CAPITULO II
La Caída del Hombre
Todo
ser humano, sin excepción, está inclinado a rechazar el mal y a
perseguir el bien. Pero, arrastrado inconscientemente por una fuerza
mala, rechaza el bien deseado por su mente original y comete actos
malos que realmente no desea hacer. En el Cristianismo esta fuerza
mala es conocida como «Satanás». Debido a que no se conoce la
naturaleza y el origen real de Satanás, el hombre ha sido incapaz de
eliminar su fuerza.
Con
el fin de destruir la fuente del mal, terminar con la historia del
mal de la humanidad y establecer una era de bondad, debemos primero
conocer la motivación, el proceso y el resultado por el cual Satanás
se convirtió en Satanás.
Para
aclarar estas cuestiones debemos estudiar «La Caída del Hombre».
SECCION I
La Raíz del Pecado
Hasta
ahora, nadie ha conocido la raíz del pecado, la cual está arraigada
profundamente dentro del ser humano y lo lleva incesantemente hacia
el pecado y el mal. Exclusivamente los cristianos creen que Adán y
Eva, el primer hombre y la primera mujer, comieron el fruto del Arbol
de la Ciencia del Bien y del Mal, y que este acto fue la raíz del
pecado.
Hay
un número de creyentes que afirman que el fruto del Arbol de la
Ciencia del Bien y del Mal es el fruto de un árbol real, mientras
que otros creen que el fruto es un símbolo. Estas diversas opiniones
llevan a diferentes interpretaciones y, por tanto, a la confusión.
1. EL ARBOL DE LA VIDA Y EL ARBOL DE LA CIENCIA DEL BIEN Y DEL MAL
Muchos
cristianos hasta el día de hoy creen que el fruto que causó la
caída de Adán y Eva, fue literalmente el fruto de un árbol.
Pero, ¿cómo
pudo Dios, el Padre del hombre, hacer un fruto tan tentador (Gn. 3:6)
como para que sus hijos arriesgaran sus vidas por comerlo? ¿Cómo
pudo El colocar un fruto tan dañino donde Sus hijos podían
alcanzarlo tan fácilmente?
Jesús dijo:
«No es lo que entra por la boca lo que hace impuro al hombre; sino
lo que sale de la boca, eso es lo que hace impuro al hombre» (Mt.
15:11). Entonces, ¿cómo podrían los alimentos que el hombre
ingiere causarle la caída? El
pecado original del hombre ha sido heredado desde el primer hombre y
la primera mujer. ¿Cómo algo comestible podría ser la fuente de
este pecado o la causa de la transmisión del pecado original a los
hijos.
El pecado original es heredado y transmitido a través del linaje de
sangre. Lo que el hombre come no puede ser transmitido de una
generación a la siguiente.
Hay
muchas personas que creen que Dios creó el fruto del Arbol de la
Ciencia del Bien y del Mal y mandó al hombre que no comiera de él
con el fin de probar su obediencia.
Debemos preguntarnos: ¿Probaría
un Dios de Amor tan despiadadamente al hombre mediante un fruto que
podía causarle la muerte.
Adán y Eva sabían que morirían si comían del fruto, porque Dios
se lo había dicho. Aún así, comieron de él. No podemos comprender
por qué Adán y Eva, que no estaban ni mucho menos muertos de
hambre, desobedecieron el mandato de Dios a riesgo de sus propias
vidas. Sin
duda alguna el fruto del Arbol de la Ciencia del Bien y del Mal debió
ser algo tan extraordinariamente estimulante y tan ardientemente
deseado que el miedo al castigo - incluso la muerte - no pudo impedir
que comieran de él.
Si
el fruto del Arbol de la Ciencia del Bien y del Mal no era un fruto
material, sino un símbolo, ¿qué representa este símbolo.
Para contestar esta pregunta comencemos
con un examen del Arbol de la Vida, que creció en el Jardín del
Edén junto con el Arbol de la Ciencia del Bien y del Mal (Gn. 2:9).
Cuando descubramos el verdadero carácter del Arbol de la vida,
conoceremos también la naturaleza del Arbol de la Ciencia del Bien y
del Mal.
(1) El Arbol de la Vida
Según
la Biblia, la esperanza del hombre caído se encuentra en el Arbol de
la Vida; es decir, en llegar a ser un Arbol de la Vida.
Los
israelitas del Antiguo Testamento consideraban al Arbol de la Vida
como su esperanza última (Pr. 13:12).
La
esperanza de los cristianos desde los días de Jesús hasta nuestro
tiempo se ha dirigido hacia el Arbol de la Vida (Ap. 22:14).
Puesto
que la última esperanza del hombre caído es el Arbol de la Vida,
podemos concluir que la esperanza de Adán antes de su caída era
también el Arbol de la Vida.
