lunes, 9 de enero de 2017

DISCURSO INAUGURAL DE LA FEDERACION INTERNACIONAL INTERRELIGIOSA PARA LA PAZ MUNDIAL

DISCURSO INAUGURAL DE LA
FEDERACION INTERNACIONAL INTERRELIGIOSA PARA LA PAZ MUNDIAL

RVDO. SUN MYUNG MOON

Distinguidos líderes de todos los ámbitos de la vida:

Tengo el gran placer de patrocinar esta Asamblea Inaugural de la Federación Internacional Interreligiosa para la Paz Mundial (FIIPM). Aunque fue el año pasado que hice la propuesta oficial de su fundación, en mi corazón me he estado preparando para esta ocasión durante décadas.

El propósito de las variadas actividades ecuménicas, de fe y de organización que he estado desarrollando durante los últimos cuarenta años, ha sido la realización de un mundo de paz, que Dios y los seres humanos han estado añorando. Una visión de paz es el corazón de cualquier actividad ecuménica.

En el vigésimo siglo la humanidad ha sufrido dos devastadoras guerras mundiales, y ha experimentado confrontación y conflicto durante setenta años, bajo la opresión de la ideología atea comunista y la era de la Guerra Fría. Cuando eso terminó, el mundo hizo un brindis en celebración de la paz. Con el pasar de los años hemos aprendido que el fin de la Guerra Fría no condujo automáticamente a un tiempo de paz.

Conflictos violentos continúan ocurriendo en todo el mundo hasta el día de hoy. Aún ahora se están perpetrando masacres en Yugoslavia, Medio Oriente, Sudán, Asia del sur, y otros lugares. Es de común conocimiento que muchas de estas disputas llevan detrás de sí raíces muy profundas de conflictos religiosos. Estos son sólo algunos ejemplos que nos despiertan a la importancia del diálogo y a la cooperación entre órdenes religiosas.

A menudo, en la era moderna, las religiones trabajan para la realización de sus ideales mientras mantienen cierta distancia de las esferas del poder mundial; ésta es la norma generalmente aceptada. Creo, sin embargo, que es hora de que dichas organizaciones internacionales, que sirven a la causa de la paz mundial, reexaminen su relación con las tradiciones de las importantes religiones del mundo.

Quizás las Naciones Unidas (ONU), más que cualquier otra organización internacional, sirvan como un buen ejemplo. Muchos perciben a las Naciones Unidas como una organización institucionalizada del ideal humano por la paz mundial, asentando sus esperanzas en ella. En las Naciones Unidas, representantes de todas las naciones, combinan sus esfuerzos para resolver los problemas del mundo y para promover paz y prosperidad humana.

Sin embargo, estos esfuerzos de las Naciones Unidas para lograr la paz mundial, siempre se han encontrado con serios obstáculos. Aunque no se niega sus éxitos, uno observa que la ONU podría ser mejorada de muchas formas. Ha llegado el tiempo en que se necesitan desesperadamente relaciones cooperativas y de mutuo apoyo, entre los líderes de Estado y los líderes religiosos del mundo.

Originalmente, los seres humanos debían vivir con su mente y cuerpo unidos, respondiendo al amor completo de Dios. Esto es porque los hombres fueron creados para llegar a ser hijos e hijas de Dios, a Su semejanza. La mente y el cuerpo deberían convivir sin conflicto; creando unidad en lugar de luchar. La mente y el cuerpo de Dios no están en conflicto: el Dios Todopoderoso nunca puede tener ningún conflicto dentro de Sí mismo. El ideal humano de mente y cuerpo unidos se realiza cuando una persona está totalmente poseída por el amor verdadero de Dios. Las palabras "bienaventurados los que buscan la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios" (Mat. 5:9) están basadas en el ideal de unidad de mente y cuerpo, que se debe obtener en base a una relación con nuestro Padre Celestial.

Fue debido a la caída humana que la gente perdió el estándar de unidad y armonía entre su mente y cuerpo, y así ha estado viviendo en contradicción y conflicto. Además, la lucha entre mente y cuerpo, dentro del individuo, se ha extendido a escala familiar, social, nacional y mundial. Esto hizo que Caín matara a su hermano menor Abel. Todas las guerras y conflictos que el mundo ha presenciado, desde el principio de la historia, han sido, en esencia, luchas entre la naturaleza Caín, que está relativamente del lado del mal, y la naturaleza Abel, que está más del lado del bien. La lucha entre los lados Caín y Abel debe terminarse y restaurarse a su estado original. Asimismo, el enfrentamiento entre nuestra mente y cuerpo debe terminar, recuperando la unidad y la armonía.

El principio de unidad entre la mente y el cuerpo debe aplicarse desde el individuo hasta el nivel mundial. Con este fin he formado la Federación Interreligiosa para la Paz Mundial, que representa al mundo de la mente, y la Federación para la Paz Mundial, representando al mundo del cuerpo. Juntas abarcan el concepto total de la paz mundial.

