Cambiemos este
momento histórico en gran victoria
8 de septiembre de 1974
Reverendo Sun Myung Moon
Este es un momento sagrado
del domingo. Nos reunimos para el servicio; pero como veis, ese terreno está
húmedo y los alrededores no son confortables. Pero verdaderamente, cuando
pienso en el tiempo lluvioso de ayer, debemos sentir que esta mañana es una
bendición. Es una hermosa mañana, incluso con algunos minutos de luz de la luna
en el cielo.
Mi tema esta mañana es
defender el momento histórico. Estáis viviendo una de las partes más
importantes de vuestra vida, la edad de los 20 a los 30. En la vida, partiendo
del nacimiento se sigue por la infancia, luego la adolescencia y el joven
adulto, finalmente el adulto y la Época de la vejez. Esta es la secuencia de la
vida. Pero todas las etapas son continuaciones de una vida. Cada periodo es un
segmento de una parte importante de vuestra vida. Semejante a esto, el trabajo
de Dios o la historia de la restauración es algo como la vida de un hombre.
Consiste de diferentes partes, de segmentos. Sin embargo todos estos elementos
están juntados en unidad. Por consiguiente tenemos la era del Antiguo
Testamento, y Esta fue seguida por la era del Nuevo Testamento. Nosotros ahora
estamos viviendo en una nueva era, el testamento realizado. La historia tiene
tres partes: pasado, presente y futuro. Pero cada segmento es muy importante,
porque está realizando un papel vital para esa era particular, con el fin de
moverse al futuro.
Por consiguiente cuando
consideramos la era del Antiguo Testamento, había un papel especifico para ese
período particular. Eso debe ser realizado durante esa era y por lo tanto esa
era tiene su carácter. La era del Nuevo testamento también se centra en la
realización de un momento dramático, un importante punto del movimiento, y la
realización es el centro de la era del Nuevo Testamento.
Y el movimiento de la
Iglesia de Unificación no es una excepción. Nosotros tenemos nuestro momento
dramático de realización. Cuando hablo de la historia americana tenemos otro
caso, sin excepción. La historia americana está recorriendo un cierto curso, y
durante este curso de la historia hay un cierto momento de realización. Y
ninguna nación del mundo es una excepción. Sus historias también recorren el
curso, y su curso tiene momentos de realización vital, y sobre ese momento
particular está engoznada la vida o muerte de esa nación particular. La
historia es algo así como un terreno geográfico. Hay terreno rugoso, y en
algunos lugares tenemos áreas llanas, luego tenemos escabrosas montañas, luego
tenemos un valle. La historia recorre un modelo similar. A ciertas personas les
gusta las áreas llanas, a cierta gente les gusta las montañas escabrosas, y a
cierta gente les gusta el valle. Cada persona en cada parte distinta de la
historia está destinada a realizar una misión diferente y especifica. Algunas
personas giran alrededor, del llano, otras personas giran en el valle, y otras
están adecuadas a las montañas.
Toda la historia, ya la del
nivel individual, ya de la nación, de la sociedad o del mundo, incluida la
historia de Dios, está siguiendo el mismo modelo, la misma fórmula. Pero toda
la historia tiene una meta, y la meta de la historia no existe en el
terreno llano, sino en lo alto de la montaña. Por consiguiente toda la
gente que desee alcanzar ésta meta, debe encaminarse a la colina. Así
pues, cuando escales la colina, tu movimiento será diferente al del terreno
llano. Necesitas un pateo adicional, un poder adicional para escalar la
montaña. Aquellos que están vagando en el valle han de encontrar una nueva
dirección para alcanzar esa meta en lo alto de la montaña.
Entonces, cuando miramos a
la situación presente del mundo debemos llegar a entender qué horario es,
y en que tiempo de la providencia de Dios estamos viviendo hoy.
Primeramente debemos saber que la historia, éste periodo particular de la
historia del mundo, no está corriendo en el campo llano. ¿Está pues esta
historia corriendo hacia lo alto de las montañas? No, nada más lejos que
eso. No, la historia mundial está ahora corriendo desde la colina hacia el
valle.
