LIDERES CONSTRUYENDO UN MUNDO DE PAZ
Reverendo Sun Myung Moon
Discurso dado el 24 de agosto de 1992 a los líderes que
participaban en el Festival Mundial de la Cultura y los Deportes en Seúl, Corea
Ilustres organizadores del Primer Festival Mundial de la
Cultura y los Deportes, distinguidos invitados y participantes de Corea y de
todo el mundo:
Como fundador de este Festival Mundial de la Cultura y los
Deportes me gustaría expresarles mi más profundo agradecimiento por acudir en
tan gran número a hacer que el festival sea un éxito.
Me gustaría hablarles esta tarde sobre el tema, "Llegando
a ser los líderes que construyan un mundo de paz". A mediados de los años
treinta, cuando tenía dieciséis años y la península coreana estaba bajo la
ocupación japonesa, recibí una misión especial del cielo por medio de Jesús.
Tengo ahora setenta y dos años, y en todo este tiempo no ha habido ni un solo
segundo en el que no haya tenido en cuenta la voluntad de Dios y Sus mandatos.
Gracias a que mi infancia y juventud transcurrieron bajo el
poder colonial del imperio japonés, puedo comprender perfectamente el
agonizante dolor y las circunstancias miserables que padecen las naciones
pequeñas y débiles de este mundo. Como poseo un cierto don para sentir el
corazón de Dios, experimenté el mayor dolor y pesar al presenciar, en primer
lugar, la crueldad de una nación poderosa arrasando a la débil Corea y, a
continuación, la terrible carnicería de la Segunda Guerra Mundial.
Inmediatamente después de la guerra, la península coreana quedó
dividida en norte y sur, empeorando nuestra ya difícil situación. En 1950,
estalló la Guerra de Corea y los coreanos se encontraron inmersos en un
conflicto fratricida. Diversos países del mundo, de izquierdas y de derechas,
decidieron apoyar a una de las partes. Yo mismo fui testigo de esta tragedia y
sé en lo más hondo de mi corazón cuánta pena y dolor causamos a Dios y a la
humanidad al perder un mundo de paz.
¿Cómo creéis que Dios se ha sentido desde el inicio de la
creación viendo una y otra vez a los hermanos enfrentándose entre sí, siempre
Caín, el mayor, arrebatando la vida de Abel, el menor? Todas las guerras, desde
los orígenes de la historia humana, han sido en esencia luchas entre hermanos.
La Biblia lo muestra con el relato de la muerte de Abel a manos de Caín, en la
familia de Adán. ¿Por qué razón surgen una y otra vez estos conflictos entre hermanos
en la familia, la tribu, la sociedad, la nación y el mundo?
El pecado original
La respuesta se encuentra en el pecado cometido por Adán y Eva,
los padres de Caín y Abel. Adán y Eva, como los primeros antepasados de la
humanidad, representaban a todos los hombres y las mujeres que iban a ser su
descendencia. Desde esa posición, debían hacer realidad el ideal de la creación
de Dios. Pero al romper con el mandamiento de Dios, abandonaron su posición
como verdaderos padres del bien para toda la humanidad que iba a nacer de
ellos. En cambio, llegaron a ser padres caídos del mal. Y este mal es el pecado
original, la raíz fundamental de todos los delitos y la infelicidad de la
sociedad humana.
El pecado original de los primeros progenitores humanos se
produjo al romper Adán y Eva con el mandamiento de Dios e iniciar una relación
sexual ilícita. De esta forma, establecieron una relación de sangre con el
diablo, y llegaron a ser falsos padres caídos, transmitiendo un falso amor, una
falsa vida y un falso linaje a toda la raza humana. Sólo existe un camino para
que la humanidad pueda escapar de este mundo de maldad y conflicto, y éste es
el encontrar a sus verdaderos padres y renacer de ellos. Una vez conseguido,
será revelado el verdadero curso a seguir para eliminar el pecado original.
Tras sentirme llamado a los dieciséis años, estuve mucho tiempo
buscando especialmente la respuesta al problema de cómo salvar a la humanidad.
El fruto de esta solitaria búsqueda de la verdad es la nueva expresión de la
verdad de Dios que conocemos como los Principios de la Unificación o el
Diosismo. El 15 de agosto de 1945, el día en que Corea fue liberada del
imperialismo japonés, empecé a predicar esta verdad sobre la tierra. Por dar a
conocer estas enseñanzas he tenido que sufrir tremendas persecuciones y
ataques.
