sábado, 10 de diciembre de 2016

La Unificacion del mundo y la responsabilidad de la humanidad




LA UNIFICACION DEL MUNDO Y 
 
LA RESPONSABILIDAD DE LA HUMANIDAD


Sra. Hak Ja Han Moon

Presidenta de la Federación de Mujeres por la Paz Mundial
Este discurso fue pronunciado el 10 de Abril de 1992 en el encuentro inaugural de la Federación de Mujeres por la Paz Mundial, en Seúl, Corea

Distinguidas invitadas, representantes de la Federación de Mujeres por la Paz Mundial de setenta países, líderes y miembros de la Federación de Mujeres por la Paz en Asia:
Quiero en primer lugar mostrar mi más sincero agradecimiento a la gran audiencia reunida aquí para esta magnífica ocasión: la fundación de la Federación de Mujeres por la Paz Mundial y la celebración del congreso de Seúl organizado por la Federación de Mujeres por la Paz en Asia. Con vuestra presencia estáis garantizando las mayores bendiciones para el futuro de nuestra Federación, y animándonos a reforzar nuestro empeño en lograr la paz mundial.
Quizás sea ésta la primera vez en que un grupo de mujeres hayan tomado la iniciativa en reunir a tantas otras mujeres en un mismo lugar. Estoy plenamente convencida de que, a partir de este día, las mujeres de todo el mundo llegarán a entender el noble papel que Dios nos ha encomendado, abriéndose el camino para la construcción de un mundo ideal lleno de paz, felicidad y libertad. En esta señalada ocasión, me gustaría hablar sobre "la Unificación del Mundo y la Responsabilidad de la Humanidad".
Quiero exponer mi mensaje guiándome por las enseñanzas del reverendo Moon, las cuales se guían por el corazón de Dios, que transciende pasado, presente y futuro. Mis palabras van a ser una declaración ante el cielo y la tierra, con la historia como testigo. Las palabras que pronunciaré hoy puede que sean novedosas para algunas de vosotras, pero hablan de los secretos del cielo que todas las mujeres de hoy necesitamos comprender.
La historia empezó en un estado de enfermedad
Vivimos en un mundo enfermo cuya destrucción es inevitable. Cada día estamos más cerca de su último aliento.
Para encontrar el origen de esta enfermedad debemos remontarnos a los primeros antepasados humanos que perdieron su posición en el paraíso. Nuestros progenitores contrajeron una enfermedad grave. En términos religiosos, este hecho es conocido como la Caída del Hombre. La historia, por tanto, empezó en un estado enfermizo. Esta enfermedad y Satán han sido el centro de la historia humana.
La tragedia de la historia humana tuvo su origen en Satán, el señor del mal, quien mantuvo una posición opuesta al ideal de la creación de Dios. El matrimonio de Adán y Eva, dio lugar a una descendencia de maldad. La humanidad heredó inevitablemente el amor, la vida y el linaje de Satán. Los órganos genitales, con los que marido y mujer debían unirse virtuosamente, habían sido creados para ser templos del verdadero amor, la verdadera vida y el verdadero linaje. El amor debe ser una experiencia por la que marido y mujer alcancen una virtuosa unión para procrear hijos que permitan continuar el linaje. El centro de la vida es el amor. El linaje humano se hereda por el amor y la vida de un marido y su mujer. La unión entre amor, vida y linaje es lo que da continuidad a la historia. Tras la caída, la raza humana ha permanecido cautiva por el amor, la vida y el linaje satánico. Adán y Eva eran jóvenes cuando sembraron las semillas de un falso amor, falsa vida y falso linaje. En consecuencia, cuando el fin de los tiempos se acerque, seremos testigos del fenómeno a escala mundial del aumento de la inmoralidad entre los jóvenes. De hecho, estamos viviendo en ese tiempo.