¿Cuán profundo es pues ese
valle? ¿Cuán lejos iremos? Nadie lo sabe. Cuando la historia desciende al
valle, nadie sabe cuán, lejos iremos.
Desde 1.960, los últimos 15
años, en realidad la historia ha estado cayendo rápidamente hacia el valle.
Ante todo, un pecado de esa desmoronarte historia es la religión,
particularmente la Cristiana, que ha estado disfrutando una era dorada de la
civilización y está ahora desmoronándose y el declive de la iglesia es obvio.
La Cristiandad ha escalado la colina durante los últimos 2.000 años. No
obstante, en los más recientes 15 años, la Cristiandad es realmente calamitosa
y está desmigándose hacia el valle.
Bajo condiciones adversas y
bajo la persecución del Imperio Romano, los cristianos estuvieron realmente
escalando hacia lo alto con altivez, en el espíritu de sacrificio. Hoy, la
Cristiandad del mundo está disfrutando más libertad que en otro tiempo de la
historia. Sin embargo la Cristiandad se está desmoronando en si misma. ¿Por
qué?
También en los últimos 15
años el declinar es obvio en el caso de la democracia. El comunismo no es
tampoco una excepción. El comunismo también ha tenido muchas perturbaciones en
los últimos 15 años. ¿Cuál es pues la diferencia entre democracia, comunismo y
los otros modos de vida del mundo? Hoy vivimos en un tiempo de confusión. Es
muy difícil distinguir lo correcto de lo equivocado. Cada día somos testigos de
la venida de más oscuridad a las vidas de la gente. Y estamos viviendo
realmente en una época caótica. Sabemos que éste mundo está en confusión. El
mundo está desmoronándose en el valle. ¿Puede algún individuo parar al
decadente mundo de hoy? ¿Tiene la nación de América el poder de torcer la
historia mundial? ¿Puede el comunismo, ese formidable poder hacerlo? No,
ellos no son capaces. Incluso el comunismo está en confusión. Tienen mucha
división dentro de ellos mismos más de la que pueden sobrellevar. Hoy debemos
apercibidnos del tiempo de la historia. Preguntémonos pues ¿es ésa la voluntad
de Dios, ver al mundo desmoronarse y ver declinar la civilización y a la gente
desesperarse? ¿Es ésa la voluntad de Dios? La respuesta es no. Por
consiguiente debe haber algún poder sobrenatural que pueda parar el curso de la
historia o torcerlo o ponerlo en movimiento hacia otra meta. Entonces deberá
haber alguien que llegue a ser el instrumento de Dios. No tendrá éxito ningún
movimiento que se origine o se centre en el hombre. El hombre es incapaz de
hacer nada con éste mundo y solamente el poder de Dios es nuestra esperanza.
Por ello la solución, la respuesta debe venir del cielo. Esa es la única
solución en la que podemos tener esperanza. Sólo Dios puede parar este mundo y
transformarlo. Por ello, Dios debe traer a este mundo una inmensa grúa para
arrastrarlo en direcciones opuestas. Y Dios debe también pisar el pedal o el
freno para parar este coche corredor. ¿Y quién será ese freno? ¿Quién llegará a
ser ese cable de la grúa de Dios? Ese debe ser el hombre. El hombre debe
desempeñar ese papel. Dios mismo no tiene brazos, ni piernas. El debe emplear
su brazo en el hombre. Dios está recorriendo la historia humana. Por lo tanto
el eje central es el hombre y la mujer. Así pues Dios los usarla como
instrumentos.
Por ello Dios debe estar
buscando sus instrumentos, tanto por nación, como por individuo, por movimiento
como por organización. Y los instrumentos de Dios tienen que ser organizaciones
o movimientos religiosos. Serán distintos de la desmoronada Cristiandad,
surgirán con una nueva filosofía o ideología que sea diferente de la
desmoronada democracia, vencerá a la ideología comunista porque tiene que ser
más fuerte que el comunismo. Y habrá en ese grupo la más fuerte convicción de
la historia, comparada a cualquier otra religión que haya existido. Y por ello,
esa formidable convicción puede servir como freno a Dios y parar al
desmoronante mundo. En otras palabras, el poder de este movimiento particular
será más fuerte que los del resto del mundo. De otro modo ese poder no puede
parar al mundo ¿Y quién lo hará?
