miércoles, 25 de enero de 2017

La vida humana

La vida humana
1 de diciembre de 1974
Reverendo Sun Myung Moon 
"La Vida Humana" es mi tema de esta mañana. Somos nacidos de padres. Tus antepasados ya existían antes de que tú nacieras. Cuando te miras en un espejo te ves guapo, o regular y cosas así, y te juzgas a ti mismo por ser tal y tal. Pero no te das cuenta de que hay muchas generaciones de tus antepasados y que eres el fruto de tu linaje ancestral. Los hermanos y hermanas japoneses querrían que el Padre hablase en japonés, lo cual sería difícil para mí. He  ha­blado hasta aquí de que sois el fruto de vuestros antepasados, no li­mitados a vosotros mismos, sino que sois una totalización de los ge­nes de vuestros antepasados. Si os miráis en el espejo, encontráis que tal vez os parecéis a vuestros padres, pero cuando examináis vues­tro linaje ancestral, veis  que os parecéis a cada uno de ellos o a una combinación de todos.
Cuando pensáis en vuestros padres, vuestra madre es nacida de un linaje diferente del de vuestro padre, y ambos vienen a ser uno, en unidad, y entonces vosotros sois nacidos de los dos, totalizados en vosotros. Cuando pensáis en dos afluentes que alcanzan el océano, podéis imaginar que cada uno de ellos ha ido por diferentes caminos. Para algunos de vosotros, el linaje de vuestros padres tiene en el pasado gente más justa, o para otros lo es el linaje de vuestras ma­dres. Por otro lado algunos tenéis buen linaje ancestral y otros lo tienen malo. Cuando analizáis vuestra línea ancestral a la luz de la Providencia de Dios, nunca podéis decir que todos vuestros antepasa­dos se han dirigido hacia la misma meta, dirigidos o puestos en cami­no por Dios, y no sois felices a causa de eso. Podéis pensar inmedia­tamente que vuestros antepasados han estado más bien apartados de la dispensa de Dios que en conformidad con ella.
En el Principio, no debemos pensar en nosotros mismos aparte de la voluntad de Dios en términos de individuos, sino que siempre he­mos de pensar de nosotros en términos de la Providencia de Dios o de Su voluntad. Visto desde aquí, podéis colocaros en el cruce. Vuestra vida en Tierra es solo de 70 a 100 años, pero vuestro histo­rial tendrá importancia y vuestro futuro contará. Estáis en un punto de confluencia conectando vuestro pasado y futuro, y miles de años del pasado están conectados con vosotros, y lo que estáis haciendo aquí  en la Tierra en vuestra vida, será  conectado a vuestras futuras gene­raciones.
Cuando pensáis en vuestra vida como proveniente del pasado, como una corriente, la ancha corriente se está estrechando en ti en un punto, y lo que seáis y lo que hayáis vivido aquí será extendido a todos vuestros descendientes. Cuando pensáis en el tiempo de la his­toria pasada, suponed que vuestro pasado ancestral es como una corrien­te fangosa, y en el punto en el que  cae estáis situados, debéis hacer algo con ella, limpiar o aclarar la fangosidad y legarla a vuestros descen­dientes. De otro modo, vuestros descendientes estarán también, en el torbellino de una corriente fangosa, en agua fangosa. Cuando pensa­mos en la historia humana pasada como un todo, podemos quizá ver que ha sido agua fangosa, no agua limpia. Así pues, el problema es como limpiar el agua para que sea una corriente clara, para que sea trans­mitida a vuestra próxima generación. Antes de que seamos capaces de hacer eso, debemos encontrar un camino para cambiar el curso de la corriente fangosa, para que fluya descendente. Debemos encontrar un camino para hacer eso. Pero parece que sea imposible que un indivi­duo haga el trabajo. Con el fin de que seamos capaces de parar a la corriente en su cauce, tenemos que tener algún poder más fuerte que la corriente. Si hay algún modo posible para que contengamos la co­rriente fangosa, o si podemos encontrar algún lugar o alguna perso­na que pueda hacer el trabajo, debemos estar dispuestos a emplear nuestra vida entera, o entregarla por el trabajo.
Concluimos que para el hombre caído no hay posibilidad al­guna de hacer ésta tarea; ¿quién entonces, de todos, quién puede hacer el trabajo? Esa es la cuestión. Si hay alguien que pueda ha­cerse cargo del trabajo, que tome la responsabilidad de la tarea, debemos estar muy agradecidos a esa persona. No podemos ser lo su­ficientemente agradecidos con esa persona, incluso aunque podamos arriesgar nuestras vidas y hagamos el trabajo al precio de nuestras vidas. Hay miles de generaciones pasadas que cooperaron unas con otras para hacer esa corriente fangosa y transmitírnosla.
Cuando os imagináis que esos antepasados vuestros no han sido aniquilados, sino que están viviendo en alguna parte del mun­do espiritual, viéndolos llorosos a lo largo del camino, cuán tris­tes deben estar, cuán apenados deben estar en sus corazones. Sabéis que vuestros propios padres querrían que llevareis una vida feliz, sin estar llorosos por la infelicidad y la miseria. Si vuestros pa­dres directos están así, podéis imaginar que vuestros abuelos y bi­sabuelos y que sus padres y padres y padres, hasta el mismo origen, deben también estar apenados. Todos vuestros antepasados están es­perando que salgáis de la corriente fangosa para estar limpios. Una vez que vayáis al mundo espiritual sentiréis quién ha hecho justicia y no podéis escapar a ello. Cuando penséis en eso, podéis imaginaros que os parecéis mucho a uno por lo menos, de aquellos an­tepasados. Desde el punto de vista de vuestros antepasados, puesto que estáis situados en la confluencia de la historia humana, querrían que te parecieses al mejor de todos sus antepasados, para pagar las deudas que han acumulado. Es posible que vosotros, como fruto de to­dos ellos, os parezcáis al mejor en vuestro linaje ancestral, pero es también muy posible que por otra parte os parezcáis al peor de aquellas personas.
Por lo tanto debemos pensar seriamente a quien nos parece­mos de entre nuestros antepasados. ¿Al bueno o al malo? ¿Qué pen­sáis? ¿Os gustaría pareceros al mejor o al peor?  “Al mejor” Bien, desde luego, es natural que respondáis de ese modo, ¿pero es ello verdadero? Esa es la cuestión. Cuando pensáis en vosotros mismos fá­cilmente podéis definiros como buenos o próximo a buenos. Pero cuando pensáis en vuestros antecedentes ancestrales, no podéis determi­nar fácilmente que sois un buen fruto.
Es posible que un hombre externamente parezca el mejor y que sea guapo y tenga buenas cualidades. Pero internamente parece el peor siendo la totalización de todos los males cometidos por sus antepa­sados. ¿Qué  sucederá? Por otra parte, alguien externamente puede pa­recer el peor, siendo muy feo, pero internamente está dotado con justicia y muy buenos elementos en él. Pero para cada uno de ellos, cuando él o ella están situados en la confluencia, su vida no acabará con ellos mismos con ellos mismos. Será extendida a otros. Puesto que sois la totalización del fruto de vuestro pasado ancestral estrechado en un punto, puesto que confiáis en que venís de un buen linaje, si os mul­tiplicáis como sois, ello será malísimo. Así pues, debéis en primer lugar estrecharos hasta que limpiéis la fangosidad. Solo hay un sen­dero que es justo. El es absolutamente justo. Sube por la línea ha­cia el verdadero origen en donde encontramos a Dios.
Cuando extendáis la línea a la eternidad, en algún punto encontraréis el mundo ideal, o el ser ideal. El ideal no puede ser erigido tan sólo por vuestros esfuerzos, sino con la cooperación de Dios. En vuestro pasado ancestral, ¿en qué generación vuestros antepasados trabajaron con Dios, o han estado con Dios? ... ¿de acuer­do con la voluntad de Dios? Bien, todos podéis pensar que habría si­do mucho mejor si tuvieseis buenos antepasados habiendo trabajado con Dios, y bien podéis imaginaros que vuestros descendientes dirán lo mismo acerca de vosotros. Así pues, debemos ser muy serios al pen­sar en nosotros mismos en términos de la voluntad de Dios. Trabaja­remos en la línea espiritual para alcanzar a Dios allá arriba, y al­canzar el mundo ideal aquí abajo. Los hombres son nacidos para perma­necer así de derechos, pero por vuestra postura espiritual, algunos permanecen así, otros así, algunos otros así, aún hay otros así, y muchos permanecen, puedo decirlo, al revés, sobre sus cabezas, algo como esto. En algunos casos, mucha gente es tal, que habrían estado mucho mejor si no hubiesen nacido. Entonces, ¿a qué categoría pertenecéis? ¿En dónde estáis situados? Aquellos cuya postura es­piritual es como ésta, deben tratar de hacer  lo mejor para per­manecer derechos. Pero en vez de hacer eso, tratan de hundirse más y más profundo hacia la mazmorra.
Hay aquí muchos miembros, y todos sin excepción pertenecéis alguna de esas categorías. Por consiguiente es muy difícil para vosotros encontrar armonía con los demás, puesto que sois de oríge­nes diferentes, representando alguno de esos tipos. Bien, incluso después de uniros al movimiento os encontráis lo mismo. El uniros al movimiento no es una cosa accidental. Sois ayudados, estáis siendo ayudados, o lo habéis sido por el mejor de vuestros antepa­sados, y en ese momento él sabia que vuestros mejores antepasados te conducían al movimiento. Pero bien, ¿quien sabe? En algún mo­mento diferentes antepasados vuestros pueden cooperar con vosotros, y haréis más historia que vuestros antepasados. En ese momento, te sentirás como abandonando el movimiento o te sentirás como atrayé­ndote a un lugar privado. Hay momentos bajos.
Bien, suponed que nuestra meta, está allá arriba. Lo sabéis claramente, pero a veces vais hacia abajo, a veces vais un poco hacia adelante, y por consiguiente zigzagueáis. Incluso en un día pensáis muchas cosas. Así pues vuestra dirección espiritual es un zig‑zag, yendo atrás y adelante todo el tiempo. Si vuestro linaje ancestral es bueno en su totalidad, aunque podáis trazar un zig‑zag. Estáis subiendo, nunca descendiendo. Sois el fruto de vuestros ante­pasados, con vuestros antepasados como causa. Así, pues, lo que ellos hayan hecho en el pasado, si son buenos, será reflejo en vosotros. Cuando pensamos en esas cosas complicadas que hacen posible que exis­táis, no podemos confiar completamente en una persona.
