SECCION IV
Las Grandes Guerras Mundiales
1. LA CAUSA DE LAS GRANDES GUERRAS MUNDIALES SEGUN LA PROVIDENCIA DE LA RESTAURACION POR INDEMNIZACION
Las
guerras siempre estallan por causas políticas, económicas o
ideológicas. Pero éstas no son más que causas externas. Debemos
saber que hay causas internas, al igual que hay causas internas y
externas en la acción humana.
Es decir, la
acción humana no está determinada solamente por la libre voluntad
exterior del hombre, que tiende a vencer la realidad a la que se
enfrenta, sino también por la libre voluntad interior, que tiende a
ajustarse a la voluntad de Dios encaminándose hacia el propósito de
la providencia de la restauración. Por lo tanto, el bien o el mal de
las acciones humanas no debe ser juzgado solamente por la causa
externa. Las grandes guerras mundiales son el resultado del conflicto
mundial entre acciones opuestas, que ocurren de acuerdo con la libre
voluntad del hombre. Por lo tanto, debemos saber que en este caso
también deben haber causas internas y externas.
Nunca podremos comprender el significado providencial de las grandes
guerras mundiales si solo consideramos las causas externas, como la
política, la economía y la ideología.
¿Cuál
puede ser,
entonces, la
causa interna de las grandes guerras mundiales si las interpretamos
según la providencia de la restauración por indemnización? En
primer lugar, las grandes guerras mundiales estallaron a causa de la
última lucha de Satanás tratando de impedir que su oponente le
arrebate su soberanía.
Como ya hemos visto, debido
a la caída de los primeros antepasados humanos, Satanás ha
realizado siempre por adelantado el mundo fuera del Principio
siguiendo el modelo del Principio, imitando el mundo del Principio
que Dios iba a realizar. Dios, obrando después que él, ha llevado a
cabo Su providencia para restaurar Su mundo del Principio, ampliando
gradualmente el territorio del bien, dentro del mundo fuera del
Principio que está bajo el dominio de Satanás.
En el curso de la providencia de la restauración, lo falso siempre
aparece antes de que llegue lo verdadero. Como un ejemplo
representativo, la Biblia dice que vendrá un anticristo antes del
verdadero Cristo.
La
historia de la soberanía del mal centrada en Satanás terminará con
la aparición del Señor de la Segunda Llegada, y la historia de la
soberanía del mal se transformará en la historia de la soberanía
del bien centrada en Dios. Por consiguiente, en este tiempo Satanás
librará su última batalla.
En
el curso nacional de la restauración de Canaán centrado en Moisés,
Satanás hizo que el Faraón desplegase su última batalla contra el
pueblo escogido de Israel, que iba a salir de Egipto. Por ello, el
lado celestial lo hirió con tres grandes milagros, dejando así
salir al pueblo.
Del mismo modo, en la consumación de la historia, Satanás
desplegará su última batalla contra el pueblo del lado celestial
que está a punto de comenzar su curso mundial de la restauración de
Canaán. Por consiguiente, el acto de herir a Satanás tres veces
aparece reflejado en las tres grandes guerras mundiales.
En
segundo lugar, ya que Satanás realizó de antemano el tipo de mundo
en el que Dios hubiera cumplido las tres bendiciones para el hombre,
pero de una manera fuera del Principio,
las tres grandes guerras mundiales son inevitables con el fin de
establecer la condición mundial de indemnización para restaurar las
tres grandes bendiciones de Dios. Dios creó al hombre y lo bendijo
con tres grandes bendiciones: que perfeccionase su individualidad,
que se multiplicase y que dominase el mundo de la creación (Gen.
1:28). Por lo tanto, el hombre debería haber realizado el Reino de
los Cielos en la tierra cumpliendo estas grandes bendiciones.
Dado que
Dios, habiendo creado al hombre, lo bendijo de esta manera, El no
podía anular las bendiciones aunque el hombre cayera. Por lo tanto,
El no tenía más remedio que dejar que los hombres caídos
realizaran con anterioridad el mundo fuera del Principio siguiendo el
modelo de las bendiciones, centrados en Satanás. Al fin de la
historia humana tiene que realizarse un mundo fuera del Principio que
siga el modelo de haber perfeccionado las tres grandes bendiciones:
es decir, la
individualidad centrada en Satanás, la multiplicación centrada en
Satanás y el dominio del mundo creado centrado en Satanás. Por
consiguiente, para establecer la condición mundial de indemnización
para restaurar las tres grandes bendiciones de Dios, deben ocurrir
tres grandes guerras mundiales para herir, en cada una de las tres
etapas de formación, crecimiento y perfección, al mundo fuera del
Principio centrado en Satanás, que sigue el modelo del cumplimiento
de las tres grandes bendiciones.
En
tercer lugar, las grandes guerras mundiales son inevitables con el
fin de que los hombres de la tierra superen las tres tentaciones de
Satanás a Jesús a un nivel mundial.
Los
cristianos deben superar las tres tentaciones que sufrió Jesús en
el desierto en los niveles individual, familiar, nacional y mundial.
Por consiguiente, ocurrirán tres grandes guerras mundiales para que
la humanidad pueda superar las tres tentaciones de Jesús a nivel
mundial.
En
cuarto lugar, las grandes guerras mundiales son inevitables con el
fin de establecer la condición mundial de indemnización para la
restauración de la soberanía celestial.
Si el hombre se hubiera perfeccionado durante las tres etapas del
período de crecimiento sin caer, se habría realizado el mundo bajo
la soberanía de Dios. Por consiguiente, Dios
tiene que sostener la última guerra para restaurar el mundo de la
soberanía celestial, dividiendo este mundo caído en los dos tipos -
el tipo Caín y el tipo Abel- y haciendo que el mundo celestial de
tipo Abel hiera al mundo satánico del tipo Caín, restaurando así
mundialmente por indemnización el acto de Caín de haber matado a
Abel. Incluso para hacer esto se deben recorrer las tres etapas y por
lo tanto son inevitables tres grandes guerras mundiales.
