domingo, 20 de noviembre de 2016

La Providencia de la Resurrección - El Principio Divino


SECCION II

La Providencia de la Resurrección

1. ¿COMO REALIZA DIOS LA PROVIDENCIA DE LA RESURRECCION?

La resurrección es el fenómeno gradual de restauración del hombre caído al hombre original de la creación. Por lo tanto, la «providencia de la resurrección» significa la providencia de la restauración. En otras palabras, ya que la providencia de la restauración es la providencia de la recreación, la providencia de la resurrección es también la providencia de la recreación. Por esta razón, la providencia de la resurrección se realiza de la siguiente manera, de acuerdo a los principios de la creación.
Primero, en la historia de la providencia de la resurrección, si bien las figuras centrales a cargo de una cierta responsabilidad en sus respectivas misiones, no pudieron cumplir completamente sus partes de responsabilidad, ofrecieron sus máximos esfuerzos con completa lealtad por la voluntad de Dios. En proporción a sus realizaciones, pudieron ampliar la base sobre la cual el hombre caído podía estrechar su relación de corazón con Dios. Con el correr de la historia, la gente de las sucesivas generaciones podía disfrutar del mérito de la era de la providencia de la restauración, gracias al fundamento de corazón acumulado por santos y profetas del pasado. La providencia de la resurrección se realiza, por lo tanto, de acuerdo con los beneficios de la era.
En segundo lugar, de acuerdo con los principios de la creación, el hombre, creado como parte de responsabilidad de Dios, recién puede alcanzar la perfección cuando cree y practica las palabras dadas por Dios. Por consiguiente, al realizar la providencia de la resurrección, la parte de responsabilidad de Dios debe ser dar las «palabras» para la providencia. La voluntad de Dios se realizará siempre y cuando el hombre crea y practique estas palabras, como su propia parte de responsabilidad.
Tercero, a la luz de los principios de la creación, el hombre espiritual fue hecho para crecer y llegar a la perfección sólo usando como base su cuerpo físico. Así la resurrección del hombre espiritual, de acuerdo con el principio de la recreación, también se realiza solamente centralizado en la vida física en la tierra.
Cuarto, el hombre fue creado para ser perfecto atravesando tres etapas ordenadas de crecimiento, conforme a los principios de la creación. Por ello, la providencia de la resurrección de los hombres caídos también tiene que ser realizada pasando por las tres etapas ordenadas del período providencial.

2. LA PROVIDENCIA DE LA RESURRECCION DE LOS HOMBRES EN LA TIERRA

(1) La providencia para el fundamento de la resurrección

Dios comenzó Su providencia de la resurrección en la familia de Adán. Pero como no cumplieron su parte de responsabilidad los personajes centrales que apoyaban la voluntad de Dios, la providencia ha venido postergándose y recién comenzó a realizarse a partir de que Abraham fue establecido 2.000 años después como «padre de la fe». Por esta razón, el período de 2.000 años desde Adán hasta Abraham fue la era que logró un fundamento para que en la era entrante, se pueda realizar la providencia de la resurrección. Llamamos a este período la «era providencial para el fundamento de la resurrección».

(2) La providencia de la resurrección en la etapa de formación

Durante el período de 2.000 años desde el tiempo de Abraham, en que comenzó la providencia de la resurrección, hasta el tiempo de Jesús, Dios realizó la providencia de la resurrección de formación. Los hombres que vivían en la tierra en este período podían recibir el beneficio de la era de acuerdo con la providencia divina de la resurrección de formación. Dios realizó su providencia para que el hombre cumpla su responsabilidad y sea justificado por medio de creer y practicar las palabras de los diez mandamientos del Antiguo Testamento dadas para esta era. Por lo tanto, designamos a esta era la «era de la justificación por las obras». La gente de esta era pudo alcanzar un espíritu de formación, al resucitar su espíritu sobre la base del cuerpo físico, practicando la Ley. Cuando un hombre que ha alcanzado el nivel de espíritu de formación en la tierra abandona su cuerpo físico, su espíritu va a vivir al mundo espiritual en ese nivel.

