Dios. Esta vida no se realizó en el jardín
del Edén. Por eso Jesús vino en la posición de Adán. Dios tuvo la
intención de encontrar a la verdadera esposa y que Jesús se casara.
Los Padres Verdaderos de la humanidad se hubieran consagrado en la
época de Jesús y podían haber vencido y cambiado la historia de
maldad del mundo. Como Jesús no logró plasmar esa esperanza después
de dos mil años él vuelve a la tierra como hombre para completar la
misión que cumplió sólo parcialmente. Se establecerá el Reino de
los Cielos en la tierra en ese momento.
Los
cristianos están buscando a Dios sólo en su pensamiento, muy
vagamente, sólo a nivel espiritual. Tienen la esperanza de ir a
vivir al mundo espiritual y glorificarlo exclusivamente sin importar
el mundo físico. Claro que el verdadero Reino de Dios en la tierra,
será tanto a nivel físico como espiritual. Cuando Jesús oró en
Getsemaní, rogó a Dios una y otra vez que pasara aquel vaso de él,
porque sabía muy bien que si moría en la cruz, no se cumpliría la
voluntad de Dios al nivel espiritual y al nivel físico. En los
tiempos del Antiguo Testamento, cuando los israelitas elegidos por
Dios se preparaban para recibir al Mesías, formaron una nación
tanto a nivel espiritual como físico. Pero cuando vino Jesús sólo
pudo cumplir su misión a nivel espiritual, en consecuencia, queda el
aspecto físico que el Señor deberá lograr en el Segundo
Advenimiento, para así realizar el Reino de Dios en la tierra tanto
en el aspecto físico como en el aspecto espiritual.
La
pregunta es ¿quién va a cumplir la voluntad de Dios a nivel físico?
Es natural que el Señor en la segunda venida, venga representando a
Jesús y deba cumplir con esa misión, así como Jesús vino como el
Mesías representando a Adán. Jesús fue el segundo Adán y el Señor
en el Segundo Advenimiento será el tercer Adán. Este Mesías deberá
obrar de acuerdo con las bases establecidas por Jesucristo, así que
hará a nivel físico lo que Jesús hizo a nivel espiritual.
La
nueva historia de bondad comenzará así. Con la verdad de Dios y con
los Verdaderos Padres de la humanidad, un nuevo alfa comenzará en la
historia de Dios y continuará hasta la eternidad. El ideal de Dios
es restaurar a la primera familia perfectamente centrada en Dios en
la tierra. Con este modelo como centro, esta familia adoptará al
resto del mundo. Seremos como ellos, y la primera familia celestial
se extenderá, multiplicándose en el Reino de Dios en la tierra a
nivel tribal, nacional y mundial.
El
Reino de Dios será verdadero y tangible. Jesús entregó a Pedro las
llaves del Reino y dijo "... y todo lo que atares en la tierra
será atado en los cielos; y todo lo que desatares en la tierra será
desatado en los cielos". (San Mateo 16:19) Asé que el logro en
la tierra debe preceder al cumplimiento en el Cielo; el Reino de los
Cielos se logrará primero en la tierra. En este momento solo un
espacio intermedio en el mundo espiritual está abierto. Se llama
"Paraíso". Jesús y sus discípulos viven en el Paraíso y
aun ellos no pueden entrar en el Reino de los Cielos hasta que sea
establecido en la tierra. Una razón para esto es que el Reino de los
Cielos no es para individuos sino para la familia de Dios, para el
padre, la madre y los verdaderos hijos de Dios.
Si
en el mundo Cristiano la gente se apega a las antiguas tradiciones,
¿pueden ir con el Mesías al mundo de la nueva dimensión? Hasta el
momento, la gente se ha sentido segura creyendo en Cristo sólo en la
creencia están arraigados a la creencia. Pero cuando Jesucristo
aparezca nuevamente no sólo deben creer en él, sino que deben
seguirlo. Si recibierais a Jesucristo, ¿querría él que vosotros
simplemente lo aceptarais como el Cristo y creyerais en él, o
querría que lo conocierais, comprendierais su corazón y lo
siguierais? El querría que lo conociéramos y lo entendiéramos en
su corazón. E incluso querría que actuarais en lugar de él,
haciendo lo que él dijera. El Señor no aparecerá milagrosamente en
las nubes del cielo, porque Dios envía a su Hijo para restaurar las
cosas que se perdieron en la tierra. ¿La humanidad preferiría
recibir un Mesías que viniese dramáticamente en una nube, sin
enseñar ni ser todo lo que Jesús fue, o un Mesías que viniera
normalmente pero que pudiera trasmitir todos esos conocimientos
valiosos? Por cierto, valoraríamos el segundo tipo de Mesías.
