La esperanza de Dios para América
Reverendo Sun Myung Moon
Festival del Bicentenario Dios Bendiga a América
1 de junio de 1976
Yankee Stadium, Nueva York
Distinguidos ciudadanos de los Estados
Unidos y honorables delegados del mundo, me gustaría hablaros esta noche del
tema “La esperanza de Dios para América”. Pero ante todo, me gustaría
expresaros mi agradecimiento y apreciación de corazón a todos vosotros por
haber venido hoy.
Aquí en el gran Yankee Stadium nos
hemos reunido para celebrar el 200 cumpleaños de América. Entre las muchas
celebraciones de este año, nuestro festival del Yankee Stadium es único por las
siguientes razones: Primero, nos hemos reunido juntos en el nombre de Dios, y
segundo es una celebración internacional. Representantes del todo el
mundo están aquí para esta alegre ocasión.
La meta de Dios en la historia
Hoy día estamos viviendo en una era
en la cual debemos considerar a cada individuo y a cada nación como componentes
vitales del mundo.
En nuestro mundo, hay básicamente
dos formas de vida. Una es la forma de vida egoísta, y otra es la forma de vida
inegoista donde se piensa más allá de sí mismo y de
la familia, y se vive por el propósito más grande de la nación y el mundo. A lo
largo de la historia, así en el Este como en el Oeste, aquellos que
desempeñaron los papeles más importantes eran personas altruistas ó
desinteresadas.
El bienestar de la familia debería
ser antes que el del individuo; la nación debería ser antes que la familia; y
el mundo debería ser antes que la nación y Dios antes que el mundo. Esta es la
filosofía de la forma de vida inegoista. Los hombres
y mujeres justos y los santos en la historia son
aquellos que se sacrificaron desinteresadamente por Dios y la humanidad. Jesús
fue sin duda el ejemplo supremo de tal hombre justo.
Es verdaderamente Dios, sin
embargo, quien es supremamente desinteresado, supremamente altruista. Cuando la
humanidad se reveló en contra suya, Dios no tomó venganza. El perdonó. Además
Dios ha estado trabajando incansablemente para elevar a los hombres caídos del
pecado a la salvación. Dios mandó a su único hijo Jesús Cristo con este
propósito. Dios deseó salvar al mundo, incluso a costa de sacrificar a su Hijo.
Dios erigió a Israel como la nación escogida. El propósito de la nación
escogida era también salvar al mundo. Y Dios elevó al cristianismo para el
mismo propósito, salvar al mundo.
La Biblia dice en Juan 3:16, “Dios
amó tanto al mundo, que él dio a su único Hijo, para que aquel que creyera en
él no pereciera sino tuviera vida eterna”. Recordad, el mundo es la meta de
Dios. Y de igual manera que Jesús dio su vida para que el mundo pudiera vivir.
Dios deseó que todos los cristianos estuvieran dispuestos a darse a sí mismos
para la salvación del mundo. Sin embargo, hoy día los cristianos del mundo
están muy lejos de conocer el corazón de Dios. Dios busca construir una única
familia de hombres. Por lo tanto, la familia, la iglesia y la nación que Dios
desea trasciendan todas las barreras de razas y nacionalidades. Las personas
que son una mezcla unificada de todos los colores de piel y que trascienden las
razas y nacionalidades son las más bellas a los ojos de Dios y las que más le
agradan.
El significado de América
Miremos a América, es de máxima
importancia que sepamos si los Estados Unidos de América fueron concebidos por
Dios o no. Señoras y Caballeros es mi firme creencia que los Estados Unidos de
América fueron en verdad concebidos por Dios. Hubo, sin embargo, dos clases de
personas entre vuestros antepasados. Una clase vino a este país buscando
riquezas. Los otros vinieron a este país buscando a Dios y la libertad.
Ellos soñaron construir una nueva
nación centralizada en Dios. Si los primeros hubieran llegado a ser la corriente
principal de América, habría habido muchísima más disensión, división y lucha
entre las diferentes razas y grupos nacionales. Los Estados Unidos se habrían
llenado de maldades e injusticias. Desde el comienzo, sin embargo, Dios
intervino. Por ello, de todos los emigrantes, los hombres justos de Dios
encontraron su lugar apropiado como líderes de América. Todas las diferentes
razas y nacionalidades del mundo se armonizaron en este país para crear
familias, iglesias y la nación de América centralizados en Dios. Esta bella
tradición de América fue establecida por vuestros antepasados.
Mirad vuestras propias familias. La
mayoría de las familias tienen la virtud de un marcado carácter internacional.