Satán utilizó el amor caído como condición para crear un antro de pecado con el que asestar un golpe eterno contra el ideal del verdadero amor planeado por Dios. La relajación de las normas de conducta sexual, la continua decadencia moral de la juventud, la plaga de la adición a las drogas, y el declive de la estructura familiar y los valores tradicionales, han hecho de este mundo un infierno terrenal. Por tanto, es imposible encontrar en alguna parte un verdadero hombre o una verdadera mujer, verdaderos hermanos y hermanas, verdaderos cónyuges, o verdaderos padres. Hasta ahora, ha sido imposible tener esperanza en lograr una verdadera sociedad, una verdadera nación o un mundo verdadero.
La humanidad debe injertarse a Dios y los Verdaderos Padres
El mundo debe comprender que Satán existe y que él es el responsable de la realidad que afrontamos hoy en día. Con este conocimiento, podremos encontrar la causa de la enfermedad y descubrir el origen de la caída humana. Debemos mostrar al mundo que Satán, Adán y Eva formaron una trinidad de maldad, y que depende de nosotros la restauración de la trinidad formada por Dios, Adán y Eva de acuerdo al ideal de la creación.
Para conseguirlo, alguien debe denunciar el pecado de Satán y explicar claramente los hechos fundamentales relacionados al pecado de los primeros antepasados humanos. Dios y Satán siempre han sabido los pormenores de la caída. Adán, en cambio, desconocía muchas cosas ya que era todavía muy joven. Cuando llegue el fin de los tiempos vendrá un Adán restaurado y perfecto y dará a conocer la verdad. El revelará los pecados cometidos por Satán a lo largo de la historia. Cuando él venga, será posible echar a Satán de este mundo. Por primera vez, la humanidad será capaz de cambiar su rumbo completamente y encaminarse hacia un mundo de esperanza, paz, felicidad y libertad.
Para que la humanidad pueda cortar totalmente con el falso amor, vida y linaje dado por Satán como nuestro padre, es necesario que nos injertemos en el verdadero olivo. Es decir, el mundo entero necesita injertarse a Dios y los Verdaderos Padres para recuperar el verdadero amor, vida y linaje. Esto nos permitirá construir el cielo en la tierra así como en el mundo espiritual. De hecho, éste es el objetivo final de la providencia de salvación, restauración y recreación llevada a cabo por Dios.
Por tanto, la reaparición de los Verdaderos Padres es un hecho de trascendencia histórica. Los Verdaderos Padres representan la culminación y el fruto final de la historia humana. Los Verdaderos Padres son la consumación de la historia de la cultura humana. Ellos encarnan la victoria de la religión y de la filosofía en la historia. Antes de la aparición de los Verdaderos Padres debe haber, en cambio, un periodo de restauración por indemnización, es decir, un periodo de recreación.
La historia providencial de la restauración llevada a cabo por Dios
Me gustaría hablar brevemente sobre este periodo histórico, utilizando pasajes bíblicos, para ilustrar las dificultades que han existido. Si entendemos este proceso, nos daremos cuenta de la importancia que tiene el cumplir nuestra responsabilidad actual.
En el Antiguo Testamento, la historia se presenta como un proceso de indemnización: ojo por ojo, diente por diente, vida por vida. La responsabilidad de la caída pasó de Eva a Adán, con Satán en el centro. Visto desde la posición de Eva, una vez recibida la simiente de la falsa vida, la caída ocurrió cuando Satán ocupó la posición de Dios como padre y se unió a ella para concebir a Adán. En el proceso de la caída, Eva concedió al arcángel la posición de su propio padre, y a Adán, la posición de su propio hijo. En consecuencia, las mujeres, que a lo largo de la historia de la restauración por indemnización han estado en la posición de Eva, han tenido que arriesgar sus vidas para poder asegurar que la voluntad de Dios pasara a la siguiente generación.
