Perseverad a
riesgo de vuestra vida
8 de julio de
1973
Tokio, Japón
Reverendo Sun Myung Moon
A lo largo de los próximos dos años Japón debe recibir el veredicto
del juicio referente a su destino. Ya hemos desenfundado la espada y es
demasiado tarde para enfundarlo de nuevo. Nos encontramos en un momento
vertical crucial que decidirá nuestro futuro. O cortamos todos los obstáculos o
seremos nosotros que lo cortados.
En el tiempo de la guerra Rusia-Japón (1904-1905) el general Nogi dio la orden a los jóvenes soldados de atacar el monte
203. Cavaron trincheras y pusieron explosivos. La batalla se gano cuando las
minas explotaron pero entretanto su propio hijo fue matado en la batalla.
Nosotros sólo podemos andar este camino. No podemos retirarnos, debemos
avanzar a riesgo de nuestras vidas.
A no ser que consigamos 50.000 miembros hasta 1974, nos veremos
forzados a retroceder. Por tanto, como os dije en mí discurso cuando partí de
Japón a los EEUU en noviembre de 1972, debemos avanzar en todas las áreas entre
los años 1973 y 74. Ya han pasado seis meses de este año 1973. Hemos empezado
un periodo crucial de tres años en 1972 durante la cual debemos hacer
preparativos importantes para el futuro. Mitad de este tiempo ya ha pasado.
En este momento, nuestra lucha se centra en los EEUU. Desde allí
tenemos que luchar contra el comunismo en el mundo. Si vemos la situación en
Corea, Japón o China, o de hecho en el mundo en su conjunto, nos damos cuenta
de que estamos destinados a toparnos con los comunistas. A menos que no haya
esta división del bien y del mal, no puede haber ganadores o perdedores en el
conflicto providencial. A lo largo de las épocas en la historia, Abel ha
derramado su sangre, Noé ganó la victoria construyendo el arca, Jacob tuvo que
pasar por un periodo de 21 años, y los israelitas sufrieron por 430 años en
Egipto. Esto llevó a los 400 años de persecución de los cristianos en el
Imperio Romano. El momento que hoy vivimos esta basado en el derramamiento de
sangre de nuestros antepasados que pagaron indemnización. Los tres años que
ahora estamos viviendo son un tiempo muy histórico y crucial.
Japón está en peligro
Lo que hace que los enemigos teman a un ejército es su entrenamiento y
eficiencia. El entrenamiento no puede sustituirse. No dependáis de milagros
para lograr la restauración. Necesitamos entrenamiento, no al azar, sino bien
programado y práctica. Las palabras que a mí me gustan son perseverancia y a
riesgo de la vida. ¿Qué ocurrirá si avanzamos con perseverancia dispuestos a
arriesgar nuestras vidas por la meta?¿Cuál de las
muchas creencias existentes en el mundo puede desempeñar el papel de David?
¿Qué religión puede jugar el papel de la primera línea? Después de
consideraciones cuidadosas y dolorosas, he llegado a la conclusión de que sólo
el movimiento de unificación puede cumplirlo. Si Dios pudiera deciros esto Él
mismo, os confirmaría mi conclusión.
Veamos, por ejemplo, mí caso. Recibí de muchas cartas de mis
hijos que dejé atrás en Corea. Pero corté intencionalmente mis
sentimientos personales hacia ellos. En el avión de vuelta a casa, contemplé
por primera vez mis preocupaciones personales. Me sentía apenado por ellos, que
tuvieron que sufrir por siete meses y veinte días mientras yo no estaba en
casa. Pero tuve que cortar mis propios sentimientos. Cuando la madre les
escribe con lágrimas, la dijo reiteradamente que sus lágrimas deben ser para
Dios, no sólo para ellos. Pero en realidad cuando se trata de echar de menos a
nuestros hijos y anhelarlos, no hay diferencia entre la madre y yo. Por eso,
intento ver lo menos posible las fotos de nuestros hijos. Tenía que darlo todo
en aquel tiempo para avanzar la providencia de Dios.
Pensé que haríais lo que os había dicho pero ahora, seis meses
después, estoy decepcionado de escuchar vuestro informe. No podemos dejar las
cosas como están. Debemos cambiar nuestra estrategia y dirección. Estamos
frente a una emergencia, y debemos determinarnos de nuevo. Si no tenemos muchos
miembros y estamos dispuestos a morir por la meta, Japón estará en peligro.
