SECCION V
El Proceso de la Creación del Universo y el Período de Crecimiento
1. EL PROCESO DE LA CREACION DEL UNIVERSO
En el
Capítulo I del Génesis está escrito que la
creación del universo
comenzó con la creación de la luz, después del caos, el vacío y
las tinieblas que cubrían la superficie del abismo Dios primero creó
el agua y entonces separó las aguas que había bajo el firmamento de
las aguas que había encima del firmamento. Luego, El separó la
tierra del mar. Después de haber creado las plantas, peces, pájaros
y mamíferos, creó al hombre. Todo esto duró
un período de seis días. Según esto, podemos ver que hubo un
período de seis días relacionado con la creación del universo.
El
proceso de la creación descrito en la Biblia está de acuerdo con el
proceso evolutivo de la creación conocido por los científicos
modernos.
En el principio, el universo estaba en un estado gaseoso. Después
del caos y el vacío de la era seca, fueron formados los cuerpos
celestiales. Después de un período de lluvias, el mundo entró en
la era acuosa con un firmamento de aguas. Entonces, debido a
erupciones volcánicas, la tierra surgió del agua y fue así
separada del mar. A continuación aparecieron todas las plantas y
animales inferiores. Entonces, vinieron los peces, las aves, los
mamíferos y finalmente el hombre, en este orden. Los científicos
calculan que la edad de la tierra es de algunos miles de millones de
años. Cuando
consideramos el hecho de que el proceso de la creación descrito en
la Biblia, que fue escrita hace miles de años, coincide con los
descubrimientos de la investigación científica, comprobamos que
este relato en la Biblia es realmente una revelación de Dios.
El
universo no apareció de repente sin ningún lapso de tiempo, sino
que para la formación del universo se necesitó un tiempo
considerable. Por tanto, los seis días hasta la consumación de la
creación del universo no son, naturalmente, seis días calculados
por la repetición de amanecer y atardecer, sino una indicación de
que hubo seis períodos en el curso de la creación.
2. EL PERIODO DE CRECIMIENTO DE LA CREACION
El
hecho de que duró seis días, es decir, seis períodos, el completar
la creación del universo, indica que se necesita una cierta cantidad
de tiempo para completar la creación de cualquier cuerpo individual
del universo.
En el
Capítulo I del Génesis al leer la narración de la creación del
universo vemos que se describe la creación de cada día y que a cada
día se le designa por un número. Por esto, también podemos
comprender que era necesario un período de tiempo para la
terminación de cada creación. La
Biblia dice que, después de la creación del primer día «atardeció
y amaneció el día primero» (Gn. 1:5).
Sin
embargo, después del período que va desde la tarde, pasando por la
noche, hasta la mañana siguiente, debería comenzar el segundo día;
pero la Biblia dice «un día» o adía primero», porque cualquier
ser creado sólo puede realizar el ideal de la creación en la nueva
mañana, después de alcanzar su perfección durante la noche, que es
el período de crecimiento.
De igual
manera, todos los fenómenos que ocurren en el universo dan lugar a
un resultado sólo después de un lapso de tiempo de intervalo. Esto
es debido a que todas las cosas hechas en el principio tenían que
ser perfectas al cabo de un cierto período de tiempo.
(1) Las tres etapas ordenadas del período de crecimiento
El
universo es la representación del carácter y la forma esencial de
Dios desarrollados substancialmente de acuerdo a principios
matemáticos. Podemos deducir que Dios es, de hecho, matemático.
Dios es la realidad absoluta, el centro neutral existente de las dos
características; por lo tanto, El es la realidad del número tres».
Cada ser creado, siendo una imagen o una expresión simbólica de
Dios (Gn. 1:27), ha sido creado para seguir el curso del número
«tres» en su existencia, movimiento y crecimiento.
Por ello, el
fundamento de cuatro posiciones, que es el propósito divino de la
creación, tenía que ser establecido mediante un curso en tres
etapas: Dios, Adán y Eva, y los hijos. Para establecer el fundamento
de cuatro posiciones e iniciar el movimiento circular, se deben
completar las tres etapas de la acción origen-división-unión,
cumpliendo los tres propósitos objetivos, sirviendo como objeto a
tres sujetos y como sujeto a tres objetos. Cualquier cosa necesita al
menos tres puntos de apoyo para mantenerse en una posición estable.
Por consiguiente, cualquier
criatura para llegar a la perfección debe crecer hasta la madurez
siguiendo las tres etapas ordenadas de «formación», «crecimiento»
y «perfección».
