Introducción
La
«providencia de la restauración» es la providencia de Dios para
restaurar al hombre caído a su estado original, haciéndole cumplir
el propósito de la creación.
Como se ha demostrado en la Parte I, el
hombre cayó en el nivel de perfección de la etapa de crecimiento y
ha permanecido desde entonces bajo el dominio de Satanás. Con el fin
de restaurarlo, Dios debe primero llevar a cabo la providencia de
separar al hombre de Satanás.
Como se ha
discutido detalladamente en la «Cristología», para
que el hombre caído pueda separarse de Satanás y restaurarse a su
estado original de antes de la caída, debe eliminar el pecado
original. Pero el hombre no puede eliminar el pecado original si no
renace a través del Mesías quien viene como su Padre Verdadero. Por
lo tanto, el hombre caído, habiéndose separado de Satanás, debe
ante todo restaurarse simbólicamente hasta el nivel de perfección
de la etapa de crecimiento; es decir, hasta el nivel que Adán y Eva
habían crecido. Sobre este fundamento, puede recibir al Mesías y, a
través del renacimiento, restaurarse a la posición de antes de la
caída de Adán y Eva. Entonces debe seguir al Mesías y crecer hasta
cumplir finalmente el propósito de la creación. Puesto que la
providencia de la restauración es recrear al hombre de tal forma que
pueda cumplir el propósito de la creación, Dios debe llevar a cabo
Su providencia de acuerdo con el Principio. El principio mediante el
cual se realiza la restauración se llama el «principio de la
restauración».
Examinemos más ampliamente cómo se realiza la providencia de la
restauración.
I. El Principio de la Restauración por Indemnización
1. LA RESTAURACION POR INDEMNIZACION
Antes de
discutir las cuestiones relativas al principio de la restauración
por indemnización, debemos
primeramente saber en qué posición quedó el hombre, a causa de la
caída, en relación con Dios y Satanás.
Originalmente,
si los primeros antepasados de la humanidad hubieran alcanzado la
perfección sin caer, llegando a unirse con Dios en corazón, habrían
estado en la posición de servir solamente a Dios. Pero, a causa de
la caída, al tener una relación de sangre con Satanás quedaron
situados en una posición donde también tenían que relacionarse con
él. Inmediatamente después de la caída, Adán y Eva no habían
hecho nada bueno o malo, pero por poseer el pecado original fueron
situados en una posición intermedia entre Dios y Satanás.
Sus descendientes quedaron situados en la misma posición. Por esta
razón, los
hombres
de la sociedad caída que llevan una vida de
buena conciencia no pueden ser llevados al Infierno por Satanás,
aunque no tengan fe en Jesús, puesto que están en una posición
intermedia.
Por otro lado, por muy sincera que sea la vida de estos hombres, Dios
no puede llevarlos al Paraíso si no creen en Jesús. Por
consiguiente, estos
hombres espirituales tienen que vivir en un mundo espiritual
intermedio, que no es ni el Paraíso ni el Infierno.
¿Cómo
Dios separa de Satanás a estos hombres caídos que se encuentran en
una posición intermedia? Satanás domina al hombre caído, con quien
tiene una relación de sangre, así que ni siquiera Dios puede
restaurar incondicionalmente al hombre hacia el lado del Cielo, a
menos que él mismo establezca las condiciones que permitan a Dios
tomarlo.
Asimismo,
Satanás no puede llevar al hombre al Infierno incondicionalmente, si
no hay una condición en el hombre mismo por la cual Satanás pueda
invadirle, ya que Satanás sabe que el creador del hombre es Dios.
Así el hombre caído puede ser llevado al lado de Dios si establece
buenas condiciones, mientras que puede ser llevado al lado de Satanás
si establece malas condiciones.
Cuando
la familia de Adán estaba en una posición intermedia, Dios le mandó
ofrecer sacrificios con el fin de llevar a Adán y Eva a una posición
donde El pudiera realizar la providencia de la restauración a través
de una ofrenda que sea aceptable. Sin embargo, Caín mató a Abel,
creando por el contrario una condición que permitió a Satanás
invadirles.
Dios envió a Jesús a los hombres caídos para que éstos pudieran
ir al lado celestial al creer en él. Sin embargo, en contra de la
voluntad de Dios, no creyeron en Jesús, y por ello permanecieron en
el lado de Satanás. Esta es la razón por la cual Jesús es llamado
el «Señor del Juicio», así como el Salvador.