(3) La providencia de la resurrección en la etapa de crecimiento

Debido a la crucifixión de Jesús, la providencia de la resurrección no pudo ver su cumplimiento y ha sido prolongada hasta el tiempo de la Segunda Llegada. El período de 2.000 años de prolongación se llama la «era providencial para la etapa de crecimiento de la resurrección», debido a que en esta era se realiza la providencia de la resurrección en la etapa de crecimiento mediante la salvación espiritual. Los hombres terrenales de esta época pueden recibir el beneficio de la era, de acuerdo con la providencia de Dios de la resurrección en la etapa de crecimiento. Dios realizó la providencia de la resurrección en la etapa de crecimiento, para que la gente quedara justificada cumpliendo su parte de responsabilidad al creer en las palabras del Nuevo Testamento, que Dios les había dado para la providencia de esta era. Llamamos a esta era la «era de la justificación por la fe». La gente de esta era puede alcanzar la etapa de espíritu de vida logrando que su hombre espiritual pase por la resurrección en la etapa de crecimiento mediante su fe en el Evangelio. Cuando un hombre que ha alcanzado la etapa de espíritu de vida abandona su cuerpo físico, va al Paraíso, que es el mundo espiritual en donde viven los que han alcanzado la etapa de espíritu de vida.

(4) La providencia de la resurrección en la etapa de perfección

Llamamos «era providencial para la etapa de perfección de la resurrección» a la era en la que se perfecciona la providencia de la resurrección, resucitando en el espíritu y en la carne por medio del Señor en su Segunda Venida. Todos los hombres terrenales de esta época, pueden recibir el mérito de la era providencial de la resurrección en la etapa de perfección. El Señor de la Segunda Llegada viene con la nueva verdad para cumplir las Palabras del Antiguo y Nuevo Testamento (ref. Parte I, Cap. III, Sec.V, 1). Por lo tanto, Dios lleva a cabo la providencia de la resurrección en la etapa de perfección de tal manera que la gente será justificada cumpliendo su responsabilidad al creer en la nueva verdad (será mejor llamar a esta verdad El Testamento Completo) que será dada para el cumplimiento del Antiguo y Nuevo Testamento, y sirviendo directamente al Señor. Así pues, esta era puede ser llamada la «era de la justificación por el servicio». Los hombres que pertenecen a esta era pueden alcanzar la etapa de espíritu divino resucitando completamente, a la vez en espíritu y en cuerpo, creyendo y sirviendo al Señor de la Segunda Llegada. El lugar de la tierra donde viven los hombres que han perfeccionado su espíritu divino se llama el Reino de los Cielos sobre la tierra. Cuando un hombre perfecto que vivió en el Reino de los Cielos sobre la tierra abandona su cuerpo físico, pasa a vivir al Reino de los Cielos en el cielo, que es la región del mundo espiritual perteneciente a los espíritus divinos.

(5) El Reino de los Cielos y el Paraíso

Los cristianos, hasta el presente, han confundido los conceptos de Reino de los Cielos y Paraíso, porque no conocían el Principio. Si Jesús hubiera cumplido el propósito de su venida a la tierra como el Mesías, en aquel tiempo ya habría sido realizado el Reino de los Cielos sobre la tierra y los hombres perfectos, que viven en el Reino de los Cielos sobre la tierra, hubieran ido al mundo espiritual como hombres espirituales perfectos que ha alcanzado la etapa de espíritu divino, el Reino de los Cielos en el cielo se habría realizado en aquel tiempo.
Sin embargo, el Reino de los Cielos no fue realizado, debido a la crucifixión de Jesús, y ninguna persona de la tierra ha logrado la etapa de espíritu divino. Por esta razón, ningún hombre espiritual ha entrado en el Reino de los Cielos en el cielo, que fue creado como la morada de los hombres espirituales en la etapa de espíritu divino. Por consiguiente, el Reino de los Cielos en el cielo aún permanece vacío. Al observar al hombre, que debería ser su morador, podemos afirmar que el Reino de los Cielo aún no se ha realizado. ¿Por qué dijo Jesús que quien creyera en él entraría en el Reino de los Cielos? Esto fue debido a que el propósito original de su venida a la tierra era realizar el Reino de los Cielos. No obstante, Jesús murió en la cruz sin haber realizado el Reino de los Cielos sobre la tierra, a causa de la incredulidad del pueblo.
Jesús permitió al ladrón que fue crucificado a su lado que entrara con él en el Paraíso, porque el ladrón fue la única persona que al final tuvo fe en él, mientras que el resto de la gente de su tiempo no lo hizo (Lc. 23:43). Jesús enfatizó la posibilidad de entrar en el Reino de los Cielos cuando aún tenía la esperanza de cumplir su misión como el Mesías. Pero en el momento de su crucifixión, que impedía el cumplimiento de la voluntad, Jesús expresó que iba a ir al Paraíso. El Paraíso es la región del mundo espiritual a donde van después de la muerte, los hombres espirituales que han logrado la etapa de espíritu de vida creyendo en Jesús durante su vida en la tierra, y allí aguardan hasta que se abra la puerta del Reino de los Cielos.

