sábado, 21 de enero de 2017

Victoria y derrota en el momento presente

Victoria y derrota en el momento presente
5 de diciembre de 1971
Seúl, Corea
Reverendo Sun Myung Moon 

Mucha gente a nuestro alrededor está desconsolada, otras muchas no lo están. Nuestras familias, ciudades, y naciones o bien están afligidos o no lo están. Algunos progresan mientras que otros no, hay quienes ríen y quienes lloran. Desde esa perspectiva, todos somos diferentes, sin embargo, todo el mundo siente tristeza y soledad y busca la integridad.
Asimismo, todos buscamos la alegría, la gloria y la felicidad. Lo mismo vale para cada familia, sociedad y nación. Todo el mundo trato de evitar el dolor, la pena. Con el fin de encontrar la gloria, todo el mundo está dispuesto a pasar penurias.  Lo mismo es verdad para el mundo. Si existe un ser que lo controla todo, definitivamente debe sentir igual que nosotros.
El amor no debería haberse dado en un entorno de soledad o sufrimiento, sino en un ambiente libre y glorioso. El corazón de Dios es tal que quiere dar Su Amor supremo en ese ambiente receptivo. ¿Hay alguien en la tierra que pueda hacer esto? Debemos pensar en ello. El máximo amor no se debe dar sólo a cierto individuo, sino se debe dar más bien a familias, y al mundo entero. Esa es la esencia del amor. La naturaleza del amor es tal que prefiere ser dado a dos personas que a una, a tres que a dos y mejor aún a diez. Por ello, la fuerza del amor prefiere abarca al mundo antes que a la nación. El amor funciona de esa manera. Por tanto, el amor puede fluir a los seres humanos en la tierra.
El objetivo último del amor debe ser el más grande. Unos padres con muchos hijos pueden entender este corazón tan profundo. Pensar que sólo tu y no el resto del mundo debe recibir amor es destructivo.
El deseo de Dios no se confina a cierto individuo. El Cielo mira por el colectivo, de ahí la distinción entre la vida pública y la vida privado. La vida pública es por el bien del conjunto. Por ello, servir las expectativas del colectivo es llevar una vida pública. La auto-satisfacción no puede perdurar, será desalojada por el deleito del colectivo. Pienso que Dios es así. Los sabios son por tanto aquellos que no sólo viven para el presente sino también para el futuro. De ahí viene la necesidad de la fe. Una ves que tienes fe, puede haber esperanza.
Las victorias no deben limitarse al individuo, deben ser para el conjunto. No es bueno pensar que tú eres tú y yo soy yo. La verdad es que tu eres yo y yo soy tu. Debemos lograr ese nivel de conciencia. La victoria individual sólo trae deleito individual. A la contraria, si la victoria individual es dedicada al colectivo, pertenece al colectivo. Por tanto, el sacrificio individual puede originar la victoria pública. Nuestro pensamiento debe ser que sólo después de que la nación entera de 30.000.000 coreanos sonríen, nosotros podemos sonreír. Cuando mayor el grado de sacrificio, tanto más valor tendrá. Siguiendo este principio, el mundo puede prosperar.
El sacrificio por los demás siempre acompaña el camino del amor. No hay otra fórmula para andar el camino. No podemos deleitarnos como individuos. En ese sentido, la victoria no puede ser sólo para el individuo. El individualismo no debería existir en la religión. Por supuesto que existimos como individuos, pero como tales debemos que existir por el bien de la nación y del mundo. Esto debe estar claro para nosotros.
Sed personas públicas
Los individuos deben representar al mundo. Por tanto, los individuos deben vivir por el público. De esa manera el amor de Dios puede expandirse infinitamente. No debemos vivir sólo por el bien de la iglesia de unificación, sino también por la nación y el mundo. Debemos andar este camino aunque significa sacrificarnos. Los individuos deben vivir así. ¿Quieres ver un precioso amanecer solo? En lo más recóndito de tu corazón te gustaría que todo el mundo vea algo bonito. El eterno Reino de los Cielos no puede existir dentro de un individuo. Sólo puede existir en el contexto del todo. Por esa razón las religiones, especialmente el cristianismo, son fuertes. Nadie puede quitarles su fuerza.
