domingo, 20 de noviembre de 2016

La Resurrección - El Principio Divino


SECCION I

La Resurrección

Resurrección significa volver a la vida. Si tenemos que volver a la vida, es porque antes hemos muerto. Para conocer el verdadero significado de la resurrección, debemos comprender claramente el concepto bíblico de vida y muerte.

1. EL CONCEPTO BIBLICO DE VIDA Y MUERTE

En Lucas 9:60, leemos que Jesús le dijo a un discípulo que deseaba ir primero a enterrar a su padre: «Deja que los muertos entierren a sus muertos». En estas palabras de Jesús, encontramos dos conceptos diferentes de vida y muerte.
Primero es el concepto de vida y muerte concerniente a la muerte del cuerpo físico, que es el cese de la vida física; éste era el caso del padre del discípulo, a quien iban a enterrar. La vida que es opuesta a esta clase de muerte es el estado en el cual el cuerpo físico mantiene sus funciones fisiológicas.
El segundo es el concepto de vida y muerte referente a las personas que se reunieron para el entierro del padre a quienes Jesús llamó «muertos». ¿Por qué Jesús llamó «muertos» a aquellos que en realidad estaban vivos? Porque ellos al no aceptar a Jesús se habían separado del amor de Dios; es decir, que estaban bajo el dominio de Satanás. Por lo tanto, esta muerte no significa el cese de la vida física, sino más bien el haber caído bajo la esfera del dominio satánico, dejando el seno del amor de Dios. Por consiguiente, el significado de vida que es opuesto a esta clase de muerte es el estado de moverse de acuerdo con la voluntad de Dios, dentro de la esfera del domino de Su amor. Por más activo que sea un hombre, mientras permanezca en el dominio de Satanás, y no en el de Dios, estará muerto de acuerdo al estándar de valor original de la creación.
Nuestra comprensión puede ser más profunda leyendo en Apocalipsis 3:1, las palabras a la iglesia de Sardes, que dicen: «...tienes nombre como de quien vive, pero estás muerto». Por el contrario, aunque alguien muera físicamente, si su espíritu habita en el dominio de Dios en el Reino Celestial, estará vivo en el sentido más verdadero. Cuando Jesús dijo: «...el que cree en mí, aunque muera, vivirá» (Jn. 11:25), quiso decir que quien crea en Jesús y viva bajo el dominio de Dios seguirá vivo, aunque muera físicamente y se convierta en polvo, porque su hombre espiritual permanecerá en el dominio de Dios.
Jesús siguió diciendo: «y todo el que vive y cree en mí, no morirá jamás». Esto no significa que quienes creen en Jesús nunca morirán físicamente, disfrutando así de una vida eterna sobre la tierra. Quienes crean en Jesús en su vida, permanecerán vivos no sólo mientras estén en la tierra, sino que después de la muerte física emigrarán al mundo del espíritu, vivirán allí para siempre en el seno del amor de Dios, sin probar la muerte. La afirmación de Jesús es una indicación de que la muerte física del hombre no afecta a su vida eterna en el mundo espiritual.
De nuevo, él dijo: «Quien intente guardar su vida, la perderá, y quien la pierda, la conservará» (Lc. 17:33). El quiso decir que aquellos que traicionan la voluntad de Dios por guardar su vida física, aunque físicamente puedan ser activos, están muertos. Por el contrario, los hombres espirituales que sacrificaron sus vidas por el beneficio de la voluntad de Dios, aunque estén físicamente muertos y descompuestos, vivirán para siempre en el seno del amor de Dios y permanecerán así vivos durante toda la eternidad.

