sábado, 28 de enero de 2017

El Camino hacia la verdadera felicidad

El camino hacia la verdadera felicidad
5 marzo de 1975
Barrytown, Nueva York
Reverendo Sun Myung moon 

Todo el mundo sabe que cuando somos jóvenes, es bueno e incluso debemos tener un sueño. Y yo sé que los jóvenes de todo el mundo se preguntan, "¿Qué sueños tendrán los jóvenes americanos?" También sabemos que, en este país, que es el ídolo de otros países, de hecho está habiendo una marcha atrás. Pero los jóvenes aquí reunidos en este auditorio tienen sueños más grandes que los que nadie tuvo ja­más. “¿No es cierto?"
En ese caso, ¿cuál es ese sueño? ¿Consiste en ser senador o congresista o en ser la esposa de un senador o de un congresista? (¡No!) Si no es ése, entonces, ¿cuál es el sueño? ¿Realizar el Reino de los Cielos? ¿Qué es eso? ¿Qué hay de bueno en ello?
Cuando examinamos los sueños que tiene hoy la gente, la gente importante del mundo podría decir, "si tan solo pudiera cambiar el mundo," ese es su sueño. Y el sueño de los jóvenes es dirigir el mundo. Pero ¿os imagináis a un joven que haya conseguido la realización de una tarea pero sin éxito? En otras palabras, suponed que ya tiene de todo, y está a punto de alcanzar el mundo entero y dirigirlo, pero entonces muere en ese momento. ¿Qué ha podido conseguir? Imaginaréis que ese hombre sería un personaje muy desgraciado y miserable.
¿Nos hemos reunido aquí para conseguir eso, qué clase de sueño tenemos nosotros? Aquí los jóvenes tienen un sueño que es aún más grande que el de la mayoría de los jóvenes. Tenéis un sueño similar al de dirigir el mundo, pero no se queda en el nivel mundial. Aquí, los jóvenes tienen una ambición muy dejada. No se preocupan solo de dirigir el mundo, sino también el mundo espiritual. ¿Tenéis confianza en que podéis hacerlo? (¡Sí!) Sé que vuestra ambición no se queda ahí. Alcanza un paso más allá, es agarrar el pelo de Dios, y sujetarlo fuertemente.
Entonces casi se os podría llamar santos. La gente diría, "¡Son gente chiflada!" La mayoría de la gente ni siquiera está segura de que Dios existe. ¡Pero ahora a esta gente le gustaría agarrarse al pelo de Dios! Entonces cogiendo a Dios por Su brazo, cuando lleve a Dios por este camino, Dios me seguirá por este camino, y cuando lleve a Dios por aquel camino, Dios me seguirá por aquel camino. ¿No os gustaría pelear a lucha libre con Dios? (¡Sí!) ¿Y os iríais alguna vez, aunque murierais? (¡No!)
Bueno, suponed que Dios os diera un puñetazo de forma que salierais despedidos como una partícula de polvo. Pero aunque os diera un puñetazo, ¿os agarraríais a El lo suficientemente fuerte como para no salir despedidos? (¡Sí!) Igualmente en el mundo espiritual, ¿os habéis agarrado al mundo espiritual tan estrechamente, que aunque os dieran una patada, pudierais permanecer agarrados a él? ¿Tenéis esa tenacidad? (¡Sí!) Bueno, bajemos un poco. Vosotros estáis salvando al mundo, por eso estáis tomando América. Si América tratara de desprenderse de vosotros, entonces, ¿estáis lo suficientemente seguros de que nunca se os escapará? (¡Sí!)
¿Por qué digo esto? Porque son problemas serios. Dios tiene un deseo: encontrar a alguien, algún joven que se le agarre, y nunca se le suelte, pase lo que pase. ¿Estaría Dios feliz al encontrar a ese hombre o no? (¡Feliz!) Por otra parte, cuando Dios tuviera en torno suyo algún hombre que no fuera muy justo ni muy bueno, ¿cómo se sentiría? Es decir, se trata de un hombre muy guapo y una chica no tan guapa que le ama mucho. Ella no solo no es tan guapa, sino que es incluso fea. Imaginaros que esta chica se acerca al galán v se agarra a él. ¿Estaría contento? Pues no, y tampoco Dios estaría feliz. Pero los que están reunidos aquí no son realmente tan malos. Podríamos decir algo desagradable de ellos, pero aún permanecerían, y cada vez están más entusiasmados.