(6) Los fenómenos espirituales de los Ultimos Días

Conforme a la providencia de la restauración, después de caer del nivel de perfección de la etapa de crecimiento, el hombre se restaura hasta el nivel de perfección de la era de crecimiento del Nuevo Testamento, pasando por la era de formación del Antiguo Testamento; llamamos «Ultimos Días» a la era de retorno a la posición de los progenitores del ser humano antes de la caída.
Por ser esta la era donde se restaura mundialmente el tiempo en que Adán y Eva podían comunicarse libremente con Dios antes de la caída, aparecen en la tierra muchas personas que pueden comunicarse con el mundo espiritual. La promesa de Dios de que en los Ultimos Días El derramaría su Espíritu sobre toda carne (Hch. 2:17), solamente se puede comprender mediante este principio.
En los Ultimos Días, aparecen muchos que reciben la revelación «Tú eres el Señor». Comúnmente estas personas fallan en encontrar el camino justo, creyendo que son el Señor de la Segunda Llegada. ¿Cuál es la razón?
Originalmente, Dios creó al hombre y lo bendijo para ser el señor y gobernante de toda la creación (Gn. 1:28). No obstante, el hombre falló en realizar esta bendición por la caída. Cuando el hombre alcanza el nivel espiritual correspondiente a la posición de Adán y Eva justo antes de la caída, restaurándose espiritualmente hasta el nivel de perfección de la etapa de crecimiento mediante la providencia de la restauración, entonces Dios le da la revelación de que es un señor, queriendo decir que esta persona ha restaurado la posición de ser bendecida de nuevo como el señor de toda la creación.
Los santos en los Ultimos Días que han manifestado una fe tan ardiente como para estar calificados para la revelación de que son señores, están en una posición similar a la de Juan Bautista, que vino en los días de Jesús con la misión de enderezar el camino para él (Jn. 1:23). De una manera similar, a ellos también, en proporción a sus capacidades, se les ha dado la misión de enderezar el camino del Señor de la Segunda Llegada. Así pues, reciben la revelación de que están calificados para ser señores porque han sido escogidos para esta misión.
Quienes tienen poderes de comunicación espiritual están inclinados a convertirse en anticristos; después de recibir la revelación de que son señores pueden actuar equivocadamente, como si fueran el Señor de la Segunda Llegada, pues al no conocer el Principio no se dan cuenta de la situación. Esta es en realidad la razón por la cual está profetizado que en los Ultimos Días aparecerán muchos anticristos.
Es muy común que haya conflictos y confusión entre los hombres con poderes de comunicación espiritual, porque el contenido de sus revelaciones y la clase y nivel del mundo espiritual con el que se comunican difieren el uno del otro (1 Co. 15:41). Los espiritualistas están de hecho buscando el mismo nivel espiritual; pero a causa de la diferencia del ambiente, posición, intelecto y grado espiritual de cada uno, ellos ven partes distintas del mundo espiritual, y estas divergencias les lleva a estar en conflicto.
Aquellos que reciben una misión parcial en la providencia de la restauración, debido a que sólo tienen una relación vertical con Dios no llegan a advertir de su relación horizontal con otros espiritualistas. Como sus misiones aparentan ser diferentes, es que ocurren este tipo de conflictos. Además, este tipo de conflictos horizontales es inevitable, porque Dios da a cada uno la revelación «Tú eres el mejor» para animarle a hacer su máximo esfuerzo en cumplir el propósito de la providencia de la restauración. Para sus respectivas misiones, que son parciales y limitadas, la persona que está a cargo de ella es de hecho la única y la mejor. Por esto se recibe esta revelación.
Por un lado, cuando los hombres de fe ardiente desarrollan su comunicación espiritual, luego de haber alcanzado el mismo nivel que Adán y Eva antes de la caída, están inclinados a caer por una prueba o tentación semejante a la que Adán y Eva fallaron en superar. En realidad es muy difícil superar una tentación así mientras que no se conozca el Principio. Es verdaderamente lamentable que muchos hombres religiosos, al fallar en esta prueba, hayan anulado en un instante los méritos ganados a través de las largas y amargas pruebas en su vida ascética.
¿Cómo podemos evitar esta confusión entre los hombres con dones de comunicación espiritual? En el curso de la providencia Dios ha dado misiones parciales a numerosos individuos, con el fin de cumplir rápidamente el propósito de la providencia de la restauración, y como se relaciona verticalmente con cada uno de ellos, se hace difícil evitar los conflictos entre todos los espiritualistas. Finalmente, en la consumación de la historia humana, todos llegarán a darse cuenta de que sus respectivas misiones les fueron otorgadas por Dios con un idéntico propósito: la realización de la providencia de la restauración. Establecerán relaciones horizontales entre ellos, uniéndose y Dios les dará Palabras de la nueva verdad, de modo que se realice la finalidad total de la providencia de la restauración. En ese momento, todos los espiritualistas cesarán en su obstinada insistencia de que sólo su camino es la voluntad de Dios, y sólo una vez que comprendan correctamente su misión y posición providencial ante las palabras de una verdad superior y completa, podrán superar toda confusión del pasado originada en conflictos horizontales, al mismo tiempo que coronarán de gloria sus respectivos cursos de fe.

