EL PAPEL CENTRAL DE LAS MUJERES EN EL MUNDO IDEAL
Sra. Hak Ja Han Moon
Presidenta de la Federación de Mujeres por la Paz Mundial
Este discurso fue dado el 6 de julio de 1992 en el encuentro de
líderes de la Federación de Mujeres por la Paz Mundial que tuvo lugar en Seúl,
Corea.
¡Mis queridas compañeras! Es un gran honor y motivo de gran
alegría el poder estar hoy ante vosotras como Presidenta de la Federación de
Mujeres por la Paz Mundial.
Quiero expresaros mi más sincera gratitud, miembros y
simpatizantes, por haber hecho posible el encuentro que estamos celebrando.
Hoy me gustaría hablar sobre el tema, "El papel central de
las mujeres en el mundo ideal".
Si alguien os preguntara, ¿es el mundo de hoy un mundo bueno o
malo? ¿qué responderíais? Sin lugar a dudas, vuestra respuesta sería que es
malo. Pero no sólo el mundo de nuestro tiempo es malo; tenemos que reconocer
que en todas las épocas pasadas, todas las naciones y el mundo en conjunto, han
sido malos. Por tanto, vivimos en un mundo donde hay más pecado que buenas
acciones, más guerras que paz, más inmoralidad que honradez, más odio que amor,
y más división y discordia que unidad y armonía.
Nadie quiere un mundo así. Debemos descubrir, por tanto, cómo
establecer un mundo ideal de verdadero amor, lleno de paz, libertad y
felicidad, y limpiar este mundo de toda maldad. El deseo de los individuos y
los responsables que componen la familia, la tribu, la raza, la nación y el
mundo, es la realización de un mundo de libertad y felicidad. Desde los
orígenes de la historia humana, durante miles de años, la humanidad ha estado
luchando para lograr este ideal, este sueño, pero todavía no hemos conseguido
el mundo ideal de nuestros deseos.
Hoy, me gustaría revelar la causa fundamental de estos
problemas, e intentaré, además, ofreceros la solución que permitirá la construcción
del mundo ideal tan buscado por todos los pueblos. El contenido de mi discurso
no es fruto de la sabiduría o la especulación humana. Como ya sabéis, mi
marido, el reverendo Sun Myung Moon, ha dedicado toda su vida a resolver estos
problemas. Durante todos estos años en que he vivido apoyando a mi marido, me
he sentido profundamente conmovida e inspirada por sus enseñanzas así como por
su vida de amor a Dios y a la humanidad.
Fructificad, multiplicaos y llenad la tierra
Si una mujer, al vivir apoyando a su marido, logra un profundo
conocimiento de la verdad y se siente continuamente conmovida e inspirada por
su vida y carácter, esto debe ser anunciado al mundo entero. ¿Por qué? Porque
la razón fundamental de que este mundo se haya convertido en un mundo de
maldad, donde crece sin cesar el desenfreno sexual, la delincuencia, los
conflictos y la corrupción, se encuentra en la falta de armonía y el
derrumbamiento de las relaciones básicas entre marido, mujer e hijos.
En nuestro tiempo, más de cinco billones de personas pueblan la
tierra, ahora bien, si lo miramos desde otra perspectiva, podríamos decir que
sólo hay dos seres vivos en el planeta: un hombre y una mujer, un esposo y su
esposa, sólo dos personas. Un ingente número de personas conviven en esta
tierra y existen todo tipo de relaciones y problemas, pero en la raíz de los
mismos, se encuentran la relación y los problemas entre dos personas, un hombre
y una mujer. Cuando abordamos la realidad de esta manera, cobra una gran
importancia el conocimiento del camino celestial que debían seguir el hombre y
la mujer al ser creados por Dios.
En el Génesis está escrito que tras crear Dios los cielos y la
tierra, creó a los antepasados de la humanidad: un hombre, Adán, y una mujer,
Eva. Dios les dio tres grandes bendiciones y, al mismo tiempo, una parte de
responsabilidad. Las tres grandes bendiciones eran: "Fructificad y
multiplicaos; llenad la tierra y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar,
en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la
tierra..." Pero Dios también dio al hombre y a la mujer una
responsabilidad: "...mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no
comerás..."