¿Qué
significa la restauración por indemnización»? cuando una cosa
pierde su posición y estado originales, si se la quiere restaurar,
indefectiblemente se deberán establecer las condiciones necesarias
para ello. Establecer estas condiciones se llama «indemnizar».
Por
ejemplo, para restaurar el honor perdido o la salud perdida, es
necesario establecer condiciones como esfuerzos sinceros, buenas
calificaciones o cuidados médicos.
Supongamos que hay dos personas que se aman, pero que ahora están en
malas relaciones. Para que puedan restaurar el estado original de
amor mutuo, deben establecer la condición de perdonarse el uno al
otro.
De la misma manera, el hombre,
quien perdió la posición y el estado original que recibió en la
creación, debe establecer ciertas condiciones necesarias para
restaurarse. Este acto de restaurar la posición y el estado original
que el hombre recibió en la creación se llama «restauración por
indemnización». La condición que se establece para la restauración
por indemnización se llama la «condición de indemnización».
Además, la
providencia para restaurar a los hombres caídos a su estado original
de la creación estableciendo la «condición de indemnización» se
llama «providencia de la restauración por indemnización». ¿En
qué medida debemos establecer la condición de indemnización?
Podemos dar los tres ejemplos siguientes:
El
primero es establecer una condición de indemnización en igual
medida; en otras palabras, restaurar el estado original estableciendo
una condición con un valor idéntico a lo que fue perdido. La
compensación pertenece a esta categoría. Un ejemplo de esta clase
de condición de indemnización se halla
en
Exodo 21:23-25:
«Pero
si resultare daño, darás vida por vida, ojo por ojo, diente por
diente, mano por mano, pie por pie, quemadura por quemadura, herida
por herida, cardenal por cardenal».
El
segundo es establecer la condición de indemnización a un precio
inferior; es decir, restaurar el estado original mediante una
condición con un valor inferior a lo que fue perdido originalmente.
Por
ejemplo, podemos citar el caso de la liquidación total de una deuda
cuando el acreedor perdona una pesada deuda al deudor.
Según este mismo principio, recibimos
el gran beneficio de una salvación, idéntica a la de Jesús,
estableciendo la ínfima condición de indemnización de fe en la
redención por la cruz. Podemos restaurar la posición de haber
renacido a través de Jesús y el Espíritu Santo, estableciendo una
condición de indemnización mediante el bautismo, simplemente
vertiendo algunas gotas de agua sobre la cabeza. Además, podemos
recibir la gracia de comer el cuerpo de Jesús y de beber su sangre
simplemente tomando un trozo de pan y un poco de vino en el
Sacramento de la Santa Comunión.
Estos son ejemplos de una indemnización a un precio inferior.
El
tercero es establecer una condición de indemnización a un precio
superior a lo que fue perdido originalmente. Esto significa que,
cuando una persona ha fracasado anteriormente en cumplir una
condición de indemnización a un precio inferior, puede restaurar el
estado original estableciendo una condición de indemnización a un
precio más elevado.
Por
ejemplo, cuando Abraham fracasó al ofrecer los sacrificios de las
palomas, el cordero y la ternera, tuvo que ofrecer a su único hijo
Isaac debido al precio adicional de la condición de indemnización.
En tiempos de Moisés, cuando los israelitas fracasaron en cumplir la
voluntad de Dios durante los cuarenta días de exploración en el
país de Canaán, la condición de indemnización aumentó y tuvieron
que vagar por el desierto durante cuarenta años, calculados sobre la
base de un año por día (Num. 14:35).
¿Por
qué se debe establecer una condición más grande cuando se realiza
la condición de indemnización por segunda vez? Cuando una figura
central en la providencia tiene que establecer una condición de
indemnización por segunda vez, debe incluir en ella lo que se dejó
sin hacer a causa del fracaso de las personas precedentes, sumado a
lo que él mismo tenía que establecer originalmente.
Lo que
debemos
saber
a continuación es cómo
establecer una condición de indemnización. Cuando queremos
restaurar una cosa a su estado original, debemos establecer una
condición de indemnización tomando un curso inverso al de la
pérdida de la posición y estado original.