(7) La primera resurrección

«La primera resurrección» es la que por primera vez desde que comenzó la historia providencial de la restauración y gracias a la Segunda Llegada, posibilita al hombre quitar su pecado original, restaurar su yo original y cumplir el propósito de la creación.
Por consiguiente, la esperanza de todos los cristianos es participar de la primera resurrección. ¿Quiénes podrán participar de ella? Al llegar el Señor de la Segunda Venida, participarán aquellos que perfeccionaron el propósito de la creación, logrando un cuerpo espiritual divino al quitarse el pecado original antes que los demás, por medio de colaborar en su tarea de establecer condiciones de indemnización a nivel general y mundial del curso providencial de restauración, creyendo en él, siguiéndolo y sirviéndolo.
A continuación, estudiemos qué significan los «ciento cuarenta y cuatro mil» señalados en la Biblia. Con el fin de que el Señor cumpla la providencia de la restauración en su Segunda Llegada, él debe establecer el fundamento de victoria sobre el mundo satánico. El debe establecer horizontalmente, durante una generación, a los representantes que puedan restaurar por indemnización las posiciones de los santos y los sabios en la historia que han sido invadidos por Satanás o que han fallado en cumplir su parte de responsabilidad. El número total de santos que el Señor de la Segunda Llegada debe encontrar y reunir para este propósito es ciento cuarenta y cuatro mil, como está escrito en el Apocalipsis 7:4 y 14:1-4.
En el curso de la providencia divina de la restauración, Jacob, que tenía la misión de restaurar la familia, comenzó su misión centrado en sus doce hijos; y Moisés comenzó su misión de restaurar la nación conduciendo a doce tribus. Cuando cada tribu se multiplica según el modelo de los doce hijos, el número total será ciento cuarenta y cuatro. Jesús, que tenía la misión de restaurar el mundo, estableció doce discípulos con el fin de restaurar por indemnización el número ciento cuarenta y cuatro, a la vez física y espiritualmente. Pero, debido a su crucifixión, sólo pudo trabajar espiritualmente para la restauración por indemnización. Por consiguiente, de igual manera que Jacob tuvo doce hijos con el fin de restaurar, horizontalmente, por indemnización las doce generaciones verticales desde Noé a Abraham que habían sido perdidas a Satanás, así también el Señor de la Segunda Llegada debe establecer a un cierto número necesario de santos, correspondiente al número ciento cuarenta y cuatro mil, con el fin de restaurar este número, horizontalmente, por indemnización a la vez espiritual y físicamente.

3. LA PROVIDENCIA DE LA RESURRECCION DE LOS HOMBRES ESPIRITUALES

(1) La razón y el método de la resurrección por retorno del hombre espiritual

De acuerdo a los principios de la creación, el espíritu del hombre fue creado para crecer sólo a través de la acción de dar y recibir entre los elementos de vida de Dios y los elementos de vitalidad provistos por el cuerpo del hombre. Por esta razón, el hombre espiritual no puede crecer ni resucitar sin un cuerpo físico. Para que los hombres espirituales que pasaron al otro mundo sin lograr la perfección en su vida física, puedan resucitar, deben volver a la tierra y ayudar a aquellos santos que están realizando una misión idéntica a la que ellos tuvieron, y a través de los cuerpos físicos de estos, posibilitar su cumplimiento. Por esta razón se dice en Judas 1:14, que en los Ultimos Días el Señor vendrá «con sus santas miríadas» .
¿De qué manera cooperan los hombres espirituales con los hombres en la tierra para realizar la voluntad? Cuando los hombres en la tierra forman una base recíproca con los hombres espirituales, mediante oraciones y otras actividades espirituales, entonces los hombres espirituales descienden y forman bases recíprocas con los espíritus de los hombres en la tierra, cooperando así con ellos sobre estas bases. Los hombres espirituales derraman fuego espiritual sobre los hombres terrenales, les dan el poder de curar enfermedades y les ayudan a hacer obras poderosas. Y más aún, ellos posibilitan a los hombres en la tierra ver y escuchar las realidades del mundo espiritual en espíritu, a veces haciéndole profetizar por medio de revelaciones e inspiraciones. Mediante estas actividades, como sustitutos del Espíritu Santo, cooperan con los hombres en la tierra para cumplir la voluntad de Dios.