2. LA MUERTE CAUSADA POR LA CAIDA

Hemos aprendido que hay dos tipos de muerte, cada uno con diferente significado. ¿Cuál de las dos muertes fue la causada por la caída de los primeros antepasados humanos?
Dios creó al hombre para crecer, envejecer y convertirse en polvo aunque no hubiera caído.
Por consiguiente, Adán murió a la edad bíblica de 930 años y se convirtió en polvo, pero esta no fue la muerte causada por la caída. De acuerdo con los principios de la creación, nuestra carne es como el vestido de nuestro espíritu; por lo tanto, es natural que desechemos nuestra carne cuando está vieja y exhausta, de igual manera que desechamos nuestros vestidos gastados. Entonces nuestro hombre espiritual va al mundo invisible para vivir allí eternamente. No hay ni un sólo ser biológico, compuesto de materia, que posea eternidad. Como el hombre no es una excepción en este principio de la creación; su cuerpo físico no puede vivir para siempre.
Si los hombres pudieran vivir eternamente en la tierra, con su cuerpo físico, no hubiese sido necesario crear en un comienzo el mundo invisible, lugar donde van los espíritus. El mundo invisible no fue creado después de la caída, para que los espíritus de los hombres caídos vivan allí; sino que ya había sido creado antes que la humanidad, para que sus espíritus, después de haber cumplido el propósito de la creación, vivan allí para siempre una vez que dejasen sus cuerpos físicos.
Los hombres caídos tienen tanto apego a la vida física porque, debido a la caída, ignoran el hecho de que fueron creados para vivir eternamente en el maravilloso mundo invisible después de dejar la carne. Nuestra vida física en la tierra y nuestra vida espiritual en el mundo invisible pueden ser comparadas con la de la larva y la mariposa. Si una larva tuviera consciencia, tampoco querría salir de su envoltura por sentir un apego hacia ella, de igual manera que el hombre está apegado a su vida física en la tierra. Esto ocurre debido a que la larva no conoce que hay un nuevo mundo después de tornarse mariposa en donde podrá disfrutar de la fragancia de las flores y la dulce miel.
La relación entre un hombre terrenal y un hombre espiritual es precisamente similar a la que existe entre una larva y una mariposa. Si el hombre no hubiera caído, sabría muy bien que dejar el cuerpo físico no significa una separación eterna con sus seres amados, debido a que los hombres espirituales pueden encontrarse tan libremente como los hombres terrenales. Además, si los hombres supieran que el mundo espiritual es un lugar hermoso y feliz, estarían esperando el día de su partida hacia ese mundo.
Si, de las dos clases de muerte, la física no es el resultado de la caída, debemos llegar a la conclusión de que en realidad la muerte causada por la caída fue la muerte espiritual, que significa la caída al dominio satánico.
Estudiemos la cuestión más detalladamente, centrados en la Biblia. La muerte causada por la caída significa la muerte originada cuando los primeros antepasados humanos comieron del fruto del Bien y del Mal. ¿Qué clase de muerte debió haber sido? Génesis 2 :17, dice que Dios, después de crear a Adán y Eva les dijo que el [día] que comieran del fruto [ciertamente] morirían. Por consiguiente, si creemos en las palabras que Dios dijo, ellos [ciertamente] murieron el [día] en que comieron del fruto. Pero, Adán y Eva «muertos» siguieron su vida física en la tierra de igual manera que nosotros hoy día, multiplicando hijos y finalmente estableciendo una sociedad humana caída.
Según este hecho, podemos comprender claramente que la muerte causada por la caída no significa el cese de la vida física, sino el estado de haber caído desde el dominio bueno de Dios al dominio malo de Satanás.
Señalemos algunos ejemplos de la Biblia. 1 Juan 3:14, dice: « .. .Quien no ama permanece en la muerte ». El amor aquí expresado, es por supuesto, el amor de Dios. Quiere decir que quienes no aman a su prójimo con el amor de Dios están muertos, a pesar de que vivan activamente en la tierra. Con este mismo significado leemos en Romanos 6:23: «Pues el salario del pecado es la muerte; pero el don gratuito de Dios, la vida eterna» y en Romanos 8:6, se dice: «Pues las tendencias de la carne son muerte; más las del espíritu, vida y paz».