De hecho, no podemos encontrar gente como ésta en ninguna parte del mundo. Si eso es cierto, si Dios va a ser prisionero de alguien, podría pensar, "entonces podría muy bien ser prisionero de esos miembros de la Iglesia de Unificación”. Cuando estéis agarrados a Dios fuertemente, entonces, ¿le sujetaréis estrechamente o tan estrechamente que pudiera resultar penoso para Dios? (¡Estrechamente!) Bueno, aunque fuera tan penoso que Dios realmente hiciera un gesto de dolor, El se sentiría feliz.
Examinemos ahora esto con  un poco más de detalle. Mucha gente se agarraría a El muy fuertemente, pero la gente tiene razones muy diferentes para ello. Algunos quieren obtener algo de Dios, por eso se cuelgan estrechamente. Y otra gente solo se agarrará a El porque le quieren. No se preocupan de si Dios no les da nada. Si alguien se agarrara a Dios muy fuertemente, esperando obtener algo de El, entonces Dios no se sentiría muy bien. Pero si uno se agarra incondicionalmente a El porque él o ella le quieren, si por cualquier circunstancia, ellos no le agradaran a Dios, entonces no hay nada que Dios pudiera hacer. Debemos estudiar seriamente la posibilidad de que si os agarráis a Dios muy estrechamente, aún haciéndole daño, si lo hacéis porque le queréis, entonces Su pena solo será felicidad y placer. ¿Comprendéis? (¡Sí!)
Tengo una interesante historieta que contaros. En Corea tenemos una abuela que es una señora muy anciana, pequeñita, bajita, y si vierais su cara ‑ es muy poca cosa: está muy consumida, y tiene chichones por todas partes. Seguía al Maestro donde estuviera. Cuando el Maestro iba a montar en coche, entonces allí estaba ella, con la bolsa del Padre en su mano derecha. ¡Le seguía a todas partes! Entonces el Padre tuvo que chillarle, "¡No quiero verte más!". Y, "¡no eres tan guapa como crees!" y ella se sentó allí mismo. En la Iglesia coreana, las habitaciones del Padre están en el piso de arriba. Y el Padre normalmente se encuentra arriba, y cuando va a bajar corre la voz de que el Padre baja. Ella es la primera que lo oye, y ocupa el asiento más cercano. Entonces el Padre dice, "¿Por qué tienes que estar siempre tan cerca?" Pero su feliz respuesta es que no sabe qué hacer. Entonces ella va por todas partes diciendo, "¡Oh! ¡El Padre me dijo esta mañana cosas desagradables!" De esa forma ¿qué puedes hacer? ¿Puedes pegarle? ¿Qué le vas a hacer? Así un día el Padre simplemente llegó a cansarse de decirle cosas ásperas. Entonces ella dice, "¡Oh, ahora el Padre empieza a quererme!” Y como ella cree que el Padre le quiere, le sigue aún más.