Esto nos muestra el propósito por el que Dios creó al universo
y a la humanidad y, también, el fundamento básico de la vida. La bendición de
ser fructíferos quiere decir que todas las personas nacidas en la tierra deben
crecer hasta llegar a ser hombres y mujeres de carácter perfecto. La segunda
bendición en la vida, multiplicaos, significa que un hombre y una mujer de
carácter perfecto deben crear el vínculo de marido y mujer, tener hijos y
educarlos. El propósito de Dios en la creación era que marido y mujer
cumpliesen sus obligaciones como padre y madre, guiando a la familia, y
construyendo un mundo próspero y confortable, estableciendo el Reino de los
Cielos en la tierra.
Este propósito de la creación habría sido una realidad si los
primeros antepasados hubieran obedecido el mandamiento de Dios, "...mas
del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás..." Pero antes de
que los primeros antepasados, Adán y Eva, llegaran a la perfección, cuando aún
eran inmaduros, abandonaron el mandamiento de Dios. Debido a Satán cayeron, y
toda la humanidad llegó a ser portadora de un linaje de sangre malo.
Debido a la caída inmoral de los primeros padres humanos, la
humanidad ha perdido el propósito de la creación
¿Cuál era el fruto de la ciencia del bien y del mal, del que
Dios había pedido a los primeros padres, Adán y Eva, que no comieran? No es el
fruto de un árbol. Es una forma de explicar la relación de amor entre marido y
mujer que los primeros padres debían alcanzar más tarde. A causa de la
tentación por parte de un tercer ser, cuando aún estaban en un estado inmaduro,
el primer hombre y la primera mujer se unieron en una relación sexual inmoral.
En realidad, este tercer actor en el paraíso terrenal, cercano a Adán y Eva,
era el arcángel. La Biblia revela que Lucifer fue el arcángel que tentó a Eva y
cometió un pecado sexual inmoral. Esto provocó la caída del hombre, el pecado
original que ha esparcido sus raíces de pecado por todo el mundo.
El hombre pecó sexualmente ante su Padre Dios, el Señor y
Maestro de los cielos y la tierra, y los primeros padres tuvieron hijos fruto
de este amor inmoral, consumándose un mundo de maldad. En otras palabras, ellos
formaron un matrimonio centrado en Satán y al multiplicar un amor falso, una
vida falsa y un linaje falso, llegaron a ser antepasados de maldad.
Con el crecimiento de la sociedad humana, del individuo a la
familia, la tribu, la raza, la nación y el mundo, debido a esta relación
inmoral entre hombre y mujer, las raíces del linaje de sangre malo se han
esparcido por todas partes, continuamente, y este mundo ha llegado a ser un
infierno en la tierra: se ha convertido en un mundo falso lleno de pecado,
guerras y temor. Los antepasados caídos, Adán y Eva, debían ocupar la posición
de Verdaderos Padres como antepasados eternos de bondad de la humanidad, pero
cayeron y se convirtieron en falsos padres dejando tras sí un linaje de sangre
malo.
Esta es la razón fundamental para toda la tragedia y miseria de
la humanidad. ¿Qué puede ser más trágico o causar mayor indignación que el
descender de unos padres falsos y saber que toda la humanidad ha perdido a sus
Verdaderos Padres? Cuánta debe ser la pena y la angustia de Dios, el Padre de
la humanidad, sabiendo que Su propósito para la Creación -establecer los
verdaderos antepasados de la humanidad y multiplicar seres de bondad- le fue
arrebatado por un linaje de sangre de pecado por culpa de la caída inmoral de
los primeros antepasados humanos.