Cuando estudiamos los hechos históricos relatados en la Biblia, nos encontramos con un número de situaciones que parecen desafiar cualquier explicación. La deseo básico de Dios en Su creación era que Eva se uniera a El, como padre, y a Su hijo, Adán. Sin embargo, por la caída, ella se unió a Satán y a Adán, como falso hijo. Inmediatamente después de la caída, Dios empezó a trabajar en la familia de Adán para deshacer lo que había sido hecho, es decir, para cumplir la restauración por indemnización siguiendo un curso inverso. Dios actuó a través de la familia de Adán ya que incluso la caída no había eliminado en sus miembros el elemento de eternidad con el que fueron dotados al ser creados.
Caín, el primer fruto del amor con que Satán conquistó a Eva, fue entregado al lado de Satán, y Abel, nacido como segundo fruto del amor con su marido Adán, fue situado en el lado del cielo. Así empezó la historia de la lucha entre el bien y el mal con el propósito fundamental de lograr la restauración por indemnización.
En la historia, era necesario que el segundo hijo fuera bendecido para que el dominio celestial del segundo hijo restaurara y reclamara el derecho de primogenitura del primer hijo en manos de Satán. Por ejemplo, Caín y Abel hicieron ofrendas a Dios simultáneamente, pero Dios aceptó sólo la ofrenda de Abel, el segundo hijo, y rechazó la de Caín. La razón se encuentra en el hecho de que el segundo hijo, en el lado celestial, debía restaurar la primogenitura del hijo mayor.
Si Caín hubiera hecho su ofrenda por medio de Abel, se habría establecido el camino apropiado de Dios a Adán y de éste al arcángel, y se habría completado la restauración. Pero, debido a que Caín mató a Abel, el cielo eligió a Set y prolongó la providencia con sus descendientes.
Caín y Abel vinieron a este mundo como hermanos. Debido a que no cumplieron la voluntad de Dios en las posiciones que tuvieron fuera del vientre materno, la siguiente providencia de Dios tenía que llevarse a cabo dentro del mismo vientre.
Por tanto, cuando Rebeca preguntó a Dios por qué Esaú y Jacob luchaban dentro de su vientre, Dios la dijo: Dos naciones hay en tu seno,...y el mayor servirá al menor" (Génesis 25:23). Desde entonces, Rebeca empezó a cuidar más a su segundo hijo, Jacob.
Jacob, como segundo hijo, tenía que restaurar por indemnización el derecho de primogenitura de su hermano Esaú. Para lograrlo, Rebeca debía cumplir su responsabilidad en la posición de Eva.
El castigo infringido a los primogénitos egipcios durante el éxodo de los israelitas de Egipto, y el hecho de que Jacob cruzase sus manos sobre los hijos de José, Manasés y Efraím, cuando iban a ser bendecidos (Génesis 48) indican la voluntad oculta del cielo por conseguir una inversión en los dominios del primer y segundo hijo.
La providencia de Dios para enviar al Mesías
En su caída, Eva engañó a Dios, su padre, y a Adán, que estaba en la posición de su hijo. Para restaurarlo, Rebeca, del lado del cielo, engañó a Isaac, como padre, y a su hijo Esaú, para que Jacob pudiera recibir la bendición de Isaac. Jacob compró el derecho de primogenitura del hijo mayor, e inició el linaje de los israelitas gracias al fundamento de la victoria conseguida por la cooperación entre una madre y su hijo. Jacob reivindicó condicionalmente para el cielo los dominios del primer y segundo hijos, y estableció con éxito el fundamento para la nación israelita que iba a nacer de él.
Jacob, sin embargo, tenía más de cuarenta años cuando logró un control completo sobre el derecho de primogenitura del hijo mayor. Por tanto, el periodo anterior a los cuarenta permanecía sin la condición de una victoria sobre Satán. Una vez más, se llevó a cabo la providencia para conseguir la victoria en el vientre. Tamar, nuera de Judá, tenía en su seno dos hijos gemelos, Zara y Pares. Aunque Pares era el menor, apartó a su hermano Zara para poder nacer primero. De hecho, el nombre "Pares" se deriva de este suceso (Génesis 38).