La situación en Japón y en Asia es exactamente como os había predicho.
Mientras pasa el tiempo nos quedamos atrás. Los que no están preparados
no pueden ser victoriosos. Por tanto, para estar listos deben superar el nivel
de 50.000 miembros a lo largo de estos tres años de 1972 a 1974.
Nadie puede conmigo cuando se trata de luchar por la Voluntad de
Dios. Todavía estoy luchando en la primera línea. Estoy en medio de una campaña
de 40 años. Basado en el Principio, planeé mí curso de batalla para Dios en
tres etapas, el periodo de preparación hasta los cuarenta, el periodo de
progreso en los cuarenta y el periodo de cumplimiento hasta que cumpla los
sesenta. Mí plan es que los años 1977 y 78 serán los del pináculo de influencia
en los EEUU. Incluso si nadie me sigue seguiré adelante. Yo no dejaré de luchar
aunque os vayáis o no podáis ayudarme.
Los que hayan restaurado a un miembro por mes que por favor levanten
las manos. Nadie. Habéis fallado. Debemos mantener la providencia de Dios con
vida, aunque haya que sacrificar para ello individuos o naciones. Dios ha
trabajado para seguir con Su providencia hasta el tiempo presente. Una semilla
de fundamento familiar y tribal nos providencia nos pertenece y lo estoy
protegiendo para que siga creciendo. Es una tarea muy seria, no puedo perder ni
una sola hora. Una hora de pereza de mí parte podría provocar una
catástrofe en nuestro destino providencial que tomaría mil años en reconstruir.
Por eso, para mí, incluso una sola hora y cada momento es un tiempo de
crisis. Si entendemos la situación miserable de Dios podemos imaginarnos
lo decepcionado que estaría si no somos dignos de confianza. Si Dios no puede
confiar en la iglesia de unificación no habría esperanza de liberación para Él.
Pero si adoptáis una actitud superficial que entorpezca la providencia, podéis
estar seguros que no os escuchare. Soy una persona que prefiero estar
callado y ocupado en una misión. Pero debe hablar por Dios. Debe dar
instrucciones aunque sé que algunos miembros lo van a rechazar, pasarlo por
alto o incluso dejar la iglesia. Un buen líder debe dar instrucciones justas.
Por tanto, como líder celestial no puedo evitar hacerlo.
Sólo duermo dos horas diarias
En los EEUU dormí solo dos horas por noche. Después de que otros se
iban a la cama, estudiaba hasta las 3 y media o cuatro y media de la madrugada.
Debido a que tengo tanto que hacer y poco tiempo para hacerlo, reduzco mis
horas de sueño. No me permito ni un solo momento de relajación que me recuerde
mí cansancio. Por muchos años no he dormido bien por la noche. ¿Cuántas horas
dormís por la noche? Si ahora dormís seis horas, ¿por qué no reducís el tiempo
y empleáis dos horas por la causa de Dios a partir de ahora? Dios se
sentirá atraído por semejante persona. Si trabajáis dentro de los límites de
vuestras energías desbordantes, eso tendrá muy poco efecto en Dios. Puesto eso
lo puede hacer cualquiera, no es condición alguna que pueda tocar Su corazón.
Por tanto, en el futuro, los líderes que no tengan un poder espiritual
verdadero desaparecerán y serán obstáculos.
En el Principio, debemos pasar tres juicios, el de carácter, el de la
verdad y el de corazón. Ya que esas tres esferas fueron invadidas y
perdidas por la caída, debemos restaurarlos. Os cuento estas cosas porque
las he probado y he completado su restauración. Antes de enseñarse el camino de
la restauración debe ser puesta en práctica. Si fuera posible enseñar el camino
sin antes practicarlo ya se hubiese enseñado la verdad hace 6.000 años. ¿Por
qué no ha sido así? Porque los padres originales, Adán y Eva, perdieron la fe y
no supieron como practicarlo. Por tanto, padres conocedores de la verdad deben
ser los pioneros de la senda. Debido a que los primeros padres no practicaron
la verdad, unos nuevos padres deben emerger que lo practiquen.