Hasta
ahora, la mayoría de las personas pensaba en el Cristianismo en
términos de su grupo, su propia nación, pero de ahora en adelante,
nuestro enfoque debe ampliarse, alcanzando a todo el mundo. El
enfoque de nuestro pensamiento debe ampliarse para así alcanzar a
todo el mundo. En el seno de la iglesia Cristiana debemos tratar
problemas del mundo que trasciendan los limites nacionales para poder
recibir cosas de nueva dimensión. Incluso debemos crear una nueva
dimensión de cultura. El Señor en el segundo advenimiento viene
para todo el mundo, para la salvación de todo el mundo. Entonces los
que lo siguen, deben recibir su idea y pensar en términos del mundo,
no del individuo. Si Jesús estuviera aquí, ¿se sentiría contento
cuando viera que se crearon numerosas denominaciones cristianas? El
Cristianismo surgió a partir de su enseñanza que fue una y no
muchas. Entonces ni Dios ni Jesús se sienten contentos cuando ven
muchas denominaciones cristianas en desacuerdo. Dios no envió a
Jesús para crear tantas denominaciones cristianas. Entonces cuando
Jesús ve que hay tantas denominaciones creadas a partir de el, debe
sentirse responsable de ese hecho. Entonces si aparece un grupo de
personas que piensa en la salvación del mundo entero y trabajan por
ese objetivo, Jesús estará contento con eso y vendrá a ayudarnos y
Dios también vendrá a ayudar a ese grupo. La gente puede no conocer
los datos y detalles de ese grupo, pero como la voluntad de Dios se
manifiesta en ese grupo, tanto Dios como Jesús actuarán a través
de ese grupo, en el grupo.
Creo
que mi mensaje es absolutamente simple y claro. Dios pretendió
comenzar la historia de la bondad con Adán y Eva; pero cayeron. Dios
se esforzó para restaurar la historia y comenzar de nuevo con
Jesucristo. Pero la gente de su época no tuvo fe y no le dio su
oportunidad. Por lo tanto la promesa del retorno de Jesús se
cumplirá. El Mesías está destinado a venir a la tierra como el
Hijo del Hombre en cuerpo. Viene como el tercer Adán. Tendrá una
esposa y a través de ella, traerá el día más feliz del matrimonio
celestial, referido como la "Cena de las Bodas del Cordero"
en el libro del Apocalipsis. Cumplirán el rol de Padres Verdaderos.
Se establecerá el verdadero linaje de Dios y se podrá entonces
lograr literalmente el cielo en la tierra.
La
base para el Mesías tiene que ser el Cristianismo porque el
Cristianismo es la única religión que entiende que la verdadera
naturaleza de Dios es la de Padre. Jesús fue el único hombre que se
llamó a sí mismo el Hijo unigénito de Dios. Ninguna otra religión
se basa en tal enseñanza. Jesús fue realmente el Mesías porque
Dios era su Padre y el era su Hijo unigénito. Por lo tanto la
religión que fundó debe ser la base para la segunda venida del
Mesías, cuando se cumplirá el amor original. Centrada en el amor
original, el Cristianismo crea la familia divina del Padre, del Hijo,
hermanos y hermanas unidos en Cristo, este concepto de familia tenía
que ser lo principal del designio de Dios hasta el momento de su
total cumplimiento.
El
Cristianismo tenía que convertirse en la religión más divulgada
del mundo porque Dios tiene un plan para cumplir su designio a través
de ella. Desgraciadamente, el Cristianismo tradicional fue mal
conducido por poseer una teología incorrecta. Existen muchas ideas
erróneas como que Jesús vino sólo a morir. Asimismo, muchos
cristianos se contentan con preocuparse sólo por su salvación
individual, sin tener en cuenta los asuntos de este mundo, por su
propio pequeño cielo. El concepto de ser salvado sólo por la fe es
una visión parcial, además de tener fe, se debe cumplir con el amor
para ir al cielo. Sin el poder del amor, la persona no puede
separarse del vínculo satánico.
Por
esta razón, Dios prometió a la humanidad que el segundo Mesías
vendría como representante de su amor original, trayendo la
liberación del vinculo satánico. ¿Cómo podéis reconocer al
segundo Mesías? El Mesías enseñará este principio punto por
punto, deletreándolo. La Biblia promete que cuando llegue el fin del
mundo, ya no se nos enseñará por medio de símbolos y parábolas,
sino que aprenderemos directamente del Padre (San Juan 16:25). De eso
se tratan las enseñanzas de la Unificación, eso es lo que estáis
recibiendo.
La
relación entre el esposo y la esposa se encuentra en el corazón del
Cristianismo. En sentido espiritual, las iglesias cristianas deberán
prepararse con la actitud de una esposa. Cuando llegue el Mesías al
final de los tiempos, será el esposo viviente que toda la humanidad
deberá recibir. Aunque tal vez hayamos entendido este concepto, no
asumimos nuestra responsabilidad. La voluntad de Jesús y la voluntad
de Dios han sido muy mal representadas durante 2.000 años. Las
iglesias no han cumplido con la voluntad de Dios. En consecuencia,
tiene que surgir un Cristianismo nuevo como preparación para la
venida del Mesías y las iglesias actuales que se han desviado de la
voluntad de Dios deberán revitalizarse. Debe surgir ese Cristianismo
verdadero. ¿Qué forma debe tomar ese nuevo Cristianismo?
