La voluntad de Dios y la navidad
25 de diciembre de 1976
Hoy
es Navidad, y en todo el mundo se está celebrando el nacimiento de Jesucristo.
Cuando pensamos en Jesús sabemos que no nació con un propósito individual, como
todo el resto, sino que vino a la tierra para la salvación del mundo. A causa
de la caída, la humanidad necesita un Salvador para poder volver a Dios. La
humanidad está alejada de Dios, y todos deben ir a través de Jesús para volver
a El.
Al
celebrar Navidad es muy importante conocer el propósito de la venida de Jesús
hace 2000 años. Sin conocer el significado claramente, esta celebración no
tiene sentido. Es por eso que esta mañana me gustaría dar un mensaje sobre el
tema “La voluntad de Dios y Navidad".
Cuando
nos preguntamos si la intención original de Dios para este mundo se ha cumplido
totalmente, la respuesta obvia sería no. La voluntad de Dios fue frustrada a
causa de la caída humana. A través de la historia, la humanidad caída ha
buscado el cumplimiento de la última voluntad de Dios y del propósito de la
creación. Esta providencia ha ido avanzando en muchos niveles diferentes, del
individuo, la familia, la sociedad, la nación y el mundo, pero la voluntad
original de Dios nunca ha cambiado.
Dios
es eterno, incambiable, absoluto y único; por lo tanto, la voluntad de Dios
también es eterna, incambiable, absoluta y única. Dios no puede comprometer su
standard original porque la humanidad haya fallado. No puede descender al nivel
de la humanidad pecadora; son los humanos los que deben elevarse al nivel de
Dios.
Jesús
vino a realizar el Reino de Dios en la tierra
Desde
la caída, la voluntad de Dios se ha enfocado en la meta de la restauración.
Dios está determinado a salvar a la humanidad, a demostrarle a las personas
cómo abandonar el estado caído y entrar en el ideal original de la creación.
Esto es la restauración o a la providencia de la salvación. A través de la
historia, las personas no han estado intentando salvarse: la salvación viene en
lugar de Dios. Dios debe enviar un Salvador para que revele el ideal original
de Dios para la creación al mundo. Ese hombre que envió Dios fue Jesucristo.
Como
ustedes saben, la intención original de Dios para este mundo no ha sido
solamente la perfección de un individuo sino la de toda la familia. Esta
perfección se debería haber extendido a todo el clan, la sociedad, la nación y
el mundo. Si Adán y Eva hubieran logrado la perfección sin caer, el mundo de
hoy sería totalmente diferente. No veríamos todas las cosas desagradables que
nos toca ser testigos diariamente. Tampoco seríamos testigos de las barreras en
el lenguaje, ni de las barreras nacionales que separan a las personas. Más aún,
todos vivirían para lograr la perfección y podrían trazar con claridad su
propia vida para poder merecer el Reino de los Cielos. El problema de hoy es
que los humanos no conocen al Dios viviente y están carentes de una dirección
adecuada. Las personas llevan vidas sin rumbo, al azar. En el ideal original,
esto nunca podría ocurrir; todos serían conducidos a la perfección en un camino
paralelo con la voluntad de Dios, y nadie podría ni desearía vivir fuera de esa
voluntad.
Si
no hubiera existido la caída, la humanidad estaría formada por ciudadanos del
Reino de Dios en la tierra. Los ciudadanos del Reino de Dios comenzarían su
vida aquí en la tierra, y luego que consumaran sus vidas en el cielo, donde
continuarían siendo familias.
En
la mente de Dios siempre existió un plan original, aquel que siempre ha
existido y que siempre permanecerá perfecto, aun cuando la realización física
de estos planes todavía no se haya visto. Jesús rezaba "Venga Tu Reino.
Hágase tu voluntad así en la Tierra como en el Cielo". Jesús conocía la
perfección de la voluntad de Dios en el Cielo y llevó esa voluntad a la tierra,
vino a establecer la perfección aquí. Ese era el plan de Dios.
El
Jesús viviente era el mediador perfecto de la salvación
Jesucristo
vino por la voluntad de Dios, a transmitir la voluntad de Dios a la nación
elegida de Israel. Dios se movió en una dirección y Jesucristo se movió en
forma paralela a esa dirección, de modo que la gente de Israel se suponía que
debería moverse por un camino paralelo al de Jesús. Si los tres se hubieran
movido paralelamente en una dirección, se habría cumplido en esa nación, la
voluntad ultima de Dios. Dios y Jesús estaban unidos, y
todo lo que se necesitaba era que la gente de Israel se uniera a Jesús. Luego
que esto se hubiera logrado a nivel nacional, se habría asegurado la
propagación del cumplimiento a nivel mundial.
