lunes, 9 de enero de 2017

El Camino de la Vida de Príncipes y Princesas de Dios

El Camino de la Vida de Príncipes y Princesas de Dios

Reverendo Sun Myung Moon

¡Distinguidos invitados, damas y caballeros!

¿De qué país son ustedes ciudadanos? La gran mayoría debe ser de Corea. Entonces la Corea es su patria, ¿verdad? ¿Cuál (les parece que) será la patria de Dios? Actualmente no la hay.

¿Dónde se originaron todas las naciones de este mundo? ¿Se originaron a partir de Dios, o tuvieron un origen diferente? El origen histórico de todas estas naciones se ha convertido en un problema.

Todos los países de este mundo se formaron de divisiones provocadas por luchas. Así es como en muchos casos, si tomamos dos países cualesquiera, la línea divisoria entre esos dos países es una línea cargada de extremo rencor.

Conocemos bien la realidad histórica de que más que con respecto aun tercer o cuarto país, se produjeron luchas sangrientas y se derramó más sangre entre países que están apenas separados por una línea divisoria. De este modo, el muro que se levanta entre dos naciones, entre dos pueblos, es el más alta.

Las luchas no son algo que está siempre rondando a varios kilómetros (de distancia), sino que desde antiguo se han producido en torno a dos naciones vecinas. Y así también es que ustedes, señores, se pelean con el vecino más cercano. Eso se debe a que el hombre cayó. Las peleas con las personas más cercanas son consecuencia de la caída.

¿Y qué es la caída? Es un conflicto que surgió entre Dios y el hombre, una lucha que ocurrió entre Dios y Satán, una lucha (que ocurrió) entre el hombre y Satán.

Podemos llegar a la conclusión que el hecho de que a lo largo de la historia hayan existido muchos países en este globo terráqueo, es en sí una prueba de que hubieron muchísimas luchas.

¿Hacia dónde irá un países que se formó de esa manera? Todos los países demandan un mundo de paz, ¿pero será que se podrá ir hacia un mundo pacífico? Estas cuestiones permanecen actualmente como una tarea común a (resolver por) la humanidad.

Un mundo pacífico sería un mundo resultante, una consecuencia de algo, y no puede sino ser una contradicción lógica llegar a un mundo de paz a partir de un comienzo erróneo, es decir, de una causa equivocada. Por esa razón, solamente se podrá encontrar el punto de partida que nos lleve a un mundo ideal, a partir del desarrollo de un movimiento capaz de conquistar y superar el origen de tales guerras.

Es lógicamente razonable afirmar que si la causa es perfecta el resultado podrá ser perfecto, que si se comenzó pacíficamente podrá atravesarse un proceso pacífico y arribar a un propósito de paz.
Viéndolo de esta manera, podemos darnos cuenta que si tendemos a seguir odiando al país adyacente al nuestro porque históricamente ha sido una nación enemiga, jamás podremos arribar a un mundo de paz.

Así, por más que añoremos el mundo ideal y digamos que estamos yendo hacia él, es imposible cumplir con ese propósito.

A fin de negar la motivación del inicio de tales luchas y de borrar una historia equivocada, se necesita un movimiento que profese un contenido en la dirección opuesta a ello.

¡Distinguidos invitados!

Ustedes son como un pueblo sin país. ¿Tuvieron un país en el pasado? ¿Hubo en la historia un país (de un aspecto tal) que pueda ser llamado "nuestro" país? No, no lo hubo.
¿No hubo, entonces, quien trabaje duro por tal país? No es así. Ese país no llegó porque no podía ser buscado en la posición que pensaba la gente de eras pasadas.

No se podía encontrar ese país, centralizado en el estándar del que estaban provistos interna y externamente dentro del ámbito de esa era.

La patria por la que debemos buscar no es un país que posea hoy sobre esta tierra una historia y una tradición semejantes. Es esencialmente de una dimensión diferente a la de un país así.

Si queremos heredar ese país de una dimensión diferente, debemos llegar a ser ciudadanos de una subjetividad ideológica idónea a ello. Pero esa ideología subjetiva, si es que existe un Creador Absoluto, debe coincidir con la ideología de ese creador.

Para que exista el país que desea el Absoluto, un país deberá desear ser uno cuyos ciudadanos coincidan con los de aquel, centralizados en la soberanía de ese país. Deberá ser una nación provista de esa forma, y de semejantes características en su pueblo.

Para que se forme un país tiene que haber soberanía, tiene que haber un pueblo, y tiene que haber un territorio nacional. Lo mismo se aplica también al país del cielo. A la soberanía la representan los padres, al pueblo lo representan los hijos e hijas, y al territorio nacional lo representa su país. No se le puede quitar ninguna de estas cosas, es un principio absoluto.

¿Qué es lo más precioso que hay? Lo más precioso es vivir por el bien del mundo y del país. Con sólo hacer esto, nunca se arruinarán. Ese lugar donde uno no se arruina es el punto límite. Quienes mueran actuando prácticamente según el estándar de vivir por el bien de los demás, aunque muera, se convertirá en ciudadano de aquel país; permanecerá allí hasta que ese país desaparezca.
Para que se forme un país, tiene que haber un territorio, tiene que haber un pueblo y tiene que haber soberanía.

¿Qué es soberanía? Es establecer lazos de unión con el Dios, nuestra raíz. Quienes gobiernan el país tienen que hacer política habiendo establecido lazos con Dios, una vez que el pueblo entra en un profundo sueño.

El soberano tiene que ser uno con el pueblo; así, tiene que pensar que todo lo que posee no es para sí mismo, sino para el país. Si así lo hiciere, el país prosperará.