Por consiguiente, las grandes guerras mundiales son las últimas
guerras en las que se restaura por indemnización horizontalmente el
propósito de todas las guerras que han sido sostenidas para la
restauración de la soberanía celestial en el curso vertical de la
providencia.
2. LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL
(1) Resumen de la providencia de la Primera Guerra Mundial
El gobierno
bajo la monarquía absoluta se hundió como consecuencia de dos tipos
de revolución democrática, el tipo Caín y el tipo Abel, que habían
sido originadas por las dos concepciones de la vida. La Revolución
Industrial que vino a continuación, llevó a la sociedad feudal al
capitalismo, dando nacimiento finalmente a la sociedad imperialista.
Por consiguiente, la
primera guerra mundial, examinada desde el aspecto político, fue la
guerra entre el gobierno democrático dirigido hacia la providencia
de la restauración conforme a la democracia de tipo Abel y el
gobierno totalitario que iba contra el propósito de la providencia
de la restauración, conforme a la democracia de tipo Caín.
Considerado
bajo el aspecto económico, fue una guerra entre el imperialismo del
lado celestial y el del lado satánico.
Esta gran guerra mundial fue también, en cierto modo, una guerra
sostenida entre las naciones capitalistas más adelantadas y las
menos adelantadas para obtener colonias.
La
Primera Guerra Mundial, según el aspecto ideológico, fue una guerra
entre las naciones de tipo Caín, tales como Turquía, la nación
musulmana que persiguió al Cristianismo en aquel tiempo, juntamente
con Alemania y Austria-Hungría, que apoyaron a Turquía, y las
naciones de tipo Abel como Inglaterra, América y Francia, que creían
en el Cristianismo. Para concluir, la Primera Guerra Mundial fue la
guerra en la cual la democracia, que tenía que realizar el propósito
de la concepción de la vida tipo Abel, pudo crear una base de
victoria al nivel de formación.
(2) ¿Qué determina el lado celestial y el lado satánico?
El
lado celestial y el lado satánico se determinan conforme al modelo
de la dirección de la providencia de la restauración de Dios. La
posición que toma la misma dirección que la de la providencia de la
restauración de Dios o que actúa por lo menos de acuerdo con esa
dirección, incluso de un modo indirecto, se denomina el «lado
celestial», y una posición contraria se denomina el «lado
satánico».
Por consiguiente, la posición en el lado celestial o en el lado
satánico no tiene que estar necesariamente de acuerdo con nuestro
sentido común, conciencia o juicio. El
hecho de que Moisés matara al egipcio puede ser considerado malo por
quienes no conocen la providencia de Dios. Sin embargo, cuando lo
consideramos desde el punto de vista de la providencia de la
restauración, fue bueno. Además, desde el punto de vista de quienes
no conocen la providencia de Dios, también se puede considerar como
mala la invasión de los israelitas a la tierra de Canaán, durante
la cual destruían a todos los gentiles sin razón. Sin embargo, esto
era bueno también si lo consideramos desde el punto de vista de la
providencia de la restauración.
Aunque podría haber habido entre los cananeos personas de mejor
conciencia que los israelitas; los cananeos en aquel tiempo estaban
en conjunto en el lado satánico, mientras que los israelitas estaban
en conjunto en el lado celestial.
Tomemos
también un ejemplo desde el punto de vista religioso. Todas las
religiones, que tienen el mismo propósito del «bien», están en el
lado celestial. Sin embargo. cuando una cierta religión bloquea el
camino de otra religión más cercana a Dios, por su misión, esa
religión puede caer en el lado satánico. Ya que cada religión
tiene una cierta misión en su era, cualquier religión está
inclinada a volverse del lado satánico, cuando después de haber
pasado la era de su misión se mantiene en el camino, como un
obstáculo para la religión que surge para cumplir una nueva misión
para la era siguiente. Antes de la llegada de Jesús, el Judaísmo y
el pueblo judío estaban en el lado celestial. Pero cuando
persiguieron a Jesús, que había venido con una nueva misión con el
fin de realizar el propósito del Judaísmo, cayeron en el lado de
Satanás sin considerar su servicio a Dios en el pasado.
Desde
la era moderna, todo el linaje de la concepción de la vida tipo Abel
está en el lado celestial, mientras que todo linaje de la concepción
de la vida tipo Caín, está en el lado satánico. En este sentido,
los materialistas, siendo el fruto de la concepción de la vida tipo
Caín, están en el lado satánico, por muy conscientes y dedicados a
los demás que puedan parecer desde el punto de vista humano. Por lo
tanto, el mundo comunista pertenece al lado satánico. Por otro lado,
el mundo democrático donde está permitida la libertad de fe, siendo
el mundo que existe bajo la concepción de la vida tipo Abel, está
en el lado celestial.
Como ya
hemos visto en la Parte I, el Cristianismo fue establecido como la
religión central con la misión final de cumplir el propósito de
todas las religiones. Por ello, desde el punto de vista de la
providencia de la restauración, cualquiera que bloquee el camino del
Cristianismo hacia el cumplimiento del propósito de esta providencia
pertenece al lado satánico. Por consiguiente, cualquier nación que
persiga al Cristianismo o bloquee su desarrollo, ya sea directa o
indirectamente, pertenece al lado satánico. Así pues, en
la Primera Guerra Mundial, las naciones que encabezaban el lado de
los Aliados, tales como Inglaterra, América, Francia y Rusia, no
sólo eran naciones Cristianas, sino que también trataron de liberar
a los cristianos bajo persecución en Turquía, la nación musulmana.
Por lo tanto, todas pertenecían al lado celestial. Las otras
naciones dirigentes, tales como Alemania y Austria-Hungría, que
apoyaron a Turquía, la nación musulmana que perseguía al
Cristianismo, pertenecían todas al lado satánico, juntamente con la
misma Turquía.