¿Por
qué podemos llegar a la conclusión de que la esperanza de Adán era
alcanzar el Arbol de la Vida.
Génesis
3:24 dice que, después de que Adán cometió el pecado, Dios colocó
un querubín y una espada de fuego para guardar el Arbol de la Vida.
Debido a su caída, Adán fue arrojado del Jardín del Edén (Gn.
3:24) sin haber logrado alcanzar el Arbol de la Vida. Desde entonces,
el hombre caído siempre ha puesto su esperanza en lograr lo que Adán
falló en conseguir el Arbol de la Vida.
¿Cuál
debió haber sido la esperanza de Adán imperfecto mientras estaba
creciendo hacia la perfección? Sin lugar a dudas no puede ser otra
cosa que la perfecta madurez humana, realizando así el ideal divino
de la creación. Así pues, ahora podemos
comprender la importancia del Arbol de la Vida como «el hombre
maduro que ha realizado el ideal de la creación», el Adán
perfecto. El Arbol de la Vida representa al Adán perfecto.
Si Adán hubiera alcanzado el
Arbol de la Vida, todos sus descendientes también podrían haber
alcanzado el Arbol de la Vida y de esta manera podrían haber
realizado el Reino de los Cielos sobre la tierra. Pero Adán cayó y
Dios colocó la espada de fuego en la entrada del Jardín para
guardarlo. Entonces, el Arbol de la Vida permanece desde entonces
como la esperanza del hombre caído, que está tratando de restaurar
el ideal de la creación.
¿Por qué
la búsqueda del camino que lleva a alcanzar el Arbol de la Vida es
tan difícil que nadie lo ha conseguido? El hombre caído, cargando
con el pecado original, no puede alcanzar esta meta sólo por su
propia capacidad o esfuerzo, por eso debe venir a la tierra un hombre
que haya realizado el ideal de la creación e injertar a todos los
hombres caídos en sí mismo, en armoniosa unidad (Rm. 11:17). Por lo
tanto, como dice en Proverbios 13:12, podemos ver que el
Arbol de la Vida,
al que los creyentes de la Era del Antiguo Testamento aguardaban
fervientemente, fue
precisamente Jesús.
Está
claramente expresado en Génesis 3:24 que Dios impidió el camino de
Adán hacia el Arbol de la Vida con las espadas de fuego. Entonces
sin que estas fuesen retiradas, el ser humano no podría dirigirse
hacia este Arbol de la Vida. Tal
como está registrado en Hechos 2:3-4, los creyentes, en el día de
Pentecostés, pudieron recibir el Espíritu Santo, mediante el cual
toda la humanidad podría dirigirse a Jesús, el Arbol de la Vida, y
unirse con él. Pero esto sólo pudo ocurrir después de la
distribución de las «lenguas de fuego»; es decir, la espada de
fuego que guardaba el camino hacia el Arbol de la Vida.
De esta forma, los cristianos están sólo injertados espiritualmente
a Jesús. Así pues, por más ardiente que sea la fe en Jesús de los
padres, ellos no pueden dar nacimiento a hijos sin pecados, que
también tienen que seguir el mismo curso de la redención de los
pecados. Esta realidad nos deja ver que incluso los más piadosos
santos aún no han sido capaces de eliminar el pecado original; por
consiguiente, incluso ellos no tienen más remedio que transmitir
este pecado a sus hijos (ref. Parte I, Cap. IV, Sec. I).
Por eso, Cristo debe venir de
nuevo a la tierra como el Arbol de la Vida, para llevar a cabo la
providencia de la redención de la humanidad del pecado original,
injertando a los hombres en sí mismo. Por esta razón, los creyentes
de la Era del Nuevo Testamento esperan el Arbol de la Vida señalado
en Apocalipsis 22:14, que simboliza al Señor de la Segunda Llegada.
Podemos
comprender que el propósito de la providencia divina de la salvación
es restaurar el Arbol de la Vida que fue perdido en el Jardín del
Edén (Gn. 2:9), a través del Arbol de la Vida mencionado en
Apocalipsis 22:14. Debido a la caída, Adán no pudo alcanzar el
primer Arbol de la Vida. Por consiguiente, Cristo debe venir de nuevo
como el último Adán (Ap. 22:13), con el fin de salvar al hombre
caído. Por esta razón, a Cristo se lo llama «el último Adán» (1
Co. 15:45).
(2) El Arbol de la Ciencia del Bien y del Mal
Dios
no sólo creó a Adán, sino que también creó a Eva como la esposa
de Adán. ¿No es lógico que si en el Jardín del Edén había un
árbol que simbolizaba al hombre maduro, haya otro que represente a
la mujer madura.