En los orígenes de la historia, el linaje de Satán fue concebido en el vientre de una madre. Con Tamar, el seno fue restaurado al lado de Dios. El lado del cielo llegó a controlar los dominios del primer y segundo hijos para que el linaje original de Dios pudiera establecerse. Así fue como la tribu de Judá estableció el fundamento para que el Mesías pudiera nacer más tarde.
Como mujer, Tamar se puso en la posición de tener que engañar a un padre y a un hijo; ella negó a su suegro y a sus hijos para separar la posición de Eva de Satán. Como consecuencia de la separación de Satán del vientre realizada por Tamar, se estableció una tradición básica por la cual los hijos de Dios podían ser concebidos y dados a luz sin la invasión de Satán. Dependía de los israelitas y del Judaísmo el poder mantener este nivel de victoria en el vientre hasta que el Mesías fuera enviado como los Verdaderos Padres. Debido a que Satán había establecido ya sus naciones en el mundo, la venida del Mesías debía esperar hasta que llegara el día en que los israelitas establecieran una base nacional capaz de indemnizar a las demás naciones del mundo.
Dios esperó cerca de 2.000 años hasta lograr el suficiente fundamento nacional y una mujer que pudiera estar en la posición de Eva, para llevar a cabo su providencia. Esto ocurrió finalmente con María, la madre de Jesús. Cuando Adán y Eva cayeron, estaban comprometidos en un matrimonio que debía celebrarse posteriormente. De la misma forma, María y José estaban prometidos gracias a la mediación de Dios. Como Rebeca y Tamar, María fue una mujer revolucionaria llamada por Dios para contribuir al proceso de recrear a Adán.
María arriesgó su vida para unirse absolutamente a Dios, y se puso en la posición de tener que engañar a padre e hijo para cumplir la historia de la restauración por indemnización. De esta manera fue concebido Jesús. Mientras Jesús estuvo en el seno de María, Satán no pudo invadir su linaje. Jesús nació del vientre de una mujer victoriosa como el primer fruto del primer amor capaz de ser reclamado sólo por Dios. Era la primera vez en la historia que un niño nacía como hijo unigénito de Dios.
Incluso entre los santos, no hay nadie que su nacimiento siguiera un proceso similar de separación del linaje satánico. Por tanto, al hablar de Jesús tenemos que hacerlo como santo entre santos. Por esta razón, la esfera cultural cristiana creció por todo el mundo. Finalmente, Dios ha obrado en nuestro siglo utilizando la victoria de la Segunda Guerra Mundial y la esfera cultural cristiana para lograr la unificación del mundo.
El camino pionero de los Verdaderos Padres
La Segunda Guerra Mundial tiene un significado especial en la providencia de Dios. En esta guerra se manifestaron a escala mundial las consecuencias que la caída tuvo en los hermanos Caín y Abel, frutos de Eva. La nación insular de Gran Bretaña estaba en la posición de Eva. Los Estados Unidos, una nación "nacida" históricamente de Gran Bretaña, estaba en la posición de Abel. Francia estaba en la posición de Caín con el derecho de primogenitura del hijo mayor. Estos tres países formaron una alianza dirigida por los Estados Unidos. Del otro lado, el país Eva satánica, Japón, el país Adán satánico, Alemania, y el país arcángel satánico, Italia, formaron las Fuerzas del Eje. El plan de Dios era establecer un mundo unificado basado en la victoria total de las fuerzas aliadas, situadas en el lado del cielo. La ferviente esperanza de Dios era que, en el mundo de la posguerra, Dios y los Verdaderos Padres, el Adán que trae el verdadero amor, formaran un centro alrededor del cual la humanidad efectuara una rápida separación de la falsa simiente heredada del falso padre. La humanidad habría podido entonces empezar de nuevo uniéndose al verdadero amor, vida y linaje original de los Verdaderos Padres. De esta forma, el mundo habría heredado la simiente del verdadero amor.
