SECCION I
La Resurrección
Resurrección
significa volver a la vida. Si tenemos que volver a la vida, es
porque antes hemos muerto. Para conocer el verdadero significado de
la resurrección, debemos comprender claramente el concepto bíblico
de vida y muerte.
1. EL CONCEPTO BIBLICO DE VIDA Y MUERTE
En
Lucas 9:60, leemos que Jesús le dijo a un discípulo que deseaba ir
primero a enterrar a su padre: «Deja que los muertos entierren a sus
muertos». En estas palabras de Jesús, encontramos dos conceptos
diferentes de vida y muerte.
Primero
es el concepto de vida y muerte concerniente a la muerte del cuerpo
físico, que es el cese de la vida física; éste era el caso del
padre del discípulo, a quien iban a enterrar. La vida que es opuesta
a esta clase de muerte es el estado en el cual el cuerpo físico
mantiene sus funciones fisiológicas.
El
segundo es el concepto de vida y muerte referente a las personas que
se reunieron para el entierro del padre a quienes Jesús llamó
«muertos».
¿Por qué Jesús llamó «muertos» a aquellos que en realidad
estaban vivos? Porque ellos al no aceptar a Jesús se habían
separado del amor de Dios; es decir, que estaban bajo el dominio de
Satanás. Por lo tanto, esta
muerte no significa el cese de la vida física, sino más bien el
haber caído bajo la esfera del dominio satánico, dejando el seno
del amor de Dios. Por consiguiente, el significado de vida que es
opuesto a esta clase de muerte es el estado de moverse de acuerdo con
la voluntad de Dios, dentro de la esfera del domino de Su amor.
Por
más activo que sea un hombre, mientras permanezca en el dominio de
Satanás, y no en el de Dios, estará muerto de acuerdo al estándar
de valor original de la creación.
Nuestra
comprensión puede ser más profunda leyendo en Apocalipsis 3:1, las
palabras a la iglesia de Sardes, que dicen: «...tienes nombre como
de quien vive, pero estás muerto».
Por el contrario, aunque alguien muera físicamente, si su espíritu
habita en el dominio de Dios en el Reino Celestial, estará vivo en
el sentido más verdadero. Cuando
Jesús dijo: «...el que cree en mí, aunque muera, vivirá» (Jn.
11:25), quiso decir que quien crea en Jesús y viva bajo el dominio
de Dios seguirá vivo, aunque muera físicamente y se convierta en
polvo, porque su hombre espiritual permanecerá en el dominio de
Dios.
Jesús
siguió diciendo: «y todo el que vive y cree en mí, no morirá
jamás». Esto no significa que quienes creen en Jesús nunca morirán
físicamente, disfrutando así de una vida eterna sobre la tierra.
Quienes crean en Jesús en su vida, permanecerán vivos no sólo
mientras estén en la tierra, sino que después de la muerte física
emigrarán al mundo del espíritu, vivirán allí para siempre en el
seno del amor de Dios, sin probar la muerte.
La afirmación de Jesús es una indicación de que la muerte física
del hombre no afecta a su vida eterna en el mundo espiritual.
De nuevo, él
dijo: «Quien
intente guardar su vida, la perderá, y quien la pierda, la
conservará» (Lc. 17:33). El quiso decir que aquellos que traicionan
la voluntad de Dios por guardar su vida física, aunque físicamente
puedan ser activos, están muertos. Por el contrario, los hombres
espirituales que sacrificaron sus vidas por el beneficio de la
voluntad de Dios, aunque estén físicamente muertos y descompuestos,
vivirán para siempre en el seno del amor de Dios y permanecerán así
vivos durante toda la eternidad.
2. LA MUERTE CAUSADA POR LA CAIDA
Hemos
aprendido que hay dos tipos de muerte, cada uno con diferente
significado. ¿Cuál de las dos muertes fue la causada por la caída
de los primeros antepasados humanos?
Dios
creó al hombre para crecer, envejecer y convertirse en polvo aunque
no hubiera caído.
Por
consiguiente, Adán murió a la edad bíblica de 930 años y se
convirtió en polvo, pero esta no fue la muerte causada por la caída.