Hay varios tipos de personas en el mundo. Estamos concebidos de varios elementos pero debemos saber como ponerlos en orden y cómo arreglarnos a nosotros mismos para estar en buena condición. Dios está pensando lo mismo y os ayudará si estáis dispuestos. Cuando analizáis la historia pasada de la humanidad, la caída o el mal vino cuando los hombres pensaron en cosas centradas en ellos mismos. El deseo egoísta trajo esa clase de condición. El hombre no podría haber caído si fue­se altruista y sacrificial y pensase en el todo más amplio, en vez de si mismo. Pero sucedía lo peor, y el hombre comenzó a pensar en si mismo y a negar a los demás. Por consiguiente en el proceso de restauración debemos ser capaces de ir por el campo inverso, yen­do hacia atrás, en lugar del camino mundano acostumbrado.
Cuando hablamos de la muerte en términos del Principio Divino usamos la palabra "indemnización”. Y es así, yendo a través de la indemnización debemos recorrer el camino inverso. ¿No es verdad? ¡Si! Cuándo os examináis detenidamente, ¿podéis decir que sois felices o infelices? "Felices" ¿Sois realmente felices? ¿Existe realmente la felicidad  en el mundo? No. Si verdaderamente os dais cuenta que sois el fruto de vuestros antepasados, y que vuestra misión, es pagar las deudas acumuladas por vuestros antepasados, no podéis tener ni incluso un momento de comodidad y felicidad.
Si pensáis que sois felices con la noción de todo el pasado ancestral y las deudas que habéis de pagar, algo está equi­vocado en vosotros, no sois normales. Pero no podéis estar dispues­tos a llevar una vida de infelicidad todo el camino. Debe haber algo hecho por vosotros. Si os resignáis a la infelicidad también sois anormales, no sois vosotros mismos, estáis fuera de vosotros mismos. No podéis decir que habéis nacido infelices y que  por lo tanto vais a llevar una vida infeliz. No podéis decir eso. Si os mantenéis diciendo que hay un camino por el que ir más allá de la infelicidad, y de que podéis construir un mundo feliz, y si sentís de la misión de este modo, ¿qué clase de sendero vais a hacer? ¿Cuál es la conclusión? ¿Estaríais dispuestos a ir por el camino miserable para limpiar las deudas, para pagar las deudas, o iríais más bien por un camino fácil? Si hay un posible camino por el que marchar y donde podáis pagar las deudas, ¿qué camino preferiríais tener? El dijo, "El duro y el más rápido "¡Oh!” ¿No estáis dispuestos a morir por la causa? ¿Será suficiente el camino duro? ¡No! Estas no son solamente palabras vacías, es la verdad. Si estáis tan pesadamente cargados con el fardo de vuestro pasado, y no tenéis ningún momen­to de alivio, ¿os habéis pues parado a pensar en la seriedad de la situación, luchando duramente para vencerla y triunfar allí? Si hay un camino posible a través del que nunca muráis sino que obtengáis la meta, tomaríais el camino ¿no es así? Si ese es el camino de la escalera, es mejor que el camino de la muerte, ¿no es verdad? Y sois impulsados a subir la escalera, así pues, ¿qué haréis? ... ¡Subir!
A veces pensaréis: "A veces, yo más bien moriría que subir esa escalera". Incluso podéis imaginaros como un desafío vuestra vida en el Principio, como lo es en la Providencia de Dios. De otro lado, las chicas de alrededor de los 30 pueden pensar: "¡Oh, ando por los 30, y lo que necesito es un marido!", y lo mismo sucede­rá con los muchachos. Los muchachos alrededor de los 30 pensarán: "¡Bien, éste es el tiempo para tener mi esposa!" Y sois los más se­rios en eso. ¿No es así? ¿No? ¿No es verdad? Esto está lejos de la expectación de Dios. Cuando mantenéis esa clase de noción, os arquearéis, y cuando estéis subiendo la escalera, algún poder os tirará hacia abajo. A las chicas, ¿puedo haceros una pregunta? ¿Después que estéis aquí casadas, querríais llevar una vida amarga, pagando deu­das a lo largo de todo el camino? ¿O querríais permanecer en un ho­gar feliz, sin tener nada que ver con esas cosas? Bien, respondedme. Yo esperaría que más del 98 por ciento de las chicas respondería que quieren llevar una vida feliz. Son nacidas así. Entonces yo me compadezco de los hombres, ellos han de llevar a estas mujeres.
Incluso en el jardín del Edén las costumbres femeninas fue­ron el problema, la hembra fue el problema y lo mismo sucederá en el camino de la restauración, yo estoy temeroso. Cuando pensamos en eso llegamos a la conclusión de que, si estamos dirigidos por el ver­dadero camino, no debemos tener nada que hacer con las mujeres. En los países orientales, suponed que el cabeza de familia, el hombre, tiene un serio problema que discutir; él lo hará con sus hijos, no con su mujer. El puede decir a su mujer que abandone la habitación, porque tiene cosas serias que discutir con su hijo. Es la equivalen­te etiqueta y es de sentido común que las esposas abandonen la habi­tación sin sentirse heridas. Bien, ¿es eso común en los hogares ame­ricanos, en el mundo de Oeste? ¡No! ¡Las esposas se pondrán furio­sas, disgustadas! Supón que como hombre tienes un problema serio y que vas a hacer algo grande por la nación, o al menos por un todo más grande que tu propia familia. Si discutes el asunto con tu espo­sa, nueve de diez, supongo, que lo rechazarían o tendrían una men­te débil, por lo que tratarían de impedir a su marido que lo hicie­se, o más tarde revelaría su secreto, traicionaría el secreto.
Vosotras las hembras, sois más bien de este modo. Hasta el momento presente en la historia de la restauración, las mujeres no se han comportado lo suficientemente serias. Bien eso es lo que encon­tráis en la Biblia. Hasta ahora los hombres han dirigido la histo­ria, pero en la confluencia, en los últimos días, ellos están destinados a encontrar a las mujeres y a conseguir su cooperación pa­ra realizar la misión de la restauración. Si las mujeres tuviesen la responsabilidad de manipular el mundo, ¿que habría sucedido? ¡Imaginaos! Un mundo pacífico. Si las mujeres hubiesen vivido ex­clusivamente para las mujeres, tal vez habrían estado en paz, sin tener que luchar, pero si hubiese aparecido algún hombre en el me­dio, habría guerras, luchas. Bien, podéis pensar que los hombres iniciaron la lucha,... luchas y guerras. Pero ello es inevitable a causa del mundo malo, todos los hombres fueron bravos al luchar contra el poder malo. Estaban destinados a hacer el trabajo ¿Cómo puede ser cambiado el mundo sin luchas por parte de los hombres? Incluso en el Movimiento de Unificación se aplica lo mismo.
Suponed que sois bendecidos en Santo Matrimonio. Tras el matrimonio las mujeres están inclinadas a pensar en la felicidad en el hogar, en vez de vivir o hacer que sus maridos trabajen por la causa más grande. Es posible que vuestro marido sea sacrificado, pero no estáis dispuestas a hacerlo sacri­ficarse, ¿no es verdad? Si verdaderamente sois los miembros de la Iglesia de Unificación, debéis ser diferentes. Mi lógica es esa hasta el presente, que los hombres han estado a la vanguardia de las mujeres. Pero de ahora en adelante, las mujeres deben permanecer a la vanguardia de los hombres, conduciéndolos, casi conduciéndolos a la retaguardia. Por comparación yo tendría más bien miembros femeninos luchando en la guerra contra el comunis­mo, en donde, en el mundo comunista, ellos tuviesen a sus grupos femeninos luchando contra los nuestros, y yo debo hacer que mis miembros femeninos venzan a las hembras soldados del comunismo. ¿Que hay de ello?
Como podéis saber, en Corea del Norte, Kim Il Sung está entrenando a sus mujeres para ser más fuertes que los hombres sol­dados de Corea del Sur. Corea del Norte representa el lado malo, mientras que Corea del Sur representa el lado de Dios. Y en ambos países, entrenan a mujeres para ser fuertes soldados. Siempre y cuando los comunistas enviasen a sus soldados a luchar contra nues­tro movimiento, y disparasen la artillería y cosas así, ¿nos que­daríamos sentados con los brazos caídos para ser asesinados y ani­quilados? ¡No! ¿Que haríais entonces? ¡Luchar! ¿Podéis especial­mente vosotras las mujeres, matar a los comunistas?  Si. No es en absoluto una tarea fácil. A la luz del Principio Divino, no deberíais matar ni incluso a vuestro enemigo. Y frente a la muerte si vais a ser matados ¿qué haríais? Ese es el gran problema. Solo hay un camino posible, vencer al comunismo sin tener que matar o ser matados. Es decir, poner más fuerza de nuestro lado, y nos entrenaremos para ser soldados más eficientes y muchos  más fuertes que el poder comunista.
Entonces ellos no pueden ni soñar con atacarnos. Es típico del mal, que os ataque cuando estéis débiles. Satán aparecerá cuan­do estéis débiles, alrededor de la nación elegida de Dios. Y cuando hay un grupo que honra a Dios, Dios ayuda siempre a ese gru­po para ser más fuerte que el lado malo. Suponed que hubiese per­sonas que dependiesen de que vuestros brazos los llevasen. Si os estuviese permitido, ¿qué preferiríais hacer? ¡Llevadlos! ¿Lle­vadlos o subir a lo alto sin esas personas? ¡Llevadlos! Si la escalera fuese tan débil que llevando dos personas, una en cada la­do, se rompiese, ¿Qué haríais? ¡Llevadlos! ¿Todavía llevarlos? ¿Todo por vosotros mismos y después de que alcancéis la meta ... dejar que otra gente subiese?
He hablado de la felicidad y de la infelicidad. Pero antes que nada querría preguntaros, cuál es nuestra edad promedio aquí. Bien, ¿los miembros femeninos? ¿Cuál es vuestra edad promedio? (23) ¡Ah¡¿Y cuál es la duración media de nuestra vida? De esa edad no hay muchos aquí. ¿Sesenta y cinco? ¿Setenta? (73) Un tercio del día se pasa durmiendo, por lo que los restantes cuarenta años serán vividos. Estáis levantados durante el día, pero estáis trabajando sólo la mitad del día, tal vez en trabajo concentrado, entonces te­néis los siguientes veinte años para trabajar. Bien, ¿sois felices mientras trabajáis? ¡Si! Si es un trabajo duro y sois forzados a trabajar, ¿sois aún felices? ¿Cuándo trabajaseis estaríais ale­gres y jocosos? Queréis tener horas de recreo o descanso entre el tra­bajo. Tal vez tres horas al día. A veces estáis enfermos. Así pues, debéis substraer dos horas... Si sustraéis dos horas del descanso eso es ajos dos octavos del día.
