domingo, 20 de noviembre de 2016

La Caída del Hombre - El principio Divino


CAPITULO II

La Caída del Hombre

Todo ser humano, sin excepción, está inclinado a rechazar el mal y a perseguir el bien. Pero, arrastrado inconscientemente por una fuerza mala, rechaza el bien deseado por su mente original y comete actos malos que realmente no desea hacer. En el Cristianismo esta fuerza mala es conocida como «Satanás». Debido a que no se conoce la naturaleza y el origen real de Satanás, el hombre ha sido incapaz de eliminar su fuerza. Con el fin de destruir la fuente del mal, terminar con la historia del mal de la humanidad y establecer una era de bondad, debemos primero conocer la motivación, el proceso y el resultado por el cual Satanás se convirtió en Satanás. Para aclarar estas cuestiones debemos estudiar «La Caída del Hombre».

SECCION I

La Raíz del Pecado

Hasta ahora, nadie ha conocido la raíz del pecado, la cual está arraigada profundamente dentro del ser humano y lo lleva incesantemente hacia el pecado y el mal. Exclusivamente los cristianos creen que Adán y Eva, el primer hombre y la primera mujer, comieron el fruto del Arbol de la Ciencia del Bien y del Mal, y que este acto fue la raíz del pecado. Hay un número de creyentes que afirman que el fruto del Arbol de la Ciencia del Bien y del Mal es el fruto de un árbol real, mientras que otros creen que el fruto es un símbolo. Estas diversas opiniones llevan a diferentes interpretaciones y, por tanto, a la confusión.

1. EL ARBOL DE LA VIDA Y EL ARBOL DE LA CIENCIA DEL BIEN Y DEL MAL

Muchos cristianos hasta el día de hoy creen que el fruto que causó la caída de Adán y Eva, fue literalmente el fruto de un árbol. Pero, ¿cómo pudo Dios, el Padre del hombre, hacer un fruto tan tentador (Gn. 3:6) como para que sus hijos arriesgaran sus vidas por comerlo? ¿Cómo pudo El colocar un fruto tan dañino donde Sus hijos podían alcanzarlo tan fácilmente?
Jesús dijo: «No es lo que entra por la boca lo que hace impuro al hombre; sino lo que sale de la boca, eso es lo que hace impuro al hombre» (Mt. 15:11). Entonces, ¿cómo podrían los alimentos que el hombre ingiere causarle la caída? El pecado original del hombre ha sido heredado desde el primer hombre y la primera mujer. ¿Cómo algo comestible podría ser la fuente de este pecado o la causa de la transmisión del pecado original a los hijos. El pecado original es heredado y transmitido a través del linaje de sangre. Lo que el hombre come no puede ser transmitido de una generación a la siguiente.
Hay muchas personas que creen que Dios creó el fruto del Arbol de la Ciencia del Bien y del Mal y mandó al hombre que no comiera de él con el fin de probar su obediencia. Debemos preguntarnos: ¿Probaría un Dios de Amor tan despiadadamente al hombre mediante un fruto que podía causarle la muerte. Adán y Eva sabían que morirían si comían del fruto, porque Dios se lo había dicho. Aún así, comieron de él. No podemos comprender por qué Adán y Eva, que no estaban ni mucho menos muertos de hambre, desobedecieron el mandato de Dios a riesgo de sus propias vidas. Sin duda alguna el fruto del Arbol de la Ciencia del Bien y del Mal debió ser algo tan extraordinariamente estimulante y tan ardientemente deseado que el miedo al castigo - incluso la muerte - no pudo impedir que comieran de él.
Si el fruto del Arbol de la Ciencia del Bien y del Mal no era un fruto material, sino un símbolo, ¿qué representa este símbolo. Para contestar esta pregunta comencemos con un examen del Arbol de la Vida, que creció en el Jardín del Edén junto con el Arbol de la Ciencia del Bien y del Mal (Gn. 2:9). Cuando descubramos el verdadero carácter del Arbol de la vida, conoceremos también la naturaleza del Arbol de la Ciencia del Bien y del Mal.

