Fe y realidad
18 de marzo de 1973
Reverendo Sun Myung Moon
La vida de fe no depende de la realidad concreta y visible de este mundo
físico, sino que tiene que ver con el Dios invisible. Nosotros vivimos en el
mundo de la realidad práctica, así que tenemos que enfrentarnos a asuntos
prácticos en esta tierra. Sin embargo, la vida de fe pertenece a otro reino, y
no podemos aplicar los mismos métodos o conducta a los mismos asuntos.
Todos buscamos en este mundo felicidad y alegría. Nunca podemos lograr la
felicidad como seres individuales, sino que necesitamos otro elemento con el
cual llevarla a cabo, otra persona, cosas materiales, una meta intelectual.
Podemos aplicar un cierto criterio a todas las cosas del mundo. Al menos que encontremos
otras cosas o personas que nos estimulen y nos hagan feliz, no podemos
progresar en la vida. En otras palabras, logramos felicidad mediante algo
objetivo que nos estimule. En nuestra vida académica, somos felices cuando
perseguimos una realidad intelectual. Pero la felicidad viene después de un
periodo de tiempo en el cual luchamos por alcanzar una gran meta o un gran
ideal. El problema es siempre "¿Cómo puedo establecer una relación entre
yo mismo y mi objeto que origine felicidad?"
La infelicidad, depresión y desesperación surgirán siempre que fallemos en
mantener una relación adecuada con nuestro objeto. Es absolutamente necesario,
para que podamos continuar viviendo, tener un continuo y positivo estímulo
objetivo. Todos los factores del éxito o el fracaso se originan en esta
relación. ¿Cómo vais a estar continua y positivamente estimulados en vuestro
trabajo académico? Esta es la llave del éxito. Aunque realicéis muchos modelos
ideales en el mundo de la realidad, si se corta este estímulo continuo,
fracasaréis en alcanzar la meta.
El mismo principio se aplica también a la vida de fe. Pero cuando hablo de
la vida de fe que experimentamos en este mundo, a veces nos parece que no hay
evidencias o método científico para verificar nuestra fe. Tratamos con cosas
invisibles y a menudo impracticables, a los cuales no podemos aplicar el mismo
tipo de cognición que al mundo de la realidad. El problema es por consiguiente,
¿cómo podemos encontrar y relacionarnos concretamente con una fuente de
estímulo positivo en nuestra vida de fe.
Siempre que surge el problema de la vida física de los seres humanos, nos
encontramos con preguntas referentes a los cosas materiales o substanciales.
Pero en el mundo de la fe, aparece el problema de la cognición o la cuestión del
conocimiento. Aquí, el reino de la conciencia - fe o realidad - llega a ser muy
importante. ¿Cómo podemos establecer una conexión entre la vida de fe y este
mundo a través de nuestro conocimiento? Cuando solamente pensamos en las vidas
de otras personas, es difícil descubrir este estímulo. Pero no hay forma de
tener un modelo, si no es observando y estudiando a todas las figuras centrales
en la providencia de Dios desde Adán en adelante. Tenemos que estudiar
detenidamente cómo estas personas, figuras dispensacionales de Dios, incluyendo
a los sabios y santos del pasado, vivieron en interrelación con los seres
humanos, y como se relacionaron con las cosas materiales. Miremos a Noé,
Abraham, Moisés, Juan Bautista y otras figuras dispensacionales. Debemos ser
curiosos con respecto a sus objetivos y motivos. Esta será la materia.
Todos estos grandes hombres comenzaron su vida de fe centrados no en sí
mismos, sino en Dios. ¿Porqué tenemos que respetarles e incluso a veces
venerarles? Simplemente porque fueron guiados por Dios y no por ellos mismos.
También, deberíamos conocer que clase de vida vivieron para Dios en su época.
Vemos que todos tuvieron un conflicto - su vida de fe contra la vida de
realidad. Además encontramos que no tenían solo un deseo al afrontar estos
problemas, sino que resolvieron el problema cuando se centraron en Dios, no en
sus propios deseos. Igualmente sabemos que debido a este conflicto entre el
lado de Dios y el lado del mundo, estas personas padecieron persecución y
sufrimiento. Por esto eran grandes.
Constatamos que sus vidas fueron siempre solitarias porque sufrieron mucho o
fueron perseguidos por el mundo. No tenían a nadie a quien expresar sus
sentimientos y pensamientos, solo podían dirigirse hacia Dios. Y cuando vemos
sus vidas en el mundo, sus vidas materiales, vemos que estaban tan limitados
que naturalmente dirigieron sus corazones y sus vidas a Dios. Cuando nos
imaginamos que conciencia deben haber tenido, podemos ver que el campo de su
pensamiento era tan limitado que veían todas las cosas centralizadas en Dios.