No hace falta decir que no es fácil seguir un camino religioso. Debes convertirte en una persona miserable. Curiosamente, la historia humana progresa mediante tales personas miserables. Debemos tener las ambiciones más elevadas. Incluso puedes colapsar como individuo con la esperanza de que tu situación creara un desarrollo. Si la iglesia de unificación no sirve al mundo, la iglesia perecerá. De esa forma debemos establecer un nuevo mundo civilizado, un nuevo pensamiento civilizado. Debemos crear un pensamiento que represente el cielo y la tierra. Si lo logramos, aunque el cielo y la tierra perezcan, la ideología permanecerá eternamente.
Debemos saberlo claramente. Debemos soportar la situación miserable y luchar hasta que veamos a las 30.000.000 de personas de nuestra nación victoriosas. No podemos eludir el camino aunque nos lleva a la muerte. Si tenemos esa convicción, viviremos.
A primera vista, la iglesia de unificación parece andar el camino de la muerte.  La razón radica en que nuestra iglesia vive por el bien de la nación. No podemos abandonar nuestro país cuando éste puede perecer. Debemos hacer todo lo posible para trabajar por la nación. Debemos llegar a ser el centro de actividades para la nación entera. De otra forma, pereceremos. Estamos en la encrucijada donde se determina si seremos perdedores o ganadores. Lo determinamos en este preciso momento, no dentro de diez años.
No podréis ser victoriosos si no superáis el momento actual. Los que no puedan conquistar el presente, no podrán ganar la victoria en el futuro. Para liberar a Dios debemos solventar la situación del presente. Debemos, por tanto, ser victoriosos ahora. Debemos ser claramente concientes de cuanto el destino de Dios depende de nosotros.
Debemos salvar la nación y el mundo. También debemos salvar a Dios. Este tipo de victoria para la humanidad no puede lograrse saetado en una habitación confortable. Sería difícil para nosotros sentir un día alegría si vivimos cómodamente.
No nos peleemos con las iglesias establecidas, concentrémonos más bien en implantar el Reino de los Cielos en la tierra, que es también su deseo. ¿Se ha realizado ya el Reino de los Cielos? No, todavía debemos construirlo. No podemos pararnos o frustramos.  Debemos vivir por algo mayor que simplemente nuestras familias. No podemos quedarnos estancados donde estamos ahora.  En vez de preocuparnos en salvarnos a nosotros mismos, debemos salvar a la nación y al mundo. Necesitamos pensar de esa manera. Debemos ir adelante aunque pasemos hambre. Hagamos lo que nos toca hacer aunque pasemos dificultades. Andemos junto con la historia, creamos una nueva historia.  Seamos activos, por el bien del propósito, de la angustia y de la dignidad del Cielo.
Estamos marchando hacia delante. No podemos dormirnos. Debemos unirnos con aquellos que están luchando por el beneficio del mundo. Así nos daremos cuenta de que no estamos solos en la lucha. Estamos luchando verticalmente con los santos en el mundo espiritual. Por supuesto que la batalla no es fácil, es una lucha dura. Que alguien viva en este mundo no significa que vive sólo para si mismo. Pertenece a la familia y a la nación. Así es por lo menos en el mundo democrático. Vivimos rodeados de familias y de la nación, pero ahora los individuos son el centro, con la providencia de Dios rodeándonos. ¿Qué familia y qué nación son el centro? Nadie lo sabe, realmente la gente no lo sabe. ¿Entonces, quién lo sabe?