(1) El Arbol de la Vida

Según la Biblia, la esperanza del hombre caído se encuentra en el Arbol de la Vida; es decir, en llegar a ser un Arbol de la Vida. Los israelitas del Antiguo Testamento consideraban al Arbol de la Vida como su esperanza última (Pr. 13:12).
La esperanza de los cristianos desde los días de Jesús hasta nuestro tiempo se ha dirigido hacia el Arbol de la Vida (Ap. 22:14). Puesto que la última esperanza del hombre caído es el Arbol de la Vida, podemos concluir que la esperanza de Adán antes de su caída era también el Arbol de la Vida.
¿Por qué podemos llegar a la conclusión de que la esperanza de Adán era alcanzar el Arbol de la Vida. Génesis 3:24 dice que, después de que Adán cometió el pecado, Dios colocó un querubín y una espada de fuego para guardar el Arbol de la Vida. Debido a su caída, Adán fue arrojado del Jardín del Edén (Gn. 3:24) sin haber logrado alcanzar el Arbol de la Vida. Desde entonces, el hombre caído siempre ha puesto su esperanza en lograr lo que Adán falló en conseguir el Arbol de la Vida.
¿Cuál debió haber sido la esperanza de Adán imperfecto mientras estaba creciendo hacia la perfección? Sin lugar a dudas no puede ser otra cosa que la perfecta madurez humana, realizando así el ideal divino de la creación. Así pues, ahora podemos comprender la importancia del Arbol de la Vida como «el hombre maduro que ha realizado el ideal de la creación», el Adán perfecto. El Arbol de la Vida representa al Adán perfecto.
Si Adán hubiera alcanzado el Arbol de la Vida, todos sus descendientes también podrían haber alcanzado el Arbol de la Vida y de esta manera podrían haber realizado el Reino de los Cielos sobre la tierra. Pero Adán cayó y Dios colocó la espada de fuego en la entrada del Jardín para guardarlo. Entonces, el Arbol de la Vida permanece desde entonces como la esperanza del hombre caído, que está tratando de restaurar el ideal de la creación.
¿Por qué la búsqueda del camino que lleva a alcanzar el Arbol de la Vida es tan difícil que nadie lo ha conseguido? El hombre caído, cargando con el pecado original, no puede alcanzar esta meta sólo por su propia capacidad o esfuerzo, por eso debe venir a la tierra un hombre que haya realizado el ideal de la creación e injertar a todos los hombres caídos en sí mismo, en armoniosa unidad (Rm. 11:17). Por lo tanto, como dice en Proverbios 13:12, podemos ver que el Arbol de la Vida, al que los creyentes de la Era del Antiguo Testamento aguardaban fervientemente, fue precisamente Jesús.
Está claramente expresado en Génesis 3:24 que Dios impidió el camino de Adán hacia el Arbol de la Vida con las espadas de fuego. Entonces sin que estas fuesen retiradas, el ser humano no podría dirigirse hacia este Arbol de la Vida. Tal como está registrado en Hechos 2:3-4, los creyentes, en el día de Pentecostés, pudieron recibir el Espíritu Santo, mediante el cual toda la humanidad podría dirigirse a Jesús, el Arbol de la Vida, y unirse con él. Pero esto sólo pudo ocurrir después de la distribución de las «lenguas de fuego»; es decir, la espada de fuego que guardaba el camino hacia el Arbol de la Vida. De esta forma, los cristianos están sólo injertados espiritualmente a Jesús. Así pues, por más ardiente que sea la fe en Jesús de los padres, ellos no pueden dar nacimiento a hijos sin pecados, que también tienen que seguir el mismo curso de la redención de los pecados. Esta realidad nos deja ver que incluso los más piadosos santos aún no han sido capaces de eliminar el pecado original; por consiguiente, incluso ellos no tienen más remedio que transmitir este pecado a sus hijos (ref. Parte I, Cap. IV, Sec. I).
Por eso, Cristo debe venir de nuevo a la tierra como el Arbol de la Vida, para llevar a cabo la providencia de la redención de la humanidad del pecado original, injertando a los hombres en sí mismo. Por esta razón, los creyentes de la Era del Nuevo Testamento esperan el Arbol de la Vida señalado en Apocalipsis 22:14, que simboliza al Señor de la Segunda Llegada.
Podemos comprender que el propósito de la providencia divina de la salvación es restaurar el Arbol de la Vida que fue perdido en el Jardín del Edén (Gn. 2:9), a través del Arbol de la Vida mencionado en Apocalipsis 22:14. Debido a la caída, Adán no pudo alcanzar el primer Arbol de la Vida. Por consiguiente, Cristo debe venir de nuevo como el último Adán (Ap. 22:13), con el fin de salvar al hombre caído. Por esta razón, a Cristo se lo llama «el último Adán» (1 Co. 15:45).