Al igual que para liberar a una persona del dolor que le
ocasiona una enfermedad, debemos encontrar primero la causa de la misma y su
tratamiento, para liberar a la sociedad humana del sufrimiento nacido de tal
pecado y desgracia, debe ser revelada la causa fundamental y aplicado un
tratamiento. La causa fundamental es la caída de los antepasados humanos, el
pecado original. En consecuencia, a menos que la razón de esta enfermedad
llamada pecado original sea eliminada, no podemos arrancar las raíces del
pecado y parar el sufrimiento del mundo. No importa cuántos grandes hombres,
héroes, académicos, políticos o filósofos surjan e intenten arreglar el mundo
por medio de leyes y sistemas o por la educación de principios morales, a menos
que aclaremos el significado del pecado original y de la caída, será una tarea
imposible. Todos los remedios serán inútiles. Ya que la raíz principal del
pecado y del sufrimiento seguirá con vida, y continuará, por tanto, dando
nuevos brotes.
El papel de la religión: Salvar a la humanidad del mal
La religión enseña que el hombre cayó, revela el significado de
la caída, y directa o indirectamente muestra la providencia de Dios para salvar
completamente al hombre del pecado. Por tanto las religiones son el mejor
tratamiento para salvar a este mundo de pecado. La religión es la fuente de
toda educación o enseñanza. Las enseñanzas de los cuatro grandes santos,
Confucio, Buda, Jesús y Mahoma, así como las enseñanzas de los fundadores de
las restantes religiones, han transcendido sus épocas y entornos geográficos
para mantener la conciencia y la moral de la humanidad, y han sido la fuerza
motriz del desarrollo cultural. Todas las religiones quieren acabar con el
mundo del mal y crear el mundo ideal en el que Dios y todos los hombres sean
copartícipes y colaboradores.
Entre las diversas enseñanzas, las escrituras en las que Dios
revela más directamente Su providencia de salvación es la Biblia. Por medio de
la Biblia podemos saber que los antepasados de la humanidad, Adán y Eva,
cometieron el pecado original y llegaron a ser falsos padres, y que la labor de
Dios en la providencia de la salvación es restaurar el propósito perdido de la
creación. El mensaje central de la Biblia es que el Mesías o los Verdaderos
Padres deben venir en lugar de Adán y Eva, los padres falsos, para dar
renacimiento a la humanidad. Adán debía ser el verdadero padre, y Eva, la
verdadera madre; éste era el propósito original de la creación. Para restaurar
el propósito de la creación a su estado original, Dios inició la providencia
para recrear a Adán.
Esta es la clave de la providencia de preparación de la nación
elegida de Israel y del nacimiento de Jesús en la misma. Desde el momento en
que Adán y Eva cayeron y la humanidad empezó a multiplicarse con un linaje de
sangre centrado en Satán, Dios comenzó a trabajar para separar el linaje de
sangre bueno del malo. En la familia de Adán, Dios separó al segundo hijo,
Abel, que estaba en la posición de relacionarse con Dios, del primer hijo,
Caín, que estaba en la posición de relacionarse con Satán. Dios intentó
restaurar el orden de la creación a su estado original haciendo que Caín se
subyugara a Abel de propia voluntad. Con el asesinato de Abel a manos de Caín,
la historia de luchas por separar el bien del mal se prolongó por mucho más
tiempo.
La misión de Jesús como el Verdadero Padre
Después de Noé, Abraham e Isaac, Jacob con la ayuda de su madre
fue capaz de hacer que su hermano gemelo mayor, Esaú, se sometiera a él de
propia voluntad. Jacob jugó un papel decisivo en la fundación del pueblo
escogido de Israel. El hijo de Jacob, Judá, tuvo gemelos, Pares y Zara, por
medio de su nuera, Tamar. Pares luchó con Zara en el vientre de Tamar y,
apartando a Zara, que debía haber nacido primero, nació él en su lugar, como
hijo mayor. La lucha entre el primer y segundo hijo es la batalla entre el bien
y el mal. Por tanto, cuando el menor venció al mayor cuando estaba todavía en
el vientre y nació como primer hijo, permitió que la restauración se llevara a
cabo dentro del mismo vientre.
Jesucristo, venido como el Mesías cuarenta generaciones más
tarde, nace del linaje de Pares, gracias a esta restauración en el vientre. El
concebir y dar a luz a Jesús fue un acto de extraordinario riesgo y devoción en
el que la madre de Jesús, María, puso su vida en juego. Ya que la providencia
de la salvación de Dios es la providencia de la restauración, Dios tenía que
llevar a cabo la providencia para cortar con el linaje de sangre del pecado.
