Seccion II
La Providencia de la Salvación
1. LA PROVIDENCIA DE LA SALVACION ES LA PROVIDENCIA DE LA RESTAURACION
Este mundo
de maldad y pecado no sólo de aflicción al hombre, sino también a
Dios (Gn. 6:6). ¿Dejaría Dios tal como está a este mundo de dolor?
Si
el mundo del bien, que Dios creó para la máxima alegría, va a
continuar siempre siendo un mundo de pecado, lleno de dolor debido a
la caída humana, Dios acabaría siendo un Dios fracasado e incapaz.
Por consiguiente, Dios está obligado a salvar a este mundo de pecado
por todos los medios.
¿En qué medida salvará Dios
a este mundo? Está demás decir que la salvación será total.
Primeramente, Dios debe salvarlo hasta el punto en que el hombre
pueda restaurar la posición que había alcanzado antes de la caída
de los primeros antepasados humanos, eliminando completamente el
poder malo de Satanás (Hch. 26:18). Entonces, Dios debe desarrollar
Su providencia hasta el grado en el que El pueda dominar al mundo
directamente mediante el cumplimiento del propósito bueno de la
creación (Hch. 3:21).
Salvar a un
hombre enfermo es restaurarlo al estado de salud que disfrutaba antes
de la enfermedad. Salvar a un hombre que está ahogándose, es
restaurarlo al estado en el que estaba antes de que se cayera al
agua. De igual manera, salvar
a un hombre caído en pecado, significa entonces, restaurarlo a la
posición original de pureza que disfrutaba en un principio. Por lo
tanto, «la providencia de la salvación de Dios es la providencia de
la restauración» (Hch. 1:6, Mt. 17:11).
La
caída humana es, naturalmente, el resultado del propio error del
hombre. Sin embargo, Dios, como el Creador, es también responsable
del resultado. Si Dios no hubiera creado al hombre, la caída no
habría ocurrido. Por ello, Dios se ha sentido obligado a restaurar
las consecuencias del error del hombre a su estado original de antes
de la caída. Dios es el sujeto eterno. Por consiguiente, la vida del
hombre, que fue creado como Su eterno objeto de alegría, debería
también ser eterna. De acuerdo con el Principio, Dios creó al
hombre para la eternidad. Aunque el hombre cayó, Dios no puede
destruirlo, debido a que esto negaría los principios de la creación.
Por lo tanto, Dios debe salvar al hombre y restaurarlo a su posición
original en la creación.
Dios
prometió realizar Sus tres grandes bendiciones después de la
creación del hombre (Gn. 1:28). El dice en Isaías 46:11: «Tal como
lo he dicho, así se cumplirá; como lo he planeado, así lo haré».
Conforme a sus propias palabras, Dios ha estado obrando para cumplir
Su promesa desarrollando la providencia de la restauración de estas
bendiciones, perdidas al principio a causa de Satanás. Cuando Jesús
dijo a sus discípulos en Mateo 5 :48, «Sed, pues, vosotros
perfectos, como es perfecto vuestro Padre celestial», les estaba
ordenando restaurarse a la posición del hombre original de la
creación, porque según los principios de la creación, el hombre
original de la creación debería ser tan perfecto como Dios,
adquiriendo divinidad eterna debido a su unidad con El.
2. EL PROPOSITO DE LA PROVIDENCIA DE LA RESTAURACION
¿Cuál
es,
entonces, el
propósito de la providencia de la restauración? Es realizar el
Reino Celestial, el eterno objeto de bondad para Dios, pues éste es
Su propósito original de la creación. En el principio, Dios creó a
los hombres sobre la tierra y proyectó realizar el Reino de los
Cielos sobre la tierra centralizado en ellos. Sin embargo, como no
pudo cumplir Su voluntad, debido a la caída humana, el propósito
primordial de la providencia de la restauración no puede ser otro
que restaurar el Reino de los Cielos sobre la tierra.
Jesús,
que vino con el fin de cumplir el propósito de la providencia de la
restauración, dijo a sus discípulos que oraran para que la voluntad
de Dios fuera hecha así en la tierra como en el cielo (Mt. 6:10), y
advirtió a su pueblo que se arrepintieran, porque el Reino de los
Cielos estaba cerca (Mt. 4:17). Esto comprueba que el propósito de
la providencia de la restauración es restaurar el Reino de los
Cielos sobre la tierra.