El
Arbol de la Ciencia del Bien y del Mal que, como fue descrito, estaba
junto con el Arbol de la Vida (Gn. 2:9) era, pues, el símbolo de Eva
perfecta.
La
Biblia se refiere a Jesús como la vid (Jn. 15:5), o el olivo (Rm.
11:17). De igual forma, Dios al enseñar en clave los secretos de la
caída del hombre representó a Adán y Eva perfectos con los dos
árboles.
2. LA VERDADERA IDENTIDAD DE LA SERPIENTE
En
la Biblia leemos que la serpiente tentó a Eva a cometer el pecado
(Gn. 3:4-5) ¿Qué significa esta serpiente?
La respuesta se encuentra estudiando el verdadero carácter de la
serpiente en el contenido del tercer capítulo del Génesis.
La
serpiente, descrita en la Biblia, pudo conversar con el hombre.
Además, causó la caída del hombre, que es un ser espiritual. Por
consiguiente, la serpiente debió haber sido también un ser
espiritual. Conocía el mandamiento de Dios de prohibir al hombre
comer del fruto del Arbol de la Ciencia del Bien y del Mal. Esto nos
dice decisivamente que era un ser espiritual.
En
Apocalipsis 12:9 leemos más detalladamente que «fue arrojada la
gran Serpiente, la Serpiente antigua»; que es llamada el Diablo, por
algunos, y Satanás por otros. Esta «Serpiente antigua» era la
misma que tentó a Adán y Eva en el Jardín del Edén.
Es llamada el Diablo o Satanás, quien como sabemos ha dirigido
constantemente a la mente humana hacia el mal. Por lo tanto, Satanás
debe ser un ser espiritual. Si el Diablo es espiritual, la serpiente
que simboliza al Diablo debe ser también espiritual. Así pues,
hemos demostrado que la serpiente que tentó al primer hombre y a la
primera mujer no era un animal, sino un ser espiritual.
Una
cuestión que debemos resolver, entonces, es si la serpiente existió
antes del tiempo de la creación o si fue uno de los seres creados.
Si la serpiente fuera un ser que existía antes de la creación con
un propósito contrario al de Dios, la lucha entre el bien y el mal
en el mundo sería inevitable y eterna. La providencia de la
restauración de Dios, entonces, no tendría significado y el
monoteísmo, la creencia de que todas las cosas fueron hechas por un
solo Dios, sería descartado.
No
podemos evitar la conclusión,
pues, de
que el ser espiritual, representado por la serpiente, era un ser
originalmente creado para un propósito bueno y que más tarde cayó
y se degradó convirtiéndose en Satanás.
¿Qué
clase de ser espiritual pudo haber conversado con el hombre,
conociendo la voluntad de Dios, viviendo en el cielo (el mundo del
espíritu) y que pudo dominar el alma humana, transcendiendo el
tiempo y el espacio, incluso después de su caída y degradación?
Como no hay otro ser que tenga tales características excepto un
ángel, no podemos menos que creer que
la
serpiente debió haber sido el nombre simbólico de un ángel.
Leemos en II Pedro 2:4, que Dios no perdonó a los ángeles cuando
pecaron, sino que los arrojó al infierno. Esto demuestra
definitivamente que la verdadera identidad de la serpiente, que tentó
al hombre a pecar, era un ángel.
La lengua de la serpiente está
hendida en dos. Esto simboliza a un hombre o un ser que manifiesta
dos cosas diferentes con una sola lengua, un ser que vive una doble
vida con un solo corazón. La serpiente es también el símbolo de
alguien que induce a los demás a que se sacrifiquen por su propio
beneficio. La serpiente enrosca su cuerpo alrededor de la presa, y
luego la devora. Por estas razones, la Biblia asemeja al ángel que
tentó al hombre con una serpiente.
3. LA CAIDA DEL ANGEL Y LA CAIDA DEL HOMBRE
Ahora sabemos que la serpiente
que tentó al hombre fue un ángel, y que este ángel, al caer en el
pecado, se convirtió en Satanás. Investigaremos más detalladamente
qué clase de pecado cometieron el ángel y el hombre.
(1) El delito del ángel
En
Judas 1:6-7, se lee:
«
y además que a los ángeles, que no mantuvieron su dignidad, sino
que abandonaron su propia morada, los tiene guardados con ligaduras
eternas bajo tinieblas para el juicio del gran Día. Y lo mismo
Sodoma y Gomorra y las ciudades vecinas, que como ellos fornicaron y
se fueron tras un uso antinatural de la carne, padeciendo la pena de
un fuego eterno ».
Según
esto, podemos razonar que el ángel cayó a consecuencia de un acto
inmoral de uso antinatural de la carne y que este acto fue la
fornicación.
