SECCION VII
El Desarrollo de la Historia desde el Punto de Vista de la Providencia de la Restauración
Como
ya hemos visto en «Los Principios de la Creación», el Reino de los
Cielos en la tierra es un mundo hecho a imagen del hombre perfecto.
Por lo tanto, el mundo caído puede ser considerado la imagen del
hombre caído. Podemos comprender de esta manera, el movimiento del
conjunto de la historia mala de la humanidad observando la vida del
hombre caído.
No
podemos negar el hecho de que el hombre caído posee la mente
original encaminada al bien, y la mente mala encaminada al mal en
rebelión contra las órdenes de la mente original, en constante
conflicto la una con la otra. Ni podemos negar que las buenas
acciones que siguen a las órdenes de la mente original y las malas
acciones que siguen a las órdenes de la mente mala están también
en conflicto entre sí en un mismo cuerpo.
Por
consiguiente, la sociedad humana, donde los individuos tienen amargas
luchas en sí mismos y viven en relaciones horizontales
desarmoniosas, es una sociedad de lucha y conflicto. La historia
humana no es sino la vida social de los hombres entretejida con
luchas, fluyendo verticalmente y cambiando constantemente a medida
que pasa el tiempo. Naturalmente, esta historia debe desarrollarse
necesariamente con luchas y guerras.
No obstante,
en medio de la batalla constante entre su mente original y su mente
mala, el hombre está siempre luchando para seguir el bien rechazando
el mal. Por ello, sus acciones también toman gradualmente la
dirección de la buena conducta, oponiéndose a la mala conducta.
Aunque
el hombre cayó, la mente original actúa encaminándolo hacia el
bien. Por lo tanto, puede participar en la providencia de la
restauración de Dios, cumpliendo gradualmente el propósito del
bien.
Por
consiguiente, es
evidente que la historia hecha por tales hombres, ha estado
dirigiéndose hacia el bien rechazando el mal, aunque está sumergida
en el torbellino de la mezcla del bien y del mal. Por lo tanto, el
mundo último hacia el cual está dirigida la historia no puede ser
otro que el Reino de los Cielos, en el que se realiza el propósito
del bien.
Por esto debemos
comprender que las luchas y las guerras son también fenómenos del
curso de la separación entre el bien y el mal, a fin de cumplir el
propósito del bien.
Por consiguiente, aunque
a veces la batalla puede terminar con el triunfo temporal del mal, la
historia seguirá a pesar de todo el curso providencial del
cumplimiento del propósito del bien.
Desde
este punto de vista, podemos comprender que la historia humana se ha
desarrollado hacia el bien repitiendo constantemente el fenómeno de
la separación entre el bien y el mal conforme a la providencia de la
restauración de Dios.
Debido
a la relación sanguínea del hombre con Satanás, este último
realiza por adelantado, centrado en los hombres caídos, un mundo
similar al que Dios piensa realizar en el futuro. Como consecuencia,
la historia humana dio origen a un mundo fuera del Principio según
una pseudoforma del Principio. Por esto, al fin de la historia mala
de la humanidad, el mundo fuera del Principio, centrado en Satanás,
será realizado antes de que Dios restaure el Reino de los Cielos en
la tierra; este es el mundo del comunismo.
Satanás realiza antes que Dios de un modo fuera del Principio lo que
Dios piensa realizar. Vemos por esto que en el curso providencial de
la restauración, las cosas falsas se presentan bajo la apariencia de
verdaderas antes de que surjan las verdaderas. Los versículos de la
Biblia que profetizan la aparición del falso Cristo antes de la
venida del verdadero, solamente pueden ser aclarados por este
principio.
1. EL DESARROLLO DE LA HISTORIA EN LA ERA PROVIDENCIAL DE LA RESTAURACION
La
sociedad que formaron primeramente los hombres caídos fue una
sociedad colectiva primitiva.
Esta
era una sociedad en la que los hombres suplían sus necesidades
centrados en Satanás. Esto fue lo que realizó Satanás de un modo
fuera del Principio antes de la sociedad cooperativa colectiva que
Dios proyectaba realizar centrado en los hombres perfectos.
Si no hubieran habido luchas ni divisiones en esta sociedad de
Satanás, habría continuado para siempre, y la providencia de la
restauración de Dios no se realizaría nunca.
Sin embargo,
como
hemos explicado anteriormente, en cada hombre caído hay dos mentes
en lucha y este conflicto dentro de la mente, al aparecer en las
acciones de los hombres, crea conflictos entre los individuos. Por
consiguiente, la sociedad colectiva primitiva no podía mantenerse en
paz.
Además, como ésta se convirtió en una sociedad en la que los
intereses económicos de la gente diferían entre sí, la lucha se
desarrolló a una mayor escala. Así pues, a
causa de la acción de la mente original del hombre que tendía a
tomar parte en la providencia de la restauración de Dios, se crearon
divisiones por medio de luchas desde los más tempranos días de la
sociedad colectiva primitiva centrada en Satanás.
Observando el curso del
desarrollo de la historia mala de la humanidad centrada en Satanás,
encontramos que a continuación de la sociedad colectiva primitiva,
se formó la sociedad de clan y ésta dio origen a la sociedad
feudal. La sociedad feudal expandió finalmente su territorio y
soberanía para formar una sociedad monárquica. Esto es así porque
Dios pensaba elegir a buenos individuos del mundo del mal y
establecer una sociedad de clan buena centrada en ellos, formando a
continuación una sociedad feudal buena que se convertiría
finalmente en un reino bueno con un territorio y soberanía del bien
apto para recibir al Mesías. Satanás, sabiendo esto por adelantado,
siguió el mismo curso anticipándose a Dios.