Por eso un día, el Padre le dijo, "ven aquí". Y le preguntó, "¿.Por qué me sigues? ¡No eres muy guapa, eres la desgracia de la Iglesia de Unificación! ¡Deja de seguirme!". El Padre se puso serio de verdad. Ella sintió aquello, pero no lo creyó. Por eso, fue a orar a Dios diciendo, "Dios, ¿hiciste eso porque realmente no me quieres?" Y Dios dijo, "No importa lo fea que seas, también eres mi reflejo. No importa lo bella que seas, también eres mi reflejo. Por lo tanto te amo ‑ por eso el Maestro te ama y tu amas al Maestro"
Ella se puso tan contenta que al día siguiente vino al Padre y le dijo, “Tengo noticias para ti." Dijo, "Ayer oré a Dios. Tengo permiso para amarte, porque el Padre Celestial dijo que no importa lo fea que sea, sigo siendo su reflejo, no importa lo bella que sea, sigo siendo su reflejo. Por eso tengo derecho y tengo permiso para amarte." El Padre se quedó pensativo un momento. Verdaderamente era una respuesta atrevida, pero ¡se ajustaba tan perfectamente al Principio! Y en ese caso, el Padre no puede hacer nada. Así que el Padre se dio cuenta en aquel momento de todo lo que ella había tratado de quererle, y no lo podía negar. El Padre aprendió aquella lección, "Siempre que cumpla este Principio, siempre que ame a Dios muchísimo, Dios nunca podrá negarme." ¿Lo habéis entendido? (¡Sí!)
Es un hecho maravilloso y sorprendente, que cuando queráis a Dios pase lo que pase, Si queréis a Dios lo suficientemente, entonces El nunca podrá negaros, y no os negará. Suponed que os agarráis a Dios muy fuertemente y le decís, "Quiero seguirte a donde vayas ‑ si vas a un sitio alto, iré a un sitio alto. Si vas a un sitio bajo, te seguiré allí. Si te vas a la cama, ¡te seguiré hasta la misma cama!" Y si hacéis eso, Dios no podrá negaros de ninguna manera. ¿Podéis entender eso? (¡Sí!) ¿Querríais llegar a ser así algún día? (¡Sí!) ¿Queréis tan solo observar a Dios, o queréis subir hasta El y tocarle? (¡Tocarle!) ¿No solo tocarle, sino agarraros a El? (¡Sí!) Aquellos que queráis hacer eso, levantad la mano.
La razón por la que digo esto es que, no importa lo que seáis, si queréis a Dios muy fuertemente, y no podéis ofrecerle más que vuestro cariño, entonces Dios podrá llegar a quereros mucho. ¿No estaría orgulloso de alguien que se agarrara a El tan estrechamente y fuertemente, y genuinamente? El estaría orgulloso porque ningún rey, noble o gran hombre en este mundo ha sido jamás querido de tal forma. Entonces, si Dios fuera querido más aún, ¿no estaría conten­to? el estará muy orgulloso de ello. Ya que es Dios, debería tener por lo menos a una persona que se le agarre y le siga. Cuando me di cuenta de esto hace muchos años, me dije a mí mismo, "Yo seré de esa forma. Yo llegaré a ser aquel que quiera tanto a Dios. Yo lle­garé a ser esa persona." ¿Y vosotros? ¿Vais a ser superados por mí, o incluso me vais a vencer? (¡A vencer!) Bueno, ¿estaría Dios triste por eso, o estaría feliz? (¡Feliz!) Tenéis razón, estaría feliz.
Asimismo, si realmente queréis al mundo espiritual y os agarráis a él, ellos automáticamente vendrán y os querrán, no pueden hacer otra cosa. Por eso, si yo me agarrara a algo porque lo quisiera, entonces, verdaderamente eso llegaría a ser mío. Vosotros también queréis ser poseídos por aquellos que verdaderamente queréis, ¿no es cierto? (¡Sí!) Especialmente cuando el hombre es guapo y bueno. Entonces esto puede ser realmente cierto. Y, del mismo modo, un hombre querría tener tal mujer, y una mujer querría tener tal hombre. Cuando ellos se unan, allí habrá verdadera felicidad. Ahora nosotros conocemos el secreto.
Asimismo, si nos agarramos al mundo y lo queremos mucho, entonces aunque el mundo nos persiga y trate de hacernos callar, toda­vía permaneceremos agarrados estrechamente al mundo. ¿Cómo reaccionará el mundo? Con el tiempo ‑ y con toda certeza ‑ el mundo nunca podrá hacernos callar. La misma lógica se aplica a todas las situaciones. Ahora si el Maestro ama a este país de América muy fuerte­mente, y aún más fuertemente que los americanos, entonces, ¿le hará callar América? (¡No!) No importa lo que ellos hagan, él continuará queriendo a este país, y se agarrará a él. ¿Entonces qué pueden hacer ellos? Si conocéis este secreto, y también lo sentís y lo hacéis una parte vuestra entonces realmente podréis conquistar el mundo.