De
acuerdo con los principios de la creación, nuestra carne es como el
vestido de nuestro espíritu; por lo tanto, es natural que desechemos
nuestra carne cuando está vieja y exhausta, de igual manera que
desechamos nuestros vestidos gastados. Entonces nuestro hombre
espiritual va al mundo invisible para vivir allí eternamente.
No
hay ni un sólo ser biológico, compuesto de materia, que posea
eternidad. Como el hombre no es una excepción en este principio de
la creación; su cuerpo físico no puede vivir para siempre.
Si
los hombres pudieran vivir eternamente en la tierra, con su cuerpo
físico, no hubiese sido necesario crear en un comienzo el mundo
invisible, lugar donde van los espíritus.
El mundo invisible no fue creado después de la caída, para que los
espíritus de los hombres caídos vivan allí; sino que ya había
sido creado antes que la humanidad, para que sus espíritus, después
de haber cumplido el propósito de la creación, vivan allí para
siempre una vez que dejasen sus cuerpos físicos.
Los hombres caídos tienen
tanto apego a la vida física porque, debido a la caída, ignoran el
hecho de que fueron creados para vivir eternamente en el maravilloso
mundo invisible después de dejar la carne. Nuestra vida física en
la tierra y nuestra vida espiritual en el mundo invisible pueden ser
comparadas con la de la larva y la mariposa. Si una larva tuviera
consciencia, tampoco querría salir de su envoltura por sentir un
apego hacia ella, de igual manera que el hombre está apegado a su
vida física en la tierra. Esto ocurre debido a que la larva no
conoce que hay un nuevo mundo después de tornarse mariposa en donde
podrá disfrutar de la fragancia de las flores y la dulce miel.
La relación entre un hombre
terrenal y un hombre espiritual es precisamente similar a la que
existe entre una larva y una mariposa. Si el hombre no hubiera caído,
sabría muy bien que dejar el cuerpo físico no significa una
separación eterna con sus seres amados, debido a que los hombres
espirituales pueden encontrarse tan libremente como los hombres
terrenales. Además, si los hombres supieran que el mundo espiritual
es un lugar hermoso y feliz, estarían esperando el día de su
partida hacia ese mundo.
Si,
de las dos clases de muerte, la física no es el resultado de la
caída, debemos llegar a la conclusión de que en realidad la muerte
causada por la caída fue la muerte espiritual, que significa la
caída al dominio satánico.
Estudiemos
la cuestión más detalladamente, centrados en la Biblia. La
muerte causada por la caída significa la muerte originada cuando los
primeros antepasados humanos comieron del fruto del Bien y del Mal.
¿Qué
clase de muerte debió haber sido? Génesis 2 :17, dice que Dios,
después de crear a Adán y Eva les dijo que el [día] que comieran
del fruto [ciertamente] morirían. Por consiguiente, si creemos en
las palabras que Dios dijo, ellos [ciertamente] murieron el [día] en
que comieron del fruto. Pero, Adán y Eva «muertos» siguieron su
vida física en la tierra de igual manera que nosotros hoy día,
multiplicando hijos y finalmente estableciendo una sociedad humana
caída.
Según
este hecho, podemos comprender claramente que la muerte causada por
la caída no significa el cese de la vida física, sino el estado de
haber caído desde el dominio bueno de Dios al dominio malo de
Satanás.
Señalemos
algunos ejemplos de la Biblia. 1 Juan 3:14, dice: « .. .Quien no ama
permanece en la muerte ». El amor aquí expresado, es por supuesto,
el amor de Dios. Quiere decir que quienes no aman a su prójimo con
el amor de Dios están muertos, a pesar de que vivan activamente en
la tierra. Con este mismo significado leemos en
Romanos 6:23: «Pues el salario del pecado es la muerte; pero el don
gratuito de Dios, la vida eterna»
y en Romanos 8:6, se dice: «Pues las tendencias de la carne son
muerte; más las del espíritu, vida y paz».
