EL MAESTRO HABLA DE LA RESTAURACION Y EL JUICIO
Estas preguntas y respuestas han sido transcritas de
cintas magnetofónicas tomadas de las conferencias del Maestro con miembros e
invitados de centros de todas partes de los EE. UU., durante su gira de marzo y
abril de 1965
Rev. Sun Myung Moon
¿Cómo
evolucionó el hombre?
Solemos
incluir dos cosas distintas en la evolución de la civilización humana desde el
principio hasta hoy. Sin embargo, así como ésta se relaciona con el crecimiento
del espíritu, la evolución no depende de la civilización física. Si el hombre
hubiera alcanzado la perfección espiritual en el tiempo de Adán, el grado de
nuestra civilización material actual se hubiese alcanzado durante la vida de
Adán. La Biblia dice que Adán vivió 900 años. Lo que consideramos la
civilización presente se ha desarrollado desde el renacimiento, es decir, a lo
largo de unos cuatro siglos. Y, por ejemplo, la ciencia aeronáutica es el
producto de los últimos 50 años. Hasta hace pocos años, no hubiéramos oído
hablar de astronautas. De haberse alcanzado la perfección espiritual al
principio de la historia humana hubiera habido inspiraciones tan intensas que
la civilización se hubiera desarrollada a una velocidad mucho mayor. El mundo
espiritual es la causa de todas nuestras adquisiciones físicas. Si la caída no
hubiese ocurrido, viviríamos ahora tanto en el campo espiritual como en el
físico.
El
mundo físico es el del efecto o resultado, mientras que el mundo espiritual es
el de la causa. Cuando hay nuevas invenciones, éstas no se originan realmente
en el cerebro del inventor, la fuente de inspiración es dada por el mundo
espiritual. Todos los acontecimientos, desde el más pequeño hasta las de
importancia mundial, son causados por el mundo espiritual y su efecto queda
impreso en el mundo físico. Muchos dirigentes del mundo están inspirados por el
espíritu. Ello es evidente en el mundo espiritual, pero no tanto para nosotros.
En
resumen; nuestra civilización actual, altamente científica, hubiera podido ser
alcanzado durante los primeros siglos de que siguieron el alba de la historia
humana con la ayuda del mundo espiritual. No debería haberse quedado retrasada
hasta ahora.
Originariamente,
el ideal de Dios y Su voluntad fueron manifestados en el crecimiento del
hombre. El desarrollo espiritual y el físico fueron alcanzados al someternos a
la voluntad de Dios. Pero después de que el hombre se separó de Dios, algunas
civilizaciones, en vez de seguir la Voluntad de Dios, se convirtieron en Su
adversario. Por consiguiente, Dios tuvo que restaurarlas o incluso destruirlas.
La caída de muchas civilizaciones y la aparición de otras nuevas han exigido
mucho tiempo, que retrasó la providencia divina.
La
divina providencia de la restauración de la humanidad empezó en un centro y se
difundió desde un individuo a través de la familia, la estirpe, la nación y
ahora por todo el mundo Cada nación debe desear seguir
la Voluntad de Dios. Ninguna nación quiere ser destruida o caer. Cuando una
nación deja de seguir el ideal de su origen, debe decaer y ser sustituido. Dios
tiene un objetivo para cada nación y éste debe mantenerse.
El
Cristianismo ha recorrido un duro camino desde el tiempo de su origen, pero se
trata de una religión singular, que se ha desarrollado constantemente hacia la
restauración universal. El centro de la enseñanza cristiana es el amor a Dios y
no ha cambiado desde el principio. Ello nos ayuda a comprender por qué Dios ha
obrado a través del cristianismo. Si la perfección del espíritu hubiese
acontecido en el tiempo de Adán, ella no hubiera sido inferior a la perfección
del espíritu que es posible hoy. La calidad de la perfección espiritual es la
misma, independientemente del grado de desarrollo físico. Así, por ejemplo, el
amor de una madre en una civilización primitiva no es diferente del amor
materno en nuestros días. Indudablemente, desde la caída humana el desarrollo
espiritual ha subido gradualmente, y hoy es posible la etapa más alta.
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