miércoles, 25 de enero de 2017

Cambiemos este momento histórico en gran victoria

Cambiemos este momento histórico en gran victoria
8 de septiembre de 1974
Reverendo Sun Myung Moon 

Este es un momento sagrado del domingo. Nos reunimos para el servicio; pero como veis, ese terreno está húmedo y los alrededores no son confortables.  Pero verdaderamente, cuando pienso en el tiempo lluvioso de ayer, debemos sentir que esta mañana es una bendición. Es una hermosa mañana, incluso con algunos minutos de luz de la luna en el cielo.
Mi tema esta mañana es defender el momento histórico. Estáis viviendo una de las partes más importantes de vuestra vida, la edad de los 20 a los 30. En la vida, partiendo del nacimiento se sigue por la infancia, luego la adolescencia y el joven adulto, finalmente el adulto y la Época de la vejez. Esta es la secuencia de la vida. Pero todas las etapas son continuaciones de una vida. Cada periodo es un segmento de una parte importante de vuestra vida. Semejante a esto, el trabajo de Dios o la historia de la restauración es algo como la vida de un hombre. Consiste de diferentes partes, de segmentos. Sin embargo todos estos elementos están juntados en unidad. Por consiguiente tenemos la era del Antiguo Testamento, y Esta fue seguida por la era del Nuevo Testamento. Nosotros ahora estamos viviendo en una nueva era, el testamento realizado. La historia tiene tres partes: pasado, presente y futuro. Pero cada segmento es muy importante, porque está realizando un papel vital para esa era particular, con el fin de moverse al futuro.
Por consiguiente cuando consideramos la era del Antiguo Testamento, había un papel especifico para ese período particular. Eso debe ser realizado durante esa era y por lo tanto esa era tiene su carácter. La era del Nuevo testamento también se centra en la realización de un momento dramático, un importante punto del movimiento, y la realización es el centro de la era del Nuevo Testamen­to.
Y el movimiento de la Iglesia de Unificación no es una excepción. Nosotros tenemos nuestro momento dramático de realización. Cuando hablo de la historia americana tenemos otro caso, sin excepción. La historia americana está recorriendo un cierto curso, y durante este curso de la historia hay un cierto momento de realización.  Y ninguna nación del mundo es una excepción. Sus historias también recorren el curso, y su curso tiene momentos de realización vital, y sobre ese momento particular está engoznada la vida o muerte de esa nación particular. La historia es algo así como un terreno geográfico. Hay terreno rugoso, y en algunos lugares tenemos áreas llanas, luego tenemos escabrosas montañas, luego tenemos un valle. La historia recorre un modelo similar. A ciertas personas les gusta las áreas llanas, a cierta gente les gusta las montañas escabrosas, y a cierta gente les gusta el valle. Cada persona en cada parte distinta de la historia está destinada a realizar una misión diferente y especifica. Algunas personas giran alrededor, del llano, otras personas giran en el valle, y otras están adecuadas a las montañas.
Toda la historia, ya la del nivel individual, ya de la nación, de la sociedad o del mundo, incluida la historia de Dios, está siguiendo el mismo modelo, la misma fórmula. Pero toda la historia tiene una meta, y la  meta de la historia no existe en el terreno llano, sino en lo alto de la montaña.  Por consiguiente toda la gente que desee alcanzar ésta meta, debe encaminarse a la colina.  Así pues, cuando escales la colina, tu movimiento será diferente al del terreno llano. Necesitas un pateo adicional, un poder adicional para escalar la montaña. Aquellos que están vagando en el valle han de encontrar una nueva dirección para alcanzar esa meta en lo alto de la montaña.
Entonces, cuando miramos a la situación presente del  mundo debemos llegar a entender qué horario es, y en que tiempo de la providencia de Dios estamos viviendo hoy.  Primeramente debemos saber que la historia, éste periodo particular de la historia del mundo, no está corriendo en el campo llano. ¿Está pues esta historia corriendo hacia lo alto de las montañas?  No, nada más lejos que eso. No, la historia mundial está ahora corriendo desde la colina hacia el valle.
