domingo, 5 de febrero de 2017

La esperanza de Dios para América 1976

La esperanza de Dios para América
Reverendo Sun Myung Moon
Festival del Bicentenario Dios Bendiga a América
1 de junio de 1976
Yankee Stadium, Nueva York

Distinguidos ciudadanos de los Estados Unidos y honorables delegados del mundo, me gustaría hablaros esta noche del tema “La esperanza de Dios para América”. Pero ante todo, me gustaría expresaros mi agradecimiento y apreciación de corazón a todos vosotros por haber venido hoy.
Aquí en el gran Yankee Stadium nos hemos reunido para celebrar el 200 cumpleaños de América. Entre las muchas celebraciones de este año, nuestro festival del Yankee Stadium es único por las siguientes razones: Primero, nos hemos reunido juntos en el nombre de Dios, y segundo es una  celebración internacional. Representantes del todo el mundo están aquí para esta alegre ocasión.
La meta de Dios en la historia
Hoy día estamos viviendo en una era en la cual debemos considerar a cada individuo y a cada nación como componentes vitales del mundo.
En nuestro mundo, hay básicamente dos formas de vida. Una es la forma de vida egoísta, y otra es la forma de vida inegoista donde se piensa más allá de sí mismo y de la familia, y se vive por el propósito más grande de la nación y el mundo. A lo largo de la historia, así en el Este como en el Oeste, aquellos que desempeñaron los papeles más importantes eran personas altruistas ó desinteresadas.
El bienestar de la familia debería ser antes que el del individuo; la nación debería ser antes que la familia; y el mundo debería ser antes que la nación y Dios antes que el mundo. Esta es la filosofía de la forma de vida inegoista. Los hombres y mujeres justos y los santos en la historia son aquellos que se sacrificaron desinteresadamente por Dios y la humanidad. Jesús fue sin duda el ejemplo supremo de tal hombre justo.
Es verdaderamente Dios, sin embargo, quien es supremamente desinteresado, supremamente altruista. Cuando la humanidad se reveló en contra suya, Dios no tomó venganza. El perdonó. Además Dios ha estado trabajando incansablemente para elevar a los hombres caídos del pecado a la salvación. Dios mandó a su único hijo  Jesús Cristo con este propósito. Dios deseó salvar al mundo, incluso a costa de sacrificar a su Hijo. Dios erigió a Israel como la nación escogida. El propósito de la nación escogida era también salvar al mundo. Y Dios elevó al cristianismo para el mismo propósito, salvar al mundo.
La Biblia dice en Juan 3:16, “Dios amó tanto al mundo, que él dio a su único Hijo, para que aquel que creyera en él no pereciera sino tuviera vida eterna”. Recordad, el mundo es la meta de Dios. Y de igual manera que Jesús dio su vida para que el mundo pudiera vivir. Dios deseó que todos los cristianos estuvieran dispuestos a darse a sí mismos para la salvación del mundo. Sin embargo, hoy día los cristianos del mundo están muy lejos de conocer el corazón de Dios. Dios busca construir una única familia de hombres. Por lo tanto, la familia, la iglesia y la nación que Dios desea trasciendan todas las barreras de razas y nacionalidades. Las personas que son una mezcla unificada de todos los colores de piel y que trascienden las razas y nacionalidades son las más bellas a los ojos de Dios y las que más le agradan.
El significado de América
Miremos a América, es de máxima importancia que sepamos si los Estados Unidos de América fueron concebidos por Dios o no. Señoras y Caballeros es mi firme creencia que los Estados Unidos de América fueron en verdad concebidos por Dios. Hubo, sin embargo, dos clases de personas entre vuestros antepasados. Una clase vino a este país buscando riquezas. Los otros vinieron a este país buscando a Dios y la libertad.
Ellos soñaron construir una nueva nación centralizada en Dios. Si los primeros hubieran llegado a ser la corriente principal de América, habría habido muchísima más disensión, división y lucha entre las diferentes razas y grupos nacionales. Los Estados Unidos se habrían llenado de maldades e injusticias. Desde el comienzo, sin embargo, Dios intervino. Por ello, de todos los emigrantes, los hombres justos de Dios encontraron su lugar apropiado como líderes de América. Todas las diferentes razas y nacionalidades del mundo se armonizaron en este país para crear familias, iglesias y la nación de América centralizados en Dios. Esta bella tradición de América fue establecida por vuestros antepasados.