(3) Las causas de la I Guerra Mundial según la providencia de la restauración
Según
la providencia de la restauración, la causa interna de la Primera
Guerra Mundial fue primeramente para establecer, mundialmente, la
condición de indemnización a nivel de formación para restaurar las
tres grandes bendiciones de Dios para el hombre.
Como ya hemos aclarado antes, Satanás ha realizado por adelantado,
un tipo de mundo similar al que Dios proyectaba realizar con Adán
como centro. Por consiguiente, en la consumación de la historia,
aparecerá necesariamente un mundo fuera del Principio imitando el
grado de formación del cumplimiento de las tres grandes bendiciones,
centrado en un personaje tipo Adán, del lado de Satanás. Por lo
tanto, el lado de Dios debe destruir este mundo y establecer
mundialmente la condición de indemnización en el grado de formación
para restaurar el mundo del Principio que ha perfeccionado las tres
bendiciones centrado en Dios. La Primera Guerra Mundial ocurrió con
este propósito.
Por esta
razón, el
Káiser de Alemania, que provocó la Primera Guerra Mundial, fue el
personaje del modelo Adámico con individualidad perfecta en la etapa
de formación del lado de Satanás, y cumplió el modelo de la
multiplicación de hijos abogando por el Pangermanismo. Después
realizó el modelo de dominación de toda la creación estableciendo
la política de conquista del mundo, realizando así el mundo fuera
del Principio según el nivel de perfección en la etapa de formación
de las tres grandes bendiciones centradas en Satanás.
Por esto, era inevitable la Primera Guerra Mundial para que el lado
celestial lograse la victoria destruyendo al lado satánico y
estableciendo, mundialmente, la condición de indemnización a nivel
de formación para restaurar el mundo que ha perfeccionado las tres
grandes bendiciones centradas en Dios.
En
segundo lugar, la Primera Guerra Mundial debía ocurrir a fin de que
el hombre en la tierra del lado celestial superase la primera
tentación de Satanás a Jesús sobre la base mundial. Por
consiguiente, desde el punto de vista de la tentación que Jesús
había sufrido, el lado de Dios tenía que establecer la condición
de indemnización para restaurar, mundialmente, la primera bendición
de Dios para el hombre, obteniendo la victoria en la Primera Guerra
Mundial. Jesús había establecido el fundamento de la restauración
de su individualidad perfecta, al restaurar la piedra como su propia
representación, superando la primera tentación en el desierto. Del
mismo modo, el lado de Dios tenía que destruir el mundo satánico y
a su figura central, logrando la victoria en la Primera Guerra
Mundial, y tenía que establecer el mundo del lado celestial con el
Señor de la Segunda Llegada como centro, estableciendo así el
fundamento para que el Señor restaurase su individualidad perfecta.
En
tercer lugar, la Primera Guerra Mundial era inevitable para
establecer el fundamento en la etapa de formación para restaurar la
soberanía celestial.
Como ya hemos visto (ref. Parte II, Cap. IV, Sec. VII, 2 [6]), el
sistema democrático apareció como la forma final de gobierno para
restaurar la soberanía de Dios, después de haber subyugado al
sistema absolutista. Como
probaron más tarde los hechos, las naciones del lado celestial
lograron la victoria en la Primera Guerra Mundial y cristianizaron al
mundo al ampliar su territorio político. De este modo establecieron
el fundamento en la etapa de formación para la democracia y, al
mismo tiempo, establecieron el fundamento en la etapa de formación
para restaurar la soberanía celestial, construyendo una base
política y económica amplia y firme en el lado celestial.
(4) Los resultados de la I Guerra Mundial según la providencia de la restauración
Debido
a la victoria del lado celestial en la Primera Guerra Mundial, se
estableció la condición de indemnización en la etapa de formación
para restaurar mundialmente las tres grandes bendiciones de Dios para
el hombre. Desde el punto de vista de la superación, a nivel
mundial, de la tentación de Satanás a Jesús fue establecida la
condición de indemnización para restaurar mundialmente la primera
bendición que Dios dio al hombre. Luego, a través de la victoria de
las naciones democráticas, se estableció el fundamento en la etapa
de formación para restaurar la soberanía celestial.
Con
la caída del mundo satánico y del Káiser, que reinaba en este
mundo,
se estableció el fundamento de victoria en la etapa de formación en
el mundo del lado celestial; así fue
establecido el fundamento sobre el cual podría nacer el Señor de la
Segunda Llegada como Rey del Mundo del lado celestial.
A
continuación, apareció
el mundo comunista centrado en Stalin, que era la representación
simbólica del Señor de la Segunda Llegada del lado satánico.
El lado satánico proyectó realizar la pseudoforma del Reino de los
Cielos en la tierra centrado en un personaje que imitaba el modelo
del Señor de la Segunda Llegada en el lado satánico, con el fin de
realizar por adelantado el ideal del lado celestial, antes de que el
Señor de la Segunda Llegada estableciese el ideal del Reino de los
Cielos en la tierra bajo los principios de coexistencia,
co-prosperidad y causa común. Por ello, con
la victoria del lado celestial en la Primera Guerra Mundial, se
estableció el fundamento para la Segunda Llegada del Mesías. A
partir de entonces comenzó el período de formación para el
ministerio de la Segunda Llegada.
3. LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL
(1) Perfil providencial de la Segunda Guerra Mundial
Como ya
hemos visto en la historia posterior a la Epoca Medieval, el espíritu
fundamental de la democracia es realizar el propósito de la
concepción de la vida tipo Abel. Por consiguiente, la democracia va
necesariamente encaminada hacia la realización del mundo bajo el
ideal de la creación, siguiendo la tendencia natural de las dos
características, interior y exterior, de la naturaleza original del
hombre. Naturalmente, la
Segunda Guerra Mundial fue la guerra en la que la democracia
estableció el fundamento de victoria en la etapa de crecimiento,
venciendo al totalitarismo, que bloqueaba el camino de la naturaleza
original del hombre.
