DISCURSO INAUGURAL DE LA
FEDERACION INTERNACIONAL INTERRELIGIOSA
PARA LA PAZ MUNDIAL
RVDO. SUN MYUNG MOON
Distinguidos líderes de todos los ámbitos
de la vida:
Tengo el gran placer de patrocinar esta
Asamblea Inaugural de la Federación Internacional Interreligiosa para la Paz
Mundial (FIIPM). Aunque fue el año pasado que hice la propuesta oficial de su
fundación, en mi corazón me he estado preparando para esta ocasión durante
décadas.
El propósito de las variadas actividades
ecuménicas, de fe y de organización que he estado desarrollando durante los
últimos cuarenta años, ha sido la realización de un mundo de paz, que Dios y
los seres humanos han estado añorando. Una visión de paz es el corazón de
cualquier actividad ecuménica.
En el vigésimo siglo la humanidad ha
sufrido dos devastadoras guerras mundiales, y ha experimentado confrontación y
conflicto durante setenta años, bajo la opresión de la ideología atea comunista
y la era de la Guerra Fría. Cuando eso terminó, el mundo hizo un brindis en
celebración de la paz. Con el pasar de los años hemos aprendido que el fin de
la Guerra Fría no condujo automáticamente a un tiempo de paz.
Conflictos violentos continúan ocurriendo
en todo el mundo hasta el día de hoy. Aún ahora se están perpetrando masacres
en Yugoslavia, Medio Oriente, Sudán, Asia del sur, y otros lugares. Es de común
conocimiento que muchas de estas disputas llevan detrás de sí raíces muy
profundas de conflictos religiosos. Estos son sólo algunos ejemplos que nos
despiertan a la importancia del diálogo y a la cooperación entre órdenes
religiosas.
A menudo, en la era moderna, las
religiones trabajan para la realización de sus ideales mientras mantienen
cierta distancia de las esferas del poder mundial; ésta es la norma
generalmente aceptada. Creo, sin embargo, que es hora de que dichas
organizaciones internacionales, que sirven a la causa de la paz mundial,
reexaminen su relación con las tradiciones de las importantes religiones del
mundo.
Quizás las Naciones Unidas (ONU), más que
cualquier otra organización internacional, sirvan como un buen ejemplo. Muchos
perciben a las Naciones Unidas como una organización institucionalizada del
ideal humano por la paz mundial, asentando sus esperanzas en ella. En las
Naciones Unidas, representantes de todas las naciones, combinan sus esfuerzos
para resolver los problemas del mundo y para promover paz y prosperidad humana.
Sin embargo, estos esfuerzos de las
Naciones Unidas para lograr la paz mundial, siempre se han encontrado con
serios obstáculos. Aunque no se niega sus éxitos, uno observa que la ONU podría
ser mejorada de muchas formas. Ha llegado el tiempo en que se necesitan
desesperadamente relaciones cooperativas y de mutuo apoyo, entre los líderes de
Estado y los líderes religiosos del mundo.
Originalmente, los seres humanos debían
vivir con su mente y cuerpo unidos, respondiendo al amor completo de Dios. Esto
es porque los hombres fueron creados para llegar a ser hijos e hijas de Dios, a
Su semejanza. La mente y el cuerpo deberían convivir sin conflicto; creando
unidad en lugar de luchar. La mente y el cuerpo de Dios no están en conflicto:
el Dios Todopoderoso nunca puede tener ningún conflicto dentro de Sí mismo. El
ideal humano de mente y cuerpo unidos se realiza cuando una persona está
totalmente poseída por el amor verdadero de Dios. Las palabras
"bienaventurados los que buscan la paz, porque ellos serán llamados hijos
de Dios" (Mat. 5:9) están basadas en el ideal de unidad de mente y cuerpo,
que se debe obtener en base a una relación con nuestro Padre Celestial.
Fue debido a la caída humana que la gente
perdió el estándar de unidad y armonía entre su mente y cuerpo, y así ha estado
viviendo en contradicción y conflicto. Además, la lucha entre mente y cuerpo,
dentro del individuo, se ha extendido a escala familiar, social, nacional y
mundial. Esto hizo que Caín matara a su hermano menor Abel. Todas las guerras y
conflictos que el mundo ha presenciado, desde el principio de la historia, han
sido, en esencia, luchas entre la naturaleza Caín, que está relativamente del
lado del mal, y la naturaleza Abel, que está más del lado del bien. La lucha
entre los lados Caín y Abel debe terminarse y restaurarse a su estado original.
Asimismo, el enfrentamiento entre nuestra mente y cuerpo debe terminar,
recuperando la unidad y la armonía.
El principio de unidad entre la mente y
el cuerpo debe aplicarse desde el individuo hasta el nivel mundial. Con este
fin he formado la Federación Interreligiosa para la Paz Mundial, que representa
al mundo de la mente, y la Federación para la Paz Mundial, representando al
mundo del cuerpo. Juntas abarcan el concepto total de la paz mundial.