Desde ese punto de vista, y considerando la cuestión de la realización del reino de los cielos en la tierra, ¿quién es el amo del reino? ¿quién es el soberano? Sin dudas que Dios es el soberano. ¿Y quiénes son el pueblo (del reino)? El pueblo lo constituyen todos los pueblos del mundo. ¿Y cuál es el territorio? Es el globo terráqueo.

¿A quién se parece el reino de los cielos terrenal? Se parece a "mí" (a nosotros, a uno). ¿Qué hay en un país? Hay una soberanía, hay un pueblo, y un territorio. Esto es igual que un ser humano. ¿A quién (dijimos que) se parece el reino de los cielos terrenal? A "mí". Una agrupación de individuos termina convirtiéndose en un país.

Por lo tanto, así como uno tiene una mente, en el país tiene que haber un poder soberano; así como somos un cuerpo dotado de personalidad, en un país tiene que haber ciudadanos; así como para el hombre hay todo tipo se seres creados, un país tiene que tener un territorio.

Bajo este principio fundamental, el territorio debe ser controlado por la gente, y el pueblo por su poder soberano. Estos tres elementos: territorio, pueblo y soberanía, son los tres elementos principales en la formación de una nación.

Al considerar al ser humano, por principio su mente controla al cuerpo, y su cuerpo controla a todas las cosas creadas. Al existir este principio, concluimos definitivamente que al hablar del mundo entero nos referimos al cielo, a la tierra y al ser humano.

¿Qué es el cielo? Al ser como la mente del hombre, es como la soberanía. Las personas son el pueblo, y la tierra es todo lo creado. En definitiva, ¿a qué se parece un país? Todo se parece a "mí".

Por grande que fuere una sociedad, o por grande que fuere una nación, tienen que parecerse a una persona. Eso se debe a que a Dios le gusta lo que asemeja Su propia imagen. ¿Y qué es lo que más le gusta a una persona? Aquello que se parece a sí misma. Por lo tanto, ¿a qué tiene que parecerse una nación ideal? Tiene que parecerse a una persona, esto es, se asemejaría al cielo, a la tierra y al hombre.

El término "patria" en el lenguaje de la Iglesia de Unificación no se refiere a un país, a la República de Corea, sino a un país mundial. No me gusta el término "mundial", en el sentido que se usa en el mundo caído. 

Al  pensamiento o "ismo" que persigue tal patria, lo llamamos "ideología cósmica" en la Iglesia de Unificación.

Esa patria no es la República de Corea. La patria que Dios espera no es la Corea, ni los Estados Unidos de América, ni ninguna nación comunista. Esa patria es la del deseo de Dios, por lo que nosotros tenemos que formar la cultura de esa nueva patria, la historia de esa patria.

A fin de establecer una nueva nación, ideal, tenemos que determinar un nuevo estándar, tenemos que cambiar nuestra forma de vida.

Ese mundo es enteramente diferente a este mundo actual. También su lenguaje es diferente. ¿Acaso la gente común entiende expresiones importantes como "esfera de dominio directo", "estándar recíproco", "base recíproca" o "era providencial de la restauración"? Por eso, es un lenguaje diferente.

Cuando se construya el país que la Iglesia de Unificación desea, entonces tenemos que quitar el cartel de la iglesia, y cuando se forme el mundo que la Iglesia de Unificación desea, tiene que desaparecer el país que la Iglesia de Unificación construya.

Hay que ser capaz de deshacerse de una religión que esté a fin de una cultura centralizada solamente en el pueblo coreano y en su carácter. Tiene que ser una religión que esté por el bien del mundo, para que pueda permanecer de aquí en adelante.

¡Damas y Caballeros!

Si alguien quisiere heredar la voluntad de Dios, ¿qué piensan que tendría que profesar? Jamás podría heredarla si afirmara todo en la dirección que le gusta a la gente del mundo; más bien tendría que predicar algo que invite a seguir el camino contrario.

El lema más representativo que se corresponde a esto es "¡Amad a vuestro enemigo con un corazón de amor!". La expresión "¡Amad a vuestro enemigo!", que puede revertir una historia desviada, es como el ancla y la cadena de un barco al que el tornado quiere arrastrar.

Pero a lo largo de la historia providencial de la restauración no hubo nadie que practicase el mandamiento "¡Amad a vuestro enemigo!". Si hay gente capaz de amar a sus enemigos, tienen que armarse de alguna forma organizada y afirmarse en una esfera mundial.

Debido a que surge una conclusión como ésta, Dios tiene que presentar un movimiento semejante, y tenemos que entender que el reflejo de ese movimiento presentado por Dios, es el movimiento religioso manifestado en la historia.

¿Quién será la persona que hasta ahora Dios pudo amar más? Es Jesús, y Jesús presentó una nueva dirección a este mundo en lucha.

La filosofía de Jesús era derribar las altas barreras de enemistad mutua entre naciones opresoras y naciones oprimidas, como era el caso de Roma e Israel.

Jesús pensaba "Tú, Roma, me quieres conquistar por la fuerza, pero yo, por el contrario, voy a conquistarte con amor". Por eso fue que aun en la cruz pidió bendiciones para el enemigo.

Entiendan que ese pensamiento se manifiesta como una declaración sorprendente cuando respecto a los soldados romanos dijo: "¡Perdónalos, Padre, porque no saben lo que hacen!"

Al hacer esto, Jesús se convierte en un prototipo, y en un criminal, capaz de superar la enemistad de los países del mundo y las fronteras entre dos naciones vecinas.

Jesús sabía que un enemigo personal no era todo, sino que por todos lados están entrelazados enemigos familiares, enemigos tribales, enemigos étnicos, enemigos nacionales y enemigos mundiales.