La fornicación es un delito que no puede ser cometido por una
persona sola. Por consiguiente, debemos descubrir con quién cometió
el ángel fornicación en el Jardín del Edén. Con el fin de conocer
esto, investiguemos qué clase de delito fue cometido por el hombre.
(2) El delito del hombre
En
Génesis 2:25, leemos que Adán y Eva estaban desnudos y no se
avergonzaban de su desnudez. Pero, después de la caída, sintieron
vergüenza de su desnudez y se hicieron un delantal de hojas de
higuera para cubrir sus partes bajas (Gn. 3:7).
Si hubieran
cometido el pecado comiendo un fruto literal de un «árbol de la
ciencia del bien y del mal», en vez de hacer esto, habrían ocultado
sus manos y sus bocas, porque es
naturaleza humana ocultar el área de la transgresión.
Que cubrieran sus partes sexuales, claramente indica que estaban
avergonzados de las áreas sexuales de sus cuerpos, debido a que
habían pecado mediante ellas.
Según
esto, sabemos que cometieron el pecado con las partes sexuales de sus
cuerpos.
En
Job 31:33, está escrito: «¿He disimulado mis culpas a los hombres,
ocultando en mi seno mi pecado. . . ?».
Adán ocultó su transgresión cubriendo las partes sexuales de su
cuerpo después de la caída. Esto de nuevo indica que la parte
sexual del cuerpo de Adán fue el lugar de la transgresión, ¿Cómo
es que las partes bajas de Adán se convirtieron en una vergüenza?,
demás está decir que es debido a que Adán cometió el pecado con
esta parte.
En
el mundo anterior a la caída del hombre, ¿qué acto pudo haber
cometido el hombre a riesgo de su propia vida? No pudo ser otra cosa
que un acto de amor. El propósito de la creación de Dios al decir
«creced y multiplicaos» (Gn. 1:28), solamente podría realizarse a
través del amor.
Por lo tanto al considerar el propósito de la creación, el amor no
puede sino ser lo más precioso, lo más sagrado.
Sin embargo,
desde
la caída los hombres en general han considerado el acto del amor
como algo despreciable, debido a que el amor fue precisamente la
causa de la caída humana.
Esto nos demuestra más claramente el hecho de que también el hombre
cayó debido a la fornicación.
(3) El acto de adulterio entre el ángel y el hombre
Hasta
ahora, hemos aclarado que el hombre cayó en la tentación del ángel
y pecó. Ambos, el hombre y el ángel, cayeron debido a la
fornicación. En el mundo de la creación, los hombres y los ángeles
son los únicos seres espirituales que pueden tener una relación de
amor.
Según lo anterior, llegamos
a la conclusión de que debió haber ocurrido algún acto de
adulterio entre el hombre y el ángel.
Así,
en Juan 8:44 dice, «Vuestro padre es el Diablo y queréis cumplir
los deseos de vuestro padre».
En Apocalipsis 12:19, enseña que el Diablo es Satanás, y que
Satanás es «la serpiente antigua» que tentó al hombre. Según
estos versículos bíblicos, podemos afirmar que el hombre es el
descendiente del Diablo, y, naturalmente, el descendiente de Satanás;
y por ello, es el descendiente de la serpiente. ¿Bajo qué
circunstancias el hombre se convirtió en descendiente del ángel
caído, es decir de Satanás? Porque los antepasados humanos
fornicaron con el ángel, entonces todos los hombres nacen con el
linaje de Satanás. Así, como el hombre caído no nace con el linaje
de Dios, sino con el de Satanás, en Romanos 8:23, dice que:
«...también nosotros, que
poseemos las primicias del Espíritu, nosotros mismos gemimos en
nuestro interior (por no ser hijos legítimos) anhelando el rescate
de nuestro cuerpo».
En
Mateo 3:7, Juan Bautista reprochó al pueblo incrédulo, llamándoles
«raza de víboras»_hijos de Satanás_. De nuevo en Mateo 23:33,
Jesús reprendió a los judíos, diciéndoles «¡Serpientes, raza de
víboras! ¿Cómo vais a escapar de la condenación de la gehenna?»
Según estas referencias
bíblicas, podemos afirmar que hubo una relación adúltera entre el
ángel y el hombre, y que esto fue la causa de la caída del hombre.
4. EL FRUTO DEL BIEN Y DEL MAL
Previamente,
hemos aclarado el hecho de que el Arbol de la Ciencia de Bien y del
Mal, simboliza a Eva. ¿Qué es entonces el fruto del árbol? Es
el amor de Eva.
De igual manera que un árbol frutal se multiplica por su fruto, que
contiene la semilla, Eva debería haber multiplicado hijos del bien
por medio de su amor centralizado en Dios. Pero en su lugar, Eva
multiplicó hijos del mal por medio de su amor centralizado en
Satanás.
