El mundo ideal
11 de diciembre de 1971
Reverendo Sun Myung Moon
Reverendo Sun Myung Moon
(discurso llamado "America en la providencia de
Dios" en el primer libro de 12 discursos de Nueva Esperanza)
La historia de la humanidad no ha tenido una meta o un motivo claro. Desde
el punto de vista de la situación actual, existe una seria cuestión: ¿Vivimos
de acuerdo con el mundo ideal, o surgirá el mundo ideal de una extensión del
mundo presente?
Cada vez más gente suspira por un mundo ideal con libertad y paz, y podemos
comprender, fácilmente este anhelo. Pero siguiendo la dirección del mundo
presente nunca podremos alcanzar el mundo que todos desean. Por consiguiente,
nuestra meta presente es muy incierta y oscura.
¿Podemos encontrar alguna nación que pueda tomar la responsabilidad de construir
un mundo ideal semejante? Yo creo que la mayoría de la gente que vive ahora en
los Estados Unidos no puede conducir este mundo a cumplir tal esperanza ni hay
nadie en el mundo comunista que pueda hacerlo. América no ha encontrado el
ideal que haga a la gente amar al mundo más que a su propio país. Los Estados
Unidos de hoy, por consiguiente, no pueden ser la nación que nos conduzca al
mundo ideal. Del mismo modo, la Unión Soviética en el mundo comunista no puede
ser el país que establezca tal mundo ideal. No habrá un mundo próspero, o un
mundo de paz, hasta que los americanos y soviéticos puedan sacrificarse por el
beneficio de toda la humanidad y del mundo entero, pero en la actualidad no hay
nada que los lleve a hacerlo.
Todas las cosas se desarrollan por alguna causa. Ahora este mundo no es el
mundo que desea toda la humanidad. Por consiguiente ha debido haber algún error
en el principio. En otras palabras, la historia comenzó por un motivo
equivocado. Debemos corregirlo para alcanzar la meta de Dios y del hombre. La
meta no puede ser alcanzada simplemente corrigiendo los diversos problemas en
este mundo del resultado; debemos retroceder al punto de partida y corregir el
motivo original.
¿Fue creado el mundo a partir de un motivo unificado? Vemos que las naciones
no están unificadas, y las razas y familias no están unificadas. E incluso el
mundo está dividido en dos bloques. En las naciones hay partidos de oposición.
En los hogares hay división entre sus miembros, y en el individuo están
divididos la mente y el cuerpo. La cuestión es: ¿por qué está dividido el
mundo? ¿Cuál es la causa que originó el conflicto en el mundo entero, naciones,
familias e individuos?
Dios es absoluto. Si todos los individuos y el mundo entero se hubieran
unido con esta Causa Eterna, entonces ¿cómo podría existir semejante mundo
dividido? Deducimos que este absoluto Dios no tomó parte en la formación del
mundo dividido.
Si el mundo debe ser unificado, alguien debe eliminar todos los problemas
causados por el mal. Esta es la misión de la religión. Quienquiera que busque
el mundo ideal debe investigar la causa y destruir el mal. Lo más importante es
encontrar la raíz del mal. Si no podemos hallarla, no podemos restaurar el
mundo. Encontrando la causa del mal en nosotros mismos podemos resolver todos
los problemas del individuo. Lo importante es hallar una persona que haya
llegado a ser uno con Dios, que tenga una mente y un cuerpo que no luchen entre
sí, una persona centrada en Dios. Por consiguiente, la meta más importante no es
la resolución de todos los problemas del mundo, sino encontrar a alguien que no
esté dividido y luchando contra sí mismo. Si Dios existe, debe mostrarnos el
camino para restaurar nuestro estado original. El debe enseñarnos como llegar a
ser individuos ideales.