¿Cuán profundo es pues ese valle? ¿Cuán lejos iremos? Nadie lo sabe. Cuando la historia desciende al valle, nadie sabe cuán, lejos iremos.
Desde 1.960, los últimos 15 años, en realidad la historia ha estado cayendo rápidamente hacia el valle. Ante todo, un pecado de esa desmoronarte historia es la religión, particularmente la Cristiana, que ha estado disfrutando una era dorada de la civilización y está ahora desmoronándose y el declive de la iglesia es obvio. La Cristiandad ha escalado la colina durante los últimos 2.000 años. No obstante, en los más recientes 15 años, la Cristiandad es realmente calamitosa y está desmigándose hacia el valle.
Bajo condiciones adversas y bajo la persecución del Imperio Romano, los cristianos estuvieron realmente escalando hacia lo alto con altivez, en el espíritu de sacrificio. Hoy, la Cristiandad del mundo está disfrutando más libertad que en otro tiempo de la historia. Sin embargo la Cristiandad se está desmoronando en si misma. ¿Por qué?
También en los últimos 15 años el declinar es obvio en el caso de la democracia. El comunismo no es tampoco una excepción. El comunismo también ha tenido muchas perturbaciones en los últimos 15 años. ¿Cuál es pues la diferencia entre democracia, comunismo y los otros modos de vida del mundo? Hoy vivimos en un tiempo de confusión. Es muy difícil distinguir lo correcto de lo equivocado. Cada día somos testigos de la venida de más oscuridad a las vidas de la gente. Y estamos viviendo realmente en una época caótica. Sabemos que éste mundo está en confusión. El mundo está desmoronándose en el valle. ¿Puede algún individuo parar al decadente mundo de hoy? ¿Tiene la nación de América el poder de torcer la historia mundial? ¿Puede el comunismo, ese formidable poder hacerlo?  No, ellos no son capaces. Incluso el comunismo está en confusión. Tienen mucha división dentro de ellos mismos más de la que pueden sobrellevar. Hoy debemos apercibidnos del tiempo de la historia. Preguntémonos pues ¿es ésa la voluntad de Dios, ver al mundo desmoronarse y ver declinar la civilización y a la gente desesperarse? ¿Es ésa la voluntad de Dios?  La respuesta es no. Por consiguiente debe haber algún poder sobrenatural que pueda parar el curso de la historia o torcerlo o ponerlo en movimiento hacia otra meta. Entonces deberá haber alguien que llegue a ser el instrumento de Dios. No tendrá éxito ningún movimiento que se origine o se centre en el hombre. El hombre es incapaz de hacer nada con éste mundo y solamente el poder de Dios es nuestra esperanza. Por ello la solución, la respuesta debe venir del cielo. Esa es la única solución en la que podemos tener esperanza. Sólo Dios puede parar este mundo y transformarlo. Por ello, Dios debe traer a este mundo una inmensa grúa para arrastrarlo en direcciones opuestas. Y Dios debe también pisar el pedal o el freno para parar este coche corredor. ¿Y quién será ese freno? ¿Quién llegará a ser ese cable de la grúa de Dios? Ese debe ser el hombre. El hombre debe desempeñar ese papel. Dios mismo no tiene brazos, ni piernas. El debe emplear su brazo en el hombre. Dios está recorriendo la historia humana. Por lo tanto el eje central es el hombre y la mujer. Así pues Dios los usarla como instrumentos.
Por ello Dios debe estar buscando sus instrumentos, tanto por nación, como por individuo, por movimiento como por organización. Y los instrumentos de Dios tienen que ser organizaciones o movimientos religiosos.  Serán distintos de la desmoronada Cristiandad, surgirán con una nueva filosofía o ideología que sea diferente de la desmoronada democracia, vencerá a la ideología comunista porque tiene que ser más fuerte que el comunismo. Y habrá en ese grupo la más fuerte convicción de la historia, comparada a cualquier otra religión que haya existido. Y por ello, esa formidable convicción puede servir como freno a Dios y parar al desmoronante mundo. En otras palabras, el poder de este movimiento particular será más fuerte que los del resto del mundo. De otro modo ese poder no puede parar al mundo ¿Y quién lo hará?