Yo os hablo esta mañana,
estáis convocados. Vosotros sois campeones. Sois llamados para ese trabajo.
Nuestra meta es la unificación. La unificación no puede ser hecha sin tener
esta tremenda convicción en Dios y en la humanidad. ¿Estáis dispuestos a ser el
cable de la grúa y el freno de este corredor y destartalado coche?
Entonces hay esperanza, por
primera vez este mundo puede reconocer alguna esperanza para el futuro. En
verdad ese es el único faro para la humanidad. Este es realmente un rápido y
dinámico movimiento. Entonces hay siempre alguna confusión, hay siempre alguna
reacción a eso. En Nueva York, en las últimas semanas habéis estado
comprometidos en batalla. En cierto modo ésta es una batalla espiritual
celestial. Nuestras armas no son de fuego, ni rifles, sino que tenemos armas de
verdad y el espíritu de Dios. Y Siendo el freno para parar a este desmoronante
mundo tenéis una cierta resistencia a un cierto contacto. Debéis hacer
contacto. Cuando vuestra grúa, vuestra grúa celestial, está en marcha determináis
si las cosas son alzadas o pierden poder o impulso, y caen. Y si empujamos a
toda Nueva York, entonces debe haber un renacimiento, una nueva, Nueva York.
Gracias. Vosotros habéis
sido el cable y Nueva York es el peso que ha sido levantado. Estáis vosotros en
ese papel, en esa misión, en esa posición.
Esta es realmente la batalla
celestial en un caso de prueba. Esta fuerza celestial puede mover a Nueva York.
Entonces podemos ciertamente mover a América. Podemos mover al resto del mundo.
Si podemos plantar esta esperanza para Nueva York, podemos seguramente plantar
esperanza en América y esperanza para el mundo. Así pues estamos en el momento
crucial de la historia del mundo y de la historia de Dios. ¿Estaremos pues
reuniendo las desmigajadas fuerzas del mundo o llevaremos al mundo en otra
dirección? (En otra dirección). ¿Hacia arriba o hacia abajo? (Hacia arriba).
Sé que de los hombres y de
las mujeres, de todas aquéllas personas jóvenes, la respuesta es la misma:
debemos ir hacia arriba.
Cualquiera de este universo
que no desee el éxito, que no desee grandes realizaciones, no es tal persona.
No hay nadie que quiera declinar, que quiera ser destruido. Ni una sala
persona. A lo largo de la historia todos han deseado el éxito, subiendo la
cima. Todavía muy pocos realizan esa meta. No es tan sólo suficiente desear el
éxito; debemos conquistar ése éxito. Entonces, con el fin de conseguir esa
victoria debemos ser diferentes de la gente ordinaria. Cuando subís hay algún
esfuerzo, algún desgaste de energía. Así que debemos renovar alguna energía
para ascender por todo el camino. No sólo debemos invertir energía, sino
también tiempo. Energía y tiempo no son las únicas inversiones. Debemos emplear
nuestra alma. Por consiguiente debemos darnos cuenta de que estamos viviendo el
más crítico, el momento más crítico y vital de nuestras vidas, de la historia
de ésta nación, de la historia del mundo. Energía, tiempo y vuestro corazón y
alma. Esto es lo que necesitamos invertir.
Esta no es mi idea personal.
No, éste es un mandato proveniente del cielo. Lo que realizamos hoy
subsistirá como una parte importante de la historia del mundo.
Entre las personas que son
victoriosas y aquéllas que son derrotadas tenemos un millón de millas de
muerte. Una vez que seamos derrotados no habrá lugar para excusa, ninguna
racionalización será justificada. Esa miseria, no podría ser comparada con
ninguna otra tristeza. Así que todo nuestro poder debe ser movilizado antes,
para que podamos conseguir la victoria, porque una vez que nuestro resultado se
vuelva derrota, entonces será demasiado tarde. En vez de ser derrotados, y
entonces destruidos a la miseria, seria más bien sabio de nuestra parte confiar
nuestras vidas ante Dios, antes de la inversión hacia la victoria.
