LA
UNIFICACION DEL MUNDO Y
LA
RESPONSABILIDAD DE LA HUMANIDAD
Sra.
Hak Ja Han Moon
Presidenta
de la Federación de Mujeres por la Paz Mundial
Este
discurso fue pronunciado el 10 de Abril de 1992 en el encuentro
inaugural de la Federación de Mujeres por la Paz Mundial, en Seúl,
Corea
Distinguidas
invitadas, representantes de la Federación de Mujeres por la Paz
Mundial de setenta países, líderes y miembros de la Federación de
Mujeres por la Paz en Asia:
Quiero
en primer lugar mostrar mi más sincero agradecimiento a la gran
audiencia reunida aquí para esta magnífica ocasión: la fundación
de la Federación de Mujeres por la Paz Mundial y la celebración del
congreso de Seúl organizado por la Federación de Mujeres por la Paz
en Asia. Con vuestra presencia estáis garantizando las mayores
bendiciones para el futuro de nuestra Federación, y animándonos a
reforzar nuestro empeño en lograr la paz mundial.
Quizás
sea ésta la primera vez en que un grupo de mujeres hayan tomado la
iniciativa en reunir a tantas otras mujeres en un mismo lugar. Estoy
plenamente convencida de que, a partir de este día, las mujeres de
todo el mundo llegarán a entender el noble papel que Dios nos ha
encomendado, abriéndose el camino para la construcción de un mundo
ideal lleno de paz, felicidad y libertad. En esta señalada ocasión,
me gustaría hablar sobre "la Unificación del Mundo y la
Responsabilidad de la Humanidad".
Quiero
exponer mi mensaje guiándome por las enseñanzas del reverendo Moon,
las cuales se guían por el corazón de Dios, que transciende pasado,
presente y futuro. Mis palabras van a ser una declaración ante el
cielo y la tierra, con la historia como testigo. Las palabras que
pronunciaré hoy puede que sean novedosas para algunas de vosotras,
pero hablan de los secretos del cielo que todas las mujeres de hoy
necesitamos comprender.
La
historia empezó en un estado de enfermedad
Vivimos
en un mundo enfermo cuya destrucción es inevitable. Cada día
estamos más cerca de su último aliento.
Para
encontrar el origen de esta enfermedad debemos remontarnos a los
primeros antepasados humanos que perdieron su posición en el
paraíso. Nuestros progenitores contrajeron una enfermedad grave. En
términos religiosos, este hecho es conocido como la Caída del
Hombre. La historia, por tanto, empezó en un estado enfermizo. Esta
enfermedad y Satán han sido el centro de la historia humana.
La
tragedia de la historia humana tuvo su origen en Satán, el señor
del mal, quien mantuvo una posición opuesta al ideal de la creación
de Dios. El matrimonio de Adán y Eva, dio lugar a una descendencia
de maldad. La humanidad heredó inevitablemente el amor, la vida y el
linaje de Satán. Los órganos genitales, con los que marido y mujer
debían unirse virtuosamente, habían sido creados para ser templos
del verdadero amor, la verdadera vida y el verdadero linaje. El amor
debe ser una experiencia por la que marido y mujer alcancen una
virtuosa unión para procrear hijos que permitan continuar el linaje.
El centro de la vida es el amor. El linaje humano se hereda por el
amor y la vida de un marido y su mujer. La unión entre amor, vida y
linaje es lo que da continuidad a la historia. Tras la caída, la
raza humana ha permanecido cautiva por el amor, la vida y el linaje
satánico. Adán y Eva eran jóvenes cuando sembraron las semillas de
un falso amor, falsa vida y falso linaje. En consecuencia, cuando el
fin de los tiempos se acerque, seremos testigos del fenómeno a
escala mundial del aumento de la inmoralidad entre los jóvenes. De
hecho, estamos viviendo en ese tiempo.