Esto significaba que "hay muchos enemigos esperando a quienes me quieran seguir, a quienes quieran ir el camino que yo voy". En el nivel familiar habían enemigos familiares esperando, en el nivel tribal habían enemigos tribales esperando, por lo que se presagiaba una ardua lucha; pero en cada una de esas ocasiones, enseñó a amar al enemigo. Si uno tiene este espíritu, siempre podrá vencer.

¿A partir de dónde, entonces, se cristalizará la nación ideal de Dios, es decir, la restauración de la independencia de la patria?  Se inicia a partir de individuos con el pensamiento de amar al enemigo.
Así, mientras Dios exista, el cristianismo no puede sino ser una religión mundial que presente un movimiento para que derribemos las fronteras con amor, superemos todas las barreras ambientales y culturales y abracemos incluso al enemigo.

Si se siembran frijoles nacen frijoles, si se siembran porotos adzuki nacen porotos adzuki, una flor roja reproducirá flores rojas. Del mismo modo, si se siembra la semilla del maligno Satán, de vengarse del enemigo, crecerá un árbol de maldad, pero si se siembra la semilla de la bondad de amar al enemigo, crecerá un árbol bueno de amor por el enemigo. Esta es una ley natural.

¿A partir de dónde y por qué camino dijimos  que vendrá la patria de Dios?. Por el camino de dejar detrás nuestro la tradición de amar al enemigo, de amar al enemigo personal, familiar, tribal, nacional y mundial.

Entiendan que si no es por ese camino, no podrá aparecer la patria de Dios.

¡Vean! Debido a que se me opusieron los Estados Unidos de América, a que se me opuso el Departamento de Estado, y a que se me opuso el Congreso, llegará el momento en que reciba el certificado de que vencí en el Congreso, otro de que vencí en el Departamento de Estado y otro de que vencí en los Estados Unidos.

Están surgiendo amigos dentro del Departamento de Estado, que se me opone; están surgiendo muchos amigos dentro del Congreso. La victoria retornará a mí.

Aunque no tuviese ninguno de esos amigos, estoy seguro que puedo superar todo tipo de oposición y transformarla en victorias. Como crecerá el amor por el enemigo cuanto más se me opongan, no me puedo desalentar por grande que sea la oposición.

Según las leyes naturales, si en un lugar hay baja presión atmosférica, en otro lugar habrá alta presión; si en un lugar sube la presión, en otro lugar bajará. Cuando en lo alto se me opone el Departamento de Estado norteamericano, y yo estoy en un ámbito de baja presión, así como la alta presión es absorbida por la baja, el Departamento de Estado terminará rindiéndose ante mí.

Cuando me insultan no los peleo, sino que los amo, y así es como se hicieron amigos míos, surgiendo una familia amiga, un clan amigo, un país amigo.

Entiendan que si aparece un país constituido por personas con el espíritu de amar al enemigo, ese país puede llegar a ser el ideal que Dios desea, el lugar ideal al que la humanidad puede ingresar.

Yo no soy atractivo ¿verdad?

Ustedes dirán que no es así, pero en general la gente me ve como un mal nacido. Pero a Dios le gusto más que nadie. Por más que la gente me trate como un mal nacido, como Dios me reconoce, puedo atacar al mundo desde una posición imponente.

Si uno tiene un corazón de amor por el enemigo, no hay nada que no pueda decir. ¿Por qué? Pero como pienso que la persona que Dios envió, si hay un hombre guapo, es ese tipo de persona; si hay todo un dandy, ese tipo de persona es un dandy; si hay alguien valiente e intrépido es ese tipo de persona, ataco al mundo con convicción.

¿Saben que se logra si yo me entusiasmo así, solo, y actúo? Surgen muchachos y muchachas jóvenes de los que Dios puede alegrarse, surgen familias multirraciales de las que Dios puede alegrarse, se forma un pueblo del que Dios puede alegrarse, se hace posible la restauración de la independencia de la patria de Dios.
Como (Jesús) nos mandó amar al enemigo, hay que amar incluso a quien más odiamos. Y si emparejase al hombre más guapo con la mujer más fea, tendría que amarla más que al enemigo.

Tal persona es un candidato a avanzar alzando la bandera de un príncipe, en cuanto al amar a los enemigos de este mundo. Piensen qué estupendo sería que hubiese una persona así. Tal persona puede trascender las fronteras de su raza.

Entiendan que el día que vivamos con un corazón de amor se derribarán todas las barreras, se acortará la historia providencial de la restauración, el reino de los cielos se acercará.

Mi filosofía es simple. No hay nada que no haya hecho: he sido campesino, también he sido obrero; he probado de todo lo que se podría intentar, también fui pescador y capturé atún. Al haber vivido de esa manera pensé que iba a estar solo, pero al mirar atrás vi que me seguían ingleses, norteamericanos, gentes de todo el mundo. Aunque los eche a patadas vienen detrás. Por más que estudien a la Iglesia de Unificación no podrán entender todo su contenido.

¡Distinguidos invitados, damas y caballeros!

¿Cuál es el camino a seguir ahora? Por más que hayamos conformado un clan, mientras haya soberanías de países satánicos, ustedes son gente sin país. ¿Es éste su país? Ustedes no tienen un país.

Por más que haya un clan, si su poder soberano no está centralizado en Dios, podrán cortarle el cuello a este clan, ¿verdad? Por eso hay que buscar ese país que pueda ser bienvenido por el cielo.

Lo que hoy día llamamos en esta tierra "el primer Israel", tiene que llegar a ser una tierra bienvenida por la totalidad del cielo, por los individuos, por las familias, por los clanes, por los pueblos, por las iglesias, etcétera. Pero ya sea centralizado en la Iglesia de Unificación, o en las iglesias cristianas tradicionales, o en la República de Corea, ¿pudo pararse en la posición de ser bienvenida por la totalidad? No, no pudo. La dirección difiere, es la dirección lo que difiere.