De acuerdo a la Biblia, sólo el Padre Celestial lo sabe. El centro de la providencia de Dios, que sólo Él conoce, es el Señor de la Segunda Venida. Por ello, todo el mundo está destinado a unirse con este individuo y su familia, y vivir con él. Centrado en este hombre, todo el mundo se dará cuenta de lo que es bueno y lo que es malo. Por tanto,  debemos unirnos con ese centro y esforzarnos al máximo por erradicar el mal. Debemos ser entrenados. Dependiendo de si lo hacemos o no los individuos, las naciones y  la humanidad vivirán o morirán. Todos los seres humanos deben abandonar el mundo malo y unirnos con este centro del bien. El Señor de la Segunda Venida sabe con exactitud si el Reino de los Cielos perecerá o no o si será el mundo satánico el que perecerá o no. La razón estriba en que él conoce todos los secretos del Reino de Dios y del reino de Satán.
Si deseáis construir el Reino de Dios, no podéis pensar en quedaros con Satán. Si vives por el propósito de Dios, debes absolutamente superar el mal. Jacob luchó por 21 años y derrotó a un ángel. Después de eso, recibió el nombre de Israel, que significa vencedor. Cualquiera que desea establecer el Reino de Dios debe ir por este camino. También Moisés luchó por este propósito 120 años. Debemos realizar el deseo de Dios antes de que Él golpeé la fuerzo del mal. ¿Si Dios puede manejar el mal por Si Mismo, por qué necesitaría la ayuda del hombre? Debemos, por tanto, representar a Dios, destruir el mal, y hacer surgir el día de la victoria. No podemos perecer.
¿Qué hubiera pasado si Jacob, a lo largo de su lucha con el ángel, hubiera pensado que ya no podía luchar más, queriendo que alguien le ayudara?   Habría defraudado a Dios.
Pero Jacob luchó él sólo y ganó la victoria. Por eso recibió el nombre de Israel. Para ganar está victoria, su cadera fue quebrada. Recordemos que Jacob luchó con el ángel a riego de su vida. No desistió hasta no obtener la victoria. Seamos nosotros también así de fuertes.
Debéis vencer a Satán
Para poder entrar en el Cielo, tendremos que demostrar que hemos vencido a Satán. No entraremos en el Cielo sin este tipo de certificado. Al intentar vencerle,  Satán no se deja, al contrario, él se resiste y opone hasta el final. Dios se preocupa mucho viendo la resistencia de Satán. Yendo por el camino de Dios nos topamos con cantidad de dificultades. ¿Habéis visto alguna vez dar a luz a una mujer? Cuando una mujer alumbra, lo hace con el mayor esfuerzo, dispuesta a dar su vida. Nosotros, los miembros de unificación, nos encontramos en esa situación, y no podemos echarnos atrás.
Ahora los americanos están diciendo que retirarán sus tropas de Vietnam y de Corea, pero nosotros no debemos echarnos atrás. Muy al contrario, debemos estar dispuestos a arremeter contra el enemigo. ¿Por qué queremos derrotar al enemigo? Porque queremos animar a Dios. Él ha lidiado por seis mil años para echar fuera a Satán. Pero no lo lograremos por nosotros mismos. Es imposible hacerlo solos. Para derrotar al enemigo de Dios debemos unirnos con una nación.
Debemos vencer al comunismo, y sólo el pensamiento de unificación lo puede hacer. ¿Quién puede negarlo? No podemos resignarnos hasta el día en que vemos la derrota del comunismo. Satán, quien trato de impedir un futuro glorioso, debe ser revolcado. Con ese propósito, ahora nuestra táctica es rodear el enemigo. Para hacer eso, estamos pagando gran cantidad de sacrificio. Todos debéis estar preparados ya que nos toca pasar una guerra severa. Debemos ser victoriosos en esta situación miserable. ¿Quién será el primero en alegrarse cuando en el futuro el lado de Dios traiga la victoria? Ciertamente será el Revdo. Moon. ¿Por qué?  Porque el Revdo. Moon no ha sido capaz de reconciliar el sueño debido a esta batalla. El que siente más alegría al surgir la victoria es la persona que más ha sufrido.