Jesús
vino como un sacerdote para ser recibido por los habitantes de Israel. Fue
portador de la gran oportunidad para cumplir con la condición para la
restauración del jardín del Edén. Todo fue perdido en el jardín del Edén, pero
podría haber sido restaurado por la nación elegida de Israel si se hubieran
unido con el Mesías. Las batallas sangrientas que se produjeron durante cientos
de años después de la venida de Jesús, nunca debieron haber ocurrido. Dios
había preparado a Israel durante miles de años para que estuviera lista para
aceptar al Mesías cuando este llegara. Si bien Jesús no apareció del modo en
que la mayoría de los judíos esperaban que lo hiciera, deberían haber tenido la
sabiduría de aceptarlo y trabajar junto a él el día que llegara. Así, Juan el
Bautista, cuando preparaba el camino para Jesús, declaró al mundo,
"Arrepentíos, porque el Reino de los Cielos está cerca". Jesús
repitió la misma advertencia, siendo sus primeras palabras, "Arrepentíos,
porque el Reino de los Cielos está cerca".
El
Mesías podía comprender y razonar con el corazón de Dios de modo que podía
estar unido al amor de Dios. Las excepcionales cualidades humanas de su
personalidad le permitieron ponerse en contacto con el pueblo de Israel. Era el
puente entre Dios y el mundo caído, y aceptándolo a él, el pueblo habría estado
aceptando a Dios. La voluntad de Dios era que el Mesías fuera aceptado, no que
fuera rechazado. Jesús era el verdadero Mesías y a través de la “obediencia”
total del pueblo debería haber recibido el poder de guiar a
Israel.
La
muerte de Jesús no fue suicidio; fue una ejecución. Hoy, la doctrina cristiana
predica la salvación por la sangre de Jesús. Pero se deben preguntar si Dios y
Jesús se suscriben a esta doctrina. La Biblia habla de la historia de una
prostituta que fue condenada a muerte y que iba a ser apedreada. Jesús les dio
a los que estaban alrededor de ella, "Aquel que esté libre de pecado, que
arroje la primera piedra". Nadie arrojó las piedras. Luego de que todos,
avergonzados, se hubieron retirado, Jesús habló a la mujer acusada y le dijo:
"¿Nadie te ha condenado? Yo tampoco te condeno. Ve y no peques más".
¿Qué significa esto? Jesús mismo con su palabra, la perdonó. Aun antes de
que Jesús derramara una gota de sangre ya existía la salvación. Nadie tenía que
esperar a que Jesús muriera. Había salvación en la aceptación de la palabra de
Jesús. Esto está en la Biblia. No le pidió que esperara, ni le dijo "Yo te
perdonaré y te salvaré, pero espera a que muera en la cruz". Jesús ofreció
a todos los salvación a través de la palabra de Dios. El plan de Dios para la
salvación no requiere del derramamiento de sangre. Salvación significa que el
jardín del Edén se establecerá aquí en la tierra, con hombres, mujeres y
familias vivientes. Lo que necesitamos es consumación viviente, no
derramamiento de sangre ni muertes.
Adán,
Jesús y el Segundo Advenimiento tienen el mismo propósito
Dios
aun no ha visto la perfección de Su plan original aquí en la tierra, ni aun
después de la venida de Jesucristo. Jesús no logró con su crucifixión el
propósito de su venida, la realización del ideal del Edén. No estaba dentro del
plan original de Dios cumplir el ideal con la muerte del Mesías. Si ese hubiera
sido el método de Dios, simplemente habría bastado con mandarlo a una nación
que no hubiera estado preparada para entenderlo. A veces el
sacrificio es necesario, pero Dios no pretendía sacrificar una vida humana como
la llave para la salvación completa. Debido a la crucifixión Jesucristo no pudo
llevar a la humanidad al más alto grado de perfección individual, o perfección
de la familia, de la sociedad o de la nación. Por lo tanto, es lógico que el
Mesías deba venir una segunda vez.
¿Qué
hará Jesús cuando venga? ¿Vendrá a limpiar el mundo? La palabra
"juicio" a menudo se malinterpreta dándole el significado de que Dios
barrerá con todo en un acto de rabia. Este no es el propósito de la venida del
Mesías por segunda vez. El propósito es el de cumplir con la misión que quedó
incompleta hace 2.000 años, de trabajar para la perfección individual,
familiar, social y mundial. El juicio es el trabajo constructivo de Dios para
ver el cumplimiento del Reino de Dios en la tierra.
El
trabajo de Dios es realista y físico. Haciendo una interpretación literal de la
Biblia, muchos cristianos anticipan la aparición de Jesús en los cielos, pero
existen problemas con esta visión. La gente ve a Dios como algo sobrenatural,
alguien que hasta puede hacer el milagro de traer a Jesús sobre las nubes.
¿Pero por qué sería necesario el Cristianismo en ese caso? ¿Por qué sería
necesaria la fe? ¿Por qué Dios no utilizó su poder sobrenatural para construir
el Reino de Dios desde la primera vez? ¿Por qué tuvo que esperar 6.000 años
para lograrlo?