Este se había transmitido de generación en generación debido a que los
antepasados, Adán y Eva, tuvieron una relación sexual inmoral por la tentación
de Lucifer, el arcángel, que se convirtió en Satán.
Este curso, desde Caín y Abel hasta que Jesús nace, es la
historia de la nación elegida de Israel. A causa de la caída, Adán se degradó
hasta la posición de un falso padre. Por consiguiente, siguiendo el curso de
restauración de luchas por separar el bien del mal, Jesús vino como el
verdadero padre de la humanidad, es decir, como el segundo antepasado bueno de
la humanidad. Por esta razón, Jesús debía restaurar a una mujer en la posición
de Eva, y ambos debían formar una pareja, tener hijos y dominar la creación.
Este era el propósito de la venida de Jesús como el Mesías.
Por tanto, Jesús vino como el Mesías para restaurar las tres
grandes bendiciones que Dios dio a Adán y Eva: fructificad, mutiplicaos y tener
dominio sobre toda la creación. Sin embargo, Jesús, que vino como padre de
todos y Mesías, fue crucificado por la humanidad. ¡Qué increíble acto de
infidelidad! ¡Qué horrible pecado! Jesús, antes de morir en la cruz, prometió
que volvería a la tierra, y que vendría como un novio para todos los pueblos de
la tierra que debían ser como novias dispuestas para el momento. En el
Apocalipsis, capítulo 19, está escrito que Jesús volverá a la tierra y
celebrará las Bodas del Cordero, refiriéndose a la restauración de la posición
de la verdadera pareja y de los Verdaderos Padres que recuperarán la familia de
Adán y Eva previa a la caída en el paraíso de Edén.
El Mesías abre el camino de los Verdaderos Padres, la Verdadera
Pareja y los Verdaderos Hijos
¡Damas y compañeras en la causa! ¿Cómo podemos cambiar esta
sociedad donde todo tipo de pecados sexuales, inmoralidad y corrupción está
destruyendo a nuestras familias? Esto acabará en una destrucción similar a la
de Sodoma y Gomorra. El fuego del juicio ya ha empezado a descender. La
escalofriante enfermedad del SIDA es un aviso del cielo contra el caos de la
inmoralidad sexual.
Jesús dijo que volvería al final de los tiempos de este mundo
de maldad. Jesús volverá como el Verdadero Padre de la humanidad. El nos
mostrará el camino de los Verdaderos Hijos, la Verdadera Pareja, y el camino de
los Verdaderos Padres que todos, hombres y mujeres, deben seguir. Sólo de esta
manera puede el problema de la corrupción sexual, el pecado original, ser
resuelto completamente. Este será el verdadero evangelio que salvará a la
humanidad de este mundo de pecado.
La misión del Mesías, el Salvador, es mostrar el camino para
acabar la enredada historia de pecado nacida de la pérdida del camino que lleva
a los Verdaderos Padres, la Verdadera Pareja y los Verdaderos Hijos por parte
de la humanidad.
Hoy, en este lugar, declaro ante el mundo entero que mi marido,
el reverendo Sun Myung Moon, ha dedicado toda su vida como pionero del camino
del Mesías y los Verdaderos Padres. Como sabéis, mi marido, el reverendo Moon,
ha revelado el propósito de la creación de Dios, ha dado a conocer el pecado
original cometido por los primeros antepasados, y ha sentado las bases para el
futuro de la humanidad, a pesar de la brutal oposición y persecución que ha
sufrido por parte de este mundo malo.
De acuerdo al Principio Divino, las enseñanzas de mi marido,
las religiones principales están esperando la vuelta de su fundador: el
Maitreya, el Verdadero Hombre, el nuevo Confucio y la venida de Jesús se
llevarán a cabo con la venida de un solo Mesías, el Verdadero Padre de la
humanidad. Todas las religiones llegarán a unirse en una sola. Este Mesías, el
Verdadero Padre que ha de venir, no será el mismo Jesús que murió hace 2.000
años, como creen algunos cristianos, tampoco volverá sobre las nubes del cielo,
sino que nacerá en la tierra como una nueva persona heredando la misión de
Jesús. El país en que esta persona debe nacer es la nación de Corea. Por muy
sorprendente que parezca, el Mesías, el Verdadero Padre de la humanidad, es
coreano.