Yo os hablo esta mañana, estáis convocados. Vosotros sois campeones. Sois llamados para ese trabajo. Nuestra meta es la unificación. La unificación no puede ser hecha sin tener esta tremenda convicción en Dios y en la humanidad. ¿Estáis dispuestos a ser el cable de la grúa y el freno de este corredor y destartalado coche?
Entonces hay esperanza, por primera vez este mundo puede reconocer alguna esperanza para el futuro. En verdad ese es el único faro para la humanidad. Este es realmente un rápido y dinámico movimiento. Entonces hay siempre alguna confusión, hay siempre alguna reacción a eso. En Nueva York, en las últimas semanas habéis estado comprometidos en batalla. En cierto modo ésta es una batalla espiritual celestial. Nuestras armas no son de fuego, ni rifles, sino que tenemos armas de verdad y el espíritu de Dios. Y Siendo el freno para parar a este desmoronante mundo tenéis una cierta resistencia a un cierto contacto. Debéis hacer contacto. Cuando vuestra grúa, vuestra grúa celestial, está en marcha determináis si las cosas son alzadas o pierden poder o impulso, y caen. Y si empujamos a toda Nueva York, entonces debe haber un renacimiento, una nueva, Nueva York.
Gracias. Vosotros habéis sido el cable y Nueva York es el peso que ha sido levantado. Estáis vosotros en ese papel, en esa misión, en esa posición.
Esta es realmente la batalla celestial en un caso de prueba. Esta fuerza celestial puede mover a Nueva York. Entonces podemos ciertamente mover a América. Podemos mover al resto del mundo. Si podemos plantar esta esperanza para Nueva York, podemos seguramente plantar esperanza en América y esperanza para el mundo. Así pues estamos en el momento crucial de la historia del mundo y de la historia de Dios. ¿Estaremos pues reuniendo las desmigajadas fuerzas del mundo o llevaremos al mundo en otra dirección? (En otra dirección). ¿Hacia arriba o hacia abajo? (Hacia arriba).
Sé que de los hombres y de las mujeres, de todas aquéllas personas jóvenes, la respuesta es la misma: debemos ir hacia arriba.
Cualquiera de este universo que no desee el éxito, que no desee grandes realizaciones, no es tal persona. No hay nadie que quiera declinar, que quiera ser destruido. Ni una sala persona. A lo largo de la historia todos han deseado el éxito, subiendo la cima. Todavía muy pocos realizan esa meta. No es tan sólo suficiente desear el éxito; debemos conquistar ése éxito. Entonces, con el fin de conseguir esa victoria debemos ser diferentes de la gente ordinaria. Cuando subís hay algún esfuerzo, algún desgaste de energía. Así que debemos renovar alguna energía para ascender por todo el camino. No sólo debemos invertir energía, sino también tiempo. Energía y tiempo no son las únicas inversiones. Debemos emplear nuestra alma. Por consiguiente debemos darnos cuenta de que estamos viviendo el más crítico, el momento más crítico y vital de nuestras vidas, de la historia de ésta nación, de la historia del mundo. Energía, tiempo y vuestro corazón y alma. Esto es lo que necesitamos invertir.
Esta no es mi idea personal.  No, éste es un mandato proveniente del cielo. Lo que realizamos hoy subsistirá como una parte importante de la historia del mundo.
Entre las personas que son victoriosas y aquéllas que son derrotadas tenemos un millón de millas de muerte. Una vez que seamos derrotados no habrá lugar para excusa, ninguna racionalización será justificada. Esa miseria, no podría ser comparada con ninguna otra tristeza. Así que todo nuestro poder debe ser movilizado antes, para que podamos conseguir la victoria, porque una vez que nuestro resultado se vuelva derrota, entonces será demasiado tarde. En vez de ser derrotados, y entonces destruidos a la miseria, seria más bien sabio de nuestra parte confiar nuestras vidas ante Dios, antes de la inversión hacia la victoria.