Esta era su vida. Tuvieron que pasar sus vidas centralizados en unidad con
Dios.
En cada sector - relaciones con la gente, conocimientos, cosas materiales -
se sumergieron en estrechas relaciones con Dios, puesto que no había nadie en
quien pudieran confiar a excepción de Dios. No había forma de tener un dar y
tomar horizontal para buscar un objeto de felicidad en sus circunstancias, así
pues, se concentraron en encontrar su objeto en Dios - aún mas intensamente que
su búsqueda de un objeto en este mundo. Debido a que el fundamento para su fe
era tan limitado, tenían que confiar en el cielo para pasar por un canal tan
estrecho hacia Dios. Y, así pues, abrieron las puertas de nuevos reinos al
abrazar a Dios. Aunque sólo fue abierto un camino estrecho hacia Dios, no se
desanimaron. Nosotros deberíamos ser optimistas en la misma situación. Siempre
hay un modo de continuar. No podemos estar descontentos. Dios creó todas las
cosas para la felicidad, satisfacción y contento de las personas. Aún cuando
lleguemos a este paso estrecho, no seremos derrotados, porque a partir de este
punto estrecho podremos tener una nueva relación con Dios. Allí encontraremos
la verdadera felicidad y la mayor satisfacción. Por ejemplo, San Francisco de
Asís abogó por la pura pobreza en la que pudo encontrar la felicidad, aprecio y
satisfacción. Desde este momento, Dios pudo trabajar con él y hacerle sentir
felicidad y dicha. A partir de entonces se pudo crear la unidad con Dios.
Debemos darnos cuenta de que nosotros, en cuanto gente caída, estamos
situados entre dos líneas que representan el lado de Dios y el lado del mundo.
Tenemos que reconocer el punto angosto entre ambas líneas, así luego sabremos
cuando empieza una nueva era de felicidad y alegría. Conocéis la vida de Noé.
Cuando le persiguió la muerte - ciento veinte anos siendo objeto de toda clase
de persecuciones mientras construía su arca - en ese momento estuvo forzado a
pasar por una situación apurada y luego comenzó una nueva vida de fe. Cuando
seáis capaces de atravesar el punto angosto, cuando probéis que podéis abrir
una nueva puerta que amplíe vuestras relaciones con Dios, habréis creado un
nuevo reino de felicidad y bienaventuranzas.
Durante estos años Noé sólo podía pensar en construir el arca, y fue a la
montaña a trabajar allí. ¿Creéis que existe una mujer que pueda soportar diez
años con semejante marido? Una esposa americana pide un divorcio si su marido
se ausenta por seis meses. El trabajo de Noé no era una tarea ordinaria. Y si
su esposa comienza a perseguir a su marido los hijos harían también lo mismo.
Cuanta pena debe haber sentido Noé en su corazón cuando su familia no pudo
comprenderle. A causa de esto tuvo grandes problemas. Cuando le pedía a su
familia que le dieran algo para comer o algo para vestir, le trataron como si
fuera un mendigo. Noé pudo resistir las persecuciones de fuera de su familia -
del pueblo o de la nación. Pero estos sufrimientos y persecuciones que venían
de dentro de su familia eran las más difíciles de soportar para él. A pesar de
esto, tenía que acabar su trabajo. El tenía gran confianza, gran fe en Dios. La
vida de Noé estaba llena de persecuciones y rechazos, estaba completamente
solo. Pero no podía abandonar a Dios, aunque tuviera que olvidar a todos los
demás. Su esposa y sus hijos a veces podrían haber deseado matarle. Pero cuanto
más persecución recibía de su ambiente, más todo su corazón llegó a ser para
Dios. Se separó completamente de sus circunstancias y de su comunidad. Se
separó del mundo, así que llegó a la posición en la que pudo recibir el amor de
Dios. Si hubiera rechazado a aquellas personas que le perseguían, entonces la
voluntad de Dios no habría sido cumplida. Pero Noé se sacrificó a sí mismo por
quienes le perseguían. En vez de causarles sufrimiento, Noé tenía la intención
de perdonarles sus pecados a Dios. Se colocó en la posición del hermano no
caído que le pide a Dios que perdone a su hermano y hermana caídos y que
voluntariamente soporta todas las dificultades.