Habéis encontrado alguna vez a alguien a quien os agarrasteis y le dijisteis, "Nunca podré dejarte marchar, ¡porque te quiero tanto!" En el mundo espiritual, estáis a veces tan fascinados que os agarráis a él, y decís, "¡Nunca podré dejar que te vayas, por lo mucho que te quiero!" ¿Habéis abrazado aluna vez a toda la humanidad y a toda la raza humana sobre la Tierra y habéis dicho, "Os amo, os quiero tanto que no puedo dejaros marchar"? ¿Habéis experimentado eso alguna vez? Ahí es donde radica la diferencia entre cualquier otra organización y la Iglesia de Unificación. Nuestra Iglesia de Unificación está formada por miembros que aman tanto a la gente que no importa lo que les hicieran, les seguirían queriendo todavía.
Cuando encontramos a alguien, no le queremos mucho. Más tarde decimos, "Oh, no me preocupo de él, no le quiero mucho." Pero enseguida, aprenderéis que realmente queréis a esa persona. La antipatía es lo más común. Pero si comprendéis, entonces os puede servir para algún propósito. Si tenéis intención de hacer algo, os ayudará a realizarlo.
¿Conocéis ya a Mr. Choi, que comenzó la marcha de coreanos a residir en el movimiento japonés, el pequeño Mr. Choi? El es uno de los hombres más afortunados en la Iglesia de Unificación. Se unió a la Iglesia en el tiempo en que la Iglesia atravesaba por duras pruebas. El Padre fue a prisión, y había un montón de detectives que venían para averiguar si había algo por lo que pudieran perseguirnos. La conducta de Mr. Choi fue única: seguía a todo el mundo por todas partes. Incluso si una abuela iba a algún sitio, él la seguía hasta que finalmente se daba cuenta de que iba al retrete. Seguía a todo el mundo por todas partes. Cuando oía algo, cuando alguien hablaba a otra persona, él anotaba cada palabra que escuchaba. Todos le tomaron tan mal., que  quisieron pegarle. Hubo un plan de testimonio, e incluso antes de que el plan fuera anunciado, él ya estaba en el lugar del testimonio. El sabía algo. Y entonces dio testimonio a 20 personas diferentes, y nadie le había dado ninguna conferencia del Principio. El mismo enseñaba, y daba sus conferencias y trajo a 20 personas. Pero aún no le creíamos. Pero aquellos a los que dio testimonio vinieron a la Iglesia. Esas personas a su vez, fueron a dar testimonio a otra gente. Cuando ocurrió eso, entonces empezaron a creerle. Y luego el Padre le preguntó "¿Por qué te comportabas de aquella forma al principio?" Mr. Choi contestó, "Bueno, yo quería mucho a cada uno, no podía seguirles, lo único que podía hacer era tomar nota de todo. ¿Qué tiene eso de malo?"
Después de aquello cuando el Maestro le decía de hacer algo, lo hacía, no solo porque tuviera que hacerlo, sino porque quería hacerlo: Le gustaba que el Padre le dijera lo que tenía que hacer. Esa es la única razón por la que lo hacía. Así, por lo tanto, progresó. También cuando fue enviado a Japón, en aquel tiempo era un sitio muy peligroso. Los comunistas no estaban bajo control espiritual, por eso era muy peligroso para él arreglárselas por sí mismo. Pero el Padre le dijo, "En tres años establecerás el fundamento." Y estableció el fundamento en tres años. El gobierno japonés trataba de que el establecimiento del fundamento durara mucho tiempo. Ellos no pudieron retrasarlo, en cambio, él si consiguió su propósito. Por eso, no importa lo difícil que sea, una vez que améis vuestra tarea o trabajo, entonces, ¿cómo puede afectaros alguna dificultad? Cuando améis algo, realmente no os importe dedicar a ello todas vuestras horas en vela, incluso si le dedicáis 20 horas aún podéis estar felices.