A veces estamos bajos, luchamos contra ello, reñimos con otros y nos enfermamos. Así pues, yo diría que sólo estamos trabajando un esfuer­zo concentrado en los restantes diez años o menos. ¿Cuántos minutos, segundos de real felicidad disfrutáis en un día? ¿Cuando os sentís como danzando y cantando y sonriendo, riendo, cuántos minutos? ¿Cuán­tos segundos? Bien, hay incluso menos de dos años de real felicidad que tú probarás a lo largo de tu vida. ¿Os imagináis que a lo largo de toda vuestra vida tuvieseis dos años de esa suma alegría? ¿O in­cluso menos? Cuando pensáis en eso la vida es como una sombra, volan­do rápidamente.
Imaginaos vuestra vida y vuestros hogares, no podéis confiar suficientemente en vuestros maridos, o no podéis confiar suficiente­mente en vuestra esposa, por lo que hay siempre riñas, y vuestros hijos no tienen piedad filial. Tenéis que preocuparos de ellos, ¿cuán­tas horas restan entonces para que estéis alegres? Yo diría que hay menos de dos años de vida en los que realmente disfrutáis. Por otra parte, el resto de vuestra vida, estará lleno de tristeza, avaricia y cosas así. A causa de esto los hombres han luchado para salir de ésta vida, o han pasado ésta vida buscando felicidad real en el otro mundo, en el mundo espiritual, y haciendo eso los hombres han disfrutado gran felicidad. Cuanto más encontramos el valor de hacer eso, más felicidad también podemos disfrutar en la vida terrena. ¿Si encontráis algún camino posible para que seamos realmente felices a través de la eternidad, incluso a riesgo de aquellos dos años, los sacrificaríais y los cambiaríais por felicidad eterna? Comparados con la grandeza que vamos a disfrutar como una recompensa después de ésta vida de lucha, las dos alas no serán importantes en absoluto. Nos encontramos a nosotros mismos siendo arrastrados a la mazmorra de la vida por disfrutar los pocos años de nuestras vidas, y sin em­bargo hay otro camino abierto a nosotros para que encontremos feli­cidad en la Tierra. Por comparación lo primero está bastante alejado de lo más grande.
Por consiguiente, ¿estáis seguros de la existencia de Dios? ¡Si! ¿Por qué es así? ¿Es porque os he estado enseñando que hay un Dios y confiéis en mí? ¿Vosotros creéis mis dichos de tal modo que sois impulsados a creer en Dios? ¿O habéis experimentado la existen­cia de Dios en vuestra vida y sentís la morada de Dios en vosotros mismos? ¿Es que lo reconocéis? ¡Si! ¿Habéis experimentado a Dios? Si es verdad alzad vuestras manos. ¿Qué sucedería si públicamente os declarase? No existe Dios, marcharos y disfrutad vuestra propia vida ¿Que haríais?  “No nos iríamos”. ¿Estáis confiados en eso? ¡Sí!.
Todos sabemos cómo es el mundo caído. Si pensáis que hay al­go como felicidad en los asuntos caídos, es erróneo. Si realmente os dais cuenta de la caída humana, veis que es un estado anormal y no podéis estar contentos en ese estado. Suponed que haya un coche averiado o un coche remolcador justo frente a vosotros, pero sabéis de que sois conscientes, de que esta destinado a pararse en alguna parte, y que vais a tener dificultades ¿podéis aún sentaros allí? Yo veo que realmente os dais cuenta que estáis en el estado de haber caído por lo tanto es insensato y anormal el pensar que podéis disfrutar aquí de una vida feliz. Así pues, nuestro destino es tener que salir del estado presente, apoderarnos de algo de una más alta dimensión, para nuestra vida eterna. ¿Preferiríais más bien permanecer en el mundo caído o tratar de escapar de él? ¡¡¡Escapar!!! ¿Cuándo hayáis alcanzado la meta yendo más allá del nivel de la caída, que­rríais volver al mundo preso? ¡¡¡No!!! Si sois de otra forma sois idiotas.
Pronto estarán aquí las Navidades. Una vez dejasteis vues­tro hogar, que pensabais que era bello, porque aquí encontrasteis algo mejor que eso. ¿, Qué ha sido entonces vuestra vida aquí? Habéis estado en las calles vendiendo velas, cacahuetes, testimonian­do a la gente, y siendo rechazados a la vez que teníais que orar por ellos, y cuando os miráis a vosotros mismos estáis vestidos como harapientos con los zapatos gastados, y todos los vestidos y trajes, arrugados y vuestros viejos amigos os están mirando y os encuen­tran ahora miserables. ¿Como os encontráis a vosotros mismos, y cuál es vuestro sentimiento? ¿Suspiráis por vuestras vidas pasadas? ... ¡¡¡No!!! Decís no con vuestros labios, pero en lo profundo de vuestra mente hay nostalgia. Por lo menos estáis pensando en algo más que en lo que deberíais pensar. Es permitido pensar en eso tal vez, pero sí lo ponéis en práctica es erróneo.
Si habéis aguardado aquí sólo un corto tiempo y entonces volvéis al mundo viejo, estáis capacitados para ser deglutidos de nuevo. Debéis tener aquí un buen soporte, sólidamente establecido, y entonces por la orden proveniente de arriba podéis volver a vues­tro lugar, restaurar a nuestra familia, parientes y traerlos de vuelta a éste mundo, y ello es permitido. La mejor cosa es ésta, si salváis a la nación entera, vuestra  familia está incluida. Vues­tros parientes y amigos están incluidos allí. Nuestra conclusión es que será bastante más rápido para nosotros salvar a la nación con su población de 210 millones, y entonces al resto de vuestros amigos, familias y parientes que estarán incluidos, pero si por el contrario tratáis de rescatar a aquellas personas, y ser rechazados y estar enfrentados con dificultades, eso prolongará nuestra restauración ¿me seguís?.
En vuestras pasadas líneas ancestrales vuestros antepasados yo diría que la mayor parte de ellos, estuvieron siempre pensado en su propio hogar. Solo unos pocos de ellos habían estado pensando acerca de sus países y en la salvación del mundo. Ha sido muy difícil y casi imposible para esas personas hacer cosas o pensar en cosas en términos de salvar al enemigo. Hay muchos niveles de per­sonas que han vivido en esta Tierra. Algunos pensaron exclusivamen­te en sus familias, algunos pensaron a lo sumo en su nación, otro pensaron en el mundo, otros pensaron incluso en la salvación de los enemigos  y, a la vista de Dios, ¿quién  será el más grande, quién será una gran persona o santo de entre ellos? Cuando pensáis en un hogar más grande llegáis a ser más grandes. Y Jesús pertenece a la última categoría, habiendo amado incluso al enemigo. La meta de Dios es que hay que salvar incluso a los comunistas. Nosotros debe­mos salvar también al mundo fuera de Dios, al mundo del comunismo. Paso a paso, debemos marchar adelante, hasta que podamos incluir al mundo entero en la salvación, desde el individuo a la familia, a la nación, al mundo, e incluyendo al enemigo. En la conjunción de cada cual, de cada nivel, hemos de pagar la indemnización debi­da... la debida y proporcionada a la grandeza de la misión. ¿Quien haría el trabajo? ¿Quién está dispuesto a hacer el trabajo? Al final deberemos ser capaces de salvar al enemigo. Estas son líneas de frente históricas.
Tras haber alcanzado el nivel familiar de restauración, ¿que­rríais volver atrás al nivel individual de cosas; tras haber alcan­zado la meta del nivel nacional, ansiaríais volver al nivel fami­liar? Tras haber alcanzado la meta del nivel mundial, ¿ansiaríais volver al nivel nacional de cosas? ¿Podéis hacer eso? ¡No!. En nuestro movimiento la idea es no mirar atrás. Cuando hayáis alcan­zado la próxima meta, nunca miréis atrás o ansiéis el estado previo de cosas. Dirigios hacia la meta, y marchad y marchad hasta que ha­yáis alcanzado la última meta, no podéis mirar atrás. Cuando estáis aquí a salvo, con ayudas correctas, entonces podéis volver atrás y preocuparon de nuestros otros asuntos. En los últimos días, nosotros que estamos en el mundo caído estamos destinados a volver atrás. No podemos sentarnos y repetir siempre la misma cosa, sino que tenemos que hacer algo, y un modo es volver atrás, al estado original antes de la caída. Una de las razones por la que es bueno que volvamos al estado original desde el mundo caído, ahora, en los últimos días, es porque hay caos, incertidumbre, confusión y toda clase de males prevaleciendo en el mundo, haciendo imposible, casi imposible que volvamos atrás.
Hay corrupción moral, y la amenaza del comunismo y el problema del sexo libre. Ahora la historia ha presenciado incluso el ir desnudo. Estáis situados aquí, pero por un camino pequeño debéis de ir a través de todas esas cosas. La historia nunca ha presenciado una era en que todas esas cosas estuvieran mezcladas. Una porción de todo lo malo está ahí. Pero Dios por su parte derramará todas las cosas juntas, mostrando un modo de vida prometedor y lleno de espe­ranza. La infelicidad, la destrucción y la miseria, y todas esas co­sas malas estarán aquí, pero a la vista de Dios, en proporción a ellas, El dará cosas más brillantes y más felices. Decenas y miles de generaciones han cometido  pecados, y todas esas cosas se to­talizan y traen fruto aquí. Al tiempo de la cosecha en los últimos días, esas cosas malas debes ser también cosechadas, pero en proporción a ellas, Dios trabajará para ayudar a la gente para lograr limpiar la herida y vencer  el mal. En la historia humana en cierto modo hemos estado en el mundo más miserable. Pero de otro lado si pagamos el peaje de indemnización para vencer esas situaciones, un nuevo mundo se promete ante nosotros, un nuevo mundo de más altas dimensiones, lleno de felicidad. Incluso en América, a la que el resto del mundo ha considerado como un mundo ideal, un mundo amado por Dios, prevalecen las corrupciones, e incluso los ciudadanos de los Estados Unidos se dan cuenta de que están viviendo en pecado una vida de prisión, en pecado aquí en los Estados Unidos.
La situación aquí es más espantosa que en Corea. En Corea una mujer puede caminar por la calle a medianoche y nada le sucede­rá. Está a salvo. Pero aquí, en las calles de Nueva York, si una mujer caminase sola, algo espantoso podría suceder, algo horrible. Ello es porque América ha sido la nación conductora del mundo y un poco de todo ha estado prevaleciendo aquí, incluidas buenas cosas, pero en los últimos días, en el punto de giro de la Providencia de Dios, Dios ha desplegado todo lo malo en esta nación con el fin de que pueda ser restaurada yendo a través de indemnización, y por ello lo que aquí sea hecho, de acuerdo con la  Providencia de Dios, será extendido todos los rincones del mundo. Esa es la dispensa de Dios.
