SECCION VI
La Razón por la cual Dios no Intervino en el Acto Caído de los Primeros Antepasados Humanos
Siendo
omnisciente y omnipotente, Dios no pudo no saber del acto caído de
los primeros antepasados humanos,
ni tampoco fue que El no tenía el suficiente poder para impedir que
Adán y Eva cometieran este acto. ¿Por
qué, entonces, no intervino para impedir el acto de la caída aún
cuando estaba sabiendo de ello?
Esta es una de las cuestiones más importantes que no han sido
resueltas a lo largo de toda la historia humana. Podemos dar los tres
puntos siguientes, como las razones por las cuales Dios no intervino
en el acto caído del hombre.
1. PARA QUE LOS PRINCIPIOS DE LA CREACION SEAN ABSOLUTOS Y PERFECTOS
De
acuerdo con los principios de la creación, Dios creó al hombre para
que, asemejando Su creatividad, pudiera dominar todas las cosas de
igual manera que Dios iría a dominar a la humanidad. Sin embargo, el
hombre debe crecer y perfeccionarse cumpliendo su parte de
responsabilidad con el fin de asemejar la naturaleza creativa de
Dios.
Llamamos a este período de crecimiento «la esfera del dominio
indirecto» o «la esfera del dominio según el resultado del
Principio». Mientras los hombres están en esta esfera, Dios no los
domina directamente, sino que trata de que ellos cumplan su parte de
responsabilidad. Dios sólo puede dominar a los hombres directamente
una vez que se perfeccionan. Si
Dios interviniera en sus actos durante el período de crecimiento, en
el cual no puede dominarlos directamente, significaría que habría
ignorado la parte de responsabilidad del hombre. En este caso, Dios
mismo estaría ignorando el principio de la creación, en el que El
exalta al hombre como el gobernador de todas las cosas al dotarlo de
creatividad. Si el Principio fuera ignorado, perdería su condición
de absoluto y perfecto. Ya que Dios es el Creador absoluto y
perfecto, los principios de la creación que El estableció deberían
ser también absolutos y perfectos. Por lo tanto, Dios no podía
intervenir en el acto de la caída, mientras ellos estaban en el
período de crecimiento, a fin de que los principios de la creación
sean absolutos y perfectos.
2. PARA QUE SOLO DIOS SEA EL CREADOR
Dios
sólo se relaciona con seres o actos que están dentro del Principio,
es decir que El no tiene relación con seres o actos fuera del
Principio y que no son parte de Su creación. Por lo tanto, si Dios
tuviera una relación con un ser o acto semejante, daría como
resultado que este ser o acto llegará ser dotado con el valor de la
creación y reconocido como parte del Principio.
Cuando lo
consideramos según este punto de vista, si
Dios hubiera intervenido en el acto caído de los primeros
antepasados humanos, habría significado que, al acto de la caída,
se le habría dado el valor de la creación, y que este acto malo
tendría que ser reconocido como parte del Principio.
Si así fuera, hubiera obligado a Dios a establecer un nuevo
Principio, en el cual expresaría Su reconocimiento del acto caído
como un acto del Principio. Ya
que Satanás provocó este resultado, esto significaría que Satanás
habría creado un nuevo principio, convirtiéndose en un creador
junto con Dios. Con el fin de que sólo Dios sea el creador, El no
pudo intervenir en el acto de la caída.
3. PARA ESTABLECER AL HOMBRE EN LA POSICION DE SEÑOR DE TODAS LAS COSAS
Dios
creó al hombre y lo bendijo para que sea el señor de todas las
cosas (Gn. 1:28). Con el fin de que el hombre dominara todas las
cosas como Dios deseaba, él debería poseer ciertas calificaciones
como señor, ya que no las podría dominar desde una misma posición.
De igual
forma que Dios estaba calificado para dominar a todos los hombres,
debido a que El era el Creador, el hombre tendría que tener la
creatividad de Dios para estar calificado como el gobernador de todas
las cosas. Por esta razón, Dios dotó al hombre de creatividad y lo
creó para que se perfeccionara haciéndole cumplir su propia parte
de responsabilidad durante el período de crecimiento, con el fin de
calificarlo como el señor de todas las cosas. Por ello, el hombre
debería poseer la calificación de dominio que sólo podría obtener
perfeccionándose a través de este curso dentro del Principio, antes
de poder dominar todas las cosas. Si
Dios dominara directamente e interviniese en los actos del hombre en
el período de su inmadurez, no sólo sería como hacerlo señor de
todas las cosas cuando aún no estaba calificado para tener dominio,
pues aún no tenía la creatividad de Dios ni había cumplido su
parte de responsabilidad, sino que también originaría la
contradicción de relacionarse con un hombre inmaduro de igual manera
que con un hombre perfecto. Y lo que es peor, daría como resultado
que ignoraría los principios de la creación, que El mismo
estableció con el fin de hacer que el hombre fuera el señor de
todas las cosas al darle incluso Su creatividad. Por consiguiente,
Dios, que hizo el mundo de acuerdo con el Principio, no pudo
intervenir en el acto de la caída del hombre inmaduro, que aún
estaba en la esfera del dominio indirecto, con el fin de poder, más
tarde, establecer al hombre en la posición de ser el señor sobre
todas las cosas.
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