Llegamos así a la conclusión de que amar lo que estéis haciendo puede ser una fuente dinámica de energía. Cuando amáis algo, ¿eso se convierte en algo bueno o malo? (¡Bueno!) Igualmente, cuando os enteráis del cursillo de 100 días, decís, "¡Oh 100 días! Si ya he estado en el cursillo de 21 días, y después de aquel hice el cursillo de 40 días. ¿Ahora 100?" ¿Podéis estudiar bien en esas circunstancias? No. Pero cuando améis el hacerlo, podréis estudiar y estudiar más todavía, entonces el cursillo de 100 días nunca os será molesto. La conclusión es, pues, si queremos tener éxito en algo en el periodo de tiempo más corto posible, ¿qué tendremos que hacer? Una conclusión muy racional y razonable es que, al pretender hacer algo, cuando lo améis, podréis siempre tener éxito.
Otro modo de probar esto es el hecho de que cuando améis algo y valga la pena amarlo, e incluso Dios también lo ame, El os dará todo el apoyo que necesitéis. Esa es otra razón por la que podéis conseguirlo, y mucho mejor. Es el mismísimo principio del ser humano, que el hombre quiere estar intoxicado, chiflado por algo. ¿No sentís eso? (¡Sí!) Si estuvieras muy contento hasta que te volvieras loco, ¿serías un hombre feliz o infeliz? (¡Feliz!) ¿Te has puesto alguna vez tan contento, hasta volverte chiflado? ¿Se ha puesto alguien así?
Observad a la gente del mundo. Están chiflados por el dinero, a veces por el sexo, y otras veces por otras cosas, llegan a volcarse completamente en ello y se vuelven locos. Ya que todo el mundo está chiflado por algo, ¿por qué cosa vamos a estar nosotros chiflados? (¡Por Dios!). Sí, y solo porque le queremos. Y cuando realmente lleguéis a ser así, entonces este mundo será el Cielo. Ahora conocéis el secreto del éxito, la mejor forma de conseguir el Cielo.
Si trabajáis y trabajáis durante 24 horas, amando lo que hacéis, entonces tendréis éxito al hacerlo. Si dais testimonio a alguna persona y no os quiere, pero vosotros aún continuáis queriéndola, y volvéis a ella, ¿cómo puede rechazaros? Cuando lo hagáis tres veces, el mundo espiritual se dará cuenta de ello y hará una gran presión sobre esa persona. Al final os escuchará, e incluso os querrá. La persona celestial ama a la gente en el infierno, y cuando pongamos eso en práctica, ese será el Cielo. Cuando lo prolonguéis durante cierto tiempo, entonces todo mal se desvanecerá finalmente.
¿Entonces cuál es el propósito de encontraros aquí estudiando? ¿Vinisteis aquí a estudiar para vuestro éxito personal solamente? (¡No!) Podéis perseguir el éxito, sí, pero si lo hacéis bajo circunstancias donde podáis ser felices, entonces ese logro podrá ser eterno. Por otra parte, cuando no lo queréis más que por él mero hecho del éxito, entonces por muy intensamente que trabajéis, Dios os quitará vuestro éxito. El lo hace de forma que no tendréis a nadie para echar la culpa más que a vosotros mismos.
El Principio es sencillo. Cuando lleguéis a amar algo, entonces todo se puede resolver. El testimonio es igual. ¿Os gustaría dar testimonio a mucha gente, no es así? (¡Si!) Cuando vayáis a dar testimonio con esto en la mente, y con este principio, podréis tener éxito.
La verdad siempre puede crear otra verdad, instantáneamente. Por eso cuando tengáis ese genuino sentimiento, y vayáis a una anciana, y realmente la queráis, entonces ella, instantáneamente os querrá.