En
realidad, Dios llamó a Abraham del mundo malo para que fuese el
centro del bien. Haciéndole multiplicar descendencia con la
capacidad de servir a la voluntad de Dios, El estableció la sociedad
de clan israelita. Más tarde, los descendientes de Abraham fueron a
Egipto y allí se desarrollaron de clan a tribu. Después de su
regreso a Canaán hubo un período de Jueces y la sociedad centrada
en los jueces fue la sociedad feudal israelita.
¿Por qué la llamamos feudal? Las características principales de
una sociedad feudal son, primeramente, su sistema político basado en
la relación de señor y siervo, en la que el siervo sirve y obedece
al señor; y en segundo lugar, su sistema económico de
autoabastecimiento dentro de un territorio cerrado. El período de
los Jueces constituyó una sociedad con estas características. Es
decir, fue asignada una porción de tierra a cada una de las tribus
de la nación israelita, que había vuelto a la tierra de Canaán, y
las tribus formaron una sociedad feudal, centrada en el Juez, que
estaba en la posición de un señor feudal. Por consiguiente,
llamamos a ésta la sociedad feudal israelita.
El carácter
de la sociedad feudal obligaba a su gente a obedecer, en absoluta
sumisión, la ideología y dirección de su señor feudal. Por
consiguiente, mientras que su señor estuviese bajo la voluntad de
Dios, el pueblo estaría naturalmente del lado de Dios. Además,
estando en semejante relación, podían vivir en circunstancias en
las que no sufrían invasión satánica. Por lo tanto, el
significado del desarrollo de la sociedad de clan en la sociedad
feudal era impedir la invasión satánica, llevando de vuelta al lado
celestial las posesiones de Satanás y establecer un mayor territorio
perteneciente a la soberanía divina.
Ya que ésta era la providencia de Dios, Satanás planeó por el
contrario formar una sociedad feudal satánica por adelantado para
mantener su soberanía, puesto que conocía la voluntad de Dios.
La sociedad
feudal surgió con el fin de establecer el fundamento para la
sociedad monárquica, con mayor soberanía y territorio. Es decir,
con
la sociedad feudal israelita, Dios formó pequeñas unidades de
territorio con soberanía, pueblo y economía que pertenecían al
lado celestial, capaces de impedir la invasión satánica. Entonces,
con el fin de fortalecer y extender la sociedad feudal a una mayor
soberanía celestial para su gente uniendo las pequeñas unidades de
territorio, surgió la sociedad monárquica israelita, que constituyó
el período del Reino Unido, comenzando con el rey Saúl.
Como
ya hemos mencionado, Jesús vino como Rey de Reyes (Ap. 11:15). Por
consiguiente, Dios formó la sociedad monárquica israelita con el
fin de proveer el fundamento sobre el cual el Mesías podría venir y
reinar como tal.
Dios
proyectaba establecer según esta providencia la sociedad monárquica
israelita, así que Satanás intentó impedir la providencia de Dios,
formando una sociedad monárquica centrada en él, anticipándose a
Dios. Por esto, vemos
que antes del período del Reino Unido, el reino de Egipto estableció
su primera dinastía del lado de Satanás, más de veinte siglos
antes de Cristo; este reino duró treinta dinastías. El antiguo
reino de Babilonia ya había unificado toda la Mesopotamia, en
tiempos del rey Hammurabi en el siglo XVIII antes de Cristo; y el
reino de los Hititas llegó a ser la mayor potencia en el Oriente
centrado en Siria en el siglo XIV antes de Cristo.
De este modo, en el mundo satánico, de acuerdo con la acción de la
mente original del hombre en correlación con la providencia de Dios,
hay una lucha constante entre un reino con un nivel más elevado de
bondad y otro reino más malo, ocasionándose la separación del bien
y del mal. Por consiguiente, si
en aquel tiempo el rey Salomón hubiera servido a la voluntad de Dios
hasta el fin podría haber unificado todos los países orientales
mostrando su excelente habilidad política, después de haber
absorbido las tres grandes civilizaciones de Egipto, Mesopotamia y
Creta. Además podría haber establecido un territorio mundial
haciendo posible el ideal mesiánico. Sin embargo, debido a la caída
del rey Salomón, Dios tuvo que realizar Su providencia de derribar
esta sociedad monárquica.
De este
modo, los reyes del período del Reino Unido fracasaron en construir
el fundamento sobre el que se restauraría la soberanía de Dios al
establecer el fundamento de fe. Por lo tanto, Dios
dividió finalmente el reino en Norte y Sur. Dios dejó que el Reino
del Norte fuese destruido por la nación gentil de Asiria (Asiria
llegó a ser la más fuerte, erigiendo el primer «Imperio Mundial»,
conquistando la parte central del Oriente Medio incluido Egipto en el
siglo VIII a.C.). Cuando el Reino del Sur, Judá, que había servido
a la voluntad de Dios, se rebeló contra El, Dios los abandonó en
manos de la Nueva Babilonia (después de la caída del Imperio de
Asiria, los caldeos erigieron el reino de la Nueva Babilonia o Reino
de Caldea con Babilonia como capital).
