SECCION II
La Providencia de la Resurrección
1. ¿COMO REALIZA DIOS LA PROVIDENCIA DE LA RESURRECCION?
La
resurrección es el fenómeno gradual de restauración del hombre
caído al hombre original de la creación. Por lo tanto, la
«providencia de la resurrección» significa la providencia de la
restauración. En otras palabras, ya que la providencia de la
restauración es la providencia de la recreación, la providencia de
la resurrección es también la providencia de la recreación.
Por esta razón, la providencia de la resurrección se realiza de la
siguiente manera, de acuerdo a los principios de la creación.
Primero,
en la historia de la providencia de la resurrección, si bien las
figuras centrales a cargo de una cierta responsabilidad en sus
respectivas misiones, no pudieron cumplir completamente sus partes de
responsabilidad, ofrecieron sus máximos esfuerzos con completa
lealtad por la voluntad de Dios. En proporción a sus realizaciones,
pudieron ampliar la base sobre la cual el hombre caído podía
estrechar su relación de corazón con Dios. Con el correr de la
historia, la gente de las sucesivas generaciones podía disfrutar del
mérito de la era de la providencia de la restauración, gracias al
fundamento de corazón acumulado por santos y profetas del pasado. La
providencia de la resurrección se realiza, por lo tanto, de acuerdo
con los beneficios de la era.
En
segundo lugar, de acuerdo con los principios de la creación,
el hombre, creado como parte de responsabilidad de Dios, recién
puede alcanzar la perfección cuando cree y practica las palabras
dadas por Dios. Por consiguiente, al
realizar la providencia de la resurrección, la parte de
responsabilidad de Dios debe ser dar las «palabras» para la
providencia. La voluntad de Dios se realizará siempre y cuando el
hombre crea y practique estas palabras, como su propia parte de
responsabilidad.
Tercero,
a la luz de los principios de la creación,
el hombre espiritual fue hecho para crecer y llegar a la perfección
sólo usando como base su cuerpo físico. Así la
resurrección del hombre espiritual, de acuerdo con el principio de
la recreación, también se realiza solamente centralizado en la vida
física en la tierra.
Cuarto,
el hombre fue creado
para ser perfecto atravesando tres etapas ordenadas de crecimiento,
conforme
a los principios de la creación.
Por ello, la
providencia de la resurrección de los hombres caídos también tiene
que ser realizada pasando por las tres etapas ordenadas del período
providencial.
2. LA PROVIDENCIA DE LA RESURRECCION DE LOS HOMBRES EN LA TIERRA
(1) La providencia para el fundamento de la resurrección
Dios comenzó
Su providencia de la resurrección en la familia de Adán. Pero como
no cumplieron su parte de responsabilidad los personajes centrales
que apoyaban la voluntad de Dios, la providencia ha venido
postergándose y recién comenzó a realizarse a partir de que
Abraham fue establecido 2.000 años después como «padre de la fe».
Por esta razón, el
período de 2.000 años desde Adán hasta Abraham fue la era que
logró un fundamento para que en la era entrante, se pueda realizar
la providencia de la resurrección. Llamamos a este período la «era
providencial para el fundamento de la resurrección».
(2) La providencia de la resurrección en la etapa de formación
Durante
el período de 2.000 años desde el tiempo de Abraham, en que comenzó
la providencia de la resurrección, hasta el tiempo de Jesús, Dios
realizó la providencia de la resurrección de formación.
Los hombres que vivían en la tierra en este período podían recibir
el beneficio de la era de acuerdo con la providencia divina de la
resurrección de formación. Dios
realizó su providencia para que el hombre cumpla su responsabilidad
y sea justificado por medio de creer y practicar las palabras de los
diez mandamientos del Antiguo Testamento dadas para esta era.
Por lo tanto, designamos
a esta era
la
«era de la justificación por las obras».
La
gente de esta era pudo alcanzar un espíritu de formación, al
resucitar su espíritu sobre la base del cuerpo físico, practicando
la Ley.
Cuando
un hombre que ha alcanzado el nivel de espíritu de formación en la
tierra abandona su cuerpo físico, su espíritu va a vivir al mundo
espiritual en ese nivel.
(3) La providencia de la resurrección en la etapa de crecimiento
Debido
a la crucifixión de Jesús, la providencia de la resurrección no
pudo ver su cumplimiento y ha sido prolongada hasta el tiempo de la
Segunda Llegada. El período de 2.000 años de prolongación se llama
la «era providencial para la etapa de crecimiento de la
resurrección», debido a que en esta era se realiza la providencia
de la resurrección en la etapa de crecimiento mediante la salvación
espiritual.