La oposición del Cristianismo, sin embargo, forzó a los Verdaderos Padres a ir por el desierto, haciendo que se perdiera el curso de indemnización de cuatro mil años de historia de Israel, y haciendo necesario que los Verdaderos Padres fueran en una única generación por un curso de indemnización de cuarenta años para poder cumplir la voluntad de Dios.
El Señor en su Segunda Llegada viene como el tercer Adán. El nos trae el conocimiento de los secretos celestiales y culmina un curso de indemnización del lado satánico a nivel individual, familiar, nacional y mundial. Realiza, además, una completa indemnización de los errores de Adán y de la misión que Jesús dejó sin cumplir.
De esta forma, el tercer Adán debe abordar la caída cometida por el primer Adán a nivel familiar, y restaurarla por indemnización a nivel mundial y, a continuación, completar su victoria restaurando el mundo entero por indemnización.
El Señor en su Segunda Venida debe lograr la mayor victoria
El reverendo Sun Myung Moon, fundador de la Iglesia de Unificación, y yo, su esposa, Hak Ja Han Moon, en la posición de Verdaderos Padres, hemos cargado con todas las condiciones históricas invadidas por el lado satánico. En un estado de unidad con Dios, hemos ido por el curso de indemnización universal de forma que toda la humanidad pueda ser liberada de su cautiverio. En contraste con Jesús, los Verdaderos Padres han recibido el mandato histórico de ir por el Calvario pero sin sucumbir a la muerte física. El destino de los Verdaderos Padres ha sido el ir por este curso pionero.
Hace dos mil años, la ruptura mente-cuerpo presente en el mundo podría haber sido solucionada, si sólo el Judaísmo, en la posición de Abel, y la nación de Israel, en la posición de Caín, se hubieran unido para servir a Jesús. Sobre este fundamento, y centrados en el verdadero amor de Jesús, los israelitas podían injertarse al verdadero linaje, y renacer como la nación con el derecho de primogenitura a escala mundial.
Los israelitas se sentían orgullosos de saberse el pueblo elegido de Dios, pero fracasaron, al menos en ese tiempo, en darse cuenta de la voluntad de Dios para la salvación universal centrada en Jesús, el Mesías. Ellos creían simplemente que cuando el Mesías viniera el mundo entero se inclinaría ante el reino de Israel. No comprendieron que la voluntad de Dios no se limita a la salvación del individuo, la familia o la nación, sino que quiere la salvación del mundo entero. Hoy en día, el Cristianismo está enfrentándose a una situación similar.
A lo largo de 33 años de vida, Jesús empleó todas sus fuerzas en la misión de la restauración nacional. Finalmente, se vio forzado a dejarla inacabada. Para completar esta misión, Dios, en el siglo veinte, ha utilizado a los Estados Unidos, que ha llegado a ser la nación central del Cristianismo, en la posición de segundo Israel. Los Estados Unidos y el Cristianismo, en el tiempo de la Segunda Llegada, están llamados a ocupar las posiciones de Caín y Abel respectivamente, para reindemnizar el fallo del primer Israel, es decir, la nación de Israel y el Judaísmo en tiempos de Jesús. Depende ahora de los Estados Unidos y del Cristianismo el cumplir la restauración por indemnización y completar la tarea de la unificación.
Como consecuencia de la muerte de Jesús en la cruz, no sólo quedó incompleta la misión que debería haber conseguido en su tiempo, sino que la misma nación de Israel fue perdida. Por esta razón, la Iglesia Cristiana trató de establecerse como una nación espiritual a lo largo de la historia.
En los días de la Segunda Venida es necesario reindemnizar los fallos de Israel. Para hacerlo, el Mesías de la Segunda Venida debe ser capaz de alcanzar la victoria en el mundo al nivel más alto posible.