Por largo tiempo hemos estado trabajando en las calles de Nueva York, y hemos conseguido gran número de personas para nuestro lado. Pero en lo sucesivo, tarde o temprano, tendremos que testimo­niar en la sección de Harlem y entonces, todas las personas negras deben ser atraídas al movimiento. Por fin, deberemos también infil­trarnos en las líneas comunistas, para conquistar sus corazones y traerlos de vuelta al seno de Dios. Tan sólo pensad en esto: en nuestro enemigo, el blanco comunista es también los Estados Unidos. ¿Os habéis dado cuenta de eso? ¡Sí! Gansters internacionales y jugadores, todos ellos están reunidos en ésta nación. No es nada extraño que tengáis gente de la Mafia en América. Este es el despliegue a ni­vel mundial del poder malo. Es éste el deseo del Señor Dios y el de­seo de la humanidad, cambiar éste mundo en un lugar mejor para vivir y un poco de todo será extendido en ésta nación, conductora del mun­do en la etapa de la restauración de Dios. Es intención de Dios hacer trabajar aquí a su gente, para volver cada nivel de cosas, individuos familias, y la nación de los Estados Unidos a su lado, haciendo eso y usando a América, él traerá al resto del mundo a su lado, incluyendo a los enemigos y poderes malos del comunismo y gansters y todas esas sociedades y comunidades. De todas formas, ¿por qué permanece la iglesia de Unificación? En América hay muchas nacionalidades mez­cladas, no hay otro lugar en el mundo entero aparte de América en don­de gente de todas las nacionalidades y razas estén mezcladas. Vosotros estáis aquí, pero no estáis solos en el nivel individual, sino que re­presentáis a vuestras familias, vuestra nación, y vuestra raza. Debéis ser conscientes de ello.
Como bien sabéis, la historia humana en línea vertical debe ser indemnizada y enderezada en el nivel horizontal en nuestra era. Al restaurar todas las cosas verticales en el nivel horizontal, no podemos ir tan solo al lado derecho, sino que debemos volver atrás, al lado izquierdo, más bien que traer todas aquellas cosas por el camino derecho puesto que estamos colocados en el mundo caído, nuestra indemnización a pagar es que cuando deseamos mucho alcanzar esto, de­bemos ir al revés. Cuando fuereis a alcanzar el nivel de la familia, debéis volver atrás a conseguir cosas en el mundo caído en el nivel de la familia y solo entonces podemos alcanzar el nivel familiar de restauración. Cuando queráis alcanzar el nivel de salvación nacional, debéis volver atrás a conquistar los corazones de la nación, solo entonces habréis alcanzado u obtenido la meta, y así sucesivamente. Cuan­to más larga es la distancia que queramos abrir, más larga es la dis­tancia hacia atrás que queremos cubrir, y entonces restaurarlos para alcanzar esa distancia. Nuestra estrategia es volver atrás y cubrir la misma distancia en el lado izquierdo, tan lejos como para ser capaces de alcanzar la misma distancia en el lado derecho. Eso signi­fica que queremos vivir en la Familia de Unificación para nuestra propia felicidad, pero a nadie se lo es permitido. Debemos ser esparcidos en primera línea para conquistar los corazones y las almas de la na­ción.
Jesús fue el único hijo de Dios. El está  titulado para vivir en el seno de Dios, pero fue enviado a la mazmorra de la vida del mundo caído, y tan solo después  de que hubiera recibido a toda la humanidad, podría haber vuelto al seno de Dios para disfrutar allí la vida eterna. Pero su misión no fue realizada completamente en su vida y donde está ahora situado es en el Paraíso, no en el Cielo. Después de las vidas sacrificadas de los cristianos por más de 2.000 años, él debe volver para salvar y realizar su misión, dejada inacabada en su primera vida.  No es un trabajo fácil poder volver. Solo después de haber preparado a la gente para recibirlo puede volver. De ese modo Dios ha permanecido 2.000 años. Ahora ese poder malo está prevaleciendo en el nivel mundial, el Señor de la Segunda Llegada estará aquí con la misión en el nivel mundial. Si el poder malo no está en un nivel mundial, el nivel en el que viene será diferente. Así  pues, ¿cómo son nuestras vidas en la iglesia de Unificación? ¿Cómo deben ser? ¿Qué deberíais hacer aquí?
A vosotros los miembros Americanos aunque sois Americanos, no os gustaría ser como la juventud Americana de hoy, debéis vivir por completo una vida diferente. En el mundo de afuera la juventud ameri­cana está disfrutando el sexo libre y todo este modo de vida corrom­pido, pero nunca es permitido aquí en la Familia, en nuestra Iglesia. En el mundo de afuera la juventud americana dice que debe tener su propia libertad. Pero en la Iglesia de Unificación no hay libertad en éste sentido. Debéis moveros de acuerdo con el mandato proveniente de arriba, porque es el único estándar. En el mundo de afuera, la gen­te joven americana está usando su dinero para el disfrute de una vi­da carnal, pero si aquí tenéis dinero, debéis pensar que no es vuestro, y el dinero debe ser usado por el propósito más grande, diri­gido por la figura central. Nuestra vivienda, comida, ropa, y todo lo que estamos usando es por el beneficio de la nación.
Nuestras familias en el Movimiento de Unificación son diferentes de las familias ordinarias del mundo de afuera. Nuestras familias son los instrumentos, los puentes para conectar el mundo con nuestra ideología y salvarlo con el sacrificio de cosas más pequeñas.  Lo que hace a nuestra iglesia diferente de las iglesias establecidas, es que todos los miembros están dispuestos a sacrificarse a si mismos y a la iglesia como un todo por el beneficio y salvación de la nación ente­ra y del mundo. En el mundo de afuera todos los americanos se están arrodillando ante la amenaza del comunismo. Pero aquí en nuestro mo­vimiento, todos los miembros marchan adelante para luchar contra el comunismo y para conquistar sus corazones, incluso al lado de Dios. Nuestra meta es el mundo, nada más pequeño que eso, y tarde o temprano vamos a luchar contra el mundo satánico y a vencerlo a riesgo de nuestras vidas, mientras que en el mundo de afuera la gente querrá salvar sus vidas y guardar sus cosas materiales. Bien, debemos tener fuerza y una fe inamovible en que tendremos éxito aunque el poder malo del pasado, presente y futuro se totalice de esta manera cen­trado en nosotros y luchando contra nosotros. Por tanto de nuevo debo decir que América es la nación en la que todos los males pasados y presentes se totalizarán y debéis daros perfecta cuenta del hecho.
América debe ser despertada al hecho de que lo que debe temer no es un enemigo proveniente del exterior, sino de su propio medio. Ellos también han previsto la amenaza que viene del comunismo, el enemigo externo. Pero en medio de ellos, el enemigo interno Satán, va a traer la ruptura en sus hogares. Ahora vuestros hogares están situados en el lugar en donde apareció la caída de Adán y Eva, la relación ilícita de amor que dividió y separó a los antepasados humanos de la persona  de Dios. La situación continúa hoy por toda América  en cada hogar. Ese es un gran problema. Si no se encuentra algún grupo que pueda erradicar toda la desarmonía de los hogares causada por Satán, y que pueda luchar contra el poder comunista y vencerlo, Dios no puede trabajar por la salvación del mundo. Todas las cosas malas y buenas están resucitadas y prevalecen en ésta era, en ésta etapa de América, y nosotros, del lado de Dios debemos restaurar todas éstas cosas pagando la cantidad de indemnización. América está casi sin esperanza de erradicar toda la corrupción y desunión, desarmonía e inmoralidad que prevalecen a través de su sociedad.  Amé­rica es una nación cristiana, pero la Cristiandad no puede erradicar  todo el mal, por consiguiente la Cristiandad establecida no puede ha­cer nada, está sin poder. Un nuevo poder de fuera de la religión cris­tiana debe emerger para hacer el trabajo. Entonces, dondequiera que miremos a nuestro alrededor, somos el único grupo que puede hacer eso.
Como dije antes, con el fin de que alcancemos una cierta meta, debemos volver atrás para cubrir la misma distancia. Por ello nuestro camino, ahora, es volver al mundo malo, luchar contra él y conquistarlo para el lado de Dios. Cualquier triunfo y victoria que alcancemos, será por largo tiempo recordada y reconocido por Dios y durará para siempre. Si realmente conocemos la verdad, haremos el tra­bajo a  precio de nuestras vidas, y nunca nos detendremos. Vuestra au­dacia y coraje desenfrenados son ahora necesarios. Las dos corrien­tes fluyen así en América, y cómo invertirlas es el problema. El cómo ir en contra de esas corrientes. Nosotros debemos fluir hacia atrás, hacia arriba. Es natural que el agua fluya hacia abajo a niveles más y más bajos, así que lo que vamos a hacer es construir un gran dique, para que la corriente fluya hacia Dios. Así debemos incrementar nues­tro número de miembros. Desde individuos, hogares y naciones, si somos tan fuertes como para tener tantos miembros como el otro partido, el enemigo, será entonces arrojado y derrotado por nosotros, por ello ese es el modo por el que vamos a parar la corriente y hacerla fluir hacia atrás. Estamos en la mitad de esa clase de batalla. Hasta el año 1.974 lo que he hecho ha sido hacia esa meta, y conseguimos un gran número de miembros y fuimos famosos a nivel nacional. Lo que aquí voceemos resonará por todo el país. De esta forma, nuestra presencia será senti­da por toda ésta nación. Vamos a influir a la nación entera de éste modo. En la base externa tenemos que arrojar o absorber el comunismo, y en la base interna hemos de erradicar la corrupción socavando a la juventud de América y cambiándola a un modo de vida según la intención de Dios. Estoy ahora planeando una estrategia para hacer que nuestros graduados universitarios evangelicen a los estudiantes de los colegios y universidades. Los campos de los colegios son también el blanco de los comunistas. Satán está también intentando la corrupción de la ju­ventud universitaria. La misión de la Iglesia de Unificación es hacer que todos esos  niveles de personas cambien al mundo de la creación de Dios. En la Iglesia de Unificación debemos darnos cuenta del hecho de que no estamos viviendo una vida de duración limitada, de sesenta, setenta o cien años a lo sumo, sino que nuestra vida es una totalización del pasado. Nuestra vida es por la eternidad y debemos darnos cuenta de este hecho. En cada uno de vosotros como individuo pesa la carga del pasado y del futuro, y debe ser pagada en nuestra propia generación. Estáis en la posición de resucitaros a vosotros mismos y de resucitar a otros. En el pasado todos los sabios,  santos y mártires y patriotas, han intentado lo mejor: algunos fallaron y otros ganaron algo de terreno. Pero con tantas cosas dejadas sin realizar, de­bemos hacer nuestro trabajo en nuestra propia era para pagar nuestras deudas y reconstruir el mundo para la siguiente generación; y nues­tra carga y responsabilidad es muy grande. Podemos anticipar y espe­rar que muchas dificultades y durezas vengan a nuestro camino, pero debemos sentirnos desafiados y vencerlas y obtener la victoria. Su­pón que estamos en una batalla final y decisiva contra Satán, y ex­cepto tú, todo el resto de los miembros han sido matados. Solo tú te has quedado solo en el lado de Dios, y debes ponerte a ti mismo en la posición de figura central, y hacer el Reino de Dios en la Tierra. Debes ser así de constante. Debes darte cuenta de la verdad resucita­da de millones y de decenas de millones de sabios totalizados en ti. Esa es nuestra vida humana para cada uno de nosotros. Los soldados con coraje, los guerreros del Movimiento de Unificación deben llevar esa clase de vida. La vida humana, totalizada con las arcas del pa­sado sin realizar, totalizada en ti.