Los hombres terrenales de esta época pueden recibir el beneficio de
la era, de acuerdo con la providencia de Dios de la resurrección en
la etapa de crecimiento. Dios
realizó la providencia de la resurrección en la etapa de
crecimiento, para que la gente quedara justificada cumpliendo su
parte de responsabilidad al creer en las palabras del Nuevo
Testamento, que Dios les había dado para la providencia de esta era.
Llamamos a esta era la
«era
de la justificación por la fe».
La
gente de esta era puede alcanzar la etapa de espíritu de vida
logrando que su hombre espiritual pase por la resurrección en la
etapa de crecimiento mediante su fe en el Evangelio.
Cuando
un hombre que ha alcanzado la etapa de espíritu de vida abandona su
cuerpo físico, va al Paraíso, que es el mundo espiritual en donde
viven los que han alcanzado la etapa de espíritu de vida.
(4) La providencia de la resurrección en la etapa de perfección
Llamamos
«era providencial para la etapa de perfección de la resurrección»
a la era en la que se perfecciona la providencia de la resurrección,
resucitando en el espíritu y en la carne por medio del Señor en su
Segunda Venida.
Todos los hombres terrenales de esta época, pueden recibir el mérito
de la era providencial de la resurrección en la etapa de perfección.
El Señor de la Segunda Llegada viene con la nueva verdad para
cumplir las Palabras del Antiguo y Nuevo Testamento (ref. Parte I,
Cap. III, Sec.V, 1). Por lo tanto, Dios
lleva a cabo la providencia de la resurrección en la etapa de
perfección de tal manera que la gente será justificada cumpliendo
su responsabilidad al creer en la nueva verdad (será mejor llamar a
esta verdad El Testamento Completo) que será dada para el
cumplimiento del Antiguo y Nuevo Testamento, y sirviendo directamente
al Señor.
Así
pues, esta era puede ser llamada
la
«era de la justificación por el servicio».
Los
hombres que pertenecen a esta era pueden alcanzar la etapa de
espíritu divino resucitando completamente, a la vez en espíritu y
en cuerpo, creyendo y sirviendo al Señor de la Segunda Llegada. El
lugar de la tierra donde viven los hombres que han perfeccionado su
espíritu divino se llama el Reino de los Cielos sobre la tierra.
Cuando
un hombre perfecto que vivió en el Reino de los Cielos sobre la
tierra abandona su cuerpo físico, pasa a vivir al Reino de los
Cielos en el cielo, que es la región del mundo espiritual
perteneciente a los espíritus divinos.
(5) El Reino de los Cielos y el Paraíso
Los
cristianos, hasta el presente, han confundido los conceptos de Reino
de los Cielos y Paraíso, porque no conocían el Principio.
Si Jesús hubiera cumplido el propósito de su venida a la tierra
como el Mesías, en aquel tiempo ya habría sido realizado el Reino
de los Cielos sobre la tierra y los hombres perfectos, que viven en
el Reino de los Cielos sobre la tierra, hubieran ido al mundo
espiritual como hombres espirituales perfectos que ha alcanzado la
etapa de espíritu divino, el Reino de los Cielos en el cielo se
habría realizado en aquel tiempo.
Sin embargo, el Reino de los
Cielos no fue realizado, debido a la crucifixión de Jesús, y
ninguna persona de la tierra ha logrado la etapa de espíritu divino.
Por esta razón, ningún hombre espiritual ha entrado en el Reino de
los Cielos en el cielo, que fue creado como la morada de los hombres
espirituales en la etapa de espíritu divino. Por consiguiente, el
Reino de los Cielos en el cielo aún permanece vacío. Al observar al
hombre, que debería ser su morador, podemos afirmar que el Reino de
los Cielo aún no se ha realizado. ¿Por qué dijo Jesús que quien
creyera en él entraría en el Reino de los Cielos? Esto fue debido a
que el propósito original de su venida a la tierra era realizar el
Reino de los Cielos. No obstante, Jesús murió en la cruz sin haber
realizado el Reino de los Cielos sobre la tierra, a causa de la
incredulidad del pueblo.
Jesús
permitió al ladrón que fue crucificado a su lado que entrara con él
en el Paraíso, porque el ladrón fue la única persona que al final
tuvo fe en él, mientras que el resto de la gente de su tiempo no lo
hizo (Lc. 23:43). Jesús enfatizó la posibilidad de entrar en el
Reino de los Cielos cuando aún tenía la esperanza de cumplir su
misión como el Mesías. Pero en el momento de su crucifixión, que
impedía el cumplimiento de la voluntad, Jesús expresó que iba a ir
al Paraíso.
El
Paraíso es la región del mundo espiritual a donde van después de
la muerte, los hombres espirituales que han logrado la etapa de
espíritu de vida creyendo en Jesús durante su vida en la tierra, y
allí aguardan hasta que se abra la puerta del Reino de los Cielos.