Si vuestro linaje ha existido en América, por algún tiempo, probablemente une
muchas nacionalidades diferentes. En vuestras venas muchas clases de sangre
corren juntas. Naciones que normalmente eran enemigas están unidas en vuestra
sangre. Cuando los individuos y las familias que trascienden las barreras raciales
y nacionales se reúnen juntas para crear una sociedad, iglesia y una nación,
esta nación se convertirá en la nación ideal de Dios para todos los pueblos.
Hay sólo una nación como esta en
toda la historia, los Estados Unidos de América. Es evidente que ésta única
nación de América es la creación de Dios. La gente de América ha venido de
todos los rincones de la tierra. Para ser americano no importa la raza que
seáis, la creencia que tengáis o de que fondo cultural provengáis. Sólo en éste
nación, no importando de donde vengáis, podéis decir este es mi país. ¡Esta es
América!.
América es un microcosmo del mundo.
Trascendiendo nacionalidades y razas, América ha creado un modelo para el mundo
ideal. Dios mismo habría ocultado a propósito esta tierra de América de la
civilización hasta que llegara su tiempo, y entonces erigir sobre ella esta
nación modelo. En su providencia Dios ungió a América con óleo; El derramó
abundantes bendiciones sobre este país. En un corto período de tiempo de 200
años, Dios elevó a esta nación hasta ser la nación más poderosa sobre la
tierra.
América hoy día
Pero las bendiciones nunca vienen
solas; vienen con responsabilidad. Si se abandona la responsabilidad
también se abandona las bendiciones de Dios. Inevitablemente las bendiciones de
Dios se marcharán, y la nación que haga esto declinará. ¿No es verdad que
signos de tal declive son ya evidentes en la América actual?
Amado pueblo americano, ha llegado
el tiempo en el que debemos arrepentirnos. Debemos temer a la ira de Dios. En el
más verdadero sentido ¿Quiénes son los verdaderos americanos? Los verdaderos
americanos son aquellos que tienen una mente universal. Los verdaderos
americanos son aquellos que creen en una única familia de hombres trascendiendo
el color y la nacionalidad, como la que desea Dios.
Los verdaderos americanos son
aquellos que están orgullosos de semejantes familias internacionales y de las
iglesias y naciones que se componen de todos los pueblos. A la vista de Dios,
no hay negro; no hay blanco; no hay amarillo. Debemos mirar la raza humana como
Dios la ve. América debe volver al verdadero espíritu fundador de la nación, a
los ideales que sus antepasados lucharon por establecer con sudor y sangre.
América, debe volver al Diosismo, a una ideología
absolutamente centralizada en Dios.
Dios es la motivación, la causa y
el fundamento de la independencia de América. América nació por la providencia
de Dios. Si nos centralizamos en Dios permaneceremos unidos y disfrutaremos
prosperidad. Sin embargo, tan pronto como nos apartemos de Dios, seremos
divididos.
Señoras y Caballeros, si América
desea guardar la bendición de Dios como la nación dirigente del mundo, debe
formar una asociación con Dios. ¿Tenéis a Dios en vuestros hogares? ¿En verdad
tenéis a Dios en vuestras iglesias? ¿Tenéis a Dios en vuestra sociedad o
nación? Dios es el cemento. Con Dios, América se mantendrá unida como el
hormigón. Pero si Dios se marcha, América será como la arena. Cuando el diluvio
venga, todo será barrido.
La grandeza y orgullo de América
proviene de Dios. Con él América es digna de la bendición y puede seguir siendo
la nación más poderosa. Con Dios, podréis preservar vuestra dignidad y el
liderazgo del mundo.
Si permitís que Dios abandone
América, sin embargo ésta nación declinará; será subyugada por manos satánicas.
Cuando esto ocurra, el futuro de América será sombrío, trágico. América se
convertirá en un infierno viviente.
Cuando la bendición de Dios es
grande si se abandona la voluntad de Dios, el castigo de Dios es igualmente grande.
En los primeros años de la década de los sesenta, América parecía ser la
esperanza del mundo y el símbolo de América era la ciudad de Nueva York. Hoy
día, sin embargo, el mundo ha perdido la fe en América, y Nueva York se ha
convertido en una jungla de inmoralidad y depravación. Ha sido transformada en
una ciudad bajo el ataque del mal. Chicago no es diferente; ni Los Ángeles. A
todo lo largo de América, Satán se está convirtiendo en el señor. Dios ha sido
olvidado en este país y si se le olvida, Dios sólo puede abandonar América.
¡Ahora es el preciso momento en que esto está ocurriendo!
Cuando la fuerza unificadora de
Dios abandone América, nada será capaz de mantener a América junta. Las
familias se romperán; las iglesias se dividirán y América caerá mortalmente
enferma debido a que las células de su cuerpo estarán corrompiéndose. Esta será
la oportunidad perfecta del mal del comunismo para invadir a América. Este
estado de emergencia está aquí ahora. ¡Alguien debe hacer algo!
