26/10/2014
Muchas gracias.
Octubre es el hermoso mes de la cosecha. ¿Qué han cosechado al día
de hoy ustedes, señores, familias bendecidas y miembros de la familia
Unificacionista mundial?
La Bendición es algo que la humanidad y Dios, el Padre y Madre
Celestial, han anhelado durante seis mil años. Este término, “Bendición”, pudo
surgir en el mundo caído gracias al indescriptible trabajo de Dios y a la
victoria de los Padres Verdaderos en la restauración por indemnización de toda
la historia providencial. Bendición…gracias… Pero, ¿cuál es el aspecto que
presentan hoy las familias verdaderas? ¿Qué determinación deberemos tomar en
este momento en que vamos hacia el tercer aniversario de la ascensión del Padre
Verdadero? Antes de dejar este mundo él pidió que cumpliesen su responsabilidad
como mesías tribales. ¿Con qué seriedad pusieron esto en práctica?
Hoy se encuentran aquí; y junto con los miembros del mundo entero,
mesías tribales de dos países que han concluido la bendición de 430 familias
por haberse esforzado en practicar la Palabra, nos reunimos para felicitarlos a
ellos y alentarlos a ustedes a determinarse también a lograrlo.
Hablamos de la Bendición. Para la humanidad caída la Bendición
significa estar en la posición de recibir una nueva vida, de renacer gracias a
los Padres Verdaderos. Si el mundo caído es un mundo contaminado y turbio,
ustedes, las familias bendecidas, son como agua nueva, clara y límpida. Son
agua de vida. ¿Qué piensan ustedes? Pero también tienen una gran
responsabilidad. Piensen un poco. Son agua limpia, pero si se estancan, ¿qué
sucederá? Se pudrirán. Tienen que moverse. Hay que fluir hacia el gran océano.
Donde fluya la vida verdadera revivirán quienes estén muriéndose. Esa es la
responsabilidad que los mesías tribales deben preocuparse en practicar. Ahora,
el movimiento de los mesías tribales irá formando una inmensa ola que cubrirá
Tailandia y las Filipinas, pasará por varios países de Asia en dirección a
Europa, a las Américas, al África, a Oceanía, pasará por el Medio Oriente y
conformará un gran océano. Infinitas nuevas vidas renacerán al paso de esta
inmensa ola. El mundo actual es uno del que no se puede esperar nada. La única
manera es que nosotros les hagamos conocer a los Padres Verdaderos, es que mi
familia, mi clan, mi país se unan con los Padres Verdaderos en la voluntad
providencial, que se suban a esta ola y recorran los océanos y continentes para
realizar “Un Mundo Bajo Dios”, unido, el reino de los cielos terrenal anhelado
por Dios y la humanidad. Para ese momento, para ese día que las familias
bendecidas y los Unificacionistas del mundo entero se unan con fe, amor y
obediencia absoluta con los Padres Verdaderos, en cuerpo y alma, y lo que la
humanidad anheló… ¿o vamos a quedarnos sentados mirando cómo nuestros hermanos,
huérfanos, deambulan en la desdicha? Tendrán que ponerse de pie y hacer algo.
¿Lo harán?
Hoy, en este momento, este lugar es un lugar de unidad. Debemos
anunciarle con altura y dignidad a este mundo que surgieron los Padres
Verdaderos, dar a conocer la victoriosa obra de los Padres Verdaderos. No
teman. Donde vayan en nombre de los Padres, el mundo espiritual y físico
estarán con ustedes. ¿A qué podrían temerle? Exclámenlo con dignidad, estén
orgullosos ante el mundo de ser familias bendecidas verdaderas, hijos e hijas
de los Padres Verdaderos. Tengan presente que el único camino para ingresar en
el rango de antepasados victoriosos de familias verdaderas es guiando a la
humanidad hacia el tan anhelado Cheon Il Guk. Les pido a todos que sean
victoriosos, hermosos hijos e hijas fieles y leales.
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