Ello puede ser comparado a
un gran encuentro de boxeo. Sabéis que a veces, en el Madison Square Garden,
ellos tienen luchas de campeonato mundial. Cassius Clay, por ejemplo y Floyd
Patterson, se encontraron por el campeonato mundial. Aunque ambos realmente
lucharon hasta su grado más alto, uno tenia que ser derrotado. No importa lo
bien que hagas la pelea, no harás nada, no conseguirás nada si no puedes
alcanzar la victoria final, entonces no importa que buen trabajo hayas
invertido, se irá a la cuneta. No importa cuán miserable pueda ser tu lucha, si
el resultado final es victoria, entonces todo el sufrimiento y miserias, toda
la vergüenza y todo lo demás, a través de lo cual hayas ido, eso será
compensado. Así que el asunto es llegar a ser el Cassius Clay celestial o
seguir el modelo celestial.
Sé que seréis vencedores, no
derrotados. Con el fin de que Patterson ganase, él tenía que hacer más, hacer
esfuerzos más extraordinarios que Cassius Clay. ¿Podéis vosotros hacerlo?
(Si).
¿Qué haríais si la ciudad
entera de Nueva York se levantase y viniese contra vosotros? Ellos os
patalearían y os arrojarían al foso, os harían realmente todo tipo de cosas
indecibles. ¿Qué haríais vosotros entonces? ¿Os retraeríais? (No). Puesto que
tenemos convicción, hacemos esto por el nombre de Dios y por la esperanza de
América. No tenemos nada de que estar avergonzados. Debemos marchar hacia
adelante.
Cuando sufrís,
particularmente cuando sois tratados por gente áspera debéis recordar que el
Padre Celestial os está mirando. El es vuestra garantía, vuestro garantizador.
Dios no podría encontrar gente joven como vosotros en ninguna parte, a quienes
pueda realmente encaminar hacia adelante sólo por el propósito de Dios. Dios os
necesita. Si, dejasteis vuestro hogar, a vuestra familia, y sacrificasteis vuestro
interés personal, sacrificasteis vuestra propia gloria e incluso fuisteis más
allá del interés de vuestra propia nación. Estamos aquí por el interés de Dios
y de su Reino. No vinimos aquí para ganarnos nuestra comida diaria. No
vinimos a trabajar para conseguir nuestras ropas. No estamos trabajando
solamente por el honor de América. Haciendo esto podemos traer realmente el
Reino de Dios aquí a la Tierra.
Si, hemos sido tratados algo
ásperamente por ésta nación. Tenemos muchas cosas que decir. Yo mismo, el
Reverendo Moon, he sido maltratado por toda clase de personas, de todas las
formas y a veces de forma intolerable. Mi propio país me maltrató y me
persiguió. Asia me persiguió. Pero nunca me retraí y sé que Dios está de
nuestra parte. Las peores situaciones han venido a mí. Pero eso todavía me
estimula para tener mayor coraje y confianza. Va a ser incluso un placer ir
contra la oposición y aún conseguir la victoria para el Padre. Siempre sentí
que estaba caminando como un prisionero para ser ejecutado. Esa clase de
espíritu, ese sentimiento prevalece en mi vida.
Así que, sin un momento de
relajación, en cada momento me enfrenté a una batalla espiritual y vencí, vencí
y de nuevo vencí. Esa ha sido la sucesión de victorias de mi vida. Y
siempre sentí como si fuese el único de quien Dios dependía en ese momento
particular, que El dependiera de mí y de mi papel, que mi realización fuera tan
vital para Su propia realización. Si no podemos tomar y conquistar éste momento
de la historia, entonces la Iglesia de Unificación será diluida en el futuro.
El desafío es mayor y mayor, por lo tanto nuestra determinación debe ser
paralela a ese desafió.