El relato bíblico del juicio y la crucifixión de Jesús hace referencia a tres delincuentes: los dos ladrones crucificados a la derecha e izquierda de Jesús, y el célebre prisionero Barrabás. Los tres representan tres ideologías que surgieron como consecuencia del fallo de Israel en la tierra. En los días de la Segunda Venida, estos tres paradigmas pueden identificarse con el Cristianismo, en la posición del ladrón situado a la derecha, el Comunismo, en la posición del ladrón de la izquierda, y el Islam, en la posición de Barrabás.
Ahora que su Segunda Venida se ha consumado, Jesús es responsable de unir a la derecha y a la izquierda y darles una dirección común, añadiendo además al mundo islámico. El debe ir por un curso de restauración por indemnización para que todo se resuelva en una misma dirección. Viene con la crucial misión de lograr que toda la humanidad, que está precipitándose hacia el infierno, dé un giro de 180 grados y se encamine hacia el cielo.
El Jesús de la Segunda Llegada, en la posición de los Verdaderos Padres de la humanidad, ha hecho un esfuerzo inmenso por reunir a todo el mundo espiritual y realinear a las naciones de este mundo, centradas en el Cristianismo, para que el fundamento victorioso de Dios pueda ser restablecido a escala mundial.
La paz mundial centrada en los Verdaderos Padres
Sin embargo, Gran Bretaña, los Estados Unidos y Francia, guiadas por el Cristianismo, rechazaron a los Verdaderos Padres. Por tanto, el cielo preparó a la Iglesia de Unificación para ocupar el lugar del Cristianismo. Gracias a la Iglesia de Unificación, los Verdaderos Padres pudieron superar la cima de la tribulación. En ella, recibieron la oposición no sólo del mundo comunista, del lado satánico, sino también de los países cristianos y del mundo entero. Finalmente, han llegado hoy al punto de reclamar y recibir en el lado del cielo al lado satánico. Hoy en día, Corea, Japón, los Estados Unidos y Alemania están destacando en el mundo como países capaces de recibir a los Verdaderos Padres. Dios ha podido hacer avanzar su historia de indemnización centrada en estos países.
En el contexto de la providencia mundial de los Verdaderos Padres, a Corea le ha sido dada la posición de país Adán, a Japón, la posición de país Eva, a los Estados Unidos, la posición de país Abel, y a Alemania, la posición de país Caín. En el pasado, Japón fue un país enemigo de los Verdaderos Padres. Los Estados Unidos y Japón, así como Alemania y los Estados Unidos también fueron enemigos entre sí.
Los Verdaderos Padres, para cumplir lo que el Cristianismo en los Estados Unidos no hizo después de la Segunda Guerra Mundial, han fomentado la cooperación entre estas cuatro naciones centrales en la providencia y han ido por un curso de 21 años de re-indemnización. Con su éxito, han logrado establecer el fundamento de victoria.
La Iglesia de Unificación, que ha ido victoriosamente por la cima del Calvario en los niveles individual, familiar, nacional, mundial y cósmico, ha dado a los Estados Unidos una nueva dirección. Ha devuelto al Cristianismo una nueva esperanza y está resolviendo la problemática relacionada a los mundos comunista e islámico.
En la península coreana, los Jacob y Esaú del siglo veinte se enfrentan en la dos Coreas. Los Verdaderos Padres actuando con verdadero amor en este conflicto, con Kim Il Sung en la posición de falso padre, han restaurado por indemnización el dominio del padre victorioso. Por este proceso, Corea ha sido constituida como el tercer Israel que ha logrado la victoria final de la historia y se ha convertido en la nación elegida del nuevo mundo unificado.
Corea, como tercer Israel, es la base desde la cual los Verdaderos Padres y sus hijos serán capaces de cumplir su ferviente esperanza por un mundo unificado de paz, y tiene un papel central en la construcción del cielo en la tierra y en el mundo espiritual.
Debe ser entendido que, desde un punto de vista providencial, la gran prosperidad experimentada por Corea, Japón, los Estados Unidos y Alemania en el periodo de posguerra se debe al hecho de que estos países han recibido la bendición de Dios, con Corea como Adán, Japón como Eva, los Estados Unidos como Abel y Alemania como Caín.