Satán
utilizó el amor caído como condición para crear un antro de pecado
con el que asestar un golpe eterno contra el ideal del verdadero amor
planeado por Dios. La relajación de las normas de conducta sexual,
la continua decadencia moral de la juventud, la plaga de la adición
a las drogas, y el declive de la estructura familiar y los valores
tradicionales, han hecho de este mundo un infierno terrenal. Por
tanto, es imposible encontrar en alguna parte un verdadero hombre o
una verdadera mujer, verdaderos hermanos y hermanas, verdaderos
cónyuges, o verdaderos padres. Hasta ahora, ha sido imposible tener
esperanza en lograr una verdadera sociedad, una verdadera nación o
un mundo verdadero.
La
humanidad debe injertarse a Dios y los Verdaderos Padres
El
mundo debe comprender que Satán existe y que él es el responsable
de la realidad que afrontamos hoy en día. Con este conocimiento,
podremos encontrar la causa de la enfermedad y descubrir el origen de
la caída humana. Debemos mostrar al mundo que Satán, Adán y Eva
formaron una trinidad de maldad, y que depende de nosotros la
restauración de la trinidad formada por Dios, Adán y Eva de acuerdo
al ideal de la creación.
Para
conseguirlo, alguien debe denunciar el pecado de Satán y explicar
claramente los hechos fundamentales relacionados al pecado de los
primeros antepasados humanos. Dios y Satán siempre han sabido los
pormenores de la caída. Adán, en cambio, desconocía muchas cosas
ya que era todavía muy joven. Cuando llegue el fin de los tiempos
vendrá un Adán restaurado y perfecto y dará a conocer la verdad.
El revelará los pecados cometidos por Satán a lo largo de la
historia. Cuando él venga, será posible echar a Satán de este
mundo. Por primera vez, la humanidad será capaz de cambiar su rumbo
completamente y encaminarse hacia un mundo de esperanza, paz,
felicidad y libertad.
Para
que la humanidad pueda cortar totalmente con el falso amor, vida y
linaje dado por Satán como nuestro padre, es necesario que nos
injertemos en el verdadero olivo. Es decir, el mundo entero necesita
injertarse a Dios y los Verdaderos Padres para recuperar el verdadero
amor, vida y linaje. Esto nos permitirá construir el cielo en la
tierra así como en el mundo espiritual. De hecho, éste es el
objetivo final de la providencia de salvación, restauración y
recreación llevada a cabo por Dios.
Por
tanto, la reaparición de los Verdaderos Padres es un hecho de
trascendencia histórica. Los Verdaderos Padres representan la
culminación y el fruto final de la historia humana. Los Verdaderos
Padres son la consumación de la historia de la cultura humana. Ellos
encarnan la victoria de la religión y de la filosofía en la
historia. Antes de la aparición de los Verdaderos Padres debe haber,
en cambio, un periodo de restauración por indemnización, es decir,
un periodo de recreación.
La
historia providencial de la restauración llevada a cabo por Dios
Me
gustaría hablar brevemente sobre este periodo histórico, utilizando
pasajes bíblicos, para ilustrar las dificultades que han existido.
Si entendemos este proceso, nos daremos cuenta de la importancia que
tiene el cumplir nuestra responsabilidad actual.
En
el Antiguo Testamento, la historia se presenta como un proceso de
indemnización: ojo por ojo, diente por diente, vida por vida. La
responsabilidad de la caída pasó de Eva a Adán, con Satán en el
centro. Visto desde la posición de Eva, una vez recibida la simiente
de la falsa vida, la caída ocurrió cuando Satán ocupó la posición
de Dios como padre y se unió a ella para concebir a Adán. En el
proceso de la caída, Eva concedió al arcángel la posición de su
propio padre, y a Adán, la posición de su propio hijo. En
consecuencia, las mujeres, que a lo largo de la historia de la
restauración por indemnización han estado en la posición de Eva,
han tenido que arriesgar sus vidas para poder asegurar que la
voluntad de Dios pasara a la siguiente generación.
Cuando
estudiamos los hechos históricos relatados en la Biblia, nos
encontramos con un número de situaciones que parecen desafiar
cualquier explicación. La deseo básico de Dios en Su creación era
que Eva se uniera a El, como padre, y a Su hijo, Adán. Sin embargo,
por la caída, ella se unió a Satán y a Adán, como falso hijo.