(6) Los fenómenos espirituales de los Ultimos Días
Conforme
a la providencia de la restauración, después de caer del nivel de
perfección de la etapa de crecimiento, el hombre se restaura hasta
el nivel de perfección de la era de crecimiento del Nuevo
Testamento, pasando por la era de formación del Antiguo Testamento;
llamamos «Ultimos Días» a la era de retorno a la posición de los
progenitores del ser humano antes de la caída.
Por
ser esta la era donde se restaura mundialmente el tiempo en que Adán
y Eva podían comunicarse libremente con Dios antes de la caída,
aparecen en la tierra muchas personas que pueden comunicarse con el
mundo espiritual.
La promesa de Dios de que en los Ultimos Días El derramaría su
Espíritu sobre toda carne (Hch. 2:17), solamente se puede comprender
mediante este principio.
En
los Ultimos Días, aparecen muchos que reciben la revelación «Tú
eres el Señor».
Comúnmente estas personas fallan en encontrar el camino justo,
creyendo que son el Señor de la Segunda Llegada. ¿Cuál es la
razón?
Originalmente,
Dios creó al hombre y lo bendijo para ser el señor y gobernante de
toda la creación (Gn. 1:28). No obstante, el hombre falló en
realizar esta bendición por la caída. Cuando
el hombre alcanza el nivel espiritual correspondiente a la posición
de Adán y Eva justo antes de la caída, restaurándose
espiritualmente hasta el nivel de perfección de la etapa de
crecimiento mediante la providencia de la restauración, entonces
Dios le da la revelación de que es un señor, queriendo decir que
esta persona ha restaurado la posición de ser bendecida de nuevo
como el señor de toda la creación.
Los santos
en los Ultimos Días que han manifestado una fe tan ardiente como
para estar calificados para la revelación de que son señores, están
en una posición similar a la de Juan Bautista, que vino en los días
de Jesús con la misión de enderezar el camino para él (Jn. 1:23).
De una manera similar, a ellos también, en proporción a sus
capacidades, se les ha dado la misión de enderezar el camino del
Señor de la Segunda Llegada. Así pues, reciben
la revelación de que están calificados para ser señores porque han
sido escogidos para esta misión.
Quienes
tienen poderes de comunicación espiritual están inclinados a
convertirse en anticristos; después de recibir la revelación de que
son señores pueden actuar equivocadamente, como si fueran el Señor
de la Segunda Llegada, pues al no conocer el Principio no se dan
cuenta de la situación. Esta es en realidad la razón por la cual
está profetizado que en los Ultimos Días aparecerán muchos
anticristos.
Es
muy común que haya conflictos y confusión entre los hombres con
poderes de comunicación espiritual, porque el contenido de sus
revelaciones y la clase y nivel del mundo espiritual con el que se
comunican difieren el uno del otro (1 Co. 15:41). Los espiritualistas
están de hecho buscando el mismo nivel espiritual; pero a causa de
la diferencia del ambiente, posición, intelecto y grado espiritual
de cada uno, ellos ven partes distintas del mundo espiritual, y estas
divergencias les lleva a estar en conflicto.
Aquellos que
reciben una misión parcial en la providencia de la restauración,
debido a que sólo tienen una relación vertical con Dios no llegan a
advertir de su relación horizontal con otros espiritualistas. Como
sus misiones aparentan ser diferentes, es que ocurren este tipo de
conflictos. Además, este
tipo de conflictos horizontales es inevitable, porque Dios da a cada
uno la revelación «Tú eres el mejor» para animarle a hacer su
máximo esfuerzo en cumplir el propósito de la providencia de la
restauración. Para sus respectivas misiones, que son parciales y
limitadas, la persona que está a cargo de ella es de hecho la única
y la mejor. Por esto se recibe esta revelación.
Por un lado, cuando los hombres
de fe ardiente desarrollan su comunicación espiritual, luego de
haber alcanzado el mismo nivel que Adán y Eva antes de la caída,
están inclinados a caer por una prueba o tentación semejante a la
que Adán y Eva fallaron en superar. En realidad es muy difícil
superar una tentación así mientras que no se conozca el Principio.
Es verdaderamente lamentable que muchos hombres religiosos, al fallar
en esta prueba, hayan anulado en un instante los méritos ganados a
través de las largas y amargas pruebas en su vida ascética.
¿Cómo
podemos evitar esta confusión entre los hombres con dones de
comunicación espiritual?