3. LA HISTORIA HUMANA ES LA HISTORIA DE LA PROVIDENCIA DE LA RESTAURACION
Hemos
aclarado previamente que la providencia de la salvación de Dios es
la providencia de la restauración. Por lo tanto, la historia humana
es la historia providencial mediante la cual Dios planea salvar al
hombre caído y hacer que restaure el mundo original del bien.
Estudiemos ahora, según diferentes puntos de vista, el hecho de que
la historia es la historia de la providencia de la restauración.
Primeramente,
consideraremos la historia humana según el punto de vista de la
historia del desarrollo de las esferas culturales.
En todo tiempo y lugar, incluso los
hombres
más malos tienen
en común el deseo de la mente original de perseguir el bien,
rechazando el mal.
Por consiguiente, todos los hombres abrigaban el idéntico propósito
fundamental de perseguir y realizar el bien, aunque es también
verdad que han creado una historia de luchas llena de constantes
conflictos que surgían a causa de las diferencias, según el tiempo
y lugar, en las concepciones del bien y sus métodos para llevarlo a
la práctica.
¿Por
qué la mente original del hombre se dirige irresistiblemente hacia
el bien, trascendiendo tiempo y espacio con una fuerza que nadie
puede parar? Es debido a que Dios, el sujeto del bien, creó al
hombre como Su objeto substancial para que realizara el propósito
del bien. Por ello, como la mente original del hombre busca el bien,
aunque el hombre caído sea incapaz de llevar una vida buena, debido
a la obra de Satanás,
la meta de la historia que ha sido confeccionada por tales hombres no
puede ser otra que un mundo de bondad.
A
pesar de los esfuerzos de la mente original del hombre por dirigirse
hacia el bien, el hombre nunca encuentra el bien verdadero en este
mundo bajo el control de Satanás. Por esta razón, el hombre ha
deseado encontrar su sujeto del bien en el mundo trascendente del
tiempo y del espacio. La religión ha nacido como una consecuencia de
esta inevitable demanda de los hombres. El hombre, que cayó en la
ignorancia de Dios debido a la caída, siempre ha tratado de
comunicarse con El persiguiendo constantemente el bien mediante la
religión. Aunque los individuos, razas o naciones de una cierta
religión hayan perecido, la religión misma ha sobrevivido hasta el
presente. Estudiemos ahora estos hechos históricos, centrados en la
historia del alzamiento y decadencia de las naciones.
En primer
lugar, cuando examinamos la
historia de China,
encontramos que cada era de Ch'un Ch'iu fue seguida por una era
unificada de Ch'in; y las eras de Ch'ien Han, Shin, Hou Han, San Kuo,
Si Tsin, Tung Tsin y Nan Pei Ch'ao, fueron seguidas por la era
unificada de Sui y T'ang; y las eras de las Cinco Dinastías (Pei
Sung, Nan Sung, Yuan, Ming y Ch'ing), fueron seguidas por la
República de China actual. Aunque durante todas estas eras se han
sucedido el alzamiento y la decadencia de muchas naciones y con ello
muchos cambios en el poder político, sin embargo las tres religiones
del Lejano Oriente, Confucionismo,
Budismo y Sun-Kyo aún existen con plena fuerza.
A
continuación, cuando estudiamos la
historia de India,
vemos que el imperio de Mauryas, fue seguido por el de Andhra, el
cual fue seguido en cambio por los de Gupta, Barudanah, Sahman,
Razuni, Maghal y la India actual. Aunque la nación sufrió muchos
cambios durante todas estas eras, el
Hinduismo sobrevivió.
De nuevo, cuando observamos la
historia del Oriente Medio,
vemos que el Imperio Sarraceno, fue seguido por el Califato del Este
y Oeste, que en cambio fue seguido por Selpuk Turquía y Osman
Turquía, con sus poderes políticos en constante cambio. Sin
embargo, la
religión del Islam ha continuado existiendo.
Busquemos
también una prueba substancial dentro de la corriente principal de
la
Historia Occidental.
La dirección del mundo occidental estuvo sucesivamente en manos de
Grecia, Roma, Gales, España y Portugal. Luego, temporalmente en
manos de Francia y Holanda; luego fue arrebatada por Gran Bretaña y
está recientemente dividida entre los Estados Unidos y la Unión
Soviética. No obstante, el
Cristianismo ha continuado floreciendo. Incluso en la Unión
Soviética, bajo la tiranía establecida sobre el fundamento del
materialismo, el Cristianismo ha sobrevivido.