¿Me seguís?  Sí  ¿Cuál debe ser entonces la misión de nuestro Maestro? El es también un ser humano y ha tenido que ven­cer tentaciones como Jesús, y en el medio y frente a muchas dificul­tades, durezas y persecuciones, hubo de pagar la cantidad de indem­nización para conquistar la posición como Mesías, en primer lugar en el nivel individual. En el nivel familiar también sucede lo mismo. Le está prohibido crear una familia en la que puedan suceder cosas con­tra la voluntad de Dios. Si son encontrados elementos satánicos en su familia, él tiene coraje suficiente para cortarlos. Ahora que se ha restaurado a si mismo en el nivel individual, si encuentra que su familia está aparte de la Voluntad de Dios, él está ahí en la po­sición de Dios, para hacer chocar o arrojar los elementos familia­res del Jardín del Edén. Incluso en mi imaginación soy tan fijo y tan cruel como para ser capaz de cortar con la Madre y los hijos. Por ejemplo Ye‑jin puede cometer algún error. No puedo ser más cruel que separarla. He sido así en el pasado y aún soy así. Y seré el mismo en el futuro. Mucho más lo sería con los miembros de la Familia de la Iglesia de Unificación. Si todos vosotros sin excepción, cayeseis, me traicionaseis, yo aún  permanecería. Tanto en el nivel interno co­mo en el externo, por muchas tentaciones y amenazas y ataques que vengan a mí.... antes elegiría colapsar o morir en el camino de lucha que permanecer y ser derrotado. Venga lo que venga es mi actitud. En el nivel individual, familiar, de iglesia, y en los niveles de so­ciedad y naciones, por muchas durezas y persecuciones y tentaciones que vengan a mí, estoy obligado y tengo confianza en vencerlas, y erigir el Reino a toda costa. En el nivel práctico, lo que debemos hacer de ahora en adelante es erradicar la discriminación racial; debemos imaginarnos que seremos capaces de vivir en el mismo compuesto, en la misma familia, personas negras, amarillas y blancas juntas, como hermanos y hermanas. Esa es nuestra meta y el ideal.
Desde luego no es una tarea fácil. Y diréis: "Tú no tienes que hacer eso... ¿Por qué tienes que hacer eso? ¿Por qué has de ve­nir de Corea a esta nación, que está disfrutando una paz incomparable y removerla de ésta forma? Y mi respuesta a eso es que yo vengo aquí para hacer el trabajo y que lo llevaré a cabo porque es el man­damiento que viene de Dios. Incluso en el nivel individual estoy lu­chando la batalla a nivel mundial. En el hogar o nivel familiar, es­toy haciendo que mi familia luche una batalla a nivel mundial, incluso en el nivel nacional, estoy haciendo que la nación luche en el nivel mundial. Eso es lo que estoy haciendo y lo haré. Entonces, ¿si América fuese contra mí, qué haría? Incluso al precio de mi vida entera nunca cesaré de luchar contra el poder malo, incluso en el mundo espi­ritual. Incluso si al fin del mundo, el grito de batalla de Dios es que debo volver al mismo camino ¿Qué haré? Encontraré que será difícil ir por el mismo camino, así que iré por un camino circundante para hacer un ataque por sorpresa desde allí. No hay modo para que indem­nicemos de nuevo el mismo nivel, así que haré un camino circundante. Estoy obligado, estoy dispuesto a hacer mi trabajo, a realizarlo hasta el fin de mi vida.
Lo que estoy haciendo no es por mi propio beneficio sino por el beneficio del mundo, así que estáis a salvo al seguir mis instrucciones y llegaréis a la meta de la intención de Dios. La victoria que hayáis conseguido en primera línea estará conectada y legada al resto de la gente de la nación y del mundo. En la II guerra mundial, por ejemplo, la victoria en la batalla de Normandía por los soldados mejicanos, fue heredada por la población entera de los Estados Unidos para disfrutarla. Entonces la victoria que yo haya ganado, al final estará conectada con Dios, al mundo espiritual, y también al mundo terrenal como su base correspondiente, ¿Sabéis qué quiere decir? ¡Si!
Así pues, vuestra vida, como vida humana, no será para voso­tros mismos, sino para el beneficio del mundo entero y del mundo es­piritual y de Dios. Estamos ahora en la batalla decisiva, en cooperación con los demás, conmigo como sujeto y vosotros como objeto. En ese campo de batalla no hay tal cosa como libertad reclamada por ti. No es reconocida ninguna libertad por parte de las fuerzas. La victoria es la única meta para ti. Esa es la actitud de vida al vivir en la Iglesia de Unificación. Tenemos el papel de hierro de que hemos de conseguir la victoria a toda costa. Aunque debas ser matado en el camino, muerto en el camino, debes acabar tu vida en ascenso, no en el descenso. Lo que estáis haciendo es algo así como la carrera del Maratón en el mundo olímpico. Miríadas de hombres espirituales y Dios están dando ánimos y mirando lo que estáis haciendo. Si estáis en la pista de la carrera, ¿podéis quedaros en el camino? ¡No! En el camino ¿podéis saliros de la pista, y comprar algo y comer y disfru­tarlo? Y tu única meta, tu único propósito es llegar el primero y cuan­do llegues a la meta y tengas la victoria y la conquistes, tú puedes dormir y descansar y disfrutar tu vida. Y si quieres beber, aunque no quieras beber, la gente te forzará a ello:
Si pensáis tan seriamente de las cosas, ¿podéis imagina­ros permitiros unas vacaciones de Navidad? No. Yo mismo estoy en tu vanguardia, en primera línea.
De aquí abajo está la población mundial del pasado y estamos situados en la cima de la pirámide, con una duración aproximada de vida de 60 años. Si ahí conseguimos la victoria, Dios será nuestro maestro. Si fallamos Satán continuará siendo nuestro maestro. En la línea vertical todo parte del fondo, comenzando en el nivel indivi­dual, yendo a través del nivel familiar, nacional, mundial y cósmi­co. Lo que queréis es realizar todas esas cosas en vuestra vida, en una generación. ¿Quién hará pues el trabajo? Yo estoy siempre en van­guardia frente a vosotros.
Debo ir más allá del fallo de Adán, del de Abraham, del de Moisés, de los fallos de Jacob, Juan Bautista y Jesús. Con el fin de que seamos capaces de ir más allá de esos niveles debemos saber qué sigue a todos esos niveles, y no conocer tan solo qué son, sino poner todas esas cosas en práctica hasta que realicemos las cosas en esos niveles. A través de la historia humana el deseo de Dios fue que un hombre fuese capaz de ir a través de todos esos niveles de cosas, realizando lo que fue incumplido por los predecesores.
Mr. Kamiyana quiso hacer un tremendo trabajo, y la meta para él es conseguir 3.000 miembros hasta finales de Abril. El debe pensar: ¡Oh!, el Padre me está mandando que haga un trabajo casi imposible". Pero ahora lo que cuenta es vuestra actitud y confianza, más que las obras. Incluso aunque pueda que al final no seas capaz de llevar a cabo el trabajo, vuestra actitud de mente y espíritu es el problema. Si como persona responsable no quieres quedar enredado y estancado en las condiciones, hay un camino posible. Hiérete a  ti mismo con la mayor dureza. Si has estado durmiendo seis horas al día, redúcelas a cuatro. Si has estado haciendo un largo viaje al día en la ciudad de Nueva York, debes tratar de hacer dos, vete al verdadero fin de tu misión. Si tienes falta de sueño, puedes dormir mientras caminas, puedes dormir mientras que te pones los pantalones, puedes dormir hasta cuando comes.
Entonces Dios sabrá que tú no puedes hacer más. A menos que hagas tanto como eso, no puedes decir que es imposible, o yo no puedo hacerlo. Puedes doblar o triplicar lo que has estado haciendo durante tanto tiempo. Esa es la cuestión. Si diariamente haces lo mejor, entonces no puedes hacer más, entonces Dios diariamente puede titularte con la victoria, incluso con un sexto de lo que has hecho, aunque hayas traído seis miembros en lugar de 3.000.
Habéis aprendido acerca de la indemnización. Cuando se os dice que salvéis al mundo entero, debéis creer que sois capaces de salvar al mundo. Esa es la primera cosa. Estad dispuestos a trabajar las 24 horas toda la semana sin dormir. También hay un límite en nuestro trabajo. Si Dios te dice que descanses, entonces tú puedes descansar 24 horas.
El camino de indemnización es así de duro. Vete al límite en donde ninguna otra persona pueda alcanzar. Así debes ir un paso adelante, más allá de los otros. Entonces conseguirás la victoria. Si vuestra actitud y espíritu son así, entonces habréis pagado. Decís restauración a través de indemnización, pero a menos que nos situemos en el punto más alto, en el más avanzado, ninguna otra persona te puede imitar o alcanzar, solo entonces habrás pagado la indemnización y serás reconocido por Dios. En el límite de la muerte debes susurrar restauración a través de indemnización, restauración a través de indemnización. Cuando derrames lágrimas por la causa, tu puedes llamarlo cantidad de indemnización. Siempre hay altos y bajos, y cuando atraviesas la cima, el camino de allí en adelante será más fácil y otra gente estará allí. Y si habéis ido a través de las más altas cimas, entonces, lo que vayáis a hacer no será nada comparado con lo que ya habréis atravesado.
Nuestra campaña de Seattle era la sexta, y pensé que era la cima a cruzar, y estaba algo ansioso acerca de si mi discurso iba a ser un éxito o no. Antes de eso, entre Chicago y Seattle, tuve que ir a Londres a la conferencia de la Ciencia. Allí tuve que hacer muchas cosas. En ese lapso de tiempo podrían haberse presentado cosas difíciles, frente a nosotros. Así que estuve preocupado por nuestra campaña de Seattle. Mientras que estuvimos en Londres no pude planear o pensar acerca de la campaña de Seattle. Si mi mente está ausente del proyecto, sé que Satán está invadiendo fácilmente en ese lugar. Llegó el momento y yo estaba ya en el coche dirigiéndome a la sala de conferencias. Debería haber estado totalmente serio pensando en lo que iba a hablar a la gente en ese momento, pero tan pronto como entré en el coche caí dormido. Incluso antes de salir de la iglesia para el salón de la conferencia quise repetir o pensar acerca de mi discurso, quise orar ante Dios acerca de qué hablar a la gente y encendería la lámpara y me arrodillaría ante Dios y caería dormido.
