domingo, 20 de noviembre de 2016

¿Dónde Volverá Cristo? - Principio Divino


SECCION III

¿Dónde Volverá Cristo?

Si Cristo tiene que nacer como un hombre en la carne en esta tierra, y no va a venir en cuerpo espiritual, seguramente nacerá en una cierta nación elegida por Dios, en algún lugar predestinado. ¿Cuál será entonces el lugar predestinado y qué nación será la elegida de Dios?

1. ¿VOLVERA CRISTO ENTRE EL PUEBLO JUDIO?

Algunos cristianos creen que Cristo vendrá de nuevo entre el pueblo judío, basándose en los siguientes relatos bíblicos: en el tiempo de la Segunda Llegada, el número de los sellados será ciento cuarenta y cuatro mil de todas las tribus de los hijos de Israel (Ap. 7:4); Jesús dijo a sus discípulos: «...Yo os aseguro: no acabaréis de recorrer las ciudades de Israel antes que venga el Hijo del hombre» (Mt. 10:23). También dijo a los que le estaban escuchando: «Yo os aseguro: entre los aquí presentes hay algunos que no gustarán la muerte hasta que vean al Hijo del hombre venir en su Reino» (Mt. 16:28). Sin embargo, con el fin de conocer la verdad sobre este asunto, los cristianos deben conocer la providencia fundamental de Dios.
En otra ocasión (Mt. 21:33-43), Jesús indicó claramente, en su parábola de los viñadores, que el Señor no volvería a la nación que le persiguiera y le matara, sino que les quitaría el Reino de Dios (la herencia) y se lo daría a la nación que rindiera sus frutos (al tiempo de la Segunda Llegada). En esta parábola, Jesús quería decir que Dios es el propietario de la viña, la herencia de Dios es la viña; la nación escogida de Israel encargada de la herencia de Dios son los viñadores, Sus profetas son los siervos; el Señor es el hijo del propietario y otra cierta nación que será capaz de cumplir la voluntad de Dios recibiendo y sirviendo al Señor de la Segunda Llegada son otros viñadores que rinden sus frutos.
¿Por qué dijo Jesús que el Señor iba a venir de nuevo a los hijos de Israel? Con el fin de aclarar esta cuestión, estudiemos en primer lugar qué significa realmente la palabra «Israel».
Israel es un nombre que significa «el que prevaleció», y que recibió Jacob del ángel del Señor después de haberlo vencido en la lucha que mantuvo en el vado de Yabboq, con el fin de establecer la posición de Abel para la ofrenda substancial (Gen. 32:28). Jacob, al tener éxito en la ofrenda substancial después de establecer de este modo la posición de Abel, pudo establecer el fundamento para el Mesías a nivel familiar. Por consiguiente, su descendencia que heredó esta voluntad sobre este fundamento es llamada «Israel». Los elegidos de Dios, «Israel», significa entonces el pueblo de Dios que ha triunfado por la fe, y no se refiere necesariamente a los descendientes de Jacob.[
Por esto Juan Bautista dijo a los judíos: «No os contentéis con decir en vuestro interior: `Tenemos por padre a Abraham'; porque os digo que puede Dios de estas piedras dar hijos a Abraham» (Mt. 3:9). Pablo dijo: «Pues no está en el exterior el ser judío, ni es circuncisión la externa, la de la carne. El verdadero judío lo es en el interior, y la verdadera circuncisión, la del corazón, según el espíritu y no según la letra» (Rm. 2:28-29). Nuevamente, testificó, diciendo: «no todos los descendientes de Israel son Israel» (Rm. 9:6). Estas eran palabras de Pablo y las dijo para reprender a los judíos que estaban orgullosos de ser la nación escogida simplemente porque eran descendientes directos de Abraham, aunque no vivían de acuerdo con la voluntad de Dios.
Por lo tanto, se puede decir que los descendientes de Jacob eran el pueblo escogido de Israel en el tiempo de su partida de Egipto, pero dejaron de ser «Israel» cuando se rebelaron contra Dios en el desierto. Por consiguiente, Dios los abandonó y todos perecieron en el desierto, y Dios condujo a Canaán sólo a sus descendientes, los que siguieron a Moisés, como el verdadero Israel. De los descendientes que entraron en el país de Canaán, los del Reino del Norte, que consistía de las diez tribus que se rebelaron contra Dios, perecieron porque dejaron de ser la nación escogida de Israel; sólo el Reino Sur de Judá, que se componía de las dos tribus que siguieron la voluntad de Dios, pudo, como el verdadero pueblo escogido de Israel, recibir a Jesús. Sin embargo, este pueblo judío también perdió completamente su calificación como pueblo escogido cuando lo crucificó a Jesús.
¿Cuál fue, entonces, el pueblo escogido de Israel después de la muerte de Jesús en la cruz? Fueron los fervientes cristianos, que tomando posesión de la fe de Abraham, heredaron la misión que sus descendientes directos fracasaron en llevar a cabo. Por consiguiente, la Biblia aclara que el centro de la providencia de Dios para la restauración ha sido trasladado de los israelitas a los gentiles (Hch. 13:46), diciendo: «Su caída [la de los judíos] ha traído la salvación a los gentiles, para llenarlos de celos» (Rm. 11:11). Por esto, podemos comprender que el pueblo escogido de Israel, que debe establecer el fundamento para el Mesías de la Segunda Llegada, no son los descendientes directos de Abraham, sino los fervientes cristianos que han heredado la fe de Abraham.