Una vez estaba en la lancha
en el río Hudson. Vi un gran pez, uno inmenso, un pez gigante muerto, sin
recurso, y flotando hacia el mar. Entonces sentí que miserable era el destino
de ese pez en particular, aunque era un pez gigante. Nosotros no debemos llegar
a ser tal terrible pez en nuestra vida. Ese enorme pez, si estuviera vivo en el
Hudson, sabéis, la corriente no seria un problema. Ese pez concreto, estaría
nadando por todo el curso ascendente en el río Hudson, tan lejos como desease.
Incluso los peces pequeños, apenas procreados, pueden nadar en contra de la
corriente, contra la corriente del agua.
Jesucristo dio un mandato
verdaderamente histórico a sus discípulos, concretamente a Pedro:
"Llegaréis a ser pescadores de hombres" y Jesucristo comparó a la
humanidad con los peces. ¿Pensáis que solamente quería coger el pescado muerto,
sin recurso, flotante? Realmente Jesús está diciendo incluso a aquéllos peces
muertos que hagan porque la vida les sea dada. Por consiguiente para dar,
tienes que llegar a ser un pescador de hombres y dar la vida (resurrección) a
los hombres muertos. Llegarás a ser otros de los peces muertos, para dar vida a
los peces. Con el fin de hacer que resuciten los peces muertos, que vivan de
nuevo, has de compartir la fuerza de tu vida con esos peces muertos, por lo que
has de llegar a ser poderoso. Entonces debes revivir la vida de los peces
muertos. Ese pez será otro camarada e irá en otra dirección, la dirección de la
vida.
Entonces comparémonos a
nosotros mismos; somos peces. Así que hay muchos peces en éste mundo que
necesitan ser tocados por vosotros, porque tanto están sin recurso, como
muertos. Por consiguiente debemos revivir a aquellos peces sin recurso y
muertos. Debemos, darles una restauración de vida; entonces en vez de morir
prosperaremos junto con ellos.
Para ese propósito debemos
tener gran energía, no solamente la vuestra sino que lo que realmente
necesitamos es superior, energía superior. Así que por la mañana,
sois realmente peces enérgicos, pero debéis ser peces enérgicos al medio día y
también por la tarde. Muchas personas han estado pensando: "Bien, vamos a
Nueva York". Habéis estado muy excitados y esa excitación se desvaneció en
dos o tres días. En diez días. ¿En cuántos días? ¿En dos? ¿En una semana? ¿Por
qué el 18 de septiembre está tal lejos? El momento en el que el 18 de
septiembre realmente venga a vosotros, ¿llegaréis a estar realmente sombríos,
sabéis, tal como peces sin recurso? ¿O querríais ser uno enérgico? (Si) Debemos
probar esto con hechos, no con palabras. Si llegas a ser esa clase de hombre,
esa clase de campeón de Dios, ¿sabes que eres la esperanza de América y el
único campeón con el que Dios puede contar? Entonces llegarás a ser vencedor ¿y
piensas que el Padre Celestial dirá: "Bien, has conseguido ésta victoria,
entonces márchate y relájate y ten unas vacaciones "? Quiero que sepáis
que esto es tan sólo el comienzo, el comienzo de vuestra batalla
celestial. Por ello tenemos tres elecciones: marchar hacia adelante,
detenernos aún o retraernos. ¿Es verdad? ¿Cuál elegís? (Hacia adelante) Bien,
sois realmente una ávida gente joven. Yo ensalzo vuestra avidez, incluso ésta
avidez porque es una avidez no egoísta, y eso creará el ideal de Dios en la
Tierra. Eso traerá la nueva historia.
¿Qué haremos el año próximo?
No podemos parar. Debemos marchar hacia adelante, a una batalla más grande. Si
estáis vivos debéis continuar, marchar hacia adelante. Aquéllos que están vivos
deben crecer cada año. Si la Iglesia de Unificación está viva o muerta, sólo
podremos probarlo de una manera, creciendo. Esa es realmente la honesta verdad.