Mirad vuestras propias familias. La mayoría de las familias tienen la virtud de un marcado carácter internacional. Si vuestro linaje ha existido en América, por algún tiempo, probablemente une muchas nacionalidades diferentes. En vuestras venas muchas clases de sangre corren juntas. Naciones que normalmente eran enemigas están unidas en vuestra sangre. Cuando los individuos y las familias que trascienden las barreras raciales y nacionales se reúnen juntas para crear una sociedad, iglesia y una nación, esta nación se convertirá en la nación ideal de Dios para todos los pueblos.
Hay sólo una nación como esta en toda la historia, los Estados Unidos de América. Es evidente que ésta única nación de América es la creación de Dios. La gente de América ha venido de todos los rincones de la tierra. Para ser americano no importa la raza que seáis, la creencia que tengáis o de que fondo cultural provengáis. Sólo en éste nación, no importando de donde vengáis, podéis decir este es mi país. ¡Esta es América!.
América es un microcosmo del mundo. Trascendiendo nacionalidades y razas, América ha creado un modelo para el mundo ideal. Dios mismo habría ocultado a propósito esta tierra de América de la civilización hasta que llegara su tiempo, y entonces erigir sobre ella esta nación modelo. En su providencia Dios ungió a América con óleo; El derramó abundantes bendiciones sobre este país. En un corto período de tiempo de 200 años, Dios elevó a esta nación hasta ser la nación más poderosa sobre la tierra.
América hoy día
Pero las bendiciones nunca vienen solas; vienen con responsabilidad. Si se abandona la responsabilidad  también se abandona las bendiciones de Dios. Inevitablemente las bendiciones de Dios se marcharán, y la nación que haga esto declinará. ¿No es verdad que signos de tal declive son ya evidentes en la América actual?
Amado pueblo americano, ha llegado el tiempo en el que debemos arrepentirnos. Debemos temer a la ira de Dios. En el más verdadero sentido ¿Quiénes son los verdaderos americanos? Los verdaderos americanos son aquellos que tienen una mente universal. Los verdaderos americanos son aquellos que creen en una única familia de hombres trascendiendo el color y la nacionalidad, como la que desea Dios.
Los verdaderos americanos son aquellos que están orgullosos de semejantes familias internacionales y de las iglesias y naciones que se componen de todos los pueblos. A la vista de Dios, no hay negro; no hay blanco; no hay amarillo. Debemos mirar la raza humana como Dios la ve. América debe volver al verdadero espíritu fundador de la nación, a los ideales que sus antepasados lucharon por establecer con sudor y sangre. América, debe volver al Diosismo, a una ideología absolutamente centralizada en Dios.

Dios es la motivación, la causa y el fundamento de la independencia de América. América nació por la providencia de Dios. Si nos centralizamos en Dios permaneceremos unidos y disfrutaremos prosperidad. Sin embargo, tan pronto como nos apartemos de Dios, seremos divididos.
Señoras y Caballeros, si América desea guardar la bendición de Dios como la nación dirigente del mundo, debe formar una asociación con Dios. ¿Tenéis a Dios en vuestros hogares? ¿En verdad tenéis a Dios en vuestras iglesias? ¿Tenéis a Dios en vuestra sociedad o nación? Dios es el cemento. Con Dios, América se mantendrá unida como el hormigón. Pero si Dios se marcha, América será como la arena. Cuando el diluvio venga, todo será barrido.
La grandeza y orgullo de América proviene de Dios. Con él América es digna de la bendición y puede seguir siendo la nación más poderosa. Con Dios, podréis preservar vuestra dignidad y el liderazgo del mundo.
Si permitís que Dios abandone América, sin embargo ésta nación declinará; será subyugada por manos satánicas. Cuando esto ocurra, el futuro de América será sombrío, trágico. América se convertirá en un infierno viviente.
Cuando la bendición de Dios es grande si se abandona la voluntad de Dios, el castigo de Dios es igualmente grande. En los primeros años de la década de los sesenta, América parecía ser la esperanza del mundo y el símbolo de América era la ciudad de Nueva York. Hoy día, sin embargo, el mundo ha perdido la fe en América, y Nueva York se ha convertido en una jungla de inmoralidad y depravación. Ha sido transformada en una ciudad bajo el ataque del mal. Chicago no es diferente; ni Los Ángeles. A todo lo largo de América, Satán se está convirtiendo en el señor. Dios ha sido olvidado en este país y si se le olvida, Dios sólo puede abandonar América. ¡Ahora es el preciso momento en que esto está ocurriendo!
Cuando la fuerza unificadora de Dios abandone América, nada será capaz de mantener a América junta. Las familias se romperán; las iglesias se dividirán y América caerá mortalmente enferma debido a que las células de su cuerpo estarán corrompiéndose. Esta será la oportunidad perfecta del mal del comunismo para invadir a América. Este estado de emergencia está aquí ahora. ¡Alguien debe hacer algo!