El
nuevo Cristianismo debe ser la más alta forma de religión,
adaptándose perfectamente al criterio de la religión verdadera de
Dios. Los cristianos deben cumplir tanto los designios del Mesías
como los de Dios. Para hacerlo deben elevarse a la posición del
Mesías y literalmente salvar al mundo. Su actitud debe ser: "por
el mundo debo convertirme en sacrificio", "por Dios puedo
sacrificar a mi Iglesia Cristiana". Centrarse en Dios significa
absoluta obediencia, nosotros los cristianos debemos lograr la unidad
entre Dios y la humanidad en la realidad aquí en la tierra. Como
Adán y Eva restaurados, debemos ir más allá del cumplimiento en el
Jardín del Edén; para restaurar su fracaso debemos hacernos
superiores en la obediencia, en la confianza y en el amor. Para ello
debemos ir más allá del limite de nuestras vidas.
Cuando
Jesús ascendió al cielo, trajo al Espíritu Santo que es la madre
espiritual. Eva dio nacimiento a hijos pecadores, pero el Espíritu
Santo viene a darnos el renacimiento espiritual. A través del poder
del amor, un padre y una madre crean nueva vida y lo mismo sucede en
el proceso del renacimiento. Cada persona debe volver al lugar del
origen y nacer de nuevo, comenzando como cuerpo, sangre y hueso en el
Padre. Así que deben volver al cuerpo de Jesús en una vida sin
pecado, de sacrificio. Si amáis a Jesús y sabéis que es vuestro
Padre espiritual , entonces debéis querer entrar en su corazón y
nacer de nuevo como su cuerpo y su sangre. Ese es el deseo que debéis
tener.
A
través de la vida de sacrificio podéis volver al origen, a la misma
fuente de vuestra vida. Una vez fuisteis carne y hueso de vuestro
padre y de vuestra madre. Si amáis tanto a Jesús que nada más en
este mundo os importa, podréis entregarle totalmente vuestro corazón
y vuestra alma. En ese momento vendrá el Espíritu Santo y os dará
el renacimiento, entonces renaceréis como hijo o hija espiritual de
Jesús. Ese es el proceso del renacimiento en el Cristianismo. Es la
esencia del Cristianismo, pero elevará a la persona sólo al nivel
de hijo o hija adoptivo.
No
fuimos creados sólo con un espíritu sino que tenemos un cuerpo. El
ultimo paso que nos queda es volver a nacer, no solamente en
espíritu, sino en cuerpo y espíritu conjuntamente. El cuerpo de
Jesús es necesario para ese propósito y él debe regresar como
persona viviente. Hasta ahora, el Cristianismo sólo ha ofrecido la
oportunidad del renacimiento del espíritu. Ahora en la nueva era
cuando Jesús vuelve como el segundo Mesías, se nos dará el poder
de renacer también en Cuerpo. Cada persona necesita este
renacimiento físico antes de ir al mundo espiritual. Además, el
requisito para entrar al Reino de Dios en el cielo es que seáis
elevados a la categoría de hijos e hijas de Dios, amando al mundo
como lo ama Dios.
No
podemos dudar que el Cristianismo hoy está en crisis. Es una crisis
paralela a la de la época de Jesús, en que las instituciones
religiosas establecidas fallaron al Hijo de Dios. En el mundo actual
la tradición se ha transformado en un obstáculo y las religiones no
tienen forma de avanzar, sus disciplinas o tradiciones anteriores son
demasiado estrechas para abarcar al mundo. Por eso es que la juventud
está tan rebelde en su búsqueda de una atmósfera más abierta.
Cuando observamos el desequilibrio y la contradicción entre el mundo
laico y el religioso, sólo podemos concluir que si Dios está
involucrado con este mundo, entonces ha llegado el momento de que
tome alguna actitud extraordinaria, revolucionaria, para cambiar
totalmente la concepción de la religión.
Dios
debe concebir alguna religión universal. Porque el mundo está
pronto, ya es tiempo que Dios inspire una religión así. Sin esta
religión, el mundo actual no puede tener ninguna esperanza para el
futuro. Dios debe tener una solución para el mundo laico y el mundo
religioso conjuntamente ya que es responsable de ambos. ¿Qué camino
tomaremos? Tenemos que cambiar o primero el mundo laico o primero el
mundo religioso. Por cierto que las religiones deben mostrarnos el
camino a través del surgimiento de una religión universal.