Quiero
que sepan que la voluntad de Dios al enviar a Jesucristo hace 2000 años se
parangona perfectamente con la venida de Adán en el jardín del Edén. El Señor
del Segundo Advenimiento vendrá con el mismo propósito. En otras palabras, la
voluntad de Dios, el propósito de Adán, el propósito de Jesús y el propósito
del segundo advenimiento son todos iguales. La verdad es incambiable, siendo el
principio y el fin. La voluntad de Dios no puede cambiar ni perder su brillo
con el paso del tiempo, sino que será la misma para siempre. Dios tiene una
fórmula, y cuando ésta esté cumplida Dios la sellará. Esa fórmula particular
aun está ahí, incompleta. Dios está esperando que el hombre cumpla con ese
standard puro.
Jesús
el Hombre Verdadero, uno con Dios
¿Qué
es un hombre verdadero? ¿El presidente de los EE.UU., sólo por serlo, se
convierte en un hombre verdadero? El hombre verdadero es uno que encaja
perfectamente en el marco de Dios, esto significa que si Dios fuera redondo,
ese hombre verdadero sería perfectamente redondo, y si Dios fuera cuadrado, ese
hombre verdadero sería perfectamente cuadrado. Desde el día a la noche, desde
la eternidad a la eternidad, no se desviará de ese standard.
¿Cómo
sabemos que Jesús fue un hombre verdadero? No tenía nada escrito sobre su
frente, ni obtuvo un titulo de maestría. No era de un tamaño extraordinario, ni
tenía un poder extraordinario. ¿Por qué sabemos que es un hombre verdadero?
Sabemos que Jesús fue un hombre verdadero porque su forma de vida era paralela
a la voluntad de Dios y encajaba perfectamente con la descripción de la forma
de vida de Dios. Sabemos que Jesucristo nació sólo por la voluntad de Dios, que
vivió sólo por la voluntad de Dios y que murió sólo por la voluntad de Dios. En
el momento crítico de la muerte de Jesús en la cruz murió como un Mesías y con
la dignidad de un Mesías, no como un hombre común, un hombre triste o un hombre
que debía ponerse a cubierto. Jesús no podía desechar la voluntad de Dios
guardando rencor a la inexorable oposición del pueblo a sus esfuerzos por
salvarlo. El sentía, "Si bien hoy el Imperio Romano se opone a mi,
recibirá mi misericordia. Aun cuando los israelitas se me opongan, recibirán mi
misericordia". Así, Jesús tenía espacio para perdonarlos, espacio para
rezar por ellos y lugar para abrazarlos.
Jesús
fue un hombre verdadero porque vivió perfectamente la vida de Dios. Era un Dios
caminante. No existía la separación entre Dios y Jesús, y como nadie puede
destruir a Dios, nadie puede destruir a Jesucristo. La crucifixión no fue su
destrucción; Dios manifestó el poder de la resurrección de modo que el mundo pudiera
ver que Jesús nunca fue destruido.
¿Cuál
es la actitud necesaria para recibir al Mesías?
Como
en Israel no se logró el cumplimiento de la perfección, Dios preparó al
Cristianismo como a la segunda Israel, como el fundamento sobre el cual vendría
el segundo Mesías. La labor del cristianismo es preparar este fundamento. La
última meta de los cristianos del mundo es recibir al Mesías.. Muchos
cristianos piensan que el Mesías mandará que sucedan milagros extraordinarios
que resolverán todos los problemas del mundo en un segundo,
creando en un momento el Reino de Dios. Esta es su comprensión ambigua, pero
esto sería imposible.
Cuando
el Mesías venga la segunda vez, comenzará desde la más baja situación del
hombre y avanzará paso a paso hasta la altura del Reino. Traerá el esquema que
el resto del mundo debería seguir y no se comprometerá con el mundo. Comenzará
el enfrentamiento final entre el bien y el mal. ¿De acuerdo al standard
original de Dios, los cristianos modernos de hoy están preparados para ser
elevados al Reino de Dios en el Cielo como hombres y mujeres
perfeccionados? No, no lo están. Deben transformarse y cambiar para encajar en
el esquema del que el Mesías será portador; como la segunda Israel, los
cristianos deben ser las primeras personas en cambiar de acuerdo a ese modelo.
Muchos
cristianos han estado esperando que Cristo volviera en una nube. Si él volviera
en una nube, quizás usando un paracaídas, sería sin dudas reconocido y honrado
como el Mesías. ¿Pero no creen que no existen casi posibilidades de que venga
en una nube, y sí como una persona normal? Después de todo, ¿qué clase de
Mesías necesita la humanidad: uno que descienda de las nubes como un ser
sobrenatural que no sería virtualmente humano; o uno que sea uno de nosotros,
con la misma carne y el mismo espíritu? Ciertamente, la gente necesita una
persona real que esté en la posición de Cristo para dirigirse a ella.