La obra del Reverendo Moon  
Hay críticos que dicen: “¿Por qué el Reverendo Moon está envuelto en el Bicentenario de América?. No es de su incumbencia”. Señoras y Caballeros si hay una enfermedad en vuestro hogar ¿no necesitaríais que viniera un doctor de fuera?. Dios me ha mandado a América con la misión de un doctor, con la misión de un bombero. Por esta razón he venido a América. La buena medicina puede tener un gusto amargo, y una operación puede acarrear algún dolor, pero el tratamiento debe comenzar inmediatamente. ¿Se quejaría el paciente y apartaría las manos del doctor cuando él tocara la parte infectada?.
Durante los últimos tres años he estado enseñando a la juventud americana con todo mi corazón y alma una nueva revelación de Dios.
Ellos ahora tienen un claro concepto de lo que deberían ser la familia, la iglesia y la nación centralizados en Dios. Ellos también conocen la oscura realidad de América. Así pues se han convertido en luchadores determinados para llevar nueva vida y salvación a América antes de que sea demasiado tarde. Ellos conocen el estado crítico de la nación. Ellos conocen el corazón sufriente de Dios. Y ellos están absolutamente determinados a volver la corriente hacia Dios. Su entusiasmo es digno de ser apoyado.
Vuestros dedicados hijos e hijas son campeones de Dios batallando por la victoria de la voluntad de Dios. Como la vanguardia de Dios, ellos  están declarando la guerra en contra del mal. Ellos son valerosos luchadores en esta noble batalla. Debemos vencer al mal. Nuestra misión es construir el Reino de Dios aquí en la tierra. Por ello, debemos construir un modelo del Reino de Dios justo aquí en América que es amada por Dios y ha sido preparada mucho por él.
Señoras y Caballeros, recordad, estos jóvenes están trabajando incansablemente. Sus corazones están llenos de lágrimas y suspiros. Estos jóvenes están luchando angustiados por su misión de crear un mundo sin luchas ni angustias. Nuestra batalla es la batalla de Dios en contra de Satán. Por la causa de Dios, nunca nos retraeremos, sino venceremos cualquiera que sea el sacrificio.
No es importante si soy perseguido o no. Sólo estoy preocupado por la voluntad de Dios y la misión que Dios me ha dado. Estoy preocupado de que vuestro rechazo de mi pueda convertirse en el rechazo de Dios. Estoy preocupado de que sin conocer claramente la situación podáis estar oponiéndoos a la voluntad de Dios. Si lo que estoy haciendo no fuera la voluntad de Dios, no duraría mucho más de ninguna manera. Si, sin embargo, es que estoy haciendo la voluntad de Dios, entonces no importa cuanta gente nos rechace o persiga y trate de bloquearnos el camino, ésta misión tendrá éxito.
¿Por qué el Reverendo Moon ha venido a América para enfrentarse a semejante tribulación? ¿Estoy persiguiendo mi propio honor? ¿Es el dinero mi meta, o poder? No ¡Jamás! He venido a América porque éste es el país que Dios, nuestro Padre Celestial, ha escogido. He venido a América porque conozco el corazón de Dios. Sé que a pesar de la rebelión de América en contra de él, Dios no abandonará éste país. Su voluntad es hacer de América un ejemplo de una nación de Dios para que todas las demás naciones del mundo puedan seguirlo.
Sé que la voluntad de Dios es salvar el mundo y para hacer esto América debe ir adelante. Por esto vine a América. Con Dios podéis vencer; con Satán caeréis.
Tres grandes pruebas
Señoras y Caballeros, hace 200 años vuestros bravos antepasados del Ejército Continental lucharon en la revolución, la guerra de la independencia, con fe en Dios. George Washington se arrodilló en Valley Forge pidiendo la intervención divina y él y su ejército fueron capaz de vencer al invencible ejército británico. Sólo por medio de la intervención divina pudo ganar la guerra y la independencia de América.
En este momento, Dios estableció el “Fundamento de la tierra” para América.
Aproximadamente 100 años más tarde cuando, contrariamente a la voluntad de Dios, la esclavitud segregación iban en continuo aumento aquí en América, Dios elevó a Abraham Lincoln como su campeón, y organizó la victoria en la Guerra Civil, liberando a los esclavos y afirmando la igualdad para todos los pueblos. Al hacer esto, Dios estableció el “Fundamento del Pueblo” para América, trascendiendo la nacionalidad y raza. Sin embargo, esto era una prueba exterior.