3. EL SIGNIFICADO DE LA RESURRECCION
Hasta
ahora hemos mantenido la idea equivocada de que la expiración de la
vida física del hombre fue solamente a causa de la caída. Por esta
razón, hemos creído que la resurrección de los santos que
murieron, se realizaría mediante la resurrección de los cuerpos
físicos descompuestos, a su estado original.
De acuerdo con los principios
de la creación, esta clase de muerte no fue originada por la caída
de los antepasados humanos. Desde el principio, el cuerpo del hombre
fue creado para volverse en polvo después de envejecer y morir. Así
como el cuerpo humano una vez que está descompuesto no puede
resucitar a su estado original, un espíritu que fue a vivir
eternamente al mundo espiritual no necesita volver a la carne.
Por
consiguiente, la
«resurrección» significa un fenómeno gradual de restauración a
la esfera de dominio directo de Dios, según la providencia de
restauración, saliendo desde la posición caída dentro del dominio
satánico. Nosotros resucitamos en la medida que nos arrepentimos de
nuestros pecados, siendo hoy más buenos que ayer.
Para
dar algunos ejemplos de la resurrección en la Biblia leemos en Juan
5:24 «...el que escucha mi Palabra y cree en El que me ha enviado,
tiene vida eterna y no incurre en juicio, sino que ha pasado de la
muerte a la vida». Precisamente el significado de resurrección es
volver al seno del amor de Dios, dejando el de Satanás por fe en
Jesús.
De nuevo, en 1 Corintios 15:22, se dice: «Pues del mismo modo que en
Adán mueren todos, así también todos revivirán en Cristo»,
queriendo decir que muerte es el haber heredado el linaje satánico
por causa de Adán y resurrección significa volver al linaje de Dios
por medio de Cristo.
4. ¿QUE CAMBIO CAUSA LA RESURRECCION EN EL HOMBRE?
Como
Dios predijo en Génesis 2:17, Adán y Eva murieron (muerte
espiritual), cuando comieron del fruto del Bien y del Mal. Sin
embargo, no hubo ningún cambio externo. Y si lo hubo, debió ser
sólo un momentáneo cambio de expresión, causado por el miedo y la
inseguridad. Por consiguiente, no habrá ningún cambio externo en el
hombre caído incluso después de haber resucitado al estado que
tenía antes de comer del fruto.
La persona renacida por el Espíritu Santo, sin duda alguna es una
persona resucitada si la comparamos con la que era antes de renacer.
Si comparamos a un hombre resucitado con un ladrón; el primero, como
persona del lado de Dios está en la posición de haber resucitado en
la medida que renació. El otro, como persona que irá al infierno,
está como muerto. Pero externamente no hay ninguna diferencia entre
ellos.
Como lo ilustramos
anteriormente, quienes creen en Dios, obedeciendo las palabras de
Jesús, han pasado ciertamente de la muerte a la vida. No obstante,
no hay ningún cambio físico perceptible por el cual se pueda
diferenciar a una persona en estado de muerte, antes de tener fe en
Jesús, con la misma persona después de la resurrección, aunque ha
pasado de la muerte a la vida al creer en Jesús.
En
verdad, Jesús vino como un hombre que había cumplido el propósito
de la creación
(ref. «Cristología»). Sin
embargo, Jesús, en su apariencia exterior, no era diferente de
cualquier hombre caído.
Si hubiera habido alguna diferencia, todos sus contemporáneos
seguramente le habrían seguido. El hombre abandona el dominio
satánico a través de la resurrección y uniéndose con el corazón
de Dios llega a poseer divinidad.
Cuando
los hombres caídos vuelven de esta manera al dominio de Dios
mediante la resurrección, ocurre inevitablemente un cambio en su
espiritualidad. El cambio espiritual, de hecho, santifica el cuerpo
humano, pasando de ser antes la morada de Satanás a ser luego el
templo donde Dios puede vivir.
En este sentido, podemos ver que el cuerpo humano resucita también.
Es similar a un edificio que ha sido usado para malos propósitos; si
es usado como templo de Dios, se transformara en un edificio sagrado,
aunque no haya habido ningún cambio en su apariencia exterior.
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