Jesús
se describió a si mismo como "el camino, la verdad y la vida". En
realidad no importa la forma en que haya venido al mundo, aun si hubiera bajado
de las nubes, las nubes no son el camino, la verdad y la vida. Era Jesús mismo
quien era importante, y nada más. Sea cual sea la forma en que vino al mundo,
enseñó claramente sobre la manera de vivir, la verdad sobre la humanidad y cómo
ganar la vida. Jesús fue también "el amor"; él no lo dijo, pero fue
el amor para el mundo.
¿Habría
sido preferible para la humanidad recibir un Mesías que llegara dramáticamente
en una nube, pero sin enseñar ni ser todo lo que Jesús fue, o un Mesías que
llegara normalmente y que pudiera transmitir esos preciosos conocimientos?
Ciertamente, el segundo tipo de Mesías es más valioso para la humanidad.
¿Hasta
dónde conocen ustedes la voluntad de Dios? Muchos cristianos están convencidos
de que la voluntad de Dios es que ellos busquen solamente su propio trozo de
Cielo, y que se despreocupen del destino del resto del mundo. Mientras tanto,
la nación y el mundo se están derrumbando, y en lugar de sentirse responsables,
ellos esperan que Dios se ocupe de todo. Esto no es el verdadero cristianismo.
Quiero
que comprendan claramente que la meta e Dios y de Jesús es el mundo, y no
simplemente un hombre, una raza, un pueblo o una nación. Dios pretendía que el
Mesías lograra el cumplimiento de la perfección y no que creara una multitud de
denominaciones. Todavía está determinada a lograr la última meta de perfección
y unidad entre los pueblos. ¿Cómo puede un Cristianismo en disputa y dividido
ejemplificar el ideal de Jesús?
He
visto como es el reino de Dios en el mundo espiritual, y finalmente ustedes
también verán que el Reino de Dios no está organizado en la misma forma
dividida que están las religiones aquí. El conflicto y la división entre los
pueblos religiosos ha llegado al mundo espiritual y Dios se lamenta por ello.
Sin embargo, esa ha sido la fe convencional.
¿Cómo
pueden convertirse en verdaderos hijos e hijas de Cristo?
Creemos
en Jesucristo como el Salvador y el Mesías porque también queremos convertirnos
en hijos e hijas que puedan cumplir con la voluntad de Dios. Jesús murió por la
misión, no solo para obtener su propio pedazo de Cielo. Es así que no deben
preocuparse por su propio cielo, sino que deben intentar traer el Reino de Dios
a su sociedad y al mundo. Si ustedes actúan así, cuando digan a Dios "No
deseo ir al Reino de Dios", Dios los perseguirá y los instalará
personalmente en la posición más alta de su Reino.
Jesús
nunca se quejó a Dios de la rebeldía del pueblo al que El le había enviado para
salvarlos, y nunca dejó de preocuparse por ellos. El corazón de Jesús no fue
así. Jesús sabía claramente que su misión no consistía simplemente en la
salvación de Israel, sino que debía salvar al mundo. Jesús, como el hijo de
Dios, estaba perfectamente unido a El en voluntad y en corazón. A causa de esa
unidad, Jesucristo pudo morir voluntariamente en la cruz para la salvación del
resto del mundo.
¿Cómo
pueden convertirse en los verdaderos hijos e hijas de Cristo? Convirtiéndose en
uno con Jesucristo, en uno con su espíritu y en uno con su corazón. Si ustedes
están perfectamente unidos a Jesucristo, podrán ofrecerse voluntariamente en
sacrificio para la salvación del resto del mundo. A Dios le gustaría escuchar
orar a Jesús con estas palabras, "Dios, tu meta es la salvación del mundo.
Por favor, utilízame a mi y a mis hermanos Cristianos como tu sacrificio para
cumplir tu trabajo". Los verdaderos Cristianos son
aquellos que están deseosos de sacrificarse a si mismos, a su propia iglesia y
a su denominación por el cumplimiento de la voluntad de Dios para la
salvación del mundo.
Si
examinamos los 2.000 años de historia del Cristianismo, vemos que millones de
cristianos han orado sinceramente y en una forma altruista a Dios. En los
comienzos del Cristianismo, ¿cuál creen ustedes que fue la oración
predominante? Constantemente le pedían a Dios: "Por favor Señor, envíanos
nuevamente a tu hijo como prometiste". Esto es muy diferente al tipo de
oración que la mayoría de la gente reza hoy: "Dios, por favor ayuda a
prosperar a mi familia, bendice mi iglesia", etc.
Un
verdadero cristiano no podría orar pidiendo ayuda a Dios y bendición para su
familia únicamente. Aquellos que van sólo por su propia cuota de bendición de
Dios no terminarán en el Cielo. Después de conocer la verdad de la situación de
Dios, sólo podemos orar: "Dios, estoy listo para ser tu sacrificio,
utilízame como tu instrumento; cumple tu voluntad de la salvación del mundo a
través de mi". Esas personas crearán el Reino de Dios.