2. CRISTO VOLVERA A UNA NACION ORIENTAL

Como dijo Jesús en Mateo 21:33 en una parábola, el pueblo judío al entregar a Cristo a la cruz cayó en la posición de los viñadores que mataron al hijo del propietario de la viña. ¿Qué nación será, entonces, la que tomará sucesión de la herencia de Dios, quitada al pueblo judío, y que rendirá sus frutos? La Biblia nos enseña que es una nación de Oriente.
Leemos en la Biblia (Ap. 5:1) que en la mano derecha de Dios había un libro, escrito por dentro y por fuera, sellado con siete sellos «Pero nadie era capaz, ni en el cielo ni en la tierra, ni bajo la tierra, de abrir el libro ni de leerlo», y Juan viendo esto lloraba profusamente. Entonces, fue el Cordero y tomó el libro de la mano de Dios que estaba sentado en el trono (Ap. 5:7) y abrió cada uno de los siete sellos (Ap. 6:1).
Después de leer el relato del Cordero cuando abre el sexto sello (Ap. 6:12), y como una escena intermedia antes de la apertura del último sello, está el relato de Apocalipsis 7. La Biblia sigue diciendo en Apocalipsis 7:2-4 que otro ángel subía de donde nace el sol con el sello del Dios vivo, y selló a los siervos escogidos de Dios en sus frentes y el número de los marcados con el sello fue ciento cuarenta y cuatro mil. Está escrito de nuevo que estaba de pie el Cordero, el Señor, y con él los ciento cuarenta y cuatro mil que habían sido sellados (Ap. 14:1).
Por estos versículos bíblicos, podemos saber que Cristo nacerá en un país del Oriente, es decir, de donde nace el sol, y que pondrá un sello sobre las frentes de los ciento cuarenta y cuatro mil, los primeros escogidos de entre la gente de la tierra, con un nombre y el nombre de su Padre (Ap. 14:1). Por consiguiente, vemos que la nación que tomará posesión de la herencia de Dios y que producirá los frutos para la Segunda Llegada del Señor está en el Oriente. Entonces, ¿cuál de entre las muchas naciones del Oriente será la nación escogida?