Lo mismo ocurre con un niño. Por eso, es evidente que en esa situación ninguno debe nada al otro. Si yo quiero a una persona y ella me quiere a mí, no hay lugar para deudas. Aplicad este principio en cualquier ocasión y seréis un hombre afortunado. Si amáis a todo el mundo tanto que cuando una persona se vaya, quisierais que se quedara por mucho tiempo, entonces apreciaréis que de repente todo el mundo os querrá a su vez. Cuando alguien nos visite, o nosotros visitemos a alguna persona, si queremos quedarnos con ellos por mucho tiempo, ellos llegarán a querernos y también cualquier persona que esté junto a ellos. Esta es una ley de la vida.
Cuando nosotros queremos a América, por ejemplo, queremos a América, a la gente americana y a la belleza de la naturaleza en América. Entonces, cuando salgáis a una misión extranjera, ¿cómo podréis ‑ siendo americano ‑ amar a la otra gente? Cuando salgáis a otros países, no habrá otro país como ese país. Os daréis cuenta de que el cuarto de baño será muy diferente del que tenéis aquí. Pero tratad de aceptarlo y quererlo. Incluso durante la bendición de las 1800 parejas había miembros americanos y europeos que pedían el retrete al estilo del Oeste en el que podéis sentaros. El Padre dijo: "¡Ni se os ocurra!" El Cielo nunca se puede conseguir cuando uno está centrado en sus propias costumbres. Tendréis que llegar a querer muchas cosas a las que no estáis acostumbrados. ¿Es preciso que vosotros los americanos tengáis que dormir en camas? (No.) Si una sábana no fuera suficientemente grande para cubrir todo vuestro cuerpo, entonces tendréis que cubriros solamente el estómago. Una vez que lleguéis a amarlo todo, nunca estaréis a disgusto.
El Padre, por supuesto que tuvo que ir por muchas cosas difíciles. Incluso en prisión, cuando fue torturado, nunca tuvo una pelea. El pensaba más bien: "Está bien, pégame, ¿cuánto puedes pegar?" El no podía ofenderse y no podía odiarles porque sabía que ellos no se daban cuenta de nada. De tal forma, ¿cómo podía odiarles? Por eso perseveró, y nunca se molestó. Cuando empecéis una tarea, entonces aquel y aquello que cambien vuestra idea será vuestro enemigo.
El año pasado el Padre iba continuamente al Océano Atlántico. El Padre pensaba, "Quiero probar a los americanos para ver cuánto me quieren." Algunas mañanas se levantaba y decía, "Vamos a los barcos," y todo el mundo dudaba. A veces él estaba 24 horas en el barco. Tan pronto como llegaba salía de nuevo. Hizo eso muchas veces. Fue una buena oportunidad para él de probar a algunos. Pensó que ya que a él le gusta pescar, entonces él sería el responsable para esa tarea. Y esa fue su decisión. ¿Podéis comprenderlo? (¡Sí!)
¿A qué le vamos a temer? Cuando realmente amemos algo, si incluimos a Dios, ni siquiera Dios podrá escaparse.
Tenéis un testimonio histórico en la Biblia. Dice así, "Estad siempre alegres." Queréis tener éxito, ¿no es verdad? (¡Sí!) ¿Sabéis ahora el secreto de cómo tener éxito? (¡Si!) ¿Cómo podemos ser gente mundialmente célebre? Una cosa de la que estoy seguro es que aquel que quiera ser un hombre mundialmente famoso, tendrá poquísima oportunidad de conseguirlo. Aunque llegue a ser famoso temporalmente, pronto morirá. Puede prolongar o mantener su bendición, pero aquellos que hagan algo porque lo amaron tendrán éxito. Por eso yo os digo a vosotros que sois jóvenes, que si empezáis ahora, el éxito está casi garantizado.
Podréis preguntar cómo se siente ahora el Padre. El recuerda sus días de joven cuando quería hacer la voluntad de Dios. Quería hacerlo cuando tenía mediana edad, cuando era joven. Todo lo que hizo fue algo que Dios quería, y él quería tanto a Dios, que ahora ha llegado a ser el Maestro de la Iglesia de Unificación. Antes habría preferido morir que estar descontento de algo, especialmente de la voluntad de Dios. Por eso tiene que estar constantemente en acción. Naturalmente tiene que triunfar. Aún cuando vayáis a una zona tropical, y el sudor os caiga como una catarata, e incluso lo améis, entonces ¿quién podrá decir algo en contra vuestra?