La
realidad de la Primera Navidad
Para
conocer mejor el corazón de Jesús, recordemos cual fue su situación durante la
primera Navidad. Hoy muchas iglesias recuerdan el nacimiento de Cristo con
celebraciones y regocijo. La actitud tradicional ha sido de alabanza por la
forma en que se produjo el nacimiento del Mesías, en el establo y sobre un
pesebre de paja. ¿Pero cómo podía la humanidad estar orgullosa del hijo de Dios
cuando nació en un establo?
Los
judíos estaban preparados por Dios para recibir a Jesús y para brindarle su
ayuda, ¿pero creen ustedes que el pueblo realmente sabía quien era Jesús y que
debían hacer para ayudarle a cumplir con la voluntad de Dios? No tenían la
menor idea. ¿Hubo alguien que entendiera la misión de Jesús como individuo, su
misión de restaurar su familia, la nación alrededor de su familia y finalmente
a todo el mundo? Resulta muy claro que nadie, ni religioso ni profano, ayudó a
Jesús a cumplir con su misión.
Si
hubiera habido alguien que comprendiera a Jesús y le ayudara, esa persona había
sido el propio Dios. Dios sabía, pero nadie que no fuera Jesús comprendía su
responsabilidad. ¿Creen que Dios estaba feliz y contento de ver que Su hijo
estaba naciendo en un establo, llorando por el frío, y que nadie a su alrededor
le conocía ni sabía que debía hacer, y con Satanás intentando por todos los
medios detenerlo? ¿Creen que Dios pudo sentirse a gusto en esa situación?
Retrocedamos
un poco y tratemos de recordar con más detalle como era el ambiente. María fue
la madre de Jesús, pero José no era su padre. Cuando José se casó con María,
ella estaba embarazada y José sabía que no era su hijo el que estaba en el
vientre de María. José no sabía nada, excepto lo que le fue revelado en un
corto sueño. José fue un hombre recto y por eso se casó con María como le fue
ordenado por un ángel, ¿pero durante cuánto tiempo creen que pudo haberse
sentido feliz por eso? ¿No creen que se pasaría pensando y preguntándole a
María quien era el padre de ese hijo? ¿Creen que María le contestaría "fue
concebido por el Espíritu Santo, deberías estar contento"? Y aun si lo
hiciera, ¿creen que José estaría feliz de eso?
Sean
realistas y traten de colocarse en la misma posición. Supongan que son
respetados y que todos los consideran una persona muy generosa, pero que deben
casarse con una mujer embarazada de otro hombre. Si ella les dijera que fue
concebido por el Espíritu Santo, quizás un día no tuvieran resentimiento, ¿pero
podrían sentirse generosos de allí en adelante? Si uno de ustedes estuviera en
la posición de José, siendo objeto de habladurías y críticas, ¿se sentirían muy
felices y contentos con María? ¿Estarían deseosos de servir a esa criatura
luego de que hubiera nacido y de sacrificarse para protegerla del mal?
Es
probable que José le haya preguntado muchas veces a María de quien era el bebe
que llevaba en su vientre, por curiosidad y para tratar de entender. Pero
recuerden que en esos tiempos una mujer soltera que quedara embarazada, de
acuerdo a la ley de Moisés debía ser apedreada por cometer adulterio. Quizás en
un principio José haya entendido o haya creído que podría entenderlo, pero con
el tiempo no pudo aceptar la situación. ¿Creen que su relación fue feliz
durante mucho tiempo? Es probable que se pelearan y no se tuvieran confianza y
que estuvieran muy lejos de ser una pareja enamorada, comprensiva y
compañera.
Después
del nacimiento de Jesús, quizás hasta hayan empeorado las cosas y José mirara
al niño como algo que no deseaba y que había arruinado su relación con María.
Juzgando de acuerdo a la realidad de la naturaleza humana probablemente esta
fue la situación que existió durante toda la vida de Jesús. Ni sus propios
hermanos lo deben haber respetado, ni deben haber sospechado tampoco que era el
hijo de Dios, por la actitud de sus padres hacia él. Hasta le deben haber
tratado peor que a los otros niños, porque era diferente.
En
la Biblia está escrito que María y José llevaron a Jesús a un templo en
Jerusalén para la Pascua, y que cuando abandonaron la ciudad no se ocuparon de
ver si Jesús venía con ellos. Solo se dieron cuenta de su ausencia después de
un día entero de viaje. Hablando de una familia común, ¿pueden imaginarse unos
padres que dejen solo a un niño de la edad de Jesús en una ciudad llena de
gente?
Podemos
suponer sin miedo a equivocarnos que María y José tuvieron una discusión por
esto. Quizás José le haya dicho: "Olvídalo, vayámonos" y María debía
acompañarle. Pero como María insistía y José sabía que no se iba a dar por
vencida, decidieron volver a buscar a Jesús y llevarlo a la casa con ellos.