En absoluto no podemos ser perdedores. Mis oraciones, en consecuencia, son muy serias. En ese sentido, vuestras oraciones y las mías difieren. ¿Cuándo el destino del mundo entero está en juego, cómo podemos pensar en nuestra propia situación? La iglesia de unificación no debe perecer. Debemos luchar con valentía  para hacer sobrevivir esta nación de 30.000.000 de personas. Si os detenéis debido a vuestras circunstancias personales, acabaréis siendo perdedores. Ese pensamiento es la más temible. No podéis hacer algo así. Esta debe ser nuestra determinación. De todas formas, nos toca acometer contra y parar al enemigo. Debemos estar dispuestos a morir. Cuando empecé este camino estaba listo para morir. Me lamento de que no a lo largo de mi vida no he tenido una experiencia militar. Pero creo que soy una persona valiente siempre dispuesta a sacrificar su vida e ir a la primera línea por la causa del bien  
¿Quién hizo la iglesia de unificación? ¿Quién creó la fortuna y el destino de la iglesia de unificación? ¿Vosotros? ¿Lo hizo la historia? Lo hizo la historia, no vosotros. Debemos saber claramente que podemos trabajar sólo sobre el fundamento de los grandes santos del pasado que se sacrificaron derramando lágrimas por miles de años. Este es el camino de la iglesia de unificación.
Debemos llegar a ser los sujetos o los símbolos de la historia. Si tenemos que resolver estos problemas difíciles debemos convertirnos en colaboradores y luchar. No podemos hacer eso cruzados de brazos. Los que arruinan la esperanza bonita de la historia siendo holgazanes serán dejados atrás para siempre. No dejemos que eso ocurra. Cuando vemos la iglesia de unificación desde una perspectiva histórica, nos percatamos de que este tipo de fenómeno nunca ha pasado antes y nunca pasará en el futuro. ¿Qué ha estado buscando la humanidad hasta el momento?  Su meta es encontrar a los Verdaderos Padres.
Debido a que la humanidad no ha tenido Verdaderos Padres, tuvo que sufrir miserablemente a lo largo de la historia. La idea cristiana del Mesías sólo necesita a los Verdaderos Padres para completarse. Incluso las otras religiones han esta en búsqueda de los Verdaderos Padres.
El cristianismo realmente espera a los Verdaderos Padres
Se me lama Padre en la iglesia de unificación. En Corea del Norte comunista, Satán trata de hacer lo mismo. Allí, se le llama padre a kim Il Sung .Corea del Sur es tan preciosa porque los Verdaderos Padres han venida aquí, pero no puede haber dos padres. ¿Entonces, cómo elegir a los Verdaderos Padres? no puede haber dos pares de Verdaderos Padres. Sólo puede haber un par de Verdaderos Padres. Los únicos Verdaderos Padres de la humanidad son la esperanza y el nuevo punto de arranque de la historia. Por eso, debéis conocer cada detalle del corazón de los Verdaderos Padres y uniros con ellos.
¿Qué tipo de actitud deben tomar los Verdaderos Padres hacia los hijos? Debido a que los hijos son buenos hijos sacado del mundo satánico, los Verdaderos Padres deben encontrarse con ellos con el amor infinito de Dios. La actitud de los Verdaderos Padres hacia sus hijos debe ser distinta del amor que los padres de este mundo dan a sus hijos. También De parte de los hijos también debe existir una actitud básica de servicio de los hijos hacia los Verdaderos Padres. Debéis llegar a ser los campeones de piedad filial como los hijos representantes de todas las naciones del mundo. Si intentáis escapar de esa responsabilidad seréis recordados con lamento por las generaciones futuras. Pero si emergen hijos de piedad filial dispuestos a servir a los Verdaderos Padre y que se unen los unos con los otros, nunca perecerán.    