Ello puede ser comparado a un gran encuentro de boxeo. Sabéis que a veces, en el Madison Square Garden, ellos tienen luchas de campeonato mundial. Cassius Clay, por ejemplo y Floyd Patterson, se encontraron por el campeonato mundial. Aunque ambos realmente lucharon hasta su grado más alto, uno tenia que ser derrotado. No importa lo bien que hagas la pelea, no harás nada, no conseguirás nada si no puedes alcanzar la victoria final, entonces no importa que buen trabajo hayas invertido, se irá a la cuneta. No importa cuán miserable pueda ser tu lucha, si el resultado final es victoria, entonces todo el sufrimiento y miserias, toda la vergüenza y todo lo demás, a través de lo cual hayas ido, eso será compensado. Así que el asunto es llegar a ser el Cassius Clay celestial o seguir el modelo celestial.
Sé que seréis vencedores, no derrotados. Con el fin de que Patterson ganase, él tenía que hacer más, hacer esfuerzos más extraordinarios que Cassius Clay. ¿Podéis vosotros hacerlo?  (Si).
¿Qué haríais si la ciudad entera de Nueva York se levantase y viniese contra vosotros?  Ellos os patalearían y os arrojarían al foso, os harían realmente todo tipo de cosas indecibles. ¿Qué haríais vosotros entonces? ¿Os retraeríais? (No). Puesto que tenemos convicción, hacemos esto por el nombre de Dios y por la esperanza de América. No tenemos nada de que estar avergonzados. Debemos marchar hacia adelante.
Cuando sufrís, particularmente cuando sois tratados por gente áspera debéis recordar que el Padre Celestial os está mirando. El es vuestra garantía, vuestro garantizador. Dios no podría encontrar gente joven como vosotros en ninguna parte, a quienes pueda realmente encaminar hacia adelante sólo por el propósito de Dios. Dios os necesita. Si, dejasteis vuestro hogar, a vuestra familia, y sacrificasteis vuestro interés personal, sacrificasteis vuestra propia gloria e incluso fuisteis más allá del interés de vuestra propia nación. Estamos aquí por el interés de Dios y de su Reino. No vinimos aquí para ganarnos nuestra comida diaria.  No vinimos a trabajar para conseguir nuestras ropas. No estamos trabajando solamente por el honor de América. Haciendo esto podemos traer realmente el Reino de Dios aquí a la Tierra.
Si, hemos sido tratados algo ásperamente por ésta nación. Tenemos muchas cosas que decir. Yo mismo, el Reverendo Moon, he sido maltratado por toda clase de personas, de todas las formas y a veces de forma intolerable. Mi propio país me maltrató y me persiguió. Asia me persiguió. Pero nunca me retraí y sé que Dios está de nuestra parte. Las peores situaciones han venido a mí. Pero eso todavía me estimula para tener mayor coraje y confianza. Va a ser incluso un placer ir contra la oposición y aún conseguir la victoria para el Padre. Siempre sentí que estaba caminando como un  prisionero para ser ejecutado. Esa clase de espíritu, ese sentimiento prevalece en mi vida.
Así que, sin un momento de relajación, en cada momento me enfrenté a una batalla espiritual y vencí, vencí y de nuevo vencí.  Esa ha sido la sucesión de victorias de mi vida. Y siempre sentí como si fuese el único de quien Dios dependía en ese momento particular, que El dependiera de mí y de mi papel, que mi realización fuera tan vital para Su propia realización. Si no podemos tomar y conquistar éste momento de la historia, entonces la Iglesia de Unificación será diluida en el futuro. El desafío es mayor y mayor, por lo tanto nuestra determinación debe ser paralela a ese desafió.
