jueves, 8 de diciembre de 2016

Dios es Nuestro Padre





NEW AGE FRONTIERS

NL 8
1 5 - 2 -63
Young Oon Kim

DIOS ES NUESTRO PADRE

Hay once religiones históricas en el mundo. Estas religiones transmiten diversas ideas sobre Dios. Dos religiones niegan la existencia de un ser divino. Otras son religiones que tienen varios dioses. Cuatro religiones reconocen sólo a un Dios.
Al principio, el jainismo y el budismo negaron la fe en un ser más alto. En el transcurso del tiempo, empero, los fundadores de ambos sistemas fueron adorados.
En la filosofía de Confucio se enseña la fe en un ser más alto, designado en forma personal como "sumo soberano" o impersonalmente como "cielo". Confucio usó estas palabras sólo cuatro veces en sus escrituras para referirse al dominio o el orden del mundo. La doctrina general de Confucio recomienda a la gente ordinaria adorar muchos seres espirituales, a saber, desde espíritus de la naturaleza hasta las almas de los antepasados.
En la doctrina de Zoroastro destaca una potencia cósmica muy venerable: Ahura Mazda (Ormuz). Pero este ser no es todopoderoso a causa de la existencia eterna de una fuerza contraria, a saber Angra Mainyu (Ahriman), el espíritu malo. Por consiguiente, en la religión de Zoroastro se enseña el dualismo, es decir la doctrina que expone que el universo se halla bajo la dominación de dos principios opuestos, el del bien y el del mal. Además reconoce la doctrina de Zoroastro a muchos espíritus que están en un nivel más bajo que Ahura Mazda pero, a pesar de todo, merecen una adoración.
El hinduismo enseña la fe en un ser divino omnipresente que se llama Brahma. Filosóficamente, Brahma es considerado como el ser absoluto, infinito, eterno, omnipresente, impersonal, indescriptible y neutro. Puede también ser descrito como espíritu (Atman), un alma mundial con la cual todas las almas humanas van a fundirse.
La idea central del taoísmo es el "Tao", es decir el camino o la calle. Del concepto original de "Camino" se han desarrollado por lo menos tres significaciones distintas:
1) el orden mundial moral y físico,
2) el camino de entendimiento, verdad y principio, y
3) el camino de la perfecta virtud o el verdadero camino de la vida que es reconocido y también observado por el cielo.
En su significación técnica más alta, "Tao" determina "lo absoluto" de la filosofía, o "el ser más alto" de la religión.
En el hinduismo y el taoísmo se cree en un ser más alto, impersonal, cósmico que se llama respectivamente Brahma o Tao, sobre el cual se pone uno a meditar pero que no es adorado propiamente. En ambas religiones existe la idea de varios dioses que son adorados.
El monoteísmo, es decir la creencia de todos los adeptos en sólo una fuerza cósmica más alta y digna de adoración, lo encontramos solamente en cuatro religiones: en el sikismo, el Islam, el judaísmo y el cristianismo.
El ser más alto del sikismo tiene varios nombres. Ala, Kuda (el Hermoso), Brahma, Señor más alto, El Amable o El Maestro. El nombre general para Dios en el sikismo, empero, es "Sat Nam" (Verdadero Nombre). Este nombre está aplicado en el misticismo como una fórmula eficaz. Dios es absoluto e insondable. ''Hay sólo un Dios con el nombre "El Verdadero", Creador, sin miedo y enemistad, inmortal, sin nacimiento, que vive por sí mismo, grande y generoso. Esta doctrina puede provenir del Corán o de las escrituras del hinduismo.
El punto primero y más importante del Islam es la fe en sólo un Dios, el Creador todopoderoso y benéfico, que es también completamente aceptado por los judíos y los cristianos. Alá está alabado frecuentemente como clemente y lleno de perdón para con los hombres que se colocan bajo su dominio. Otros nombres mencionados en el Corán son: El Unico, El Poderoso, El Rey, El Vengador, El Homicida, El Sostén, El Señor, El Misericordioso. "Islam" significa sumisión a Dios. "Moslem" es el nombre de los que se someten.
El judaísmo desarrolló el verdadero concepto monoteístico de un Dios del mundo entero. El es justo, santo, amante, un soberano razonable y el Redentor del mundo. Pero los judíos no vivieron de acuerdo con las ideas más altas de su religión. Su atención religiosa se dirigió ante todo a las costumbres exteriores. Su insistencia en las ceremonias sirvió tal vez como una especie de protección para el valioso núcleo de su religión hasta el tiempo de Jesús. Sin embargo, su monoteísmo ético hizo de los judíos los mejores maestros de su tiempo en el mundo respecto a la ética y la religión. Ellos prepararon el camino para el cristianismo.
Aunque estas cuatro religiones coinciden en la enseñanza del único Dios, el cristianismo es único con respecto al carácter moral de Dios. Ni el judaísmo ni el Islam presentan a un Dios abnegado en su carácter, deseoso de la redención del mundo, y que ha sido representado en la historia humana a través de un hombre con el mismo carácter moral. La enseñanza cristiana del monoteísmo tiene la substancia de la moralidad más alta: un Padre celestial, santo, amante, que busca activamente el bienestar, la obediencia, la colaboración, la dicha, el amor y la adoración de todo el mundo.
Dios ha cuidado de tener religiones en todas las partes del mundo con el fin de que la humanidad le reconozca y abandone lo malo que El repugna. De este modo Dios ha proporcionado a la humanidad Su gracia y Su luz, y ha alcanzado un nivel más alto para la vida espiritual de los hombres durante la historia.