Por consiguiente, en el transcurso de la historia, Dios dispuso Su
providencia para escoger a una persona así de entre toda la humanidad. El
hombre vive en su hogar con su familia. También vive en el mundo material y en
su nación. Para restaurar Su nación, Su familia, Sus individuos y Su mundo
material, Dios no puede recuperar estas cosas del mal simplemente, sin una
condición. El poseedor malo intentaría retener todas estas cosas. Por
consiguiente, la dirección del bien y el mal debe ser diferente. Si uno va
hacia la derecha, el otro va hacia la izquierda. Toda la gente desea un mundo
unificado, pero esto no se consigue fácilmente.
Vosotros estáis en la posición central en la lucha entre el bien y el mal.
No es fácil para vosotros saber qué es más grave, si la caída de una nación o
la de un individuo. Para un hombre, lo más importante sería su propio
fallecimiento. Tenemos una tendencia a no querer sacrificarnos por los demás.
Cada uno tiene la tendencia a hacer todas las cosas centrado en sí mismo. Por
lo tanto, para obtener el mundo que suspiramos y deseamos, tenemos que vencer
sobre los obstáculos que se nos pongan en el camino.
Si construimos un mundo conquistando otras naciones nunca tendremos un mundo
feliz o de paz. No podemos tener semejante mundo luchando con los demás. A
causa de que Dios sabe esto, toma el camino opuesto. En este mundo hay dos
modos de vidas. El mal quiere construir un mundo venciendo a los demás, pero
Dios escoge un camino diferente.
La degradación de la humanidad, la caída del hombre, provino de la actitud
de estar dispuesto a sacrificar a los demás por el propio beneficio. Como
sabéis, la causa del ma1 fue que el arcángel sacrificó a Eva y a Adán por su
propio placer y beneficio. Como Adán y Eva fueron los antepasados de toda la
humanidad, el sacrificó la semilla de la humanidad por su propio beneficio
personal. El mundo se ha desarrollado de acuerdo con este modelo, a partir del
motivo malo. El arcángel, para realizar su deseo, sacrificó a otros aunque su
deseo era falso. Del mismo modo, los gobernantes a lo largo de la historia han
sacrificado a otra gente para su propia causa. El fuerte ha tenido el poder
dominante. La lucha comenzó entre individuos, se extendió a la lucha entre
familias, lucha entre tribus, naciones e incluso mundiales. Hoy día no hay paz,
ni mundo ideal.
Ahora nos encontramos en un periodo de la historia en que los dos bloques
que han intentado sacrificarse entre sí, están cansados. Las naciones
democráticas quieren construir un mundo, pero casi han renunciado. El mundo
comunista quiere dominar el mundo entero, pero también ha llegado a esta
situación. Por consiguiente, este mundo no puede ser unificado ni por el mundo
democrático ni por el comunista. El cómo puede de hecho ser unificado este
mundo es una cuestión muy seria.
Toda la gente quiere tener un mundo tranquilo, feliz. Pero estamos
desesperados; no podemos encontrar el camino hacia el mundo ideal unificado.
Ante la humanidad hay un gran obstáculo. No podemos sobrepasar el obstáculo si
ponemos nuestro propio interés nacional en primer lugar. Podemos realizar el
mundo ideal sólo con la idea de que para realizarlo estamos dispuestos a
sacrificar nuestra propia nación. Solamente con semejantes ideas podemos
continuar y superar el obstáculo ante nosotros.
La razón del conflicto entre Rusia y China es que Rusia quería centrar el
mundo comunista en ella misma, mientras que la China Roja quería centrarlo en
el pueblo chino. Los Estados Unidos es el país que encabeza el mundo
democrático, pero no ha sido capaz de cumplir este papel cuando pensó en sus
propios intereses más que en los de las demás naciones. América y Rusia parecen
dispuestas hoy en día a arruinar el mundo entero para salvarse ellas mismas.
Debe haber una nación que pueda sacrificarse a si misma para el establecimiento
del mundo ideal. Cuando encontremos una nación semejante podremos tener
esperanza de un mundo ideal. Esa nación no existe para su propio beneficio,
sino para el beneficio del mundo.