3. ESTA NACION DEL ORIENTE ES COREA

Ahora sabemos, como se ha aclarado previamente, que Cristo no vendrá de los descendientes lineales de Abraham, sino a la nación que tomará su herencia y rendirá sus frutos; y que la nación que producirá los frutos debe ser una de las naciones orientales. Desde antiguo, por «naciones orientales» nos hemos referido a Corea, Japón y China. De las tres, Japón es la nación que ha adorado a Amaterasuomikami generación tras generación; además, en el período de la Segunda Llegada era una nación totalitaria, y como se verá más tarde, fue la nación que persiguió al Cristianismo de Corea. China, siendo una nación comunista, está en el lado satánico juntamente con Japón.
Por consiguiente, la nación del Oriente donde vendrá Cristo sólo puede ser Corea. Ahora, probemos bajo varios puntos de vista basados en el Principio, que Corea debe ser la nación que reciba al Señor de la Segunda Llegada. La nación en la que volverá el Mesías debe cumplir las siguientes condiciones:

(1) Esta nación debe establecer el fundamento nacional para la restauración por indemnización

Para que Corea llegue a ser la nación que pueda recibir al Mesías, debe establecer el fundamento nacional de 40 días de separación de Satanás para la restauración cósmica de Canaán.
¿Por qué motivos el pueblo coreano ha de establecer este fundamento? Si el Señor debe venir en Corea, el pueblo coreano llegará a ser el «Tercer Israel», la nación escogida de Dios. Los descendientes directos de Abraham, que habían sido perseguidos en Egipto mientras servían a la voluntad de Dios en la Era del Antiguo Testamento, fueron el «Primer Israel», mientras que los cristianos, quienes, acusados de herejes por el Primer Israel, se habían hecho cargo de la providencia de la restauración sirviendo a Jesús resucitado, fueron el «Segundo Israel». Además, ya sabemos por afirmaciones previas, que el Señor será acusado de hereje incluso por los cristianos, el «Segundo Israel», pues está profetizado en Lucas 17:25 que el Señor primero debe padecer mucho, incluso en su Segunda Llegada, de igual manera que ocurrió en los días de Noé. Si es así, Dios tendrá que abandonar a los cristianos si persiguen al Señor de la Segunda Llegada, así como abandonó al pueblo judío cuando rechazó a Jesús (Mt. 7:23). Entonces el pueblo coreano, que debe cumplir la tercera providencia de Dios sirviendo al Señor de la Segunda Llegada se convertirá en el Tercer Israel, la nación escogida.
El Primer Israel sufrió 400 años de esclavitud en Egipto, que era el mundo satánico en aquel tiempo, con el fin de establecer el fundamento de 40 días de separación de Satanás para comenzar el curso de la restauración nacional de Canaán. Del mismo modo, el Segundo Israel también resistió y superó los 400 años de persecución bajo el Imperio Romano, que era el mundo satánico en aquel tiempo, con el fin de establecer el fundamento de 40 días de separación de Satanás para comenzar el curso de la restauración mundial de Canaán. Naturalmente, el pueblo coreano, siendo el Tercer Israel, debe sufrir esclavitud por una cierta duración de tiempo correspondiente al número 40, bajo una nación del lado satánico, con el fin de establecer el fundamento de 40 días de separación de Satanás, para comenzar el curso de la restauración cósmica de Canaán. Este período fue en realidad el período de 40 años en el que Corea sufrió persecución como estado vasallo del Imperio japonés.