Noé tenia un corazón así. Debido a este corazón Dios pudo proseguir Su
providencia de la restauración. Esta era la posición de Noé, la posición de la
completa negación de sí mismo. Este mismo principio puede aplicarse a otros
personajes por ejemplo, en el caso de Moisés y Juan Bautista. Moisés siguió el
mismo curso. Pasó su juventud en el palacio del Faraón. Pero cuando vio a su
pueblo sufriendo, abandonó el palacio del Faraón. Mató a un Egipcio que
perseguía a los Israelitas. La posición de Moisés era salvar a Israel, a pesar
del peligro. Pero el pueblo de Israel no recibió a Moisés, quien trataba de
salvarles. Ellos le persiguieron y le expulsaron al desierto de Madián. Allí
durante 40 años Moisés suspiró por Dios, amó a Dios y tomó la resolución de
salvar a su pueblo. Por esta determinación, Dios lo escogió para liberar al
pueblo de Israel de Egipto.
Consideremos la vida de Juan. En el tiempo de su ministerio, de acuerdo con
la Biblia, tenía 30 años, era un joven que comía avellanas y miel en el
desierto igual que un hippie. Salió de su hogar dejando atrás a sus parientes,
pensando en la voluntad de Dios. En la Biblia leemos que Juan comía langostas y
miel silvestre. Pero su vida en el desierto debió haber sido penosa. ¿Creéis
que solamente vivió de langostas y miel silvestre? No puede ser. Si habéis
estado en Israel, sabréis que no es un país que produzca mucha miel. Por
consiguiente actuó como un mendigo, yendo de casa en casa. Muchos niños le
seguían, mofándose de él. Pero su mente estaba concentrada en la idea de la
llegada del Mesías, y buscó el amor de Dios en la forma del Mesías. De esta
manera su vida fue digna de la simpatía de Dios, y pudo colocarse en la
posición de dar testimonio del Mesías. Aunque Dios le había conducido a hacer
esto, podría haberse quejado de estar en esa situación si hubiera querido.
Sabemos que no se preocupó sobre el problema del abandono de las cosas
materiales, sino que en vez de eso pensó, "¿cómo puedo abrir una nueva
puerta?" Por este motivo fue grande.
Probablemente piense alguno de vosotros: "¿Por qué luchar pare creer en
Dios? Si El existe, bajará y establecerá una conexión conmigo". Si Dios
pudiera hacer esto seríamos ya uno con El. Sería muy bonito. Pero como hombres
caídos, no tenemos una relación automática con Dios. Sin embargo, Dios es el
Sujeto; nosotros hemos sido creados para ser sus buenos objetos, aunque no
estarnos aún en esta asociación. Sujeto y objeto deberían tener algún tipo de
relación íntima. No tenemos esta relación con Dios. Bajo estas circunstancias
no podemos decir, "¿Por qué creer en Dios?" Debemos esforzarnos por
nuestra parte en alcanzar un nivel mínimo de relación. Hagamos una analogía: En
cualquier universidad un cierto profesor puede ser conocido en un campo
determinado. Con el fin de tener la oportunidad de aprender de él, tenemos que
conformarnos con un nivel objetivo; primero debemos inscribirnos en su curso.
De otro modo, el profesor y el estudiante no pueden tener una conexión.
Naturalmente ciertos sujetos y objetos se compenetran mutuamente. Tienen puntos
de vistas similares, un propósito común, caracteres complementarios, etc. Si no
fuera así no sería posible en absoluto que el profesor y el estudiante se
relacionaran. No obstante, su relación no es automática .
Entre el sujeto y nosotros - hombres caídos, el objeto - si Dios decide
algo, puesto que El es un Dios absoluto, lo que El decide es eterno e
incambiable. El establece un modelo. ¿Cómo podéis alcanzar Su modelo si vuestra
mente cambia mil veces al día? Otro ejemplo: Venís aquí y os inspiráis mucho
cuando oís estas charlas, pero cuando volváis a la realidad del mundo, tendréis
dudas . ¿Cuánto tiempo durará esta inspiración? Dios es eterno. Nunca cambia a
mitad del camino. Incluso si hacéis un esfuerzo determinado, ¿por cuánto tiempo
continuaréis? ¿Un mes, un año, varios años, diez años? Vuestra decisión
cambiará. A veces os decís, "si me gusta, entonces iré y lo haré. Si no,
entonces no lo haré" La verdad es la verdad viváis o muráis; es eterna. La
verdad va más allá de la muerte, más allá de lo cambiable. Para ser una persona
verdadera debes ir más allá de la muerte. Debes tener la virtud de la
constancia. Esto significa que en algún momento habrá una colisión entre tu
mutabilidad e inmutabilidad. Los elementos incambiables vencerán a los elementos
cambiables. Los elementos cambiables perecerán. La vida y la muerte chocarán.