Después
de la caída del Reino de Judá, Dios mantuvo vacante el trono judío
hasta la llegada del Mesías, haciendo que el pueblo judío estuviera
bajo el dominio de muchas naciones gentiles. De modo especial, al
hacer que el pueblo judío perteneciese a la esfera de la
civilización helénica, que tenía que ser el fundamento de la
democracia, Dios proporcionó una sociedad de tipo democrático (en
torno a sus elegidos) para que más tarde, si el pueblo judío
recibía al Mesías en su llegada, pudiese llegar a ser su rey de
acuerdo con la voluntad del pueblo. Sin embargo, ya que la voluntad
del pueblo judío fue crucificar a Jesús en lugar de elevarlo al
trono, el propósito de los 2.000 años de la providencia de Dios
para la restauración, que El planeó realizar centrado en los
descendientes lineales de Abraham, se cumplió sólo espiritualmente.
2. EL DESARROLLO DE LA HISTORIA EN LA ERA PROVIDENCIAL DE LA PROLONGACION DE LA RESTAURACION
(1) La providencia de la restauración y la historia europea
El Imperio
Romano, que había perseguido al Cristianismo, se rindió finalmente
ante el Jesús crucificado a finales del siglo IV y decretó al
Cristianismo como su religión nacional. Sin embargo, si al principio
el
pueblo judío se hubiera unido en la fe y el servicio a Jesús como
Mesías, el antiguo mundo unido del mar Mediterráneo, centrado en el
Imperio Romano, habría sido necesariamente movido e inspirado por
Jesús en su propia vida y se habría construido un reino centrado en
Jerusalén, exaltando a Jesús como rey.
Sin embargo, debido a la falta de fe de los israelitas, la nación
judía fue destruida, y el Imperio Romano, que tenía que ser el
fundamento para el reino del Mesías, comenzó a declinar hasta que
en el año 476 la Roma Occidental fue destruida por Octavio, jefe de
los Hérulos. Así, la
providencia de Dios para la restauración fue trasladada de Judea, la
tierra del amargo pesar, a Europa Occidental, que era el territorio
de Roma Occidental. Por lo tanto, la providencia espiritual de la
restauración por medio del Cristianismo después de Jesús, ha sido
realizada en Europa Occidental como base. Por consiguiente, la
historia providencial de la restauración de esta era se desarrolló
solamente en Europa Occidental.
Por esta razón, el curso del desarrollo de la historia sobre la que
versa el materialismo histórico es aplicable solamente a la historia
de Europa Occidental. De este modo, la historia cristiana centrada en
Europa Occidental se convirtió en la fuente histórica central de la
formación de la era providencial de la prolongación de la
restauración.
(2) Relaciones mutuas entre la historia de la religión, la historia de la economía y la historia de la política
Ya hemos
estudiado en «Los Principios de la Creación» que Dios creó al
hombre con los aspectos duales de cuerpo físico y cuerpo espiritual
con el fin de que pudiera dominar los dos mundos; a saber, el mundo
visible y el mundo invisible. Por consiguiente, si el hombre no
hubiera caído, su cuerpo espiritual y su cuerpo físico podrían
haber crecido y haberse perfeccionado juntos; y su intelecto, ambos,
el espiritual y el físico, podrían haber formado una perfecta
armonía en la vida física del hombre. Sin embargo, debido
a la caída, el hombre cayó en la ignorancia de ambos lados, el
espiritual y el físico. A partir de este punto, la ignorancia
espiritual del hombre ha sido iluminada por la religión, mientras
que la ignorancia de la realidad física ha sido superada por la
ciencia,
como ya hemos visto (ref. Part I, Cap. III, Sec. V, 1).
Como ha sido
expuesto, la
ignorancia espiritual del hombre ha sido superada gradualmente a
medida que se exploraba el invisible «mundo de la causa» por medio
de la religión. Ya que la religión no satisface las necesidades
inmediatas, el desarrollo de la parte espiritual puede ser muy activo
(a pasos agigantados) en personas específicas, pero normalmente es
muy lento en la mayoría.
Podemos ver esto por el hecho de que incluso hoy día, cuando la
religión está mundialmente popularizada, hay mucha gente cuyo
aspecto espiritual no es mejor que el de los hombres antiguos.
Por otro
lado, la
ignorancia física del hombre ha sido grandemente superada por la
búsqueda científica en el «mundo del resultado», el mundo natural
(o físico) que es familiar a todos. La ciencia es de inmediata
necesidad para todo el mundo porque mejora nuestra vida diaria. Por
consiguiente, el camino para salir de la ignorancia de la realidad
física es rápido y amplio, y abierto a muchos.
De este modo, en
la religión, el objeto de nuestra investigación es el mundo
invisible de la causa, que es trascendente, mientras que en la
ciencia investigamos el mundo visible del resultado, que es tangible.
Por ello, hasta el presente, la religión y la ciencia han estado en
conflicto entre sí, como fuerzas que no admiten un compromiso
lógico.
Además,
Satanás, que mantiene la soberanía sobre el mundo de la creación,
está invadiendo y minando constantemente a los hombres en sus vidas
diarias. Por esto, hasta ahora se ha pensado que el camino de la
religión no se puede seguir sin abandonar la vida diaria. Como es
natural, la religión no ha estado en armonía con la ciencia, la
cual persigue el beneficio del mundo físico.
Dios
creó originalmente en primer lugar, el cuerpo físico del hombre,
que es externo, y después su espíritu, que es interno (Gen. 2:7).