¿Bajo qué circunstancias sufrió el pueblo coreano los 40 años de esclavitud bajo el Imperio japonés? El control imperialista y agresivo de Japón sobre Corea empezó conforme al «Tratado de Protección de Eul-sa», que era un tratado por el que se confiaban todos los derechos diplomáticos de Corea al cuidado del Ministerio de Asuntos Exteriores del Imperio japonés y que fue concluido en 1905, entre Hiro-humi Ito de Japón y Wan Yong Lee de Corea, un Ministro de Educación projaponés de aquella época. Japón privó a Corea de sus derechos en todos los campos, como la política, diplomacia y economía, controlando toda la administración doméstica, por medio del gobernador y secretarios que los japoneses pusieron en cada distrito. Esto constituyó el «Tratado de Protección de Eul-sa».
Japón, después de anexar a Corea por la fuerza en 1910, privó completamente de libertad al pueblo coreano, encarcelando o aniquilando a numerosos patriotas y aún peor, invadiendo el palacio real e incluso asesinando a la Reina. Durante el Movimiento de Independencia Coreano del día primero de marzo de 1919, los japoneses mataron a innumerables buenos ciudadanos de Corea. Además, en el tiempo del gran terremoto de Kanto en Japón en 1923, el pueblo japonés, inventando rumores sin fundamento, masacró a innumerables inocentes coreanos que vivían en Tokio. Mientras tanto, incontables coreanos, que no podían soportar la tiranía japonesa, tuvieron que emigrar al vasto desierto de Manchuria en busca de libertad, dejando la fértil tierra de su patria en manos de los japoneses. Allí, lucharon por la liberación de su patria, pasando inenarrables penalidades y privaciones. Los soldados japoneses, buscando patriotas coreanos de aldea en aldea, detenían a veces aldeas enteras, incluyendo ancianos y jóvenes, encerrándolos en un edificio y masacrándolos incendiando el edificio. Japón continuó con esta tiranía hasta el día de la caída del imperio. Los coreanos que murieron en el tiempo del Movimiento de Independencia Sam-il y en el desierto de Manchuria eran cristianos en su mayoría. Además, hacia el fin del Gobierno Imperial, los japoneses forzaron a los cristianos coreanos a dar culto en los templetes de Sinto y encarcelaron o mataron a innumerables cristianos que se oponían a hacerlo. Además, la política opresiva del imperialismo japonés hacia la cristiandad coreana poco antes de su liberación el 15 de agosto, fue atroz. Sin embargo, con la admisión de la derrota en la Segunda Guerra Mundial por el emperador japonés Hirohito, el pueblo coreano fue liberado finalmente de la esclavitud.
De esta forma, la nación coreana, durante los 40 años que siguieron al «Tratado de Protección de Eul-sa» en 1905, hasta su liberación en 1945, sufrió persecuciones no menos severas que las que sufrieron el Primer Israel y el Segundo Israel en Egipto y en el Imperio Romano respectivamente. Ya que el movimiento de independencia nació principalmente de entre los cristianos dentro del país y en el extranjero, fueron en su mayoría los cristianos quienes sufrieron las persecuciones.