El
primer problema que plantea esta revolución religiosa es la
resolución de la división y el antagonismo religiosos. ¿Querría
Dios que todas las personas religiosas se unieran? El objetivo
universal de la humanidad es la hermandad del mundo - la familia
humana. Un nuevo movimiento religioso con esa visión y ese objetivo
debería comenzar.
Las
personas religiosas son siempre un problema para los que están en el
poder. Dios es siempre su objetivo. Por ello pueden ir más allá de
las fronteras nacionales, raciales y culturales. Son personas con las
que es imposible tratar porque el sentido aceptado del juicio no se
aplica a ellos. A través de la historia, las soberanías siempre se
han sentido amenazadas por nuevos grupos religiosos. Son personas
difíciles de tratar porque no pueden ser controladas. Decirles "los
mataremos" no constituye una amenaza para ellos. Contestarán:
"Háganlo".
Por
lo tanto, a medida que surgieron nuevas religiones a lo largo de la
historia, los gobiernos generalmente se opusieron a ellas. Siempre
quisieron liquidarlas antes de que crecieran demasiado. Una nación
soberana se ocupa solamente de la integridad de su territorio, pero
las personas religiosas van más allá de los limites de la nación.
Las personas religiosas no se preocupan de si existe un enemigo al
lado. Incluso pueden abrir la puerta del campo enemigo. Esto preocupa
a los gobiernos . Los gobernantes de las naciones siempre consideran
a las personas religiosas como un gran problema.
E
incluso hoy la juventud está buscando valores espirituales. No
existe otro modo de que puedan encontrar lo que quieren. Además, el
interés creciente en la religión se refleja en el aumento de
inscripciones en las escuelas religiosas. Esta es una indicación de
que las personas que no pudieron encontrar soluciones laicas están
volviendo atrás para buscar una vida religiosa. Hace mucho que
predije que esto sucedería y que el año 1976 sería el punto
culminante en la historia de los Estados Unidos. A partir de ahí, la
búsqueda de soluciones espirituales más que materiales para los
problemas de esta nación se intensificará. Reconocemos esta crisis
en nuestra época y también podemos ver el día brillante de la
nueva esperanza.
Estamos
realmente viviendo una época extraordinaria en la historia humana.
Estamos en una posición de salvar y liberar a Jesucristo y finalizar
su angustia. Podemos estar en una posición incluso de liberar a
Dios. Somos los que podemos asegurar a Dios Su felicidad, Su alegría,
Su paz. Vamos a liberar el corazón de Dios de Su angustia y de Su
tristeza. Y al hacerlo liberaremos a toda la humanidad de su carga y
de su tristeza. Finalmente podremos eliminar a todo el mundo satánico
de este mundo.
Sobrellevamos
nuestra cruz como seres vivientes. En nuestra situación sería
posible quejarnos. Pero debemos ir más allá de eso. Debemos
realizar un milagro y éste debe ser tal que sin morir, podamos
lograr ese objetivo - éste es el milagro. Si tenéis esa fe, ese
compromiso, entonces cuando os vais, Dios está con vosotros. Su
poder es vuestro. Dios ha estado conmigo cuando he tenido esta
intención, esta fe, y este amor. Dios me acompañó en cada paso
cuando recorrí mi camino. En igual forma, Dios estará con vosotros.
Esta
es la época del despertar espiritual. Quiero que abráis los ojos y
los oídos para percibir la verdad. En esto consiste mi esperanza:
que compartiendo este mensaje con vosotros, podamos unirnos para
prepararnos para el día glorioso de la llegada del Señor.
Consideremos el Dios de la Historia, comprendamos al Dios de la
Providencia y unámonos al Dios viviente en nuestras propias vidas.
La
critica más importante que me hacen los Cristianos es que yo me
presento como el Señor del segundo advenimiento. Pero nunca he dicho
eso. Se crearon rumores como ése. Los cristianos han estado
esperando todos estos años la segunda venida, en consecuencia
deberían tener la amabilidad de venir a averiguar por sí mismos si
nuestros adeptos poseen una razón válida para extender un rumor
así. Si lo hubieran hecho seriamente, el Cristianismo no se
encontraría en la situación en que se encuentra. Algunos cristianos
sostienen que somos herejes. Pero os digo que ésta no es una herejía
común. Soy un superhereje a sus ojos, y lo más asombroso es que
Dios quiere a este superhereje.
Desde
que Jesús murió han nacido niños en este mundo. Aunque son hijos
del pecado, son hijos de Dios y necesitan ser restaurados, pero no ha
existido un árbol de la vida del que puedan descender físicamente.
El fin del mundo se aproxima no sólo para los cristianos, sino para
todas las personas del mundo. La nueva historia de Dios comenzará
con la llegada del Señor. Benditos aquellos que lo vean y lo
acepten. La esperanza del Cristianismo consiste en reconocer, recibir
y aceptar al Señor en el segundo advenimiento. Nos ha llegado la
oportunidad a todos. La mayor oportunidad que se nos pueda presentar
a lo largo de toda nuestra vida se nos ha presentado ahora. ¡Os
ruego que seáis humildes y sintáis esta gran nueva esperanza!