Por consiguiente, como trataremos precisamente en la Sección I del
capítulo siguiente, Su providencia de la restauración, conforme al
principio de la recreación, debe seguir también el proceso de la
providencia de lo externo a lo interno. Visto según este principio
de la providencia, es evidente que la religión y la ciencia han
seguido su curso de desarrollo desarmonizadas entre sí.
Este
tipo de disonancia se encuentra también en la relación entre la
religión y la economía. Esto es porque la economía, al igual que
la ciencia, pertenece al mundo físico y se desarrolla en una
estrecha relación especialmente con el progreso de la ciencia.
Observando esta relación, la historia de la religión está de
acuerdo con la providencia interna de Dios y la historia de la
economía está de acuerdo con Su providencia externa. Sin embargo,
la religión y la economía no tienen más remedio que diferir entre
sí en su dirección y en la proporción de su desarrollo. Por
consiguiente, para que podamos comprender el desarrollo de la
historia en Europa Occidental, que ha seguido el curso diseñado
según la providencia de Dios para la restauración, debemos estudiar
la historia del Cristianismo y de la economía separadamente.
Sin embargo,
así como en el caso de la religión y la ciencia, la religión y la
economía tampoco pueden desarrollarse separadamente, porque tienen
las misiones complementarias de restaurar la vida interna y externa
de los hombres caídos. Por ello, al
igual que la religión y la ciencia, la religión y la economía han
formado las respectivas historias del Cristianismo y de la economía
mediante mutuas relaciones en nuestra vida social, aunque pueden
haber estado en pugna la una con la otra en algunos aspectos. La
religión y la economía se relacionan en nuestra vida social por
medio de la política.
Esto es especialmente evidente en Europa Occidental, que fue
fuertemente cristianizada. La política en Europa Occidental debió
haber armonizado por medio de la vida social el desarrollo económico,
que siguió al desarrollo radical de la ciencia, con el movimiento
del Cristianismo, que aún no había podido tomar ninguna dirección
clara en la providencia de la restauración. Por lo tanto, la
historia política de Europa Occidental se encaminó en una nueva
dirección. En consecuencia, con el fin de comprender exactamente el
desarrollo histórico de la providencia de la restauración, debemos
estudiar también por separado la historia política.
Estudiemos
el curso del desarrollo de la historia de la Europa Occidental hacia
finales del siglo XVII.
Según
la historia de la religión, la sociedad democrática cristiana se
formó en este período.
Con el colapso del reino espiritual bajo la absoluta autoridad del
papa, que tuvo lugar debido a la Reforma Religiosa en 1517, los
hombres medievales se liberaron de la vida de fe y de su sujeción al
papa, y todo el mundo podía conducir su vida de fe libremente,
centrados en la Biblia. No obstante, políticamente
este período vio el apogeo de la sociedad monárquica absoluta,
mientras que bajo el aspecto de la historia de la economía aún
existía la sociedad feudal bajo el sistema del señorío. De este
modo, la sociedad en este período era una sociedad democrática bajo
el aspecto de la religión, una sociedad monárquica bajo el aspecto
de la política, y una sociedad feudal bajo el aspecto de la
economía. Por lo tanto, con el fin de comprender el carácter de
esta época desde el punto de vista de la providencia de la
restauración, debemos considerar sus cursos de desarrollo por
separado.
Entonces,
debemos conocer por qué el desarrollo histórico en el período de
la providencia de la restauración (la Era del Antiguo Testamento) no
tuvo que pasar por un proceso semejante. En la sociedad antigua, ya
que la ciencia estaba paralizada, el desarrollo de la economía
estaba estancado. Los
israelitas de la Era del Antiguo Testamento, en la que su modo de
vida era el mismo para todos, llevaban una vida simple bajo un
sistema social basado en la relación de señor-siervo, en la que
tenían que obedecer la ley estrictamente bajo el mando de su líder.
Por consiguiente, su vida religiosa era realmente su vida social. Por
lo tanto, en este período, la religión, la política y la economía
no podían gozar de un desarrollo por separado.
(3) La sociedad de clan
Estudiemos ahora de qué forma
se desarrolló la historia, desde los puntos de vista de la religión.
la política y la economía, en la era providencial de la
prolongación de la restauración (Era del Nuevo Testamento).
Ya hemos
aclarado antes que la sociedad de clan del lado celestial se formó a
causa de la división de la sociedad colectiva primitiva satánica,
debido a la tendencia de la mente original del hombre en relación
con la providencia de la restauración de Dios, la cual lleva a cabo
la separación de los hombres que cumplen la voluntad de Dios. Del
mismo modo, con
la crucifixión de Jesús, la nación escogida de Dios cayó en manos
de Satanás y Dios no podía realizar Su providencia de la
restauración con la sociedad tal como estaba. Por consiguiente, Dios
dividió la sociedad y llamando a los cristianos fervientes,
estableció la sociedad de clan cristiana.
Así como en la Era del Antiguo
Testamento las setenta personas centradas en los doce hijos de Jacob
habían comenzado su curso providencial formando la sociedad de clan
israelita, los setenta discípulos y los doce apóstoles centrados en
Jesús comenzaron su curso providencial formando la sociedad de clan
cristiana. Ya que la sociedad de clan cristiana era una sociedad
cristiana primitiva, no había necesidad de ningún sistema
organizado en su política y economía en aquel período. Por
consiguiente, en este período, la religión, la política y la
economía no podían gozar de un desarrollo.