Eva
fue creada para llegar a ser perfecta recorriendo el período de
crecimiento. A través de su amor, Eva podría haber dado frutos
buenos o frutos malos. Por esta razón, su amor fue designado como
«el fruto del Arbol de la Ciencia del Bien y del Mal», y ella misma
fue designada como el «Arbol de la Ciencia del Bien y del Mal».
Entonces,
¿qué significa el acto de comer del fruto del Arbol de la Ciencia
del Bien y del Mal?
Cuando decimos que comemos algo, significa que lo hacemos parte de
nuestra propia sangre y carne. Eva
debió haber multiplicado hijos de un linaje bueno mediante su sangre
y carne de bondad, derivada del «fruto» bueno que comiera en su
amor centralizado en Dios. En vez de ser así, ella originó una
sociedad de pecado, multiplicando hijos de un linaje malo mediante su
sangre y carne de maldad, derivada del «fruto» malo que comió en
su amor centralizado en Satanás.
Por consiguiente, que
Eva comiera del fruto del Arbol de la Ciencia del Bien y del Mal,
significa que tuvo una relación de sangre con el ángel (Satanás)
mediante su amor malo centralizado en él.
Génesis 3 :14, dice que Dios
maldijo al ángel caído, diciendo que se arrastraría sobre su
vientre y comería polvo todos los días de su vida. «Sobre tu
vientre caminarás», significa que el ángel se convertiría en un
ser miserable, incapaz de funcionar adecuadamente conforme a la forma
original de la creación. Tener que «comer polvo», significa que
tenía que vivir recibiendo malos elementos de vitalidad del mundo
malo y estar privado del derecho de tener elementos de vida de Dios,
puesto que fue arrojado del cielo (Is. 14:12, Ap. 12:9).
5. LA RAIZ DEL PECADO
De acuerdo a
lo que ha sido deducido por la Biblia, hemos llegado a comprender que
la
raíz del pecado no es que los primeros humanos comieron un fruto,
sino que tuvieron una relación ilícita de sangre con un ángel
simbolizado por la serpiente. Por esta razón, no multiplicaron el
linaje bueno de Dios, sino que multiplicaron el linaje malo de
Satanás.
Además, hay
otros hechos que demuestran claramente que la raíz del pecado del
hombre brota del adulterio. Debido a que la raíz del pecado empezó
por una relación de sangre, el pecado original fue transmitido de
generación en generación. Todas
las religiones que enseñan cómo eliminar el pecado, han considerado
al adulterio como el pecado más grave, y han puesto énfasis en
llevar una vida ascética con el fin de prevenirlo. Esto también
demuestra que la raíz del pecado está en el adulterio.
Los
israelitas fueron circuncidados como una condición de redención
para llegar a ser los elegidos de Dios, debido a que la raíz del
pecado está en el hecho de haber recibido la sangre mala a causa del
adulterio, y quisieron santificarse estableciendo una condición para
que la sangre mala fuera quitada de su carne.
La
causa principal de la decadencia de numerosas naciones, héroes
nacionales y patriotas, fue el adulterio, debido a que el impulso de
cometer adulterio, la raíz del pecado, estaba siempre actuando en la
mente del hombre sin que fuera consciente de ello.
Podremos eliminar todos los demás pecados elevando la ética y
moralidad del hombre a través de la religión, educación y el
mejoramiento del sistema social y económico. Pero en
las circunstancias presentes nadie puede impedir el delito del
adulterio, que está aumentando cada vez más a medida que la
civilización hace la vida humana más fácil y más indolente.
Por consiguiente, nunca
podremos esperar que el mundo ideal sea establecido, a menos que
podamos erradicar la fuente de este delito. Por ello, el Señor de la
Segunda Llegada debe ser capaz de resolver este problema
completamente.
Todos estos hechos prueban que la raíz del pecado se encuentra en el
adulterio.
SECCION II
La Motivación y el Proceso de la Caída
Ya hemos aclarado en la Sección
I el hecho de que la serpiente que causó la caída de Eva fue un
ángel. Debido a que la motivación de la caída humana se encuentra
precisamente en el ángel, debemos saber algo más acerca de él,
antes de que podamos realmente conocer la motivación y el proceso de
la caída.
1. LA CREACION DEL ANGEL, SU MISION Y SU RELACION CON EL HOMBRE
Todos los
seres fueron creados por Dios. Los ángeles no pueden ser una
excepción. Dios
creó el mundo angélico antes que nada.
Génesis 1:26, relata la historia de la creación: «Hagamos al
hombre a imagen nuestra, según nuestra semejanza», poniendo la
primera persona en plural. La razón no es que estuviera hablando
como una trinidad, como lo han interpretado muchos teólogos, sino es
debido a que estaba hablando a los ángeles, que habían sido creados
antes que el hombre (Gn. 1:26).