El camino que sigue Corea es externo, ¿no? No está centralizado en Dios, sino que es externo, centralizado en el mundo. No hay una ideología que conforme una corriente principal en este país.
Por consiguiente, si no hay una ideología central en torno a la cual se conecte con Dios y se forme una nueva visión de la nación, provista de un contenido tridimensional o plano, y si esa perspectiva de la nación no es de un contenido superior al de hoy, no se podrá recibir la restauración de la independencia de la patria.

Lo que hoy llamamos liberación es la "primera liberación". Ahora, en la Iglesia de Unificación, necesitamos la "segunda liberación"; también Corea la necesita. Si Corea alcanza su segunda liberación, tal vez con eso vean realizados los deseos de la nación y del pueblo, pero la Iglesia de Unificación necesita una "tercera liberación". Así es.

Con la primera liberación de la República de Corea, por primera vez ahora se armó interna y externamente de la forma de una nación, pero llegó el momento de la segunda liberación. Las coreas del norte y del sur deben unirse.
¿Qué clase de país será ese? Tiene que ser un país que en el curso de su historia el pueblo tenga que pasar un curso miserable, tiene que tener características nacionales que coincidan con los principios de restauración por indemnización y tiene que ser un país que continúe una tradición histórica.

¿Cómo tiene que ser ese país? Tiene que ser un país completamente unido. ¿Qué tiene que hacer Corea para llegar a ser ese país?

A fin de elevarse al estándar de ese país hay que unir el norte y el sur. Así como estaban divididas (las tribus de Israel) en Israel al norte y Judá al sur, hay que unificar a la Corea dividida en norte y sur.

Fue dividida en norte y sur, al igual que naciones tipo Caín y tipo Abel, y sin unificarlas no puede surgir una nación victoriosa de Israel.

¿Cómo deben unirse el norte y el sur, centralizados en la República de Corea? Sin poseer un nuevo pensamiento o ideología mundial, no pueden unificarse. El Pensamiento de Unificación profesado hoy por la Iglesia de Unificación es ese nuevo pensamiento que teníamos preparado para este momento. ¿Entienden?

Ahora debemos hacer dos cosas: tenemos que formar un pueblo homogéneo al que no pueda compararse ninguna nación del mundo y tenemos que formar una nación religiosa unida, con una fe de hierro, a la que no pueda compararse ninguna religión. Centralizados en un pensamiento así, el norte y el sur tienen que formar una nación unificada.

Si no lo hacemos, no nacerá el país de Dios, la soberanía del país del cielo, del que enorgullecerse ante el mundo. Entiendan que este es el primer destino que deben tener hoy los fieles de la Iglesia de Unificación.
Si no se puede encontrar la patria, no se podrá tener un país centralizado en el cielo capaz de superar a las naciones del mundo satánico. Si no se tiene ese país, no se puede sacudir a las naciones satánicas. No se la puede empujar.

Con la Iglesia de Unificación no alcanza. Centralizado en el pensamiento de la Iglesia de Unificación, el país tiene que avanzar provisto de direccionalidad. Entiendan que estos problemas permanecen.
Desde este punto de vista, así como el judaísmo era el sostén espiritual del país de Israel, si en Corea hoy la Iglesia de Unificación está en la misma posición que el judaísmo, su ideología tiene que ser el pensamiento central de Corea. Vendrá el momento en que hasta se convierta en religión nacional.

Hay gente que lo dice; también hay congresistas que lo dicen: Si hacemos del Pensamiento de Unificación nuestra religión oficial, no tendremos problemas con el Partido Comunista.

¡Damas y caballeros!

Hoy día, las personas que viven para el cielo, son emisarios enviados al mundo satánico. Entre individuo e individuo habrá diferencias de grande y pequeño, ancho y angosto, alto y bajo, pero la vida en sí misma que enfrenta cada uno no puede desviarse de la vida de un emisario (secreto).

Allí siempre está latente una amenaza de muerte; están en una situación tal que un error puede influir en la cuestión de la vida eterna.

Por esa razón, si el concepto de buscar nuestra patria, la que pueda sostener la vida eterna, la que pueda proteger la vida eterna, no es muchas veces más fuerte que el ambiente que los rodea, no pueden llevar la vida de un emisario secreto del cielo.

Tienen que ser capaces de ignorar la situación presente con un corazón que aspire a la gloria de la patria, pensando que el día que el rencor de la patria sea aliviado se alegrarán todos los pueblos, pensando que sus méritos y contribuciones saldrán a luz el día que se construya una nueva historia y se reciba el día de la restauración de la independencia de la patria. Sin prevalecer ese sentimiento no pueden llevar a cabo su misión de emisario.

En otras palabras, solamente teniendo sentimientos de que la esperanza de la independencia de la patria es miles de veces más fuerte que la esperanza en la realidad actual, se puede cumplir la misión de emisario y superar los cambios que pueda sufrir su vida hoy.

En caso de que en el cumplimiento de esa responsabilidad  alguien sufra un accidente inesperado y sea sacrificado, se puede enviar un nuevo responsable a ese lugar. Si bien aquel ya murió, podrá ser su amigo y podrán surgir personas que estén de su lado.

Como vivió siendo un ejemplo, quedarán allí personas que puedan llegar a estar de su lado aunque él haya muerto.

Mientras queden esas personas, Dios puede enviar a alguien en su lugar sobre ese fundamento. Pero si él murió en una situación diferente, por más que haya trabajado, todo termina con él.

Desde esa posición, señores, ¿qué actitud deben adoptar, ahora que recibimos una nueva era? La fe en la independencia de la patria tendrá que estar ardiendo en el pecho por sobre toda otra cosa.