La obra del Reverendo Moon
Hay críticos que dicen: “¿Por qué
el Reverendo Moon está envuelto en el Bicentenario de América?.
No es de su incumbencia”. Señoras y Caballeros si hay una enfermedad en vuestro
hogar ¿no necesitaríais que viniera un doctor de fuera?.
Dios me ha mandado a América con la misión de un doctor, con la misión de un
bombero. Por esta razón he venido a América. La buena medicina puede tener un
gusto amargo, y una operación puede acarrear algún dolor, pero el tratamiento
debe comenzar inmediatamente. ¿Se quejaría el paciente y apartaría las manos
del doctor cuando él tocara la parte infectada?.
Durante los últimos tres años he
estado enseñando a la juventud americana con todo mi corazón y alma una nueva
revelación de Dios.
Ellos ahora tienen un claro
concepto de lo que deberían ser la familia, la iglesia y la nación
centralizados en Dios. Ellos también conocen la oscura realidad de América. Así
pues se han convertido en luchadores determinados para llevar nueva vida y
salvación a América antes de que sea demasiado tarde. Ellos conocen el estado
crítico de la nación. Ellos conocen el corazón sufriente de Dios. Y ellos están
absolutamente determinados a volver la corriente hacia Dios. Su entusiasmo es
digno de ser apoyado.
Vuestros dedicados hijos e hijas
son campeones de Dios batallando por la victoria de la voluntad de Dios. Como
la vanguardia de Dios, ellos están declarando la guerra en contra del
mal. Ellos son valerosos luchadores en esta noble batalla. Debemos vencer al
mal. Nuestra misión es construir el Reino de Dios aquí en la tierra. Por ello,
debemos construir un modelo del Reino de Dios justo aquí en América que es
amada por Dios y ha sido preparada mucho por él.
Señoras y Caballeros, recordad,
estos jóvenes están trabajando incansablemente. Sus corazones están llenos de
lágrimas y suspiros. Estos jóvenes están luchando angustiados por su misión de
crear un mundo sin luchas ni angustias. Nuestra batalla es la batalla de Dios
en contra de Satán. Por la causa de Dios, nunca nos retraeremos, sino venceremos
cualquiera que sea el sacrificio.
No es importante si soy perseguido
o no. Sólo estoy preocupado por la voluntad de Dios y la misión que Dios me ha
dado. Estoy preocupado de que vuestro rechazo de mi pueda convertirse en el
rechazo de Dios. Estoy preocupado de que sin conocer claramente la situación
podáis estar oponiéndoos a la voluntad de Dios. Si lo que estoy haciendo no
fuera la voluntad de Dios, no duraría mucho más de ninguna manera. Si, sin
embargo, es que estoy haciendo la voluntad de Dios, entonces no importa cuanta
gente nos rechace o persiga y trate de bloquearnos el camino, ésta misión
tendrá éxito.
¿Por qué el Reverendo Moon ha
venido a América para enfrentarse a semejante tribulación? ¿Estoy persiguiendo
mi propio honor? ¿Es el dinero mi meta, o poder? No ¡Jamás! He venido a América
porque éste es el país que Dios, nuestro Padre Celestial, ha escogido. He
venido a América porque conozco el corazón de Dios. Sé que a pesar de la
rebelión de América en contra de él, Dios no abandonará éste país. Su voluntad
es hacer de América un ejemplo de una nación de Dios para que todas las demás
naciones del mundo puedan seguirlo.
Sé que la voluntad de Dios es
salvar el mundo y para hacer esto América debe ir adelante. Por esto vine a
América. Con Dios podéis vencer; con Satán caeréis.
Tres grandes pruebas
Señoras y Caballeros, hace 200 años
vuestros bravos antepasados del Ejército Continental lucharon en la revolución,
la guerra de la independencia, con fe en Dios. George
Washington se arrodilló en Valley Forge
pidiendo la intervención divina y él y su ejército fueron capaz
de vencer al invencible ejército británico. Sólo por medio de la intervención
divina pudo ganar la guerra y la independencia de América.
En este momento, Dios estableció el
“Fundamento de la tierra” para América.
Aproximadamente 100 años más tarde
cuando, contrariamente a la voluntad de Dios, la esclavitud segregación iban en continuo aumento aquí en América, Dios elevó a
Abraham Lincoln como su campeón, y organizó la
victoria en la Guerra Civil, liberando a los esclavos y afirmando la igualdad
para todos los pueblos. Al hacer esto, Dios estableció el “Fundamento del
Pueblo” para América, trascendiendo la nacionalidad y raza. Sin embargo, esto
era una prueba exterior.