(2) El Arbol de la Ciencia del Bien y del Mal

Dios no sólo creó a Adán, sino que también creó a Eva como la esposa de Adán. ¿No es lógico que si en el Jardín del Edén había un árbol que simbolizaba al hombre maduro, haya otro que represente a la mujer madura. El Arbol de la Ciencia del Bien y del Mal que, como fue descrito, estaba junto con el Arbol de la Vida (Gn. 2:9) era, pues, el símbolo de Eva perfecta.
La Biblia se refiere a Jesús como la vid (Jn. 15:5), o el olivo (Rm. 11:17). De igual forma, Dios al enseñar en clave los secretos de la caída del hombre representó a Adán y Eva perfectos con los dos árboles.

2. LA VERDADERA IDENTIDAD DE LA SERPIENTE

En la Biblia leemos que la serpiente tentó a Eva a cometer el pecado (Gn. 3:4-5) ¿Qué significa esta serpiente? La respuesta se encuentra estudiando el verdadero carácter de la serpiente en el contenido del tercer capítulo del Génesis.
La serpiente, descrita en la Biblia, pudo conversar con el hombre. Además, causó la caída del hombre, que es un ser espiritual. Por consiguiente, la serpiente debió haber sido también un ser espiritual. Conocía el mandamiento de Dios de prohibir al hombre comer del fruto del Arbol de la Ciencia del Bien y del Mal. Esto nos dice decisivamente que era un ser espiritual.
En Apocalipsis 12:9 leemos más detalladamente que «fue arrojada la gran Serpiente, la Serpiente antigua»; que es llamada el Diablo, por algunos, y Satanás por otros. Esta «Serpiente antigua» era la misma que tentó a Adán y Eva en el Jardín del Edén. Es llamada el Diablo o Satanás, quien como sabemos ha dirigido constantemente a la mente humana hacia el mal. Por lo tanto, Satanás debe ser un ser espiritual. Si el Diablo es espiritual, la serpiente que simboliza al Diablo debe ser también espiritual. Así pues, hemos demostrado que la serpiente que tentó al primer hombre y a la primera mujer no era un animal, sino un ser espiritual.
Una cuestión que debemos resolver, entonces, es si la serpiente existió antes del tiempo de la creación o si fue uno de los seres creados. Si la serpiente fuera un ser que existía antes de la creación con un propósito contrario al de Dios, la lucha entre el bien y el mal en el mundo sería inevitable y eterna. La providencia de la restauración de Dios, entonces, no tendría significado y el monoteísmo, la creencia de que todas las cosas fueron hechas por un solo Dios, sería descartado. No podemos evitar la conclusión, pues, de que el ser espiritual, representado por la serpiente, era un ser originalmente creado para un propósito bueno y que más tarde cayó y se degradó convirtiéndose en Satanás.
¿Qué clase de ser espiritual pudo haber conversado con el hombre, conociendo la voluntad de Dios, viviendo en el cielo (el mundo del espíritu) y que pudo dominar el alma humana, transcendiendo el tiempo y el espacio, incluso después de su caída y degradación? Como no hay otro ser que tenga tales características excepto un ángel, no podemos menos que creer que la serpiente debió haber sido el nombre simbólico de un ángel. Leemos en II Pedro 2:4, que Dios no perdonó a los ángeles cuando pecaron, sino que los arrojó al infierno. Esto demuestra definitivamente que la verdadera identidad de la serpiente, que tentó al hombre a pecar, era un ángel.
La lengua de la serpiente está hendida en dos. Esto simboliza a un hombre o un ser que manifiesta dos cosas diferentes con una sola lengua, un ser que vive una doble vida con un solo corazón. La serpiente es también el símbolo de alguien que induce a los demás a que se sacrifiquen por su propio beneficio. La serpiente enrosca su cuerpo alrededor de la presa, y luego la devora. Por estas razones, la Biblia asemeja al ángel que tentó al hombre con una serpiente.

3. LA CAIDA DEL ANGEL Y LA CAIDA DEL HOMBRE

Ahora sabemos que la serpiente que tentó al hombre fue un ángel, y que este ángel, al caer en el pecado, se convirtió en Satanás. Investigaremos más detalladamente qué clase de pecado cometieron el ángel y el hombre.

(1) El delito del ángel

En Judas 1:6-7, se lee:
« y además que a los ángeles, que no mantuvieron su dignidad, sino que abandonaron su propia morada, los tiene guardados con ligaduras eternas bajo tinieblas para el juicio del gran Día. Y lo mismo Sodoma y Gomorra y las ciudades vecinas, que como ellos fornicaron y se fueron tras un uso antinatural de la carne, padeciendo la pena de un fuego eterno ».
Según esto, podemos razonar que el ángel cayó a consecuencia de un acto inmoral de uso antinatural de la carne y que este acto fue la fornicación. La fornicación es un delito que no puede ser cometido por una persona sola. Por consiguiente, debemos descubrir con quién cometió el ángel fornicación en el Jardín del Edén. Con el fin de conocer esto, investiguemos qué clase de delito fue cometido por el hombre.