En el curso de la providencia Dios ha dado misiones parciales a
numerosos individuos, con el fin de cumplir rápidamente el propósito
de la providencia de la restauración, y como se relaciona
verticalmente con cada uno de ellos, se hace difícil evitar los
conflictos entre todos los espiritualistas. Finalmente,
en la consumación de la historia humana, todos llegarán a darse
cuenta de que sus respectivas misiones les fueron otorgadas por Dios
con un idéntico propósito: la realización de la providencia de la
restauración. Establecerán relaciones horizontales entre ellos,
uniéndose y Dios les dará Palabras de la nueva verdad, de modo que
se realice la finalidad total de la providencia de la restauración.
En ese momento, todos los espiritualistas cesarán en su obstinada
insistencia de que sólo su camino es la voluntad de Dios, y sólo
una vez que comprendan correctamente su misión y posición
providencial ante las palabras de una verdad superior y completa,
podrán superar toda confusión del pasado originada en conflictos
horizontales, al mismo tiempo que coronarán de gloria sus
respectivos cursos de fe.
(7) La primera resurrección
«La
primera resurrección» es la que por primera vez desde que comenzó
la historia providencial de la restauración y gracias a la Segunda
Llegada, posibilita al hombre quitar su pecado original, restaurar su
yo original y cumplir el propósito de la creación.
Por
consiguiente, la
esperanza de todos los cristianos es participar de la primera
resurrección. ¿Quiénes podrán participar de ella? Al llegar el
Señor de la Segunda Venida, participarán aquellos que
perfeccionaron el propósito de la creación, logrando un cuerpo
espiritual divino al quitarse el pecado original antes que los demás,
por medio de colaborar en su tarea de establecer condiciones de
indemnización a nivel general y mundial del curso providencial de
restauración, creyendo en él, siguiéndolo y sirviéndolo.
A
continuación, estudiemos
qué significan los «ciento cuarenta y cuatro mil» señalados en la
Biblia. Con el fin de que el Señor cumpla la providencia de la
restauración en su Segunda Llegada, él debe establecer el
fundamento de victoria sobre el mundo satánico. El debe establecer
horizontalmente, durante una generación, a los representantes que
puedan restaurar por indemnización las posiciones de los santos y
los sabios en la historia que han sido invadidos por Satanás o que
han fallado en cumplir su parte de responsabilidad. El número total
de santos que el Señor de la Segunda Llegada debe encontrar y reunir
para este propósito es ciento cuarenta y cuatro mil, como está
escrito en el Apocalipsis 7:4 y 14:1-4.
En el curso de la providencia
divina de la restauración, Jacob, que tenía la misión de restaurar
la familia, comenzó su misión centrado en sus doce hijos; y Moisés
comenzó su misión de restaurar la nación conduciendo a doce
tribus. Cuando cada tribu se multiplica según el modelo de los doce
hijos, el número total será ciento cuarenta y cuatro. Jesús, que
tenía la misión de restaurar el mundo, estableció doce discípulos
con el fin de restaurar por indemnización el número ciento cuarenta
y cuatro, a la vez física y espiritualmente. Pero, debido a su
crucifixión, sólo pudo trabajar espiritualmente para la
restauración por indemnización. Por consiguiente, de igual manera
que Jacob tuvo doce hijos con el fin de restaurar, horizontalmente,
por indemnización las doce generaciones verticales desde Noé a
Abraham que habían sido perdidas a Satanás, así también el Señor
de la Segunda Llegada debe establecer a un cierto número necesario
de santos, correspondiente al número ciento cuarenta y cuatro mil,
con el fin de restaurar este número, horizontalmente, por
indemnización a la vez espiritual y físicamente.
3. LA PROVIDENCIA DE LA RESURRECCION DE LOS HOMBRES ESPIRITUALES
(1) La razón y el método de la resurrección por retorno del hombre espiritual
De acuerdo a
los principios de la creación, el espíritu del hombre fue creado
para crecer sólo a través de la acción de dar y recibir entre los
elementos de vida de Dios y los elementos de vitalidad provistos por
el cuerpo del hombre. Por esta razón, el hombre espiritual no puede
crecer ni resucitar sin un cuerpo físico. Para
que los hombres espirituales que pasaron al otro mundo sin lograr la
perfección en su vida física, puedan resucitar, deben volver a la
tierra y ayudar a aquellos santos que están realizando una misión
idéntica a la que ellos tuvieron, y a través de los cuerpos físicos
de estos, posibilitar su cumplimiento.
Por esta razón se dice en Judas 1:14, que en los Ultimos Días el
Señor vendrá «con sus santas miríadas» .
¿De qué
manera cooperan los hombres espirituales con los hombres en la tierra
para realizar la voluntad? Cuando
los hombres en la tierra forman una base recíproca con los hombres
espirituales, mediante oraciones y otras actividades espirituales,
entonces los hombres espirituales descienden y forman bases
recíprocas con los espíritus de los hombres en la tierra,
cooperando así con ellos sobre estas bases.