Dios
creó a los ángeles como sirvientes que tenían que asistirle en la
creación del universo, y en su administración (He. 1:14).
Los ángeles comunicaron a Abraham las importantes palabras de la
bendición de Dios (Gn. 18:10), anunciaron la concepción de Cristo a
María (Mt. 1:20, Lc. 1:31), y le quitaron a Pedro las cadenas y lo
ayudaron a salir de la cárcel (Hch. 12:7-11). Además de estos,
podemos encontrar un sinnúmero de ejemplos en la Biblia de ángeles
que trabajaron para Dios. En
Apocalipsis 22:9, el ángel se designa a sí mismo como un «siervo»,
mientras que en Hebreos 1:14, se llama a los ángeles «espíritus
servidores». Además, podemos ver en muchos versículos bíblicos
pruebas consistentes de que los ángeles han sido creados para honrar
y alabar a Dios (Ap. 5:11-12, 7:11-12).
Estudiemos
ahora la relación entre el hombre y los ángeles, conforme a los
principios de la creación. Ya que Dios creó a los hombres como Sus
hijos, dándoles dominio sobre toda la creación (Gn. 1:28), el
hombre tendría que dominar a los ángeles también.
I
Corintios 6:3 dice que el hombre tiene autoridad incluso para juzgar
a los ángeles.
Todos los que se comunican con el mundo espiritual frecuentemente,
ven a ángeles sirviendo a los santos del Paraíso. Esto también es
un buen ejemplo que ilustra que los ángeles sirven a los hombres.
2. LA CAIDA ESPIRITUAL Y LA CAIDA FISICA
Dado
que Dios creó al hombre con una parte espiritual y una parte carnal,
la caída ocurrió también en el espíritu y en la carne. La caída
espiritual fue la relación de sangre entre el ángel y Eva, mientras
que la caída física fue la relación de sangre entre Eva y Adán.
¿Cómo
pudo haber una relación sexual entre el ángel y el hombre? El
contacto entre un espíritu y un hombre aquí en la tierra (que tiene
un espíritu), no es muy diferente del contacto entre dos seres
humanos aquí en la tierra. Por ello, la unión sexual entre un ser
humano y un ángel es realmente posible.
Podemos
comprender lo que se ha dicho aquí aún más claramente mediante los
siguientes relatos. En la sociedad humana se
cuentan historias de hombres que en la tierra llevan una vida
matrimonial con un espíritu.
Está
la historia del ángel que, en lucha con Jacob, le golpeó en el
hueso del muslo y le dislocó la cadera (Gn. 32:25). Incluso hay otro
relato sobre los ángeles que se aparecieron en casa de Abraham y
comieron la carne y otros alimentos que había preparado para ellos
(Gn. 18:7-8), y los dos ángeles que visitaron a Lot y comieron el
pan sin levadura que cocinó para ellos. Los hombres de la ciudad,
excitados por el deseo sexual después de haberlos visto, rodearon la
casa y llamaron a voces a Lot: «¿Dónde están los hombres que han
venido donde ti esta noche? Sácalos, para que los conozcamos» (Gn.
19 :5).
Estos
ejemplos ilustran la posibilidad de contacto entre hombres y ángeles.
(1) La caída espiritual
Dios
creó el mundo angélico (Gn. 1:26) y puso a Lucifer (que significa
«Lucero, hijo de la Aurora» en Is. 14:12) en la posición de
arcángel. Lucifer estaba en la posición de monopolizar el amor de
Dios como canal de amor entre Dios y el mundo angélico,
de igual manera que Abraham era el canal para la bendición de Dios a
los israelitas. Sin embargo, Dios,
después de crear a los hombres como Sus hijos, los amó mucho más
que a Lucifer, quien había sido creado como Su sirviente. En
realidad, Lucifer seguía recibiendo la misma cantidad de amor de
Dios que recibía antes de la creación del hombre, pero cuando vio
que Dios amaba más a Adán y Eva, sintió una especie de amor
disminuido.
Esta situación es similar a la parábola bíblica de los obreros que
habían empezado a trabajar muy temprano por la mañana, y viendo que
aquellos que empezaron más tarde y que trabajaron muy poco
recibieron la misma paga que ellos, se sintieron pagados
injustamente, aunque recibieron la cantidad prometida (Mt. 20 :1-5).
Lucifer,
al sentir una pérdida de amor, trató de tentar a Eva para que se
rindiera ante él, con el fin de poder disfrutar en la sociedad
humana de la misma posición que tenía en el mundo angélico. Esto
fue el motivo de la caída espiritual.