Como la raíz de los problemas humanos no
es meramente política, las soluciones desde lo social y político siempre serán
insuficientes. Aunque muchas sociedades
siguen siendo gobernadas políticamente la religión permanece como la raíz de
muchas identidades culturales y nacionales.
Ahora le toca a la religión ejercer su
genuino liderazgo en el mundo. Creo que la gente religiosa debería sentirse
responsable por la situación de la humanidad, y por resolver las diferentes
iniquidades de esta época. Una profunda reflexión es seguramente un
pre-requisito para hacer esto.
La gente religiosa ha fracasado en ser un
ejemplo en la práctica del amor. Ahora es realmente el momento de arrepentirse
por no haberse entregado completamente para lograr la salvación del mundo. En
lugar de ello, se ha estado absortos en la búsqueda de la salvación individual
y los intereses de la propia denominación. No es suficiente creer solamente en
el amor; esto debe ser acompañado con la práctica.
Dios está llamando a los líderes de la
sociedad, pero particularmente a los líderes religiosos. Dios quiere que
desafiemos las injusticias y los pecados del mundo y establezcamos amor
verdadero en su lugar. Todos las personas religiosas deberían llegar a ser una
en corazón, representando y llevando las aspiraciones de Dios a toda la gente.
La paz mundial puede lograrse a través de
la sinergía de los hombres de estado y de las medidas tomadas por los
políticos, que representan el cuerpo y el mundo secular, sumada a la sabiduría
y esfuerzos de los líderes religiosos del mundo, que representan la mente y el
mundo del espíritu. Ha llegado la hora de que reflexionemos seriamente, incluso
sobre el hecho de que las Naciones Unidas deben ser reestructuradas. ¿Acaso no
sería posible imaginar que las Naciones Unidas adoptaran una doble estructura?
¿Cuál es el valor de las Naciones Unidas si está compuesta por una sola cámara
de representantes que habla por los intereses nacionales? En su lugar, debe
establecerse un Concilio Religioso o un Senado de las Naciones Unidas, formado
por distinguidos líderes religiosos y líderes de las áreas de la sociedad que
pertenecen más al corazón, como por ejemplo la cultura y la educación. Como
cuerpo representante de una perspectiva global, este concilio religioso tendría
que tratar los intereses de toda la gente, transcendiendo regiones o naciones.
A través de mutuo respeto y cooperación,
estas dos cámaras podrían contribuir enormemente a la realización de la paz
mundial. La sabiduría política de los líderes del mundo podría así ser
efectivamente complementada con la sabiduría y visión de los líderes religiosos
más prominentes del mundo.
Tengo la certeza de que la visión moral y
el estilo de vida ejemplar de los líderes religiosos pueden ser una lámpara
para la humanidad, no sólo señalando el camino para este mundo, sino también
mostrando la ruta hacia la genuina felicidad y la paz en esta tierra.
Los líderes religiosos deberían
convertirse en líderes ideales que no solamente hereden y transmitan la
preciada y sagrada sabiduría de sus grandes tradiciones, sino que lleven,
además, vidas de servicio desinteresado. La gran descalificación de cualquier
líder, ya sea religioso o político, es el egoísmo.
Auspiciando constantes conferencias para
reunir a los líderes religiosos, me he esforzado por establecer educación de
amor verdadero, transcendiendo denominaciones religiosas y nacionalidades. El
año pasado, líderes religiosos de todo el mundo tomaron la iniciativa de
sugerir que toda persona religiosa hiciera una donación de dinero basada en el
numero 7, y así iniciaron la creación de un fondo para la paz mundial. Los
individuos y las naciones tienen diferentes circunstancias económicas; para
algunos, siete rublos podría llegar a ser una gran cantidad para ofrecer, pero,
por otro lado, alguien podría ofrecer 7 millones de dólares. Si toda la gente
religiosa del mundo estuviera unida de corazón, no solamente podrían recaudar
fondos, sino que también podrían utilizar el dinero efectivamente, para
promover los ideales de amor verdadero y los valores de una familia verdadera.
Respetados líderes, debemos trabajar
juntos para implementar un sistema por medio del cual se puedan poner sobre la
mesa las expresiones más elevadas de la sabiduría religiosa en el lugar donde
se están tratando de solucionar los problemas más serios y urgentes del mundo.
Se puede lograr dicho sistema creando un concilio de líderes religiosos dentro
de la estructura de las Naciones Unidas. Hoy me gustaría pedirles que
establezcan la IIFWP como el primer paso para realizar esta meta. Además, tengo
la sincera esperanza de que ofrecerán generosamente su propia experiencia,
sabiduría y esfuerzo mientras trabajamos para lograr el cumplimiento de estos
altos ideales.
Tengo confianza que el IIFWP hará una
contribución decisiva para la realización de un mundo de paz, y rezo para que
Dios los bendiga a ustedes, a sus familias y su trabajo. Muchas gracias.
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