Así que quiero que tengáis una reserva de energía, sabiendo que esta es
meramente la preaparición por el año más grande de 1.975. Cuando tienes un
futuro, nueva esperanza y un nuevo plan de acción, nunca puedes llegar a ser un
hombre desesperado. Tal vez descienda tu peso. Tu rostro puede llegar a ser
pálido. Pero vuestros ojos estarán brillando como una bombilla. Puede que no
vistáis las mejores ropas en Nueva York, pero vuestra manera de caminar o de
tratar con la gente, vuestra expresión facial representará la de Dios. Cada
paso que deis en Nueva York debe tomar significado, significado no para
vosotros, sino para el Padre. Este es el paso decisivo que estáis dando para el
Padre. No estáis sólo pasando. Estáis realmente determinados a hacer un
"showndown" aquí mismo. Por consiguiente a este respecto, ¿quiénes
son verdaderamente los huéspedes y los patrones de Nueva York? ¿Los millonarios
de Nueva York? No. Aquellos que pueden controlar el alma de Nueva York,
aquéllos que amen más a Nueva York, son los maestros de Nueva York.
¿Estáis llegando a ser pues
el alma de Nueva York? (Sí) ¿Estáis llegando a ser la esperanza de Nueva
York? (Si) Si, verdaderamente sois la esperanza de Nueva York. Sois el
alma de ésta gran ciudad. Si, el edificio Empire State parece bastante pequeño,
¿no es así? El Lincoln Center no es nada con respecto al Standard ahora sonado.
Si, sois la esperanza de Nueva York. El futuro que estamos poniendo en Nueva
York va a ser verdaderamente glorioso, nada de la apariencia física de Nueva
York, hoy puede representarlo.
Sé que cada uno de vosotros
espera que ese día de sueños sea realizado. Así pues éste momento, éste critico
momento es importante. Debéis coger ésta oportunidad. Si, estáis poniendo una
estaca en la Tierra. Entonces colocad vuestra estaca firmemente anclada
en el terreno. No dejéis que otras personas toquen vuestra estaca. Este es el
tiempo. Dios ha estado esperando largamente para ver a Su gente hacer Su
trabajo, aquí en la ciudad de Nueva York. En ese momento, en ésta hora, por
consiguiente es importante y crítico. Y esto es muy importante para la Iglesia
de Unificación.
Esta mañana debemos renovar
nuestra decisión de crear un nuevo comienzo para la última victoria en Nueva
York, poniendo nuestra energía, tiempo, corazón y alma. Y nosotros no somos
cristianos ordinarios. Somos una nueva generación, un tipo diferente de gente.
Somos diferentes de aquéllos ciudadanos ordinarios del mundo libre. Somos
incluso muy diferentes y mucho más fuertes que aquéllos que están viviendo en
la ideología del Comunismo. Merecemos la alabanza de Dios. Dios debe alegría y
satisfacción a vosotros. Defendamos el momento histórico, cambiemos éste
momento de victoria gloriosa, y por ello haremos verdaderamente a nuestro
esfuerzo histórico y orgulloso en Nueva York, en la historia de América y en la
historia de Dios.
Si, lo que estamos
tratando aquí, ahora, es tremendo, extraordinario, pero hacer de ello ese gran
suceso el principio central, es bastante sencillo. Hay muchas señoritas bellas
y jóvenes. Probablemente estáis encontrando cada día posibles futuros
esposos y esposas en la ciudad de Nueva York. ¿Quién sabe?
Al joven al que tú hablaste
hoy puede llegar a ser un gran líder de América en el futuro, tal como un
futuro presidente de los Estados Unidos. Nunca sabéis qué clase de gente
encontrareis hoy. Nunca sabéis qué clase de potencial tienen. Además, éstas
personas que encontráis puede que hoy estén sin vida, sin esperanza, pero por
vuestra causa serán resucitados, les será dada nueva esperanza y llegarán a ser
grandes lideres de éste mundo y de ésta nación. Ese es el punto. Por
consiguiente no miréis tan solo la apariencia de la gente que encontréis hoy.
No desdeñéis a nadie porque su apariencia sea pobre, parezca muy hambriento,
parezca muy miserable. No tratéis a nadie mal sólo porque esa persona no pueda
hablar inglés. No maltratéis a nadie porque sucede que esa persona es negra.
Cada persona es vuestro "showdown", vuestro posible momento
victorioso; y hacia cada persona debéis ser serios.