Cuando venzas a la muerte ganarás la vida. Si pasas por esta etapa tendrás una
conexión con Dios. ¿Cuándo llegará pues la hora de la verdad para ti? En el
momento en que tengas la oportunidad de ser incambiable y cambiable al mismo
tiempo. Surgirá una situación de vida o muerte. Es un tiempo de confrontación y
desafío. Es cuando aparecerá la verdad.
Desgraciadamente, cuando vivimos en este mundo, nos agrada permanecer como
estamos. Tampoco deseamos morir o ser derrotados en la realidad de este mundo.
El secreto para vencer esta situación, para encontrar la verdad eterna, está en
vencer a la muerte y alcanzar la vida; vencer lo cambiable y alcanzar lo
incambiable. Solo por este camino se puede alcanzar la verdad. Pero este mundo
desea permanecer como está y no quiere morir. Es simplemente porque las fuerzas
del mal dominan este mundo. Entonces, en relación con lo anterior, ¿qué son los
Ultimos Días? Son días en que sucederán transformaciones radicales en este
mundo de la realidad. En estos días el mundo se precipitará hacia la
destrucción, la gente no hallará esperanza, sólo desesperación. Por encima de
este caos y confusión deben aparecer los hijos de Dios, un elemento inmutable y
transcendente a la muerte. Este elemento eterno existirá en medio del caos.
Cuando lleguemos a esta situación, tendrá lugar un conflicto y uno de los dos
elementos será eliminado del mundo. Lo cambiable deberá marcharse y la cualidad
eterna perdurará. Si aparece en el mundo una persona con una fe absoluta, dado
que Dios mismo es incambiable, descenderá y morará en ella entre la gente del
mundo y los ayudará. Cuando El vea que este caótico mundo empieza a centrarse
en la fuente de la vida, la fuente de la eternidad, permanecerá eternamente con
nosotros.
Como la esencia de Dios es este modelo absoluto, para ser su objeto tenemos
que imitar este modelo, cumplir este modelo. Tenemos que preguntarnos a
nosotros mismos si estamos calificados para alcanzar Su modelo de juicio. Para
saber si estáis calificados o no, debéis sufrir o pasar necesidad como prueba.
Podéis a veces pensar que una cierta prueba es demasiado dura para vosotros,
pero si lo miráis desde otro punto de vista, es el medio a través del cual Dios
os dará una oportunidad para demostrar vuestro valor. Si superáis la prueba con
una calificación perfecta, significa que el profesor os ha dado una oportunidad
para promocionaros. Normalmente el profesor formula aquellas preguntas que cree
que no saben los alumnos, ¿para qué preguntar las que ya conocen? Generalmente
las preguntas que hace cualquier profesor están pensadas para deducir a la
persona más cualificada. Al hacerlo busca las preguntas más difíciles. Cuando
superas la prueba y llegas a ser el mejor de todos, tu y el profesor
inmediatamente tenéis una cierta relación. El profesor te aprecia especialmente
por haberlo conseguido mediante el examen, y puede entregaros todo su legado de
conocimiento y trabajo. Si después de muchos años, sólo encuentra a una persona
que pueda superar la prueba, entonces naturalmente esta persona se convertiría
en el heredero del profesor.
Dios hace lo mismo con nosotros. No desearía que tan sólo fuésemos hombres
de negocios o vendedores. A El no le interesa esto. El desea hallar a sus
amantes hijos, para hacer de vosotros Sus verdaderos hijos e hijas. Cuando se
establece realmente esta relación es inviolable. Nada puede invadirla. Dios
sintió mucha tristeza cuando la caída causó la pérdida de esta unidad de amor.
El ha estado obrando mediante la providencia de la restauración para encontrar
a personas en la tierra que comprendieran esto.
Así pues, Dios os guiará sobre la tierra, a quienes le conocéis, hacia el
punto final, en donde El pueda hacer algo por vosotros. El eligió a Noé hace
mucho tiempo, pero falló en la mitad del camino. Abraham, Moisés y Juan
Bautista fallaron en cumplir toda la esperanza que Dios había puesto en ellos.