El propósito de Dios es contrario al propósito del mal. Como la providencia
de Dios fue frustrada en el principio, tenemos como resultado la falta de
dirección del mundo presente. Dios ha seguido la trayectoria de enseñar a la
gente religiosa. Primero, tenía que encontrar un individuo de Su lado,
completamente unido con El, que no pueda separarse de El. Y este hombre debe
llegar a la posición en que pueda unificar al mundo. Por consiguiente, la
intención primera de Dios es encontrar a alguien que llegue a ser uno con El. Y
sus enseñanzas deben ser el amor a Dios y el sacrificio de si mismo por el
mundo. Dado que el hombre no puede ir hacia Dios porque está en la posición que
se derivó de la causa mala, debe invertir su dirección. Para amar a Dios, el
hombre debe abandonar su mundo, su familia, sus cosas materiales e incluso su
propia vida. Entonces, cuando realmente ama a Dios, Dios debe amarle. Este
hombre, como alguien que recibe el amor de Dios, debe sacrificarse por el
mundo. Esto es lo más importante, esto es el centro de la providencia de Dios.
Cuando pensamos en las palabras de Dios, de que debemos amarle con todo
nuestro corazón, con toda nuestra mente, con todo nuestro espíritu y con todo
lo que tenemos, podríamos pensar que Dios es como un dictador. Pero todos estos
mandamientos no son para El mismo. Cuando le amamos con todo nuestro corazón y
con todo lo que tenemos, El nos amará así como nosotros a El. Esta fue la
intención de Dios y su primer mandamiento para nosotros. Por consiguiente, la
palabra amor es absoluta. Cuando le amamos, El nos devuelve amor. El
mandamiento que nos ordena amarle con todo nuestro ser, significa amarle con
nuestra vida, sacrificándonos a nosotros mismos. Para que Dios pueda amar a
otros, debe sacrificar a quien más ama. A causa de tales enseñanzas, llamamos a
Dios amor. Porque Dios sacrificó por el mundo a aquellos que más amaba, Dios es
el más grande amor.
Entre las religiones del mundo, por consiguiente, el cristianismo es la
central para el propósito de Dios porque Jesucristo se dio como sacrificio por
los demás. Más que eso, incluso oró por sus enemigos para que fuesen bendecidos
por Dios. El espíritu de Jesús tenía que ser una ofrenda por los demás.
Siguiendo su modelo, muchos cristianos han sido martirizados por la causa de
Dios. Familias han sido sacrificadas, y tribus y naciones fueron entregadas
para beneficio de Dios. Entonces para que la providencia de Dios llegue al
nivel mundial, Dios pide que surja una nación; y que se sacrifique para la
bendición de toda la humanidad. Dios necesita una nación así para representar
al mundo.
¿Podemos encontrar semejante nación en la tierra? No existe una nación que
se sacrifique así. Por consiguiente, la religión debe sacrificarse por una
nación, y esa nación debe sacrificarse por el mundo. Entonces el mundo debe
sacrificarse por Dios. De este modo, el mundo ideal de Dios puede ser
alcanzado. La religión en América debe sacrificar todo lo que tiene para
salvarla. Esta religión no debe luchar para multiplicarse sino que debe
trabajar para salvar a la nación, sacrificando sus propias iglesias. Si se
trabaja con tal espíritu, entonces esta nación finalmente se unirá con esta
religión. Cuando esta religión y su nación se unan, irán a salvar el mundo
entero, sacrificándose a sí mismas.