El Padre escuchó muchos comentarios en el pasado de que es un hombre de hierro. El no se cree eso. Lo único que sabe es que, aquello que emprende, aquello que pone en sus manos, aquello que empieza, lo ama y lo hace porque lo ama. Cuando empieza a hacer algo, entonces piensa instantáneamente como si hubiera nacido para hacerlo. Siente de esa manera. El ni siquiera piensa en ser dirigente de la Iglesia de Unificación, o algo parecido. Como su moral y su talla espiritual son de esa forma, ni siquiera los jóvenes pueden superarle. Cuando hace alguna cosa difícil, no piensa, "Oh, deseo que esto se realizara muy de prisa" No piensa así. Más bien, siempre le gustaría continuar un poco más. De esa forma ¿cómo puede llegar a cansarse? Ahora conocéis los secretos del éxito. Este es un mundo completamente nuevo. Sé que es la primera vez que habéis oído esto. Si alguien hace algo podéis decir inmediatamente si lo hace porque lo ama o porque lo debe hacer. Ahora que vosotros estáis haciendo cosas, podéis perfectamente estar felices al hacerlas. Y cuando hacéis algo felizmente y lo cumplís, entonces nunca podréis olvidarlo en el resto de vuestra vida. Eso puede ser un bello recuerdo.
¡Comprobadlo! Hacedlo y comprobadlo. Si este principio no se cumpliera entonces la Iglesia de Unificación sería falsa. Entonces, si realmente amáis dar testimonio ¿pensáis que podéis tener éxito al hacerlo? (¡Sí!)
En Corea, iglesias de muy diferentes comarcas reúnen centenares de personas, y esperan y esperan durante muchas horas a que llegue, y luego cuando viene, le habla solo a un individuo de 80 años. El resto de la gente realmente debe tener fe, porque no les gusta que el Padre le hable solo a él. Y, ya sabéis que esa gente es la que nunca comprende cómo ama Dios para que él solo le hable a ese hombre. Por eso él decide de nuevo "Muy bien, si pensáis así, nunca iré a hablaros a vosotros." De modo que continúa hablando más y más al anciano. Cuando el Maestro hace algo que ellos no comprenden, ¿por qué no piensan que debe haber una razón, por qué no pueden aceptar  eso y llegar incluso a amarlo?
Ahora habéis averiguado que yo soy un hombre bueno. ¿Y vosotros, sois buenos o malos? (¡Buenos!) Preguntaos a vosotros mismos y también yo quisiera preguntaros, ¿cuánto habéis querido a vuestros propios padres y a vuestros hermanos y hermanas? ¿Lo habéis hecho alguna vez? (Sí) Aquella gente que nunca lo han hecho son malos. ¿Cuánto habéis querido a vuestra propia familia, a vuestro profesor que os enseñaba en la universidad? ¿Y cuánto queríais realmente al presidente del país? ¿Y cuánto habéis querido al santo que apareció en la tierra? Y luego ampliad ésta pregunta a Dios, a cualquiera que podáis pensar. Cuando la respuesta sea "No", entonces seréis una persona mala. Bueno, con este criterio, ¿sois una persona buena o mala? Esa es vuestra medida. Tenedla preparada, y mediros continuamente. Siempre que tengáis este sentimiento hacia los demás, vuestro éxito estará garantizado.