(2) El delito del hombre

En Génesis 2:25, leemos que Adán y Eva estaban desnudos y no se avergonzaban de su desnudez. Pero, después de la caída, sintieron vergüenza de su desnudez y se hicieron un delantal de hojas de higuera para cubrir sus partes bajas (Gn. 3:7).
Si hubieran cometido el pecado comiendo un fruto literal de un «árbol de la ciencia del bien y del mal», en vez de hacer esto, habrían ocultado sus manos y sus bocas, porque es naturaleza humana ocultar el área de la transgresión. Que cubrieran sus partes sexuales, claramente indica que estaban avergonzados de las áreas sexuales de sus cuerpos, debido a que habían pecado mediante ellas. Según esto, sabemos que cometieron el pecado con las partes sexuales de sus cuerpos.
En Job 31:33, está escrito: «¿He disimulado mis culpas a los hombres, ocultando en mi seno mi pecado. . . ?». Adán ocultó su transgresión cubriendo las partes sexuales de su cuerpo después de la caída. Esto de nuevo indica que la parte sexual del cuerpo de Adán fue el lugar de la transgresión, ¿Cómo es que las partes bajas de Adán se convirtieron en una vergüenza?, demás está decir que es debido a que Adán cometió el pecado con esta parte.
En el mundo anterior a la caída del hombre, ¿qué acto pudo haber cometido el hombre a riesgo de su propia vida? No pudo ser otra cosa que un acto de amor. El propósito de la creación de Dios al decir «creced y multiplicaos» (Gn. 1:28), solamente podría realizarse a través del amor. Por lo tanto al considerar el propósito de la creación, el amor no puede sino ser lo más precioso, lo más sagrado.
Sin embargo, desde la caída los hombres en general han considerado el acto del amor como algo despreciable, debido a que el amor fue precisamente la causa de la caída humana. Esto nos demuestra más claramente el hecho de que también el hombre cayó debido a la fornicación.

(3) El acto de adulterio entre el ángel y el hombre

Hasta ahora, hemos aclarado que el hombre cayó en la tentación del ángel y pecó. Ambos, el hombre y el ángel, cayeron debido a la fornicación. En el mundo de la creación, los hombres y los ángeles son los únicos seres espirituales que pueden tener una relación de amor. Según lo anterior, llegamos a la conclusión de que debió haber ocurrido algún acto de adulterio entre el hombre y el ángel.
Así, en Juan 8:44 dice, «Vuestro padre es el Diablo y queréis cumplir los deseos de vuestro padre». En Apocalipsis 12:19, enseña que el Diablo es Satanás, y que Satanás es «la serpiente antigua» que tentó al hombre. Según estos versículos bíblicos, podemos afirmar que el hombre es el descendiente del Diablo, y, naturalmente, el descendiente de Satanás; y por ello, es el descendiente de la serpiente. ¿Bajo qué circunstancias el hombre se convirtió en descendiente del ángel caído, es decir de Satanás? Porque los antepasados humanos fornicaron con el ángel, entonces todos los hombres nacen con el linaje de Satanás. Así, como el hombre caído no nace con el linaje de Dios, sino con el de Satanás, en Romanos 8:23, dice que:
«...también nosotros, que poseemos las primicias del Espíritu, nosotros mismos gemimos en nuestro interior (por no ser hijos legítimos) anhelando el rescate de nuestro cuerpo».
En Mateo 3:7, Juan Bautista reprochó al pueblo incrédulo, llamándoles «raza de víboras»_hijos de Satanás_. De nuevo en Mateo 23:33, Jesús reprendió a los judíos, diciéndoles «¡Serpientes, raza de víboras! ¿Cómo vais a escapar de la condenación de la gehenna?»
Según estas referencias bíblicas, podemos afirmar que hubo una relación adúltera entre el ángel y el hombre, y que esto fue la causa de la caída del hombre.