(2) Esta nación debe ser al mismo tiempo la línea de frente de Dios y de Satanás

Ya que Dios bendijo a Adán para que tuviese dominio sobre toda la creación, Dios tenía que permitir a Satanás realizar antes que El, el mundo fuera del Principio según el modelo de las bendiciones. Dios ha estado restaurando este mundo al lado celestial. Por consiguiente, en la consumación de la historia humana, como se ha expuesto anteriormente, este mundo será dividido necesariamente en dos: la democracia y el comunismo. Dado que el Señor viene con el fin de restaurar el mundo caído en el mundo original de la creación, es evidente que Dios debe realizar Su providencia para restaurar el mundo comunista al lado celestial, centrado en el país adonde va a venir el Señor de la Segunda Llegada. Por lo tanto, Corea, donde vendrá el Señor, debe llegar a ser la primera línea del inmenso amor de Dios y al mismo tiempo la primera línea del creciente odio de Satanás; en otras palabras, donde las dos potencias de la democracia y del comunismo deben estar en pugna entre sí. El paralelo 38 de Corea se estableció conforme a esta providencia de la restauración.
La ofrenda del sacrificio tiene que estar en la línea de rivalidad entre Dios y Satanás, como condición por la que se determina que es correcta. Ya que el pueblo coreano es la ofrenda del sacrificio como nación situada en esta línea para la restauración universal, Dios tiene que cortar este sacrificio nacional en dos, al igual que hizo cortar a Abraham sus ofrendas. Esto es por lo que Corea está dividida en dos por el paralelo 38, separada en dos naciones: una de tipo Caín y otra de tipo Abel.
Naturalmente, este paralelo 38 es precisamente la línea de frente de la democracia y del comunismo y al mismo tiempo la línea de frente de Dios y Satanás. Por consiguiente, la guerra que estalló el 25 de junio de 1950 a lo largo del paralelo 38 de Corea, no fue meramente un conflicto entre compatriotas causado por la separación de la tierra, sino la confrontación entre los dos mundos de la democracia y del comunismo, y además, la confrontación entre Dios y Satanás. Ya que este conflicto asumió un carácter mundial por el propósito de la providencia de la restauración, la movilización de muchas naciones miembros de la O.N.U. en la guerra de Corea les permitió participar inconscientemente en la providencia de Dios, obrando para la liberación de la patria.
Cuando cayeron los primeros antepasados humanos, el lado celestial y el lado satánico se dividieron. Por consiguiente, la vida y la muerte, el bien y el mal, el amor y el odio, la alegría y la tristeza, también se dividieron en ese momento, y han estado en pugna durante el largo período de la historia desde entonces. Los pares en lucha se dividieron respectivamente en los dos mundos de la democracia y del comunismo. Estos volvieron a estar de nuevo en lucha a nivel mundial centrados en Corea. Por ello, Corea se ha enfrentado con un gran caos, luchando entre sí religiones e ideologías, políticas y economías; todo esto influye gradualmente en el mundo entero. Debido a que estos tipos de fenómenos, que surgen primeramente en el mundo espiritual, deben desarrollarse substancialmente centrados en Corea que es el centro de la providencia de la restauración, para ampliarse cada vez más hasta llegar a ser mundiales. Sin embargo, debemos saber que la aparición de tal caos es la señal de la venida del mundo de un nuevo orden, tal como está escrito: «...cuando ya sus ramas están tiernas y brotan las hojas, caéis en cuenta de que el verano está cerca» (Mt. 24:32).
Cuando los fariseos le preguntaron a Jesús acerca del lugar de la Segunda Llegada, Jesús respondió: «Donde esté el cuerpo, allí también se congregarán los buitres» (Lc. 17:37). La vida eterna y la muerte eterna deben enfrentarse entre sí en Corea, que es la línea de frente de Dios y la línea de frente de Satanás. Por consiguiente, Satanás, simbolizado por los buitres debe reunirse aquí en busca de la gente de muerte, mientras que el Señor viene también a esta tierra en busca de la gente de vida.

