domingo, 20 de noviembre de 2016

El Valor Original de la Creación - El Principio Divino


SECCION IV

El Valor Original de la Creación

1. LA DETERMINACION DEL VALOR ORIGINAL DE LA CREACION Y EL MODELO DEL VALOR

¿Cómo podemos determinar el valor original de las cosas? El valor de un objeto, según el juicio común, se determina por la relación recíproca entre el propósito del objeto y el deseo del hombre por él. El valor original de un cuerpo individual no está latente en él mismo como algo absoluto. Queda determinado por la relación recíproca entre el propósito del cuerpo individual (como un tipo particular de objeto centrado en el ideal de Dios de la creación) y el deseo del hombre (como sujeto) de buscar el valor original del objeto. Por esta razón, para que un objeto manifieste el valor original de su creación, debe unirse con el hombre mediante la acción de dar y recibir, formando así el fundamento original de cuatro posiciones y llegando a ser el tercer objeto de Dios.
Entonces, ¿cuál es el estándar del valor original de la creación? El valor original queda determinado cuando un objeto y un hombre, como sujeto, establecen el fundamento de cuatro posiciones centralizado en Dios. El estándar del valor es Dios, el ser absoluto, porque El es el centro del fundamento de cuatro posiciones. Por consiguiente, el valor original de un objeto, que se determina en relación al modelo de Dios como la realidad absoluta, debe ser absoluto.
Por ejemplo, ¿cómo se determina la belleza de una flor? Su belleza original se manifiesta cuando el propósito de Dios al crear la flor y el deseo espontáneo del hombre en busca de la belleza de la flor coinciden el uno con el otro, entonces el deseo centralizado en Dios del hombre de encontrar su belleza se cumple al recibir el estímulo emocional proveniente de la flor. Esto le lleva alegría perfecta. De esta forma, la belleza de la flor llegará a ser absoluta cuando la alegría que el hombre siente de la flor esté perfectamente centrada en el propósito de la creación.
El deseo del hombre de buscar la belleza de la creación es el deseo de sentir objetivamente su propio carácter y forma. Cuando el propósito divino de la creación de la flor y el deseo del hombre de buscar su valor están en consonancia, el sujeto y el objeto forman un estado de armoniosa unidad. Por lo tanto, para que cualquier cosa posea valor original, debe establecer el fundamento de cuatro posiciones con el hombre como el sujeto y convertirse en el tercer objeto de Dios en un estado de armoniosa unidad centralizado en El. Entonces, el valor original de todas las cosas, determinado por su relación relativa a Dios, es también absoluto. Hasta ahora, el valor de un objeto nunca ha sido absoluto, sino sólo relativo, porque la acción de dar y recibir entre el objeto y el hombre caído no ha sido centralizada en Dios, sino en el propósito y deseo satánico.

2. INTELECTO, EMOCION Y VOLUNTAD ORIGINAL Y VERDAD, BELLEZA Y BONDAD ORIGINAL

La mente humana tiene tres funciones básicas constantemente en acción: intelecto, emoción y voluntad. El cuerpo del hombre actúa en respuesta a las órdenes de su mente. Según esto, podemos decir que el cuerpo responde a su intelecto, emoción y voluntad. Por consiguiente, cada acto del hombre debe ser una búsqueda de verdad, belleza y bondad. Dios, que es el sujeto de la mente humana, es también el sujeto del intelecto, emoción y voluntad humano. Cuando el hombre responde con su mente al intelecto, emoción y voluntad original de Dios, su cuerpo actúa de acuerdo a la voluntad de Dios. Por tanto, la conducta del hombre reflejaría los valores de verdad, belleza y bondad original.

