domingo, 20 de noviembre de 2016

El Período de Luchas entre Religiones e Ideologías (1648 - 1789) - El Principio Divino


SECCION II

El Período de Luchas entre Religiones e Ideologías (1648 - 1789)

Este es el período de 140 años desde el triunfo del movimiento Protestante por el tratado de Westfalia en 1648 hasta la Revolución Francesa en 1789. El hombre moderno, que exploró como pionero el camino de la búsqueda de la realización de los deseos interiores y exteriores de su naturaleza original, no pudo evitar la división de la doctrina ni la lucha entre filosofías que surgió de la libertad de religión e ideología.
Como se ve repetidamente en la Parte II, la providencia de la restauración ha sido tejida por las obras de división del tipo Caín y del tipo Abel desde el nivel individual hasta el nivel mundial durante el largo período de la historia. Por consiguiente, en la consumación de la historia, este mundo de corrupción debe ser dividido en el mundo comunista de tipo Caín, y el mundo democrático de tipo Abel. Así como el fundamento de substancia sólo podía haber sido realizado por la obediencia de Caín en sumisión a Abel, en este tiempo, el fundamento mundial de substancia para recibir al Señor de la Segunda Llegada tiene que ser realizado por la sumisión del mundo de tipo Caín al mundo de tipo Abel. De este modo, se restaurará el mundo único. Para que se realicen los dos tipos de mundo, deben establecerse dos tipos de concepciones de la vida; en realidad, estos dos tipos de concepciones de la vida fueron establecidos durante este período.

1. LA CONCEPCION DE LA VIDA TIPO CAIN

La búsqueda exterior de la naturaleza original suscitó el movimiento de restauración del Helenismo, dando nacimiento al humanismo. El movimiento antimedieval del Renacimiento, que se apoyaba en el humanismo, dejó a un lado la conversión a Dios y la dedicación a la religión, reemplazándolo todo con la naturaleza y el humanismo. Es decir, se abandonó la concepción medieval de la vida bajo la cual la gente era tan obediente a Dios que consideraba a la naturaleza y al cuerpo físico del hombre como algo bajo e incluso pecaminoso y se estableció la concepción de la vida que exaltaba el valor y dignidad de estas cosas. El hombre y la naturaleza fueron estudiados a través del criticismo racional por medio de la razón y la experiencia, y a través de análisis demostrativos. Esta concepción de la vida se ha manifestado en dos formas de metodología de cognición y especulación. Estas han formado las dos grandes corrientes de la filosofía moderna: el «racionalismo» por el método deductivo y el «empirismo» por el método inductivo.
El racionalismo, cuyo padre fue Descartes de Francia (1596-1650), sostenía que todas las verdades sólo podían ser investigadas por la «razón», con la que el hombre fue dotado desde el momento de su nacimiento. El racionalismo derribó la tradición histórica y estableció la proposición: «Pienso, luego existo» por el método deductivo. Deduciendo a partir de este punto, los racionalistas intentaron afirmar el mundo externo. Por lo tanto, trataron de negar a Dios, al mundo e incluso a sí mismos. Por otro lado, el empirismo, cuyo padre fue Francis Bacon de Inglaterra (1561-1626), sostenía que todas las verdades podían ser investigadas únicamente por la experiencia. El empirismo sostenía que la mente humana, como un papel en blanco, debía separarse de cualquier preocupación, y sólo podría llegar a comprender una nueva verdad a través de la experiencia y de la observación. De este modo, la ideología realista centrada en el hombre y basada en la experiencia rechazaba el misticismo y las visiones. Racionalizando y fijándose sólo en la vida humana, separaba al hombre y a la naturaleza de Dios.
De este modo, el Renacimiento, basado en las dos corrientes que fluyen del humanismo, dio nacimiento a una concepción de la vida que impedía al hombre seguir el camino hacia Dios conforme a su tendencia interior, y abrió el camino al lado satánico siguiendo solamente la tendencia exterior. Esta concepción de la vida tipo Caín, entrado el siglo XVIII, derribó la historia y la tradición, juzgó toda conducta humana por la razón y el realismo, rechazó a fondo lo que era irrazonable e irrealista y negó a Dios, acentuando la realidad racional de la vida. Este fue el pensamiento de la Ilustración, que floreció en el flujo principal del empirismo y el racionalismo, se convirtió en el poder motivador de la Revolución Francesa.
Influenciada por esta concepción de la vida tipo Caín, se dio en Inglaterra la doctrina del deísmo, originada por Edward Herbert (1583-1648). En contraposición con la teología que se había desarrollado desde Tomás de Aquino, sobre la base de armonía entre revelación y razón, el deísmo se propuso establecer una teología sobre la simple base de la razón. Los deístas confinaban su concepción de Dios al hecho de haber creado al hombre y al universo, y sostenían que las revelaciones y los milagros de Dios no eran necesarios para el hombre.
A principios del siglo XIX, Hegel, de Alemania (1770-1831) hizo una compilación comprensiva de la filosofía del idealismo. Pero la filosofía de Hegel, bajo la influencia del ateísmo y materialismo que apareció en Francia sobre la base de la Ilustración dio origen al Hegelianismo izquierdista. Los hegelianos de izquierda invirtieron su lógica y sistematizaron la filosofía del materialismo dialéctico, que motivó el mundo comunista de hoy. D. F. Straus, un hegeliano de izquierda, escribió «La biografía de Jesús» negando los milagros de la Biblia como fabricación póstuma, mientras que Feuerbach (1804-1872) en su «Esencia del Cristianismo» defiende que las condiciones sociales o económicas causan la aparición de las religiones. Esta teoría se convirtió en el apoyo del materialismo. Karl Marx (1818-1883) y Friedrich Engels (1820-1895) fueron influidos por Straus y Feuerbach, pero fueron todavía más influidos por la ideología socialista de Francia. Abogando por el materialismo dialéctico, combinaron el ateísmo y el materialismo, que habían comenzado a brotar después del Renacimiento y que habían evolucionado como la corriente central de la Ilustración. Más tarde, la concepción de la vida tipo Caín maduró hasta formar el mundo comunista de hoy.