(2) La resurrección por retorno de los hombres espirituales que habían creído en el cristianismo durante sus vidas

(i) La resurrección por retorno en la etapa de crecimiento
Aquellos espíritus de formación de la Era del Antiguo Testamento que en sus vidas sirvieron ardientemente a Dios, observando la Ley en la tierra, descendieron todos después de la llegada del Mesías y cooperaron con los santos en la tierra para cumplir la Voluntad, y de esta manera entraron en la etapa de espíritu de vida. Así, tanto los hombres espirituales que cooperaron por retorno, como los creyentes en la tierra, recibieron el mismo beneficio. Juntos realizaron un espíritu de vida y entraron al Paraíso. Llamamos a esto la «resurrección por retorno en la etapa de crecimiento».
Tomemos algunos ejemplos de la Biblia. Está claro que Elías aún estaba en el mundo espiritual, pues está escrito que Elías se apareció, como un espíritu, ante Jesús y sus discípulos (Mt. 17:3). Sin embargo, Jesús llamó a Juan Bautista «Elías». Jesús dijo esto porque Elías descendió a Juan Bautista y cooperó con él para cumplir la misión que no pudo terminar en la tierra, alcanzando así el propósito de la resurrección por retorno. Así pues, según el punto de vista de su misión, el cuerpo físico de Juan Bautista sustituía al de Elías.
Por otro lado, Mateo 27:52, afirma que después de la crucifixión de Jesús las tumbas se abrieron y muchos cuerpos de santos que habían muerto resucitaron. Esto no significa que sus cuerpos físicos, que ya se habían descompuesto en la tierra, resucitaran. Esto es, simplemente, un relato del hecho de que los hombres espirituales de la Era del Antiguo Testamento, que habían permanecido en el mundo espiritual como espíritus de formación, descendieron con el fin de entrar en la etapa de espíritu de vida, al cooperar con los santos en la tierra, quienes estaban en la posición de recibir el beneficio de la redención por la cruz. Si los santos de la Era del Antiguo Testamento hubieran resucitado literalmente de sus tumbas, seguramente habrían dado testimonio de Jesús como el Mesías. Entonces, ¿qué judío no hubiera creído en el testimonio de ellos? Sus actividades habrían quedado registradas en la Biblia. Pero no encontramos ningún relato de esta clase en la Biblia, aparte del hecho de que resucitaron de las tumbas. Según esto, podemos comprender que eran hombres espirituales que sólo podían verlos por poco tiempo aquellos que tenían abiertos sus ojos espirituales.
En comparación con el Paraíso, al cual se podía entrar mediante la redención por la cruz de Jesús, la región donde estaban los hombres espirituales de la Era del Antiguo Testamento era más oscura y angustiosa; por esta razón se la llamaba «tumba».
(ii) La resurrección por retorno en la etapa de perfección
Aquellos espíritus de vida de la Era del Nuevo Testamento que creyeron en Jesús en la tierra y fueron al Paraíso, tienen que volver de nuevo después de la Segunda Llegada del Mesías. Estos espíritus, al colaborar con los santos en la tierra en creer y servir al Señor de la Segunda Llegada, ayudándoles así a alcanzar la etapa de espíritu divino, llegarán también a ser espíritus divinos. Así, podrán entrar en el Reino de los Cielos en el cielo junto con los santos de la tierra que entren en el Reino después de dejar sus cuerpos físicos. Esta providencia de la resurrección se llama la «providencia de la resurrección por retorno en la etapa de perfección». Según el punto de vista de esta providencia, los hombres en la tierra, cooperarán con los hombres espirituales, y más aún los hombres espirituales cooperarán con los hombres en la tierra.
Hebreos 11:39-40, dice: «Y todos ellos (los santos de la Era del Antiguo Testamento), aunque alabados por su fe, no consiguieron el objeto de las promesas (permiso para entrar en el Reino de los Cielos). Dios tenía ya dispuesto algo mejor (Reino de los Cielos) para nosotros (los hombres en la tierra), de modo que no llegaran ellos (hombres espirituales) sin nosotros (los hombres en la tierra) a la perfección (ciudadanos del Reino de los Cielos)». Este pasaje bíblico confirma el principio de que los hombres espirituales no pueden llegar a la perfección si no cooperan con los hombres en la tierra. También, en Mateo 18:18, se dice: «todo lo que atéis en la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que desatéis en la tierra quedará desatado en el cielo», dando a entender que todo lo que está atado por los hombres espirituales no será desatado a no ser que los santos en la tierra lo hagan. Así pues, los hombres espirituales sólo pueden resucitar descendiendo a los santos en la tierra y cooperando con ellos. Por lo tanto, como leemos en Mateo 16:19, Jesús le dio a Pedro, representante de los santos en la tierra, las llaves del Reino de los Cielos, para que pudiera abrir la puerta del Cielo aquí en la tierra.