3. AMOR Y BELLEZA, BIEN Y MAL Y JUSTICIA E INJUSTICIA

(1) Amor y belleza

Cuando los dos seres substanciales, que provienen de la división de las características duales de Dios, establecen un fundamento de cuatro posiciones efectuando la acción de dar y recibir sobre una base recíproca, las fuerzas emocionales obran entre el sujeto y objeto para unirlos como el tercer objeto de Dios. El amor es la fuerza emocional que el sujeto da al objeto; la belleza es la fuerza emocional que el objeto devuelve al sujeto. El poder del amor es activo y el estímulo de la belleza es pasivo.
En la relación entre Dios y el hombre, Dios da amor al hombre como el sujeto, mientras que el hombre le devuelve belleza como su objeto. Entre el hombre y la mujer, el hombre es el sujeto que da amor, mientras que la mujer es el objeto que devuelve belleza. En el universo como conjunto el hombre es el sujeto que da amor al resto de la creación, que es el objeto que responde con belleza. Sin embargo, cuando el sujeto y el objeto se unen, entonces surge un amor que está latente en la belleza y una belleza que está latente en el amor. Esto es debido a que, cuando el sujeto y objeto se unen en un movimiento circular, el sujeto puede colocarse en la posición del objeto y el objeto en la del sujeto. Entre personas, la belleza que un joven devuelve en respuesta al amor de una persona mayor se llama lealtad»; la belleza que los hijos devuelven en respuesta al amor de sus padres se llama «piedad filial»; la belleza que una esposa devuelve en respuesta al amor de su marido se llama «virtud». El propósito del amor y la belleza es que los dos cuerpos substanciales separados, como la división de las características duales de Dios, puedan llegar a ser una unidad mediante la acción de dar y recibir, estableciendo así el fundamento de cuatro posiciones y, como el tercer objeto de Dios, cumplir su propósito de la creación.
A continuación, estudiaremos la naturaleza del amor de Dios. El propósito de la creación divina del hombre se cumplirá sólo cuando Adán y Eva, después de alcanzar la perfección como los objetos substanciales de las características duales de Dios, se unan y den nacimiento a hijos. Experimentando así los tres tipos de amor que se dan a sus respectivos objetos el amor paternal (el primer tipo de amor dado al objeto), el amor conyugal (el segundo tipo de amor dado al objeto), el amor de los hijos (el tercer tipo de amor dado al objeto) con el fin de cumplir los tres propósitos objetivos y finalmente formar el fundamento de cuatro posiciones. En relación con cada uno de los tres amores objetivos del fundamento de cuatro posiciones, el amor de Dios es sujeto. Por consiguiente, el amor de Dios se manifiesta en los tres amores objetivos y es la fuerza fundamental para el establecimiento del fundamento de cuatro posiciones. El fundamento de cuatro posiciones es un objeto perfecto de belleza en el cual podemos recibir y disfrutar completamente del amor de Dios perfectamente; es también la base fundamental de la bondad en la cual se cumple el propósito de la creación de Dios.

(2) Bien y mal

Cuando un sujeto y un objeto cumplen el propósito de la creación uniéndose por medio de la acción de dar y recibir, la acción y sus resultados se llama «bien». Cuando el sujeto y el objeto van en contra del propósito divino de la creación estableciendo el fundamento de cuatro posiciones centralizado en Satanás, esta acción o sus resultados se llama «mal».
Por ejemplo, cuando un individuo cumple la primera bendición de Dios para el hombre, uniendo su mente y su cuerpo a través de la acción de dar y recibir de amor y belleza, y estableciendo así el fundamento de cuatro posiciones a nivel individual, este individuo o las acciones que dan origen a tal individuo se llama «bien». Si Adán y Eva se hubieran convertido en marido y esposa mediante la acción de dar y recibir de amor y belleza en las posiciones respectivas de sujeto y objeto centralizados en Dios, y hubieran establecido el fundamento de cuatro posiciones a nivel familiar junto con sus hijos, habrían creado una familia en la cual se cumpliría el propósito de la creación, realizando así la segunda bendición de Dios para el hombre. Esta familia o las acciones para crear tal familia se llama «bien». Además, cuando un hombre individualmente perfecto pone a la creación en la posición objetiva como su segundo ser y forma una unidad con ella, da lugar al tercer objeto de Dios. Entonces, establece el fundamento de cuatro posiciones bajo su control, realizando así la tercera bendición de Dios para el hombre. Este estado o las acciones para alcanzarlo, se llaman también «bien». Por el contrario, cuando un hombre cumple un propósito contrario a las tres grandes bendiciones de Dios, estableciendo el fundamento de cuatro posiciones centralizado en Satanás, este acto a sus resultados se llama «mal».

(3) Justicia e injusticia

En el proceso de la realización del propósito del bien, los elementos que dan lugar a una vida de bondad se llaman «justicia». En el proceso de realizar el propósito del mal (Satanás), los elementos que causan una vida de maldad se llaman «injusticia». Por ello, es natural que necesitemos vivir una vida de justicia con el fin de cumplir el propósito del bien. Por esta razón, la justicia siempre persigue el propósito del bien.

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