2. LA CONCEPCION DE LA VIDA TIPO ABEL

Estamos inclinados a considerar el flujo de la historia desde la sociedad medieval hasta la sociedad moderna como el curso de la separación o de la independencia del hombre de Dios y de la religión. Es así por lo que hemos visto basados en la concepción de la vida tipo Caín, que apareció siguiendo a la búsqueda exterior de la naturaleza original emprendida por el hombre medieval.
Sin embargo, la búsqueda de la naturaleza original del hombre emprendida por el hombre medieval no se limitó solamente a la búsqueda exterior, sino que también incluyó a la más interior. La búsqueda interior de la naturaleza original suscitó el movimiento para restaurar el Hebraísmo, que motivó la Reforma Religiosa. A través de este movimiento, la filosofía y la religión llegaron a establecer una concepción vertical de la vida dirigida hacia la naturaleza original del hombre recibida en la creación; a ésta la llamamos la concepción de la vida tipo Abel. Por consiguiente, esta concepción de la vida tipo Abel llevaba al hombre medieval a progresar hacia Dios a un nivel cada vez más alto, mientras que la concepción de la vida tipo Caín lo llevaba en la dirección de la separación, haciéndole independiente de Dios o de la fe en El.
Kant, de Alemania (1724-1804), introdujo la «filosofía crítica», asimilando el empirismo y el racionalismo, que habían estado en pugna entre sí. A través de la filosofía crítica analizó filosóficamente el deseo de la naturaleza original del hombre en busca de metas internas y externas iniciando así la concepción de la vida tipo Abel desde un ángulo filosófico. Según Kant, nuestras diversas sensaciones ocurren por el contacto con objetos externos. Esto sólo puede darnos el contenido de la cognición, pero no se puede realizar la cognición misma. Con el fin de realizar la cognición, debe haber una cierta forma que unifique los diversos contenidos (que son subsecuentes y empíricos) de acuerdo con una sólida relación. Esta forma es la propia subjetividad de cada uno. Por consiguiente, la cognición se dice que se ha efectuado cuando las diversas sensaciones provenientes de los objetos están integradas y unificadas por la forma subjetiva (inherente y trascendente) de cada uno conforme a la acción espontánea de la fuerza del pensamiento o la conciencia espiritual de cada uno. De este modo, Kant invirtió la teoría de la imitación que decía que la subjetividad está determinada por el objeto, estableciendo una nueva teoría en la que la subjetividad determina al objeto. Como sucesores de la teoría de Kant aparecieron un número de filósofos como Fichte, su primer sucesor (1762-1814) y Hegel (1770-1831). Hegel en especial exploró un nuevo aspecto de la filosofía. Su idealismo formó la concepción de la vida tipo Abel en el ámbito de la filosofía.
En el mundo religioso, la concepción de tipo Abel se opuso a la tendencia de la época, que estaba influida por la corriente del racionalismo; entonces surgió un nuevo movimiento que acentuaba las experiencias místicas más que las doctrinas o formalidades, dando importancia a la pasión religiosa y a la vida interior del hombre. Para poner un ejemplo representativo podemos nombrar el Pietismo, que apareció centrado en Philipp Spener (1635-1705) de Alemania, con una fuerte tendencia conservadora de seguir la fe ortodoxa, resaltando las experiencias místicas. Este movimiento del Pietismo se extendió a Inglaterra e inspirando la conciencia religiosa de la gente dio nacimiento al Metodismo, centrado en los hermanos Wesley. Esta denominación suscitó un gran despertar en el mundo religioso de Inglaterra, que estaba en condiciones depresivas.
En Inglaterra, aparecieron también los Cuáqueros, con el místico Georges Fox (1624-1690) como fundador. Fox afirmaba que Cristo es la luz interior que ilumina las almas de los creyentes. También insistió en que, a menos que experimentemos la luz interior, recibamos al Espíritu Santo y nos unamos místicamente con Cristo, nunca podremos conocer el verdadero significado de la Biblia. Esta denominación extendió su obra misionera, sufriendo persecución especialmente en el continente americano. A continuación, el famoso científico sueco Emmanuel Swenderborg (1688-1772), reveló muchos secretos celestiales, por tener sus ojos espirituales abiertos. Sus declaraciones han sido ignoradas por mucho tiempo en el mundo teológico, pero muy recientemente, con el aumento de la comunicación del hombre con el mundo espiritual, su valor está siendo gradualmente reconocido.
De esta manera, la concepción de la vida tipo Abel ha madurado hasta formar el mundo democrático de hoy.

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