Inmediatamente después de la caída, Dios empezó a trabajar en la
familia de Adán para deshacer lo que había sido hecho, es decir,
para cumplir la restauración por indemnización siguiendo un curso
inverso. Dios actuó a través de la familia de Adán ya que incluso
la caída no había eliminado en sus miembros el elemento de
eternidad con el que fueron dotados al ser creados.
Caín,
el primer fruto del amor con que Satán conquistó a Eva, fue
entregado al lado de Satán, y Abel, nacido como segundo fruto del
amor con su marido Adán, fue situado en el lado del cielo. Así
empezó la historia de la lucha entre el bien y el mal con el
propósito fundamental de lograr la restauración por indemnización.
En
la historia, era necesario que el segundo hijo fuera bendecido para
que el dominio celestial del segundo hijo restaurara y reclamara el
derecho de primogenitura del primer hijo en manos de Satán. Por
ejemplo, Caín y Abel hicieron ofrendas a Dios simultáneamente, pero
Dios aceptó sólo la ofrenda de Abel, el segundo hijo, y rechazó la
de Caín. La razón se encuentra en el hecho de que el segundo hijo,
en el lado celestial, debía restaurar la primogenitura del hijo
mayor.
Si
Caín hubiera hecho su ofrenda por medio de Abel, se habría
establecido el camino apropiado de Dios a Adán y de éste al
arcángel, y se habría completado la restauración. Pero, debido a
que Caín mató a Abel, el cielo eligió a Set y prolongó la
providencia con sus descendientes.
Caín
y Abel vinieron a este mundo como hermanos. Debido a que no
cumplieron la voluntad de Dios en las posiciones que tuvieron fuera
del vientre materno, la siguiente providencia de Dios tenía que
llevarse a cabo dentro del mismo vientre.
Por
tanto, cuando Rebeca preguntó a Dios por qué Esaú y Jacob luchaban
dentro de su vientre, Dios la dijo: Dos naciones hay en tu seno,...y
el mayor servirá al menor" (Génesis 25:23). Desde entonces,
Rebeca empezó a cuidar más a su segundo hijo, Jacob.
Jacob,
como segundo hijo, tenía que restaurar por indemnización el derecho
de primogenitura de su hermano Esaú. Para lograrlo, Rebeca debía
cumplir su responsabilidad en la posición de Eva.
El
castigo infringido a los primogénitos egipcios durante el éxodo de
los israelitas de Egipto, y el hecho de que Jacob cruzase sus manos
sobre los hijos de José, Manasés y Efraím, cuando iban a ser
bendecidos (Génesis 48) indican la voluntad oculta del cielo por
conseguir una inversión en los dominios del primer y segundo hijo.
La
providencia de Dios para enviar al Mesías
En
su caída, Eva engañó a Dios, su padre, y a Adán, que estaba en la
posición de su hijo. Para restaurarlo, Rebeca, del lado del cielo,
engañó a Isaac, como padre, y a su hijo Esaú, para que Jacob
pudiera recibir la bendición de Isaac. Jacob compró el derecho de
primogenitura del hijo mayor, e inició el linaje de los israelitas
gracias al fundamento de la victoria conseguida por la cooperación
entre una madre y su hijo. Jacob reivindicó condicionalmente para el
cielo los dominios del primer y segundo hijos, y estableció con
éxito el fundamento para la nación israelita que iba a nacer de él.
Jacob,
sin embargo, tenía más de cuarenta años cuando logró un control
completo sobre el derecho de primogenitura del hijo mayor. Por tanto,
el periodo anterior a los cuarenta permanecía sin la condición de
una victoria sobre Satán. Una vez más, se llevó a cabo la
providencia para conseguir la victoria en el vientre. Tamar, nuera de
Judá, tenía en su seno dos hijos gemelos, Zara y Pares. Aunque
Pares era el menor, apartó a su hermano Zara para poder nacer
primero. De hecho, el nombre "Pares" se deriva de este
suceso (Génesis 38).