Poniendo el entendimiento en práctica y progresando en ese curso, los
padres aprender a conocer la verdad. Este es el Principio. Por ello, yo no
puedo enseñar la verdad hasta que no lo haya puesto en práctica y lo haya
cumplido yo mismo. Conforme a esto, debéis pasar la prueba del Principio y al
hacerlo seréis libres del juicio del Principio. Entonces seréis las
encarnaciones en sustancia del Principio y viviréis una vida de principios. Sin
embargo, si aún os encontráis bajo la regla de la indemnización, no podéis ser
restaurados como las encarnaciones sustanciales del Principio. Mientras que o
que pendiente alguna condición e indemnización, Satán os reclamará. Para
obtener el estándar de ser la encarnación sustancial del Principio, enfrentaos
a Satán y ganad su reconocimiento.
Ochenta y cuatro como fundamento
Ahora tenemos un nivel tribal de 777 parejas en 10 naciones alrededor
del mundo. Si alguno de ellos es perseguido en cualquier parte del mundo, nos
uniremos a ellos y les ayudaremos. Nuestra tribu es más cuidadosa y unida que
los discípulos de Jesús y sus familiares quienes le abandonaron en el momento
de su arresto. Consecuentemente, hemos logro restaurar a los familiares de y la
tribu de Jesús, que se habían perdido. La siguiente etapa es devolverle a Dios
una nación. En el tiempo de Moisés. Había 12 tribus y 72 ancianos, en la nación
de Israel. En la Biblia los números 72 y 70 aparecen, pero 72 es el número
simbólico de la nación porque 12 veces seis hacen 72.
Para restaurar a la nación necesitamos 72 familias. Jesús no pudo
establecer el reino de los cielos en la tierra porque sus 12 apóstoles y 72
discípulos no se unieron con él. Los 72 discípulos de Jesús le abandonaron,
luego también los 12 apóstoles e incluso sus tres discípulos mayores. Fue
abandonado y crucificado sólo. Le abandonaron sus familiares, el pueblo judío,
y la nación entera, nadie realmente apreció los tres años serios de ministerio
público. Por ello, si no recreamos y reorganizamos esos fundamentos perdidos de
de 12 y 72, nunca podremos fundar el reino de los cielos en la tierra. Esto es
la esencia del Principio
La etapa de formación es la restauración de la familia y la tribu, la
etapa de crecimiento es la movilización de de la raza. Sin tener a 12 apóstoles
y 72 discípulos no podemos movilizar la raza. La clave radica en restaurar a 12
apóstoles y 72 discípulos.
En la iglesia de unificación, tenemos a un Padre y a una Madre, y
hermanos y hermanas. Vuestros hermanos en la fe deben ser más queridos que
vuestros hermanos carnales. El reino de Dios trasciende nacionalidades. Por
ello, si no adquirís un corazón que rompe las barreras nacionales, no os
calificáis para el reino de los cielos.
Os instruí el año pasado que restauraseis un hijo espiritual cada mes.
Os dije que era absolutamente necesario. ¡Cumplidlo como sea! No os digo esto
casualmente. Es un estándar estricto, Jesús quiso restaurar el estándar
espiritual y físico en tres años y medio, pero no fue completado. Andando
nuestro propio curso de restauración debemos indemnizando el fundamento perdido
de Jesús. Para hacerlo, si no pasáis más de tres años de haciendo un
fundamento espiritual y físico en le curso de la restauración, no podéis poner
el fundamento victorioso para restaurar completamente tanto cuatro espíritu
como vuestro cuerpo. Por eso, es necesario que recorráis siete anos para
restaurar todas esas cosas. Debéis dedicaros al menos siete años para construir
el reino de los cielos en la tierra.
¿Qué se supone que debéis hacer en esos siete años? Debéis
restaurar lo que Jesús perdió. Es decir., 12 apóstoles y 72 discípulos. Cuando
los restauramos centrados en la familia, y los expandimos de la etapa de
formación a la de crecimiento, podemos instaurar el reino de los cielos
en la tierra.
Si sumáis 12 y 72 hacen 84. Además, multiplicando a 12 personas por
siete años también obtenemos 84. A menos que no nos conectemos a nuestros
propios 12 apóstoles y 72 discípulos no podemos construir el puente al reino d
los cielos en la tierra, que Jesús intentó establecer. Por ello, cada uno de
vosotros tenéis la misión individual de construir un puente al reino de
los cielos restaurando a 84 hijos espirituales. Por eso tenemos el lema de 1-
1- 1. Cada miembro debe restaurar por lo menos un hijo espiritual al mes.