Los
hombres espirituales derraman fuego espiritual sobre los hombres
terrenales, les dan el poder de curar enfermedades y les ayudan a
hacer obras poderosas. Y más aún, ellos posibilitan a los hombres
en la tierra ver y escuchar las realidades del mundo espiritual en
espíritu, a veces haciéndole profetizar por medio de revelaciones e
inspiraciones. Mediante estas actividades, como sustitutos del
Espíritu Santo, cooperan con los hombres en la tierra para cumplir
la voluntad de Dios.
(2) La resurrección por retorno de los hombres espirituales que habían creído en el cristianismo durante sus vidas
(i) La resurrección por retorno en la etapa de crecimiento
Aquellos
espíritus de formación de la Era del Antiguo Testamento que en sus
vidas sirvieron ardientemente a Dios, observando la Ley en la tierra,
descendieron todos después de la llegada del Mesías y cooperaron
con los santos en la tierra para cumplir la Voluntad, y de esta
manera entraron en la etapa de espíritu de vida. Así, tanto los
hombres espirituales que cooperaron por retorno, como los creyentes
en la tierra, recibieron el mismo beneficio. Juntos realizaron un
espíritu de vida y entraron al Paraíso. Llamamos a esto la
«resurrección por retorno en la etapa de crecimiento».
Tomemos
algunos ejemplos de la Biblia. Está claro que Elías aún estaba en
el mundo espiritual, pues está escrito que Elías se apareció, como
un espíritu, ante Jesús y sus discípulos (Mt. 17:3). Sin embargo,
Jesús
llamó a Juan Bautista «Elías». Jesús dijo esto porque Elías
descendió a Juan Bautista y cooperó con él para cumplir la misión
que no pudo terminar en la tierra, alcanzando así el propósito de
la resurrección por retorno. Así pues, según el punto de vista de
su misión, el cuerpo físico de Juan Bautista sustituía al de
Elías.
Por
otro lado, Mateo 27:52, afirma que después de la crucifixión de
Jesús las tumbas se abrieron y muchos cuerpos de santos que habían
muerto resucitaron.
Esto no significa que sus cuerpos físicos, que ya se habían
descompuesto en la tierra, resucitaran. Esto es, simplemente, un
relato del hecho de que los hombres espirituales de la Era del
Antiguo Testamento, que habían permanecido en el mundo espiritual
como espíritus de formación, descendieron con el fin de entrar en
la etapa de espíritu de vida, al cooperar con los santos en la
tierra, quienes estaban en la posición de recibir el beneficio de la
redención por la cruz.
Si los santos de la Era del Antiguo Testamento hubieran resucitado
literalmente de sus tumbas, seguramente habrían dado testimonio de
Jesús como el Mesías. Entonces, ¿qué judío no hubiera creído en
el testimonio de ellos? Sus actividades habrían quedado registradas
en la Biblia. Pero no encontramos ningún relato de esta clase en la
Biblia, aparte del hecho de que resucitaron de las tumbas. Según
esto, podemos comprender que eran hombres espirituales que sólo
podían verlos por poco tiempo aquellos que tenían abiertos sus ojos
espirituales.
En
comparación con el Paraíso, al cual se podía entrar mediante la
redención por la cruz de Jesús, la región donde estaban los
hombres espirituales de la Era del Antiguo Testamento era más oscura
y angustiosa; por esta razón se la llamaba «tumba».
(ii) La resurrección por retorno en la etapa de perfección
Aquellos
espíritus de vida de la Era del Nuevo Testamento que creyeron en
Jesús en la tierra y fueron al Paraíso, tienen que volver de nuevo
después de la Segunda Llegada del Mesías. Estos espíritus, al
colaborar con los santos en la tierra en creer y servir al Señor de
la Segunda Llegada, ayudándoles así a alcanzar la etapa de espíritu
divino, llegarán también a ser espíritus divinos. Así, podrán
entrar en el Reino de los Cielos en el cielo junto con los santos de
la tierra que entren en el Reino después de dejar sus cuerpos
físicos. Esta providencia de la resurrección se llama la
«providencia de la resurrección por retorno en la etapa de
perfección».
Según el punto de vista de esta providencia, los
hombres en la tierra, cooperarán con los hombres espirituales,
y más aún los hombres espirituales cooperarán con los hombres en
la tierra.
Hebreos
11:39-40, dice: «Y todos ellos (los santos de la Era del Antiguo
Testamento), aunque alabados por su fe, no consiguieron el objeto de
las promesas (permiso para entrar en el Reino de los Cielos). Dios
tenía ya dispuesto algo mejor (Reino de los Cielos) para nosotros
(los hombres en la tierra), de modo que no llegaran ellos (hombres
espirituales) sin nosotros (los hombres en la tierra) a la perfección
(ciudadanos del Reino de los Cielos)».