El número «tres» aparece por todo el mundo natural que se compone
de minerales, plantas y animales. Por ejemplo: la materia existe en
tres formas: gaseosa, líquida y sólida; una planta consiste
básicamente de tres partes: raíz, tronco o ramas, y hojas; un
animal se compone de cabeza, tronco y extremidades.
Señalemos a
continuación algunos ejemplos de la Biblia. El
hombre, al caer antes de completar las tres etapas del período de
crecimiento, no pudo cumplir el propósito de la creación. Por
tanto, para alcanzar este propósito, debe primero recorrer estas
tres etapas.
En la providencia de la restauración, Dios ha obrado para restaurar
el número «tres». A causa de esto, hay muchos pasajes en la Biblia
de la providencia centrada en el número «tres». La Trinidad
(Padre, Hijo y Espíritu Santo), las tres etapas del Paraíso, los
tres arcángeles (Lucifer, Gabriel y Miguel), las tres cubiertas del
arca de Noé, los tres vuelos de la paloma desde el arca, las tres
ofrendas de Abraham, los tres días antes de la ofrenda de Isaac, los
tres días de oscuridad durante el período de Moisés, el período
de tres días de separación de Satanás como preparación para el
Exodo, los tres períodos de 40 años de la restauración de Canaán,
el período de tres días de separación de Satanás centrados en
Josué antes de cruzar el Jordán, los treinta años de vida privada
y los tres años de ministerio público de Jesús, los tres Reyes
Magos de Oriente con sus tres regalos, los tres discípulos mayores
de Jesús, las tres tentaciones de Jesús, las tres oraciones en
Getsemaní, las tres negaciones de Pedro, las tres horas de
obscuridad durante la crucifixión, la resurrección de Jesús
después de tres días.
¿En
qué momento cayeron los primeros antepasados humanos? Cayeron
durante su período de crecimiento, mientras estaban aún inmaduros.
Si el hombre hubiera caído después de haber alcanzado la
perfección, no podríamos creer en la omnipotencia de Dios. Si el
hombre pudiera caer después de convertirse en una encarnación
perfecta del bien, el mismo bien sería imperfecto. En consecuencia,
llegaríamos a la conclusión de que Dios, el sujeto absoluto del
bien, sería también imperfecto.
En
Génesis 2:17, Dios advirtió a Adán y Eva que en el día que
comieran del fruto del Arbol de la Ciencia del Bien y del Mal,
ciertamente morirían. Por el hecho de que tenían dos alternativas,
continuar viviendo obedeciendo la advertencia de Dios o elegir el
camino de muerte yendo en contra de la advertencia, podemos
imaginarnos que aún estaban en un estado inmaduro.
Todas las cosas fueron creadas para alcanzar la perfección después
de haber crecido en tres etapas. El hombre no pudo haber sido creado
fuera de este principio.
¿En
qué etapa del período de crecimiento cayó el hombre? Podemos
afirmar que cayó en el nivel final de la etapa de crecimiento.
Esto puede ser probado lógicamente examinando las diferentes
situaciones que concurrieron en la caída de los primeros antepasados
humanos y por los detalles de la historia de la providencia de la
restauración. Esto será aclarado más adelante estudiando a fondo
la primera y segunda parte de este libro.
(2) El dominio indirecto
Durante
el período de crecimiento, todos los seres de la creación crecen
autónomamente por la fuerza del Principio Divino.
Por consiguiente, Dios,
como el autor del Principio, se relaciona con la creación
indirectamente, relacionándose directamente sólo con los resultados
de su crecimiento que están de acuerdo con el Principio. Por esto,
podemos llamar a este período el «dominio indirecto» de Dios o Su
«dominio sobre el resultado dentro del Principio».
Todas
las cosas alcanzan su perfección mediante el dominio y autonomía
del mismo Principio, recorriendo el período de crecimiento (dominio
indirecto). Sin embargo, el hombre está creado para lograr su
perfección no sólo mediante el dominio y autonomía del mismo
Principio, sino también cumpliendo su propia parte de
responsabilidad durante este período.
Es decir, cuando
estudiamos la Palabra de Dios, que dice «...el día que comieres de
él, morirás sin remedio» (Gn. 2:17), podemos comprender que la
caída del hombre fue por su propia falta y no por culpa de Dios. Los
primeros antepasados humanos tenían que llegar a ser perfectos
creyendo en la Palabra divina y no comiendo del fruto. Sin embargo,
por su incredulidad, comieron de él, causando así la caída.