Durante
el embarazo de María y mientras ésta se peleaba con José ¿creen que no se
corrían rumores en todo el vecindario de que se peleaban constantemente? En un
vecindario tan cerrado y tan pequeño como el antiguo pueblo judío, lo más
probable es que todos supieran que María y José no se llevaban bien por alguna
razón. El sumo sacerdote Zacarías y todos sus familiares conocían la situación
y no estaban de acuerdo con eso.
La
familia de José sabía que Jesús no era uno de ellos, y si bien es posible que
no lo discutieran delante de él, Jesús no era respetado. Aun hoy, en una
sociedad que permite todo como la de América, si una mujer tiene un hijo de
padre desconocido, la gente habla. En la época de Jesús, la situación era mucho
peor, cuando una madre soltera era condenada a muerte. Ciertamente debe haber
habido habladurías crueles. ¿Jesús pudo haber crecido feliz y contento, como un
chico normal, bajo estas circunstancias, o imaginan que Jesús fue presa de una
situación insostenible? Todos los niños que jugaban con Jesús deben
haber hecho comentarios de cosas escuchadas de sus padres.
Jesús no pudo haber tenido relaciones normales con otros niños. Sin embargo,
permanece el hecho de que Jesús nació para salvar a todos los pueblos. Era el
hijo unigénito de Dios, y su objeto de salvación fue el pueblo que lo condenó
al ostracismo. La forma en que el Rey de reyes fue maltratado y mal
interpretado por el pueblo, estaba muy lejos de ser el ideal de Dios para
Jesús.
¿Qué
tipo de persona podría haber consolado a Jesús?
¿Es
que alguien cerca de Jesús trató de defenderlo? No existe una sola evidencia de
que sea así. Jesús fue maltratado y perseguido por su propia familia porque no
comprendían quien era. Aun sin que fuera el Rey de reyes y el hijo de Dios, ¿fue
tratado como un niño normal, con los mismos cuidados?
El
sentido común indicaría que nadie haría ningún regalo o ropas especiales para
Jesús, ni aun en vacaciones o en ocasiones especiales. Los hermanos, a
los que José favorecía más, podrían haber obtenido algo, pero María no quería
provocar la ira de José, dándole algo a Jesús. Por supuesto que Jesús debe
haber deseado usar las ropas especiales y comer la comida especial de la fecha
como lo hacen todos, pero nadie le convidaba. Jesús sabía definitivamente que
él era especial. El oía lo que la gente a su alrededor decía de él, pero su
propia imagen de si mismo era totalmente diferente. Desde que era pequeño no
podía hablar francamente. El único consuelo que podía buscar era el de
comunicarse con Dios, y así pasaba la mayor parte de su tiempo; tratando de
comunicarse con El, rezándole, y buscando que le guiara. Como
resultado, Jesús se hizo cada vez más fuerte en este periodo y las
circunstancias le condujeron en una sola dirección hacia Dios y la realización
de Su ideal. El sabía que el pensamiento de la humanidad era bien diferente del
de Dios y que debía ser corregido; también sabía que la sociedad no entendía
nada de lo que Dios quería y que El mismo debería cambiar esto. A causa de sus
adversas circunstancias, Jesús le rezaba intensamente a Dios, al punto en que
Dios podía hablarle y enseñarle lo que necesitaba para su trabajo futuro.
Bajo
estas circunstancias, ¿creen que en los años que Jesús vivió en la tierra haya
visto que se le celebrara algún cumpleaños con verdadero gozo? A medida que
Jesús crecía y sabía más y más claramente quien era Dios y cual iba a ser su
misión, su corazón se hizo más pesado y el ambiente se volvió más difícil de
tolerar.
Para
Jesús, cualquier persona que se le hubiera acercado no con muchos regalos ni
con palabras de felicitaciones, sino con lágrimas en corazón para consolarlo en
su situación y que discutiera con él lo que iba a tracer en el futuro, habría
sido el amigo más precioso. Si alguien con esas características hubiera
existido, entonces Jesús habría sido mucho más feliz que si alguien hubiera
venido con regalos. Esa persona podría haber sido uno de sus propios hermanos.
Conociendo su sufrimiento interno, el podría haberle acercado un trozo de torta
envuelto en un pañuelo y dárselo para su cumpleaños, diciéndole: "La gente
no te comprende, pero yo trataré de ayudarte. No debes estar
decepcionado". Jesús con seguridad le habría dado la bienvenida a una
persona así, mucho más que a alguien que viniera con un lindo regalo para él y
que luego se fuera. Si hubiera habido un hermano así en la familia de Jesús,
entonces Jesús lo habría recordado durante largo tiempo y habría hablado de él
.
Cuando
Jesús se sentía desanimado, debía orarle a Dios con más intensidad, y movido
por la ferviente oración de Jesús, Dios le enseñó, "Más adelante tú serás
más fuerte y te elevarás a esta posición particular". Era así como debería
ser, que Dios le contara muchas cosas en detalle. A través de estas
experiencias, Jesús sabía que Dios era su mejor amigo y el que estaba más
cercano a él, a diferencia de José o María, o aun de sus hermanos.