(3) La resurrección por retorno de los hombres espirituales que viven fuera del Paraíso

Primero, examinemos cómo pueden resucitar por retorno los hombres espirituales que cuando fueron al mundo espiritual, creían en religiones diferentes del Cristianismo. De igual manera que todos los hombres, para cumplir un propósito común, deben primeramente establecer una base recíproca, así también los hombres terrenales y los hombres espirituales deben establecer una base recíproca entre sí con el fin de cumplir el propósito de la providencia de la restauración. Por consiguiente, los hombres espirituales que vuelven para la resurrección, primeramente escogen como objetos adecuados con los cuales cooperar, a hombres en la tierra con la misma religión que ellos tenían en sus vidas físicas, y luego descienden a ellos. Así ayudándoles a cumplir el propósito de la restauración, ellos pueden recibir los mismos beneficios que los hombres en la tierra.
Segundo, investiguemos cómo los hombres espirituales buenos, que vivieron una vida de buena conciencia en la tierra aunque no tenían ninguna religión, pueden resucitar por retorno. No existe ningún hombre absolutamente bueno entre los hombres caídos, ya que llevan inherente el pecado original. Por consiguiente, al decir «hombres espirituales buenos» nos referimos a aquellos que poseen más elementos buenos que malos. Este tipo de hombres espirituales buenos descienden a hombres buenos en la tierra y cooperando con ellos en cumplir el propósito de la restauración de Dios, finalmente disfrutan de los mismos beneficios que éstos.
Tercero, estudiamos cómo los hombres espirituales malos pueden resucitar a través de su segunda llegada. En Mateo 25:41 leemos que los apartados a su izquierda están destinados al fuego eterno preparado para el «Diablo y sus ángeles». Los «ángeles del Diablo» son los hombres espirituales malos que trabajan bajo el control del Diablo. Las criaturas espirituales comúnmente llamadas «fantasmas», cuya naturaleza se desconoce, son en realidad hombres espirituales malos. Estos espíritus malos también reciben el beneficio de la era descendiendo a los hombres en la tierra.
Sin embargo, no por todas sus obras los hombres espirituales malos reciben el beneficio de la resurrección por retorno. Para que los hombres espirituales malos puedan obtener el beneficio de la resurrección por retorno, ante todo sus obras deben ayudar a establecer una condición de indemnización conforme a la intención de Dios de eliminar los pecados de los hombres en la tierra, castigándoles. Entonces, de qué manera las obras de los espíritus malos ayudan a ejercer un juicio de parte de Dios?
Veamos un ejemplo. Supongamos que hay un hombre en la tierra que está calificado para pasar de la esfera de beneficio del nivel familiar a la del nivel tribal, a través del beneficio de la era de la providencia de la restauración. Sin embargo, si este hombre tiene una cierta deuda de pecados, ya sea suya o de sus antepasados, no puede ir a la esfera de beneficio del nivel tribal sin antes haber liquidado la deuda estableciendo una condición correspondiente de indemnización. En este caso, Dios puede permitir a un espíritu malo que atormente al hombre en la tierra como castigo por su pecado. Entonces, si este hombre soporta agradecido el tormento dado por el hombre espiritual malo, puede graduarse para pasar a la esfera de beneficio del nivel tribal, por haber establecido la condición de indemnización superando la prueba. En este caso, el hombre espiritual malo recibe una parte del beneficio. De esta forma la providencia de la restauración amplía su círculo conforme al beneficio de la era, pasando de la esfera del beneficio del nivel familiar a la del nivel tribal, nacional y finalmente a la del nivel mundial. La persona a cargo de la providencia que tenga que graduarse para el nivel siguiente de la esfera del beneficio de la era debe establecer necesariamente una condición de indemnización correspondiente a la deuda de los pecados de ella misma o de sus antepasados. Hay dos métodos por los cuales los hombres espirituales malos pueden establecer una condición de indemnización para los hombres en la tierra.
El primer método es que los hombres espirituales malos obren directamente con el hombre en la tierra que tiene que establecer la condición de indemnización para eliminar su pecado. El segundo método es que el espíritu malo descienda a un hombre malo de la tierra y a través de él, realice substancialmente las obras malas en contra del hombre que establece la condición de indemnización para eliminar sus pecados.
En ambos casos, si el hombre soporta con agrado la obra del hombre espiritual malo, puede establecer una condición de indemnización por sus propios pecados y por los de sus antepasados. De esta forma se le permite entrar en la esfera del beneficio de la nueva era. Así, las obras de los hombres espirituales malos ayudan a ejercer el juicio de los pecados de los hombres en la tierra, de parte de Dios. A través de sus obras, los hombres espirituales malos pueden también entrar en la esfera de beneficios de la nueva era, con los mismos beneficios que los hombres en la tierra.