En otras palabras, tendrán que sentir el orgullo de haber cargado la inmensa responsabilidad de ser un estandarte de la construcción de la patria que Dios anheló durante seis mil años, de ser un pionero como miembro de la tropa elite que estuvo a la vanguardia.
Hay que tener un solemne sentido de la responsabilidad de haber cargado con una misión privilegiada en este tiempo único, que anhelaron tener numerosas personas del pasado y no había forma de que lo tuvieran.

Por consiguiente, comer, dormir, ir y venir, todo lo que hacemos en la vida tiene que ser por la construcción de esa patria.

¡Cuánto anhelará Dios que como enviados de El cumplan esta misión de una manera imponente y espléndida! Hasta ahora fueron terriblemente desplazados y perseguidos.

Hay que establecer la voluntad del cielo que no ha podido desplegarse en la península de Corea, ese ideal capaz de  establecer la patria, presentando el contenido de su totalidad, provistos de la plataforma de la nación. Hasta ahora esa voluntad no ha podido establecerse en la península de Corea.
Pero ahora hay que establecer esa patria. En esa patria hay una soberanía. En esa patria hay un territorio. En esa patria hay un pueblo. También hay allí lazos del linaje de un pueblo homogéneo, una historia que otro pueblo no puede tener.

Por esa patria tenemos que cumplir la misión de enviados secretos. Cuanto más rápido uno concluya esa misión por sí mismo, el fundamento de la liberación de la patria se acercará poco a poco gracias a uno.

Pagar hoy el precio del arduo trabajo se convertirá en el fundamento para poder recibir pronto el día de la liberación de la patria. Pensando en esa realidad, ustedes tienen que avanzar con la determinación de completar en vida la misión de enviados secretos.

De no hacerlo, no podremos recibir como propia la bendición mundial y la fortuna celestial que Dios podrá darnos en adelante.
Tenemos que construir en la tierra el reino de los cielos. ¿Acaso no podremos sentirnos dignos en presencia de Dios únicamente si retornamos allá habiendo restaurado ese país en la tierra, unidos al centro de ese país, provistos del estándar de esperanza deseado por el cielo?

Pero...¿Tienen ustedes un país? Al pensar que no, no pueden morirse, aunque quisieran. ¿Hacia dónde irán cuando mueran? ¿Cómo escaparán de la vergüenza y la deshonra?

El período de la vida de uno es muy limitado. ¡Qué urgencia, si queremos hacerlo dentro de ese período!

¿Acaso allí no se nos opondrá un mal ambiente satánico; los enemigos no obstruirán nuestro camino? Al querer atravesar esto no hay manera de evitar un curso peregrino como el de un enviado secreto.
Hay que vivir pensando que las idas y venidas de uno son para restaurar ese país, que cargamos esta misión para ser contribuyentes de la fundación del país por la independencia de la patria, o que como enviados secretos del cielo recibimos  órdenes y vinimos a este mundo de mal a hacer lo que hacemos.

Deberán entender que de no ser así, como ciudadanos de ese país que vendrá en adelante, no podrán establecer su dignidad y reputación.
¿Ustedes quieren influir a nivel individual? ¿Quieren influir a nivel familiar? ¿Quieren influir a nivel nacional? Quieren influir a nivel mundial? ¿Cómo quieren influir? Quieren tener influencia a nivel mundial, ¿verdad?

Pero si quieren subirse al escenario mundial, solos no podrán. Hay que tener un país. ¿Acaso ustedes lo tienen?

Por eso, día y noche, comemos, dormimos y vivimos por ese país. Entiendan que tienen que vivir prometiéndole al cielo y la tierra que nacieron para eso.

Aun cuando duerman, tienen que pensar que reúnen camas de gentes del mundo, y duermen en la cima de todos. Piensen así cuando miren la mesa a la hora de comer; donde fuere que se encuentren, lleven un corazón de que no se sientan solos, sino que reúnen a gente de todas las razas, y se sientan en un trono en la cima de todos. Un hijo del cielo tiene que ser así.

Entiendan que la forma de vida de hijos e hijas del cielo es tener que vivir de manera tal que se paren en la posición de superar la autoridad del mundo satánico, ocupando una posición gloriosa.

Si Dios quiere amar a sus hijos e hijas, tiene que amar hijos así. Si ama solamente a hijos que son peores que Satán, no puede sentir la dignidad y la alegría de ser padre.

Determínense de nuevo a que con esa convicción deberán vivir día a día de la mano con el mundo entero. Pienso que así es como se afirma el fundamento de la línea de frente de la unificación.

Tiene que pensar así: "Si bien vivo en el mundo satánico soy un enviado secreto del cielo. Soy un embajador del cielo". Contactarse con un enviado secreto es tener un camino para poder conectarse directamente con el rey de ese país.

Otras personas no lo saben, pero tienen que ir hacia delante con la convicción de que están viviendo por la misión de enviados secretos y por su dignidad. Tiene que saber esto con toda seguridad.

También el rey del país espera noticias del enviado secreto. Del mismo modo, si nosotros cargamos esa misión en esta tierra, también Dios esperará nuestros informes y pedidos.

Por lo tanto, si en la posición de enviado secreto uno pide que le envíen urgentemente lo que desean, ¿acaso no querrá enviárselos, aunque tenga que superar riesgos, por todos los medios? Al igual que esto, si ustedes, con convicción y tomando conciencia que son hijos e hijas gloriosos y privilegiados de Dios, le piden que les cumpla algo que desean, se les cumplirá. Entonces podrán descubrir al Dios vivo, podrán ver al Dios vivo obrar.

Tienen que llegar a eso para poder ser líderes, y si hay un enfermo podrán curarlo, y cuando estén en dificultades Dios los ayudará personalmente. Por medio de esa forma de vida tienen que aprender mucho.
Solamente así tendrán confianza; solamente así podrán ir hacia delante resolviendo todas las cosas.

¡Distinguidos invitados!

