NEW AGE FRONTIERS
NL 8
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Young Oon Kim
DIOS ES NUESTRO
PADRE
Hay once religiones históricas en el mundo.
Estas religiones transmiten diversas ideas sobre Dios. Dos religiones niegan la
existencia de un ser divino. Otras son religiones que tienen varios dioses.
Cuatro religiones reconocen sólo a un Dios.
Al principio, el jainismo y el budismo
negaron la fe en un ser más alto. En el transcurso del tiempo, empero, los
fundadores de ambos sistemas fueron adorados.
En la filosofía de Confucio se enseña la fe
en un ser más alto, designado en forma personal como "sumo soberano"
o impersonalmente como "cielo". Confucio usó estas palabras sólo
cuatro veces en sus escrituras para referirse al dominio o el orden del mundo.
La doctrina general de Confucio recomienda a la gente ordinaria adorar muchos
seres espirituales, a saber, desde espíritus de la naturaleza hasta las almas
de los antepasados.
En la doctrina de Zoroastro destaca una
potencia cósmica muy venerable: Ahura Mazda (Ormuz). Pero este ser no es
todopoderoso a causa de la existencia eterna de una fuerza contraria, a saber
Angra Mainyu (Ahriman), el espíritu
malo. Por consiguiente, en la religión de Zoroastro se enseña el dualismo, es
decir la doctrina que expone que el universo se halla bajo la dominación de dos
principios opuestos, el del bien y el del mal.
Además reconoce la doctrina de Zoroastro a muchos espíritus que están en
un nivel más bajo que Ahura Mazda pero, a pesar de todo, merecen una
adoración.
El hinduismo enseña la fe en un ser divino
omnipresente que se llama Brahma. Filosóficamente, Brahma es considerado como
el ser absoluto, infinito, eterno, omnipresente, impersonal, indescriptible y
neutro. Puede también ser descrito como espíritu (Atman), un alma mundial con
la cual todas las almas humanas van a fundirse.
La idea central del taoísmo es el
"Tao", es decir el camino o la calle. Del concepto original de
"Camino" se han desarrollado por lo menos tres significaciones
distintas:
1) el orden mundial moral y físico,
2) el camino de entendimiento, verdad y
principio, y
3) el camino de la perfecta virtud o el
verdadero camino de la vida que es reconocido y también observado por el cielo.
En su significación técnica más alta,
"Tao" determina "lo absoluto" de la filosofía, o "el
ser más alto" de la religión.
En el hinduismo y el taoísmo se cree en un
ser más alto, impersonal, cósmico que se llama respectivamente Brahma o Tao,
sobre el cual se pone uno a meditar pero que no es adorado propiamente. En
ambas religiones existe la idea de varios dioses que son adorados.
El monoteísmo, es decir la creencia de
todos los adeptos en sólo una fuerza cósmica más alta y digna de adoración, lo
encontramos solamente en cuatro religiones: en el sikismo, el Islam, el
judaísmo y el cristianismo.
El ser más alto del sikismo tiene varios
nombres. Ala, Kuda (el Hermoso), Brahma, Señor más alto, El Amable o El
Maestro. El nombre general para Dios en el sikismo, empero, es "Sat
Nam" (Verdadero Nombre). Este nombre está aplicado en el misticismo como
una fórmula eficaz. Dios es absoluto e insondable. ''Hay sólo un Dios con el
nombre "El Verdadero", Creador, sin miedo y enemistad, inmortal, sin
nacimiento, que vive por sí mismo, grande y generoso. Esta doctrina puede
provenir del Corán o de las escrituras del hinduismo.
El punto primero y más importante del Islam
es la fe en sólo un Dios, el Creador todopoderoso y benéfico, que es también
completamente aceptado por los judíos y los cristianos. Alá está alabado
frecuentemente como clemente y lleno de perdón para con los hombres que se
colocan bajo su dominio. Otros nombres mencionados en el Corán son: El Unico,
El Poderoso, El Rey, El Vengador, El Homicida, El Sostén, El Señor, El
Misericordioso. "Islam" significa sumisión a Dios. "Moslem"
es el nombre de los que se someten.
El judaísmo desarrolló el verdadero
concepto monoteístico de un Dios del mundo entero. El es justo, santo, amante,
un soberano razonable y el Redentor del mundo. Pero los judíos no vivieron de
acuerdo con las ideas más altas de su religión. Su atención religiosa se
dirigió ante todo a las costumbres exteriores. Su insistencia en las ceremonias
sirvió tal vez como una especie de protección para el valioso núcleo de su
religión hasta el tiempo de Jesús. Sin embargo, su monoteísmo ético hizo de los
judíos los mejores maestros de su tiempo en el mundo respecto a la ética y la
religión. Ellos prepararon el camino para el cristianismo.
Aunque estas cuatro religiones coinciden en
la enseñanza del único Dios, el cristianismo es único con respecto al carácter
moral de Dios. Ni el judaísmo ni el Islam presentan a un Dios abnegado en su
carácter, deseoso de la redención del mundo, y que ha sido representado en la
historia humana a través de un hombre con el mismo carácter moral. La enseñanza
cristiana del monoteísmo tiene la substancia de la moralidad más alta: un Padre
celestial, santo, amante, que busca activamente el bienestar, la obediencia, la
colaboración, la dicha, el amor y la adoración de todo el mundo.
Dios ha cuidado de tener religiones en
todas las partes del mundo con el fin de que la humanidad le reconozca y
abandone lo malo que El repugna. De este modo Dios ha proporcionado a la
humanidad Su gracia y Su luz, y ha alcanzado un nivel más alto para la vida
espiritual de los hombres durante la historia.