Hoy día 200 años más tarde, América
está atravesando otra prueba.
Esta vez la prueba es interior o
espiritual. Es una prueba religiosa, es una prueba histórica e ideológica. Al
otro lado del mundo, la ideología que niega a Dios, el comunismo, se ha alzado
y está preparada para emprender una ofensiva total en contra del mundo libre.
Destruir a América es la última meta y final de lo comunistas. Ellos saben que
América es el último baluarte de Dios sobre la tierra. Más que nada, esta es
una prueba de ver si América se levantará como nación de Dios o caerá.
América no puede vencer esta
batalla sola. Ella necesita a Dios. En esta batalla no podéis vencer sin Dios
que es el fundamento de toda la verdad y de todas las ideologías verdaderas. Es
inevitable una confrontación entre los dos mundos, el mundo que afirma a Dios y
el mundo que niega a Dios. Esta es una confrontación de ideologías. Por
consiguiente, como un campeón de Dios, América debe vencer ideológicamente
sobre el comunismo ateo a una escala mundial, con la unidad de todas las razas
y nacionalidades. Nuestra fe en Dios debe ser más fuerte que su fe en el
comunismo. América debe vencer en el nombre de Dios. De esta manera Dios
establecería el “Fundamento de la Nueva Ideología Mundial” en una más alta
dimensión.
Un mundo bajo Dios
Los antepasados americanos que
huyeron de la persecución religiosa en Europa, vinieron al nuevo mundo y con el
espíritu de construir “Una Nación bajo Dios” dieron a luz una nueva nación aquí
en América que está ahora en los umbrales de la nueva centuria. De un modo
similar, hoy día mucha gente está huyendo del mundo de la esclavitud comunista
al mundo libre. Muchos fueron perseguidos por sus creencias religiosas y
diferencias ideológicas. Ha llegado el tiempo de unirnos para construir un
nuevo mundo centralizado en Dios. Unido, el mundo libre debe liberar al mundo
comunista esclavizado. Esta vez nuestra tarea es construir “Un Mundo bajo
Dios”.
Para hacer esto el Cristianismo del
mundo debe unirse. La Iglesia debe liberarse del sectarismo. Ella debe iniciar
una drástica reforma y lograr una unidad ecuménica e inter-religiosa.
Para esto necesitamos una revolución espiritual. Necesitamos una nueva
ideología, y esta nueva ideología debe contener la filosofía Oriental, uniendo
las culturas del Este y del Oeste. Resta nueva ideología será también capaz de
unificar todas las religiones existentes e ideologías del mundo.
Por tanto, ha venido en la forma de
un nuevo movimiento espiritual y religioso. El movimiento de la Iglesia
de Unificación ha sido creado por Dios para cumplir esta misión. Este
movimiento debe tener éxito primero aquí en América con el fin de extenderse
por todo el mundo.
La nueva ideología que la Iglesia
de Unificación trae es el “Diosismo”, una ideología
absolutamente centrada en Dios. Tiene el poder de despertar a América y tiene
el poder de construir el modelo de la nación ideal de Dios en este país.
Haciendo esto, el resto del mundo
seguirá el ejemplo de América y construirán el Reino de Dios sobre sus
respectivos países. Entonces verdaderamente llegaremos a ser hermanos y
hermanas con un solo Padre, Dios. Esto será un mundo de amor, un mundo de
felicidad. Nuestro planeta será un solo hogar y la humanidad será una sola
familia. La voluntad de Dios, su más anhelado deseo desde el comienzo de los tiempos
será finalmente cumplido. Este será el eterno mundo ideal de Dios. En verdad,
será el reino de Dios sobre la tierra. Nosotros lo construiremos con nuestras
manos.
Esta es nuestra suprema misión.
Esta es verdaderamente nuestra sagrada misión que Dios nos ha dado. Dios está
proclamándolo al mundo y nosotros somos sus instrumentos. El mundo debe
responder a su llamada.
Escuchad el mandamiento de Dios.
Iniciad una valerosa marcha hacia el Reino de Dios sobre la tierra. Cualquiera
que sea la dificultad, no nos detendrá. Nuestra marcha es la marcha de Dios y
seguiremos hasta el fin.
Mis amados ciudadanos de América,
hoy juremos al Dios todopoderoso nuestra lealtad y dedicación para el
cumplimiento de esta misión divina.
¡Señoras y caballeros, en el nombre
de Dios unámonos y juntos construyamos el reino de Dios sobre la tierra!
Demos gracias a Dios juntos. En el
nombre de los pueblos del mundo os felicito por vuestro 200 aniversario de la
gran nación de América.
Que Dios os bendiga y que Dios bendiga
a América y a su tercera centuria.
Muchas gracias.
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