Los Estados Unidos es la nación representativa del mundo democrático para
esta posición. Dios propuso que los Estados Unidos realizasen la misión de la
nación de sacrificio. Por consiguiente, Dios envió a esta tierra a los
peregrinos que arriesgaron todo y construyeron un gran país en un periodo de
tiempo tan corto. Cuando los peregrinos vinieron a este país, construyeron
primero iglesias, después escuelas, y finalmente sus propias casas. La médula
de la prosperidad de América, la raíz del desarrollo de los Estados Unidos en
una gran nación es el espíritu que pone mayor énfasis en el propósito público
que en el privado.
Dios está buscando el país representativo a través del cual heredará el
mundo. Para llegar a ser más grandes, debemos dar a aquellos inferiores a
nosotros. Cuando los Estados Unidos den una ayuda más grande a otros países,
recibirán más respeto. Pero si decrece lo que dan, perderán este respeto, y
llegarán a estar aislados de otras naciones. Si, a despecho de sus propias
dificultades, los Estados Unidos continuasen ayudando al extranjero, y
dirigiesen su ayuda a países democráticos como ellos, incluso hasta un grado de
sacrificio, entonces ¿que sucedería? Si los Estados Unidos llegasen a
debilitarse a causa de semejante política de ayuda, entonces todos los demás
países llegarían a compadecerse de los Estados Unidos, y le defenderían y
apoyarían, viniese lo que viniese.
¿Por qué el cristianismo se ha extendido por todo el mundo? Porque el
espíritu de sacrificio de Jesús está en el corazón de la providencia de Dios.
Este es el espíritu básico de la providencia de Dios, hacer de uno mismo un
sacrificio por los demás. El cristianismo ha recibido mucha persecución, pero
cuanta más recibía, más prosperaba. Jesús no dejó tras El una filosofía tan
razonada como el marxismo, pero solamente por su espíritu produjo un efecto tan
grande en el mundo. Esto no fue hecho solamente por Jesús, sino por la
providencia de Dios y por la cooperación y voluntad de Dios mismo. Por
consiguiente, lo más importante para una nación es sacrificar todas las cosas
por el mundo y por toda la humanidad. De semejante nación surgirá un sistema
desarrollado por el mismo Jesús. El futuro mundo ideal empezará de allí. Esta
nación sacrificará su soberanía en beneficio de todo el mundo.
Los Estados Unidos están lejos de esta posición. El individuo y el
individualismo son buenos de una manera equilibrada, pero si se pone demasiado
énfasis en esta forma de pensar, todo lo colectivo y virtuoso se pierde - el
amor de la nación, la fraternidad de la gente, la integridad familiar, la
relación entre padres e hijos - y finalmente incluso el valor de los mismos
individuos. Si todas las cosas son derribadas, llegáis a ser como halcones
volando hacia donde el viento sopla. Esta es la razón por la que no hay paz.
Para que América permanezca de acuerdo con la providencia de Dios, debe
haber un nuevo movimiento en América. Los americanos como individuos y América
como nación deben seguir el espíritu de Dios y la verdad de Jesucristo, y hacer
de esta nación un fundamento para la expresión del ideal de Dios.
¿Dónde podemos encontrar un nuevo movimiento de espíritu semejante? Creo que
hay muchas iglesias en América vacías o atendidas por ancianos. No tienen el
ardor ni el espíritu tradicional. Esto quiere decir que Dios ha dejado estas
iglesias, y Jesucristo las ha abandonado. A través de estas iglesias la
providencia de Dios no puede ser extendida. La iglesia debe encontrar
individuos que se sacrifiquen por sus familias, sacrifiquen sus familias por la
nación americana, y sacrifiquen los Estados Unidos por el mundo. El ideal que
puede conducir al mundo entero debe venir del espíritu de sacrificio por la
causa más grande. Para beneficio del mundo entero, una nación debe entregarse
realmente a perseguir el mundo ideal unido.
¿Dónde podemos encontrar tal nación, familia e individuo? No podemos hallar
a nadie así. Por consiguiente, estos son los Ultimos Días. El mundo ha llegado
a su fin. La iglesia, nación, tribu e individuo han llegado a su fin. Este es
el fin del mundo.