Como la raíz de los problemas humanos no es meramente política, las soluciones desde lo social y político siempre serán insuficientes. Aunque muchas  sociedades siguen siendo gobernadas políticamente la religión permanece como la raíz de muchas identidades culturales y nacionales.

Ahora le toca a la religión ejercer su genuino liderazgo en el mundo. Creo que la gente religiosa debería sentirse responsable por la situación de la humanidad, y por resolver las diferentes iniquidades de esta época. Una profunda reflexión es seguramente un pre-requisito para hacer esto.

La gente religiosa ha fracasado en ser un ejemplo en la práctica del amor. Ahora es realmente el momento de arrepentirse por no haberse entregado completamente para lograr la salvación del mundo. En lugar de ello, se ha estado absortos en la búsqueda de la salvación individual y los intereses de la propia denominación. No es suficiente creer solamente en el amor; esto debe ser acompañado con la práctica.

Dios está llamando a los líderes de la sociedad, pero particularmente a los líderes religiosos. Dios quiere que desafiemos las injusticias y los pecados del mundo y establezcamos amor verdadero en su lugar. Todos las personas religiosas deberían llegar a ser una en corazón, representando y llevando las aspiraciones de Dios a toda la gente.

La paz mundial puede lograrse a través de la sinergía de los hombres de estado y de las medidas tomadas por los políticos, que representan el cuerpo y el mundo secular, sumada a la sabiduría y esfuerzos de los líderes religiosos del mundo, que representan la mente y el mundo del espíritu. Ha llegado la hora de que reflexionemos seriamente, incluso sobre el hecho de que las Naciones Unidas deben ser reestructuradas. ¿Acaso no sería posible imaginar que las Naciones Unidas adoptaran una doble estructura? ¿Cuál es el valor de las Naciones Unidas si está compuesta por una sola cámara de representantes que habla por los intereses nacionales? En su lugar, debe establecerse un Concilio Religioso o un Senado de las Naciones Unidas, formado por distinguidos líderes religiosos y líderes de las áreas de la sociedad que pertenecen más al corazón, como por ejemplo la cultura y la educación. Como cuerpo representante de una perspectiva global, este concilio religioso tendría que tratar los intereses de toda la gente, transcendiendo regiones o naciones.

A través de mutuo respeto y cooperación, estas dos cámaras podrían contribuir enormemente a la realización de la paz mundial. La sabiduría política de los líderes del mundo podría así ser efectivamente complementada con la sabiduría y visión de los líderes religiosos más prominentes del mundo.

Tengo la certeza de que la visión moral y el estilo de vida ejemplar de los líderes religiosos pueden ser una lámpara para la humanidad, no sólo señalando el camino para este mundo, sino también mostrando la ruta hacia la genuina felicidad y la paz en esta tierra.

Los líderes religiosos deberían convertirse en líderes ideales que no solamente hereden y transmitan la preciada y sagrada sabiduría de sus grandes tradiciones, sino que lleven, además, vidas de servicio desinteresado. La gran descalificación de cualquier líder, ya sea religioso o político, es el egoísmo.

Auspiciando constantes conferencias para reunir a los líderes religiosos, me he esforzado por establecer educación de amor verdadero, transcendiendo denominaciones religiosas y nacionalidades. El año pasado, líderes religiosos de todo el mundo tomaron la iniciativa de sugerir que toda persona religiosa hiciera una donación de dinero basada en el numero 7, y así iniciaron la creación de un fondo para la paz mundial. Los individuos y las naciones tienen diferentes circunstancias económicas; para algunos, siete rublos podría llegar a ser una gran cantidad para ofrecer, pero, por otro lado, alguien podría ofrecer 7 millones de dólares. Si toda la gente religiosa del mundo estuviera unida de corazón, no solamente podrían recaudar fondos, sino que también podrían utilizar el dinero efectivamente, para promover los ideales de amor verdadero y los valores de una familia verdadera.

Respetados líderes, debemos trabajar juntos para implementar un sistema por medio del cual se puedan poner sobre la mesa las expresiones más elevadas de la sabiduría religiosa en el lugar donde se están tratando de solucionar los problemas más serios y urgentes del mundo. Se puede lograr dicho sistema creando un concilio de líderes religiosos dentro de la estructura de las Naciones Unidas. Hoy me gustaría pedirles que establezcan la IIFWP como el primer paso para realizar esta meta. Además, tengo la sincera esperanza de que ofrecerán generosamente su propia experiencia, sabiduría y esfuerzo mientras trabajamos para lograr el cumplimiento de estos altos ideales.


Tengo confianza que el IIFWP hará una contribución decisiva para la realización de un mundo de paz, y rezo para que Dios los bendiga a ustedes, a sus familias y su trabajo. Muchas gracias.

No hay comentarios:

Publicar un comentario