Voy a contaros una pequeña historia que me ocurrió esta mañana. Al desayunar había sobre la mesa una carta y la abrí. Era la carta de protesta de los padres de una de los miembros americanos que está casada con un miembro coreano. Escribían protestando que "Le dije a mi hijo o hija, que se casara con un americano, no con un coreano. Pero se casó con un coreano. ¿Por qué?" La carta decía, "¡Usted esta equivocado!" Pero yo no creo que esté equivocado, porque ella habla desde el punto de vista americano. Del mismo modo, los padres coreanos no estarán contentos de que su hijo se casara con una americana. Hicimos eso porque sabíamos que ellos estaban destinados a amar. Lo hicimos, y debemos continuar esa tradición. Nosotros no estamos casados solo porque nos queríamos el uno al otro. Estamos casados para cumplir la voluntad de Dios, porque amamos tanto la voluntad de Dios que queremos establecerla como una duradera tradición para la gente que nos siga en el futuro. Si la mayoría de los americanos tienen esa estrecha mentalidad, entonces es seguro que este país perecerá. América está compuesta de tantas razas como existen sobre la Tierra. Pero si una raza se enorgullece y trata de alegar que es la única raza, entonces este país se desintegrará muy pronto. Esa fue una lección para mí esta mañana. Para mí esa clase de pensamiento es enemigo y lucharé contra él. Entonces, ¿pensáis que es correcta la idea del Padre, o la de esos padres que escriben? (¡La del Padre!). De hecho, los padres están tratando de dirigir a sus hijos mayores. Esa era la idea con respecto a los hijos e hijas mayores. Si ellos decidieron casarse, entonces ¿cómo pueden ir los padres en contra, especialmente con la voluntad de Dios por medio? Un chico o una chica de más de 28 años es lo suficientemente sensato para tomar esa decisión. Ya está bien apartado del dominio de los padres.
Por mucha persecución que recibáis, vosotros estáis en lo cierto y ellos equivocados. Si Dios viera esto ‑ lo que El ha hecho ¿a quien querría dejar sobre la Tierra? ¿A aquella mayoría o a esta minoría? Yo ni siquiera me inmutaría si todos los americanos se me opusieran a causa de esta idea. En primer lugar, ellos no tienen ningún derecho a oponérseme. Nunca deberían oponérsenos, sin saber lo que hay detrás de nosotros. He dicho esto como fuente de confianza, no para atacar a nadie. Debéis tener confianza. Esto es lo que desea Dios, y esto es lo que desea el mundo, es lo que desea el Maestro, y lo que desea toda la humanidad, incluyendo al mundo espiritual.
Sabemos que necesitamos ejercer el liderazgo más fuerte en este país ‑el liderazgo espiritual. ¿Tenernos hoy un líder espiritual en este país que sea más fuerte que el Reverendo Moon? (No). De hecho, deberían rodear todo este país con una red, por temor a perder al Padre. Eso es lo que deberían sentir, porque le necesitan. Ahora piensan algo completamente opuesto a eso, algo que no está bien. Tratan de cazarle. Pero eso no nos desanimará. Yo estoy ahora más o menos solo, con unos pocos miembros, pero sé que estoy trabajando para la historia de este país. Esta idea y este ideal son absolutamente necesarios para restaurar este país. ¿Creéis eso? (¡Sí!) El hombre que tiene este ideal tan grande no puede nunca ser seducido por hippies, y holgazanear en vano. Debemos tener un propósito dominante para conducir al mundo con confianza. Aquello que se oponga a este poder ‑vuestra dirección ‑ perecerá.
Con esto en la mente, cuando hagáis algo porque lo queráis así, nada podrá haceros daño. El lugar donde viva esta clase de buena gente ‑ese será el Cielo en la Tierra. Ya que nosotros mismos vamos a construir el Cielo, deberíamos ser los primeros en ser de esa forma. Comencemos desde aquí, ahora mismo, desde esta situación.

Hasta ahora nunca fuimos realmente un buen hombre. Ahora los hombres buenos son aquellos que viven con estos ideales y los practican. Si uno ama a Dios, y Dios le ama a su vez, entonces llegan a abrazarse. ¿Vivirán tan solo unos pocos años? No. Continuarán eternamente. Durante miles y millones de años, nunca se separarán. Aquellos que realmente queráis vivir con esta moda, por favor levantad la mano.

No hay comentarios:

Publicar un comentario