4. LA TEORIA DE LA REENCARNACION SEGUN EL PUNTO DE VISTA DE LA RESURRECCION POR RETORNO

Con el fin de cumplir el propósito completo de la providencia de la restauración, Dios ha elegido muchos individuos y les ha dado a cada uno una parte apropiada de la misión total. Además de esto, cada hombre ha transferido su misión a muchos individuos similares que le han sucedido, hasta que finalmente se ha cumplido la misión después de haber pasado por muchos individuos a lo largo de la historia humana.
La providencia de la restauración, que comenzó en un nivel individual se dirige hacia la meta final de la restauración del cosmos entero, después de pasar por el nivel familiar, nacional y mundial. Por ello, la misión de una cierta persona aunque sólo sea parcial, empieza primero como una misión individual y luego se extiende hasta llegar a ser una misión familiar, nacional y finalmente mundial. Ejemplos de esto en la Biblia son: Abraham, con una misión individual y familiar; Moisés, con una misión nacional, y Jesús, con una misión mundial.
También, los hombres espirituales que no pudieron cumplir sus misiones en la tierra, descienden a los hombres terrenales que tienen misiones similares a las que ellos tenían en su vida, y cooperan con ellos en la realización de la voluntad. Según el punto de vista de la misión, el cuerpo físico del hombre terrenal sirve como cuerpo del hombre espiritual. El hombre en la tierra, al recibir la cooperación del hombre espiritual, cumple la misión del hombre espiritual así como también la suya propia. En este caso, el hombre en la tierra es la «segunda llegada» del hombre espiritual que coopera con él, así que a menudo toma el mismo nombre del hombre espiritual. Por ello, con frecuencia los hombres en la tierra parecen ser la reencarnación del hombre espiritual. Tomemos un ejemplo de la Biblia. Juan Bautista, cumpliendo su misión mediante la cooperación de Elías, tenía que completar la misión que Elías no había terminado en la tierra. Jesús llamó a Juan Bautista «Elías» (ref. Sec. II, 3 [2]), debido a que el cuerpo de Juan era el sustituto del cuerpo de Elías.
En los Ultimos Días, los hombres terrenales que tienen misiones específicas en el nivel mundial están en la posición de suceder a los hombres espirituales que tuvieron anteriormente estas misiones en la tierra, y deben completarlas. Por consiguiente, estos hombres espirituales descienden a los hombres elegidos en la tierra y, cooperando con ellos, cumplen las misiones que dejaron incompletas en sus vidas en la tierra. Por esta razón, el hombre en la tierra que recibe la cooperación del hombre espiritual es la segunda llegada de ese hombre espiritual; también aparece como si fuera la reencarnación del hombre espiritual. Por esto mucha gente en los Ultimos Días dicen que son Cristo, Buda, Confucio o el «Olivo Verdadero» o el Arbol de la Vida. La doctrina de la reencarnación, mantenida por el Budismo, proviene de la interpretación de apariencias exteriores, por desconocer la teoría de la «resurrección a través del retorno».