Todas las
cosas fueron creadas para recibir el dominio de Dios por medio del
amor. Por ello, el amor es la fuente de la vida y un elemento
esencial para la felicidad y el ideal de toda la creación. Por esta
razón, cuanto más amor alguien recibe de Dios, más hermoso o
hermosa llega a ser esta persona. Así pues, era natural que Eva,
quien fue creada como hija de Dios, se viera muy bella a los ojos de
Lucifer, quien fue creado como sirviente. Además, cuando Eva fue
susceptible a su tentación, Lucifer se sintió fuertemente
estimulado por un impulso de amor hacia Eva. En ese momento, Lucifer
se atrevió a seducir a Eva a riesgo de su vida. Lucifer,
que abandonó su posición debido a su deseo excesivo, y Eva, que
deseaba que se le abrieran los ojos y ser como Dios a través de una
relación sexual antes de estar preparada para tenerla, formaron así
una base recíproca y tuvieron una relación sexual a través de su
acción de dar y recibir (Gn. 3:5-6). Debido a que la fuerza del amor
originada por su acción de dar y recibir no estaba basada en el
Principio, ellos cayeron en una relación impura de amor espiritual.
Conforme
al principio de que los hombres fueron creados para intercambiarse
elementos con el ser objetivo con quien forman un solo cuerpo
mediante el amor, Eva recibió ciertos elementos de Lucifer cuando
ambos se unieron formando un solo cuerpo mediante el amor. En primer
lugar, ella recibió de Lucifer el sentimiento de miedo que se
originó en su conciencia culpable, a causa de su violación del
propósito de la creación. En segundo lugar, ella recibió
sabiduría, con la que pudo darse cuenta de que el esposo pensado
para ella en la naturaleza original de la creación no era Lucifer,
sino Adán.
En aquel tiempo Eva estaba todavía en el período de inmadurez. Por
tanto, era inmadura en sabiduría comparada con la del arcángel, que
había alcanzado un cierto nivel de madurez. Así pues, ella recibió
sabiduría del arcángel.
(2) La caída física
Adán y Eva deberían haberse
convertido en marido y esposa, eternamente centrados en Dios, después
de haber alcanzado su perfección. Sin embargo, Eva se unió con Adán
inmediatamente después de haber tenido la relación ilícita con el
arcángel, y así Adán también cayó en su período de crecimiento.
Esta relación conyugal prematura entre Adán y Eva fue centrada en
Satanás, y causó la caída física.
Como se
señaló antes, Eva adquirió por la caída espiritual con el
arcángel el sentimiento de miedo que provenía de la angustia de su
conciencia culpable, y la sabiduría para comprender que su verdadero
esposo no era el arcángel, sino Adán. Eva
entonces sedujo a Adán con la esperanza de poder liberarse del miedo
derivado de la caída e incluso presentarse ante Dios después de
formar un solo cuerpo con Adán, que fue creado para ser su esposo.
Este fue el motivo que dio lugar a la caída física.
Eva,
habiéndose unido con el arcángel a través de su relación sexual
ilícita, estaba en la posición del arcángel con respecto a Adán.
Por tanto, Adán, a quien Dios amaba, aparecía muy hermoso para
ella. Adán era la única esperanza de Eva para volver a Dios. Por
esto, Eva tentó a Adán, de igual forma que el arcángel la había
tentado a ella.
Eva,
en la posición de Lucifer y Adán, formaron una base recíproca y a
través de su acción de dar y recibir, el poder de ese amor fuera
del Principio hizo que Adán abandonara su posición original de la
creación y finalmente causó que Eva y él tuvieran una relación
sexual ilícita.
Adán,
al unirse con Eva, heredó todos los elementos que Eva había
recibido de Lucifer, de igual forma que ella los adquirió. Estos
elementos vienen siendo ininterrumpidamente transmitidos a sus
descendientes.
A
pesar de la caída de Eva, si Adán hubiera alcanzado la perfección
sin formar una base recíproca con la Eva caída, él, como el sujeto
perfecto, habría permanecido intacto, y la providencia para
restaurar a Eva habría sido mucho más fácil. Sin embargo, Adán
cayó también, y la humanidad habiendo heredado el linaje de
Satanás, ha venido multiplicando el pecado hasta nuestros días,
perpetuando así el linaje de Satanás.
SECCION III
La Fuerza del Amor, la Fuerza del Principio y el Mandamiento para la Fe
1. LA CAIDA HUMANA SEGUN EL PUNTO DE VISTA DE LA FUERZA DEL AMOR Y LA FUERZA DEL PRINCIPIO
El
hombre fue creado por el Principio y para vivir según la órbita del
Principio. Por lo tanto, la fuerza del Principio no pudo causar la
caída, arrojando al hombre fuera de esa órbita.