¿Dónde está el lugar al que debemos ir? Nuestro propósito no es ir en busca del individuo, ni tampoco ir en busca de la familia. El camino que el clan de Unificación tiene que ir es en busca del país. Todos deben buscarlo, tanto el padre, como la madre, como los hijos.

Pero hoy día los fieles de la Iglesia de Unificación, las familias bendecidas, y personas que están dentro del ámbito del clan se quejan del país y de la iglesia. Así, todos son reprobados; según el Principio, es así.

Tiene que ser un tiempo para buscar ese país hasta morir, en el que dedicamos toda nuestra devoción y celebremos  y podamos elevar himnos de victoria por la liberación del país del cielo.

Si es palabra de Jesús, cual fuere, no hay que conocer otra cosa. La dirección que presenta es una, no dos. Si nos dice que vayamos, hay que ir. Es así. ¿O no? ¿Es así? Si les pide entonces que dejen a su esposo, a sus hijos, a su familia y lo sigan ¿Tendrán que ir? Por la Iglesia de Unificación no hacemos eso. Hay que saber hacerlo por el país.

En Corea del Norte están cambiando y corrigiendo todos los registros familiares. ¿Saben lo que es eso? Primero se hace en el mundo satánico.

Por el país, hay que ser capaz de dejar esposo, esposa, padres, hijos, todo. De no hacerlo, no se puede restaurar el país de la esperanza.

Cuando se restaure ese país, junto con él los padres son restaurados. Si no se restaura ese país hay que ver padres derramando sangre, esposas derramando sangre, hijos derramando sangre. ¿Acaso hay algo más doloroso que eso?
Por esa razón, antes de restaurar el país no se puede amar a la esposa, no se puede amar a los padres, no se puede amar a los hijos.

Este es el camino que tiene que seguir el cristianismo, es el camino que sigue la Iglesia de Unificación. Tienen que negarse a sí mismos y ser personas que viven por ese país y su justicia.

Por difícil que fuere el ambiente con el que se choquen, tiene que luchar con él y vencer, pensando que hay una esperanza del Padre con respecto a ustedes. Tienen que hacerse personas así para recién poder decir que son verdaderos hijos e hijas de Dios.

¿Qué clase de persona es la que puede construir el país de Dios? Aquella que niega su cuerpo y siente el corazón partido por la situación del cielo. La persona que se niega a sí misma y vive por el bien de la sociedad y del pueblo, de la nación, del mundo, es precisamente la clase de persona capaz de construir el país de Dios. Es más, la persona que vive por el cielo aunque tuviere que negar la nación y el mundo, es una persona que puede construir el reino de los cielos.

Y tiene que ser una persona que, aunque choque con un ambiente triste, no se entristezca por su propio cuerpo, sino por la sociedad y la nación, por el mundo, y aun más, por el cielo, para poder construir el país de Dios.
Y no sólo eso, sino que ustedes, en el proceso de buscar el país de Dios y Su justicia, no deben ser derrotados en la lucha contra Satán, sino que tendrán que vencer y unir en uno desde el individuo, a la familia, a la sociedad, a la raza, a la nación y al mundo.

Es decir, que cualquiera fuere el lugar en el que se encuentren, tienen que ser personas que allí luchen con Satán y lo venzan. Si salen a la sociedad, deberán luchar con Satán y vencer en cualquier ambiente de esa sociedad; si salen a la nación deberán asumir responsabilidad por sus más difíciles problemas, luchar con Satán y sus ángeles, y vencerlos.

¿Les parece que Satán, que desafió a Dios durante seis mil años, dirá mansamente "¡Ay, yo me bajo acá!" con los ojos caídos, y se retirará?

Satán no se apartará así porque sí; viene dando una lucha dura. Por esa razón, hay que ajustarse al centro. También yo, cuando me desvío del centro, soy desalentado. Cuando la dirección no es la correcta, no hay desarrollo.

El hecho de buscar la restauración de ese país es a fin de restaurar el mundo, y la restauración del mundo es a fin de restaurar el mundo espiritual.¿Y luego qué? Hay que venir a la tierra atendiendo a Dios, posicionarse, hacer que todos los pueblos atiendan a Dios y que en Su presencia le ofrezcan en retorno la gloria de la victoria. Entiendan que la misión de la Iglesia de Unificación es tener que librar esa lucha.

Tenemos que construir la patria con los pies descalzos. ¿Podremos salvar este país con la sobra de lo que comamos? ¿Cuándo podremos pensar en comer, vestir, y andar en un buen auto? Hay que abrir un camino con los pies descalzos y las manos vacías. La Iglesia de Unificación es el lugar donde se hace este trabajo.

¿Ustedes son los bravos guerreros (yong sa) restaurarán la patria, o quienes la arruinen? El término "bravo guerrero" se refiere a la persona que, en representación del país, puede hacer aquello que otros no pueden. Nadie llama bravo guerrero a quien hace lo que cualquiera es capaz de hacer. Esa persona es un soldado (pyung sa).
Si hay alguien que cuando sus compañeros no pueden hacer el trabajo y se dan en retirada logra hacerlo, ése es un "bravo guerrero". Tiene que ser más rápido que nadie, al punto de esquivar las balas. A quien hace lo que cualquiera puede hacer, no se lo puede llamar "yong sa".

¿Quién es el general de vanguardia, que tiene que convertirse en el bravo guerrero pionero en la fundación de ese país? ¿Dónde están las bases para la realización de ese país?

Para formar un país tiene que haber un poder soberano, tiene que haber un territorio, y tienen que haber ciudadanos. Entonces, con respecto al país del cielo, ¿cuál es la base que pueda llegar a ser su territorio? No es otra que las propiedades de la iglesia, ¿verdad?