En
los orígenes de la historia, el linaje de Satán fue concebido en el
vientre de una madre. Con Tamar, el seno fue restaurado al lado de
Dios. El lado del cielo llegó a controlar los dominios del primer y
segundo hijos para que el linaje original de Dios pudiera
establecerse. Así fue como la tribu de Judá estableció el
fundamento para que el Mesías pudiera nacer más tarde.
Como
mujer, Tamar se puso en la posición de tener que engañar a un padre
y a un hijo; ella negó a su suegro y a sus hijos para separar la
posición de Eva de Satán. Como consecuencia de la separación de
Satán del vientre realizada por Tamar, se estableció una tradición
básica por la cual los hijos de Dios podían ser concebidos y dados
a luz sin la invasión de Satán. Dependía de los israelitas y del
Judaísmo el poder mantener este nivel de victoria en el vientre
hasta que el Mesías fuera enviado como los Verdaderos Padres. Debido
a que Satán había establecido ya sus naciones en el mundo, la
venida del Mesías debía esperar hasta que llegara el día en que
los israelitas establecieran una base nacional capaz de indemnizar a
las demás naciones del mundo.
Dios
esperó cerca de 2.000 años hasta lograr el suficiente fundamento
nacional y una mujer que pudiera estar en la posición de Eva, para
llevar a cabo su providencia. Esto ocurrió finalmente con María, la
madre de Jesús. Cuando Adán y Eva cayeron, estaban comprometidos en
un matrimonio que debía celebrarse posteriormente. De la misma
forma, María y José estaban prometidos gracias a la mediación de
Dios. Como Rebeca y Tamar, María fue una mujer revolucionaria
llamada por Dios para contribuir al proceso de recrear a Adán.
María
arriesgó su vida para unirse absolutamente a Dios, y se puso en la
posición de tener que engañar a padre e hijo para cumplir la
historia de la restauración por indemnización. De esta manera fue
concebido Jesús. Mientras Jesús estuvo en el seno de María, Satán
no pudo invadir su linaje. Jesús nació del vientre de una mujer
victoriosa como el primer fruto del primer amor capaz de ser
reclamado sólo por Dios. Era la primera vez en la historia que un
niño nacía como hijo unigénito de Dios.
Incluso
entre los santos, no hay nadie que su nacimiento siguiera un proceso
similar de separación del linaje satánico. Por tanto, al hablar de
Jesús tenemos que hacerlo como santo entre santos. Por esta razón,
la esfera cultural cristiana creció por todo el mundo. Finalmente,
Dios ha obrado en nuestro siglo utilizando la victoria de la Segunda
Guerra Mundial y la esfera cultural cristiana para lograr la
unificación del mundo.
El
camino pionero de los Verdaderos Padres
La
Segunda Guerra Mundial tiene un significado especial en la
providencia de Dios. En esta guerra se manifestaron a escala mundial
las consecuencias que la caída tuvo en los hermanos Caín y Abel,
frutos de Eva. La nación insular de Gran Bretaña estaba en la
posición de Eva. Los Estados Unidos, una nación "nacida"
históricamente de Gran Bretaña, estaba en la posición de Abel.
Francia estaba en la posición de Caín con el derecho de
primogenitura del hijo mayor. Estos tres países formaron una alianza
dirigida por los Estados Unidos. Del otro lado, el país Eva
satánica, Japón, el país Adán satánico, Alemania, y el país
arcángel satánico, Italia, formaron las Fuerzas del Eje. El plan de
Dios era establecer un mundo unificado basado en la victoria total de
las fuerzas aliadas, situadas en el lado del cielo. La ferviente
esperanza de Dios era que, en el mundo de la posguerra, Dios y los
Verdaderos Padres, el Adán que trae el verdadero amor, formaran un
centro alrededor del cual la humanidad efectuara una rápida
separación de la falsa simiente heredada del falso padre. La
humanidad habría podido entonces empezar de nuevo uniéndose al
verdadero amor, vida y linaje original de los Verdaderos Padres. De
esta forma, el mundo habría heredado la simiente del verdadero amor.