Pensad por un momento en el hecho de que a lo largo de mi vida
he estado en prisión seis veces. Con sólo este dato os podéis dar cuenta de lo
fuerte que han sido los ataques contra mí. Este Primer Festival Mundial de la Cultura
y los Deportes, organizado a los cuarenta y siete años de la primera
proclamación del Principio Divino, es un acto sagrado. Una ocasión para
dejarnos ver al mundo entero, y ofrecer a Dios la cosecha de las semillas que
sembré y cuidé para la liberación de Dios y de la humanidad, y la realización
de un mundo de paz. Todo lo que he pretendido lograr durante mi vida ha sido
demostrar el hecho de que todos los hombres en el mundo somos hermanos y
hermanas ante Dios, nuestro Padre. Nuestros lazos comunes, como miembros de la
familia universal centrada en Dios, trascienden las diferencias raciales, la
nacionalidad o las fronteras internacionales.
Organizaciones
La institución básica donde se practican mis enseñanzas es la
Asociación Espiritual Santa para la Unificación del Cristianismo Mundial, o
sea, la Iglesia de Unificación. No hay un sólo país en el mundo donde no esté
presente la Iglesia de Unificación. La Iglesia de Unificación se ha implantado
en todas las razas, nacionalidades y países. La Bendición Matrimonial
Internacional de 30.000 parejas que se celebrará mañana en el estadio olímpico
de Seúl servirá con toda seguridad para confirmar el hecho de que la humanidad
es una gran familia centrada en Dios.
Con la Iglesia de Unificación como organización base, he
fundado muchas otras organizaciones con diversos objetivos en una amplia
variedad de campos. Estas organizaciones existen con el propósito de construir
un mundo de paz en el que nosotros, la familia humana centrada en Dios, podamos
disfrutar de nuestra libertad, ideales y felicidad. Para el Festival Mundial de
la Cultura y los Deportes, he reunido aquí, en Seúl, a las organizaciones más
destacadas. Durante el festival, daremos comienzo a una nueva estructura
unificada que facilite una relación mutua más intensa y una mayor cooperación
entre estas organizaciones.
La Conferencia Internacional sobre la Unidad de las Ciencias,
la Academia de Profesores para la Paz Mundial, la Conferencia Mundial de Medios
de Comunicación, el Consejo Supremo para la Paz Mundial, la Asamblea de
Religiones del Mundo, la Federación Interreligiosa por la Paz Mundial, la
Federación de Mujeres por la Paz Mundial, las instituciones artísticas
internacionales y el CARP Internacional, se reunirán durante estos días de la
Bendición Matrimonial Internacional, y nos ofrecerán amplios foros donde elevar
nuestro conocimiento y reforzar nuestro compromiso con la causa de construir un
mundo de paz.
La Bendición Matrimonial Internacional de la Iglesia de
Unificación, que oficiaré en estos días, es una bendición encaminada a la
resurrección. Por medio de esta ceremonia, la humanidad puede cortar
completamente con el pecado original y recuperar el verdadero amor, la
verdadera vida y el verdadero linaje de Dios. En el contexto de esta ceremonia
veremos nacer la paz que hará posible el ideal de una gran fraternidad humana,
que transcienda raza, nacionalidad y fronteras internacionales.
Como fundador de estas organizaciones y grupos, me gustaría
volver a señalar aquí, en esta tarde, que el propósito de todas ellas es lograr
la paz mundial de acuerdo al ideal de Dios y de la humanidad. No han sido
creadas para beneficiar a algún grupo en particular o a cierta tendencia
política. No están al servicio de los intereses miopes de un estado o una nación
en particular. Por el contrario, existen para dar felicidad, paz y libertad a
Dios, el creador del universo, y a toda la humanidad.
La salvación familiar
Nuestro movimiento debe llevar, por tanto, la salvación a todas
las familias, a todas las naciones, a todos los estados y, finalmente, al mundo
entero. Debe ser un movimiento de salvación familiar, nacional y mundial.
Nuestras familias están siendo destruidas por la erosión de la
ética sexual debido a relaciones ilícitas y formas de vida decadentes. Todas
las naciones viven la agonía de la destrucción moral y el consiguiente
incremento en la delincuencia. Tampoco se ve una solución a corto plazo de los
conflictos entre facciones políticas. La ignorancia y la pobreza continúan
siendo una plaga. No parece que estemos cerca de encontrar soluciones a las
disputas fronterizas entre naciones del mundo, ni tampoco a las actitudes de
prejuicio entre grupos religiosos, o a las disputas entre razas y grupos
étnicos diferentes. La paz mundial vive permanentemente amenazada por los actos
egoístas de los países y pueblos de este mundo.
La polución del entorno está afectando nuestro planeta hasta el
punto de conducirnos a una sería crisis de cara al futuro de la humanidad.