Examinando
profundamente los vestigios del alzamiento y decadencia de las
naciones, podemos también ver que las potencias que persiguieron a
la religión todas perecieron, mientras que aquellas que protegieron
y fomentaron la religión prosperaron. La historia nos testifica que,
al pasar el papel central de una nación a otra, en todos los casos
se traspasaba a otro país que elevaba la religión aún más que el
anterior. De esta manera la historia de la religión nos enseña que
vendrá sin duda el día en el que el mundo del comunismo, que
persigue a la religión, perecerá.
Han
existido muchas religiones en la historia humana. De entre ellas, las
religiones de mayor influencia han venido formando inevitablemente
esferas culturales, y sólo contando aquellas de las que se tiene
registro, son un número de 21 a 26. Sin embargo, con el fluir de la
historia, las inferiores han sido absorbidas por las superiores o se
han fusionado con ellas gradualmente. En los años recientes, de las
mencionadas del alzamiento y decadencia de las naciones, han
permanecido cuatro grandes esferas culturales. La esfera cultural de
extremo oriente (Confucionismo, Budismo), el Hinduismo, el Islamismo
(Mahometismo) y el Cristianismo. Estas muestran la tendencia a formar
una sola esfera cultural mundial centrada en el Cristianismo. Por
ello, también podemos darnos cuenta según esta tendencia histórica
que el Cristianismo tiene, como su misión última, la realización
del propósito de todas las religiones que han estado dirigiéndose
hacia la meta del bien. La historia del desarrollo de las esferas
culturales nos muestra una tendencia hacia la formación de una única
esfera cultural mundial, centrada en una religión, mediante la
unificación de numerosas religiones. Esta es una prueba de que la
historia humana está dirigida hacia la restauración de un solo
mundo unificado.
La
segunda manera de comprender que la historia humana es la historia de
la providencia de la restauración, es examinando la tendencia de la
religión y la ciencia.
Como ya fue afirmado en la «Introducción General», la unificación
de la religión y la ciencia, que han obrado respectivamente para
vencer los dos aspectos de la ignorancia humana originada por la
caída, es una cuestión que debe ser resuelta hoy. La
religión y la ciencia, que hasta ahora han estado desarrollándose
sin ninguna conexión, están destinadas a encontrarse en un mismo
lugar, después de haber llegado hasta donde pudieron. Esto nos
enseña claramente que la historia humana ha seguido el curso
providencial de la restauración del mundo original de la creación.
Si no hubiera sido por la caída, la capacidad intelectual del hombre
se habría desarrollado al máximo grado en espíritu (verdad
interior), estimulando así, naturalmente, a un grado correspondiente
de desarrollo exterior a través de la ciencia. La ciencia, entonces,
habría avanzado muy rápidamente, llegándose al nivel de desarrollo
científico actual en los días de nuestros primeros antepasados
humanos.
Sin embargo,
debido a la caída, el hombre cayó en la ignorancia, no siendo capaz
de lograr tal sociedad. A partir de entonces, ha luchado para
restaurar el mundo ideal del desarrollo científico que debería
haberse logrado en el comienzo, tratando de vencer la ignorancia por
medio de la ciencia. El
elevado desarrollo científico actual está restaurando exteriormente
la etapa inmediatamente anterior a la transición a un mundo ideal.
La
tercera manera por la que podemos observar que la historia humana es
la historia de la providencia de la restauración, es según la
tendencia en la historia de luchas. Las batallas por las riquezas,
tierras y pueblos han acompañado al desarrollo de la sociedad humana
a lo largo de todos los días de la historia hasta el presente. Estas
luchas han ampliado su campo, extendiéndose desde la familia a la
tribu, y así en adelante hasta el nivel social, nacional y
finalmente mundial, en el cual los dos mundos de la democracia y el
comunismo se enfrentan ahora en una guerra final ideológica.
En este tiempo, al término de la historia pecaminosa de la
humanidad, la moral celestial bajo el nombre de la democracia, llevó
a las naciones a superar la etapa histórica en la que se creía
lograr la felicidad de las riquezas, tierras y pueblos que saqueaban.