La
oposición del Cristianismo, sin embargo, forzó a los Verdaderos
Padres a ir por el desierto, haciendo que se perdiera el curso de
indemnización de cuatro mil años de historia de Israel, y haciendo
necesario que los Verdaderos Padres fueran en una única generación
por un curso de indemnización de cuarenta años para poder cumplir
la voluntad de Dios.
El
Señor en su Segunda Llegada viene como el tercer Adán. El nos trae
el conocimiento de los secretos celestiales y culmina un curso de
indemnización del lado satánico a nivel individual, familiar,
nacional y mundial. Realiza, además, una completa indemnización de
los errores de Adán y de la misión que Jesús dejó sin cumplir.
De
esta forma, el tercer Adán debe abordar la caída cometida por el
primer Adán a nivel familiar, y restaurarla por indemnización a
nivel mundial y, a continuación, completar su victoria restaurando
el mundo entero por indemnización.
El
Señor en su Segunda Venida debe lograr la mayor victoria
El
reverendo Sun Myung Moon, fundador de la Iglesia de Unificación, y
yo, su esposa, Hak Ja Han Moon, en la posición de Verdaderos Padres,
hemos cargado con todas las condiciones históricas invadidas por el
lado satánico. En un estado de unidad con Dios, hemos ido por el
curso de indemnización universal de forma que toda la humanidad
pueda ser liberada de su cautiverio. En contraste con Jesús, los
Verdaderos Padres han recibido el mandato histórico de ir por el
Calvario pero sin sucumbir a la muerte física. El destino de los
Verdaderos Padres ha sido el ir por este curso pionero.
Hace
dos mil años, la ruptura mente-cuerpo presente en el mundo podría
haber sido solucionada, si sólo el Judaísmo, en la posición de
Abel, y la nación de Israel, en la posición de Caín, se hubieran
unido para servir a Jesús. Sobre este fundamento, y centrados en el
verdadero amor de Jesús, los israelitas podían injertarse al
verdadero linaje, y renacer como la nación con el derecho de
primogenitura a escala mundial.
Los
israelitas se sentían orgullosos de saberse el pueblo elegido de
Dios, pero fracasaron, al menos en ese tiempo, en darse cuenta de la
voluntad de Dios para la salvación universal centrada en Jesús, el
Mesías. Ellos creían simplemente que cuando el Mesías viniera el
mundo entero se inclinaría ante el reino de Israel. No comprendieron
que la voluntad de Dios no se limita a la salvación del individuo,
la familia o la nación, sino que quiere la salvación del mundo
entero. Hoy en día, el Cristianismo está enfrentándose a una
situación similar.
A
lo largo de 33 años de vida, Jesús empleó todas sus fuerzas en la
misión de la restauración nacional. Finalmente, se vio forzado a
dejarla inacabada. Para completar esta misión, Dios, en el siglo
veinte, ha utilizado a los Estados Unidos, que ha llegado a ser la
nación central del Cristianismo, en la posición de segundo Israel.
Los Estados Unidos y el Cristianismo, en el tiempo de la Segunda
Llegada, están llamados a ocupar las posiciones de Caín y Abel
respectivamente, para reindemnizar el fallo del primer Israel, es
decir, la nación de Israel y el Judaísmo en tiempos de Jesús.
Depende ahora de los Estados Unidos y del Cristianismo el cumplir la
restauración por indemnización y completar la tarea de la
unificación.
Como
consecuencia de la muerte de Jesús en la cruz, no sólo quedó
incompleta la misión que debería haber conseguido en su tiempo,
sino que la misma nación de Israel fue perdida. Por esta razón, la
Iglesia Cristiana trató de establecerse como una nación espiritual
a lo largo de la historia.
En
los días de la Segunda Venida es necesario reindemnizar los fallos
de Israel. Para hacerlo, el Mesías de la Segunda Venida debe ser
capaz de alcanzar la victoria en el mundo al nivel más alto posible.
El
relato bíblico del juicio y la crucifixión de Jesús hace
referencia a tres delincuentes: los dos ladrones crucificados a la
derecha e izquierda de Jesús, y el célebre prisionero Barrabás.