Esta mañana tenemos
invitados especiales de CBS y estáis trabajando duramente en ésta temprana hora
de la mañana. Pero, ¿cuál es realmente el verdadero significado de ésta mañana?
¿Por qué ha venido aquí CBS a veros trabajar? Algo está llamando. Algo
importante se está tramando. El mundo no puede conocer ahora pero algún día
sabrá. Y estáis haciendo historia. Sois los campeones elegidos de Dios. Así
pues, puede que alguien os escupa, tal vez alguien os golpee, pero debéis
sonreírles y bendecidlos. Sed pacientes. Sed pacientes y mansos, amad la vida,
vuestra vida entera hasta ésta hora. Ese es el camino de Dios. ¿Sabéis que sois
mi orgullo? Vosotros, gente joven congregada de todo el mundo, que habéis
venido a mí y estáis realmente escuchándome. Cada instrucción que yo esparzo,
lleva el 1.000 por cien. Cada uno de vosotros tiene la convicción y está
confiando en mí y todo lo que digo estáis dispuestos a realizarlo. ¡Qué
honor, qué alegría, qué gran privilegio! ¿Es verdad? (Sí) Gracias.
Sí. Tal vez no sea la
persona más alta, pero tengo energía. Hace unos pocos años en Corea y Japón
eran muy despreciativos hacia mí y hacia nuestro movimiento pero hoy están
mirándome y diciendo: “Tú eres la esperanza de torcer la corriente de las
situaciones de Corea y Japón”. Las personas, aquellos enemigos que me
persiguieron hasta el peor grado, vienen hoy a mi diciendo: "Reverendo
Moon, usted es la esperanza de nuestra nación, la esperanza de este mundo.
Nosotros deseamos su gran éxito". ¿Es así porque soy muy importante y tan
glorioso? No. Es porque el ideal, la persona que yo represento, es
grande. Su tiempo y hora ha venido y la representación de Su misión, eso nos
hace grandes.
Estuve en un campo de
trabajo, el peor campo de trabajo que podáis pensar. Estuve en una prisión
comunista, durante muchos años en una situación insoportable y estuve con
hambre. Estuve con indigencia pero tenia la misma convicción que tenéis, y a
través de todos los días difíciles de mi vida, perseveré y fui fácilmente
paciente. Esto trajo la gloria de hoy. Olvidé la miseria. Olvidé mi
sufrimiento. Olvidé mi dificultad porque estuve muy ocupado confortando al
Padre Celestial, sabiendo que un día debe prevalecer la voluntad del Padre. Su
ideal, que debe prevalecer por el beneficio del mundo. Y como resultado
vosotros estáis hoy aquí. He estado mirando hacia adelante a ese momento de
victoria, a ese momento crucial. Ahora es vuestro turno, hoy es vuestra
oportunidad; vuestro momento crucial. Si usáis o no este gran momento de la
historia, eso determinará vuestra vida en fracaso o victoria.
No importa lo que diga el
resto del mundo, yo seguiré adelante por el beneficio del Padre. Estoy
destinado a vivir esto de acuerdo con Su voluntad. Vosotros cread vuestra mente
firmemente. No vaciléis. Esa es la llave del éxito.
Entonces con el fin de que
hagáis eso, llegad a ser una persona pública. No alberguéis ambición personal.
Seamos ambiciosos por el ideal, por el beneficio de todos; no sed egoístas, esa
es la clave. Seamos humildes y seamos mansos. No debemos ser arrogantes.
Debemos ser muy humildes y jamás orgullosos ante todos. Cuando camináis por
éste sendero hay muchas ocasiones que llegáis a un momento en el que es muy
difícil juzgar qué camino es el correcto. A veces prevalece la confusión. ¿Cuál
es pues la solución para encontrar el camino correcto? En ese momento
particular de confusión sed humildes y tened una mente no egoísta. Si desde ese
punto de vista contemplas la situación, entonces tu curso de acción es muy
claro, obviamente te colocas a ti mismo en un nivel horizontal. Preocúpate de
tu objetivo, no de ti mismo y ora a Dios.