4. EL FRUTO DEL BIEN Y DEL MAL

Previamente, hemos aclarado el hecho de que el Arbol de la Ciencia de Bien y del Mal, simboliza a Eva. ¿Qué es entonces el fruto del árbol? Es el amor de Eva. De igual manera que un árbol frutal se multiplica por su fruto, que contiene la semilla, Eva debería haber multiplicado hijos del bien por medio de su amor centralizado en Dios. Pero en su lugar, Eva multiplicó hijos del mal por medio de su amor centralizado en Satanás. Eva fue creada para llegar a ser perfecta recorriendo el período de crecimiento. A través de su amor, Eva podría haber dado frutos buenos o frutos malos. Por esta razón, su amor fue designado como «el fruto del Arbol de la Ciencia del Bien y del Mal», y ella misma fue designada como el «Arbol de la Ciencia del Bien y del Mal».
Entonces, ¿qué significa el acto de comer del fruto del Arbol de la Ciencia del Bien y del Mal? Cuando decimos que comemos algo, significa que lo hacemos parte de nuestra propia sangre y carne. Eva debió haber multiplicado hijos de un linaje bueno mediante su sangre y carne de bondad, derivada del «fruto» bueno que comiera en su amor centralizado en Dios. En vez de ser así, ella originó una sociedad de pecado, multiplicando hijos de un linaje malo mediante su sangre y carne de maldad, derivada del «fruto» malo que comió en su amor centralizado en Satanás. Por consiguiente, que Eva comiera del fruto del Arbol de la Ciencia del Bien y del Mal, significa que tuvo una relación de sangre con el ángel (Satanás) mediante su amor malo centralizado en él.
Génesis 3 :14, dice que Dios maldijo al ángel caído, diciendo que se arrastraría sobre su vientre y comería polvo todos los días de su vida. «Sobre tu vientre caminarás», significa que el ángel se convertiría en un ser miserable, incapaz de funcionar adecuadamente conforme a la forma original de la creación. Tener que «comer polvo», significa que tenía que vivir recibiendo malos elementos de vitalidad del mundo malo y estar privado del derecho de tener elementos de vida de Dios, puesto que fue arrojado del cielo (Is. 14:12, Ap. 12:9).

5. LA RAIZ DEL PECADO

De acuerdo a lo que ha sido deducido por la Biblia, hemos llegado a comprender que la raíz del pecado no es que los primeros humanos comieron un fruto, sino que tuvieron una relación ilícita de sangre con un ángel simbolizado por la serpiente. Por esta razón, no multiplicaron el linaje bueno de Dios, sino que multiplicaron el linaje malo de Satanás.
Además, hay otros hechos que demuestran claramente que la raíz del pecado del hombre brota del adulterio. Debido a que la raíz del pecado empezó por una relación de sangre, el pecado original fue transmitido de generación en generación. Todas las religiones que enseñan cómo eliminar el pecado, han considerado al adulterio como el pecado más grave, y han puesto énfasis en llevar una vida ascética con el fin de prevenirlo. Esto también demuestra que la raíz del pecado está en el adulterio. Los israelitas fueron circuncidados como una condición de redención para llegar a ser los elegidos de Dios, debido a que la raíz del pecado está en el hecho de haber recibido la sangre mala a causa del adulterio, y quisieron santificarse estableciendo una condición para que la sangre mala fuera quitada de su carne.
La causa principal de la decadencia de numerosas naciones, héroes nacionales y patriotas, fue el adulterio, debido a que el impulso de cometer adulterio, la raíz del pecado, estaba siempre actuando en la mente del hombre sin que fuera consciente de ello. Podremos eliminar todos los demás pecados elevando la ética y moralidad del hombre a través de la religión, educación y el mejoramiento del sistema social y económico. Pero en las circunstancias presentes nadie puede impedir el delito del adulterio, que está aumentando cada vez más a medida que la civilización hace la vida humana más fácil y más indolente. Por consiguiente, nunca podremos esperar que el mundo ideal sea establecido, a menos que podamos erradicar la fuente de este delito. Por ello, el Señor de la Segunda Llegada debe ser capaz de resolver este problema completamente. Todos estos hechos prueban que la raíz del pecado se encuentra en el adulterio.

SECCION II

La Motivación y el Proceso de la Caída

Ya hemos aclarado en la Sección I el hecho de que la serpiente que causó la caída de Eva fue un ángel. Debido a que la motivación de la caída humana se encuentra precisamente en el ángel, debemos saber algo más acerca de él, antes de que podamos realmente conocer la motivación y el proceso de la caída.