(2) ¿Qué es el totalitarismo?
Cuando
el pánico económico abrumó a todo el mundo en el año 1930,
naciones tales como Alemania, Japón e Italia, que bajo
circunstancias de aislamiento, hallaron difícil superar tal
adversidad, trataron de encontrar en el totalitarismo un camino para
vencer sus dificultades.
¿Qué
es el totalitarismo? Es una ideología política que niega la
dignidad de la individualidad del hombre y la libertad de expresión,
publicación, reunión y asociación, junto con los derechos básicos
humanos referentes al estado y al sistema parlamentario -que son las
bases de la ideología política democrática de las naciones
modernas- e insiste en que cualquier individuo o grupo debe existir
para el beneficio y el desarrollo de toda la nación o del estado.
Por lo tanto, la libertad bajo este sistema puede ser definida no
como un derecho que cualquier individuo pueda reclamar y disfrutar,
sino como un deber o un sacrificio que se debe pagar por el conjunto.
El principio
dirigente del totalitarismo no concede ninguna autoridad en la
mayoría, sino en un solo hombre, el gobernante. La voluntad del
gobernante, entonces, se convierte en la ideología de toda la nación
o del estado. Como
ejemplo de este totalitarismo político, está el de Mussolini en
Italia, el de Hitler en Alemania y el gobierno dictatorial de los
militaristas de Japón.
(3) Las naciones del lado celestial y las del lado satánico durante la Segunda Guerra Mundial
La
Segunda Guerra Mundial se desencadenó entre las naciones del lado
celestial - EE.UU., Inglaterra y Francia- en alianza entre si bajo la
democracia y las naciones del lado satánico -Alemania, Japón e
Italia- en alianza entre sí bajo el totalitarismo.
¿Por qué, entonces, están las primeras en el lado celestial y las
segundas en el lado satánico?
Las
primeras eran del lado celestial porque tenían a la democracia como
su ideología fundamental, que había sido establecida como la
ideología política de la etapa final de la providencia de la
restauración, centrada en la concepción de la vida tipo Abel. Las
últimas estaban en el lado satánico porque eran las naciones
totalitarias antidemocráticas cuya ideología política estaba
centrada en la concepción de la vida tipo Caín. Además, las
primeras eran las naciones que apoyaban al Cristianismo, mientras que
las últimas se colocaron en una posición anticristiana, de este
modo se separaron yendo las primeras hacia el lado celestial y las
últimas hacia el lado satánico.
Examinemos
ahora los detalles con más claridad. Alemania,
que era el centro de las Potencias del Eje en aquel tiempo, privó al
pueblo de sus libertades fundamentales y su control de las ideologías
ejerció influencia incluso en el campo religioso. Es decir, Hitler
impuso la estricta ideología religiosa primitiva germánica
concluyendo un pacto con el papa de Roma, fundando así una religión
nacional, y entonces trató de controlar a todo el Protestantismo
bajo la supervisión de obispos por todo el país. Por consiguiente,
los católicos así como los protestantes se opusieron fuertemente a
Hitler, quién además masacró a seis millones de judíos.
Los
militaristas japoneses durante la guerra mundial obligaron a todas
las iglesias coreanas a instalar un Kamidana (altar doméstico) del
Sintoísmo japonés y forzaron a los cristianos a asistir a los
cultos en los templos japoneses. Quienes se oponían eran
encarcelados o asesinados. Masacraron especialmente a los cristianos
coreanos, quienes tuvieron que emigrar a Manchuria para escapar del
dominio de Japón y para hallar la libertad. De este modo, la
política de aniquilación del Cristianismo coreano, que pusieron en
vigor hasta la última parte de la gran guerra, fue de lo más atroz.
Italia también llegó a ser una potencia del Eje al conspirar con
Alemania, que estaba en el lado satánico. Mussolini estableció el
Catolicismo como religión nacional con el fin de unificar la
ideología de su pueblo, procediendo de este modo contra la
providencia de la restauración de Dios. Por tal motivo, podemos
designar a Alemania, Japón e Italia de aquellos días como las
naciones del lado satánico.
(4) Las razón por las que el lado celestial y el lado satánico se enfrentaron con tres grandes potencias a cada lado
La Segunda
Guerra Mundial estalló con el fin de establecer, mundialmente, la
condición de indemnización a nivel de crecimiento para restaurar
las tres grandes bendiciones de Dios, que no fueron realizadas
centradas en Jesús. Originalmente,
debido a la caída de los tres seres, Adán, Eva y el arcángel, las
tres grandes bendiciones de Dios no fueron realizadas.
Por consiguiente, al restaurar las tres grandes bendiciones, tres
seres tendrían que colaborar juntos con el fin de restaurar las tres
bendiciones por indemnización. Así pues, Dios llevó a cabo la
providencia espiritual de la salvación combinando los esfuerzos de
tres seres, Jesús, que vino como el segundo Adán, el Espíritu
Santo, que vino como la divinidad de Eva (ref. Parte I, Cap. VII,
Sec. IV, 1) y el arcángel, restaurando así espiritualmente Sus tres
grandes bendiciones. Por lo tanto, la
Segunda Guerra Mundial, que tenía que establecer, mundialmente, la
condición de indemnización a nivel de crecimiento para restaurar
las tres bendiciones centradas en Jesús, también tenía que
establecer la condición para restaurar las tres bendiciones por
indemnización cuando las naciones del lado celestial simbolizando a
Adán, a Eva y al arcángel, obtuvieran la victoria sobre las
naciones del lado satánico, que seguían un modelo similar. Por
consiguiente, Satanás, que sabía esto, reunió de antemano a las
naciones según los modelos de Adán, Eva y el arcángel en el lado
satánico, adelantándose a esta providencia e hizo que atacaran a
las naciones de modelos semejantes del lado celestial.