Por
ejemplo, la nación elegida de Israel fue castigada por el pecado de
rechazar a Jesús y crucificarlo. Por lo tanto, para poder restaurar
la posición de Elegidos, salvados del pecado, se debe seguir el
curso inverso; es decir, amar a Jesús e incluso llevar la cruz y
seguirlo (Lc. 14:27). Por esta razón, el Cristianismo llegó a ser
una religión de mártires.
Tomemos otro ejemplo, el hombre afligió a Dios rebelándose contra
El y cayendo en la corrupción. Por lo tanto, para ser restaurado por
indemnización, éste debe practicar la voluntad de Dios y
consolarlo, restaurándose al estado de un hombre con la naturaleza
original de la creación. El primer Adán se rebeló contra Dios,
llevando a sus descendientes a caer en el seno de Satanás. Jesús,
que vino como el segundo Adán, tuvo por ello que servir y honrar a
Dios desde la posición de ser abandonado por El, con el fin de sacar
a la humanidad del seno de Satanás y llevarla al seno de Dios. Esta
es la misteriosa razón por la cual Dios tuvo que abandonar a Jesús
cuando fue crucificado (Mt. 27:46). Visto desde este ángulo, incluso
la ley penal de una nación es un método de establecer una condición
de indemnización para mantener la seguridad y el orden de la nación
imponiendo castigos a los delincuentes.
¿Quién
debe establecer la condición de indemnización?
Como se ha mostrado claramente en los principios de la creación, el
hombre originalmente debía dominar incluso a los ángeles, después
de haber alcanzado la perfección cumpliendo su propia parte de
responsabilidad. Los primeros antepasados de la humanidad fracasaron
en cumplir su responsabilidad y por el contrario, cayeron bajo el
dominio de Satanás. Por consiguiente, para que
el
hombre
que
está bajo el dominio de Satanás, restaure su posición,
él
mismo debe establecer la condición de indemnización, cumpliendo su
propia parte de responsabilidad.
2. EL FUNDAMENTO PARA RECIBIR AL MESIAS
El Mesías
debe venir como el Padre Verdadero de la humanidad. Esto es porque
debe redimir del pecado original a una humanidad nacida de padres
caídos (ref. Parte I, Cap. VII, Sec. IV, 1 (1)). Para
que los hombres caídos se restauren al estado de hombres originales
de la creación, deben recibir al Mesías sobre la base de haber
completado el «fundamento para recibir al Mesías», y luego
eliminar el pecado original.
Entonces, ¿qué clase de
condición de indemnización deben hacer los hombres caídos para
establecer el fundamento para recibir al Mesías? Para saber esto,
debemos primeramente comprender de qué forma Adán fracasó en el
cumplimiento del propósito de la creación, porque la condición de
indemnización debe hacerse siguiendo un proceso inverso al de la
pérdida de su posición y su estado original.
Adán
tenía que establecer dos condiciones para cumplir el propósito de
la creación. Primeramente, tenía que construir el «fundamento de
fe», y la condición para ello es que debería haber obedecido el
mandamiento de Dios de no comer del fruto del Arbol de la Ciencia del
Bien y del Mal. Por esta condición de fe, Adán habría completado
su período de crecimiento durante el cual tenía que cumplir su
propia parte de responsabilidad.
Como este período de crecimiento es numérico, puede ser llamado el
«período del cumplimiento del número».
La
segunda condición
que Adán tenía que establecer para cumplir el propósito de la
creación era
establecer el «fundamento de substancia». Si Adán hubiera
establecido el fundamento de fe terminando su período de crecimiento
con fe y obediencia en las palabras de Dios, hubiese formado un solo
cuerpo con El sobre este fundamento. En otras palabras habría
establecido el fundamento de substancia, realizando así la «perfecta
encarnación de la Palabra», al haber adquirido la naturaleza
original de la creación (Jn. 1:14). Adán habría alcanzado el
estado de un hombre de individualidad perfecta, que era la primera
bendición que Dios le había dado.
El hombre caído debe establecer el fundamento para recibir al Mesías
siguiendo el mismo proceso, estableciendo el fundamento de substancia
sobre el fundamento de fe.