En el mundo espiritual existen leyes de la
gravitación o de la atracción. Si un pensamiento es enviado enérgica e
intensivamente de la manera correcta, entonces llega indudablemente al
destinatario. Cuando el corazón o el
amor de un hombre está correctamente dirigido, y con energía e intensidad, entonces
atrae seguramente el objetivo en cuestión. Si se trata de más de un objeto, o
en el caso de algo abstracto o indistinto, entonces es imposible enviar
nuestros pensamientos intensivamente. De la misma manera, no se puede amar a
objetos diversos con fe y confianza indivisas. Por eso, es lógico decir que la
religión monoteísta es superior al politeísmo.
La religión traída por Jesús no sólo era
monoteísta, sino que el concepto de él sobre el ser más alto también era
personal e íntimo. Para un hijo, la persona más próxima es el propio padre, con
el cual el hijo es consanguíneo. La
relación entre padre e hijo es superior a la lógica y a la ley y se halla en la
esfera del amor. En el sentimiento oriental, ello es una esfera de escalofríos
espirituales y físicos, con una sensación arrolladora de la gratitud y del
amor, de apreciación y veneración. La expresión de este sentimiento en hechos
se llama "piedad filial", y es considerada en los países orientales
como la virtud más laudable. E1 padre siente que su hijo es carne y sangre
suyas. E1 hijo siente aprecio, veneración, gratitud y amor hacia su padre.
Jesús de Nazaret se esforzó a enseñar que
el Creador es nuestro Padre que se halla tan cerca y es tan personal que cuenta
incluso nuestros cabellos, que se aflige por su hijo pródigo y le anhela, que
busca el cordero perdido y deja los
demás 99 en el desierto, que da la comida a los pájaros en el aire y viste la
hierba del campo, y, cosa más importante, que sabe lo que necesitamos y que nos
aprovisiona de todas las cosas.
El Padre del cielo nos ha creado según Su
imagen para darnos todo Su amor y recibir en cambio nuestra correspondencia. E1
es el sujeto y nosotros somos el objeto. Por consiguiente, tenemos en nuestro
corazón añoranzas profundas de Su amor, así como en nuestra individualidad
espiritual aspiraciones continuas a recibir Su sabiduría. Estas añoranzas y
aspiraciones que existen en la imagen del Padre (en el hombre) existen
igualmente en el corazón del Padre. Por eso, es posible un intercambio completo
de amor - dar y tomar. Sólo a través de esta acción pueden ser realizados los
deseos del Padre y de los hijos.
Aunque Jesús había enseñado que Dios es
nuestro Padre, no se halló en el caso de realizar este concepto. Como
consecuencia, las enseñanzas de Jesús quedaron en la Biblia en forma de letras.
No están grabadas todavía en los corazones humanos, y Jesús no ha podido
establecer un mundo nuevo de acuerdo con sus enseñanzas.
La revelación de Dios progresó durante la
historia mediante varias manifestaciones de Su sabiduría divina a través de
distintas religiones mundiales. Su personalidad infinita e invisible se ha
vuelto siempre más clara, y, ciertamente, a consecuencia del crecimiento de la
vida espiritual de los hombres y sus conceptos mediante revelaciones
sucesivas.
Las cualidades de Dios han sido
manifestadas casi perfectamente por las enseñanzas de Jesús, y Dios fue
revelado como Padre amante que exige de los hombres, Sus hijos, el amor más
grande. La superioridad de las enseñanzas de Jesús como religión se basa en
este hecho. Por eso, la humanidad está en deuda con Jesús por su importante
descubrimiento para la vida espiritual del hombre.
A través de la última dispensa, las
enseñanzas de Jesús no sólo serán realizadas en la esfera espiritual sino
también completamente en la física. La dispensa divina en la nueva era
significa el restablecimiento del
corazón humano, que entonces estará puesto en una unión y armonía enteras con
el divino corazón del Padre celestial.
En el nuevo cielo y en la nueva tierra, los
hombres no seguirán adorando a un Dios abstracto, indistinto y lejano, sino a
un padre amante. Todo esto es solamente posible por la fuerza del amor en la
esfera del corazón.
La humanidad, por consiguiente, se halla
por primera vez en el caso de enterarse de los misterios y secretos de Dios,
cuyo corazón sangra por los pesares y aflicciones de Sus hijos e hijas. Nunca
mostramos nuestros pesares y penas del alma a un desconocido o a una persona
que está lejos de nuestro corazón, sino que compartimos todos nuestros
problemas interiores con personas íntimas. Dios no pudo revelar Su corazón
sangrante a aquellos que Le temen desde lejos y sólo se dirigen a Dios en sus
oraciones pidiendo ayuda sin considerar Su voluntad y Su corazón.
Los hombres sufrieron como huérfanos que se
habían alejado de su padre. Para una gran parte de la humanidad suena extraño
oír hablar de las aflicciones y el amor del Padre de manera personal. Es
algo sumamente triste y lamentable que
los huérfanos no tengan ninguna idea de lo que es el amor verdadero, y de que
aspecto tiene su Padre. Necesitamos un tratamiento para nuestros corazones y
sentidos dañados, para que podamos percibir rápidamente el verdadero amor de
nuestro Padre cuyo corazón echa sangre por nosotros y puede ser curado
solamente mediante nuestro amor, que procede del corazón. Sequemos Sus lágrimas
a través de la realización de Su deseo más grande con nuestra máxima lealtad y
fidelidad.
Colaboremos a llevar
rápidamente al Padre Sus propios hijos.
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