Los
Estados Unidos, como nación tipo hombre, simbolizaba al Adán del
lado celestial, mientras que Inglaterra, como nación tipo mujer,
simbolizaba a la Eva del lado celestial y Francia, como un tipo
intermedio de nación, simbolizaba al arcángel del lado celestial.
Por el otro lado, Alemania, nación tipo hombre, simbolizaba al Adán
del lado satánico, mientras que Japón, como nación tipo mujer,
simbolizaba a la Eva del lado satánico e Italia, como tipo
intermedio de nación, simbolizaba al arcángel del lado satánico.
En
la Primera Guerra Mundial, los Estados Unidos, Inglaterra y Francia,
y Alemania, Austria y Turquía, también eran las naciones del lado
celestial y del lado satánico formadas por grupos de tipos
similares, como modelos simbólicos a nivel de formación.
¿Por
qué la Unión Soviética, que era una nación del lado satánico, se
unió al lado celestial?
Cuando la sociedad medieval de Europa Occidental, centrada en el
papa, llegó a un punto en el que nunca lograría el propósito de la
providencia de la restauración, Dios tuvo que llevar a cabo Su
providencia de la realización de los dos mundos -el comunismo y la
democracia- dividiendo la sociedad en los dos mundos basados
respectivamente en la concepción de la vida tipo Caín y la
concepción de la vida tipo Abel. Mientras tanto, la
sociedad feudal y la sociedad monárquica o la sociedad imperialista,
bloqueaban el camino del lado celestial y al mismo tiempo obstruían
el camino final del lado satánico para cumplir esta providencia. Por
consiguiente, el lado celestial y el lado satánico se unieron para
destruir esta sociedad.
La providencia de la restauración se desarrolla siguiendo el curso
de la era. Por ello, incluso el mundo fuera del Principio, que se
realiza por adelantado bajo una pseudoforma de la providencia de la
restauración de Dios, tiene que desarrollarse hacia el objetivo
satánico siguiendo el curso de la era. Por consiguiente, incluso en
el mundo satánico, debe haber lucha para destruir la vieja sociedad
porque ésta constituye un obstáculo para la sociedad progresiva.
De acuerdo
con esta tendencia histórica, el
totalitarismo, durante la Segunda Guerra Mundial, se convirtió tanto
en un obstáculo para el lado satánico, como para el lado celestial.
Por ello, Dios tuvo que permitir, aunque temporalmente en la
providencia de la restauración, que el lado satánico realizase el
mundo comunista. Por esta razón, Dios permitió que el mundo
comunista cosechara rápidamente sus propios frutos por medio de la
destrucción de las naciones totalitarias vencidas por la Unión
Soviética en cooperación con las naciones del lado celestial.
Sin embargo, tan pronto como la Segunda Guerra Mundial terminó, los
dos mundos: de la democracia y del comunismo se dividieron como el
agua y el aceite.
(5) Las causas de la Segunda Guerra Mundial según la providencia de la restauración
Desde
el punto de vista de la providencia de la restauración, la primera
de las causas internas que llevaron a la Segunda Guerra Mundial fue
para establecer, mundialmente, la condición de indemnización a
nivel de crecimiento para restaurar las tres grandes bendiciones de
Dios.
Debido a la caída de Adán, Dios, enviando a Jesús, el segundo
Adán, trató de restaurar el mundo en el que fueran realizadas Sus
tres grandes bendiciones con Jesús como centro. Sin embargo, Jesús
cumplió esto sólo espiritualmente por medio de su crucifixión, a
causa de la falta de fe del pueblo judío. Por otro lado, Satanás
intentaba realizar, de antemano, el mundo según un modelo similar al
mundo que Jesús pensaba realizar. Por ello, en la consumación de la
historia será realizado sin duda un mundo fuera del Principio
imitando el modelo de las tres grandes bendiciones, cumplidas a nivel
de crecimiento, centradas en un personaje tipo Jesús del lado
satánico. Por consiguiente, Dios tiene que establecer, mundialmente,
la condición de indemnización a nivel de crecimiento para la
restauración del mundo bajo el Principio con las bendiciones
realizadas centradas en Dios, destruyendo este mundo satánico. La
Segunda Guerra Mundial se originó con este propósito.
El personaje tipo Jesús del
lado satánico fue Hitler. Por ello la vida de Hitler fue muy similar
a la de Jesús en ciertos aspectos, como su pensamiento a una escala
mundial, su vida sencilla, su muerte miserable y la desaparición de
su cadáver, aunque su voluntad era exactamente opuesta a la de
Jesús. Por consiguiente, Hitler de Alemania, que provocó la Segunda
Guerra Mundial, fue el personaje tipo Adán del lado satánico debido
a que cumplió el modelo de la multiplicación de hijos, abogando por
el Pangermanismo y realizó el modelo de la dominación de toda la
creación, estableciendo una política de hegemonía mundial. Así
pues, realizó el mundo fuera del Principio, siguiendo el modelo del
cumplimiento de las tres grandes bendiciones a nivel de crecimiento
centradas en Satanás. El lado celestial tenía que establecer,
mundialmente, la condición de indemnización a nivel de crecimiento
para restaurar el mundo que ha cumplido las tres grandes bendiciones,
logrando la victoria en la Segunda Guerra Mundial.
En
segundo lugar, la Segunda Guerra Mundial tuvo lugar con el fin de que
los hombres de la tierra del lado celestial sufriesen y superasen,
mundialmente, la segunda tentación de Satanás a Jesús. Por
consiguiente, cuando lo consideramos desde el punto de vista de la
tentación que Jesús tuvo que sufrir, el lado celestial tenía que
establecer, a nivel mundial, la condición de indemnización para
restaurar la segunda bendición que Dios dio al hombre, logrando la
victoria en la Segunda Guerra Mundial. Así como Jesús estableció
el fundamento para la restauración de los hijos, superando la
segunda tentación en el desierto, del mismo modo, el mundo del lado
celestial tenía que establecer el fundamento de la democracia a
nivel de crecimiento, logrando la victoria en la Segunda Guerra
Mundial, consiguiendo así que los hombres del lado celestial
estableciesen el fundamento mundial para la restauración de los
hijos.