La
sociedad cristiana de clan prosperó gradualmente mientras era
perseguida amargamente por el Imperio Romano, formando finalmente la
sociedad tribal cristiana. Entonces, el Imperio Romano Occidental
cayó por último en el año 476 d.C., debido al gran movimiento de
naciones que comenzó en la última parte del siglo IV. Cuando el
Cristianismo se extendió entre el pueblo germano, se estableció una
vasta sociedad cristiana.
(4) La sociedad feudal
A
continuación de la sociedad de clan en el curso del desarrollo de la
historia aparece la sociedad feudal. La sociedad feudal nació cuando
en el tiempo de la caída del Imperio Romano Occidental, el poder
real disminuyó y las naciones cayeron en un estado de desorden.
A partir de entonces, la sociedad cristiana de Europa Occidental,
comenzó a tener su religión, política y economía diferenciadas,
teniendo cada una de ellas su propio curso de desarrollo por
separado. La
sociedad feudal estaba formada por el sistema político basado en la
relación de señor-siervo constituida por los señores feudales
mayores, medios y menores y los caballeros bajo la premisa de la
obediencia y el servicio, y por el sistema económico de
autoabastecimiento del sistema señorial.
La tierra estaba dividida entre los señores. El rey, como uno más
de los señores feudales, tenía su poder descentralizado. Cada uno
de los señores tenía en posesión una cierta asignación de tierra
otorgada por su rey, y teniendo su tierra independiente podía
ejercer incluso la autoridad del derecho judicial. En consecuencia,
la tierra era casi como una posesión privada fuera del poder
nacional existente. Esta posesión privada de tierra era llamada
señorío.
Alguna nobleza de grado más
bajo cedía tierras privadas a ciertos señores feudales o a templos,
con el fin de ser protegidos por el gobernante, y se les daba de
nuevo la tierra en forma de un préstamo. Este era otro tipo de
señorío. De este modo, los señoríos cubrían todo el país. Los
caballeros de la clase más baja recibían una asignación de un
señorío, sirviendo cada uno a su señor feudal como un soldado
privado, mientras que el rey o el señor poseía cientos o incluso
miles de señoríos.
El
aspecto religioso también se desarrolló en la misma dirección que
la sociedad feudal antes tratada, centrado en el Cristianismo. Se la
llama la sociedad feudal cristiana. Es decir, el patriarca, el
arzobispo y el obispo tenían posiciones correspondientes al señor
mayor, señor medio y señor menor; así como el rey era uno de los
señores feudales, el papa era también uno de los patriarcas.
También había un sistema de gobierno de tipo religioso bajo una
relación absoluta de señor-siervo. Los obispos, poseyendo las
tierras feudales cedidas por los creyentes, eran similares a los
señores feudales, pues gozaban de una poderosa posición entre las
muchas clases de la sociedad feudal.
Bajo
el aspecto económico, en este período el antiguo sistema de
esclavitud fue cambiado por el sistema señorial.
Por lo tanto, la gente ordinaria empezó a poseer tierras a partir de
entonces. De este modo, la posición social del pueblo bajo el
sistema de tierras de este período quedó separada aproximadamente
en cuatro clases: la nobleza, el terrateniente, el siervo y el
esclavo.
De este
modo, Dios
pudo construir el fundamento sobre el que se podría levantar más
tarde el reino del lado celestial, estableciendo la sociedad feudal
en el pueblo germano, a quienes El había elegido, y fortaleciendo
las pequeñas unidades de territorio celestial en los tres aspectos,
la religión, la política y la economía, sobre el fundamento del
Imperio Romano Occidental caído.
(5) La sociedad monárquica y la sociedad imperialista
La
sociedad monárquica apareció después de la sociedad feudal en el
curso del desarrollo de la historia.
Entonces, ¿de qué modo se formó la sociedad monárquica, visto
según el aspecto político de Europa Occidental? Todos
los estados erigidos por los germanos que se habían trasladado al
Oeste de Europa existieron durante un corto período de tiempo,
excepto el reino de los francos, que continuó por largo tiempo. Los
francos eran una tribu de germanos occidentales, que después de
haber establecido el reino Merovingio, se unieron al Cristianismo.
Absorbiendo la civilización de Roma, formaron en el Oeste de Europa
un mundo romano con una herencia germánica. Después de la caída de
este reino, Carlos Martel expandió su poder expulsando a los moros,
que habían invadido el sudoeste, mientras que su hijo Pipino, erigió
el reino Carolingio. Carlomagno, hijo de Pipino, que había estimado
en alto grado la teoría de la teocracia de San Agustín, pensó
establecer una nación monárquica con esta teoría como ideología
nacional, tan pronto como llegase a ser rey. Carlomagno estableció
el poderoso reino de los francos, unificando a Europa Central y
estabilizando la seguridad del Oeste de Europa, que estaba en el caos
a causa del gran movimiento de las naciones.
La
sociedad monárquica cristiana que siguió a la sociedad feudal,
vista según el aspecto religioso era la sociedad de un reino
espiritual sin tierra, establecido con el papa como centro, sobre el
fundamento espiritual para recibir al Mesías.
El Papa León III ordenó a Carlomagno en el año 800 d.C.,
coronándole como emperador y dándole el derecho divino. De este
modo, el reino espiritual, que había sido establecido con el papa
como centro, y el reino de los francos, que había sido erigido
políticamente, se unieron entre sí y formaron el Reino Cristiano.