Ni
el conocimiento, ni la posición, ni el poder económico, ni nada,
nada puede agradar a Dios tanto como vuestros corazones llenos de
amor por Dios solamente, que Lo harán llorar - eso solamente puede
conmover Su corazón - si podéis negaros a vosotros mismos,
sacrificaros, y estáis dispuestos a confortar Su corazón, Su
corazón dolorido - sólo entonces, con lagrimas en los ojos, Dios
confiará en vosotros y os amará. Si estáis dispuestos a morir, si
le decís a Dios "cualquiera que sea el lugar que me tienes
reservado para morir, allí me dirigiré y estoy dispuesto a negarme
a mí mismo, estoy dispuesto a morir por otras personas por Tu
causa", y si realmente os lanzáis a ese lugar dispuestos a
sacrificaros, entonces Dios podrá confiar en vosotros. En ese caso,
estaréis en una posición similar a la de Jesús, rezando en el
jardín de Getsemaní: "Padre mío, si no puede este vaso pasar
por mi sin que yo lo beba, hágase tu voluntad". Y si vais a
actuar totalmente de acuerdo con la voluntad de Dios sólo entonces,
El creerá en vosotros. Aunque ha sido traicionado por tanta gente,
cuando Jesús oró a Dios diciendo: "Puedes hacer lo que te
plazca conmigo, yo Te seguiré", entonces, Dios le diría a
gritos a Jesús: "Tu te me pareces, te restauraste a Mi imagen y
semejanza". Sólo en ese caso puede Dios confiar en la persona.
Aunque
Dios pueda tener que perder a todo el mundo, a toda la nación, a
toda la tribu, a todo el clan, a toda la familia - si le queda una
sola persona que tenga esa actitud, esa devoción por el amor de Dios
y unidad con Dios, Dios estará complacido con esa persona, formando
la base en el amor de Dios, Dios se sentirá complacido con esa
persona. A partir de esa persona, Dios puede ampliar el espectro de
Su amor y la esfera de Su amor abarcando al mundo entero nuevamente.
En
otras palabras, debemos parecemos a Dios en todos los aspectos. Si
analizamos o disolvemos a Dios quedará sólo una cosa y ella es el
amor, el amor de Dios. Debemos estar dispuestos a sacrificarnos por
este gran amor. Aun si tenemos que morir en el mar, morir en la
montaña, morir en un profundo valle de oscuridad, cualquiera sea el
lugar en el que debamos morir; o si otras personas nos matan por esta
gran causa, debemos estar dispuestos a hacerlo, y esa será nuestra
determinación. Por esa razón Jesús dijo en la Biblia "El que
quiera salvar su vida, la perderá y el que esté dispuesto a perder
su vida por mí, la salvará".
Espero
que consideréis estas ideas seriamente y oréis a Dios. El os
responderá.
EL
CAMINO QUE ESTOY SIGUIENDO
20
de julio de 1984 (Antes de la partida
para Danbury)
¡Mi
fe no cambiará vaya adonde vaya! Decir que vuestra fe no cambiará
implica decir que vuestra mentalidad no cambiará. Por la misma
razón, el mundo que quiero no cambiará tampoco, vaya adonde vaya,
en cualquier parte del mundo, mi vida será la misma.
Como
no disponemos de mucho tiempo hoy, me gustaría daros una conferencia
breve y simple. La obra de Dios consiste en lograr la unidad. Si la
caída no hubiera tenido lugar, cada hombre y cada mujer hubiera
experimentado la unidad de la mente y del cuerpo. Entonces se hubiera
logrado el ideal a través de la unión del hombre y la mujer en el
matrimonio.
Sin
embargo, el mundo en que vivimos aun no ha logrado la unidad El
inmenso mundo no es nada más que la extensión de los hombres y
mujeres considerados individualmente. Casi ninguna persona puede
afirmar que su mente y su cuerpo están siempre unidos, entonces el
mundo en que vivimos no es el mundo que Dios quería. Es en cambio,
el mundo de los pecadores.
Como
no existen a nivel individual hombres ni mujeres perfectamente unidos
en mente y cuerpo, no existen familias que sean perfectas y tampoco
existen sociedades, naciones o mundo que sean perfectos. Toda vez que
una persona logra la unidad de cuerpo y mente, su relación con Dios
será perfecta. Cuando esos hombres o esas mujeres se unen, Dios se
transforma en el sujeto o el centro de esa pareja. Si una tribu
determinada logra una unidad total, entonces Dios se transformará en
el centro de esa tribu en particular. En consecuencia , no importa
cuanto crezca la población, porque Dios quiere transformarse en el
centro de todos.