Los tres representan tres ideologías que surgieron como consecuencia
del fallo de Israel en la tierra. En los días de la Segunda Venida,
estos tres paradigmas pueden identificarse con el Cristianismo, en la
posición del ladrón situado a la derecha, el Comunismo, en la
posición del ladrón de la izquierda, y el Islam, en la posición de
Barrabás.
Ahora
que su Segunda Venida se ha consumado, Jesús es responsable de unir
a la derecha y a la izquierda y darles una dirección común,
añadiendo además al mundo islámico. El debe ir por un curso de
restauración por indemnización para que todo se resuelva en una
misma dirección. Viene con la crucial misión de lograr que toda la
humanidad, que está precipitándose hacia el infierno, dé un giro
de 180 grados y se encamine hacia el cielo.
El
Jesús de la Segunda Llegada, en la posición de los Verdaderos
Padres de la humanidad, ha hecho un esfuerzo inmenso por reunir a
todo el mundo espiritual y realinear a las naciones de este mundo,
centradas en el Cristianismo, para que el fundamento victorioso de
Dios pueda ser restablecido a escala mundial.
La
paz mundial centrada en los Verdaderos Padres
Sin
embargo, Gran Bretaña, los Estados Unidos y Francia, guiadas por el
Cristianismo, rechazaron a los Verdaderos Padres. Por tanto, el cielo
preparó a la Iglesia de Unificación para ocupar el lugar del
Cristianismo. Gracias a la Iglesia de Unificación, los Verdaderos
Padres pudieron superar la cima de la tribulación. En ella,
recibieron la oposición no sólo del mundo comunista, del lado
satánico, sino también de los países cristianos y del mundo
entero. Finalmente, han llegado hoy al punto de reclamar y recibir en
el lado del cielo al lado satánico. Hoy en día, Corea, Japón, los
Estados Unidos y Alemania están destacando en el mundo como países
capaces de recibir a los Verdaderos Padres. Dios ha podido hacer
avanzar su historia de indemnización centrada en estos países.
En
el contexto de la providencia mundial de los Verdaderos Padres, a
Corea le ha sido dada la posición de país Adán, a Japón, la
posición de país Eva, a los Estados Unidos, la posición de país
Abel, y a Alemania, la posición de país Caín. En el pasado, Japón
fue un país enemigo de los Verdaderos Padres. Los Estados Unidos y
Japón, así como Alemania y los Estados Unidos también fueron
enemigos entre sí.
Los
Verdaderos Padres, para cumplir lo que el Cristianismo en los Estados
Unidos no hizo después de la Segunda Guerra Mundial, han fomentado
la cooperación entre estas cuatro naciones centrales en la
providencia y han ido por un curso de 21 años de re-indemnización.
Con su éxito, han logrado establecer el fundamento de victoria.
La
Iglesia de Unificación, que ha ido victoriosamente por la cima del
Calvario en los niveles individual, familiar, nacional, mundial y
cósmico, ha dado a los Estados Unidos una nueva dirección. Ha
devuelto al Cristianismo una nueva esperanza y está resolviendo la
problemática relacionada a los mundos comunista e islámico.
En
la península coreana, los Jacob y Esaú del siglo veinte se
enfrentan en la dos Coreas. Los Verdaderos Padres actuando con
verdadero amor en este conflicto, con Kim Il Sung en la posición de
falso padre, han restaurado por indemnización el dominio del padre
victorioso. Por este proceso, Corea ha sido constituida como el
tercer Israel que ha logrado la victoria final de la historia y se ha
convertido en la nación elegida del nuevo mundo unificado.
Corea,
como tercer Israel, es la base desde la cual los Verdaderos Padres y
sus hijos serán capaces de cumplir su ferviente esperanza por un
mundo unificado de paz, y tiene un papel central en la construcción
del cielo en la tierra y en el mundo espiritual.
Debe
ser entendido que, desde un punto de vista providencial, la gran
prosperidad experimentada por Corea, Japón, los Estados Unidos y
Alemania en el periodo de posguerra se debe al hecho de que estos
países han recibido la bendición de Dios, con Corea como Adán,
Japón como Eva, los Estados Unidos como Abel y Alemania como Caín.