(3) Esta nación debe ser el objeto del corazón de Dios

Con el fin de llegar a ser el objeto del corazón de Dios, debemos seguir en primer lugar el camino de sangre, sudor y lágrimas. Estando bajo el dominio de Satanás, el hombre llegó a ponerse en oposición a Dios. Por consiguiente, Dios, con un corazón paternal, lleno de tristeza por la pérdida de sus hijos ha vagado en el mundo de pecado para salvarlos de la corrupción. Con el fin de salvar a la humanidad, que se había rebelado contra El, tuvo que ver cómo Sus queridos hijos fueron sacrificados por Satanás, sufriendo finalmente el dolor de tener que entregar a Su hijo Jesús a la cruz. Por lo tanto, desde la caída del hombre hasta el presente Dios se ha afligido día tras día, de igual manera, cualquier individuo, hogar o nación que ha luchado contra el mundo satánico por la voluntad de Dios no ha podido evitar el camino de sangre, sudor y lágrimas.
Siendo nosotros los hijos que seguimos el camino de piedad filial y de lealtad como objetos del corazón paternal que sufre tanto, ¿cómo podemos esperar estar cómodos y satisfechos? La nación que reciba al Mesías debe seguir el camino de sangre, sudor y lágrimas, porque Su pueblo debe llegar a ser hijos de piedad filial poniéndose como el objeto del afligido corazón de Dios. Puesto que el Primer Israel siguió el camino de la tribulación, el Segundo Israel hizo lo mismo. El pueblo coreano, como Tercer Israel, también debe seguir necesariamente el mismo camino. El curso histórico de indescriptible miseria que ha sufrido el pueblo coreano, era el camino necesario que debían seguir como pueblo elegido de Dios. Por consiguiente, el camino de la aflicción ha llevado al pueblo coreano a una gran bienaventuranza.
A continuación, la nación que ha de ser el objeto del corazón de Dios, debe ser necesariamente un pueblo bueno a los ojos de Dios. La nación coreana es un pueblo de linaje homogéneo, que tiene una larga historia de más de 4.000 años. Incluso durante las dinastías de Koguryo y Shila, cuando el poder nacional estaba en su mejor estado, Corea sólo repelió a las potencias extranjeras que la agredieron, pero ni una sola vez invadió a otros países. Viendo que la primera naturaleza de Satanás es su arrogancia agresiva, es evidente, considerándolo simplemente bajo este aspecto que el pueblo coreano está en el lado celestial. La estrategia de Dios ha sido siempre la de lograr la victoria desde la posición de ser atacado. Por consiguiente, aunque han sido sacrificados innumerables profetas y hombres buenos en el curso de la historia, y aunque Dios dejó que Su hijo Jesús fuese crucificado, el resultado siempre ha sido una victoria para Dios. Tanto en la Primera como en la Segunda Guerra Mundial, el lado satánico fue siempre el primero en atacar, pero en ambas ocasiones el lado celestial logró la victoria. De la misma forma, el pueblo coreano ha sido invadido por innumerables naciones en el curso de la historia. No obstante, esto sólo fue para lograr la victoria final como la nación del lado celestial.
El pueblo coreano está dotado por naturaleza con un don religioso. Su naturaleza religiosa siempre le ha impulsado a buscar, aparte de la realidad, lo que está más allá de ella. Por ello, la nación coreana, que está dotada con un fuerte respeto a Dios, desde tiempos muy lejanos cuando su nivel cultural era bajo hasta el presente nunca ha valorado ninguna religión que persiga la felicidad diaria deificando indignamente objetos naturales. El pueblo coreano, como nación, tiene un carácter nacional que valora sumamente la lealtad, la piedad filial y la virtud. Esta tendencia, proveniente de la corriente interna de su carácter nacional que valora la lealtad, la piedad filial y la virtud, hace que esta nación, en general, aprecie historias tan nobles como «Chun Hyung» y «Shim Chung».