Cuando
Dios se transforme en el sujeto y el centro de cada uno de los
individuos, se logrará el mundo unificado, tendremos a la nación
unificada, a las comunidades unificadas, a las tribus unificadas, a
las familias y así sucesivamente. ¿Creéis que a Dios le gustaría
recorrer el mundo una vez que se logre la unificación del mundo ? ¿O
se contentaría con hacerlo en cualquier etapa intermedia, tal vez a
nivel de tribus o de naciones unificadas? ¿Qué creéis? Por cierto
que Dios esperaría para recorrer el mundo hasta que éste se
encuentre totalmente unificado. ¡Estoy seguro de que Dios está
pensando en este momento que el Reverendo Moon interpreta muy bien
sus deseos!
¿Cuál
es el camino que recorro? Mi misión ultima como hijo de Dios es
lograr la unidad de todo el mundo. Si no hubiera habido caída, Dios
nunca hubiera tenido problemas en visitar este mundo. Todas las
personas hubieran logrado la perfección y automáticamente hubieran
dado la bienvenida a Dios. No hubiera importado cuantos millones de
personas hubieran nacido, todas habrían sido incorporadas al mundo
unificado.
Dios
se ha esforzado tanto para lograr la unidad a nivel de familia, de
clan, de tribu, de nación, y del mundo. Y si Adán y Eva no hubieran
caído, habrían creado en forma automática esa familia, esa tribu,
esa nación y ese mundo unificados. Si esa hubiera sido la realidad,
entonces Dios viajaría a todas partes regocijándose por la unidad.
Fuera donde fuera, estaría con su pueblo.
Debido
a la caída se crearon barreras y divisiones a todos los niveles en
todo el mundo. Ahora Dios tiene que tratar con un mundo dividido y
ésa es la tragedia tanto de Dios como de la humanidad. Dios no es el
centro de este mundo compartimentado y dividido; en su lugar reina
Satanás. Cada relación implica un conflicto que se da en primer
lugar en la mente y en el cuerpo de cada individuo. Nadie ha podido
eliminar las causas principales de los conflictos en este mundo.
Existen
conflictos entre los hombre y las mujeres, entre familias, tribus y
naciones. Existe el conflicto entre Oriente y Occidente. Como paladín
de la división, Satanás sabe precisamente como dividir al mundo. En
consecuencia, debe aparecer un hombre divino que posea poderes para
lograr la unidad y vencer el poder de la división. Cuanto regocijo
ello causaría a Dios.
Han
existido muchos santos a través de la historia y siempre fueron
unificadores . Ante la adversidad siempre pudieron evitar la
división. Entre todos ellos, el más grande fue Jesucristo. Jesús
fue el Hijo de Dios y vino a unificar el mundo con el mayor poder de
unificación nunca antes visto. Traía la unidad entre las razas y
las culturas. Podría haber logrado la unidad aun entre sus enemigos,
las fuerzas de Satanás que trataron de destruirlo. Quiero que
entendáis que Jesús oró por sus enemigos en la cruz porque su
propósito y su misión más importantes eran lograr la unidad entre
todos.
Sin
embargo, cuando Jesús cargaba la cruz, se encontró solo; sus
discípulos no lo apoyaron, la nación elegida no lo apoyó y el
Imperio Romano tampoco. Estuvo totalmente solo. Pero en la
actualidad, ¿qué hace el Reverendo Moon? El Reverendo Moon vino a
traer la unidad a esta era moderna. Es un unificador, usa todos los
medios para lograr la unidad. Así, no importa lo que tengamos que
enfrentar, lo lograremos. Las fuerzas de Satanás tratan de dividir a
los adeptos del Reverendo Moon (Moonies) y tratan de dividir al
Cristianismo, pero no lo lograrán.
Todo
el mundo está pendiente de la Iglesia de la Unificación, del
Reverendo Moon y de la Señora Moon. Muchas personas sienten
curiosidad sobre la Señora Moon y como reacciona ante lo que ha
ocurrido recientemente. También se preguntan si la Iglesia de la
Unificación esta hecha trizas y no se encuentra destruida. Pero muy
por el contrario, la Iglesia de la Unificación se ha fortalecido en
estas circunstancias tan difíciles. Si mi esposa derrama lagrimas,
éstas no son lagrimas de tragedia ni de derrota, son las lagrimas de
la unidad, lagrimas que traerán esperanza para el futuro.
El
método de Dios siempre ha sido ser golpeado y luego restaurar una y
otra vez a través de la historia. Así, podemos llorar algunas veces
sabiendo que nuestras lagrimas nos traerán gran determinación y
esperanza, que nos permitirán lograr la victoria final. Pero si nos
volvemos derrotistas nunca seremos capaces de recibir las bendiciones
ultimas de Dios. Sólo serán merecedores de esas bendiciones ultimas
aquellos que sobrelleven el sufrimiento y nunca vacilen, aquellos que
continúen hacia adelante.
Aunque
toda América se oponga al Reverendo Moon, nunca será derrotado.