El período
del Reino Cristiano fue el período de la identidad de tiempo en
relación al período del Reino Unido en la Era del Antiguo
Testamento. El propósito de que el período monárquico siguiera al
período feudal era formar una mayor soberanía celestial para su
gente y su territorio, al unir la sociedad feudal. Por consiguiente,
si
el papa, que había estado estableciendo el fundamento para restaurar
el mundo substancial desde el punto de vista del arcángel, hubiera
obedecido en la posición de Caín al rey después de haberle
bendecido; y si el rey hubiera establecido el Reino Cristiano
completamente bajo la voluntad de Dios, dirigiendo su gobierno a
realizar el ideal mesiánico siguiendo la ideología del papa, este
mismo período podría haberse convertido en los Ultimos Días, en
los cuales podrían haber recibido al Mesías. De este modo, si
hubiera aparecido en este tiempo la verdad que pudiera resolver
completamente los problemas conflictivos de la religión y la ciencia
por medio de un tema unificado, el fundamento para recibir al Mesías
podría haber sido establecido entonces sobre esta base mediante el
desarrollo armonioso de la religión, la política y la economía de
aquel tiempo hacia una dirección común, centradas en una ideología.
Por
consiguiente, la sociedad feudal debería haber acabado completamente
en aquel tiempo con la llegada del período del Reino Cristiano.
Sin embargo, ya que los papas y los reyes actuaron aparte de la
voluntad de Dios, el ideal original de Carlomagno fracasó en su
realización y el fuerte fundamento del sistema feudal no
desapareció, continuando hasta mucho tiempo después. Por
consiguiente, la
religión, la política y la economía estaban aún separadas entre
sí; el reino espiritual centrado en el papa y el reino substancial
centrado en el rey tomaron posiciones contradictorias y se separaron.
De este
modo, Carlomagno, que había levantado el reino sobre el fundamento
del madurado sistema feudal, no pudo derribar las barreras del
feudalismo. Por consiguiente, quedó en realidad en la posición de
nada más que un gran señor feudal. Habiendo
fracasado el Reino Cristiano en el establecimiento del reino capaz de
recibir al Mesías de la Segunda Llegada, el sistema feudal se
fortaleció cada vez más; la sociedad feudal de muchas clases en el
aspecto político tuvo su apogeo hasta la aparición de la sociedad
de la monarquía absoluta.
Cuando
las clases feudales comenzaron a declinar a partir de la mitad del
siglo XVII, el poder de los señores feudales, que había estado
descentralizado, se centralizó en torno al rey. De este modo, el
rey, coronado por la gracia del «derecho divino de los reyes» como
su ideología política, llegó a gozar de poder absoluto. Se puede
considerar que el rey formó realmente la sociedad monárquica en el
aspecto político en el período que va de la mitad del siglo XVII a
la Revolución Francesa en 1789, diferenciándose de la posición de
un señor feudal en la sociedad de clase feudal.
¿Cuál fue
la consecuencia de la sociedad monárquica cristiana desde el punto
de vista de la historia de la religión? Ya que los papas de esta era
se habían secularizado, no siendo capaces de permanecer en la
voluntad de Dios, siguieron gradualmente el camino del ocaso
espiritual. Además, la dignidad del papa declinó debido al fracaso
de las Cruzadas, y el papado llegó sólo a tener una posición
honoraria en el tiempo del cautiverio del papa en Avignon en el sur
de Francia. De este modo, la
sociedad monárquica cristiana, que era el reino espiritual centrado
en el papa, continuó hasta el brote de la Reforma Religiosa en 1517.
En
cuanto al curso del desarrollo económico en este período, persistió
el sistema económico feudal, incluso en la sociedad de la monarquía
absoluta en la que el sistema político estaba centralizado después
del declive del sistema feudal. De este modo, no solamente en el
aspecto de la economía agrícola, sino también en las otras esferas
económicas que se estaban cambiando al capitalismo, el sistema
económico no pudo trascender los límites del feudalismo hasta la
Revolución Francesa.
Es decir, incluso los granjeros independientes (terratenientes), que
confiaban en el poder del rey con el fin de oponerse al gobierno del
señor feudal, no pudieron eliminar las limitaciones del sistema
feudal, mientras que los fabricantes, que conspiraron con el rey,
conociendo las desventajas de la división del feudalismo, finalmente
acabaron siendo ellos mismos mercantilistas feudales.
Si
a la sociedad feudal le sucede la sociedad monárquica en términos
de estructura política, entonces ¿qué vendría después del
feudalismo en términos de economía? Sería la sociedad capitalista,
y siguiendo a ésta la sociedad imperialista. La centralización del
capital es una característica del capitalismo, especialmente del
imperialismo, así como la centralización del poder en la política
es una característica de la monarquía. El capitalismo comenzó a
brotar desde el principio de la sociedad de la monarquía absoluta a
mitad del siglo XVII y llegó gradualmente a su madurez después del
período de la Revolución Industrial en Inglaterra.
De este modo, la sociedad
capitalista nació con el fin de desarrollar el fundamento económico
de pequeñas unidades, que se había conseguido por medio del sistema
económico feudalista, y convertirlo en un fundamento de grandes
unidades. Además, para restaurar un fundamento mundial de economía,
el capitalismo pasó a la etapa del imperialismo. Lo que aquí
debemos recordar es que el modelo de la providencia de Dios para la
restauración se ha formado centrado en Europa Occidental. Por
consiguiente, el imperialismo aquí tratado es también el que se ha
desarrollado en el Oeste de Europa.