Hoy día 200 años más tarde, América está atravesando otra prueba.
Esta vez la prueba es interior o espiritual. Es una prueba religiosa, es una prueba histórica e ideológica. Al otro lado del mundo, la ideología que niega a Dios, el comunismo, se ha alzado y está preparada para emprender una ofensiva total en contra del mundo libre. Destruir a América es la última meta y final de lo comunistas. Ellos saben que América es el último baluarte de Dios sobre la tierra. Más que nada, esta es una prueba de ver si América se levantará como nación de Dios o caerá.
América no puede vencer esta batalla sola. Ella necesita a Dios. En esta batalla no podéis vencer sin Dios que es el fundamento de toda la verdad y de todas las ideologías verdaderas. Es inevitable una confrontación entre los dos mundos, el mundo que afirma a Dios y el mundo que niega a Dios. Esta es una confrontación de ideologías. Por consiguiente, como un campeón de Dios, América debe vencer ideológicamente sobre el comunismo ateo a una escala mundial, con la unidad de todas las razas y nacionalidades. Nuestra fe en Dios debe ser más fuerte que su fe en el comunismo. América debe vencer en el nombre de Dios. De esta manera Dios establecería el “Fundamento de la Nueva Ideología Mundial” en una más alta dimensión.
Un mundo bajo Dios
Los antepasados americanos que huyeron de la persecución religiosa en Europa, vinieron al nuevo mundo y con el espíritu de construir “Una Nación bajo Dios” dieron a luz una nueva nación aquí en América que está ahora en los umbrales de la nueva centuria. De un modo similar, hoy día mucha gente está huyendo del mundo de la esclavitud comunista al mundo libre. Muchos fueron perseguidos por sus creencias religiosas y diferencias ideológicas. Ha llegado el tiempo de unirnos para construir un nuevo mundo centralizado en Dios. Unido, el mundo libre debe liberar al mundo comunista esclavizado. Esta vez nuestra tarea es construir “Un Mundo bajo Dios”.
Para hacer esto el Cristianismo del mundo debe unirse. La Iglesia debe liberarse del sectarismo. Ella debe iniciar una drástica reforma y lograr una unidad ecuménica e inter-religiosa. Para esto necesitamos una revolución espiritual. Necesitamos una nueva ideología, y esta nueva ideología debe contener la filosofía Oriental, uniendo las culturas del Este y del Oeste. Resta nueva ideología será también capaz de unificar todas las religiones existentes e ideologías del mundo.
Por tanto, ha venido en la forma de un nuevo movimiento espiritual  y religioso. El movimiento de la Iglesia de Unificación ha sido creado por Dios para cumplir esta misión. Este movimiento debe tener éxito primero aquí en América con el fin de extenderse por todo el mundo.
La nueva ideología que la Iglesia de Unificación trae es el “Diosismo”, una ideología absolutamente centrada en Dios. Tiene el poder de despertar a América y tiene el poder de construir el modelo de la nación ideal de Dios en este país.
Haciendo esto, el resto del mundo seguirá el ejemplo de América y construirán el Reino de Dios sobre sus respectivos países. Entonces verdaderamente llegaremos a ser hermanos y hermanas con un solo Padre, Dios. Esto será un mundo de amor, un mundo de felicidad. Nuestro planeta será un solo hogar y la humanidad será una sola familia. La voluntad de Dios, su más anhelado deseo desde el comienzo de los tiempos será finalmente cumplido. Este será el eterno mundo ideal de Dios. En verdad, será el reino de Dios sobre la tierra. Nosotros lo construiremos con nuestras manos.
Esta es nuestra suprema misión. Esta es verdaderamente nuestra sagrada misión que Dios nos ha dado. Dios está proclamándolo al mundo y nosotros somos sus instrumentos. El mundo debe responder a su llamada.
Escuchad el mandamiento de Dios. Iniciad una valerosa marcha hacia el Reino de Dios sobre la tierra. Cualquiera que sea la dificultad, no nos detendrá. Nuestra marcha es la marcha de Dios y seguiremos hasta el fin.
Mis amados ciudadanos de América, hoy juremos al Dios todopoderoso nuestra lealtad y dedicación para el cumplimiento de esta misión divina.
¡Señoras y caballeros, en el nombre de Dios unámonos y juntos construyamos el reino de Dios sobre la tierra!
Demos gracias a Dios juntos. En el nombre de los pueblos del mundo os felicito por vuestro 200 aniversario de la gran nación de América.
Que Dios os bendiga y que Dios bendiga a América y a su tercera centuria.

Muchas gracias.

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