En otras palabras, la perfección o no perfección del hombre no sólo
depende del poder de creación de Dios, sino también de la respuesta
del hombre. Por consiguiente, el hombre fue creado para alcanzar su
perfección recorriendo el período de crecimiento (dominio
indirecto) cumpliendo su parte de responsabilidad, mientras que Dios
cumplía Su parte como Creador.
Dios
creó al hombre para que pudiera alcanzar su perfección sólo a
través de cumplir su parte de responsabilidad. Dios no interfiere en
la parte de responsabilidad del hombre. El hombre debería heredar la
creatividad de Dios y participar en Su obra de la creación. Así
pues, el hombre puede también disfrutar de la autoridad de un señor,
que le permite gobernar todas las cosas desde la posición del
creador, de la misma forma que Dios, el Creador del hombre, tiene
dominio sobre el hombre (Gn. 1:28).
Esta es la diferencia entre el hombre y el resto de la creación. Así
pues, el hombre logra la perfección sólo después de haber
adquirido la capacidad de gobernar el resto de la creación,
incluyendo a los ángeles. El hombre realiza esto recorriendo el
período de dominio indirecto, cumpliendo su propia parte de
responsabilidad y heredando la creatividad de Dios. Por consiguiente,
el hombre, que a causa de la caída perdió su calificación para ser
el señor, nunca podrá cumplir el propósito de la creación, si no
va de nuevo a través del dominio indirecto. De esta manera, el
hombre puede restaurar su dominio sobre todas las cosas, incluyendo a
Satanás, al cumplir su parte de responsabilidad de acuerdo con el
principio de la restauración. La
providencia divina de la salvación ha sido prolongada durante tanto
tiempo, debido a que las figuras centrales de Su providencia de la
restauración han fallado repetidamente en cumplir sus partes de
responsabilidad, en las cuales Dios no puede interferir.
Por muy
grande que sea la gracia de la salvación a través de la cruz de
Cristo, la providencia de la salvación que llama a la puerta del
hombre será anulada si el propio hombre no tiene fe, que es su
propia parte de responsabilidad. Dios
otorgó el beneficio de la resurrección por la crucifixión de Jesús
como Su parte de responsabilidad, pero queda la responsabilidad del
hombre de tener fe (Jn. 3:16, Ef. 2:8, Rm. 5:1).
(3) El dominio directo
¿Qué
es el «dominio directo» de Dios y cuál es su propósito? El hombre
entra en el dominio directo de Dios cuando el marido y la esposa
cumplen el propósito del bien mediante la acción perfecta de dar y
recibir de amor y belleza entre sí de acuerdo a la voluntad del
sujeto, en perfecta unidad con el corazón de Dios, estableciendo el
fundamento de cuatro posiciones al llegar a ser un solo cuerpo unido.
Por tanto, el
dominio directo es el reino de la perfección.
Estamos destinados a hacer realidad este dominio directo de Dios,
pues debe existir para que se realice el propósito de la creación.
¿Qué
significado tiene para el hombre el dominio directo de Dios?
Si
Adán y Eva se hubieran perfeccionado centrados en Dios, llegando a
ser un solo cuerpo unido para formar el fundamento de cuatro
posiciones a nivel familiar, viviendo entonces una vida de bondad en
perfecta unidad con el corazón divino, este estado sería el
«dominio directo» de Dios.
Un hombre en tal estado puede poner en práctica la voluntad de Dios
comprendiéndola y experimentando el corazón de Dios, que es más
fundamental. De igual manera que cada parte o nervio del cuerpo
humano se pone en acción por las órdenes de la mente humana, que es
invisible, así también el hombre actuaría según la voluntad de
Dios en obediencia a Sus órdenes, cumpliendo así el propósito de
la creación.
A
continuación, estudiemos
cómo el hombre asume un dominio directo sobre todas las cosas.
Cuando el hombre perfecto como sujeto, y el mundo físico como su
objeto, llegan a ser una completa unidad centralizada en Dios y
establecen el fundamento de cuatro posiciones; y cuando el hombre
cumple así el propósito del bien mediante una acción perfecta de
dar y recibir de amor y belleza con el mundo físico de acuerdo a su
voluntad, en perfecta unidad con el corazón de Dios, entonces el
hombre asume dominio directo sobre todas las cosas.
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