Tenemos que comprender claramente nuestro papel. La Iglesia de Unificación
se formó para desarrollar la providencia de Dios. El espíritu de la Iglesia de
Unificación es primero sacrificar al individuo para hallar la familia.
Sacrificamos la familia para encontrar otras familias; para encontrar la nación
sacrificamos la tribu, y para encontrar el mundo de Dios sacrificamos la
nación. Este es el papel de nuestra iglesia. No sacrificamos todas estas cosas
para beneficio de la Iglesia de Unificación, sino que nos sacrificamos por toda
la nación y por las demás iglesias.
Quiero poneros un ejemplo. Digamos que un hombre tiene diez amigos. Si este
hombre va con sus amigos cada día, y les pide que hagan algo para el, los
amigos lo harán una o dos veces, pero entonces se marcharán. No querrán ni
decir ni adiós. Pero si este hombre sirve a sus amigos, sacrificándose por
ellos, haciendo algo por ellos, entonces los amigos permanecerán con el, e
incluso traerán a sus amigos y familias también. Si este hombre quisiese
marcharse, sus amigos se abrazarían a él, y le pedirían que no se fuese. En el
primer caso todos lo dejan; por consiguiente aquel llegará a la infelicidad y
destrucción. En el segundo caso, sin embargo, todos vienen a el; por consiguiente,
prosperará y crecerá.
El bien y el mal son fundamentalmente diferentes. El mal pide todo y a todos
para si mismo. Pide a todos que sean y existan para el mismo. Pero el bien vive
para los demás. El camino de la destrucción es conquistar a otros; el camino de
la prosperidad es servir a los demás. Debemos comprender que éste es el punto
de división. Cuando seguimos la fórmula del bien, llegamos a ser la gente más
grande. Pero si seguimos el otro camino, llegamos a ser dictadores. Los santos
son los que se sacrificaron por la humanidad y por Dios.
Nosotros veneramos a cuatro grandes hombres religiosos, Jesucristo,
Confucio, Buda y Mahoma. Estos son los que vivieron para Dios. No vivieron para
sí mismos o para sus naciones solamente, sino para el mundo entero. Por
consiguiente, fueron perseguidos por su propia gente y naciones. Estos cuatro
santos son los fundadores de las religiones mayores. Estos son los hechos
históricos, no se pueden cambiar. Pero ahora, la gente de este mundo moderno
incluso niega la religión, diciendo que la religión no tiene nada que ver con
el mundo. Las religiones son el símbolo de moralidad y disciplina, pero hoy en
día el mundo tiende a rechazarlas. Sin religión , sin embargo, este mundo nunca
puede restaurarse.
Los comunistas tienen un punto de vista totalmente opuesto. De acuerdo con
la ideología comunista "lo mío es mío y lo vuestro es mío" (todas las
cosas pertenecen al Estado). Por esta razón podemos predecir que el comunismo
no por durará mucho tiempo. Para realizar su meta los comunistas nunca escogen
lo menor o lo más pequeño, sino lo mayor y más grande para ellos mismos. Por
nuestra parte, nosotros debemos pensar: "lo mío es vuestro y lo vuestro de
la nación y lo de la nación es del mundo y el mundo es de Dios y lo de Dios es
mío. Si llegamos a ser gente así, entonces Dios querrá darnos Su corazón.
Creemos que todo puede pertenecer a Dios. Vosotros, vuestra casa, vuestra
familia pueden ser ocupados por El eternamente. El tamaño del país no importa.
Lo que Dios necesita es esto: lograr recuperar de Satán a su hijo leal, a su
familia y a su nación leal. Quiere estar seguro de que ya que tal nación
existe, el mal no puede dominar al mundo por más tiempo.