(4) Esta nación debe tener testimonios proféticos entre el pueblo

Referente al testimonio profético revelado a la nación coreana, en primer lugar, sabemos que esta nación tiene una idea mesiánica conforme a la revelación dada a su pueblo. El Primer Israel creía, por los testimonios de sus profetas (Ml. 3:20-23, Is. 60:1-22), que el Mesías vendría en el futuro como su Rey y que salvaría al pueblo estableciendo el Reino. El Segundo Israel siguió el difícil camino de la fe en la esperanza de que el Mesías volviese.
Del mismo modo, la nación coreana, como el Tercer Israel, ha creído desde hace 500 años en tiempo del reinado de la dinastía Yi en la profecía de que el Rey de Justicia aparecería en esta tierra y que estableciendo el Milenio recibiría tributos de todos los países del mundo. Esta fe ha alentado al pueblo a sufrir el amargo curso de la historia, esperando el tiempo de su venida. Esta era realmente la idea mesiánica que el pueblo coreano creía conforme al «Chung Gam Nok», un libro de profecía. Dado que incluye la profecía de que aparecería un nuevo rey en Corea, los gobernantes han declarado a esta ideología fuera de la ley. Además, los gobernantes durante el régimen japonés, la suprimieron, quemando los libros con el fin de destruirla. Después de la introducción del Cristianismo esta idea fue considerada como una superstición. No obstante, esta expectación mesiánica, que está profundamente arraigada en el alma coreana, ha sido continuamente transmitida hasta el tiempo presente. Correctamente interpretado, el Rey de Justicia _Chung-Do Ryung (la persona que viene con las palabras de justicia de Dios) a quien ha esperado por tanto tiempo el pueblo coreano, es el nombre al estilo coreano del Señor de la Segunda Llegada. Dios reveló por medio del Chung Gam Nok, antes de la introducción del Cristianismo en Corea, que el Mesías volvería a Corea en el futuro. Hoy día muchos eruditos han descubierto que la mayoría de las profecías escritas en este libro coinciden con las de la Biblia.
En segundo lugar, es una realidad que los creyentes de cada religión dentro de esta nación están recibiendo revelaciones de que el fundador de su religión volverá a Corea. Como se ha expuesto con detalle en la Parte I, Cap. III, en realidad, desde el punto de vista de la historia del desarrollo de las esferas culturales, todas las religiones tienden a unirse en una religión; es decir, el Cristianismo. El Cristianismo en los Ultimos Días es la religión final que puede cumplir el propósito de las otras innumerables religiones que han surgido hasta ahora. Por consiguiente, Cristo, que viene de nuevo como el centro del Cristianismo, debe cumplir totalmente el propósito de todas las religiones, que sus respectivos fundadores proyectaron realizar durante sus vidas en la tierra. Por lo tanto, el Señor de la Segunda Llegada, desde el punto de vista de su misión, representa la segunda venida del fundador de cada religión (ref. Parte I, Cap. V, Sec. II, 4). Naturalmente, los fundadores de muchas religiones, cuyos seguidores piensan que volverán a Corea a cumplir su expectativa de acuerdo a lo que recibieron por revelación, no volverán como individuos diferentes sino que volverán a través de un gran personaje, el Señor de la Segunda Llegada. Cada grupo religioso ha recibido revelaciones diferentes referentes a la Segunda Llegada del Señor. El Budismo dice que Miruk-Bul (Buda) va a venir, mientras que el Confucionismo dice que vendrá Jin-In (Hombre Verdadero), el Chun-Doismo dice que vendrá Choi Su Un (su fundador), y el grupo Chung-Gam-Nok dice que vendrá Chung-Do Ryung (Hombre con Palabras Verdaderas).
En tercer lugar, podemos señalar el hecho de que están apareciendo como bambú después de la lluvia muchas señales espirituales que se refieren a la venida del Señor a Corea. La palabra de la promesa de que Dios derramará Su espíritu sobre toda carne (Hch. 2:17) se está realizando entre el pueblo coreano de hoy. Por consiguiente, un sin número de hombres religiosos están recibiendo revelaciones muy claras sobre la Segunda Llegada del Señor a Corea de muchos modos diferentes, tomando contacto con muchos hombres espirituales de diversos niveles: desde el ámbito de los espíritus seculares hasta el reino de los espíritus del nivel del paraíso. Sin embargo, los líderes del mundo cristiano actual, debido a su ignorancia espiritual, no han reaccionado todavía y han rehusado prestar atención a tales cosas. Esto es similar a lo que sucedió en los días de Jesús, cuando los jefes de los sacerdotes y rabinos, que deberían haber sido los primeros en saber de la venida del Mesías, ignoraban enteramente el hecho debido a su ignorancia espiritual, mientras que por otro lado, los astrólogos y los pastores tenían conocimiento del mensaje por revelación.
Jesús dijo: «Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a sabios y prudentes, y se las has revelado a pequeños» (Mt. 11:25). Por esto, Jesús se lamentaba de la ignorancia espiritual de los líderes del judaísmo y al mismo tiempo agradecía a Dios por derramar gracia, revelando cosas celestiales a los creyentes de aquel tiempo, que eran inocentes como niños aunque no instruidos.