¿Quiénes son los ciudadanos del país del cielo? Los fieles. ¿Quién es el soberano? Ustedes; ustedes representan al jefe vecinal, al jefe de la comuna , al jefe de la villa, al jefe del municipio, al gobernador.
¿Ustedes se han convertido en figuras centrales? Si vienen cargando una bomba en el mundo satánico, tienen que ser los primeros en enfrentarlo. Si tienen algún dinero, hay que usarlo para ampliar la iglesia, hay que usarlo para ampliar el dominio de ese país, en integrar a los ciudadanos. El responsable por una iglesia representa al soberano, al jefe comunal, a padres y madres.

Tienen que dejar detrás de ustedes un pensamiento tradicional. Nosotros no tenemos nada.

¿Cómo es el país a establecerse en Corea? Una vez que haya circulación mutua e intercambio, ¿se establecerá un país comunista? ¿O se quedará Corea así como está hoy? ¿O demandarán un nuevo país, que no sea ni uno ni otro?

Al considerar estas cuestiones, sentimos que gradualmente se acerca nuestro tiempo. Si ustedes son la gente de la Unificación que debe controlar y asumir responsabilidad por esto, ¿en qué medida poseen sentido de responsabilidad por ello, o en qué grado están dispuestos a pagar el precio del sacrificio? ¿Se tienen fe?

Hay que cruzar al norte el paralelo 38 y preparar nuestras bases de operaciones en ciudades de las cinco provincias.

En este momento, en el que hay falta de personal, hay que pensar quién será responsable allá en el norte; si hablamos de Chong Ju, ¿quién será responsable por esa ciudad?

¿Alguno de ustedes oró con devoción para prepararse durante diez o veinte años para hacerse responsables por algún lugar del norte, para que aun si no lo consiguen, puedan dejar a sus descendientes, como último deseo, el pedido de que estudien con dedicación y si les llega el día, sean responsables por ese lugar y establezcan allí lazos celestiales?
Hasta ahora siempre pensé y me preparé para ello.

Al considerar estas cosas, ¿pueden los jóvenes volverse al interior, con su esposa y sus niños, y vivir entretenidos? ¿Pueden?

Al costo de la vida, hay que dejar detrás ese país; al costo de la vida tienen que dejar ese país a sus hijos. Deberán hacer una nueva determinación: "Me iré a una zona cercana a Rusia o a Manchuria, y seré responsable en cumplir el rol de un centinela, escuchando disparos de la mañana a la noche".

Deben determinarse a que aunque el país no los reconozca, aunque nadie los reconozca, aunque les cambie la vida, no cambiará su corazón de lealtad y amor por ese país. Así tendrán puntaje ideal. No importa que el mundo los ignore. En el mundo espiritual, todo sale a luz.

Al pensar en esto, sepan que la gente es insuficiente. ¿Entienden? Sepan que falta gente.

Siento que haría un robot que vague por la tierra del norte tocando la trompeta; ese es mi corazón, es también el corazón de Dios. No puede ser que jóvenes de veinte y treinta años, que nacieron con una boca, con sentimientos, que tienen cuerpos y mentes jóvenes, no sepan trasmitir el Principio Divino.

Hay que estudiar aunque no duerman, hasta que se le salgan los ojos; hay que prepararse aunque pasen hambre y queden hechos sólo piel y huesos. De esa manera sus cuerpos recibirán completamente el amor del cielo. ¿Acaso no pondrá Dios todas sus expectativas en ese hombre delgado?

También Jesús vino a establecer ese país. Es una desgracia no tener patria. Los religiosos sufrieron miserias por no tener patria.

Si se quiere juzgar, el individuo, la familia, el clan, la raza, la nación y el mundo tienen que pararse en un estándar incambiable, y juzgar sobre esa base. La patria es la esperanza última. Dentro de la patria están comprendidos todos: el pueblo, el clan, la familia ...el individuo.

¿Se convirtió esta península en una patria? Como no lo hizo, hay que hacer un balance. Tendremos que trabajar duro, con un corazón incambiable, para construir la patria que Dios, Jesús y el Espíritu Santo desean.

¿Qué es la bondad? Bondad es sacrificar el individuo por el bien de la familia, a la familia por el bien del clan, al clan por el bien de la patria.

Todos deben sacrificarse por la liberación de la patria, y cuando esta se logre, todos se convertirán en leales patriotas. Si uno es leal al estándar nacional, y establece dicho estándar, es reconocido por haber construido el fundamento tribal. El estándar del  Do, "camino de la cultivación personal", es practicar lealtad absoluta a Dios. Entonces, todas las cosas comprendidas en ese proceso, son reconocidas.

¿Qué tendremos que hacer? Jesús dijo: "¡Padre! Que no se haga mi voluntad, sino la tuya". Allí, la voluntad personal es la voluntad del mundo, y la voluntad del padre es la voluntad de Dios.

¿Qué hicieron ustedes, como miembros de la Iglesia de Unificación? ¿Cumplieron el deber moral de un patriota, han traído ese resultado sustancial? Hay que estar pronto a cumplir el deber de hijos de piedad filial, y con ese logro, luchar a nivel personal, familiar, tribal, nacional y mundial. Jesús vino con la misión de una ofrenda.

Mientras están en la lucha mundial, tienen que construir el fundamento nacional. Tienen que armarse de un valor correspondiente al del Mesías. Para que un líder abra un camino en el mundo, ustedes, que reciben su guía, tienen que abrir el camino nacional.

Muchas personas murieron a la expectativa de la liberación; murieron con la convicción de que algún día se lograría.

Los fieles de la Iglesia de Unificación han formado desde el estándar individual, al racial y nacional. Ahora hay que movilizar a toda la humanidad y a todas las naciones. Tenemos que ir en busca del día de la liberación, de la libertad, de la igualdad, de la felicidad. Por difícil que fuere, hay que seguir ese camino. Ese es mi punto de vista, y es el estándar que contempla Dios.