Puede que estemos todos camino de la destrucción a menos que seamos capaces de
resolver la crisis a la que nos estamos enfrentando con un amor que transcienda
las fronteras nacionales y las diferencias étnicas y que abarque a todos los
pueblos del mundo. Permitidme que insista una vez más: cualquier solución
viable a esta crisis debe pasar por la labor de construir un mundo unificado a
cargo de un movimiento de verdadero amor basado en el Principio Divino o el
Diosismo.
A principios de julio, hablé en cinco ciudades de la geografía
coreana en mítines organizados por la Federación de Mujeres por la Paz Mundial.
En ellos declaré que mi esposa, la presidenta de la Federación, Hak Ja Han
Moon, y yo, somos los Verdaderos Padres de toda la humanidad. Declaré que somos
el Salvador, el Señor en su Segunda Venida, el Mesías.
¿Por que debo hacer tal asombrosa y tremenda declaración ante
todas vosotras, mujeres líderes de Corea? Porque Dios ha llevado a cabo Su
providencia de mandar al Mesías, como segundo y perfecto Adán, capaz de someter
a Satán, para lograr una Eva perfecta que represente a todas las mujeres. Dios
ha obrado así ya que al hacer caer a Eva, Satán impregnó de pecado la historia
humana.
Las mujeres son el elemento clave del amor, la paz y el
espíritu servicial que protege a nuestras familias. Una buena familia es el
punto de partida en nuestra labor para conseguir la paz mundial. En lo más
profundo de mis enseñanzas, como persona que declara y asume las
responsabilidades del Mesías, se encuentra el establecimiento de una ética
familiar centrada en Dios y la educación de nuestros hijos. La familia es el
santuario sagrado que debe limpiar este mundo depravado.
La Casa de la Unificación
Por esta razón es necesario que yo, como el Mesías, haga tal
proclamación a las mujeres líderes reunidas con la Presidenta Hak Ja Han Moon,
mi esposa, en la posición de Eva perfecta. Esta declaración es un ruego y un
aviso a todos los que siguen mis enseñanzas para que se unan a la sra. Moon y a
mí en nuestra entrega a Dios por este sendero de sacrificio y dedicación
destinado a la salvación del mundo.
Como conclusión me gustaría proponer esta tarde, con el fin de
que todas nuestras actividades para la salvación del mundo puedan llevarse a
cabo de forma más eficaz, la creación de "la Casa de la Unificación para
la Paz Mundial", una estructura para la unificación pacifica del mundo.
Para evitar cualquier posible malentendido, debido
especialmente a su nombre en lengua coreana, permítanme indicarles que no estoy
proponiendo crear un partido político. No cumplirá funciones comúnmente
asociadas con partidos políticos, es decir, lograr el poder ejecutivo de un
cierto país. Es mas bien, un "hogar" donde reforzar las acciones
concertadas de los países del mundo, fomentar un fundamento unificado y un esfuerzo
común por la paz mundial.
Si consideráramos al cielo como un símbolo del hombre, la
tierra entonces vendría a ser un símbolo de la mujer. La casa es la escena
donde se representa la vida de una mujer. La madre es el centro de un nido
lleno de amor por todos los miembros de la familia. La familia, con la madre
como centro, es la unidad básica para construir la nación y el mundo. Utilizo
la palabra "casa" para la estructura que estoy proponiendo, debido a
que conlleva el significado de "exaltar la tierra, con la madre como
centro". También significa "enseñar". La palabra
"casa" para esta entidad, indica por tanto que es un centro para la
educación de la mujer.
Por medio de esta organización, daremos un nuevo empuje a la
labor de crear oportunidades de un valioso intercambio y educación sobre una
visión de la paz mundial centrada en Dios, a hombres y mujeres de todos los
países y formas de vida, incluyendo líderes políticos, académicos, religiosos,
periodistas y educadores, así como líderes de asociaciones femeninas y
juveniles. Esta visión de la paz mundial se centrará en las familias cuyas
madres, representando a todas las mujeres del mundo, cumplan la unidad
mente-cuerpo por medio del amor.
Si aceptáis mi propuesta y os unís a esta tarea, entonces
nuestros esfuerzos lograrán, sin dudas, en estos últimos ocho años del siglo
veinte, un mundo de paz, objeto del deseo de Dios para toda la humanidad. Los
reunidos aquí, esta tarde, seremos los líderes que abran las puertas al mundo
de paz del siglo venidero.
Deseo que tengáis una buena estancia durante estos días del
festival y que Dios os conceda Su bendición y Su protección en todo lo que
hagáis.
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