En
tercer lugar, la Segunda Guerra Mundial se originó para establecer
el fundamento a nivel de crecimiento para la restauración de la
soberanía celestial.
Debido a la victoria del lado celestial en la Primera Guerra Mundial,
el mundo democrático llegó a disfrutar del fundamento al nivel de
formación, mientras que de igual manera, el mundo satánico, que
había estado realizando el mundo tipo Caín, pudo subyugar al
«imperialismo» y establecer el fundamento a nivel de formación
para el mundo comunista. Por consiguiente, la
Segunda Guerra Mundial, como revelaron los resultados, separó
completamente a los dos mundos de la democracia y el comunismo,
habiendo establecido cada uno su fundamento a nivel de crecimiento.
Cuando el mundo democrático llegó a disfrutar del fundamento a
nivel de crecimiento, la restauración de la soberanía celestial
quedó establecida sobre su fundamento a nivel de crecimiento.
(6) Los resultados de la Segunda Guerra Mundial según la providencia de la restauración
La
victoria del lado celestial en la Segunda Guerra Mundial posibilitó
el establecimiento de la condición de indemnización a nivel de
crecimiento para restaurar, mundialmente, las tres grandes
bendiciones de Dios para el hombre. Desde el punto de vista de haber
sufrido mundialmente las tentaciones de Satanás a Jesús, se
estableció la condición de indemnización para restaurar
mundialmente la segunda bendición de Dios. Al mismo tiempo, se
estableció el fundamento a nivel de crecimiento para la restauración
de la soberanía celestial ya que el mundo democrático pudo
establecer la base sobre el nivel de crecimiento.
Entonces,
desde
el punto de vista del principio de la restauración por
indemnización, el hecho de que Hitler (el personaje tipo Jesús en
el lado satánico) y su país fuesen destruidos y que apareciese el
mundo comunista centrado en Stalin (el personaje según el modelo del
Señor de la Segunda Llegada en el lado satánico) a escala mundial
significaba que la era en la que el hombre había construido el reino
espiritual centrado en el Jesús resucitado había pasado, y que
había llegado el tiempo de fundar un cielo nuevo y una tierra nueva
(Ap. 21:1-7), centrados en el Señor de la Segunda Llegada.
De este
modo, después
de la Segunda Guerra Mundial, se entró en la etapa de crecimiento
para el ministerio de la Segunda Llegada. Por consiguiente, mucha
gente ha recibido revelaciones que se refieren a la vuelta de Cristo
y ocurren fenómenos espirituales por todo el mundo. Al mismo tiempo,
todas las religiones establecidas se secularizarán en creciente caos
y división, perdiendo su poder religioso. Este es un fenómeno de
los Ultimos Días que ocurre debido a la providencia final de Dios
para la unificación de todas las religiones por medio de una nueva y
definitiva verdad.
4. LA TERCERA GUERRA MUNDIAL
(1) ¿Es inevitable la Tercera Guerra Mundial?
Al
principio, Dios creó a los primeros antepasados humanos y los
bendijo para que dominasen todo el mundo (Gen. 1: 28). Por lo tanto,
Dios no tuvo más remedio que permitir a Satanás que realizase por
adelantado, el mundo fuera del Principio siguiendo el modelo de haber
cumplido estas bendiciones con hombres caídos. Por otro lado,
conforme a Su providencia de la restauración, ha obrado para llevar
a todos los hombres de vuelta al lado celestial, siempre detrás de
Satanás. Por consiguiente, en
la consumación de la historia humana, el lado celestial y el lado
satánico deben llegar a dominar el mundo a sus respectivas maneras.
Así pues, los dos mundos, la democracia y el comunismo, convivirán
juntos. Para la separación y unificación final de estos dos mundos,
son necesarias guerras mundiales. La Primera y la Segunda Guerra
Mundial fueron las guerras para dividir al mundo en la democracia y
el comunismo. Así pues, debe venir a continuación la guerra para la
unificación de estos dos mundos separados. Esta es en verdad la
Tercera Guerra Mundial. Por lo tanto, la Tercera Guerra Mundial
tendrá lugar inevitablemente. Sin embargo, existen dos maneras de
librar esta guerra.
En
primer lugar, está el camino de la subyugación y unificación del
lado satánico por las armas. Sin embargo, el mundo ideal que surgirá
después de la unificación, siendo el mundo ideal en el que toda la
humanidad vivirá feliz, no se realizará nunca subyugando al enemigo
sólo externamente por el uso de las armas. Por consiguiente, deben
ser subyugados después internamente y deben llegar a alegrarse
verdaderamente en el fondo de sus corazones. Para esto, debe haber
una ideología absolutamente perfecta que sea capaz de satisfacer el
deseo de la naturaleza original del hombre.
Luego,
la segunda manera de librar esta guerra es subyugando y unificando el
mundo satánico directamente por medio de una lucha enteramente
interior mediante la ideología, sin necesidad de ninguna lucha
exterior por las armas. Los hombres son seres racionales. Por esta
razón, el mundo de unidad perfecta se realizará solamente cuando
los hombres sean subyugados y unidos por la razón. La cuestión
referente a qué tipo de guerra llevará a la realización de un solo
mundo, está determinada según el éxito o el fracaso del hombre en
cumplir su propia parte de responsabilidad.
¿De
dónde vendrá, pues, la nueva ideología mundial necesaria para
establecer el mundo único?