1. LA CREACION DEL ANGEL, SU MISION Y SU RELACION CON EL HOMBRE

Todos los seres fueron creados por Dios. Los ángeles no pueden ser una excepción. Dios creó el mundo angélico antes que nada. Génesis 1:26, relata la historia de la creación: «Hagamos al hombre a imagen nuestra, según nuestra semejanza», poniendo la primera persona en plural. La razón no es que estuviera hablando como una trinidad, como lo han interpretado muchos teólogos, sino es debido a que estaba hablando a los ángeles, que habían sido creados antes que el hombre (Gn. 1:26).
Dios creó a los ángeles como sirvientes que tenían que asistirle en la creación del universo, y en su administración (He. 1:14). Los ángeles comunicaron a Abraham las importantes palabras de la bendición de Dios (Gn. 18:10), anunciaron la concepción de Cristo a María (Mt. 1:20, Lc. 1:31), y le quitaron a Pedro las cadenas y lo ayudaron a salir de la cárcel (Hch. 12:7-11). Además de estos, podemos encontrar un sinnúmero de ejemplos en la Biblia de ángeles que trabajaron para Dios. En Apocalipsis 22:9, el ángel se designa a sí mismo como un «siervo», mientras que en Hebreos 1:14, se llama a los ángeles «espíritus servidores». Además, podemos ver en muchos versículos bíblicos pruebas consistentes de que los ángeles han sido creados para honrar y alabar a Dios (Ap. 5:11-12, 7:11-12).
Estudiemos ahora la relación entre el hombre y los ángeles, conforme a los principios de la creación. Ya que Dios creó a los hombres como Sus hijos, dándoles dominio sobre toda la creación (Gn. 1:28), el hombre tendría que dominar a los ángeles también. I Corintios 6:3 dice que el hombre tiene autoridad incluso para juzgar a los ángeles. Todos los que se comunican con el mundo espiritual frecuentemente, ven a ángeles sirviendo a los santos del Paraíso. Esto también es un buen ejemplo que ilustra que los ángeles sirven a los hombres.

2. LA CAIDA ESPIRITUAL Y LA CAIDA FISICA

Dado que Dios creó al hombre con una parte espiritual y una parte carnal, la caída ocurrió también en el espíritu y en la carne. La caída espiritual fue la relación de sangre entre el ángel y Eva, mientras que la caída física fue la relación de sangre entre Eva y Adán.
¿Cómo pudo haber una relación sexual entre el ángel y el hombre? El contacto entre un espíritu y un hombre aquí en la tierra (que tiene un espíritu), no es muy diferente del contacto entre dos seres humanos aquí en la tierra. Por ello, la unión sexual entre un ser humano y un ángel es realmente posible.
Podemos comprender lo que se ha dicho aquí aún más claramente mediante los siguientes relatos. En la sociedad humana se cuentan historias de hombres que en la tierra llevan una vida matrimonial con un espíritu. Está la historia del ángel que, en lucha con Jacob, le golpeó en el hueso del muslo y le dislocó la cadera (Gn. 32:25). Incluso hay otro relato sobre los ángeles que se aparecieron en casa de Abraham y comieron la carne y otros alimentos que había preparado para ellos (Gn. 18:7-8), y los dos ángeles que visitaron a Lot y comieron el pan sin levadura que cocinó para ellos. Los hombres de la ciudad, excitados por el deseo sexual después de haberlos visto, rodearon la casa y llamaron a voces a Lot: «¿Dónde están los hombres que han venido donde ti esta noche? Sácalos, para que los conozcamos» (Gn. 19 :5).
Estos ejemplos ilustran la posibilidad de contacto entre hombres y ángeles.