Dios es el Dios que no tiene una nación que pueda amar. Dios es uno que no tiene
familia, ni tribu, ni individuo a quien amar. Hace dos mil años Dios buscó a
tal individuo, Jesucristo. Con él, con la tribu de los israelitas y con la
nación de Judá, deseó establecer una nación que pudiese amar. Pero esta nación
miró por sus propios beneficios, mejor que buscar el bien de todo el mundo. Por
consiguiente, la providencia de Dios no se cumplió, y El no pudo completar la
restauración a través de Su hijo. El pueblo de Israel era devoto creyente en
Dios. Peor ellos no pensaron en la voluntad más que en sus propias cosas
individuales, las cosas de la familia, las cosas de la tribu y sus cosas
nacionales. Esta es la razón por la que no pudieron comprender a Jesús.
Por la crucifixión de Jesús, Dios perdió a su pueblo escogido. Para ocupar
su lugar Jesús estableció el Israel espiritual, el Cristianismo (Rom. 9:6-9).
Los cristianos están hoy en día en la posición de Israel, la nación de fe que
debería haber recibido a Jesucristo. No hay ninguna nación en el cristianismo.
Por consiguiente, cuando el Señor venga de nuevo el modelo que seguirá será el
mismo que cuando Jesús fue rechazado (Luc. 18:8). Dios escoge a América como la
nación que juega el papel de Juan el Bautista, y también a las iglesias de
América que desempeñan el papel de preparar el camino para la venida del Señor.
Pero América y sus iglesias están pensando en sus propios beneficios más que en
el propósito de Dios. Desde el punto de vista de Dios, si América no puede
cumplir su misión, Dios debe buscar a otra nación.
Por lo tanto, todos los miembros de la Iglesia de Unificación deben
sacrificarse a sí mismo, a sus familias e incluso a la misma Iglesia de
Unificación, para establecer una nación de tal manera que Dios pueda amarla. El
problema presente es si podemos actuar como santos en nuestras vidas diarias -
esto es lo más importante.
América ha sido el país más adelantado del mundo. Si América no puede
cumplir con su responsabilidad para amar al mundo a costa de sí misma, entonces
América no puede estar en la posición de país capital. Deseamos crear
individuos modelos, familias modelos, tribus modelos que servirán como un
modelo para el resto del mundo.
Dios es el Padre de la humanidad, por lo tanto siente más simpatía y amor
por aquella gente que está sufriendo en la pobreza y en la miseria. En nuestras
familias, los padres se preocupan y aman mucho más al hijo más pequeño, más
débil que al hijo más hábil. Dios siente lo mismo.
Cuando surja un movimiento con esta actitud en América, entonces América
ayudará a los países subdesarrollados. Entonces este país podrá permanecer como
nación directora. Nuestros miembros de la Iglesia de Unificación deben tener
siempre presente cuando duerman en un lugar confortable que leales trabajadores
para Dios están durmiendo en peores lugares; cuando coman alimentos deliciosos
deben recordar que hermanos y hermanas que trabajan más duramente comen pobres
alimentos, o no tienen nada que comer. Debemos pensar que tenemos que erigir
modelos vivientes para todos.
Cuando un amigo sirve a diez amigos, vendrán a él como al líder en servicio.
Del mismo modo, cuando una nación sirve a las demás, éstas desearán tener a
este país como su líder. Para que América perdure y prospere no hay otro camino
para ella que extender sus bendiciones.
Todo marcha por ciclos. Después de la primavera viene el verano; después del
verano, el otoño; luego el invierno; después la primavera, el verano y el otoño
otra vez. Si subís, debéis estar preparados para bajar. El hombre no puede
subir y subir por siempre. Todo, todo gira. Por lo tanto una vez que se haya
llegado a la cima, uno debe saber cómo descender otra vez.
América debe ir a los países subdesarrollados, y los países subdesarrollados
deben seguir a América. De esta forma el mundo entero puede sobrevivir y
permanecer unido incluso eternamente. En el centro de esa unidad habita Dios.
Entonces un mundo tranquilo e ideal puede existir.
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