Esto sucedió. Por lo tanto no estaba totalmente preparado para ese discurso. ¿Qué podía hacer en ese momento? Sabía muy bien, que, si como un hombre, luchaba duramente para dar el discurso, fallaría al hacerlo. Estuve tan desesperado corno para abrazarse a Dios, entonces Dios hablaría a través mí. Pero había tenido esa clase de experiencia muchas veces, así que sabía como controlarme en ese momento. Si el punto central o el foco no son estables, entonces el discurso puede salirse del centro. Conseguir diez minutos para ganar la batalla en mi discurso era mi meta. El interprete no conocería la situación. Ninguna persona común lo detectaría. Fuera del salón había manifestantes. Los comunistas se estaban manifestando. En la parte de atrás algo explotó, un Satán con petardos entró para asustar a la gente  cuando mi humor ha estado así, pienso que algo extraño, inusual sucedería. Y así fue. Siempre siento la pesadez de la atmósfera, el aire mismo, pesa en mis espaldas. Cuando el mundo espiritual está así de serio, yo debo estar igualmente serio. Esta es una prueba de hierro que nosotros debemos atravesar. ¿Os dais cuenta? ¡Si! ¿Habéis sentido esa clase de cosa? ¡Si!.

Como antes dije, estoy en la vanguardia pagando la cantidad de indemnización por vosotros, pavimentándoos el camino. Con todas éstas experiencias debemos estar bien preparados para crecer con éxito a través del tercer curso de siete años, o si no, nos retraeremos. Tendremos que atravesar la cima de los tres años próximos. En éste tiempo estamos todavía erigiendo las bases para la misión a nivel mundial. Estas no son palabras vacías, y arremetemos hacia la meta final. En la decisiva batalla final, espero que caigan algunos miembros de los que confié que caerían desde hace tiempo, algunos blancos, otros amarillos, y otros negros. La tendencia está siempre aquí, y estoy pensando en cambios personales. En el medio de nuestra batalla, en mi vida, en una generación, debo ir a través de todo nivel para mi propia restauración. Entonces en el nivel horizontal, debo ir por todos los cursos. Debo restaurar a través de indemnización todo lo que no está hecho en el nivel horizontal, el nivel vertical realizado en el nivel horizontal. Debo recorrer, como antes expliqué, la distancia inversa a través de indemnización, entonces debo bendecir allí a las parejas. Debéis ir a través de todas éstas cosas comprimidas en tres años, en donde tendréis vuestro ministerio público, o incluso contraerlas en siete meses. Eso es por lo que yo he ido, y vosotros podéis ir a través de las mismas cosas, y solo entonces podréis ser bendecidos en matrimonio.
Pero la dirección es siempre importante. Si Dios está dirigiendo por esa dirección y yo voy por éste camino no puedo realizar mi misión. Mi dirección está destinada a ir paralela a la dirección de Dios. Dondequiera que estéis situados, debéis comenzar desde allí a dibujar la línea paralela  para dirigirla en la misma dirección. Incluso en tu corto periodo de vida en el movimiento, tienes que ir a través de las tres etapas en forma contraída. Si habéis hecho lo mismo, ¿por qué no podéis estar preparados a morir por ésta causa? En vuestros desesperados esfuerzos podéis conseguir la meta. Si no estoy yo con vosotros, no podíais ni haber pensado o soñado en ser capaces de pagar el precio para ser restaurados.
Para que seas bendecido en matrimonio debes ir a través del camino del principio. Esa es la ley. ¿Cómo puedo entonces darte la bendición? Estoy haciendo eso desde la posición de Padres Verdaderos. Los Verdaderos Padres no tendrían porqué atravesar por nada como su propia indemnización. Ante los Verdaderos Padres estáis condicionalmente titulados para ser verdaderos hijos para ello, y tan solo con esa condición establecida, podéis ser bendecidos e ir  a los Verdaderos Padres como sus verdaderos hijos.
Por ello la conclusión es que vuestra vida futura y la mía serán la misma destinadas a la misma meta. Hasta que seáis restaurados a través de indemnización, a través de pagar la indemnización, estaréis en la más miserable condición. Tal vez seáis los más miserables del mundo entero. Pero después de atravesar la barrera de peaje pagando la indemnización, ¿seréis los más felices de toda la Tierra? ¿Sabéis qué quiero decir?  Si, sabéis muy bien que lo que yo he atravesado en el pasado fue lo más miserable e infeliz. Estoy ahora entrando en la nueva era con brillante promesa y todo el valor y felicidad. En el pasado mi vida fue tan amarga como para envidiar incluso a los mendigos. En el campo prisión anhelaría la vida en el hogar. Incluso en el lecho del enfermo en donde podía ver a mis padres y servirlos. En la celda de la prisión conseguiría una clase de tarjeta pequeña y la guardaría casi como una joya, un tesoro en mi vida. Si recogía una pequeña aguja, no podía olvidar cuán feliz era de conseguirla. Nunca puedo olvidar el momento en el que conseguí una taza llena de arroz, y estaba fascinado y gozoso. Solo cuando estés en la prisión de la vida en donde anhelas la cosa más humilde que rechazarías en la vida diaria en un caso normal, sólo entonces conocerás realmente la bendición de ser capaz de tener esas cosas. En esa miserable situación no encontré a nadie a mi alrededor simpático conmigo. Con toda la gente odiándote a tu alrededor es como una pared de piedra, y tu estás en la oscura celda, entonces sólo hay una abertura, alcanzar el cielo, y allí está Dios ayudándote siempre.
Sé muy bien que Dios buscando a su hijo lo haría, no en medio de gente feliz, sino en medio de gente torturada y miserable, en donde pudiese encontrar a alguien en circunstancias miserables y mirando tan sólo el cielo para ser rescatado. Solo en esa situación puedes encontrar a Dios cara a cara, uno con uno. Incluso en esa situación no puedes ser restaurado completamente si  no estás en la posición de consolar totalmente a Dios en vez de ser consolado por El.
Si en esa situación, llamas a Dios, le gritas, pidiendo que te rescate, diciendo: “¡Padre, Dios, ayúdame! ¡Sálvame!” eres un fracaso. Debes ser capaces de decir a Dios en ese momento: “Sé muy bien que tú has recorrido un camino más espinoso que yo aquí, así he probado algo de lo que tú has pasado. Estoy agradecido de encontrarte aquí y ser uno contigo. De ese modo consolar el corazón de Dios. Si tú estás en esa situación, entonces Dios será tuyo, y el Dios Omnipotente trabajara contigo.
Jesús en la Cruz dijo que todo estaba consumado, pero hasta que Dios diga que todo está acabado tú no eres un éxito. Debemos empujarnos y arrastrarnos hasta el punto en el que incluso podamos consolar el corazón de Dios sin tender hacia nuestros propios asuntos.
Si Dios ha sido de tal forma que quiso ser consolado por su hijo que estaba en la oscuridad, persecución y miseria, en este tiempo querría que fueses capaz de consolar al maestro en vez de a El. Deberíais ser capaces de consolar el corazón diciendo, yo estoy bajo persecución y dificultades. Todo está aquí, pero estoy agradecido de estar probando un poco de todo lo que tú has atravesado. Aunque pueda morir aquí, estoy agradecido y dichoso. En ese caso, si  mueres en ese punto me encontrarás incluso en el mundo espiritual y serás bendecido por mí. En ese caso no podría desear que hicieses más por mí, y Dios haría otro tanto. Si tú estás allí, colocándote a ti  mismo en ese punto, Dios trabajará para ti, y si yo no lo hago Dios me reemplazará y él mismo te ayudará. ¿Me seguís?
Esta nuestra vida humana está en el camino o en el sendero de restauración a través de indemnización. Cuando seáis preguntados por mí acerca de si habéis pasado la etapa de siervo de siervos en el curso de la restauración a través de indemnización, debéis ser capaces de responder afirmativamente.
Dios empleó 2000 años o más para situar a Jacob en esa posición y Jacob hubo de ir a través de la etapa de siervo de siervos, y solo después Dios eligió a ese hombre. ¿Y no esperaría Dios de nosotros que hiciésemos lo mismo? ¿Podéis responderme sí? Si. Hasta Jacob, Dios mismo hubo de ir a través de la etapa de siervo de sier­vos, en los zapatos de la mima persona y después hasta el tiempo de Jesús, haciendo que su gente fuese a través de la etapa de servidumbre, entonces Dios mismo hubo de recorrer el camino de siervo hasta que eligió a Jesucristo, hasta que lo envió. Tras eso, ¿no preguntaría el mismo Dios a la gente si habían ido a través de la etapa de siervo?
Después de Jesucristo hasta la era presente, Dios ha recorrido el camino de hijos adoptivos como ejemplo o seguir por la gente. ¿No nos preguntaría Dios si hemos recorrido el camino y si hemos pavimentado el camino como hijos adoptivos de Dios? ¿Confiáis que seréis capaces de responder si? ¿Habéis hecho eso?
El próximo nivel es ser verdaderos hijos e hijas de Dios. Es algo así como ser resucitado como Jesús después de la muerte, como renacer.  Aunque hayáis ido a través de las etapas de siervo de siervos, servidumbre, hijo e hija adoptado, lo que debéis hacer de ahí en adelante para ser verdaderos hijos e hijas es ser capaces de vencer a Satán,  mandarlo y controlarlo. La misión de Jesús fue rescatar a todos los hijos perdidos de Dios del mundo satánico, y aniquilar la soberanía satánica para hacer del mundo entero el reino de Dios en la Tierra. Pero muriendo en la cruz  él solo podía realizar la salvación espiritual, dejando irrealizada la salvación física en la tierra. Pero muriendo en la cruz aún, el reino de Dios no está aquí por los esfuerzos de Jesús. Por lo tanto, si estáis habilitados para el título de verdaderos hijos e hijas debéis ser capaces de aniquilar el poder satá­nico en todo el mundo y erigir el Reino de Dios  trayendo de vuelta y restaurando a todos los hijos perdidos de Dios en ciudadanos del Rei­no de Dios. A menos que hagas eso, no estás habilitado para ser ver­dadero hijo de Dios. ¿Tenéis confianza en eso? ¡Si!