Una vez estaba en la lancha en el río Hudson. Vi un gran pez, uno inmenso, un pez gigante muerto, sin recurso, y flotando hacia el mar. Entonces sentí que miserable era el destino de ese pez en particular, aunque era un pez gigante. Nosotros no debemos llegar a ser tal terrible pez en nuestra vida. Ese enorme pez, si estuviera vivo en el Hudson, sabéis, la corriente no seria un problema. Ese pez concreto, estaría nadando por todo el curso ascendente en el río Hudson, tan lejos como desease. Incluso los peces pequeños, apenas procreados, pueden nadar en contra de la corriente, contra la corriente del agua.
Jesucristo dio un mandato verdaderamente histórico a sus discípulos, concretamente a Pedro: "Llegaréis a ser pescadores de hombres" y Jesucristo comparó a la humanidad con los peces. ¿Pensáis que solamente quería coger el pescado muerto, sin recurso, flotante? Realmente Jesús está diciendo incluso a aquéllos peces muertos que hagan porque la vida les sea dada. Por consiguiente para dar, tienes que llegar a ser un pescador de hombres y dar la vida (resurrección) a los hombres muertos. Llegarás a ser otros de los peces muertos, para dar vida a los peces. Con el fin de hacer que resuciten los peces muertos, que vivan de nuevo, has de compartir la fuerza de tu vida con esos peces muertos, por lo que has de llegar a ser poderoso. Entonces debes revivir la vida de los peces muertos. Ese pez será otro camarada e irá en otra dirección, la dirección de la vida.
Entonces comparémonos a nosotros mismos; somos peces. Así que hay muchos peces en éste mundo que necesitan ser tocados por vosotros, porque tanto están sin recurso, como muertos. Por consiguiente debemos revivir a aquellos peces sin recurso y muertos. Debemos, darles una restauración de vida; entonces en vez de morir prosperaremos junto con ellos.
Para ese propósito debemos tener gran energía, no solamente la vuestra sino que lo que realmente  necesitamos es superior, energía superior.  Así que por la mañana, sois realmente peces enérgicos, pero debéis ser peces enérgicos al medio día y también por la tarde. Muchas personas han estado pensando: "Bien, vamos a Nueva York". Habéis estado muy excitados y esa excitación se desvaneció en dos o tres días. En diez días. ¿En cuántos días? ¿En dos? ¿En una semana? ¿Por qué el 18 de septiembre está tal lejos? El momento en el que el 18 de septiembre realmente venga a vosotros, ¿llegaréis a estar realmente sombríos, sabéis, tal como peces sin recurso? ¿O querríais ser uno enérgico? (Si) Debemos probar esto con hechos, no con palabras. Si llegas a ser esa clase de hombre, esa clase de campeón de Dios, ¿sabes que eres la esperanza de América y el único campeón con el que Dios puede contar? Entonces llegarás a ser vencedor ¿y piensas que el Padre Celestial dirá: "Bien, has conseguido ésta victoria, entonces márchate y relájate y ten unas vacaciones "? Quiero que sepáis que esto es tan sólo el comienzo, el comienzo de vuestra batalla celestial.  Por ello tenemos tres elecciones: marchar hacia adelante, detenernos aún o retraernos. ¿Es verdad? ¿Cuál elegís? (Hacia adelante) Bien, sois realmente una ávida gente joven. Yo ensalzo vuestra avidez, incluso ésta avidez porque es una avidez no egoísta, y eso creará el ideal de Dios en la Tierra. Eso traerá la nueva historia.