La era de las mujeres
En el Edén, al producirse la caída, el arcángel estaba junto a Adán y Eva. En nuestro tiempo, en que la semilla plantada entonces a nivel individual está dando sus frutos a nivel mundial, el país Adán de Corea tiene como vecino al país Eva de Japón y a los tres países arcángeles de Estados Unidos, China y Rusia que rivalizan por lograr favores de la península coreana. Con la protección de Dios, sin embargo, estas naciones están formando una alianza centrada en Corea. Aunque Jesús no fue capaz en su tiempo de lograr la unificación de las naciones de Asia, estamos viendo hoy el cumplimiento de la voluntad de Dios a escala mundial.
De forma parecida, la aparición de la región cultural Pacífico-Asiática implica que una región del mundo, que abarque lo material y lo espiritual, tal y como Jesús intentaba construir en su tiempo, está ahora haciéndose realidad en Asia. En otras palabras, los países de Asia deben construir ahora un mundo unificado centrado en los Verdaderos Padres.
Este es el momento para servir y apoyar al Verdadero Padre, que ha establecido la tradición victoriosa en la historia mundial, y a la Verdadera Madre, la representante mundial de las mujeres, que ha logrado la victoria como mujer modelo de la historia.
Para hacerlo, no sólo debemos establecer el verdadero modelo de masculinidad, sino también el verdadero modelo de lo que representa ser una madre, una esposa y una hija, dentro del contexto de una nueva sociedad, nación y mundo; siendo los primeros en heredar la tradición de los Verdaderos Padres y cosechar la victoria.
Nosotras, mujeres, tenemos la misión de guiar adecuadamente a los hombres que estén llevando una vida moralmente decadente y desordenada y así solucionar la tragedia de la destrucción de Adán y Eva en un contexto histórico.
Queridas mujeres, el mitin de hoy está siendo organizado por la Federación de Mujeres por la Paz en Asia con el importante propósito de establecer la Federación de Mujeres por la Paz Mundial. En la era de las mujeres que ahora está amaneciendo, nuestras miembros deben abrazar a sus maridos y educar apropiadamente a sus hijos para formar un movimiento modelo que practique el verdadero amor por todo el mundo. Debemos contar con la cooperación activa de nuestros maridos e hijos para desarrollar la Federación de Mujeres por la Paz Mundial.
Nuestro movimiento de mujeres no es sólo para las mujeres, ya que es un movimiento de amor verdadero por nuestros maridos e hijos dando frutos en familias ideales. Estas familias ideales se unirán para construir naciones ideales y un mundo ideal. Por esta razón, la Federación de Mujeres por la Paz Mundial algún día llegará a ser una Federación de Familias por la Paz Mundial.
Por la paz mundial, nosotras, mujeres, debemos estar a la cabeza en cuestiones de gobierno, economía, cultura y sociedad. Los valores básicos que debemos mantener en esta federación de mujeres se encuentran en la filosofía del Diosismo. Estos valores podrán unir a izquierdas y derechas, y vencer al materialismo ateo. Estas serán sin lugar a dudas las ideas motrices en el mundo del siglo veintiuno.
Como mujeres, recordemos a nuestras antecesoras, Rebeca, Tamar y María, que cumplieron responsabilidades importantes en la historia de la providencia de la salvación de Dios. Heredemos la fuerza de voluntad que llevó a estas mujeres históricas a vencer peligros y dificultades a riesgo de sus vidas. Hagamos de nuestras familias, hogares para verdaderos padres, verdaderos maridos y mujeres, y verdaderos hijos, y así unirnos a la causa sagrada de transformar este mundo de maldad en un mundo celestial. Marchemos hacia un mundo de paz guiados por los Verdaderos Padres que son el centro del verdadero amor.
Qué la bendición de Dios esté con vosotras, vuestras familias y con este maravilloso mundo.
Gracias.

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