Si llegas a ser una persona
altruista, entonces en éste universo, tal como el gran imán. Del Polo Norte y
del Polo Sur, hay un imán de Dios. Ese más grande poder del universo te atraerá
cuando tú. Mismo seas altruista. Entonces serás atraído por ese imán y serás
dirigido en la correcta dirección. Y la Biblia dice que debemos orar
secretamente. ¿Por qué deberíamos orar secretamente? Ese es el momento en el
que te sitúas a ti mismo en posición horizontal y eres muy humilde; entonces el
poder de Dios, el gran imán del universo, te atraerá hacia la dirección
correcta. Piensa en ello. Caminando en esto desde hace largo tiempo, desde el
comienzo de la fundación de nuestro movimiento hasta ahora, ¿Cuántas
dificultades me he encontrado? Y hubo muchas, muchas ocasiones en las que si
hubiese hecho una elección errónea, esa decisión errónea habría borrado a
nuestro movimiento en nada de tiempo. Conociendo la seriedad de nuestro
movimiento también he sido serio. He sido tremendamente serio tratando con cada
decisión crítica. Y tengo un claro objetivo. No hay desviación alguna de
nuestra meta. Por consiguiente mi rezo fue serio. Así pues, el imán universal,
la fuerza de Dios, siempre me atrajo a la dirección y decisión correcta.
De nuevo de la misma forma,
ahora es vuestra suerte, vuestra oportunidad ha llegado. Debes confiar en éste
momento histórico y debes cambiarlo en glorioso, en tiempo victorioso para ti,
para ésta nación, para Dios. No sois tan solo individuos, ni simples personas.
Hay cientos de miles de personas trabajando juntos. Por consiguiente el
resultado va a ser fenomenal. He recibido muchas cartas. He recibido numerosas
cartas, cientos y cientos de cartas de Corea, de Japón y de todo el mundo, y
todas dicen que están orando día tras día por el éxito y victoria del Madison
Square Garden. Ese es el blanco de sus rezos. Sois los soldados de primera
línea para esa gran victoria. Seréis responsables si fallamos, si no podemos
hacer de Madison Square Garden un éxito completo. ¿Cómo podemos pues responder
a esas personas que rezaron por ésta oportunidad? ¿Qué haríais con vuestro duro
trabajo, sudor y sangre, con vuestras largas horas puestas en éste esfuerzo?
Pensad en vuestro Dios, quien os ordena que fueseis y ganaseis ésta batalla.
Por lo tanto, cuando considero todo esto, el llevar la cruz al Calvario es
bastante más fácil que la tarea con la que hoy nos enfrentamos. Es algo así
como si estuviésemos yendo a lo largo del oscuro túnel hacia la esperanza del
claro en el otro lado.
Es cierto que quiero que el
18 de septiembre pase a la historia, pero no podemos dar la bienvenida al 18 de
septiembre como a cualquier otro día. Debemos hacer de ese día el día del triunfo,
el día de la luz y de la gloria. Estoy determinado a ver éste día victorioso,
con el fin de que pueda recompensar los rezos que están viniendo de ultramar.
Quiero recompensar vuestro duro trabajo y quiero glorificar el nombre del Padre
Celestial. Quiero hacer feliz a todo el mundo. Entonces querré veros. Así seré
feliz.
Así pues estoy sosteniéndome
en cada momento lo más serios. Sin relax alguno. Por lo tanto quiero que sepáis
que los líderes son verdaderamente el sacrificio de nuestro movimiento. Ser un
líder no es una posición gloriosa. El líder es el más sufriente.
Este es el segmento final de
nuestros tres gloriosos años de batalla que comenzamos todos juntos en 1.972.
Este es el final de nuestro movimiento para el curso de tres años. Entonces quiero
que sepáis que esto es para mi muy importante; para vosotros, tan importante;
para el Padre Celestial tan vital. Y por ello ésta semana entrego el mensaje:
“Confiemos en el Momento Histórico y Cambiémoslo en Gran Victoria” y os urjo a
todos vosotros para uniros conmigo para el asalto a la victoria final.
Aquellos que se determinen a
darse a si mismos, a empeñarse por la victoria de esta causa del 18 de
setiembre, alzad las manos como señal. Gracias. Oremos.
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