Es la esencia para restaurar al mundo.
Armados con este Principio, si trabajáis por la restauración de la
nación, manteniendo una perspectiva global, ¿Cuán rápidamente podría colapsar
el ámbito de Satán? Si cada miembro e restaura por lo menos un hijo espiritual
al mes entonces sobre el fundamento de 1- 1- 1se restaurará el reino de
los cielos en la tierra. Es la regla incuestionable del Principio. Debemos dedicarnos
al menos siete años a esta tarea. Si dais testimonio a una persona por mes,
podéis establecer el fundamento de 84 hijos espirituales como condición de
indemnización después de siete años de dedicación. Por eso os estoy dando este
mandato final. Ahora os he explicado por primera vez el significado en detalle.
A menos que no cumplamos este estándar a riesgo de nuestras vidas, no
podremos liberarnos. Esta es la regla estricta del Principio. Yo me he puesta
manos a la obra con esta tarea arriesgando mí vida. Jesús también se vio
estancado con su misión. Dios ha estado sufriendo por miles de años porque ha
tenido que esperar por nosotros para que cumplamos este cometido. No hay más
forma de aliviar el rencor del corazón de Dios que cumpliendo esta tarea.
A lo largo de los tres años de 1972 a 74 debemos restaurar el nivel
mundo de corazón, así como Jesús deseó expandir su tribu por todo el mundo. Por
tanto, a lo largo de estos tres años debemos educar a jóvenes de varias
naciones que no se escapen, sino que sean capaces de morir junto a Jesús, como
di estuviesen con Jesús en el momento de su crucifixión. Para preparar a tales
jóvenes, hemos establecido un centro de entrenamiento en Tarrytown,
Nueva York. Me tomo siete meses organizar semejante sistema de
entrenamiento en América. Habiendo hecho esto, estoy ahora en camino a mí
patria desde los EEUU donde permanecí seis meses enteros. Ahora debéis entender
claramente cómo se construye el reino de los cielos. Palabreando no podemos
abrir las puertas del reino de Dios, la clave está en cumplir el 1-1-1. Ahora
que os he enseñado claramente cuando vayáis al mundo espiritual no podréis
acusarme de que no os he dicho claramente como llegar al reino de los cielos.
Hoy es el ocho de julio de 1973. Ya que sigue el número 7, un número
de cumplimiento, es el día de un nuevo comienzo. Ahora aquí en Japón he
explicado esto por primera vez con tanta claridad en el continente
asiático. Todo depende de vosotros. Debéis emprender este trabaja a partir de
ahora.
Me gustaría que escribáis a vuestros padres y familiares cada diez
días. Podéis restaurar a vuestros familiares empleando un tercio de los
esfuerzos para restaurar una sociedad. Construir el reino de los cielos empieza
a nivel del fundamento tribal, y después con vuestros propios 12 apóstoles y 72
discípulos que os conectarán a la sociedad. Sin esos
84 hijos espirituales no podéis guiar la sociedad. Si queréis llegar a
ser líderes a escala mundial, debéis restaurar a 120 hijos espirituales. Yo ya
he cumplido esta tarea.
La iglesia japonesa, a partir de ahora, debe trabajar en el tema de
incrementar el número de miembros. Si los miembros japoneses no logran cumplir
la meta en cierto tiempo, su misión será transferida as otra nación. Esto debe
pasar para que el mundo pueda salvarse, no hay elección. Imaginaos lo
siguiente; si la tasa de mortalidad es de un por ciento, significa que de cada
cien personas muere una cada año. Cada año morirían 36 millones de personas de
una populación de 3.600.000.000. En gran parte estos difuntos irán al infierno.
Desde la perspectiva de Dios, es una gran pérdida para Satán es una victoria.
Si podemos restaurar el mundo con un año de antelación, salvaremos a 36
millones de personas. Si podemos pensar de esta forma, podemos darnos cuenta de
lo seriamente debemos trabajar para pregonar la verdad por lo antes posible por
todo el mundo. No tenemos tiempo que perder. Dios está ansioso por ver el
día del cumplimiento.
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