Estoy dispuesto a recibir la bendición que va más allá que
cualquier bendición de este país. Crecemos día a día, hoy somos
más grandes que ayer y mañana seremos más grandes que hoy. Si Dios
me indica un camino a seguir para que yo logre la unidad de cuatro
mil millones y medio de personas en este mundo, no dudaré ni un
instante en recorrer ese camino.
Cuando
la Suprema Corte rechazó nuestra revisión del 14 de mayo, nunca
vacilé en preguntarle a Dios, "¿por qué camino deseas
llevarnos ahora?" Desde entonces, en los dos últimos meses
muchos Cristianos han logrado la unidad. Hoy recorro el camino del
encarcelamiento y le pregunto a Dios: "¿Qué es lo próximo que
me deparas? Hágase tu voluntad y trae la unidad de toda la humanidad
centrada en los Padres Verdaderos". Sé que vaya donde vaya,
encontraré personas que me seguirán; los extraños me seguirán,
aun más allá de la Iglesia de la Unificación.
Cuando
suba la colina, el mundo unificado me dará la bienvenida. Los miles
de millones de personas formarán una unidad. Existe un camino para
que Dios venga y habite con la humanidad. Por primera vez se logrará
nuestra unidad con Dios.
En
consecuencia recorro el camino de la cruz con esperanza y el
pensamiento de una victoria total. Nos encontramos aquí juntos
personas de culturas distintas y de cinco colores diferentes de piel.
Debéis uniros a medida que me seguís. Vosotros padres con hijos
debéis seguirme con toda vuestra familia unida. Todos los miembros
de todo el mundo debéis seguir unidos; ese es el único modo en que
podéis seguirme. Debido a este día tan importante existe gran
esperanza de lograr la unidad comenzando por los miembros de la
Iglesia de la Unificación y extendiéndose al resto de la humanidad.
Debido a este día, la unidad será realidad. Se volverá más y más
importante.
Este
es un día glorioso, victorioso e histórico. Por esa razón no
quiero ser despedido con lágrimas. Si las lágrimas os brotan
espontáneamente, no deben ser lágrimas de tragedia. Deben ser
lágrimas de determinación que me digan: "Confía en nosotros.
Lograremos una victoria cien veces mayor en los días venideros".
Quiero que entendáis que si sentís tristeza en vuestros corazones
hoy, existe sólo una forma de aliviarla. El día en que vuelva
podréis compartir conmigo los miles de personas que lograron la
unidad mientras yo estaba ausente. Esa es la única forma en que
seréis dignos de vuestras lágrimas.
Voy
a prisión para lograr el propósito de la unidad. Desde la prisión
me esforzaré aún más para lograr una unidad mayor dentro del seno
del movimiento de la Unificación y de la comunidad Cristiana.
También me esfuerzo por lograr la unidad entre el movimiento de la
Unificación, la comunidad Cristiana y otras religiones. Ese es el
propósito de mi ida a prisión hoy.
En
consecuencia, mi deseo es que todos vosotros os unáis. A menos que
poseáis esa unidad interna, estáis haciendo una invitación para
que venga el infierno. Cuando estéis unidos, se os abrirán todas
las puertas del mundo.
Cuando
Jesús fue crucificado, fue al infierno primero y abrió todas las
puertas allí. Hoy llevo mi cruz, pero no moriré. Abriré las
puertas del infierno como persona viva. A partir de ello, la
resurrección y el Pentecostés llegarán. Así es como entiendo el
significado del día de hoy.
El
Dios viviente nunca muere. En consecuencia mi cruz sólo traerá la
unificación y la victoria. Las puertas de ciento veinte naciones se
abrirán de hoy en adelante dependiendo de como actuéis. Hoy me voy
como paladín, para lograr la unidad de toda la humanidad, así como
la unidad del paraíso y la sierra.
Debéis
heredar mi espíritu y mi tradición. Ello significa que debéis
también transformaros en unificadores, uniéndoos y ayudando a otros
a unirse. Hasta nuestras bodas múltiples como la de las seis mil
parejas son ejemplos simbólicos de mi esfuerzo para lograr la unidad
de los pueblos de seis continentes que poseen lenguas, culturas y
colores de piel diferentes. Los miembros de la Iglesia de la
Unificación comparten todos el mismo sentimiento. Nuestro objetivo
es cumplir la voluntad de Dios Y la voluntad de Dios es lograr la
unidad de todos los pueblos. ¡Estamos en marcha para lograr ese
objetivo!
El
sufrimiento y la cruz no me dominarán. Enfrento todas las
dificultades y las venzo con mi determinación. Abro nuevos caminos
hacia los horizontes de esperanza y más allá hacia la victoria
completa. Aún si llegara el momento de renunciar a mi vida,
renunciaré en nombre de la unidad de la humanidad. Entonces, Dios me
erigirá un monumento como paladín de la unidad. Por cierto que
cualquiera que muriera en esas circunstancias conmovería
profundamente el corazón de Dios. En consecuencia no os preocupéis.