(1) La caída espiritual

Dios creó el mundo angélico (Gn. 1:26) y puso a Lucifer (que significa «Lucero, hijo de la Aurora» en Is. 14:12) en la posición de arcángel. Lucifer estaba en la posición de monopolizar el amor de Dios como canal de amor entre Dios y el mundo angélico, de igual manera que Abraham era el canal para la bendición de Dios a los israelitas. Sin embargo, Dios, después de crear a los hombres como Sus hijos, los amó mucho más que a Lucifer, quien había sido creado como Su sirviente. En realidad, Lucifer seguía recibiendo la misma cantidad de amor de Dios que recibía antes de la creación del hombre, pero cuando vio que Dios amaba más a Adán y Eva, sintió una especie de amor disminuido. Esta situación es similar a la parábola bíblica de los obreros que habían empezado a trabajar muy temprano por la mañana, y viendo que aquellos que empezaron más tarde y que trabajaron muy poco recibieron la misma paga que ellos, se sintieron pagados injustamente, aunque recibieron la cantidad prometida (Mt. 20 :1-5). Lucifer, al sentir una pérdida de amor, trató de tentar a Eva para que se rindiera ante él, con el fin de poder disfrutar en la sociedad humana de la misma posición que tenía en el mundo angélico. Esto fue el motivo de la caída espiritual.
Todas las cosas fueron creadas para recibir el dominio de Dios por medio del amor. Por ello, el amor es la fuente de la vida y un elemento esencial para la felicidad y el ideal de toda la creación. Por esta razón, cuanto más amor alguien recibe de Dios, más hermoso o hermosa llega a ser esta persona. Así pues, era natural que Eva, quien fue creada como hija de Dios, se viera muy bella a los ojos de Lucifer, quien fue creado como sirviente. Además, cuando Eva fue susceptible a su tentación, Lucifer se sintió fuertemente estimulado por un impulso de amor hacia Eva. En ese momento, Lucifer se atrevió a seducir a Eva a riesgo de su vida. Lucifer, que abandonó su posición debido a su deseo excesivo, y Eva, que deseaba que se le abrieran los ojos y ser como Dios a través de una relación sexual antes de estar preparada para tenerla, formaron así una base recíproca y tuvieron una relación sexual a través de su acción de dar y recibir (Gn. 3:5-6). Debido a que la fuerza del amor originada por su acción de dar y recibir no estaba basada en el Principio, ellos cayeron en una relación impura de amor espiritual.
Conforme al principio de que los hombres fueron creados para intercambiarse elementos con el ser objetivo con quien forman un solo cuerpo mediante el amor, Eva recibió ciertos elementos de Lucifer cuando ambos se unieron formando un solo cuerpo mediante el amor. En primer lugar, ella recibió de Lucifer el sentimiento de miedo que se originó en su conciencia culpable, a causa de su violación del propósito de la creación. En segundo lugar, ella recibió sabiduría, con la que pudo darse cuenta de que el esposo pensado para ella en la naturaleza original de la creación no era Lucifer, sino Adán. En aquel tiempo Eva estaba todavía en el período de inmadurez. Por tanto, era inmadura en sabiduría comparada con la del arcángel, que había alcanzado un cierto nivel de madurez. Así pues, ella recibió sabiduría del arcángel.

(2) La caída física

Adán y Eva deberían haberse convertido en marido y esposa, eternamente centrados en Dios, después de haber alcanzado su perfección. Sin embargo, Eva se unió con Adán inmediatamente después de haber tenido la relación ilícita con el arcángel, y así Adán también cayó en su período de crecimiento. Esta relación conyugal prematura entre Adán y Eva fue centrada en Satanás, y causó la caída física.
Como se señaló antes, Eva adquirió por la caída espiritual con el arcángel el sentimiento de miedo que provenía de la angustia de su conciencia culpable, y la sabiduría para comprender que su verdadero esposo no era el arcángel, sino Adán. Eva entonces sedujo a Adán con la esperanza de poder liberarse del miedo derivado de la caída e incluso presentarse ante Dios después de formar un solo cuerpo con Adán, que fue creado para ser su esposo. Este fue el motivo que dio lugar a la caída física. Eva, habiéndose unido con el arcángel a través de su relación sexual ilícita, estaba en la posición del arcángel con respecto a Adán. Por tanto, Adán, a quien Dios amaba, aparecía muy hermoso para ella. Adán era la única esperanza de Eva para volver a Dios. Por esto, Eva tentó a Adán, de igual forma que el arcángel la había tentado a ella. Eva, en la posición de Lucifer y Adán, formaron una base recíproca y a través de su acción de dar y recibir, el poder de ese amor fuera del Principio hizo que Adán abandonara su posición original de la creación y finalmente causó que Eva y él tuvieran una relación sexual ilícita.
Adán, al unirse con Eva, heredó todos los elementos que Eva había recibido de Lucifer, de igual forma que ella los adquirió. Estos elementos vienen siendo ininterrumpidamente transmitidos a sus descendientes. A pesar de la caída de Eva, si Adán hubiera alcanzado la perfección sin formar una base recíproca con la Eva caída, él, como el sujeto perfecto, habría permanecido intacto, y la providencia para restaurar a Eva habría sido mucho más fácil. Sin embargo, Adán cayó también, y la humanidad habiendo heredado el linaje de Satanás, ha venido multiplicando el pecado hasta nuestros días, perpetuando así el linaje de Satanás.