(1) El fundamento de fe
Como
Adán cayó por no creer en las palabras de Dios, falló en
establecer el fundamento de fe. Siendo así incapaz de llegar a ser
la perfecta encarnación de la Palabra, no pudo cumplir el propósito
de la creación. Por lo tanto, para que los hombres caídos restauren
el estándar para cumplir el propósito de la creación, deben
primero restaurar por indemnización, el fundamento de fe que los
primeros antepasados de la humanidad no llegaron a establecer. Para
restaurar el fundamento de fe, deben establecer las tres condiciones
de indemnización siguientes:
En
primer lugar debe haber una «figura central» a través de la cual
obrar. Puesto que Adán cayó sin llegar a ser la persona calificada
para establecer el fundamento de fe,
Dios
ha buscado, hasta el presente, a una figura central capaz de
restaurar este fundamento. Cuando Dios hizo ofrecer sacrificios a
Caín y Abel en la familia de Adán, y cuando llamó a Noé, Abraham,
Isaac, Jacob, Moisés, los Reyes y a Juan Bautista, fue porque Dios
tenía la intención de establecerlos como figuras centrales.
En
segundo lugar, para restaurar el fundamento de fe, debe haber
«objetos condicionales».
Debido
a su incredulidad, Adán perdió la Palabra de Dios, que El le había
dado como condición para establecer el fundamento de fe. El hombre,
cayó en una posición donde no podía recibir directamente la
Palabra de Dios para la restauración del fundamento de fe; por lo
tanto, fueron necesarios objetos condicionales para sustituir a la
Palabra. Sin embargo, los hombres caídos se encontraron en una
posición y en un estado muy por debajo de todas las cosas creadas
(Jr. 17:9), así en la era anterior al Antiguo Testamento, tenían
que establecer el fundamento de fe tomando los objetos condicionales
de entre las cosas creadas, tales como las ofrendas o el arca en
sustitución de las ofrendas.
Por ello, el fundamento de fe puede ser también el fundamento para
restaurar todas las cosas que fueron invadidas por Satanás a causa
de la incredulidad del hombre. En
la Era del Antiguo Testamento, los objetos condicionales para
establecer este fundamento eran las palabras de la Ley o el arca de
la alianza, el templo o las figuras centrales en sustitución de la
Palabra. En la Era del Nuevo Testamento, el Evangelio y Jesús, quien
era la «Palabra en substancia», eran los objetos condicionales para
establecer el fundamento de fe. Desde el punto de vista del hombre,
estos objetos condicionales, que llegaron a ser necesarios después
de la caída, son para la restauración del fundamento de fe. Pero
desde el punto de vista de Dios, son para decidir el derecho a la
propiedad.
En
tercer lugar, los hombres caídos deben establecer un «período
matemático de indemnización».
¿Por qué debe haber un período matemático de indemnización en la
providencia y qué es lo que representa? Esto será explicado en
detalle más adelante (ref. Parte II, Cap. III, Sec. II, 4).
(2) El fundamento de substancia
Para que el
hombre caído pueda cumplir el propósito de la creación, debe
realizar después de restaurar el fundamento de fe, la encarnación
de la Palabra, que los primeros antepasados humanos fallaron en
realizar. Pero los
hombres caídos nunca pueden llegar a ser la encarnación perfecta
sin eliminar el pecado original a través del Mesías.
Un hombre caído no puede recibir al Mesías mientras no se sitúe
sobre el fundamento para recibir al Mesías, que debe ser realizado
estableciendo el fundamento de substancia sobre el fundamento de fe
ya restaurado. El
hombre caído llegará a ser una encarnación perfecta (substancia)
solamente después de haber eliminado su pecado original a través
del Mesías, restaurando así la posición que tenía antes de la
caída los primeros antepasados de la humanidad; y luego, centrado en
el corazón de Dios, formar un solo cuerpo con el Mesías y
finalmente completar el período de crecimiento que la primera pareja
humana no recorrió a causa de la caída.
Para
establecer el fundamento de substancia, hay cierta condición de
indemnización inevitable que el hombre caído debe cumplir, esta es
justamente la «condición de indemnización para eliminar la
naturaleza caída». La primera pareja humana adquirió el pecado
original a causa de la caída, falló en adquirir la naturaleza
original recibida en la creación y adquirió la naturaleza caída.
Por consiguiente, para
que el hombre caído establezca el fundamento de substancia para la
restauración de su naturaleza original al eliminar su pecado
original a través del Mesías, primero debe establecer la condición
de indemnización para eliminar la naturaleza caída.
Más adelante se explicará cómo establecer estas condiciones (ref.
Parte II, Cap. I, Sec. I, 2).
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