La
era de las mujeres
En
el Edén, al producirse la caída, el arcángel estaba junto a Adán
y Eva. En nuestro tiempo, en que la semilla plantada entonces a nivel
individual está dando sus frutos a nivel mundial, el país Adán de
Corea tiene como vecino al país Eva de Japón y a los tres países
arcángeles de Estados Unidos, China y Rusia que rivalizan por lograr
favores de la península coreana. Con la protección de Dios, sin
embargo, estas naciones están formando una alianza centrada en
Corea. Aunque Jesús no fue capaz en su tiempo de lograr la
unificación de las naciones de Asia, estamos viendo hoy el
cumplimiento de la voluntad de Dios a escala mundial.
De
forma parecida, la aparición de la región cultural
Pacífico-Asiática implica que una región del mundo, que abarque lo
material y lo espiritual, tal y como Jesús intentaba construir en su
tiempo, está ahora haciéndose realidad en Asia. En otras palabras,
los países de Asia deben construir ahora un mundo unificado centrado
en los Verdaderos Padres.
Este
es el momento para servir y apoyar al Verdadero Padre, que ha
establecido la tradición victoriosa en la historia mundial, y a la
Verdadera Madre, la representante mundial de las mujeres, que ha
logrado la victoria como mujer modelo de la historia.
Para
hacerlo, no sólo debemos establecer el verdadero modelo de
masculinidad, sino también el verdadero modelo de lo que representa
ser una madre, una esposa y una hija, dentro del contexto de una
nueva sociedad, nación y mundo; siendo los primeros en heredar la
tradición de los Verdaderos Padres y cosechar la victoria.
Nosotras,
mujeres, tenemos la misión de guiar adecuadamente a los hombres que
estén llevando una vida moralmente decadente y desordenada y así
solucionar la tragedia de la destrucción de Adán y Eva en un
contexto histórico.
Queridas
mujeres, el mitin de hoy está siendo organizado por la Federación
de Mujeres por la Paz en Asia con el importante propósito de
establecer la Federación de Mujeres por la Paz Mundial. En la era de
las mujeres que ahora está amaneciendo, nuestras miembros deben
abrazar a sus maridos y educar apropiadamente a sus hijos para formar
un movimiento modelo que practique el verdadero amor por todo el
mundo. Debemos contar con la cooperación activa de nuestros maridos
e hijos para desarrollar la Federación de Mujeres por la Paz
Mundial.
Nuestro
movimiento de mujeres no es sólo para las mujeres, ya que es un
movimiento de amor verdadero por nuestros maridos e hijos dando
frutos en familias ideales. Estas familias ideales se unirán para
construir naciones ideales y un mundo ideal. Por esta razón, la
Federación de Mujeres por la Paz Mundial algún día llegará a ser
una Federación de Familias por la Paz Mundial.
Por
la paz mundial, nosotras, mujeres, debemos estar a la cabeza en
cuestiones de gobierno, economía, cultura y sociedad. Los valores
básicos que debemos mantener en esta federación de mujeres se
encuentran en la filosofía del Diosismo. Estos valores podrán unir
a izquierdas y derechas, y vencer al materialismo ateo. Estas serán
sin lugar a dudas las ideas motrices en el mundo del siglo veintiuno.
Como
mujeres, recordemos a nuestras antecesoras, Rebeca, Tamar y María,
que cumplieron responsabilidades importantes en la historia de la
providencia de la salvación de Dios. Heredemos la fuerza de voluntad
que llevó a estas mujeres históricas a vencer peligros y
dificultades a riesgo de sus vidas. Hagamos de nuestras familias,
hogares para verdaderos padres, verdaderos maridos y mujeres, y
verdaderos hijos, y así unirnos a la causa sagrada de transformar
este mundo de maldad en un mundo celestial. Marchemos hacia un mundo
de paz guiados por los Verdaderos Padres que son el centro del
verdadero amor.
Qué
la bendición de Dios esté con vosotras, vuestras familias y con
este maravilloso mundo.
Gracias.
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