La
idea imperialista que se había expandido en el Oeste de Europa
motivó a las naciones cristianas de Europa Occidental a obtener
colonias por todo el mundo, antes y después de la Primera Guerra
Mundial. De este modo, el mundo progresó radicalmente hacia una
esfera cultural cristiana.
(6) La democracia y el socialismo
La
época de la democracia siguió a la de la monarquía. La razón por
la que llegó la época de la monarquía fue la construcción del
reino capaz de recibir al Mesías como rey. Sin embargo, habiendo
fracasado esta época en cumplir esta misión, Dios destruyó esta
sociedad y estableció la democracia con el fin de llevar a cabo una
nueva providencia para la reconstrucción del Reino Mesiánico.
La
democracia es un principio bajo el cual se le da al pueblo la
soberanía de constituir el gobierno por ellos mismos y por su propia
voluntad. En consecuencia, el propósito de la democracia es derribar
la dictadura satánica y establecer un nuevo sistema político, que
posibilite la realización de la providencia de la restauración para
recibir al Mesías como rey.
A medida que transcurre la historia, el espíritu del hombre se hace
cada vez más brillante, bajo la benévola influencia de la era de la
providencia de la restauración. Por ello, la mente original del
hombre, en correlación con esta providencia, busca inconscientemente
la religión. Esta mente original en busca de la religión llega
finalmente al Cristianismo, que Dios instituyó como la religión
final y última.
Esta
es, de hecho, la razón por la que el mundo de hoy día está en
camino de formar una sola esfera cultural cristiana. Naturalmente, a
medida que la historia se aproxima a su consumación, la voluntad del
pueblo se inclina a ser de tipo cristiano, y el gobierno democrático
que sigue la voluntad del pueblo también está obligado a
transformarse en un gobierno cristiano.
De este modo, cuando el Mesías venga de nuevo a la sociedad bajo el
gobierno democrático bien madurada por el espíritu cristiano, podrá
establecer la soberanía de Dios sobre la tierra por la voluntad del
pueblo, restaurando así el Reino de los Cielos en la tierra. Debemos
saber
entonces que
la democracia es, en definitiva, el principio político de la
providencia final de Dios, para aniquilar la dictadura del lado de
Satanás y para restaurar de acuerdo con la voluntad del pueblo la
soberanía de Dios centrada en el Señor de la Segunda Llegada.
De este modo, el
espíritu democrático que se levantó contra la monarquía absoluta
a finales del siglo XVIII motivó las revoluciones democráticas en
Inglaterra, América y Francia, hundiendo la sociedad monárquica y
estableciendo el fundamento de la sociedad democrática.
Hemos estudiado la democracia desde el punto de vista del desarrollo
de la historia, pero la democracia considerada según el progreso
providencial de los ideales Hebraico y Helénico será tratada en el
siguiente capítulo.
A
continuación, sobre
el curso del desarrollo de la historia en la esfera religiosa, hemos
visto que la venida de la época de la democracia cristiana, después
de la Reforma Religiosa de 1517 d.C., causó el hundimiento del reino
espiritual sin tierra centrado en el papa.
Originalmente, este reino centrado en el papa, como hemos visto
anteriormente, debería haber realizado un reino capaz de recibir al
Mesías de la Segunda Llegada, por medio de la unión del papa con el
rey. Sin embargo, el papa fracasó en llevar a cabo su misión. Así
como la democracia surgió con el fin de derribar la soberanía
dictatorial de la sociedad de la monarquía absoluta, del mismo modo
la democracia cristiana surgió con el fin de derribar la soberanía
dictatorial del papa, que estaba obrando aparte de la voluntad de
Dios. Era
natural que después de la Reforma Religiosa, surgiese la época de
la democracia cristiana en la que todo el mundo podría buscar
libremente a Dios, centrado en la Biblia, sin tener que ir a través
de la mediación del papa o los sacerdotes.
De este modo, también en el aspecto de la religión, comenzó una
época en la que los creyentes podían buscar su camino de fe
religiosa, conforme a su libre voluntad, sin estar sujetos a nada ni
a nadie. De este modo, la democracia cristiana llegó a crear un
ambiente social cristiano en el que la gente podría dirigirse
libremente en el futuro al Mesías de la Segunda Llegada, sea cual
fuese la forma y manera de la que pudiera venir.
Por
otro lado, en el curso del desarrollo de la historia económica,
surgió el socialismo con el fin de derribar al imperialismo y para
establecer una sociedad económica democrática siguiendo la misma
ley de desarrollo.
De este modo, la Primera Guerra Mundial puede ser considerada como la
guerra en la que las naciones imperialistas querían obtener
colonias, mientras que hacia el final de la Segunda Guerra Mundial,
la democracia nacional hizo su aparición para derribar la política
colonial imperialista, forzando a las grandes potencias a abandonar
su política colonial y a liberar a las potencias más pequeñas. Por
consiguiente,
la época de la economía capitalista se transformó en la época de
la economía socialista, con el hundimiento del imperialismo como el
punto de cambio.
Es
natural que el mundo satánico, que se dirige hacia una sociedad
comunista, abogue por el socialismo. Esto es así porque Satanás
intenta realizar por adelantado el curso del lado celestial yendo
hacia el sistema socialista de economía, aunque la dirección y
contenido de los dos difieren totalmente entre sí.