El desea, pues, que la gente en la tierra de hoy día, incluidos vosotros, sea
superior a aquellos hombres del pasado. El deseo de Dios es que sus hijos pasen
rápidamente la prueba. Para ello, El debe haceros pasar por un corto periodo de
tiempo de intenso sufrimiento. Abraham tardó muchos años sólo para establecer
la fe en Dios. Dios debe pediros que superéis rápidamente la prueba del
sufrimiento y la dureza en el mismo grado que aquellos antepasados. El quiere
que vuestro periodo de tiempo sea más corto. El debe probaros en una situación
cambiable para que el Dios incambiable encuentre a Sus incambiables hijos. Dios
a veces se muestra como un Dios caprichoso, pero es sólo desde vuestro punto de
vista. A veces os dirige de un modo contradictorio a lo que habíais creído
antes. Puede parecer que Dios es cambiable, pero El tiene un propósito detrás
de esto. Para hacernos hijos incambiables El debe probaros en una situación
cambiable.
Entonces cuando el Dios eternamente viviente se acerque a vosotros, os
parecerá que os dirige a la muerte. Es una prueba. Con el fin de restaurar a
sus hijos, pues, el Dios de la vida, parece como un Dios de la muerte. En la
primera época de la historia del cristianismo, vemos este método. Dios parece
inspirar sólo el martirio. El ha estado restaurando a la gente mediante este
camino paradójico. Entonces podemos fácilmente imaginarnos que los 2000 años de
cristianismo sufrirán una prueba; toda la humanidad será probada en los Ultimos
Días.
En este tiempo sólo un hombre, sólo una dirección, sólo una fe surgirá para
restaurar todas las cosas. Dios siempre comienza Su obra de la creación o
recreación en un punto central a partir del cual la desarrolla. Centralizado
alrededor del Señor de la Segunda Llegada, el número de hijos de Dios se
multiplicará gradualmente para salvar a todo el mundo. Cuando Satán descubra a
la persona en la tierra, que está centrada en Dios, tendrá miedo de ella. Satán
no tiene medios de acusar o derrotar a esta clase de persona.
En el mundo de hoy el cristianismo aparece descolorido. El mundo mismo
parece en decadencia. Incluso los Estados Unidos, esta gigantesca nación, ha
perdido su dirección. ¿Qué está Dios buscando en estos tiempos? Dios no puede
obrar a través de la gente que acepta al mundo y se adapta a el tal como es. El
está buscando a la gente que nunca se aparta de Su modelo en este mundo
descarriado. El está buscando a la gente cuya fe es tan fuerte como para creer,
"Incluso si el mundo perece, nosotros no pereceremos". Esta es la
clase de persona que Dios busca. Ellos crearán un nuevo mundo. Esto es lo que
Dios espera de Sus hijos e hijas sobre la tierra.
Si alguien dice, "Incluso sin la ayuda de Dios vamos a consumar nuestra
misión", ¿qué ocurrirá entonces? Cuando aparezcan personas con esta
actitud, entonces naturalmente Dios debe llamar a estas personas para Su lado.
Hay dos clases de personas a este respecto quienes hacen las cosas
correctamente sin la dirección de Dios y quienes siempre necesitan que Dios les
diga, ''Haz esto, haz aquello". Gente vigorosa surgirá automáticamente
para despertar a las Iglesias existentes de este mundo a una nueva realidad.
Si hay una filosofía mediante la cual podamos abarcar todas las cosas de fe
y realidad, naturalmente, cubrirá la tierra. Entonces el tiempo estará cerca.
Muy pronto esta clase de ideología centralizada en Dios se alzará
súbitamente para abrazar al universo entero, absorbiendo todos los demás
sistemas de pensamiento. Ahora la vida de fe parece intangible e irreal. Pero
es de hecho eterna y substancial. Mientras que la realidad de este mundo es
vivida y se puede sentir, pero no merece confianza; es efímera e inconstante.
La vida de fe en Dios tiene la cualidad de la constancia. Luego esto significa
que la vida de fe y la realidad de este mundo son opuestas. Hay varios aspectos
en los cuales esto es concretamente cierto. Ante todo, en la vida de fe tenéis
que ser reconocidos primero por Dios. Segundo debéis siempre sobrepasar el
nivel espiritual de los santos y sabios del pasado. Tercero, aunque los santos
en los cursos históricos de dispensación puedan haber fallado en sus misiones,
vosotros debéis tener éxito en vuestros cursos. Finalmente, en el pasado, Dios
daba al hombre ayuda y dirección, en esta era El espera que hagamos cosas por
nosotros mismos.