En el Jardín del Edén antes de la caída se esperaba que Lucifer sirviese a Adán y Eva.  Así, para que os restauréis al estado original antes de la caída humana, debéis ser capaces de controlar el resto de la humanidad en el mundo satánico y al mismo Satán, haciendo que os sirvan. A menos que hagáis eso no estáis habilitados para ser hijos e hijas de Dios. ¿Sois vosotros así? Aún no. Pero vuestra meta es esa. Así pues en el camino del campo de batalla, debéis aceptar la firme meta para ese propósito.
Si aún no estáis restaurados hasta ese punto, si encontráis a otras personas como verdaderos hijos e hijas de Dios, debéis al menos ser capaces de seguirlos o cooperar con él o ella. Tarde o temprano tenemos que ir a través de nuestras etapas inferiores para ser restaurados como hijos e hijas. De modo que es lo que hemos dejado en la vida humana. ¿Habéis estado en la etapa de siervo de siervos, siendo sacrificio en el camino de servir a otros? ¿Habla hecho eso en su más completa extensión? No ¿Habéis estado haciendo lo mismo en el nivel de siervo? Si eres pataleado en el camino incluso con dureza, ¿has hecho el trabajo sin quejarte? Aunque eres atravesado con una lanza, ¿Habéis obedecido el mandamiento en la posición de un siervo? ¿Habéis hecho eso? No.
Jesús vino como el hijo de Dios, pero sin ser capaz de realizar la misión completa él está ahora situado en el Paraíso, que es el reino para los hijos adoptivos, no los hijos de Dios. El Paraíso no fue el cielo de la intención de Dios. Es solo la sala de espera hasta que el cielo esté abierto. Aunque estéis habilitados y cualificados para el cielo, debéis exceder a ser más grandes que Jesucristo. Aunque seáis puestos en la cruz, debéis vencer sobre ella, e ir a través de ella para ser resucitados de nuevo para trabajar hasta la meta. Si realmente conocéis que yo he pavimentado el camino para que seáis los verdaderos hijos e hijas, ¿habéis sido complacientes y agradecidos y satisfechos a través de todo el camino? ¿Sin siquiera una palabra de queja? ¿Habéis estado haciendo eso al seguirme?
Aunque no puedas hacer el trabajo, la ley de indemnización quedará incumplida. Por ello, tarde o temprano, incluso en el mundo espiritual, debes ir a través de ello. Yo os daré charla tras charla y os recrearé con palabras y entonces marcharéis como a saltos. Pero en el momento siguiente no me escuchas, y por consiguiente durante varios días descenderás de esta forma de nuevo. El resultado es que no podéis restauraros a vosotros mismos a través de indemnización sin mi ayuda.
Pero incluso mi deseo y el de Dios es encontrar a uno de entre el vasto número de miembros de la Iglesia de Unificación en el mismo nivel que yo. Y Dios conectará mi misión con él y con otras personas así. Incluso entre los primeros miembros que han ido a través de muchas dificultades conmigo, no hay muchos, o muy pocos que sean así, que tengan un estándar. Bien, pueden considerar el hecho de que pueden reclamar su edad en el movimiento diciendo: "He estado en el movimiento 20 años o más". El número de años no es nada de lo que sentirse orgulloso.
Supón que yo he ido a través de tres etapas de siete años, pero esto se está estrechando hacia ti, y tienes que recorrer cada etapa en una forma contraída. Aunque os sea ordenado que atraveséis la etapa de siervo de siervos a través de toda vuestra vida, estáis impelidos a hacerlo. En la etapa de siervo, en la de hijo adoptivo, habéis de hacer lo mismo. Entonces, ¿cuándo se supone que nacen los verdaderos hijos? Solo pueden venir tras haber ido a través del nivel mundial. Solamente tras ir a través del nivel del mundo podéis alcanzar el nivel de Dios. A costa de nuestras vidas hemos de conseguir restaurar el mundo entero. A menos que hagamos eso, no podemos ir al nivel de Dios, donde podamos encontrarlo y disfrutar nuestras vidas con él; por ello queremos acortar el período, y debemos esperar más durezas frente a nosotros, con el fin de hacer que el día llegue más rápido.
Tras conquistar el nivel de América, entraremos en el nivel mundial de la providencia y seremos capaces de encontrar a Dios tras ir a través del nivel mundial. Después de que hayamos restaurado a una nación pagando la indemnización, en la campaña a nivel mundial, vamos a pagar indemnización en el nivel individual, familiar o nacional. Lo que tendremos que pagar es la indemnización en el nivel mundial de cosas. Ese es el pasado de nuestra vida humana en el Movimiento de Unificación, en donde todos deben de ir a través de las mismas cosas, la misma fórmula.
América es una nación independiente en el nivel de Caín. Pero nosotros somos la gente para ser independientes como una nación o como una tribu en el nivel de Abel. Siendo el Cristianismo la ideología fundadora de América, ésta nación ha sido puesta en la posición conductora del resto del mundo. Pero después de realizar nuestra misión, vamos a estar en la posición de tribu directoria, de nación dirigente, no solo del mundo sino también del cosmos, incluido el mundo espiritual.
Después de la perfección como nos enseña el Principio, no habrá caída de ningún modo. Así pues, en el mundo perfecto disfrutaremos felicidad a través de la eternidad. En nuestra vida humana en esta Tierra, tenemos que ir a través de indemnización. Después de pasar el nivel del mundo, encontraremos a Dios y disfrutaremos vida eterna. ¿Preferiríais tener la meta en el camino, sin tener que pagar la cantidad de indemnización? Pero ahora para nosotros no hay tal camino posible para atravesar el límite. Sabéis que queréis pagar la cantidad menor de indemnización que sea posible. Pero entonces lo que encontráis en el otro lado estará en proporción a la que habéis pagado. Cuanta más cantidad hayáis pagado mayor será la felicidad concedida. En proporción a lo que hayáis pagado disfrutaréis en los últimos días. Entonces debéis estar dispuestos a pagar la mayor cantidad de indemnización. Entonces nunca perderéis. Debéis ser capaces de hacer cosas mayores que Jesucristo mismo. ¿Es verdad? Si.
Debéis estar confiados a hacer el trabajo en la tierra. Pero si no puedes realizar tu misión en la etapa de siervos de siervos, debes resolverte a ser nacido de nuevo, a ser resucitado, a realizar el siguiente nivel de cosas. Si mueres allí, debes estar determinado a ser resucitado para realizar lo que fue dejado incumplido, hasta el fin.
Entonces incluso Satán te abandonará, porque sabe que si te mata en la etapa de siervo de siervos, tú serás resucitado para llevar a cabo el siguiente nivel de restauración. Si allí eres matado, tú aún querrás ser resucitado para llevar a cabo los trabajos pendientes.
Así, incluso Satán abandonará en matarte. Incluso Dios no puede sino reconocer eso. Si Dios puede reconocer tu potencial, de ese modo Satán no puede torturarte nunca más. Para ti en ese caso no hay nada más que victoria al frente. Serás bendecido por Dios y heredarás lo que ha sido acumulado por tus predecesores. Tarde o temprano vas a morir. Y si de todas formas vamos a morir, por qué no pagar la cantidad de indemnización para la etapa de siervo de siervos, etapa de siervo, hijo adoptivo y verdadero hijo, todo junto, si estuviera permitido. Si pudiera ser, querríais morir como verdaderos hijos e hijas de Dios. Para hacer eso debéis primero negaros a vosotros mismos y abandonar vuestra vida por la causa, y viviréis. Eso es por lo que Jesús dijo: "Si perdéis vuestra vida la ganaréis y si quisiereis ganarla la perderéis”.
Con el fin de hacer resucitar  tu vida, tú debes pagar  tu vida por la resurrección, con el fin de que ganes amor eterno, debes sa­crificar amor efímero y temporal del mundo. Debes de ser capaz  de des­cartar a tu propia nación en el nivel mundial. En una palabra, en re­sumen, nuestra vida humana en la providencia de Dios es perder lo mejor y amar lo máximo y ganar lo máximo y mejor en la vida futura. Esa es la vida humana en nuestro nivel. ¿Podéis entonces alcanzarlo? Si.
Si estáis destinados a perder la vida mundana, entonces, ¿no estaríais dispuestos a perderla de una vez? ¿Del mejor modo, lo más pronto posi­ble? En vez de poner vuestra energía, nuestro poder humano en una pe­queña cantidad cada vez, si vamos al campo de batalla con todos nues­tros esfuerzos, con todos los miembros movilizados en todas las nacio­nes y en todo el mundo, ¿no vendría el éxito antes de lo esperado? Si Bien, hay un vasto número de nuestros miembros en todo el mundo, pero lo que Dios está buscando es el lugar en el que se haga los esfuerzos concentrados, para que la forma comprimida de indemnización sea pagada allí. ¿Dónde puede ser eso entonces? ¿Dónde?  “Nueva York”. Al menos es en alguna parte y vosotros queréis en Nueva York. Nueva York es el verdadero lugar, la confluencia contraída de la nación en­tera de América, y la figura central de nuestro Maestro de Corea está aquí, y Mr. Kamiyama de la nación Eva de Japón está aquí, y toda la cooperación de los miembros americanos, que están en la posición del arcángel están luchando juntos. América necesita al Japón, Puede que todos los miembros dirigentes del movimiento americano hayan pensado que podían estar mejor sin  Mr. Kamiyama, querrían que se fuese de este país. Puede que algunos hayan pensado así.
Los miembros directivos en los cuarteles de Washington moverían así sus cabezas al pensar, querrían que Mr. Kamiyama se fuese.
Estoy pensando en mover a todos los centros a Nueva York. Así podré colocar a todos los miembros de los centros bajo Mr. Kamiyama. El dijo que podía hacerlo hasta que los miembros americanos se sientan humildes.
Hay una razón por la que pongo a Mr. Kamiyama en esa posición. El verdadero nombre de esta persona es Kamiyama, que significa en japonés, Montaña de Dios. Es simbólicamente de mucho significado. Su nombre viene en conformidad con Dios y con su voluntad. Mr. Kamiyama tiene las calificaciones como persona. El es nacido con el corazón y celo hacia Dios. Si miras a sus ojos lo verás. El es un hombre de voluntad de hierro. El nunca será derrotado por nadie. No sólo eso, cuando él te conduce con dureza en la calle, llora interiormente. Derrama lágrimas. Eso es por lo que traje a Mr. Kamiyama del Japón.
Siendo Kamiyama la persona representativa en la providencia de Dios, lo que sucedió tan pronto como llegó a este país no fue precisamente persecución, sino el ser pataleado por los miembros americanos. Pero él debe saber y yo pienso que puede haberse dado cuenta de que yo he estado enfrentado lo mismo, al comienzo, cuando revelé aquí mi estrategia. No me creerían los miembros directivos de los centros. Pensaron: "El Padre no conoce la situación en América. El no puede llevarla” Ellos pensarían: "Debemos esperar y ver. Miraremos lo que va a hacer".