Este pasaje bíblico confirma el principio de que
los hombres espirituales no pueden llegar a la perfección si no
cooperan con los hombres en la tierra. También, en Mateo 18:18, se
dice: «todo lo que atéis en la tierra quedará atado en el cielo, y
todo lo que desatéis en la tierra quedará desatado en el cielo»,
dando a entender que todo lo que está atado por los hombres
espirituales no será desatado a no ser que los santos en la tierra
lo hagan. Así pues, los hombres espirituales sólo pueden resucitar
descendiendo a los santos en la tierra y cooperando con ellos. Por lo
tanto, como
leemos en Mateo 16:19, Jesús le dio a Pedro, representante de los
santos en la tierra, las llaves del Reino de los Cielos, para que
pudiera abrir la puerta del Cielo aquí en la tierra.
(3) La resurrección por retorno de los hombres espirituales que viven fuera del Paraíso
Primero,
examinemos cómo pueden resucitar por retorno los hombres
espirituales que cuando fueron al mundo espiritual, creían en
religiones diferentes del Cristianismo.
De igual manera que todos los hombres, para cumplir un propósito
común, deben primeramente establecer una base recíproca, así
también los hombres terrenales y los hombres espirituales deben
establecer una base recíproca entre sí con el fin de cumplir el
propósito de la providencia de la restauración. Por consiguiente,
los
hombres espirituales que vuelven para la resurrección, primeramente
escogen como objetos adecuados con los cuales cooperar, a hombres en
la tierra con la misma religión que ellos tenían en sus vidas
físicas, y luego descienden a ellos. Así ayudándoles a cumplir el
propósito de la restauración, ellos pueden recibir los mismos
beneficios que los hombres en la tierra.
Segundo,
investiguemos cómo los hombres espirituales buenos, que vivieron una
vida de buena conciencia en la tierra aunque no tenían ninguna
religión, pueden resucitar por retorno.
No existe ningún hombre absolutamente bueno entre los hombres
caídos, ya que llevan inherente el pecado original. Por
consiguiente, al decir «hombres espirituales buenos» nos referimos
a aquellos que poseen más elementos buenos que malos. Este
tipo de hombres espirituales buenos descienden a hombres buenos en la
tierra y cooperando con ellos en cumplir el propósito de la
restauración de Dios, finalmente disfrutan de los mismos beneficios
que éstos.
Tercero,
estudiamos cómo los hombres espirituales malos pueden resucitar a
través de su segunda llegada.
En Mateo 25:41 leemos que los apartados a su izquierda están
destinados al fuego eterno preparado para el «Diablo y sus ángeles».
Los «ángeles del Diablo» son los hombres espirituales malos que
trabajan bajo el control del Diablo. Las criaturas espirituales
comúnmente llamadas «fantasmas», cuya naturaleza se desconoce, son
en realidad hombres espirituales malos. Estos
espíritus malos también reciben el beneficio de la era descendiendo
a los hombres en la tierra.
Sin
embargo, no por todas sus obras los hombres espirituales malos
reciben el beneficio de la resurrección por retorno. Para que los
hombres espirituales malos puedan obtener el beneficio de la
resurrección por retorno, ante todo sus obras deben ayudar a
establecer una condición de indemnización conforme a la intención
de Dios de eliminar los pecados de los hombres en la tierra,
castigándoles.
Entonces, de
qué manera las obras de los espíritus malos ayudan a ejercer un
juicio de parte de Dios?
Veamos
un ejemplo. Supongamos que hay un hombre en la tierra que está
calificado para pasar de la esfera de beneficio del nivel familiar a
la del nivel tribal, a través del beneficio de la era de la
providencia de la restauración. Sin embargo, si este hombre tiene
una cierta deuda de pecados, ya sea suya o de sus antepasados, no
puede ir a la esfera de beneficio del nivel tribal sin antes haber
liquidado la deuda estableciendo una condición correspondiente de
indemnización. En este caso, Dios puede permitir a un espíritu malo
que atormente al hombre en la tierra como castigo por su pecado.
Entonces, si este hombre soporta agradecido el tormento dado por el
hombre espiritual malo, puede graduarse para pasar a la esfera de
beneficio del nivel tribal, por haber establecido la condición de
indemnización superando la prueba. En este caso, el hombre
espiritual malo recibe una parte del beneficio.
De esta forma la providencia de la restauración amplía su círculo
conforme al beneficio de la era, pasando de la esfera del beneficio
del nivel familiar a la del nivel tribal, nacional y finalmente a la
del nivel mundial. La
persona a cargo de la providencia que tenga que graduarse para el
nivel siguiente de la esfera del beneficio de la era debe establecer
necesariamente una condición de indemnización correspondiente a la
deuda de los pecados de ella misma o de sus antepasados.