¿Qué haremos el año próximo? No podemos parar. Debemos marchar hacia adelante, a una batalla más grande. Si estáis vivos debéis continuar, marchar hacia adelante. Aquéllos que están vivos deben crecer cada año. Si la Iglesia de Unificación está viva o muerta, sólo podremos probarlo de una manera, creciendo. Esa es realmente la honesta verdad. Así que quiero que tengáis una reserva de energía, sabiendo que esta es meramente la preaparición por el año más grande de 1.975. Cuando tienes un futuro, nueva esperanza y un nuevo plan de acción, nunca puedes llegar a ser un hombre desesperado. Tal vez descienda tu peso. Tu rostro puede llegar a ser pálido. Pero vuestros ojos estarán brillando como una bombilla. Puede que no vistáis las mejores ropas en Nueva York, pero vuestra manera de caminar o de tratar con la gente, vuestra expresión facial representará la de Dios. Cada paso que deis en Nueva York debe tomar significado, significado no para vosotros, sino para el Padre. Este es el paso decisivo que estáis dando para el Padre. No estáis sólo pasando. Estáis realmente determinados a hacer un "showndown" aquí mismo. Por consiguiente a este respecto, ¿quiénes son verdaderamente los huéspedes y los patrones de Nueva York? ¿Los millonarios de Nueva York?  No. Aquellos que pueden controlar el alma de Nueva York, aquéllos que amen más a Nueva York, son los maestros de Nueva York.
¿Estáis llegando a ser pues el alma de Nueva York? (Sí)  ¿Estáis llegando a ser la esperanza de Nueva York? (Si)  Si, verdaderamente sois la esperanza de Nueva York. Sois el alma de ésta gran ciudad. Si, el edificio Empire State parece bastante pequeño, ¿no es así? El Lincoln Center no es nada con respecto al Standard ahora sonado. Si, sois la esperanza de Nueva York. El futuro que estamos poniendo en Nueva York va a ser verdaderamente glorioso, nada de la apariencia física de Nueva York, hoy puede representarlo.
Sé que cada uno de vosotros espera que ese día de sueños sea realizado. Así pues éste momento, éste critico momento es importante. Debéis coger ésta oportunidad. Si, estáis poniendo una estaca en la Tierra.  Entonces colocad vuestra estaca firmemente anclada en el terreno. No dejéis que otras personas toquen vuestra estaca. Este es el tiempo. Dios ha estado esperando largamente para ver a Su gente hacer Su trabajo, aquí en la ciudad de Nueva York. En ese momento, en ésta hora, por consiguiente es importante y crítico. Y esto es muy importante para la Iglesia de Unificación.
Esta mañana debemos renovar nuestra decisión de crear un nuevo comienzo para la última victoria en Nueva York, poniendo nuestra energía, tiempo, corazón y alma. Y nosotros no somos cristianos ordinarios. Somos una nueva generación, un tipo diferente de gente. Somos diferentes de aquéllos ciudadanos ordinarios del mundo libre. Somos incluso muy diferentes y mucho más fuertes que aquéllos que están viviendo en la ideología del Comunismo. Merecemos la alabanza de Dios. Dios debe alegría y satisfacción a vosotros. Defendamos el momento histórico, cambiemos éste momento de victoria gloriosa, y por ello haremos verdaderamente a nuestro esfuerzo histórico y orgulloso en Nueva York, en la historia de América y en la historia de Dios.
Si,  lo que estamos tratando aquí, ahora, es tremendo, extraordinario, pero hacer de ello ese gran suceso el principio central, es bastante sencillo. Hay muchas señoritas bellas y jóvenes.  Probablemente estáis encontrando cada día posibles futuros esposos y esposas en la ciudad de Nueva York. ¿Quién sabe?
Al joven al que tú hablaste hoy puede llegar a ser un gran líder de América en el futuro, tal como un futuro presidente de los Estados Unidos. Nunca sabéis qué clase de gente encontrareis hoy. Nunca sabéis qué clase de potencial tienen. Además, éstas personas que encontráis puede que hoy estén sin vida, sin esperanza, pero por vuestra causa serán resucitados, les será dada nueva esperanza y llegarán a ser grandes lideres de éste mundo y de ésta nación. Ese es el punto. Por consiguiente no miréis tan solo la apariencia de la gente que encontréis hoy. No desdeñéis a nadie porque su apariencia sea pobre, parezca muy hambriento, parezca muy miserable. No tratéis a nadie mal sólo porque esa persona no pueda hablar inglés. No maltratéis a nadie porque sucede que esa persona es negra. Cada persona es vuestro "showdown", vuestro posible momento victorioso; y hacia cada persona debéis ser serios.