El 1 de Julio de 1.973 cuando dirigí la celebración del día de la victoria, la gente vino a reconocer mi capacidad. En el día de la victoria, nuestra capacidad fue reconocida. Desde el comienzo así mi discurso en el Carnegie Hall hasta ahora que voy a concluir con mis discursos de este año, han pasado aproximadamente un año y dos meses. Nos hemos elevado a ese estándar.
Cuando Mr. Kamiyama llegó por primera vez a Nueva York, en los primeros meses estoy seguro que querría volver al Japón. Le dije que esperase, y verá los días en que aquellos que pensaron mal de él, vendrán a arrodillarse ante él. Yo haré que suceda. Eso es lo que está sucediendo ahora. Le ordené que llevase el Carnegie Hall y luego el Madison Square Garden. Y ha realizado el trabajo por su habilidad.
Aún recuerdo que el Carnegie Hall estaba completamente lleno de gente. Pero él pensó que su expectativa era traicionada y que no estaba lo bastante lleno de gente. Pero él pensó que esto y vino a mí y lloró a voz en grito. Aún recuerdo eso. Y en ese momento decidí en mi mente que él  podía conquistar la meta la próxima vez. El podía llenar el Madison Square Garden, lo sabía, estaba confiado. Y eso sucedió y fue realizado. Yo estaba determinado a verlo danzar y reír ante mi después de Madison Square Garden, pero no lo hizo. Tal vez lo hizo en su propia habitación.
Bien, desde el Carnegie Hall hasta el Madison Square Garden las etapas de formación y crecimiento han sido cubiertas por la cooperación de Corea y Japón. Para la etapa final podemos dejarlo todo solamente en las manos de los miembros americanos. Están convencidos de conseguir el triunfo. Ese es el camino de restauración a través de indemnización.
Estas etapas son cuatro niveles: primero, Carnegie Hall, segundo Madison Square Garden, tercero Yankee Stadium, y cuarto y último Washington Monument, al rally en frente al Monumento a Washington con la asistencia de medio millón de personas. Entonces el Padre ha­brá erigido el nivel mundial. Entonces lo que hayamos conseguido en América será conectado al fin del mundo.
El próximo año, serán enviados a los países orientales y a Europa, 360 miembros de un grupo móvil internacional, como extensión de la gira del Día de la Esperanza. Tal vez el día final el Padre aparezca en el estrado a hablar. Y entonces en la Celebración de la Vida, ellos prepararán mi venida para el tercer y último día. Ellos allanarán el camino para que yo aparezca ante la nación. Entonces haciendo un trabajo antes del tiempo en que yo hable a la gente, tocaré los corazones de las personas muy fácilmente. Entonces estamos en lo alto de la conjunción, desde donde vamos a ir más allá del nivel de la nación al nivel del mundo. En ese nivel estaremos pagando la indemnización de Dios. Entonces debes estar agradecido por lo que vas a hacer, por lo que estarás empujado a hacer.
Después de nuestro tercer curso de siete años, después del año 1.981, podéis pintar como va a ser el mundo, todo cambiado por nuestras manos. ¿Estáis confiados de vencer esta batalla? Si. Es una vida maravillosa la que vamos a llevar de ahora en adelante, y debéis conocer la bendición de haber nacido en ésta era para hacer éste trabajo. Sois más grandes que aquellos que nacieron en Israel hace 2.000 años como nación escogida.
Estad determinados a ser una bala para atravesar a todas esas personas de un golpe, atravesando en zig‑zag a todos esos millones de personas.
Es algo así como una bala eterna. Estáis flotando en el aire. No hay ningún estrato pesado o atmósfera, donde no se siente peso alguno. Entonces es posible que la bala siga y siga sin parar nunca o no habrá ningún obstáculo para impedir que la bala vuele. Debéis estar de esta forma determinados y confiados. Todo lo que vaya contra vosotros lo atravesaréis.
Si la bala viene a mi ¿qué haré? Haré que me atraviese, que atraviese a Dios. Lo derribará y Dios no estará enfadado conmigo. Yo no me voy a disgustar contigo.
Estamos viviendo en una era maravillosa. Tú como ser resucitado, renacido en el nuevo mundo, tendrás que cambiar el mundo, el destino del mundo. Debemos darnos cuenta de la bendición de vivir en ésta era, en este mundo bajo la voluntad de Dios. Creo que haré un breve reportaje de lo que sucedió en Londres.
Llegamos en la tarde del 21 de Noviembre. La mañana siguiente a las 10:50, el Padre iba a dar el discurso como fundador de la Conferencia Internacional de la Unidad de las Ciencias. Lo que esta vez fue diferente de las conferencias previas es tan solo lo que el Padre trató. En la primera conferencia dio una charla corta. Fue aceptada mayormente por nuestros miembros. Y ¿sabéis? , estábamos anonadados por su forma de presentar la charla. Era inteligible, y nuestros miembros estaban muy felices de encontrarlo dando el discurso de forma  tan inteligible.
La segunda conferencia fue celebrada en Tokio en 1.973, creo que en Abril. Hubo controversia esa vez centrada en la persona del Rev. Moon. Algunos científicos estuvieron en contra de que el Padre diese el discurso en el estrado. Estuvo al borde de no dar el discurso. Al final le fue permitido el darlo. Pero era un discurso preparado y el contenido era muy bello y conmovedor. Y algunas de las personas reconocieron su discurso como grandemente enternecedor. Pero la mayor parte de los otros fallaron en reconocer su capacidad e iniciativa como fundador de la conferencia.
El maestro de ceremonias estaba ya en el púlpito, y en la mesa preparada estaba el Padre, en el extremo derecho. Lord Adrián, un noble que conquistó el Premio Nóbel, estaba en el medio. En la parte izquierda estaba Mr. Samada de la Universidad de Tokio, quien iba a dar el discurso de apertura.
Lord Adrián, en vez de dar los saludos, alabó al Padre una y otra vez, y él estaba sorprendido, creo que algo le movió espiritualmente. Podéis ver en el manuscrito cuán grandemente alabó la iniciativa del Padre de impulsar esta conferencia sobre la Unidad de las ciencias. Después de que Lord Adrián ensalzase al Padre, dijo: "Se nos fue mostrada la dirección mientras que todos los científicos han estado buscando en campos estrechos de sus respectivas búsquedas. Pero ellos están ahora en un final de muerte. Sin encontrar un pasadizo no saben a dónde ir ahora. Están paralizados. Pero el Reverendo Dr. Moon, dijo, nos dio una dirección y una esperanza de como todos los campos de búsqueda se unirían y ensamblarían como partes para hacer el todo, y trabajarían por el beneficio de la humanidad”. Y continuó el Padre e inspiró a todas las personas para de nuevo ser tocadas por su discurso. Todos ellos tenían el manuscrito en sus manos, porque nosotros teníamos el manuscrito impreso.
Después de la conferencia del primer día, después de su discurso, vino la hora de la comida. Y nuestro Padre dio una Conferencia exclusivamente para nuestros miembros en la hora del almuerzo. Así que él volvió. En el segundo día echó de nuevo un vistazo a la conferencia, y cuando estaba sentado en la Suite del Royal Lancaster Hotel, donde era celebrada la conferencia, cada erudito, profesor y científico quería verlo personalmente.
Un hombre llamado Lord Sir E. B. Chain I, otro conquistador del premio, tenía la reputación de no hablar nunca bien de otras personas. Pero vino a él y lo alabó y felicitó por mostrar la guía después de tantos años de búsqueda.
El Padre me recordó que os dijese cuántos había reunidos, había 120 profesores, eruditos y científicos. Y de entre los 120, casi 20 eran galardonados con el Premio Nóbel. Era excepcional y la gente estaba entusiasmada al verlo. Y yo creo que la media, manejará los artículos y escribirá buenos artículos para nosotros.
En nuestro segundo día, el Padre cenó con los profesores y eruditos coreanos que asistieron a la conferencia. Nosotros tuvimos una charla en la suite del hotel. El Padre habló largo tiempo. Estaban entrando ya en el hall de la conferencia, pero todos los eruditos coreanos estaban intoxicados por el discurso del Padre y querían oírlo. Odiarían abandonar el lugar, y el Padre habló y habló, y como es normal monopolizó la charla y la conversación. Finalmente habló acerca de nuestro movimiento y advirtió sobre él. Fueron iluminados de tal modo que pensaron que la única forma de poder trabajar con nosotros como eruditos y científicos, sería estudiando ésta ideología de Unificación para iluminarse a sí mismos, de forma que pudiesen trabajar por la meta final de toda la humanidad. Se resolvieron a cooperar con nuestro movimiento cuando volviesen a Corea.
De vuelta en el centro, tenía lugar encuentro tras encuentro. Estaban reunidos algunos representantes de 21 naciones, de países tan lejanos como Nueva Zelanda y Escandinavia, Italia, Grecia, Austria, Holanda, Francia, Alemania, escucharían al Padre y el Padre les introduciría orgullosamente en lo que ha tomado lugar en América. El estaba orgulloso de lo que había hecho. Hablé de lo que ha sido hecho en América en menos de dos años, y dijo que nuestra fama está extendida por todo el país, no solo en América, sino casi por todo el mundo. Entonces sería fácil para ellos el realizar su misión. Así que han de realizarla por lo menos en tres años para que la gente de su país conozca el movimiento por todos los rincones. El tercer día el Padre habló exclusivamente de la misión del Mesías, qué significa realmente la misión del Mesías y quién es él como Mesías.
El mensaje estará en cintas de casete con todas estas cosas y lo oiréis en días venideros. El, por último dijo esto como que tal era la misión del Mesías para las respectivas naciones bajo vosotros. Debéis y seréis capaces de salvar a vuestras respectivas naciones si es posible en un año, pero como más largo en tres años, para hacer que la presencia de nuestro movimiento se sienta en cada rincón de la naci6n. Y ellos estuvieron determinados a resolverlo. Y alzaron sus manos en señal ante Dios. Estaban todos encendidos y desbordaron celo para gritar ¡Mansei! ante nuestros Verdaderos Padres.
Bien, brevemente es eso lo que sucedió en Londres. El último día de la conferencia sobre la Unidad de Las Ciencias, el Padre era requerido en la recepción. El Padre y la Madre tuvieron que permanecer de pie en la recepción dando las manos a cada erudito, científico y profesor. Estaban muy dichosos de encontrarlo en persona y querían hablar unas pocas palabras con él. Llevó muchas horas el darse las manos.

Tras eso, volvió y tuvo otra reunión con nuestros miembros por la tarde, con todos nuestros líderes nacionales; con todos los eruditos y científicos que asistieron a la conferencia fuimos a ver una ópera famosa en Londres. Allí concluimos la tercera tarde. A la mañana siguiente hubimos de partir en el primer avión a Seattle.

No hay comentarios:

Publicar un comentario