Según el principio de la
creación de Dios, el valor original que el hombre recibió en la
creación, debe ser igual entre dos individuos cualesquiera. Por
esto, Dios piensa dar a cada uno un medio ambiente y unas condiciones
de vida iguales, así como los padres hacen con sus hijos. Por
consiguiente, la producción, la distribución y el consumo deben
tener entre sí la misma relación orgánica como la que hay entre el
estómago, el corazón y los pulmones del cuerpo humano. Entonces, no
debería haber ninguna competición en el mercado a causa de excesiva
producción, ni ninguna acumulación o consumo excesivo que
ocasionase una obstrucción al propósito de la vida del conjunto,
debido a una injusta distribución. Debe haber una cantidad de
producción necesaria y suficiente, una distribución en cantidades
equitativas y apropiadas y un consumo razonable para el propósito
general, así como en el hígado del cuerpo humano debe haber una
reserva apropiada para el funcionamiento regular del cuerpo entero.
El
hombre que ha sido creado con este ideal, no puede hacer menos que
pedir un sistema socialista de vida semejante, ya que busca su
naturaleza original, luchando tras la libertad democrática en la
consumación de la historia providencial, la cual hará posible la
restauración del ideal original. Si la voluntad del pueblo pide
esto, la política, conforme a la voluntad del pueblo, también debe
ir en la misma dirección. Así, llegaremos finalmente a una sociedad
socialista centrada en Dios.
Podemos hallar una idea socialista en la antigua sociedad cristiana,
mientras que el ideal de la «Utopía» de Thomas More de Inglaterra
en el siglo XVI también era socialismo y la ideología basada en el
humanismo de Owen, en el período de la Revolución Industrial de
Inglaterra, también era semejante, juntamente con el socialismo
católico, y el socialismo protestante, nacidos de la idea cristiana
de Kingsley de Inglaterra. Todo esto debe ser considerado como
proveniente de la expresión de la naturaleza original del hombre,
que está dirigida hacia el ideal de la creación.
(7) El principio de la coexistencia, co-prosperidad y causa común, y el comunismo
La
influencia de la era de la providencia divina de la restauración
ayuda a desarrollar la naturaleza original del hombre que no pudo
expresarse debido a la invasión satánica. Por consiguiente,
siguiendo estos deseos espontáneos, los hombres buscan
inconscientemente y con ardiente aspiración el mundo ideal de la
creación de Dios. Por ello, la
mente original del hombre, dirigida hacia una sociedad socialista del
lado celestial, aboga en definitiva por el principio de la
coexistencia, co-prosperidad y causa común, realizando finalmente el
mundo ideal donde se cumple el propósito de la creación de Dios.
Este es el verdadero Reino de los Cielos en la tierra centrado en el
Señor de la Segunda Llegada.
Satanás,
tratando siempre de realizar la providencia de Dios por adelantado,
está abriendo su camino hacia el mundo del comunismo, abogando por
el denominado «socialismo científico» basado en el materialismo.
Los
comunistas dicen que la historia humana, habiéndose desarrollado a
partir de una sociedad comunista primitiva, está volviendo ahora a
una sociedad comunista, pero sin conocer la causa. Habiendo prometido
Dios una vez al hombre después de haberlo creado que realizaría el
Reino de los Cielos en la tierra, permite a Satanás, que tuvo
primero una relación de sangre con el hombre, que realice su mundo
fuera del Principio según una pseudoforma del Principio centrado en
los hombres caídos. El mundo comunista no es otra cosa que este
mundo fuera del Principio según una pseudoforma del Principio, en el
cual Satanás realiza por adelantado la imitación del Reino de los
Cielos en la tierra, que Dios va a restaurar.
La democracia surgió con el
fin de reemplazar la dictadura política de la monarquía y llevar de
nuevo la soberanía a manos del pueblo. Del mismo modo, el lado
celestial está tratando de realizar el principio de la coexistencia,
co-prosperidad y causa común, después de llevar a la práctica el
socialismo con el fin de derribar el sistema imperialista de
economía, en el cual la propiedad está monopolizada por un cierto
individuo o una cierta clase, y para establecer un sistema de
economía en el cual toda la gente pueda disfrutar igualmente de las
riquezas. Mientras tanto, el lado satánico está tratando de
realizar el comunismo, adelantándose a Dios. Por consiguiente, el
socialismo es el camino para realizar una sociedad económica de un
verdadero tipo democrático.
Hemos
aclarado previamente el hecho de que en la historia de la providencia
de la restauración, centrada en Europa Occidental, se han separado
tres aspectos; la historia religiosa, la historia política y la
historia económica, desarrollándose según un mismo curso modelo.
¿Cómo, entonces, podrán establecer el fundamento para el ideal de
la Segunda Llegada, completando la historia providencial y uniéndose
entre sí en un mismo curso histórico?
También hemos aclarado anteriormente que en el desarrollo de la
historia se han hecho tres divisiones debido a que la religión y la
ciencia, que tenían que superar la ignorancia espiritual y física
del hombre no estaban unificadas. Por lo tanto, con
el fin de que la historia, que se ha desarrollado bajo tres aspectos
diferentes, pueda concluir en un punto focal en el que se realice un
solo ideal, debe aparecer la nueva verdad que pueda resolver los
problemas de la religión y la ciencia bajo un solo tema unificado.
Entonces
surgirá una sociedad política en la que toda la humanidad, que
habrá sido unificada en el corazón y en el seno de Dios mediante la
religión basada en la verdad, realizará el ideal de la creación
sobre el fundamento económico centrado en el ideal de Dios. Este es
el verdadero Reino Mesiánico, basado en los principios de la
coexistencia, co-prosperidad y causa común.
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