En el mundo espiritual existen leyes de la gravitación o de la atracción. Si un pensamiento es enviado enérgica e intensivamente de la manera correcta, entonces llega indudablemente al destinatario. Cuando el corazón o el amor de un hombre está correctamente dirigido, y con energía e intensidad, entonces atrae seguramente el objetivo en cuestión. Si se trata de más de un objeto, o en el caso de algo abstracto o indistinto, entonces es imposible enviar nuestros pensamientos intensivamente. De la misma manera, no se puede amar a objetos diversos con fe y confianza indivisas. Por eso, es lógico decir que la religión monoteísta es superior al politeísmo.
La religión traída por Jesús no sólo era monoteísta, sino que el concepto de él sobre el ser más alto también era personal e íntimo. Para un hijo, la persona más próxima es el propio padre, con el cual el hijo es consanguíneo. La relación entre padre e hijo es superior a la lógica y a la ley y se halla en la esfera del amor. En el sentimiento oriental, ello es una esfera de escalofríos espirituales y físicos, con una sensación arrolladora de la gratitud y del amor, de apreciación y veneración. La expresión de este sentimiento en hechos se llama "piedad filial", y es considerada en los países orientales como la virtud más laudable. E1 padre siente que su hijo es carne y sangre suyas. E1 hijo siente aprecio, veneración, gratitud y amor hacia su padre.
Jesús de Nazaret se esforzó a enseñar que el Creador es nuestro Padre que se halla tan cerca y es tan personal que cuenta incluso nuestros cabellos, que se aflige por su hijo pródigo y le anhela, que busca el cordero perdido y deja los demás 99 en el desierto, que da la comida a los pájaros en el aire y viste la hierba del campo, y, cosa más importante, que sabe lo que necesitamos y que nos aprovisiona de todas las cosas.
El Padre del cielo nos ha creado según Su imagen para darnos todo Su amor y recibir en cambio nuestra correspondencia. E1 es el sujeto y nosotros somos el objeto. Por consiguiente, tenemos en nuestro corazón añoranzas profundas de Su amor, así como en nuestra individualidad espiritual aspiraciones continuas a recibir Su sabiduría. Estas añoranzas y aspiraciones que existen en la imagen del Padre (en el hombre) existen igualmente en el corazón del Padre. Por eso, es posible un intercambio completo de amor - dar y tomar. Sólo a través de esta acción pueden ser realizados los deseos del Padre y de los hijos.
Aunque Jesús había enseñado que Dios es nuestro Padre, no se halló en el caso de realizar este concepto. Como consecuencia, las enseñanzas de Jesús quedaron en la Biblia en forma de letras. No están grabadas todavía en los corazones humanos, y Jesús no ha podido establecer un mundo nuevo de acuerdo con sus enseñanzas.
La revelación de Dios progresó durante la historia mediante varias manifestaciones de Su sabiduría divina a través de distintas religiones mundiales. Su personalidad infinita e invisible se ha vuelto siempre más clara, y, ciertamente, a consecuencia del crecimiento de la vida espiritual de los hombres y sus conceptos mediante revelaciones sucesivas.
Las cualidades de Dios han sido manifestadas casi perfectamente por las enseñanzas de Jesús, y Dios fue revelado como Padre amante que exige de los hombres, Sus hijos, el amor más grande. La superioridad de las enseñanzas de Jesús como religión se basa en este hecho. Por eso, la humanidad está en deuda con Jesús por su importante descubrimiento para la vida espiritual del hombre.
A través de la última dispensa, las enseñanzas de Jesús no sólo serán realizadas en la esfera espiritual sino también completamente en la física. La dispensa divina en la nueva era significa el restablecimiento del corazón humano, que entonces estará puesto en una unión y armonía enteras con el divino corazón del Padre celestial.
En el nuevo cielo y en la nueva tierra, los hombres no seguirán adorando a un Dios abstracto, indistinto y lejano, sino a un padre amante. Todo esto es solamente posible por la fuerza del amor en la esfera del corazón.
La humanidad, por consiguiente, se halla por primera vez en el caso de enterarse de los misterios y secretos de Dios, cuyo corazón sangra por los pesares y aflicciones de Sus hijos e hijas. Nunca mostramos nuestros pesares y penas del alma a un desconocido o a una persona que está lejos de nuestro corazón, sino que compartimos todos nuestros problemas interiores con personas íntimas. Dios no pudo revelar Su corazón sangrante a aquellos que Le temen desde lejos y sólo se dirigen a Dios en sus oraciones pidiendo ayuda sin considerar Su voluntad y Su corazón.

Los hombres sufrieron como huérfanos que se habían alejado de su padre. Para una gran parte de la humanidad suena extraño oír hablar de las aflicciones y el amor del Padre de manera personal. Es algo sumamente triste y lamentable que los huérfanos no tengan ninguna idea de lo que es el amor verdadero, y de que aspecto tiene su Padre. Necesitamos un tratamiento para nuestros corazones y sentidos dañados, para que podamos percibir rápidamente el verdadero amor de nuestro Padre cuyo corazón echa sangre por nosotros y puede ser curado solamente mediante nuestro amor, que procede del corazón. Sequemos Sus lágrimas a través de la realización de Su deseo más grande con nuestra máxima lealtad y fidelidad. Colaboremos a llevar rápidamente al Padre Sus propios hijos.

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