Esta mañana tenemos invitados especiales de CBS y estáis trabajando duramente en ésta temprana hora de la mañana. Pero, ¿cuál es realmente el verdadero significado de ésta mañana? ¿Por qué ha venido aquí CBS a veros trabajar? Algo está llamando. Algo importante se está tramando. El mundo no puede conocer ahora pero algún día sabrá. Y estáis haciendo historia. Sois los campeones elegidos de Dios. Así pues, puede que alguien os escupa, tal vez alguien os golpee, pero debéis sonreírles y bendecidlos. Sed pacientes. Sed pacientes y mansos, amad la vida, vuestra vida entera hasta ésta hora. Ese es el camino de Dios. ¿Sabéis que sois mi orgullo? Vosotros, gente joven congregada de todo el mundo, que habéis venido a mí y estáis realmente escuchándome. Cada instrucción que yo esparzo, lleva el 1.000 por cien. Cada uno de vosotros tiene la convicción y está confiando en mí y todo lo que digo estáis dispuestos  a realizarlo. ¡Qué honor, qué alegría, qué gran privilegio! ¿Es verdad? (Sí) Gracias.
Sí. Tal vez no sea la persona más alta, pero tengo energía. Hace unos pocos años en Corea y Japón eran muy despreciativos hacia mí y hacia nuestro movimiento pero hoy están mirándome y diciendo: “Tú eres la esperanza de torcer la corriente de las situaciones de Corea y Japón”. Las personas, aquellos enemigos que me persiguieron hasta el peor grado, vienen hoy a mi diciendo: "Reverendo Moon, usted es la esperanza de nuestra nación, la esperanza de este mundo. Nosotros deseamos su gran éxito". ¿Es así porque soy muy importante y tan glorioso?  No. Es porque el ideal, la persona que yo represento, es grande. Su tiempo y hora ha venido y la representación de Su misión, eso nos hace grandes.
Estuve en un campo de trabajo, el peor campo de trabajo que podáis pensar. Estuve en una prisión comunista, durante muchos años en una situación insoportable y estuve con hambre. Estuve con indigencia pero tenia la misma convicción que tenéis, y a través de todos los días difíciles de mi vida, perseveré y fui fácilmente paciente. Esto trajo la gloria de hoy. Olvidé la miseria. Olvidé mi sufrimiento. Olvidé mi dificultad porque estuve muy ocupado confortando al Padre Celestial, sabiendo que un día debe prevalecer la voluntad del Padre. Su ideal, que debe prevalecer por el beneficio del mundo. Y como resultado vosotros estáis hoy aquí. He estado mirando hacia adelante a ese momento de victoria, a ese momento crucial. Ahora es vuestro turno, hoy es vuestra oportunidad; vuestro momento crucial. Si usáis o no este gran momento de la historia, eso determinará vuestra vida en fracaso o victoria.
No importa lo que diga el resto del mundo, yo seguiré adelante por el beneficio del Padre. Estoy destinado a vivir esto de acuerdo con Su voluntad. Vosotros cread vuestra mente firmemente. No vaciléis. Esa es la llave del éxito.
Entonces con el fin de que hagáis eso, llegad a ser una persona pública. No alberguéis ambición personal. Seamos ambiciosos por el ideal, por el beneficio de todos; no sed egoístas, esa es la clave. Seamos humildes y seamos mansos. No debemos ser arrogantes. Debemos ser muy humildes y jamás orgullosos ante todos. Cuando camináis por éste sendero hay muchas ocasiones que llegáis a un momento en el que es muy difícil juzgar qué camino es el correcto. A veces prevalece la confusión. ¿Cuál es pues la solución para encontrar el camino correcto? En ese momento particular de confusión sed humildes y tened una mente no egoísta. Si desde ese punto de vista contemplas la situación, entonces tu curso de acción es muy claro, obviamente te colocas a ti mismo en un nivel horizontal. Preocúpate de tu objetivo, no de ti mismo y ora a Dios.