Vosotros sois personas con ese tipo de calidad de corazón. Desafortunadamente, no podéis hacer lo que os apetezca o decir todo lo queráis. En estos momento, ese tipo de libertad no esta permitida. Yo mismo, La cabeza de  la iglesia de unificación no tengo permiso de decir lo que quisiera. Cuando rezo, digo:”Padre Celestial” y luego, no puedo decir nada más. Y así paso toda la noche. Mi pena es tan grande que no puedo mirarle al Padre Celestial a la cara y no puedo orar. Me siento apenado por Él, pero vosotros pensáis de manera muy distinta. Muchos estáis orgullosos de vosotros mismos. Muchos tratáis de promoveros, pero eso no es nada bueno. Un hijo de verdadera piedad filial no debe decir nada. Sencillamente estaría callado, cumpliendo su propia parte de responsabilidad  viendo con respecto a los Verdaderos Padres. De otra manea, no podéis llegar a ser hijos de piedad filial.
En la iglesia de unificación tratamos ser de esta manera. El mundo nos considera por el momento herejes, pero llegará el día en que la gente no podrá criticar nada en contra de nuestra iglesia. En ese día la iglesia de unificación será enaltecida.  Por tanto, cada día debéis ser serios. Debéis considerar cada día de vuestra vida como algo muy preciosa. Debéis ser sinceros y estar orgullosos. Puede que, en el proceso de convertiros en hijos de piedad filial, lleguéis a ser inválidos. Pero en el futuro, ese tipo de persona brillará como el sol. Ese tipo de de persona será un foco central. Ese tipo de gloria se obtiene obrando en silencio y sin buscar excusas.
Si se os dice que trepéis, debéis hacerlo. Si se os dice que descendáis, debéis hacerlo también. Nosotros, los miembros de la iglesia de unificación, no debemos hacer excusas. Si todos sois así, la iglesia de unificación absolutamente no perecerá. La situación actual de nuestro país urge mucho. El cristianismo ya había predicho esta situación hace dos mil años. ¿Quién será responsable por la nación? La iglesia de unificación y sus miembros. Suponed que debemos reparar los vestidos de una nación destruida. En ese caso, yo soy la aguja y vosotros el hilo. Los vestidos no pueden arreglarse si el hilo y la aguja no están atados. La aguja no puede hacer nada por si misma. Aunque la aguja es esencia, el hilo es igualmente importante. Debéis entenderlo. Yo y vosotros debemos tener la relación de aguja e hilo y arreglar las prendas de la nación y el mundo arruinados.
Si la nación perece, no habrá lugar para la iglesia de unificación. En este sentido, nos conviene proteger la nación. No debemos temer a los comunistas. Debemos practicar valientemente lo que ya nos henos determinado hacer. No poseemos nada, estamos desnudos. Pero los miembros de la iglesia de unificación podemos vencer al comunismo si hacemos cosas que ni siquiera la nación no puede hacer. El cielo podrá protegernos.  Allí está la clave de la victoria o de la derrota.  Debemos ser soldados para entrever la victoria. No debemos ser perdedores que prueban la tristeza. Desde esta perspectiva debemos analizar y criticarnos, y estar dispuestos a superar dificultades para ganar la victoria. Si siempre os preocupáis por la nación, no podéis remediar sentiros angustiados.

Si os preocupa la nación y le mundo desde el fondo de vuestro corazón, debéis amar a la república de Corea y al mundo más de Corea más de lo que me amáis a mí. No debéis ser personas que no cumplen su parte de responsabilidad. Por esa razón, debemos doblar nuestros esfuerzos. No debemos perecer. Debemos vencer todas las dificultades que enfrentamos hoy. Se debe movilizar todo por la salvación del mundo. Por supuesto, necesitaremos dinero y vendrá un tiempo en que necesitaremos materias. No obstante, debemos arremeter valientemente. Vaya donde vaya, siempre oraré por vosotros. Por tanto, por favor, superad siempre  las tribulaciones del momento.

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