3. EL SIGNIFICADO DE LA RESURRECCION

Hasta ahora hemos mantenido la idea equivocada de que la expiración de la vida física del hombre fue solamente a causa de la caída. Por esta razón, hemos creído que la resurrección de los santos que murieron, se realizaría mediante la resurrección de los cuerpos físicos descompuestos, a su estado original.
De acuerdo con los principios de la creación, esta clase de muerte no fue originada por la caída de los antepasados humanos. Desde el principio, el cuerpo del hombre fue creado para volverse en polvo después de envejecer y morir. Así como el cuerpo humano una vez que está descompuesto no puede resucitar a su estado original, un espíritu que fue a vivir eternamente al mundo espiritual no necesita volver a la carne.
Por consiguiente, la «resurrección» significa un fenómeno gradual de restauración a la esfera de dominio directo de Dios, según la providencia de restauración, saliendo desde la posición caída dentro del dominio satánico. Nosotros resucitamos en la medida que nos arrepentimos de nuestros pecados, siendo hoy más buenos que ayer.
Para dar algunos ejemplos de la resurrección en la Biblia leemos en Juan 5:24 «...el que escucha mi Palabra y cree en El que me ha enviado, tiene vida eterna y no incurre en juicio, sino que ha pasado de la muerte a la vida». Precisamente el significado de resurrección es volver al seno del amor de Dios, dejando el de Satanás por fe en Jesús. De nuevo, en 1 Corintios 15:22, se dice: «Pues del mismo modo que en Adán mueren todos, así también todos revivirán en Cristo», queriendo decir que muerte es el haber heredado el linaje satánico por causa de Adán y resurrección significa volver al linaje de Dios por medio de Cristo.

4. ¿QUE CAMBIO CAUSA LA RESURRECCION EN EL HOMBRE?

Como Dios predijo en Génesis 2:17, Adán y Eva murieron (muerte espiritual), cuando comieron del fruto del Bien y del Mal. Sin embargo, no hubo ningún cambio externo. Y si lo hubo, debió ser sólo un momentáneo cambio de expresión, causado por el miedo y la inseguridad. Por consiguiente, no habrá ningún cambio externo en el hombre caído incluso después de haber resucitado al estado que tenía antes de comer del fruto. La persona renacida por el Espíritu Santo, sin duda alguna es una persona resucitada si la comparamos con la que era antes de renacer. Si comparamos a un hombre resucitado con un ladrón; el primero, como persona del lado de Dios está en la posición de haber resucitado en la medida que renació. El otro, como persona que irá al infierno, está como muerto. Pero externamente no hay ninguna diferencia entre ellos.
Como lo ilustramos anteriormente, quienes creen en Dios, obedeciendo las palabras de Jesús, han pasado ciertamente de la muerte a la vida. No obstante, no hay ningún cambio físico perceptible por el cual se pueda diferenciar a una persona en estado de muerte, antes de tener fe en Jesús, con la misma persona después de la resurrección, aunque ha pasado de la muerte a la vida al creer en Jesús.
En verdad, Jesús vino como un hombre que había cumplido el propósito de la creación (ref. «Cristología»). Sin embargo, Jesús, en su apariencia exterior, no era diferente de cualquier hombre caído. Si hubiera habido alguna diferencia, todos sus contemporáneos seguramente le habrían seguido. El hombre abandona el dominio satánico a través de la resurrección y uniéndose con el corazón de Dios llega a poseer divinidad.
Cuando los hombres caídos vuelven de esta manera al dominio de Dios mediante la resurrección, ocurre inevitablemente un cambio en su espiritualidad. El cambio espiritual, de hecho, santifica el cuerpo humano, pasando de ser antes la morada de Satanás a ser luego el templo donde Dios puede vivir. En este sentido, podemos ver que el cuerpo humano resucita también. Es similar a un edificio que ha sido usado para malos propósitos; si es usado como templo de Dios, se transformara en un edificio sagrado, aunque no haya habido ningún cambio en su apariencia exterior.

No hay comentarios:

Publicar un comentario