La ideología
que pueda dirigir a toda la humanidad a un mundo ideal no podemos
pensar que venga del mundo comunista, establecido por la concepción
de la vida tipo Caín, porque esta concepción de la vida está
bloqueando el desarrollo interior de la naturaleza original del
hombre. Por consiguiente, esta
ideología debe surgir en el mundo democrático, que está
establecido por la concepción de la vida tipo Abel. Sin embargo, es
un hecho históricamente probado que no ha habido ninguna ideología
entre las muchas existentes en el mundo democrático, que pueda
subyugar la ideología comunista.
Entonces,
esta ideología debe aparecer actualmente en el mundo democrático.
Para que esta nueva ideología se formule, debe aparecer una nueva
verdad. Esta nueva verdad debe ser, desde luego, el fundamento de la
concepción de la vida tipo Abel y, naturalmente, el fundamento de la
democracia.
Así como ha sucedido en el curso del desarrollo histórico en el que
hasta el presente los hombres siempre han perseguido a la verdad más
reciente, esta nueva verdad, cuando venga, entrará en conflicto con
las viejas verdades que mucha gente ha considerado hasta ahora que
son las auténticas. Por lo tanto, incluso en la democracia de hoy
día, la gente se dividirá en dos grupos con los diferentes puntos
de vista Caín y Abel, que lucharán entre sí. No obstante, cuando
esta nueva verdad establezca una base victoriosa en el mundo
democrático y además subyugue a la ideología comunista, se
realizará finalmente un mundo único bajo esta única verdad.
Satanás,
conociendo de antemano la providencia de Dios de dar a los hombres
esta nueva verdad para unificarlos bajo una ideología única, ha
expuesto una ideología falsa, imitando a la verdadera en su intento
de unificar a toda la humanidad, centrada en él mismo. Esta «verdad»
satánica es el materialismo dialéctico. El materialismo dialéctico
intenta destruir toda existencia espiritual, estableciendo su propio
fundamento racional. La posición de este materialismo, tratando de
probar que Dios no existe, cae en un estado de autodestrucción y
asume la lógica de la negación de la existencia del mismo Satanás.
Además, Satanás sabe suficientemente bien que él mismo perecerá
en la consumación de la historia (del mal). Dándose
cuenta de su inevitable fin, en el que ya no será glorificado nunca
más, se alzó para negar a Dios a riesgo de sacrificarse a sí
mismo. Esta negación es realmente el núcleo central del
«materialismo dialéctico». Por consiguiente, el lado celestial
nunca será capaz de escapar del ataque de la teoría de Satanás, a
menos que el mundo democrático pueda formular la verdad que
subyugará a su ideología. Esta es la razón histórica en la
providencia de la restauración por la que el lado celestial debe
proclamar la verdad perfecta y absoluta.
(2) Resumen providencial de la Tercera Guerra Mundial
La
Tercera Guerra Mundial va a ser aquella en la que Dios proyecta
restaurar, como última medida desde que comenzó la providencia de
la restauración, el mundo ideal, haciendo que el mundo democrático
subyugue al mundo comunista.
Desde el punto de vista de la providencia de la restauración, por
medio de la Primera Guerra Mundial el lado celestial estableció un
fundamento democrático a nivel de formación, con la ampliación del
territorio político y económico al obtener colonias por todo el
mundo; a través de la Segunda Guerra Mundial se estabilizó el
territorio del mundo democrático, estableciendo mundialmente el
fundamento democrático en el nivel de crecimiento. Ahora, por
medio de la Tercera Guerra Mundial se debe constituir el fundamento
democrático en el nivel de perfección estableciendo la perfecta
concepción de la vida tipo Abel, conforme a la nueva verdad, y sobre
este fundamento se debe conducir a toda la humanidad hacia un mundo
único.
Por consiguiente, la Tercera
Guerra Mundial es la guerra final, en la que el lado celestial debe
restaurar horizontalmente por indemnización, en la consumación de
la historia, todo lo que estuvo obligado a entregar a Satanás
después de haber tratado de cumplir la voluntad celestial durante
las tres etapas de prolongación en el curso histórico de la
providencia de la restauración.
(3) Las causas de la Tercera Guerra Mundial según la providencia de la restauración
Como hemos
visto antes, que la Tercera Guerra Mundial vaya a ser sostenida por
la fuerza de las armas o por una batalla ideológica se determinará
conforme al éxito o al fracaso del hombre en cumplir su propia parte
de responsabilidad en la realización de la providencia de la
restauración de Dios. Sin
embargo, independientemente del tipo de batalla que se vaya a librar,
habrá indudablemente una guerra mundial más.
Entonces,
¿cuál
sería la causa interna de la Tercera Guerra Mundial,
desde el punto de vista de la providencia de la restauración? En
primer lugar, establecer mundialmente la condición de indemnización
a nivel de perfección para restaurar las tres grandes bendiciones de
Dios para el hombre.
Debido a la falta de fe del pueblo judío, la providencia de la
restauración centrada en Jesús fue cumplida sólo espiritualmente.
Por lo tanto, Cristo debe volver a la tierra para restaurar al mundo,
espiritual y físicamente, y realizar las tres grandes bendiciones de
Dios. Por consiguiente, Satanás trata nuevamente de realizar el
mundo fuera del Principio según un modelo similar al mundo que el
Señor va a traer al tiempo de la Segunda Llegada. Por ello, al final
de la historia se realizará el mundo fuera del Principio según el
modelo de haber restaurado las tres grandes bendiciones, centradas en
un personaje imitando el modelo del Señor de la Segunda Llegada del
lado satánico. Por consiguiente, el lado celestial debe establecer,
mundialmente, la condición de indemnización a nivel de perfección
para restaurar el mundo en el que se han realizado las tres grandes
bendiciones centradas en Dios, subyugando al mundo centrado en
Satanás. Por este motivo, debe venir la Tercera Guerra Mundial.