La unificación es la clave para la paz mundial
¿Cuando volverá el Mesías de esta manera? De acuerdo al
Principio Divino, los Ultimos Días son el tiempo en que este mundo malo llega a
su fin y el Mesías vuelve. En concreto, los Ultimos Días abarcan la época desde
el final de la Primera Guerra Mundial hasta el año 2.000 (un periodo de ochenta
años). Durante este periodo el Señor en su Segunda Venida, que viene como el
Verdadero Padre de la humanidad, debe nacer en nuestra tierra, Corea. Estamos
en la era histórica de transición a escala mundial en la que el Señor de la
Segunda Venida está construyendo un ideal en medio de un mundo lleno de pecado,
guerras y conflictos.
Por consiguiente, esta era es un periodo de gran caos debido a
la confrontación y a la lucha entre el bien y el mal que se produce en las
relaciones mutuas entre los elementos que componen el mundo: el individuo, la
familia, la tribu, la raza, la nación y el mundo.
La realización de la paz mundial gracias al poder de las
mujeres
¡Mujeres líderes! El discurso de hoy no es solo para los
miembros de la Iglesia de Unificación que siguen a mi marido. En estos
momentos, líderes de diferentes niveles sociales de más de 160 naciones y
muchos miles de jóvenes, están siguiendo estas enseñanzas y esforzándose
duramente por construir un mundo nuevo y unido de libertad y paz. Corea es
considerada ya por muchas personas en el mundo entero como el país donde han
aparecido los Verdaderos Padres de la humanidad, y crece sin cesar el número de
extranjeros que visitan Corea para aprender la lengua, la cultura y las
tradiciones coreanas.
Nuestra Federación de Mujeres por la Paz Mundial tiene el
antídoto fundamental para salvar a nuestras familias de la amenaza que
representa la degradación de la moral sexual, la proliferación de las drogas y
de toda clase de libertinaje y corrupción sexual, presentes en la sociedad de
nuestro tiempo. Esta es una organización de mujeres a escala mundial, fundada
el pasado 10 de abril, en el estadio olímpico de Seúl ante 150.000 mujeres
coreanas y representantes de 72 países. No podemos esperar más si queremos
salvar a la sociedad del futuro que está pudriéndose debido a todo tipo de
inmoralidad y corrupción y al ambiente social de un mundo caído en el que los
hombres han oprimido a las mujeres.
Debemos, por último, esforzarnos en aprender y poner en práctica
nuestro deber como Verdaderos Padres, verdadero cónyuges o verdadero hijos. Por
medio de la organización de la Federación de Familias por la Paz Mundial,
debemos asegurarnos de que la inmoralidad y la corrupción no serán capaces de
echar raíces en ningún rincón de nuestro planeta. De esta forma, la humanidad
purificará el linaje malo de sangre y acabará con el sufrimiento causado por el
pecado original de fornicación, cometido en el paraíso de Edén, y que ha
persistido hasta nuestro tiempo, preparándonos rápidamente para dar la
bienvenida a un mundo nuevo.
Hasta ahora hemos sido incapaces de parar el libertinaje y la
inmoralidad que destruye a la humanidad. Pero en este tiempo que nos ha tocado
vivir ha aparecido en Corea una nueva verdad que resolverá completamente estos
problemas. La verdad revelada por los Verdaderos Padres será la luz que guiará
la unificación de Corea del Norte y del Sur y construirá un mundo de paz y
felicidad. Aprendamos esta nueva verdad, alcémonos y seamos mujeres soldados
capaces de acabar con el mundo de pecado que nos ha hecho sufrir tanto desde
los orígenes de la historia. Construyamos un mundo unificado lleno de libertad,
paz y felicidad.
Vayamos por el camino de la Verdadera Madre.
Vayamos por el camino de la verdadera esposa.
Vayamos por el camino de la verdadera hija.
Muchas gracias.
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