Cuando
Jesús llevaba su cruz, dijo a la gente que no llorara por él. Les
dijo que lloraran, en cambio por sus hijos, su propio pueblo, su
nación y por el mundo. Jesús podía ver la desgracia que amenazaba
al mundo. Quiero que entendáis que aunque pocas personas se
encuentran hoy aquí, escuchándome, existen muchas personas en todo
el mundo que derraman sus lágrimas en oración, desahogando sus
corazones por la voluntad de Dios.
¿He
peleado una batalla inútil? No, a medida que luchaba para lograr
este sueño aparentemente imposible, supe que el mundo entero se
reuniría por fin alrededor mío. De ahora en más podréis salir y
gritar al mundo y se conmoverán todos los corazones ... Se
despertarán sus conciencias y podréis unir vuestros corazones a los
de ellos.
Trabajando
para lograr mayores niveles de unificación, obtendremos éxitos
mayores . No declinaremos. En este momento me voy y vosotros
permanecéis aquí. En este momento os comprometéis a ser la fuerza
catalizadora para lograr la unidad del mundo. La Iglesia de la
Unificación no está sola; existen muchas personas y grupos que
están de nuestro lado ahora. Ha llegado el momento en que la gente
dejara de burlarse y de despreciar a los adeptos de Moon. Ahora os
admirarán y reconocerán que tenéis un gran líder. Este es el
momento para nuestra unificación . Debemos ponernos de pie y
esforzarnos en el logro de nuestros objetivos.
Cuando
amanezca, podremos ver el hermoso sol brillando en el este. Quiero
que entendáis que el amanecer se aproxima al mundo. Ahora los rayos
del sol brillan con más y más fuerza y marcharemos hacia adelante
para siempre. Primero debe brillar el sol del individuo; entonces el
individuo hará brillar el sol de la familia, luego el sol de la
nación y por ultimo el sol del mundo y del universo. Esa es la forma
en que creceremos.
Así
que no hay tiempo para descansar y por cierto que no tenemos tiempo
para llorar y sentimos desesperados. Sólo tenemos un camino para
recorrer el camino de la determinación y de la acción. ¿Por qué
ello es así? Es así porque somos los paladines y debemos liberar a
Dios a través de la unificación. A partir de esa liberación
tendremos un dominio verdadero sobre la creación. A partir de ese
punto, el Reino de Dios en la sierra será una realidad. Lo sé con
toda certeza. Ese es el objetivo que quiero lograr hoy.
Hasta
el momento hemos preparado un recipiente, ahora tenemos que preparar
el contenido del mismo la victoria de Dios. Estoy a la vanguardia de
las líneas en marcha que llevan ese contenedor. Yo simplemente
marcho al frente de esa línea, pero todos los que me siguen van en
la misma dirección y persiguen los mismos propósitos. Vosotros y yo
tenemos la misma misión de obtener la unidad del mundo. Esa es
nuestra tarea. Abriré las puertas del infierno, en consecuencia
mientras lo hago, vosotros debéis cuidar del mundo. La unificación
es vuestro deber y objetivo sublime.
Quiero
que entendáis que voy a prisión a nivel mundial esta vez. Ya he
estado en prisión pero a nivel individual, familiar y nacional. Este
es mi destino. Jesús dijo a las personas, si queréis seguirme,
seguidme con vuestra cruz. Por lo tanto, si queréis seguir al
Reverendo Moon, debéis cargar la cruz universal. Una vez que hayáis
obtenido la victoria con la cruz universal, podréis venir a mi.
Después de que vosotros seáis victoriosos llevando vuestra propia
cruz, entonces podré abandonar la prisión. Quiero que entendáis
eso.
Cuando
me encontraba en prisión en Corea del Norte, mi madre fue a
visitarme. Camino cientos de millas a través de la península y
cuando me vio se puso a llorar muy fuerte. En ese momento, le grité
a mi madre, llamándola por su nombre en lugar de madre, "no soy
sólo tu hijo. Solo me trajiste al mundo. Soy un hijo de Dios - tu me
trajiste al mundo, en consecuencia deberías ser tan grande como tu
hijo. No puedes ser cobarde o débil. Debes mirar hacia el futuro con
valor y darme coraje".
Hoy
os digo lo mismo. Nunca os comportéis cobarde o débilmente. Debéis
ser orgullosos y valientes. Aun sin vuestro estimulo recorreré los
caminos más altos de un hijo de Dios. Así en lugar de venir a
visitarme, salid al campo de batalla. Salid y traed la unidad al
mundo. No perdáis el tiempo en visitarme en la prisión sino que
traed la victoria para Dios en el mundo.
¡Ahora
mostradme vuestra determinación poniéndoos de pie y dando tres
hurras!
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