Stalin
fue el personaje que seguía el modelo del Señor de la Segunda
Llegada en el lado satánico. Por esto, Stalin, como personaje que
cumplió el modelo del perfeccionamiento de su individualidad en el
lado satánico, llevó a cabo el modelo de la multiplicación de
hijos abogando por los esfuerzos combinados de los labradores,
pescadores y obreros en oposición al mundo democrático. También
realizó el modelo del dominio de todas las cosas estableciendo la
política de bolchevismo mundial, cumpliendo así el modelo de las
tres grandes bendiciones.
Por consiguiente, debemos saber que el mundo comunista es el mundo
fuera del Principio en el que Satanás ha tratado de realizar el
mundo de coexistencia, coprosperidad y causa común, que será
realizado en el futuro centrado en Dios.
En
segundo lugar, la Tercera Guerra Mundial tendrá lugar con el fin de
hacer que los hombres del lado celestial superen, mundialmente, la
tercera tentación de Satanás a Jesús. Por lo tanto, centrado en la
tentación que sufrió Jesús, el lado celestial debe establecer la
condición de indemnización para restaurar mundialmente la tercera
bendición de Dios, logrando la victoria en la Tercera Guerra
Mundial. Esto es porque, así como Jesús estableció el fundamento
para restaurar el dominio sobre todas las cosas superando la tercera
tentación en el desierto, el lado celestial debe restaurar la
dominación del hombre sobre todo el mundo de la creación, logrando
la victoria en la Tercera Guerra Mundial.
En
tercer lugar, la Tercera Guerra Mundial debe tener lugar con el fin
de establecer el fundamento a nivel de perfección para la
restauración de la soberanía celestial. Esto es porque el lado
celestial debe realizar el mundo ideal bajo el Principio
macrocósmico, destruyendo el mundo comunista y haciendo que toda la
soberanía vuelva a Dios a través de la victoria en la Tercera
Guerra Mundial.
(4) Los resultados de la Tercera Guerra Mundial según la providencia de la restauración
Al
principio, Dios pensó realizar Su providencia de la restauración
estableciendo a Caín y a Abel en la familia de Adán. No obstante,
debido a que Abel fue asesinado por Caín, comenzó la historia de
pecado de la humanidad. La obra de Dios de la separación del bien y
el mal para restaurar la familia de Adán por indemnización comenzó
a nivel individual. Después de extenderse a los niveles de hogar,
tribu, sociedad, raza y nación, ha ampliado ahora su esfera de
acción a nivel mundial. Dios
piensa restaurar por indemnización la totalidad del curso
providencial, que ha sido prolongado en tres etapas, logrando la
victoria en las tres guerras mundiales, que son las obras finales de
la providencia de la restauración.
Los primeros
antepasados humanos perdieron su corazón y sentimiento hacia Dios al
ser atrapados por las palabras de la tentación de Satanás, y debido
a la caída espiritual interior y a la caída física exterior,
heredaron el linaje de Satanás. Por consiguiente, la
providencia de la restauración se realizará cuando todos los
hombres caídos se restauren y hereden el linaje de Dios, restaurando
su corazón y sentimiento hacia Dios por medio de Sus palabras de
vida, y recibiendo la salvación espiritual y física
(ref. Parte II, Cap. II, Sec. III, 3 (2)).
La
victoria del lado celestial en estas tres Guerras Mundiales,
posibilitará finalmente la realización del mundo ideal proyectado
originalmente en la creación, que Dios ha tratado de realizar
durante un período tan largo de historia desde la caída del hombre,
restaurando completamente por indemnización todos los fundamentos
para la providencia de la restauración.
CAPITULO VI
La Segunda Llegada
Jesús
habló claramente acerca de la Segunda Llegada (Mt. 16:27). Pero dijo
que nadie sabía de aquel día ni de aquella hora, ni siquiera los
ángeles del cielo (Mt. 24:36). Por esto, hasta el presente, se ha
considerado imprudente tratar de saber cuándo, dónde y cómo vendrá
el Señor.
Examinando
las palabras de Jesús, «sólo el Padre» lo sabe (Mt. 24:36) y el
versículo, «No, no hace nada el Señor Yahvéh sin revelar su
secreto a sus siervos los profetas» (Am. 3:7), podemos comprender
que Dios, que conoce el día y la hora, hará conocer seguramente a
Sus profetas todos los secretos concernientes a la Segunda Llegada
del Señor antes de realizarla.
Por
ello, Jesús dijo que el Señor vendría como un ladrón (Ap. 3:3),
mientras que en otra ocasión dijo que para aquellos que están en la
luz el Señor no vendría como un ladrón (1 Ts. 5:4).
Realmente Jesús
vino como un ladrón para los jefes de los sacerdotes y escribas que
estaban en la oscuridad, pero al hogar de Juan Bautista que estaba en
la luz, Dios reveló de antemano el nacimiento de Jesús. Al tiempo
de su nacimiento, reveló el hecho a los Reyes Magos de Oriente, a
Simón, a Ana y a los pastores. Por otra parte, Jesús advirtió a la
gente que velase en todo tiempo, orando para que pudiese tener la
fuerza para escapar de todas las cosas que tendrían lugar, porque el
día de la Segunda Llegada vendría sobre ellos de repente como un
lazo; por lo tanto, es evidente que Dios lo revelará de antemano a
los creyentes que estén en la luz, para que así puedan prepararse
para el día venidero del Señor.
Según
los ejemplos que aparecen en el curso de la providencia de la
restauración, podemos ver que Dios siempre hizo las cosas después
de haber revelado de antemano los hechos a Sus profetas; por ejemplo:
el juicio en tiempos de Noé, la destrucción de Sodoma y Gomorra y
la llegada del Mesías.
Por consiguiente, es
evidente que, en la Segunda Llegada del Señor, Dios hablará a
quienes tengan oídos para oír y ojos para ver de manera que puedan
ser iluminados por los creyentes sobre lo que ha de tener lugar, pues
El prometió que en los Ultimos Días derramaría Su Espíritu (Hch.
2:17).
No hay comentarios:
Publicar un comentario