Jesús
pensaba muy seriamente en la situación nacional de esa época, rezando para
tratar de cambiar las cosas. Conocía el plan que Dios tenía para él, para los
israelitas y para la humanidad. Dios es espíritu, pero Jesús, al tener un
cuerpo, podía comprender la situación existente en el mundo, y sabía que tenía
que ser el punto central para devolver el mundo a Dios. ¿Creen que él deseaba
intensamente que alguien le demostrara algo de comprensión, o que quería
escuchar una palabra de amor dirigida a él, sabiendo que sin
él nadie tendría ninguna posibilidad de volver a Dios? Jesús deseaba escuchar
de la boca del Sumo Sacerdote las siguientes palabras: "Debemos
prepararnos para recibirte, porque esa es la única manera que tenemos para
volver a Dios".
¿Conocemos
a alguien que haya comprendido y haya dicho esto? Finalmente, el pueblo no lo
comprendió y como resultado Jesús fue crucificado. Cuando Jesús murió en la
cruz, estaba totalmente desanimado. Jesús fue llevado a la desesperación por la
falta de comprensión de la gente, ¿pero cómo se sentiría Dios al haberlo
perdido en la tierra y teniendo que preparar nuevamente a los pueblos durante
miles de años para enviar al Mesías?
Cuando
Jesús era preso de la más profunda angustia en la cruz, Dios sentía exactamente
lo mismo que Su hijo. No había ninguna diferencia. Cuando ustedes están
realmente indignados y furiosos por dentro, ¿pueden pensar en dar felicidad o
en dar su bendición? ¿Cuando alguien se acerca a ustedes y ustedes están
pasando por una situación semejante, podrían ser generosos y abiertos de
corazón. Esto es exactamente lo que sentía Dios cuando observaba a Su hijo
morir en la cruz.
Si
comprendemos esto, sabemos el dolor que siente Dios cuando las Iglesias
Cristianas predican la creencia tradicional de que Jesús vino para morir. Como
ya les he dicho, es nuestra relación con el Jesús viviente que nos hace ser compañeros
de Dios. Por lo tanto nuestra salvación viene a través de la resurrección y de
nuestra relación con Jesús resucitado y no por la sangre de Jesús en la cruz.
Pero ni aun la resurrección pudo compensar el daño hecho en la crucifixión. La
última voluntad de Dios requería que el pueblo elegido de Dios se uniera a
Jesús en la carne y fuera con él para cumplir con el Reino de Dios en la
tierra. Su muerte bloqueó la providencia para la restauración del mundo e hizo
necesario un Segundo Advenimiento.
En
esta situación desesperada Jesús se dio cuenta de la importancia de lo que
había ocurrido y dijo "Volveré". ¿Pueden entender ahora por qué Jesús
no puede volver feliz sobre las nubes y en un acto de magia restaurar el mundo?
Cuando millones de pueblos cantan himnos y se intercambian regalos y se desean
felicidad unos a otros en su cumpleaños ¿Jesús está feliz y lleno de gozo por
eso? Si bien el ama a su pueblo, en lo más hondo de su corazón permanecen los
dolorosos recuerdos de aquella parte de su misión que fracasó, y que sólo
podría haber cumplido si el pueblo lo hubiera recibido calurosamente y lo
hubiera consolado en la tierra.
La
Verdadera celebración de Navidad
¿Hay
alguien que pueda celebrar el cumpleaños de Jesús en su verdadero significado,
comprendiendo la situación que vivió y lo que debía hacer? Hay millones de
personas que festejan la Navidad porque todo el mundo lo hace; ¿pero quién
conoce la situación de Jesús y por eso conmemora el día? La única celebración
que tendría significado para Jesús es cuando viniera alguien que sufriera más
que él y que estuviera más desanimado que él y le dijera "Estoy
atravesando una situación difícil, pero tu situación es más difícil todavía. De
cualquier manera me gustaría celebrar tu cumpleaños. Olvida tu pena por un
momento". Cuando Jesús vea ese tipo de cristiano, romperá en llanto y
celebrará su cumpleaños por un momento.
Hoy
hay mucha gente aquí, en este auditorio, ¿pero qué tipo de personas son ustedes
y qué se supone que deban hacer? ¿Obtendremos muchas cosas buenas usando el
nombre de Jesús, o le brindaremos nuestra ayuda? ¿Qué debe hacer esta iglesia
de acuerdo al designio de Dios? ¿Cuál es el propósito que tenemos al
sacrificarnos? Por medio de nuestro sacrificio debemos cumplir con la idea que
Jesús perseguía y así ver que todos sean unidos.