(5) Todos los aspectos de la cultura y de la civilización deben dar fruto en esta nación

Como ya se ha mencionado (ref. Parte I, Cap. III, Sec. V, 1), los problemas fundamentales del hombre podrán resolverse totalmente y realizarse entonces el mundo ideal de la creación de Dios, únicamente por la unificación de la religión y la ciencia, o de la civilización espiritual y la material, que se han desarrollado para superar los dos aspectos de la ignorancia del hombre. El mundo que el Señor debe realizar en la Segunda Llegada debe ser un mundo en el que la ciencia se haya desarrollado hasta un elevado grado, de modo que todas las culturas que se han desarrollado en el curso vertical de la historia en la providencia de la restauración, puedan ser restauradas a la vez, horizontalmente, en la sociedad centrada en el Señor de la Segunda Llegada, realizando así la sociedad cultural del más alto grado. Por consiguiente, toda la religión y la ciencia -y por ello, los dos aspectos de la cultura, la espiritual y la material- deben ser absorbidos y armonizados bajo una sola verdad centrados en Corea; produciendo frutos que pertenezcan al mundo ideal del deseo de Dios.
En primer lugar, todos los aspectos de la civilización avanzada en el continente deben dar fruto también en Corea. Por consiguiente, la cultura continental de la era antigua, nacida en Egipto, se trasladó para formar la cultura peninsular de Grecia, Roma e Iberia. Esta cultura peninsular se desplazó de nuevo para formar la cultura insular de Inglaterra. Entonces, la cultura insular llegó a ser la cultura continental de América y volvió a la cultura insular de Japón. Ahora, este ciclo de peregrinación de la cultura debe ser completado y finalizado con la cultura peninsular en la tierra de Corea, adonde Cristo ha de volver.
En segundo lugar, el aspecto de la civilización que se refiere a ríos y mares debe dar fruto en la cultura oceánica del Pacífico, donde está ubicada Corea. La cultura fluvial que se desarrolló en primer lugar en los ríos Nilo, Tigris y Eufrates, se trasladó hasta formar la cultura mediterránea centrada en Grecia, Roma, España y Portugal; después, esta cultura mediterránea se trasladó de nuevo para formar la cultura atlántica centrada en Inglaterra y América; esta cultura dará fruto finalmente como la cultura del Pacífico, donde América, Japón y Corea tienen igualmente situadas sus líneas costeras.
En tercer lugar, el aspecto de la civilización que se refiere al clima debe dar también fruto en Corea. Desde el punto de vista del clima, la acción y multiplicación de todos los seres vivos comienza en primavera, florece en verano, da fruto en otoño y después de la cosecha son almacenados durante el invierno. El ciclo de primavera, verano, otoño e invierno, no se repite solamente cada año. Examinando la unidad del día, encontramos que la mañana se corresponde a la primavera, el mediodía al verano, la tarde al otoño y la noche al invierno. Por otra parte, la infancia, juventud, madurez y vejez de la vida de un hombre también sigue este modelo; y toda la historia humana, también se ha desarrollado así. Esto es porque Dios creó el mundo bajo el principio del cambio climático.
Dios creó a Adán y Eva en la primavera. Por consiguiente, la civilización de la humanidad tenía que comenzar como la civilización de la zona templada del Edén, ser trasladada a la civilización de la zona tropical como verano y después de trasladarse a la civilización de la zona fría del otoño, tenía que llegar finalmente a la civilización de la zona helada del invierno. Pero, debido a la caída, el hombre cayó un estado salvaje. No siendo capaz de producir la civilización de la zona templada, vivió una vida primitiva en la zona tropical. De este modo, se produjo la civilización de la zona tropical en el antiguo continente de Egipto. Esta, trasladada del continente a la civilización peninsular (Grecia, Roma e Iberia) y a la insular (Inglaterra), produjo la civilización de la zona fría. Transferida de nuevo al continente (Rusia), produjo la civilización de la zona helada. Ahora es el tiempo cuando debe producirse la civilización de la zona templada del Nuevo Edén en la cultura peninsular. Esto debe ser necesariamente realizado en Corea, donde todos los aspectos de la civilización deben dar fruto.

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