Hay
dos métodos por los cuales los hombres espirituales malos pueden
establecer una condición de indemnización para los hombres en la
tierra.
El
primer método es que los hombres espirituales malos obren
directamente con el hombre en la tierra que tiene que establecer la
condición de indemnización para eliminar su pecado. El segundo
método es que el espíritu malo descienda a un hombre malo de la
tierra y a través de él, realice substancialmente las obras malas
en contra del hombre que establece la condición de indemnización
para eliminar sus pecados.
En ambos
casos, si el hombre soporta con agrado la obra del hombre espiritual
malo, puede establecer una condición de indemnización por sus
propios pecados y por los de sus antepasados. De esta forma se le
permite entrar en la esfera del beneficio de la nueva era. Así, las
obras de los hombres espirituales malos ayudan a ejercer el juicio de
los pecados de los hombres en la tierra, de parte de Dios. A través
de sus obras, los hombres espirituales malos pueden también entrar
en la esfera de beneficios de la nueva era, con los mismos beneficios
que los hombres en la tierra.
4. LA TEORIA DE LA REENCARNACION SEGUN EL PUNTO DE VISTA DE LA RESURRECCION POR RETORNO
Con el fin de cumplir el
propósito completo de la providencia de la restauración, Dios ha
elegido muchos individuos y les ha dado a cada uno una parte
apropiada de la misión total. Además de esto, cada hombre ha
transferido su misión a muchos individuos similares que le han
sucedido, hasta que finalmente se ha cumplido la misión después de
haber pasado por muchos individuos a lo largo de la historia humana.
La
providencia de la restauración, que comenzó en un nivel individual
se dirige hacia la meta final de la restauración del cosmos entero,
después de pasar por el nivel familiar, nacional y mundial. Por
ello, la misión de una cierta persona aunque sólo sea parcial,
empieza primero como una misión individual y luego se extiende hasta
llegar a ser una misión familiar, nacional y finalmente mundial.
Ejemplos de esto en la Biblia son: Abraham, con una misión
individual y familiar; Moisés, con una misión nacional, y Jesús,
con una misión mundial.
También,
los hombres espirituales que no pudieron cumplir sus misiones en la
tierra, descienden a los hombres terrenales que tienen misiones
similares a las que ellos tenían en su vida, y cooperan con ellos en
la realización de la voluntad. Según el punto de vista de la
misión, el cuerpo físico del hombre terrenal sirve como cuerpo del
hombre espiritual. El hombre en la tierra, al recibir la cooperación
del hombre espiritual, cumple la misión del hombre espiritual así
como también la suya propia. En este caso, el hombre en la tierra es
la «segunda llegada» del hombre espiritual que coopera con él, así
que a menudo toma el mismo nombre del hombre espiritual. Por ello,
con frecuencia los hombres en la tierra parecen ser la reencarnación
del hombre espiritual.
Tomemos
un ejemplo de la Biblia. Juan Bautista, cumpliendo su misión
mediante la cooperación de Elías, tenía que completar la misión
que Elías no había terminado en la tierra. Jesús llamó a Juan
Bautista «Elías»
(ref. Sec. II, 3 [2]), debido
a que el cuerpo de Juan era el sustituto del cuerpo de Elías.
En los
Ultimos Días, los hombres terrenales que tienen misiones específicas
en el nivel mundial están en la posición de suceder a los hombres
espirituales que tuvieron anteriormente estas misiones en la tierra,
y deben completarlas. Por consiguiente, estos hombres espirituales
descienden a los hombres elegidos en la tierra y, cooperando con
ellos, cumplen las misiones que dejaron incompletas en sus vidas en
la tierra. Por esta razón, el hombre en la tierra que recibe la
cooperación del hombre espiritual es la segunda llegada de ese
hombre espiritual; también aparece como si fuera la reencarnación
del hombre espiritual. Por
esto mucha gente en los Ultimos Días dicen que son Cristo, Buda,
Confucio o el «Olivo Verdadero» o el Arbol de la Vida. La doctrina
de la reencarnación, mantenida por el Budismo, proviene de la
interpretación de apariencias exteriores, por desconocer la teoría
de la «resurrección a través del retorno».
SECCION III
La Unificación de las Religiones Mediante la Resurrección por Retorno
1. LA UNIFICACION DEL CRISTIANISMO MEDIANTE LA RESURRECCION POR RETORNO
Como
explicamos en la Sección II, 3 (2) de este capítulo, los hombres
espirituales de la etapa de espíritu de vida, descienden del Paraíso
a los santos en la tierra que tienen la posibilidad de alcanzar la
etapa de espíritu divino creyendo en el Señor de la Segunda Llegada
y sirviéndole. Ellos pueden finalmente entrar en el Reino de los
Cielos con el mismo mérito que los santos en la tierra, al cooperar
en el cumplimiento de la voluntad de la providencia de la
restauración. Por esta razón, en
los días de la Segunda Llegada, todos los hombres espirituales del
Paraíso descenderán a los santos en la tierra y cooperarán con
ellos.