En
el tiempo de Jesús, nadie lo comprendió; pero hoy todos podemos comprender este
reino del corazón. Si una persona de la más baja posición social hubiera venido
a consolar a Jesús y le hubiera hablado, Jesús se habría sentido más cerca de
él que de todas las otras personas poderosas de ese tiempo. Porque el corazón
de esa persona habría estado más cercano al corazón de Jesús; también habría
estado mucho más cerca en todos los otros aspectos. Jesús no hubiera dejado de
aceptar a esa persona sólo porque no estuviera en la misma posición noble en
que estaba Jesús; le hubiera abrazado allí mismo y hubiera comenzado a llorar.
Ese es el reino del corazón, el standard del valor que sobrepasa todos los
límites nacionales y sociales y que unirá a las personas para siempre.
¿Es
posible que las personas se sientan totalmente unidas simplemente por estar
sentadas a una mesa con un banquete lujoso comiendo bifes y buena comida? Es
mas bien en una situación de real desesperación donde todos comparten lágrimas
y dolor, que se logra la verdadera unidad a Cristo. ¿Por qué preferirían el
segundo caso? De ese modo se sentirían atraídos; no porque les guste la lucha,
sino porque es el modo de sentir de Jesús, y es el modo de sentir de Dios. La
única razón por la que deben hacerlo es la de compartir lo que Dios tenga para
ustedes.
Esto
también es cierto para mi. Las personas preferirían muchas otras cosas, pero
aun cuando la familia pueda apartarse o cuando la sociedad no les dé una
calurosa bienvenida o el mundo no los comprenda, no podemos abandonar la forma
que Dios ha abierto para aquellos que sigan a Jesús, sin importar lo difícil
que esto resulte. Esta es la razón por la que yo estoy haciendo lo que estoy
haciendo. El único propósito de que yo esté aquí es para que ustedes sigan el
mismo camino que el propio Dios siguió. ¿Están de acuerdo con eso? Muchas veces
resulta difícil pero es la única forma segura de convertirse en amigos de Jesús
y hasta del propio Dios.
Hemos
elegido el mismo camino que eligió Jesús y en esa forma somos capaces de
comprender y participar en la amistad de Dios. Si una mujer fuera a seguir a
Jesús debería hacerlo con el mismo corazón que lo hizo María y mitigar la
situación de hace 2.000 años, tratando de ser la mejor María posible. Si fuera
un hombre, entonces debería tratar de servir a Cristo en la posición de José.
Para seguir a Cristo, una persona también puede seguir como el propio hermano
de Jesús, que debía haberlo comprendido completamente y amarlo y hacer por él
las cosas más difíciles. Al hacer esto y convertirse en uno con Jesús, Jesús y
el propio Dios no podrán decir en el futuro "No los conozco".
Aquellos que sigan a Cristo como un verdadero amigo pueden consolarlo,
atravesando el camino de espinas de este mundo y sintiendo furia por toda la
injusticia cometida contra él. Esas personas pueden decir: "Ellos no
comprenden. Yo pagaré sus errores, no les echen la culpa ni se sientan
atormentados por esa situación. Traten de olvidarlos y hagámoslo juntos".
Si el Mesías hubiera tenido personas así que lo siguieran, entonces Dios podría
haber venido y habría completado su designio. Si alguien se hubiera acercado a
Jesús expresándole pena por las dificultades a las que se veía enfrentado,
Jesús le habría contestado: "Bueno, es difícil, pero puedo soportarlo.
¿Pero, y ustedes? Su camino es más difícil". Un corazón así es el
fundamento del Cielo en la tierra.
El
mundo está celebrando la Navidad de la mejor manera, pero celebrémosla en su
verdadero significado, comprendiendo la verdadera situación de Jesús y el
significado de su Segundo Advenimiento, dedicando todo nuestro corazón y amor a
convertirnos en uno en amor a Dios. Entonces estaremos participando de todo lo
que pertenezca a Dios.
Debemos
recordar que cuando Jesús estaba en la tierra nunca tuvo una celebración real
de su cumpleaños, y debe resultarle inmensamente significativo ver que muchas
personas se reúnen aquí para celebrar la Navidad en el verdadero sentido. ¿No
estarían agradecidos de participar en la verdadera celebración de la Navidad?
¿No creen que estaría feliz de ver aquí reunidas a personas cuyos rostros han
estado cubiertos de lágrimas y de sudor, y que han ido a hacer el trabajo de
Dios sin usar vestimentas lujosas? ¿Están seguros de que Jesús estaría contento
y feliz de verlos aquí reunidos cantando canciones navideñas y deseándole Feliz
Cumpleaños?
Deben
estar seguros de que están en camino de convertirse en hijos e hijas de Dios, y
Dios y Jesús les estarán agradecidos por lo que han hecho. Ese pueblo, esa
gente, está formada por las mujeres más hermosas y los mejores hombres de este
mundo. Aquellos de ustedes que estén determinados a estar en el camino de
Cristo por el resto de su vida, abarcando el pasado, el presente y el futuro
hasta el cumplimiento de la voluntad de Dios, levanten sus manos.
Que Dios los
bendiga. Oremos.
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