Jesús murió en contemplación de este estándar. En el proceso de la liberación de la patria, tenemos que ir sufriendo.

Nosotros tenemos que asumir responsabilidad por Corea. Tanto hoy como mañana, con la determinación y la convicción de la construcción de esa patria, debemos aliviar el dolor de no haber podido realizar la patria de Jesús, la patria del Espíritu Santo, la patria de los mártires, la patria de Dios. De otro modo, no seremos dignos.
Tenemos que encontrar la patria; para ello, hay que vivir por la patria. Quien no viva por la patria, no podrá encontrarla.

¿Cómo hay que hacer para vivir por la patria? Hay que considerar al mundo como la propia patria, y vivir para el bien del mundo. Quien lo haga, podrá construir la patria. Comer, dormir, andar, todo las acciones de nuestra vida tienen que ser por la construcción de la patria.

Por eso es que estamos luchando dispuestos a recibir una cuchillada del Partido Comunista en plena luz del día. Si este pueblo no puede hacerlo, tenemos que hacerlo nosotros. Si este pueblo no puede ir, nosotros tenemos que hacerlo. Para ello, hay que amar la patria más que los demás. Cuando comen, háganlo por la patria; si se casan, háganlo por la patria. Nosotros estamos aquí por esa patria.
Ahora, cuando yo hable, habrá quien me escuche; si marco una dirección, habrá quien se mueva en ella, pero no soy un hombre que se alegra con esto.

Aunque tengamos que sacrificar a la Iglesia de Unificación, ampliaremos un fundamento que pueda comprometerse a la liberación de la patria. Tienen que haber una iglesia, un pueblo, y una nación que exalten a las familias establecidas por la voluntad central de una providencia de seis mil años.

Lo envió (a Jesús) con el deseo de que preparase un fundamento capaz de exaltar a Dios, y que eso sea conectado de una sola vez, pero como este se quebró en pedazos, permanece el destino de tener que armarlo de nuevo.

Para rearmarlo hay que correr a la vanguardia. Aun cuando anochece y se hace la hora de ir a dormir, hay que hacerlo junto con ese país de la esperanza.

Ahora no tenemos país, pero como miembro de la ciudadanía de ese país, duerman por su causa, y al despertarse, háganlo también como uno de los miembros para la fundación de ese país.

Nada de lo que vean, escuchen o perciban, deben sentirlo sin pensar en la patria. No deben morir antes de que ese día llegue. Hasta que llegue ese día, estaremos muy ocupados. A fin de lograrlo, hay que superar tribulaciones y condiciones adversas.

Si hay algo para hacer, tienen que resolverlo aunque se acuesten tarde. Al considerar que la liberación de la patria puede encontrarse cuando se adiciona cierta cuota de sacrificio centralizado en el tiempo, ¿pueden dormir tranquilos y levantarse desperezándose, cuando tienen la responsabilidad de aportar hoy, en esta hora, aunque sea un poquito de sus lágrimas y su devoción? Cuando se levanten deben curvar su cintura y orar "¡Padre! Sentimos en carne propia lo miserable que es el camino a seguir por el hombre solitario, que va hacia un fundamento nacional victorioso capaz de controlar el mundo como Usted quería, que va hacia el nido de reposo del mañana, que Usted está buscando. Si yo mismo siento esto, ¿acaso no ha sido más miserable el camino que ha venido el cielo?"

Uno no puede recostarse a voluntad, porque está cansado. Aun si hay que morir, hay que hacerlo por ese país.

Por esa razón, en la posición de sentir cansancio por haber envejecido, y al pensar en cuál sería un deseo para dejar en el lecho de muerte, serían palabras como "Hice todo lo que podía hacer por el cielo; hice todo lo que podía por ese país".

Jesús dijo: No os inquietéis, diciendo "¿Qué comeremos?" o "¿qué beberemos?" o ¿cómo vestiremos?". Por todas esas cosas se afanan los paganos. Vuestro Padre Celestial ya sabe que las necesitáis. Buscad primero el reino de Dios y su justicia.

Así, la ideología central de la Biblia es ese país, el pensamiento de buscar ese país, ese país, no el pensamiento de buscar la propia felicidad. Si una mujer nace como parte del pueblo de un país y se casa, su marido es un representante de ese país.
Por consiguiente, entonces tienen que amar al marido una vez que aman el país. También la mujer representa al país, por eso tienen que amarla una vez que son capaces de amar al país.

Tiene que pedir que se les permita morir en la situación de poder decir "Hice todo lo que pude, no puedo hacer más". No deberían morir dejando palabras como "¡Qué bueno sería si hubiera hecho eso!"

Así, tienen que estar ocupado una vez que hicieron algo; una vez que fueron, tienen que ir más. En la hora cuando los demás descansa, nosotros tenemos que avanzar aunque sea un paso más. Tienen que decir: "¡Mundo satánico! ¡Descansa! Nosotros vamos por ese país"

¡Queridos compatriotas, que anhelan la unificación de Corea!

Especialmente la misión de las damas es tener que restaurar a jóvenes y a estudiantes como verdaderos hijos, mediante una verdadera educación. Es más, madres e hijos juntos tienen que ser un ejemplo para educar a los maridos, y con ello restaurarlos como hijos del cielo, atender a Dios siguiendo a los Padres Verdaderos, y restaurar el ideal del reino de los cielos en la tierra.

Quiero terminar expresando una vez más el deseo de que se conviertan en un movimiento ciudadano que adelante el día en el cual el norte y el sur se encuentren con verdadero amor.

Oro que la bendición de Dios esté con ustedes y sus familias.


Muchas gracias.

No hay comentarios:

Publicar un comentario