El tiempo de
su visita puede variar conforme a la fe del individuo, su
predisposición natural y las realizaciones de sus antepasados por la
voluntad de Dios. De esta manera, tarde
o temprano los santos en la tierra están destinados a servir al
Señor de la Segunda Llegada y a dedicarse a la voluntad de Dios
mediante la cooperación de los hombres espirituales del Paraíso.
Por lo tanto, el Cristianismo está destinado a unificarse.
2. LA UNIFICACION DE TODAS LAS DEMAS RELIGIONES MEDIANTE LA RESURRECCION POR RETORNO
Como se
estudió en «La Consumación de la Historia Humana», no podemos
negar el hecho histórico de que todas las religiones, que en
realidad tienen un propósito idéntico, están siendo absorbidas
gradualmente por la esfera cultural cristiana. Por consiguiente, el
Cristianismo no es sólo para los cristianos, sino que tiene la
misión de cumplir el propósito último de todas las religiones que
han aparecido en el pasado. Naturalmente, el Señor de la Segunda
Llegada, que viene como la figura central del Cristianismo, también
vendrá en el papel de Buda, de quien los budistas creen que volverá
de nuevo, así como también en el papel del «Verdadero Hombre»,
cuya aparición anticipan los confucionistas, y del «Chung Do Ryung»
(«El Heraldo del Camino de Justicia»), esperado por muchos
coreanos. Además, él vendrá también como la figura central cuya
llegada esperan todas las demás religiones.
Por esta
razón, los
hombres espirituales que creyeron en otras religiones aparte del
Cristianismo en su vida en la tierra tendrán que volver, al igual
que los hombres espirituales del Paraíso, con el fin de recibir el
mismo beneficio de la resurrección en el tiempo de la Segunda
Llegada, aunque el tiempo de su visita puede variar conforme a sus
posiciones espirituales. De esta forma, ellos están destinados a
descender a los hombres en la tierra que pertenecen a sus religiones
y conducirlos hacia el Señor de la Segunda Llegada, ayudándoles a
tener fe y servir al Señor, para realizar así la voluntad de Dios.
Por lo tanto, todas las religiones se unificarán finalmente,
centralizadas en el Cristianismo.
3. LA UNIFICACION DE LOS HOMBRES SIN RELIGION MEDIANTE LA RESURRECCION POR RETORNO
Los
hombres espirituales que durante su vida no creyeron en ninguna
religión pero llevaron una vida de buena conciencia, también vienen
de nuevo a su debido tiempo con el fin de recibir el beneficio de la
resurrección a través de la segunda llegada. De esta forma,
cooperan con los hombres en la tierra de buena conciencia ayudándoles
a encontrar y servir al Señor de la Segunda Llegada y a participar
en la realización de la voluntad de Dios.
Podemos dar el ejemplo de los Tres Reyes Magos que vinieron de
Oriente y adoraron al niño Jesús (Mt. 2:1-6).
El
propósito último de la providencia de la restauración de Dios es
salvar a toda la humanidad. Por ello, la intención de Dios es hacer
desaparecer el infierno completamente, después de acabar el periodo
de tiempo necesario para pagar completamente toda la indemnización.
Si el infierno permanece eternamente en el mundo de la creación
incluso después de la realización del propósito del bien de Dios,
llegaríamos a la contradicción de que Dios es imperfecto, sin
hablar de la consiguiente imperfección de Su ideal de la Creación y
Su providencia de la restauración.
Si el corazón de los padres en
las familias caídas se sienten acongojados por la desgracia de tan
solo uno de sus hijos, ¡cuánto más lo siente Dios, que es el Padre
Celestial!. En 2 Pedro 3:9, encontramos: No se retrasa el Señor en
el cumplimiento de la promesa. sino que usa de paciencia con
nosotros, no queriendo que algunos perezcan, sino que todos lleguen a
la conversión.
Por
consiguiente, el infierno no puede existir en el mundo ideal que debe
realizarse de acuerdo a la voluntad de Dios. Las
fuerzas de Satanás incluso dieron testimonio de que Jesús era el
hijo de Dios (Mt 8:29). Cuando lleguen los Ultimos Días, incluso los
espíritus malos descenderán a los hombres en la tierra de su mismo
nivel y cooperando con ellos tomará parte en la realización de la
voluntad de Dios. Finalmente, después de su debido período de
tiempo, se conseguirá el propósito unificado de la creación.
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