Podemos
comparar esto a un tren sin desperfectos en la máquina, que no puede
descarrilarse por sí mismo. Para que un tren se salga de la vía
debe chocar contra él una fuerza exterior, más grande que su propia
fuerza de locomoción, que venga en una dirección diferente.
De igual manera, el
hombre puede caer cuando choca contra él una cierta fuerza más
grande y con un propósito diferente que la del Principio que le hace
perfeccionarse. No hay otra fuerza más grande que la del Principio
excepto la fuerza del amor. Por consiguiente, para el hombre, en un
estado inmaduro, existía la posibilidad de caer a causa de la fuerza
de un amor que no estuviera centrado en el Principio.
¿Por qué la fuerza del amor
era más grande que la fuerza del Principio, en tal medida que el
hombre cayó cuando tomó contacto con el amor dirigido por un
propósito diferente?
De
acuerdo con los principios de la creación, el amor de Dios es el
amor subjetivo, que se manifiesta a través del fundamento de cuatro
posiciones, el cual se establece perfeccionando los tres propósitos
objetivos mediante los tres amores objetivos. Por ello, el amor es la
fuente de la vida y la felicidad del hombre, porque sin el amor de
Dios el fundamento de cuatro posiciones, que es el propósito de la
creación del hombre, nunca podría ser establecido.
Dios,
por medio del amor, debería tener dominio sobre el hombre, que está
creado mediante el Principio. Por consiguiente, la fuerza del amor
debe ser más grande que la del Principio con el fin de que el amor
tenga el máximo valor.
Si la fuerza del amor fuera más débil que la del Principio, el amor
de Dios no podría dominar al hombre, que fue creado mediante el
Principio y el hombre procuraría más el Principio que el amor de
Dios. Precisamente por esta razón, Jesús quiso educar a sus
discípulos con la verdad y salvarlos con el amor.
2. EL PROPOSITO DE DAR EL MANDAMIENTO PARA LA FE
¿Con
qué propósito Dios les dio a Adán y Eva el mandamiento para la fe
de no comer del fruto? Si Adán y Eva, que no podían recibir el
dominio directo del amor de Dios debido a su inmadurez, iniciaban una
relación recíproca con el arcángel basada en un amor fuera del
Principio, entonces podrían caer, ya que la fuerza del amor es más
grande que la del Principio. Pero, por muy grande que fuera la fuerza
del amor del arcángel, si ellos hubieran seguido el mandamiento de
Dios sin corresponder al arcángel, teniendo sólo una acción de dar
y recibir con Dios, de ningún modo hubiesen caído. En ese caso, la
fuerza del amor fuera del Principio no tendría ningún efecto. La
fuerza del amor ilícito les hizo desviarse del Principio a causa de
que formaron una base recíproca con el arcángel y efectuaron la
acción de dar y recibir con él, en contra del mandamiento de Dios.
Dios les dio
este mandamiento cuando aún estaban inmaduros no tan sólo porque El
deseara impedir que cayeran, sino porque Dios también quería que el
hombre disfrutara del dominio sobre toda la creación, asemejando la
creatividad de Dios. Así pues, Adán
y Eva deberían haberse perfeccionado a sí mismos mediante su fe en
la Palabra, que era su propia parte de responsabilidad
(ref. Parte I, Cap. I, Sec. V, 2 [2]).
Dios
no le dio este mandamiento al arcángel, sino al hombre; El quería
exaltar la dignidad y calificaciones del hombre en los principios de
la creación para que pudiera dominar incluso al arcángel desde la
posición de hijo de Dios.
3. EL PERIODO DURANTE EL CUAL ERA NECESARIO EL MANDAMIENTO PARA LA FE
¿Habría
sido necesario para siempre el mandamiento de Dios de no comer el
fruto? Según el punto de vista del amor, el cumplimiento de la
segunda bendición de Dios es que Adán y Eva perfeccionados entraran
en el dominio directo de Dios a través de Su amor, convirtiéndose
en marido y esposa centrados en el amor de Dios y multiplicando hijos
(Gn. 1:28). Por tanto, el hombre fue creado, según el Principio,
para poder comer del fruto después de su perfección.
Dado
que la fuerza del amor es más fuerte que la del Principio, Adán y
Eva no habrían caído si, llegando a ser marido y esposa después de
su perfección, hubieran entrado en el dominio directo de Dios a
través de un amor absoluto. En este caso, ningún hombre o ninguna
otra fuerza podría interrumpir la fuerza del amor conyugal absoluto.
Además, la fuerza del amor del arcángel, que era menor y más débil
que la del hombre, de ninguna forma podría haber roto su amor
recíproco centrado en Dios.
Por
consiguiente, el mandamiento de Dios a Adán y Eva de no comer del
fruto habría sido necesario únicamente en el período de su
inmadurez.
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