SECCION III

La Fuerza del Amor, la Fuerza del Principio y el Mandamiento para la Fe

1. LA CAIDA HUMANA SEGUN EL PUNTO DE VISTA DE LA FUERZA DEL AMOR Y LA FUERZA DEL PRINCIPIO

El hombre fue creado por el Principio y para vivir según la órbita del Principio. Por lo tanto, la fuerza del Principio no pudo causar la caída, arrojando al hombre fuera de esa órbita. Podemos comparar esto a un tren sin desperfectos en la máquina, que no puede descarrilarse por sí mismo. Para que un tren se salga de la vía debe chocar contra él una fuerza exterior, más grande que su propia fuerza de locomoción, que venga en una dirección diferente. De igual manera, el hombre puede caer cuando choca contra él una cierta fuerza más grande y con un propósito diferente que la del Principio que le hace perfeccionarse. No hay otra fuerza más grande que la del Principio excepto la fuerza del amor. Por consiguiente, para el hombre, en un estado inmaduro, existía la posibilidad de caer a causa de la fuerza de un amor que no estuviera centrado en el Principio.
¿Por qué la fuerza del amor era más grande que la fuerza del Principio, en tal medida que el hombre cayó cuando tomó contacto con el amor dirigido por un propósito diferente?
De acuerdo con los principios de la creación, el amor de Dios es el amor subjetivo, que se manifiesta a través del fundamento de cuatro posiciones, el cual se establece perfeccionando los tres propósitos objetivos mediante los tres amores objetivos. Por ello, el amor es la fuente de la vida y la felicidad del hombre, porque sin el amor de Dios el fundamento de cuatro posiciones, que es el propósito de la creación del hombre, nunca podría ser establecido. Dios, por medio del amor, debería tener dominio sobre el hombre, que está creado mediante el Principio. Por consiguiente, la fuerza del amor debe ser más grande que la del Principio con el fin de que el amor tenga el máximo valor. Si la fuerza del amor fuera más débil que la del Principio, el amor de Dios no podría dominar al hombre, que fue creado mediante el Principio y el hombre procuraría más el Principio que el amor de Dios. Precisamente por esta razón, Jesús quiso educar a sus discípulos con la verdad y salvarlos con el amor.

2. EL PROPOSITO DE DAR EL MANDAMIENTO PARA LA FE

¿Con qué propósito Dios les dio a Adán y Eva el mandamiento para la fe de no comer del fruto? Si Adán y Eva, que no podían recibir el dominio directo del amor de Dios debido a su inmadurez, iniciaban una relación recíproca con el arcángel basada en un amor fuera del Principio, entonces podrían caer, ya que la fuerza del amor es más grande que la del Principio. Pero, por muy grande que fuera la fuerza del amor del arcángel, si ellos hubieran seguido el mandamiento de Dios sin corresponder al arcángel, teniendo sólo una acción de dar y recibir con Dios, de ningún modo hubiesen caído. En ese caso, la fuerza del amor fuera del Principio no tendría ningún efecto. La fuerza del amor ilícito les hizo desviarse del Principio a causa de que formaron una base recíproca con el arcángel y efectuaron la acción de dar y recibir con él, en contra del mandamiento de Dios.
Dios les dio este mandamiento cuando aún estaban inmaduros no tan sólo porque El deseara impedir que cayeran, sino porque Dios también quería que el hombre disfrutara del dominio sobre toda la creación, asemejando la creatividad de Dios. Así pues, Adán y Eva deberían haberse perfeccionado a sí mismos mediante su fe en la Palabra, que era su propia parte de responsabilidad (ref. Parte I, Cap. I, Sec. V, 2 [2]).
Dios no le dio este mandamiento al arcángel, sino al hombre; El quería exaltar la dignidad y calificaciones del hombre en los principios de la creación para que pudiera dominar incluso al arcángel desde la posición de hijo de Dios.

3. EL PERIODO DURANTE EL CUAL ERA NECESARIO EL MANDAMIENTO PARA LA FE

¿Habría sido necesario para siempre el mandamiento de Dios de no comer el fruto? Según el punto de vista del amor, el cumplimiento de la segunda bendición de Dios es que Adán y Eva perfeccionados entraran en el dominio directo de Dios a través de Su amor, convirtiéndose en marido y esposa centrados en el amor de Dios y multiplicando hijos (Gn. 1:28). Por tanto, el hombre fue creado, según el Principio, para poder comer del fruto después de su perfección.
Dado que la fuerza del amor es más fuerte que la del Principio, Adán y Eva no habrían caído si, llegando a ser marido y esposa después de su perfección, hubieran entrado en el dominio directo de Dios a través de un amor absoluto. En este caso, ningún hombre o ninguna otra fuerza podría interrumpir la fuerza del amor conyugal absoluto. Además, la fuerza del amor del arcángel, que era menor y más débil que la del hombre, de ninguna forma podría haber roto su amor recíproco centrado en Dios. Por consiguiente, el mandamiento de Dios a Adán y Eva de no comer del fruto habría sido necesario únicamente en el período de su inmadurez.

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