Los buenos hijos e hijas restablecerán todas las cosas y se las devolverán a
Dios sin perdirle ayuda. Entonces vosotros mismos habréis liberado a Dios. La
restauración concluirá cuando estos hijos e hijas restauren la aflicción de su
Padre celestial y le lleven alegría. Entonces El sentirá que el amor puro y
genuino es de nuevo posible, como el que existía antes de la caída del hombre.
El será feliz de recibir a Sus verdaderos hijos e hijas. Dios te dará la
bienvenida inmediatamente y te acogerá en Su regazo.
Cuando tengáis problemas, no le pidáis ayuda. En vez de ello debéis decir,
"Padre, ayuda al mundo entero". Esta clase de actitud de corazón es
similar a la de cuando hay muchos hermanos, y un hermano le dice a sus padres,
"En lugar de ayudarme a mi, cuida a mis hermanos y hermanas". Esta
clase de actitud es maravillosa para los padres. Es muy normal en la familia
ordinaria que tal hijo pueda levantarse temprano y converse con sus padres
mientras los demás aún duermen. También del mismo modo los hijos de Dios
establecen una buena relación con El. Los padres depositarán su confianza en este
niño. Lo mismo se aplica a Dios y Sus hijos. Naturalmente este hijo llegara a
ser el centro, el heredero, el objeto de sus padres e incluso pueden confiarle
secretos, Es el modelo de intimidad con Dios que nos esforzamos en conseguir.
Cuando os enfrentéis al sufrimiento tenéis que superarlo. Tenéis que considerar
la situación general y determinar como afrontarla.
Cuando paseáis por la calle, ¿por qué no tomáis el punto de vista de Dios?
Debéis reparar en las cosas malas que desearíais cambiar y luego en las cosas
buenas que multiplicareis por vuestra nación y por la humanidad. Cuando miráis
las cosas de esta manera, a través de los ojos de Dios, estaréis siempre
creciendo. Cuando consideréis la debilidad de la situación política, cuando
miréis a los elementos cambiables desde la posición de Dios, deberíais pensar,
"voy a reformar esto y aquello". Si nadie lo hace, pensad en vuestra
propia mente, "Yo lo haré". Cuando sigáis firmes con esta clase de
disposición, automáticamente acudirán ángeles y santos en vuestra ayuda aún
cuando nunca pidáis ayuda a Dios. Dondequiera que vayas no tienes que
preocuparte. Andarás perfectamente por el buen camino aún en las situaciones
más peligrosas. Con esta confianza podéis vencer cualquier dificultad Entonces
Dios os revelará de muchas maneras lo que va a ocurrir en el mundo, por medio
de sueños o visiones o inspiraciones. Ello será muy confortante para vosotros
en este mundo de cambio.
Estamos de lleno en el fin del mundo. Debido a que lo sabemos, deberíamos
ser diferente del resto de la humanidad. Estamos en la frontera del mundo de la
realidad, luego debemos estar preparados para sufrir al máximo.
La vida de fe en el pasado consistía en que una persona tenía que creer en
algo. En este tiempo vuestra vida de fe llegará a ser una realidad concreta.
Muy por encima del mundo y muy por encima de la antigua fe, todo es posible en
esta etapa. Los hombres de fe de la historia trabajaron duramente, pero todos
los bienes acumulados no les pertenecen; nos los legaron a nosotros. Cuando
creemos y mediante nuestro trabajo llevamos a la realidad su esperanza, Su
mérito llegara a ser el nuestro. Ahora vuestros logros espirituales son
vuestros. Por consiguiente, una vida de fe puede ser una vida de realidad. Muy
pronto aparecerá la era del mundo cuatridimensional. Muchos fenómenos
espirituales tomarán lugar en la tierra y todo el mundo será influido por las
experiencias espirituales. El reino de la fe y el mundo de la realidad se
unirán.
Hasta el presente Satán y sus seguidores han sido las fuerzas dominantes en
la tierra. Ahora debemos establecer la soberanía del bien. Nuevas generaciones,
una nueva era, una nueva civilización será creada, y muy pronto tendremos el
reino de Dios sobre la tierra. En el pasado, los sistemas ideológicos acabaron
en sólo ideales. Pero ahora nuestro sistema de fe dará fruto en una realidad
concreta. Debemos estar orgullosos de ello, debido a que tenemos algo tangible
en nuestra fe - una realidad muy por encima de las antiguas concepciones y de
la anterior vida de fe.
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