Si llegas a ser una persona altruista, entonces en éste universo, tal como el gran imán. Del Polo Norte y del Polo Sur, hay un imán de Dios. Ese más grande poder del universo te atraerá cuando tú. Mismo seas altruista. Entonces serás atraído por ese imán y serás dirigido en la correcta dirección. Y la Biblia dice que debemos orar secretamente. ¿Por qué deberíamos orar secretamente? Ese es el momento en el que te sitúas a ti mismo en posición horizontal y eres muy humilde; entonces el poder de Dios, el gran imán del universo, te atraerá hacia la dirección correcta. Piensa en ello. Caminando en esto desde hace largo tiempo, desde el comienzo de la fundación de nuestro movimiento hasta ahora, ¿Cuántas dificultades me he encontrado? Y hubo muchas, muchas ocasiones en las que si hubiese hecho una elección errónea, esa decisión errónea habría borrado a nuestro movimiento en nada de tiempo. Conociendo la seriedad de nuestro movimiento también he sido serio. He sido tremendamente serio tratando con cada decisión crítica. Y tengo un claro objetivo. No hay desviación alguna de nuestra meta. Por consiguiente mi rezo fue serio. Así pues, el imán universal, la fuerza de Dios, siempre me atrajo a la dirección y decisión correcta.
De nuevo de la misma forma, ahora es vuestra suerte, vuestra oportunidad ha llegado. Debes confiar en éste momento histórico y debes cambiarlo en glorioso, en tiempo victorioso para ti, para ésta nación, para Dios. No sois tan solo individuos, ni simples personas. Hay cientos de miles de personas trabajando juntos. Por consiguiente el resultado va a ser fenomenal. He recibido muchas cartas. He recibido numerosas cartas, cientos y cientos de cartas de Corea, de Japón y de todo el mundo, y todas dicen que están orando día tras día por el éxito y victoria del Madison Square Garden. Ese es el blanco de sus rezos. Sois los soldados de primera línea para esa gran victoria. Seréis responsables si fallamos, si no podemos hacer de Madison Square Garden un éxito completo. ¿Cómo podemos pues responder a esas personas que rezaron por ésta oportunidad? ¿Qué haríais con vuestro duro trabajo, sudor y sangre, con vuestras largas horas puestas en éste esfuerzo? Pensad en vuestro Dios, quien os ordena que fueseis y ganaseis ésta batalla. Por lo tanto, cuando considero todo esto, el llevar la cruz al Calvario es bastante más fácil que la tarea con la que hoy nos enfrentamos. Es algo así como si estuviésemos yendo a lo largo del oscuro túnel hacia la esperanza del claro en el otro lado.
Es cierto que quiero que el 18 de septiembre pase a la historia, pero no podemos dar la bienvenida al 18 de septiembre como a cualquier otro día. Debemos hacer de ese día el día del triunfo, el día de la luz y de la gloria. Estoy determinado a ver éste día victorioso, con el fin de que pueda recompensar los rezos que están viniendo de ultramar. Quiero recompensar vuestro duro trabajo y quiero glorificar el nombre del Padre Celestial. Quiero hacer feliz a todo el mundo. Entonces querré veros. Así seré feliz.
Así pues estoy sosteniéndome en cada momento lo más serios. Sin relax alguno. Por lo tanto quiero que sepáis que los líderes son verdaderamente el sacrificio de nuestro movimiento. Ser un líder no es una posición gloriosa. El líder es el más sufriente.
Este es el segmento final de nuestros tres gloriosos años de batalla que comenzamos todos juntos en 1.972. Este es el final de nuestro movimiento para el curso de tres años. Entonces quiero que sepáis que esto es para mi muy importante; para vosotros, tan importante; para el Padre Celestial tan vital. Y por ello ésta semana entrego el mensaje: “Confiemos en el Momento Histórico y Cambiémoslo en Gran Victoria” y os urjo a todos vosotros para uniros conmigo para el asalto a la victoria final.

Aquellos que se determinen a darse a si mismos, a empeñarse por la victoria de esta causa del 18 de setiembre, alzad las manos como señal. Gracias. Oremos.

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