SECCION III

La Unificación de las Religiones Mediante la Resurrección por Retorno

1. LA UNIFICACION DEL CRISTIANISMO MEDIANTE LA RESURRECCION POR RETORNO

Como explicamos en la Sección II, 3 (2) de este capítulo, los hombres espirituales de la etapa de espíritu de vida, descienden del Paraíso a los santos en la tierra que tienen la posibilidad de alcanzar la etapa de espíritu divino creyendo en el Señor de la Segunda Llegada y sirviéndole. Ellos pueden finalmente entrar en el Reino de los Cielos con el mismo mérito que los santos en la tierra, al cooperar en el cumplimiento de la voluntad de la providencia de la restauración. Por esta razón, en los días de la Segunda Llegada, todos los hombres espirituales del Paraíso descenderán a los santos en la tierra y cooperarán con ellos.
El tiempo de su visita puede variar conforme a la fe del individuo, su predisposición natural y las realizaciones de sus antepasados por la voluntad de Dios. De esta manera, tarde o temprano los santos en la tierra están destinados a servir al Señor de la Segunda Llegada y a dedicarse a la voluntad de Dios mediante la cooperación de los hombres espirituales del Paraíso. Por lo tanto, el Cristianismo está destinado a unificarse.

2. LA UNIFICACION DE TODAS LAS DEMAS RELIGIONES MEDIANTE LA RESURRECCION POR RETORNO

Como se estudió en «La Consumación de la Historia Humana», no podemos negar el hecho histórico de que todas las religiones, que en realidad tienen un propósito idéntico, están siendo absorbidas gradualmente por la esfera cultural cristiana. Por consiguiente, el Cristianismo no es sólo para los cristianos, sino que tiene la misión de cumplir el propósito último de todas las religiones que han aparecido en el pasado. Naturalmente, el Señor de la Segunda Llegada, que viene como la figura central del Cristianismo, también vendrá en el papel de Buda, de quien los budistas creen que volverá de nuevo, así como también en el papel del «Verdadero Hombre», cuya aparición anticipan los confucionistas, y del «Chung Do Ryung» («El Heraldo del Camino de Justicia»), esperado por muchos coreanos. Además, él vendrá también como la figura central cuya llegada esperan todas las demás religiones.
Por esta razón, los hombres espirituales que creyeron en otras religiones aparte del Cristianismo en su vida en la tierra tendrán que volver, al igual que los hombres espirituales del Paraíso, con el fin de recibir el mismo beneficio de la resurrección en el tiempo de la Segunda Llegada, aunque el tiempo de su visita puede variar conforme a sus posiciones espirituales. De esta forma, ellos están destinados a descender a los hombres en la tierra que pertenecen a sus religiones y conducirlos hacia el Señor de la Segunda Llegada, ayudándoles a tener fe y servir al Señor, para realizar así la voluntad de Dios. Por lo tanto, todas las religiones se unificarán finalmente, centralizadas en el Cristianismo.

3. LA UNIFICACION DE LOS HOMBRES SIN RELIGION MEDIANTE LA RESURRECCION POR RETORNO

Los hombres espirituales que durante su vida no creyeron en ninguna religión pero llevaron una vida de buena conciencia, también vienen de nuevo a su debido tiempo con el fin de recibir el beneficio de la resurrección a través de la segunda llegada. De esta forma, cooperan con los hombres en la tierra de buena conciencia ayudándoles a encontrar y servir al Señor de la Segunda Llegada y a participar en la realización de la voluntad de Dios. Podemos dar el ejemplo de los Tres Reyes Magos que vinieron de Oriente y adoraron al niño Jesús (Mt. 2:1-6).
El propósito último de la providencia de la restauración de Dios es salvar a toda la humanidad. Por ello, la intención de Dios es hacer desaparecer el infierno completamente, después de acabar el periodo de tiempo necesario para pagar completamente toda la indemnización. Si el infierno permanece eternamente en el mundo de la creación incluso después de la realización del propósito del bien de Dios, llegaríamos a la contradicción de que Dios es imperfecto, sin hablar de la consiguiente imperfección de Su ideal de la Creación y Su providencia de la restauración.
Si el corazón de los padres en las familias caídas se sienten acongojados por la desgracia de tan solo uno de sus hijos, ¡cuánto más lo siente Dios, que es el Padre Celestial!. En 2 Pedro 3:9, encontramos: No se retrasa el Señor en el cumplimiento de la promesa. sino que usa de paciencia con nosotros, no queriendo que algunos perezcan, sino que todos lleguen a la conversión.
Por consiguiente, el infierno no puede existir en el mundo ideal que debe realizarse de acuerdo a la voluntad de Dios. Las fuerzas de Satanás incluso dieron testimonio de que Jesús era el hijo de Dios (Mt 8:29). Cuando lleguen los Ultimos Días, incluso los espíritus malos descenderán a los hombres en la tierra de su mismo nivel y cooperando con ellos tomará parte en la realización de la voluntad de Dios. Finalmente, después de su debido período de tiempo, se conseguirá el propósito unificado de la creación.

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