Después
de la I Guerra Mundial, vimos que las naciones derrotadas fueron
obligadas a liberar sus colonias, pero después de la II Guerra
Mundial las naciones victoriosas, a su debido tiempo liberaron
voluntariamente a sus colonias. Las grandes potencias de hoy han
permitido a las pequeñas potencias, a veces más pequeñas y débiles
que una sola ciudad de las grandes potencias, que se conviertan en
estados miembros de las Naciones Unidas. Las grandes potencias las
han hecho naciones hermanas no sólo proporcionándoles alimentos,
sino también dándoles derechos y deberes al igual que las demás
grandes potencias.
¿Cómo
será la lucha final? Será una lucha entre ideologías. Sin embargo,
la lucha entre los dos mundos de la democracia y el comunismo nunca
cesará a menos que aparezca la verdad definitiva, que pueda superar
completamente a la visión materialista de la historia que amenaza al
mundo actual. Cuando aparezca esta última verdad que pueda resolver
los problemas de la religión y la ciencia en un solo tema unificado,
la ideología comunista, que hasta ahora ha intentado desarrollarse
sólo dando importancia a la ciencia, negando la religión, será
superada. Finalmente, los dos mundos serán completamente unificados
bajo una sola ideología. Así, vemos que según la tendencia de la
historia de luchas humanas, no podemos negar el hecho de que la
historia humana es la historia providencial de la restauración del
mundo original de la creación.
La
cuarta manera es analizar un poco más esta cuestión centrados en la
Biblia. El propósito de la historia humana es restaurar el Jardín
del Edén con el Arbol de la Vida en el centro (Gn. 2 :9;
ref. Parte I, Cap. II, Sec. I, 1). «El
Jardín del Edén» no significa el área limitada en la cual fueron
creados Adán y Eva, sino toda la tierra. Si el Jardín del Edén
fuera la región limitada donde los primeros antepasados humanos
fueron creados, ¿cómo podrían vivir los innumerables miembros de
la humanidad en un lugar tan pequeño? Sería necesario un número
extremadamente grande de gente para llenar la tierra conforme a la
bendición de Dios dada al hombre (Gn. 1:28).
Debido a la caída de los
primeros antepasados humanos, este Jardín del Edén terrenal, que
Dios pensó establecer con el Arbol de la Vida en su centro, cayó en
manos de Satán (Gn. 3:24). Por lo tanto, cuando la historia mala de
la humanidad que comenzó en el Alfa concluya en el Omega, la
esperanza y gloria de los hombres caídos será lavar sus vestiduras
y entrar en el Jardín del Edén restaurado, y restaurar así su
derecho al Arbol de la Vida (Ap. 22:13-14). Entonces, ¿qué
significan estos versículos bíblicos ?
Como fue
aclarado en «La Caída del Hombre», el
Arbol de la Vida significa el Adán perfecto, es decir el Padre
Verdadero de la humanidad. Debido a la caída de los primeros padres
humanos, sus descendientes nacieron con pecado original; por
consiguiente, con el fin de que estos hijos del pecado puedan ser
restaurados en hombres originales de la creación, todos los hombres
deben nacer de nuevo, como dijo Jesús
(ref. Parte I, Cap. VII, Sec. IV, 1). Por lo tanto, la historia del
hombre es la búsqueda del Padre Verdadero, que pueda dar nueva vida
a toda la humanidad; es decir, Cristo. El Arbol de la Vida mencionado
en el Apocalipsis a quien los creyentes de los Ultimos Días deben
encontrar, no significa otra cosa sino Cristo, el Salvador. Según
estos versículos bíblicos, sabemos que el propósito de la historia
humana es restaurar el Jardín del Edén en su forma original,
centrado en Cristo, que viene como el Arbol de la Vida.
También
en Apocalipsis 21:1 leemos que en los últimos días aparecerán un
nuevo cielo y una nueva tierra. Esto significa precisamente, que el
viejo cielo y la vieja tierra que habían estado bajo el dominio
satánico serán restaurados como un nuevo cielo y una nueva tierra
bajo el dominio de Cristo, centralizado en Dios.
En Romanos 8:19-22, leemos que también la creación que gime bajo el
dominio de Satanás, no va a consumirse en el fuego en los últimos
días, sino que se restaurará a la posición original y está
escrito que para renovarse (Ap 21:5), anhela la manifestación de los
restaurados hijos de Dios, calificados para dominarla.
Considerada desde este punto de
vista, podemos percibir muy claramente que la historia humana es la
historia de la providencia divina de la restauración del mundo
original de la creación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario